Gloria Mendoza Borda (1948) es una reconocida poeta peruana de Puno que reside actualmente en Arequipa. Integró el Grupo Carlos Oquendo de Amat en la década de los 60 y ha publicado Wilayar (1971), Los grillos tomaron tu cimbre (1972), Lugares que tus ojos ignoran (1985), El legendario lobo (1997), La danza de las balsas (1998), Dulce naranja dulce luna (2001), Mujer, mapa de música (2004), Q’antati deshojando margaritas (2006), Desde la montaña grito tu nombre (2013), Amtasiña (2013) y Mi abuela, mi patria (2018). En los tres poemas a continuación, incluidos en Dulce naranja dulce luna (2001), Mendoza representa cómo las plantas comunican su memoria. En particular tres de ellas: el cerezo, el palto y la madreselva. Estos textos nos brindan una visión ecológica basada en formas de conocimiento quechua-aymara que trascienden la perspectiva antropocéntrica. Para acercarse inicialmente a estos poemas, quizás lo más acertado sea preguntarse: ¿qué comunican estas plantas? ¿Qué visión transmiten sobre el paso del tiempo? ¿Cómo es su memoria? Los invito a leer estos poemas dentro del marco histórico de la violencia política que afectó a todo Perú, y en especial a ciudades de provincias y comunidades rurales en Perú durante el Conflicto Armado Interno (1980-2000). Como advertirán, estas plantas lloran y sufren el paso del tiempo, rememoran nostálgicamente el pasado y comunican su experiencia sobre ciertos episodios traumáticos que sucedieron en este contexto.
“Semblanza crítica”, Elena Zurrón Rodríguez. Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes
Sobre la compiladora y traductora
Andrea Echeverría Langsdorf es profesora asociada en Wake Forest University y obtuvo su título doctoral en Literatura Latinoamericana y Estudios Culturales en Georgetown University. Es autora de Yeyipun en la ciudad. Representación ritual y memoria en la poesía mapuche (Editorial Universidad de Guadalajara, 2021) y El despertar de los awquis: migración y utopía en la poesía de Boris Espezúa y Gloria Mendoza (Paracaídas Editores & UNMSM, 2016), así como de varios artículos de investigación publicados en revistas que incluyen Latin American and Caribbean Ethnic Studies, Latin American Research Review y la Revista Canadiense de Estudios Hispánicos. Actualmente escribe un libro que estudia el arte visual mapuche.
Entre la risa y el verso narrativo, Cliff Taylor registra en su poesía unos personajes inolvidables, iluminados por revelaciones aleatorias, los cuales cruzan cafeterías, andenes, autopistas, revoluciones. En la primera página del fanzine Ponca Lunch Hour Poems (Versos ponca para la hora del almuerzo), Taylor escribe a mano:
Escribí estos poemas en la primavera de 2019, después de que mi novia y yo nos mudáramos a Astoria, Oregon. Algunos poemas los escribí en el trabajo, otros en la cafetería antes del trabajo, otros en Tokio, otros mientras viajaba de regreso. Soy indígena ponca, y por eso muchos de estos poemas tratan sobre mi comunidad, nuestra gente, cómo vemos y experimentamos el mundo. También me gustan los cómics, las películas de terror y todo lo que tenga que ver con el arte: así que esperen encontrar algo de eso aquí también. Me encantaría que algunos de estos poemas se convirtieran en tus amigos en un día o una noche inesperados mientras estás ocupado haciendo lo tuyo o tomando un merecido descanso. Espero que te gusten.
Gracias, Cliff.
Busu
Nos tomó tres meses y un total de dos carros para
cruzar el país y trasladarnos de Nueva Orleans
a Astoria, Oregon, una ciudad donde ninguno de nosotros había
estado antes. Fue grandioso, inolvidable,
y agotador. Nuestro segundo día aquí, mientras yo estaba
fumando en la acera afuera de la cafetería
un tipo grande tatuado se me acercó y me preguntó, sorprendiéndome
como una cagada de pájaro en mi ojo, “Tu nombre no sería
Cliff, ah?” Retrocedí: ¿como
alguien aquí podría conocerme y mucho menos este tipo?
Luego me orienté: lo recordé de la escuela secundaria,
era mi compañero de clase, un punkero y skater,
hace 20 años atrás en Columbus, Nebraska. “¿Ken?”,
le pregunté. “¿Ken?” Era él; era el propietario
de una tienda de fideos con tres sillas,
dos puertas abajo de la cafetería. Sin haber cruzado
caminos en 20 años, él me reconoció. Le señalé
nuestro auto lleno de cosas y le dije que recién nos habíamos movido
aquí, ayer. Dijo, “Bienvenido a Astoria”,
amigable como yo recordaba. “Quizás este es uno de
los más bellos lugares en el país. Me alegra que estén
aquí.” Conversamos y fumamos y yo estaba un poco asombrado,
Aturdido, ido en la naturaleza surreal del misterio
del porqué habíamos venido aquí a Astoria, a este lugar en el que nunca
antes habíamos estado. Mi pasado ancestral me había enviado un mensajero
para darnos la bienvenida a nuestro nuevo capítulo, y darnos
la mano en medio de lo desconocido. Por el
resto del día estuve sin palabras por la magia de
todo esto, un guepardo errante en una maravilla boscosa, un
Indio en su traje tradicional sobre el dulce Marte de Ray Bradbury.
Habíamos aterrizado en el tramo correcto de la tierra;
estábamos tomando nuestro café justo donde debíamos
estar. Milagrosamente, habíamos llegado.
Cliff Senior – Senior Cliff
Ojalá recordara más historias
de mi abuelo (quién no quisiera, supongo).
Mi mamá a menudo comentaba cómo
hablaba él tan silenciosamente que apenas podías
oírlo. Mi hermano menor pasó
más tiempo que yo con él, pues él vivió con el abuelo por un tiempo cuando
salió de la correccional; él tenía muy buenas historias y eran
todas nuevas para mí. Algunas veces, a mi
gasolinera, venían paisanos que yo no conocía,
se enteraban de quién era yo,
y me contaban historias de tiempo atrás
acerca de la casa de mi abuelo;
“Siempre había una gran olla de
sopa hirviendo”, me decían, “Él siempre alimentaba a todos los que
pasaban por ahí.” Me acuerdo de visitarlo en mi camino a Sundance, y pasar
un rato en su habitación
cuando él estaba con oxígeno. El se sentaba
y encendía un cigarrillo,
y me entregaba uno cuando yo se lo pedía.
Estaba a punto de irse; este
era uno de esos cigarrillo del que no puedes
arrepentirte. “Entonces, ¿Qué es lo que te van a
hacer, perforar los pezones?”, me preguntó.
“Si, algo así,” le dije, sonriendo. Me pregunto qué
historia mi abuelo compartiría
si me oyera leer este poema.
Me pregunto qué diría
si pudiera compartir solo
una. ¿Abuelo? Es tu turno.
Trabajador de Reliquias
Hablo con este anciano que ha diagramado,
mapeado, y almacenado en una base de datos cada montículo ceremonial
que existe en América. (*) Es asombroso. Hay formas
de todas las variedades imaginables. Ha sido el
trabajo de su vida. Me entrega la unidad de memoria con
todos los archivos en ella. “Ahora es tuya,” me dice.
“Cuando era joven me dijeron que esta
era mi vocación. Cuando envejecí me
dijeron que sería la vocación de la siguiente persona
saber qué hacer con esto.” Manejo a lo largo
de la costa con mis dos perros, me dirijo hacia
un montículo de pájaro de trueno en Oregon; el ojo
es la cima de una montaña reconocida.
“Supongo que ahora es nuestro turno,” le digo a los perros,
océano visible a través de la ventana abierta.
“Vamos a ver qué tiene que decir este pájaro de trueno.”
~~~
* El poema hace referencia a los montículos ceremoniales que construyeron por siglos los pueblos originarios de Abiayala, sobre todo durante el periodo que los arqueólogos han llamado “Mississippi” –entre 1200 y 400 años antes de nuestro tiempo. (Nota de los traductores).
Señales y jaulas en el Museo de Arte de Seattle
Me acababa de bajar del bus
y mientras caminaba alrededor, me topé con
el Museo de Arte de Seattle y vi que
había una exposición indígena.
Entré de paseo y comencé a subir las
escaleras. De pronto, como un disparo de la nada en el gimnasio, me
golpeó el duelo de los espíritus, y me llevó
al borde de las lágrimas. Mantuve
la calma, continué y entré
a la exposición. Después de unos minutos
adentro, escuché a los espíritus decirme que
cantara una canción para todos los que
estaban encarcelados en este lugar,
ocultos y enredados entre los objetos de la exposición.
Yo era joven, y estaba muy nervioso
para alterar la observación atenta
que estaba aconteciendo. Los espíritus me lo pidieron pero
no fui lo suficientemente fuerte para hacerlo. Vi
los cascabeles vivos de los chamanes,
sus tocados y utensilios, grandes pieles
y vasijas de barro potentemente
animadas. Una parte de mí era un entusiasta de museos,
y la otra parte era un danzante del sol, viendo todo
con ojos de ceremonia. Cuando salí
pensé, algún día escribiré sobre esto.
Vagando sin rumbo por la calle,
pensé, la gente debería saber lo que
los pueblos indígenas experimentan cuando descubren
que sus pertenencias continúan cautivas.
Lo llevamos de regreso a nuestra casa para que se duchara
Esto fue en Standing Rock cuando toda esa mierda
estaba pasando. (**) El tipo nos habla de un montón de cosas
que la mayoría de la gente nunca
creería. Profecía. Una mitología
multidimensional codificada. Lo que le dijeron en la
colina. Su abuela alimentando a los seres pequeños que
llegaban hasta el alféizar de su ventana. Una cueva en los Andes
donde líderes de todo el hemisferio occidental
depositaron objetos para una era futura que está
teniendo lugar ahora mismo; nos habla de los objetos que vio
en la cueva, con los que regresó. Un montón de cosas
increíbles; pero hay espíritus en el carro con nosotros
mientras estamos llevando a este tipo al casino y por eso estoy poniendo
mucha atención a todo lo que dice. El tipo se baja
y la noche es cinematográfica, hiper-
real; todo arde de significado; mañana
vamos a la ceremonia y no alcanzo a imaginar
lo que van a decir los espíritus sobre todo
esto. Salgo del carro y estrecho su
mano, y le doy una copia de mi librito.
“Rezaré para que encuentres las cosas que estás
buscando”, digo. “Nos vemos por ahí, hermano”.
~~~
** La lucha pan-indígena en Standing Rock (territorio Sioux) explotó en el año 2016 cuando el gobernador de Dakota del Norte, con el apoyo del gobierno federal de los Estados Unidos, firmó los permisos para que la compañía DAPL cruzara su oleoducto por los ríos Cannonball y Missouri y otros lugares ceremoniales sioux, sin consulta previa de la comunidad. Personas indígenas de todo el mundo, así como activistas, políticos y artistas aliados se hicieron presentes para defender el agua. Ver el episodio de “Hecho en América”. (Nota de los traductores).
100 años de recuerdos visionarios
Recuerdo que literalmente tambaleé
detrás del mostrador de mi gasolinería
y caí de rodillas después de haber
terminado Cien Años de Soledad
de Gabriel García Márquez. Eran
casi las 4 a.m., mis clientes matutinos
estaban a punto de entrar.
La obra maestra me había asesinado, me había sacudido;
así era cómo la grandeza y fuerza
de la verdadera literatura se sentía. 10
años después todavía me encuentro
pensando en lo que pensé cuando
me levanté y simplemente me quedé
ahí mirando hacia la mística
Nebraska oscura: ahora todo lo que necesito
es escribir un libro indígena como
este, un libro que pueda cambiar el mundo,
y eso no debería ser demasiado difícil, ¿eh?
Es factible, ¿no?
Myron
Ayudé a este anciano, Myron Longsoldier,
con el temazcal por 13 años; (***) desde los 22 hasta
los 35. Salía del trabajo a las 7 a.m., iba a la casa
y dormía por una hora, y luego manejaba
hasta el temazcal e iniciaba el fuego. Aprendí de Myron
lo que era la humildad, una cualidad
del corazón que tenía textura, y era palpable,
tangible. Myron creció hablando lakota,
había ido a prisión, era un ex alcohólico,
un bailador del sol, un líder en la comunidad.
Ya está retirado, necesita oxígeno, ya no puede
dirigir el temazcal. Cuando publico que
voy a ir a Tokio, él comenta que ojalá
use el mejor traje tradicional que tenga
para que “acabe con ellos”, sea lo que sea que eso signifique. Una vez
en el temazcal, mientras él oraba sobre las primeras siete piedras,
vi todas sus oraciones saliendo de él,
como un gran humo en espiral saliendo de su
cara y su frente; energía animada
elevándose. Pienso en él mientras miro los estantes
en una tarde tranquila de jueves, organizando y apilando las latas
para que se vean bien. Pienso:
“He conocido a gente como él. Que nunca
los olvide por favor.”
~~~
*** Escogimos “temazcal” porque es un equivalente al sur de Abiayala del “sweatlodge”. Sin embargo, la traducción literal es “casa del sudor”. Con una arquitectura específica asociada a las trece lunas, las cuatro direcciones y los cuatro elementos, los pueblos originarios del norte hasta el día de hoy se reúnen en la oscuridad de esta casa ceremonial para orar con el vapor de piedra. (Nota de los traductores)
Mi libro del relámpago de Tokio
Me imagino escribiendo un libro sobre
todo lo que pasó en Tokio. Lo
ilustraré con dibujos de la ciudad,
las personas que conocí, los seres que vi, y todas
las imágenes crepitarán y brillarán. Cada
luna llena le crecerá pelo al libro y
te transportará a un único momento
durante el tiempo que lo desees; tú, Liv y la
Madre Selva que vino conmigo; bailando
con alegría para Nipsey; el romance de estar de pie
en un tren mientras tu pareja está al otro
lado del planeta. Abuelos-buena-onda
regalarán el libro en Halloween. Cuando las almas
atrevidas que deambulan por las cuevas emerjan de ellas,
encontrarán el libro misteriosamente en su persona. El libro correrá la voz
de cómo equiparse y prepararse para
participar en un trabajo ceremonial a gran escala
encaminado a la curación de
países, culturas y tiempo; con un
relato detallado de Fukushima, la Segunda Guerra Mundial,
y lo qué pasó con los más o menos 40 de nosotros
durante nuestro ritual. Es un libro de bolsillo,
como El Principito. Funcionará como
el regalo perfecto para subir de nivel entre amigos
que están en transición de ser amantes, aliados o compañeros
Jocelyn Montalban nació en Ontario, Canadá, donde vive actualmente. Sus padres emigraron a Canadá desde la Ciudad de Guatemala en 1997. En 2023, obtuvo la licenciatura en criminología de la Universidad de Lakehead (Ontario, Canadá). Actualmente está estudiando para obtener la maestría en Justicia Social. Su investigación se centra en cuestiones indígenas en Canadá. En su tiempo libre la encuentras viajando o yendo de excursión en las montañas.
Juan Guillermo Sánchez Martínez nació en Bakatá/Bogotá, en los Andes colombianos. Coordina la antología y exhibición multilingüe en línea Siwar Mayu, un río de colibríes. Ha publicado los libros de poesía: Uranio (2023), Bejuco (2021), Salvia (2014), Río (2010), y Altamar, este último galardonado en 2016 con el Premio Nacional Universidad de Antioquia (Colombia). En 2019, co-editó junto con Fredy Roncalla el volumen Muyurina y el presente profundo (Pakarina/Hawansuyo). Actualmente coedita junto con Gloria E. Chacón y Lauren Beck el volumen Abiayalan Pluriverses. Bridging Indigenous Studies and Hispanic Studies (Amherst College, 2023). Es profesor asociado del Departamento de Estudios Indígenas de la Universidad de Lakehead (Thunder Bay, Canadá).
En An American Sunrise (“Un amanecer americano”) Joy Harjo incluye entre poemas una serie de interludios históricos y familiares que hacen referencia a la década de 1830 y la Ley de Expulsión (Removal Act). Es el momento de los desplazamientos forzados de las comunidades ancestrales del suroriente de los Estados Unidos, como los mvskoke, choctaw, chickasaw, y cheroqui. En estos interludios aprendemos que el tatarabuelo de Harjo, Monahwee (Menawa), fue uno de los caciques de los Bastones Rojos (“Red Stick Chiefs”), quien vivía en la rivera del río Tallapoosa, muy cerca de la frontera entre lo que hoy llamamos Alabama y Georgia, y quien después de liderar la guerra contra el General Andrew Jackson, tuvo que emigrar con su familia con el destacamento 3, atravesar el gran río Mississippi, y reestablecer su vida en lo que se llama hoy Oklahoma. Escoltados por el ejército como si fueran criminales, miles de personas indígenas perdieron su vida en las diversas rutas de esta migración forzada. Harjo cuenta: “They left about noon on September 17, 1836.” (46). La hora exacta recrea la tristeza del instante.
Y sin embargo, este desplazamiento no desdibuja la conexión con el territorio ancestral; al contrario, estos poemas re-territorializan la memoria. Las brasas ceremoniales, por ejemplo, tuvieron que ser cargadas por meses hasta el territorio donde las comunidades desplazadas habrían de asentarse. Por eso, en poemas como “For Earth’s Grandsons” (“Para los nietos de la tierra”) y “Road” (“Camino”), el camino no es solamente el del exilio, sino el de la esperanza de las abuelas y los abuelos que no permitieron que ese fuego se apagara ni que las canciones de origen se extinguieran. En palabras de Harjo: “Nuestro conocimiento se basa en las historias de origen de la tierra, la genealogía y los antepasados. Si conoces las ramas del árbol de la relación entre los clanes tribales y los miembros de la familia, entonces sabes quién eres, dijo la pantera a sus cachorros”. (“Our knowledge is based on the origin stories of land, genealogy and ancestors. If you know the branches of the tree of relationship between tribal clans and family members, then you know who you are, said the panther to its cubs.”) (2021, 55) Como en este consejo de la pantera a sus cachorros, “el amanecer americano” se anuncia en la certeza de que somos la tierra y nuestras genealogías. En este amanecer, Abiayala/América literalmente es un solo cuerpo. La poesía de Harjo es, en este sentido, un mapa para la memoria, un puente para recordar con el territorio.
BENDICE ESTA TIERRA
Bendice esta tierra desde la parte superior de su cabeza hasta la parte inferior de sus pies.
De la vieja cabeza blanca del ártico a los pies marrones de la lluvia tropical
Bendice los ojos de esta tierra, porque son testigos de la crueldad y la bondad en esta tierra.
Desde la luz del amanecer en posición vertical hasta caer de rodillas en la noche
Bendice los oídos de esta tierra, porque oyen los lamentos de dolor y los gritos de celebración en esta tierra.
Una vez no escuchamos ningún disparo en estas tierras; los árboles y las piedras se podían escuchar cantando
Bendice la boca, los labios y el discurso de esta tierra, porque la tierra es una oradora, una cantora, una guardiana de todo lo que sucede aquí, en esta tierra.
Bosques luminosos, océanos y acantilados rocosos vendidos por la basura ávara del oro, del uranio o la fiebre del petróleo, pero hay nuevas historias por hacer, pequeñas historias que se avecinan por el horizonte.
Bendice los brazos y las manos de esta tierra, porque ellos rehacen y restauran la belleza en esta tierra
El canto nos mantuvo en el círculo alrededor de estas tierras, y los que conocen nos recordaron que ninguno está por encima del otro, ningún ser humano por encima del pájaro, ningún pájaro por encima del insecto, ningún viento por encima de la hierba.
Bendice el corazón de esta tierra de rodillas sembrando alimento bajo el círculo eterno del respirar, nadar y caminar en esta tierra
El corazón es un creador de poesía. Hay un solo corazón, dijo el creador de poesía, un solo cuerpo y todos los poemas forman un solo poema y no usamos palabras para hacer la guerra en esta tierra.
Bendice el laberinto de las entrañas de esta tierra, porque es el centro del misterio en esta tierra.
Bendice la feminidad y la masculinidad de esta tierra, porque cada uno tiene el poder fluido de convertirse en esta tierra.
Cuando se decidió estar de esta manera aquí en este lugar, en esta tierra, todos los pájaros hicieron un alboroto de plumas desde los dominios del cielo índigo.
Bendice las dos piernas y los dos pies de esta tierra, porque lo sagrado siempre camina junto a lo profano en esta tierra
Estas palabras recorren la columna vertebral de esta tierra, masajeando el tejido alrededor del cordón de la vida, que es el árbol de la vida, sobre el cual se levanta esta tierra.
Bendice la destrucción de esta tierra, porque brotarán nuevos retoños del fuego, de las inundaciones, de los terremotos y de los fuertes vientos para renovar esta tierra.
Somos tierra sobre el caparazón de la tortuga—cuando el peso de la codicia nos derriba, ¿quién recordará el canto erguido de esta tierra?
Bendice la creación de tierra nueva, porque del caos nos veremos obligados a recordar bendecir esta tierra.
El más pequeño recordado, el más humilde, aquel cuya voz tendrías que esforzarte mil años para escuchar–allí comenzaremos.
Bendícenos, estas tierras, dijo el que recordaba. Estas tierras no son nuestras tierras. Estas tierras no son tus tierras. Nosotros somos esta tierra.
Y la bendición comenzó un armonioso movimiento a través de la hierba del tiempo, desde el principio, hasta el lugar del tiempo que da vueltas, siempre moviéndose, siempre
“Prólogo”
El 28 de mayo de 1830, el presidente Andrew Jackson ilegalmente firmó la Ley de Expulsión de Indios para desplazar forzadamente de sus territorios ancestrales hacia el Oeste a los pueblos nativos del sureste. Fuimos acorralados con lo que pudimos llevar. Nos vimos obligados a dejar atrás casas, imprentas, tiendas, ganado, escuelas, pianos, terrenos ceremoniales, pueblos tribales, iglesias. Fuimos testigos de los inmigrantes entrando a nuestras casas con sus armas, Biblias, enseres domésticos y familiares, tomando lo que había sido nuestro, mientras éramos rodeados por soldados y ahuyentados como ganado a punta de pistola.
Hubo muchos caminos de lágrimas de naciones tribales por todo América del Norte, de los pueblos indígenas que fueron expulsados de sus lugares de origen por las autoridades gubernamentales.
Los pueblos indígenas que se abren paso desde el hemisferio sur son una continuación del Camino de Lágrimas.
Que todos encontremos el camino a casa.
INDICACIONES HACIA TÍ
Rainy Dawn Ortiz
Síguelas, detente, date la vuelta.
Ve por el otro lado.
Izquierda, derecha,
Mío, tuyo.
Nos perdimos,
Inestables.
Respira profundo,
Reza.
No siempre estarás perdida.
Estás aquí,
En tu tiempo,
En tu lugar.
1. Norte
Estrella, guíanos mientras miramos hacia arriba
Al blanco más brillante
Esperando que te lleve a dónde quieres ir,
Esperando que sepa dónde debes estar.
Encontramos nuestra paz aquí en tu blancura,
Reunimos nuestras fuerzas, nuestro aliento, y aprendemos a ser.
2. Este
Sale el sol,
Rojo,
El calor matutino en nuestro rostro incluso en la mañana más fría.
El sol crea vida,
Energía,
Alimento.
Reúne fuerza, jálala hacia adentro
Quédate justo donde estás.
3. Sur
La mariposa revolotea
Esparce su belleza amarilla.
Hemos llegado a este momento en el tiempo
Paso a paso,
No siempre escuchamos las indicaciones,
Dejamos que la corriente nos lleve,
Nos empuje,
Nos fuerce a lo largo del camino.
Tropezamos,
Nos levantamos y seguimos moviéndonos.
4. Oeste
Trae puestas de sol,
Oscuridad,
Trae negro.
Encontramos la soledad,
Es hora de tomar aire y
Rezar.
Incluso en la oscuridad
Puedes ser encontrada.
Pide ayuda aunque sea en un susurro
O un quejido,
Serás escuchada.
Para encontrar,
Para ser encontrada,
Para ser entendida,
Para ser vista,
Oída, sentida.
Tú eres,
Aliento.
Tú eres,
Memoria.
Tú eres
Tacto.
Tú estás
Aquí mismo.
En 1990 se reunió un congreso de pueblos indígenas en las afueras de Quito, Ecuador, a propósito del Quinto Centenario, una celebración de las poblaciones inmigrantes por la llegada de Cristóbal Colón al hemisferio occidental, en su expedición financiada para encontrar una ruta comercial a la India. Pueblos nativos vinieron de todas las Américas y se reunieron para discutir los cambios destructivos y monumentales desde la llegada de este explorador europeo. Nos reunimos para obtener entendimiento y fuerza y reflexionar sobre cómo continuaremos avanzando más allá de la destrucción masiva y la falta de respeto hacia la mente, el cuerpo y el espíritu de la tierra, y para continuar nuestra soberanía como Naciones nativas.
En el círculo de mujeres, una llamativa mujer indígena boliviana con un bombín en la cabeza se puso de pie. Ella nos dio la bienvenida y señaló que estaba sorprendida por todos los nativos que asistieron desde los Estados Unidos.
“Pensamos que John Wayne los había matado a todos”.
(Esto no era una broma.)
“¿Y por qué”, preguntó, “ustedes se llaman a sí mismos América? Este hemisferio es un cuerpo, una persona. Ella es América”.
Hasta la aprobación de la Ley de Libertad Religiosa de los Indios en 1978, era ilegal que los ciudadanos nativos practicáramos nuestras culturas. Esto incluía la creación y el intercambio de canciones e historias. Las canciones y las historias en una cultura son poesía y prosa en otra. Son intrínsecas a la soberanía cultural. Escribir o crear como una persona Nativa era esencialmente ilegal.
———
Hay un mapa, una serie de mapas que están aquí/allá y siempre han estado aquí/allá. Son transparentes y están en capas, uno encima del otro. Una generación tras otra, las líneas de conexión están implacablemente tejiéndose, modelándose rítmicamente, míticamente e históricamente a través de imágenes, sonidos y sentidos. Cada mapa es un ser con una boca y una cola, incluso si es un campo de océano o hierba. Están haciendo espirales de memoria; la memoria siempre está en movimiento.
Mi madre era compositora y cantante. Ella es los versos de William Blake: “Corderito, ¿quién te hizo / ¿Sabes quién te hizo?”, y lo de Alfred Lord Tennyson. Ella es las canciones tradicionales Cherokee cantadas en el funeral de su tía. Ella es “Burning Ring of Fire” huyendo al pueblo de Independence (Kansas) a los dieciséis años. Ella es “Crazy”, cantada por Patsy Cline, en una vigilia de angustia. Esa era mi madre, cantando, todos esos años. Los regalos de mi madre fueron pisoteados por su necesidad económica y encierro emocional.
Mi padre era danzante, un guardián del ritmo. Sus antepasados fueron oradores, pintores, jefes tribales, bailarines y predicadores. Su madre era saxofonista y pintora en territorio indio antes de la existencia del estado de Oklahoma. Toda su vida relativamente corta buscó una visión o una canción para contrarrestar el dolor de la historia.
Los ríos son los viejos caminos, como lo son los cantos, para recorrer la memoria.
Emergí de la historia, empapada de las aguas de la memoria.
CANTANDO TODO
Una vez hubo canciones para todo,
Canciones para plantar, para cultivar, para cosechar,
Para comer, emborracharse, dormirse,
Para el amanecer, el nacimiento, los descansos mentales y la guerra.
Para la muerte (esas son las canciones más pesadas y
Tienen que ser arrancadas de la tierra con paladas de dolor).
Ahora todo lo que escuchamos son canciones de enamoramiento y
De desmoronamiento después de enamorarse.
La tierra se está inclinando hacia un lado
Y una canción está surgiendo de las inundaciones
Y los fuegos. Brotes urgentes se elevan hacia el sol.
Debes ser amigo del silencio para escuchar.
Las canciones de los guardianes del silencio son las más poderosas—
Son las más extraordinarias.
PARA LOS NIETOS DE LA TIERRA
Párate firme, no importa tu altura, qué tan oscura sea tu piel
Tu espíritu tiene todos los colores dentro
Estás hecho de un tejido de luz finísimo
Del amor iridiscente que formó a tus madres, padres
Tus abuelos regresan por el camino en espiral—
No hay final para este amor
Ha formado sus cuerpos
Alimenta sus espíritus brillantes
Y no importa lo que suceda en estos tiempos de ruptura—
No importan los dictadores, los despiadados y los mentirosos
No importa, tú naciste de aquellos
Quienes mantuvieron las brasas ceremoniales ardiendo en sus manos
A lo largo de millas de implacable exilio
Los que cantaron el camino a través de la masacre
Todo el camino hasta el amanecer
Tú lo lograrás—
CAMINO
Nos paramos primero en nuestras mentes, y luego caminamos balanceándonos
De la mano al mueble
Pronto nos estamos alejando de la casa y de las tierras
De nuestros dioses creadores ancestrales
A los círculos de amigos, de la escuela, del trabajo
Haciendo familias y mundos propios.
Hacemos nuestro camino a través de la tormenta y el sol
Caminamos uno al lado del otro o uno contra el otro
El último camino se tomará solo—
Puede haber multitudes pidiendo sangre
O una ventana con cortinas junto a la cama del que parte
Lo mejor es no tener miedo
Pon atención
Al próximo camino que aparezca
Puede estar a través de una familia de árboles, un desierto o
Sobre las onduladas olas del mar
Es el camino antiguo que el alma conoce
Siempre lo recordamos cuando lo vemos
Nos llama al nacer
Nos lleva a casa
El Sureste estaba cubierto de ciudades y comunidades de constructores de montículos del Periodo Mississippi, quienes estuvieron allí un siglo antes de la llegada de los españoles al Sureste. El Sureste aún está cubierto con restos de montículos. Incluso hay montículos en el campus de Knoxville de la Universidad de Tennessee. Estos montículos pueden ser aplanados con odio, palas o tractores, pero aparecerán en cualquier mapa geofísico energético. Continúan existiendo en la memoria, en los mapas de la memoria.
Se dice que Monahwee obtuvo su nombre de guerrero Hopothepoya (Loco Cazador de Guerra) por robar caballos en Knoxville. Knoxville estaba en el territorio tradicional de los Mvskoke, por lo tanto, los caballos técnicamente no fueron robados. Estaban en tierras robadas.
Cuando regresé a estos lugares ancestrales anduve por viejos caminos. Uno de los senderos más transitados forma parte de la autopista Interestatal 40.
LOS PIES DE MI HOMBRE
Son raíces heroicas
No puedes confundirlos
Con cualquier otro caminante de seis pies
Podría encontrarlos en un mar de pies
Un planeta o un universo de pies
Patearon el cielo al nacer
En ese pueblo que su bisabuelo encontró
Los pies de mi hombre dejaron la infancia
Más allá de la arena mineral dejada por un cambio de aceite
Hasta estas tierras atómicas en dirección al este
Sus pies están hechos de la preocupación espiritual de su madre
Y de su padre: histórico, y conscientemente recto
Qué caminantes—
De los pasos de constructor de montículos que condujeron al creador del cielo
Pasando por dos galeones españoles, viejos carruajes de frontera y serpenteantes ferrocarriles
Una generación tras otra
Ningunos otros pies excepto estos podrían aguantar
El leal oso testarudo como roca
Inteligencia imponente y levantador de niños
Ese es aquel que es dueño de estos pies
Qué ancla proporcionan sus pies
Por su inigualable
Inmensidad y habilidad de levantarse de nuevo
He bailado detrás de este hombre en la danza circular de zapateos
Nuestros pies latiendo al ritmo juntos
Poncho de hombre, mujer, niño, niña, sol y luna.
. . .
Los pies de mi hombre son los pasos seguros de un padre
Cuidando de sus hijos, sus hijas
Porque cuando ríe abre todas las puertas de nuestro corazón
Incluso cuando se olvida de cerrarlas cuando se va
Y cuando se aflige por los que ama
Él esculpe valles que pueden contener las lágrimas de todos
Con sus pies, estos pies
Los hermosos pies morenos, siempre firmes y humildes de mi hombre.
QUE NO HAYA REMORDIMIENTOS
para Bears Ears National Monument
No estamos perdiendo los abedules, los abedules nos están perdiendo.
—WAYNE “MINOGIIZHIG” VALLIERE
Las canciones y las historias que nos formaron están inquietas
y necesitan un lugar para vivir en el mundo de nuestros nietos.
Están cansadas de esperar.
La tierra sigue soñando sus sueños terrestres
Aunque pensamientos desesperados alimentados por el hambre de dinero vagan por nuestras mentes.
Para los destructores, la Tierra no es una persona.
Querrán más hasta que no haya más que robar.
La Tierra quien no conoce el tiempo es paciente.
Los destructores se destruirán a sí mismos.
Cuántos espíritus de la tierra cuidan de este lugar. Emergen de
las paredes del acantilado.
Emergen de las olas de las aguas.
Nuestros antepasados no son solo antepasados humanos.
¿Qué ves cuando vuelas a la cima del árbol ancestral?
Que no haya remordimientos, ni tristeza, ni ira, ni actos que
perturben a estas tierras.
MÁS ALLÁ
Más allá del amanecer, hay una canción que seguimos
Más allá de las nubes viajando con lluvia jorobada
En sus espaldas, relámpagos en sus puños
Más allá del horizonte azul donde nuestros antepasados
Aparecen portando regalos, envueltos en mantas tejidas
Con sol y hebras de tiempo escarlata
Más allá de los senderos que caminamos todos los días
Del amanecer a la cocina, al trabajo, al jardín, al juego
A la puesta del sol, a la oscuridad, y de vuelta
Más allá de donde duerme el bebé, su aliento
Una ligera niebla de felicidad haciendo
Un delicado arco iris que se vuelve sabio a nuestro alrededor
Más allá de los niños aprendiendo alfabetos
Y números, inclinados sobre sus palos y muñecos
Mientras juegan a la guerra y a la familia, crecen caminos humanos
Más allá de las abuelas y los abuelos
sus madres y padres, y en la médula de sus huesos
Hasta cuando esa canción fue cantada por primera vez seguimos viajando
Más allá del atardecer, ¿puedes oírlo?
El sacudir de las conchas, el ritmo de los pies, los cantores
Andrea Echeverría Langsdorf es profesora asociada en Wake Forest University y obtuvo su título doctoral en Literatura Latinoamericana y Estudios Culturales en Georgetown University. Es autora de Yeyipun en la ciudad. Representación ritual y memoria en la poesía mapuche (Editorial Universidad de Guadalajara, 2021) y El despertar de los awquis: migración y utopía en la poesía de Boris Espezúa y Gloria Mendoza (Paracaídas Editores & UNMSM, 2016), así como de varios artículos de investigación publicados en revistas que incluyen Latin American and Caribbean Ethnic Studies, Latin American Research Review y la Revista Canadiense de Estudios Hispánicos. Actualmente escribe un libro que estudia el arte visual mapuche.
La obra de Fredy Chikangana (Wiñay Mallki, raíz que permanece en el tiempo) es pionera en la historia de las literaturas indígenas contemporáneas de Abiayala. Sus versos son el reflejo de una experiencia de vida entre el trabajo al interior de la comunidad y el caminar de la palabra en espacios interculturales. De Chikangana, hemos aprendido que el retorno a nosotros mismos sí es posible, y que los territorios ancestrales continúan hablando las lenguas de la tierra; en este caso, el quechua. Con sus flautas, poemas y hojitas de koka en la chuspa (mochila), Chikangana ha compartido su mensaje de memoria y unidad desde Chile a California, y de Corea del Sur a Italia. Consciente de las migraciones de sus ancestros yanakuna mitmak, sus versos hablan de chaskis (mensajeros), chakas (puentes), e intercambios. (Juan G. Sánchez M.)
El idioma en mí/ es antiguo/ aunque nuevo para mí/ mi paladar encorvándose/ un metal sobre llamas/ practico los sonidos de animales/ sus nombres/ casi ancestrales/ como si supieran que estoy intentando/ yona (1) / la primera palabra que aprendí/ oso/ alguna clase de testigo/ a un renacimiento descuidado/ le he dicho a un amante/ llamaré a mi cría/ tsisdu (2) / porque es bueno/ ser pequeño y rápido/ y consciente de tu entorno/ me tatuaré la semblanza del animal/ en la cara interna de mi muñeca/ un recordatorio/ no se puede confiar en mi cuerpo/ para reproducir/ nada/ que no sean palabras
(1) yo-na: oso [Cherokee, dialecto oriental]
(2) g-stdu: conejo [Cherokee, dialecto oriental]
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Bifurcación
[Publicado en Puerto del Sol]
Yo parto/ mi lengua/ por la mitad/ no como una serpiente/ pero como dos varitas de zahorí/ saborean el labio superior e inferior/ en unísono/ encuentran el agua ahí/ la mena/ maldice a un amante/ y lo ama a morir/
Quiero un poquito de todo/ cabezas y colas/ lados y lados/ de dos idiomas/ la lengua de mi madre/ colonizada/ y la lengua de su madre/ acorraladas a la ladera de la montaña y arroyo congelado/
En verdad mi lengua son los uroboros/ uniéndose en una boca húmeda/ tratando de encontrar alguna infinidad/
donde ninguna palabra/ se recoge bajo montículos
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En el que soy una suma de partes
[Publicado en Southern Humanities Review]
2 collares de semillas de maíz
cuelgan en la parte de atrás de mi puerta
junto a dos bolsas de medicina
hechas de pequeñas cuentas de vidrio
plata esterlina y turquesa
corbata de cordón
(nada hecho
por mis propias manos)
*
Otra lección
mis ancestros se escondieron en cuevas de
montañas y uniformes confederados
a mi muchos-tatarabuelo
se le dio el nombre inglés Nimrod
pq acaso no somos todos poderosos cazadores
y es posible que mi sangre esté alterada
o diluida en alguna parte de Oklahoma
pq no todos los ancestros tuvieron tanta suerte
(si ese es el término que estamos usando
y no se puede ignorar el hecho—
Estoy diluida hasta el carnet
en mi billetera que indica
mi sangre como un porcentaje)
*
Mientras yo limpiaba
la casa de mi abuela
encontré una caja de lágrimas
*
Era apenas una adolescente
la primera vez que recuerdo
visitar la reserva
que mi abuela dejó
hacía décadas
su hermano y la esposa de
su hermano intentaron educarme
comentaron en mi carencia—
cómo esa era la primera vez
que intenté y desistí de hacer adornos con cuentas—
decepcionada cuando
la correa que hice se rompió
*
Mi primera lección fueron semillas de maíz
su dura forma gris imperfectamente redonda
cómo eran sólidas manifestaciones
de cada lágrima cherokee llovida
por el sendero
*
El nombre científico de la semilla de maíz
es de muchas sílabas pero aquí
lo llamaremos Lágrimas cherokee
es fácil ensartarlo en collares
pero no se debiera confundir
con con cuentas de semillas que vienen
en varios grados de diminutos
plásticos y vidrios
*
La última vez que estuve en la reserva
no fue para conocer
sino por un entierro
y compré cuentas de colores
me dio consuelo
junto con agujas
tiras delgadas de cuero
hilo de tendón ceroso hecho por el hombre
En el camino a verte
paso por un terreno lleno de sol,
oro sobre oro,
y recuerdo que decías
que eres descendiente
de los mayas
Sol/baile del sol
Agarro la felicidad
como si fuera una moneda luminosa
dentro de un pozo de deseos
Me dices mejor esperar
y seguir al sol
como estas flores en la luz centelleante
~~~
Heimweh
Estoy lejos de
colina y montaña
En estas Praderas Norteñas
el viento no cesa,
susurra como el mar
Asombro por los pelícanos
blancos, y no como los pelícanos cafés vistos
sobre las olas del Atlántico
Disonáncia de lo familiar
en un lugar desconocido
La luz insinúa tarde, alborada temprana
Espera por el invierno, me adviertes
Aprendo un lenguaje nuevo
para este paisaje: barranco y hoya
zona baldía oteros y peñascos
Un águila se lanza por su presa
más bello de lo que imaginaba
Bisontes truenan sobre la tierra
Un caballo solitario retroiluminado sobre una subida
Mi boca intenta formar la palabra
para caballo en tu idioma: xaawaarúxti’
pero aún miro al Este para cantar
mi canción matutina en Cherokee
En un camino polvoriento enmarcado por prímulas
encuentro tres piedras amarillas
pequeñas joyas del sol que regalo a mi hijo
antes de su vuelo al Noreste
Un pelícano en un estanque extiende sus alas enormes
como si se vistiera o se quitara una capa,
o, como si midiera el alcance
entre su existencia y mi insistencia
en un parentesco que no es totalmente imaginario
los dos estamos entre casas
en el camino
a otro lugar
~~~
Ventus
Este viento talla los caballos sin jinete
que vuelven de Little Big Horn a sus formas esenciales
La idea del hogar siempre nos jala
El agua y el viento forman balas de cañón de piedra
Intercambiamos palabras de bienvenida: NAheesa atistit/osd sunalei
El viento nos afloja el pelo, lo que dejamos crecer por nuestra pena
La vergüenza se quema como el fulgor del Bakken
El viento tira las llamas como si fuera crines de caballos
En Alemania un siroco de España acaricia
En esta espacio vasto las distancias engañan
Las palmas casi se tocan, la energía es palpable
Para seguir la Aurora Boreal, bajo un app,
nos imagino acostados, imantados debajo de los cielos de neón
Me cuentas que el Missouri se llama el Gran Misterio
Me presento como lo hago con cualquier persona
Señalas la dirección del corriente fuerte
debajo de lo que yo percibía sólo como una superfície revuelta
Recordamos la inundación de tierras
ancestrales, diques construidas para aprovechar de la potencia
mientras que el río y el viento siguen ajustando su camino
KARLA CORDERO
ABUELA ES UN MACHETE ENVUELTO EN SU DELANTAL PREFERIDO
una vez un hombre lanzó un plato de frutas contra la pared de la cocina y la abuela aprendió cómo el vidrio podría parir pequeñas dagas. ella reemplazó a su esposo por cuchillos. agarra una cuchilla como un arma cargada. disfruta cortar manojos de cilantro para caldo y la gente jura que tiene podadoras como dedos. en el patio los árboles botan canastas de frutas pero a la abuela no le gusta la cáscara. puede cortar la piel de la pera en segundos. limpia. puedes ver el azúcar correr por la rodaja. cada mano un carnicero de aplomo. nunca ni se pinchó un pulgar. y por treinta años chuzaba carne. cortaba albahaca. le quitaba al salmón sus branquias brillantes. entonces el dr. gonzalez se había tallado pedazos. se le dio cubertería de plástico. todo su metal quedó romo. Los utensilios buenos para la carne se le escondieron. las llaves de la casa ahora encadenadas a su delantal y a veces su boca switchblades cuando se pierden las llaves. hoy en el mercado cuento sus historias de las palmas que tiene. cómo una vez engañaron a una zanahoria a bailar como confeti brillante y abuela agarra una pera fresca. el final pesado limpiado por la neblina de su respiración. ella jura que siempre ha amado la carne pálida de la fruta. y sus dientes una gaveta de madera de machetes.
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ALLISON HEDGE COKE
MARIPOSAS BORRACHAS
Mariposas ebrias, pedas
espiralando hacia arriba desde charco de agua
cargando el follaje fermentado
nosotros pasamos cerca mientras andábamos en canoa en el Río Neuse.
aletea fina, vuela, apareamiento ritual de las vanesas.
Envolviendo su timidez en sus alas, encubierto, debajo
de una manta plegada sobre el amante.
El coraje líquido anima el principio, sobre
provisión por casualidad, presa fácil para
el pájaro acechando, tortuga, pez, cangrejo de río, rana.
La belleza de todo esto
en una ala soleada brillando, cayendo adelante y
de regreso, arriba y abajo. Frenesí fantástico
color gentil, ala plumada demasiado delicada para tocar
sin quitar la punta. Metamorfoseada
solo para este día
una metáfora, relacional,
paratodo lo que es y será bueno.
La niña mariposa envuelve su cabello en una ala trenzada
aletea para el futuro. Se vuelve
el toque más suave, levantando y elevando
todo lo que está a su alrededor—todo lo que es bueno—
este es bueno—
algo que hace mucho
mejor que los Seres Humanos
según el acuerdo natural de la manera tradicional
de la carrera de la creación de las mariposas,
que sucede así, para ella tanto como para las que vienen después.
Kama, kamama. Atrápala
en la mañana y
otra vez en la noche, al mediodía flota en la brisa.
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ESTAR A LA TALLA
No fue que él no llevaba calcetines en sus pies,
ni la tela del codo que se descosió unilateralmente,
ni el desplazamiento igual de barbilla y frente,
ni el ojo derecho situado un poco más bajo
que el de la izquierda, fue su nudillo lo que
me hizo llorar,
rincones clavados al lado, como ganchos para carne minúsculos
rasguñando pedazos de él cada vez que movió, invisible,
oportunidad desplegada. Fue su músculo desgarrado,
podrido, la mano protésica, desmayo lo ancho de los dedos
cruzando su intento a una sonrisa, dejada allí, para
que cualquiera la viera-fue su merced. Al final somos
raramente bellos, sobre todo colocados lejos de
situaciones arriesgadas en posturas que compensan los que
hemos llegado a ser en los ojos inquietantes de los mirones.
Aún así, él estaba, está, aquí todavía dentro de lo mío, y soy humano
por eso. Quizás sólo por eso. Quizás.
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PANDO/PANDO
El Gigante álamo temblón / Sitio de un masacre boliviano
Gigante que tiembla
sobresalido con insistencia
Pando
/Pando
ondeando me extiendo
expulsada de las calles
perpendícular al filo de la hoja
Pando/
Pando
caos, gas natural
peciolo aplastado
la oposición empujando hacia la autonomía de la derecha
corre, eleva, se revela, tiembla
en el cuarto día de
amarillo-blanco-grisáceo-amarrillo
Pando/Pando
huelga de hambre, asaltantes
lanzaron una granada verde
forzaron los campesinos descamisados
a arrrodillarse
árbol
Pando
/Pando
Pando/
Pando
hombre álamo temblón extiende la sublevación
floreciente, flor,
se extiende la raíz brota
Pando
emboscada
donde Morales se hospedó
biomasa gigante clon sublevación
crecimiento indígena profundamente enraizado
previene que Bolivia se astille
Pando/Pando
visitando Santa Cruz
cien hectáreas
la dinamita acribilla
catorce millones de libras
humillación pública
Pando/Pando
enraizado ochenta mil años
cinquenta alcaldes indígenas enraizados
treinta andinos asesinados esta semana
fronteras paralizadas
Argentina, Brazil, Paraguay
Pando/Pando
colonial clon
masacre colonial
individuo genético singular
Morales, un indígena Aymara,
Pando/Pando
oposición organizada, estudiantes
universitarios conservadores, forzaron
a los indígenas aterrorizados a arrodillarse
forzaron a la gente refugiada
a pedir perdón por venir a Sucre forzaron
corearon insultos a su héroe Evo luego
los conservadores prendieron fuego
al azul, al negro, al blanco de la bandera Aymara
agarraron los ponchos hechos con manos Aymara
a gente Aymara
Pando/Pando
Pando/Pando
rizoma, brote elemental
disparados, siete muertos
disparando—genet/ramet
campesinos
organismo que excede
que la evidencia actual no apoya
El Lago de peces tiembla
Amazonas
Pando
la vida del álamo temblón en la más extensa
germinación singular
Pando/Pando
Pando/Pando
Pando/Pando
Pando/Pando
Pando/Pando
Pando/Pando Pando/Pando
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ESTÁBAMOS EN UN MUNDO
Estábamos en un mundo, en un mundo, en un mundo. Claro, teníamos nuestros glifos, pero éramos providenciales. Una vez, algunos cree-ntes en el abecedario, vendedores de vidrio, asesinos de Ursus Arctos, mandaron todo su campo en un campo maldito más rápido en un giro retroceso, torbellino de momentum angular intrínseco—bosón se derrite. Girando, salió corriendo iceberg, iceberg, iceberg; glaciar reforzado tiempo trazado ayer base firme—todo debajo tiró torrente aluvial, diluvio de Niagara, avalanche de repente, flujo, corriente, hasta que sus ciudadelas costeñas se pudrieron por ciclones, tsunamis, vientos huracanados. Tornados echaron las olas adonde quisieran. Erupciones volvieron a moldearla hacia algo digno de Ella. Por no hablar de los terremotos. Y la gente, la gente, la Gente, empujados al cataclismo, unas pocas generaciones después de que fueron obligados al catecismo del libro alfabético, pronto había astillas desgracia tragedia tormenta, partículas fragmentadas del pasado actual, en un mundo alejado de la oratoria, la canción, las oralituras, las oraciones ahora girando, bamboleándose. Ya pronto caliente, caliente, caliente, caliente, caliente, caliente, caliente, caliente, caliente. Calientes, los manglares muriéndose, La Bahia de Waimea desapareciendo, dengue, la variación en la migración de la mariposa, la pradera vuelta bosque, la sábana brotada del desierto, caribou, arao aliblanco negro, murcielagos, rana, caracoles—ausentes. ¿Qué querrán comer las grullas canadienses? Los alados pondrán temprano sus huevos. Los arrecifes se descoloran. Lluvia, lluvia, lluvia, lluvia, lluvia, lluvia, lluvia, nieve, nieve, nieve, el fuego ferozmente flameando, fascinado por el re flejo de su propio resplandor. Las marmotas se levantan temprano. Los mosquitos perduran más, perdurando picando difundiendo el virus West Nile. Osos polares dejan de dar a luz. El zorzal petirrojo y la golondrina entran a la vida de los Inuit. El trueno encuentra a los Iñupiat. Aquí, según dicen, glifos dejaron a las paredes de piedra, a los platos de roca, a la corteza, a las ramas, y saltaron, animados, a la vida actual, sacudieron sus hombros, enderezaron el cuento, pusieron el mundo sobre los huesos de sus alas, se elevaron en la Noche, para colocar el Mundo de vuelta en su cielo cuenca—nos tranquilizó. Algunos dicen que los restos de la sopa fueron palabreados con lenguaje descolonizado. Otros dicen que su sabor persiste incluso aún.
Carolina Bloem enseña estudios latinoamericanos y español en Salt Lake Community College. Su investigación se centra en la oralidad wayuu actual y su impacto en las comunidades locales e internacionales. Otros intereses de investigación incluyen la escritura de viajes en Colombia y Venezuela durante el siglo XIX, y los manuales de conducta y su papel biopolítico en la sociedad.
Paul M. Worley es de Charleston, Carolina del Sur. Es profesor de español en la Universidad Estatal de los Apalaches, donde se desempeña como director del Departamento de Lenguas, Literaturas y Culturas. Co-editó con Rita M. Palacios su libro más reciente, Unwriting Maya Literature: Ts’íib as Recorded Knowledge (2019), con el que recibió una mención de honor como Mejor Libro de Humanidades por la Sección México de LASA. También es autor de Telling and Being Told: Storytelling and Cultural Control in Contemporary Yucatec Maya Literatures (2013); las representaciones orales grabadas como parte de este proyecto de libro están disponibles en tsikbalichmaya.org. Ha sido también becario Fulbright. Junto con Melissa D. Birkhofer, es co-traductor de Word Mingas (2021) de Miguel Rocha Vivas, cuya edición en español ganó el Premio Casa de las Américas de Cuba en 2016. También ha traducido obras seleccionadas de autores indígenas como Hubert Matiúwàa (Mè ‘phàà), Celerina Sánchez, Manuel Tzoc (K’iche’) y Ruperta Bautista (Tsotsil).
Fernando Urbina Rangel es filósofo, poeta, fotógrafo y educador. Por décadas trabajó en la Universidad Nacional de Colombia donde dirigió cátedras, seminarios y trabajos de investigación sobre mitología comparada, oralidad, arte rupestre, petroglifos amazónicos, y plantas-maestras. Urbina es autor de noventa y cinco artículos académicos, ocho libros, veinticinco exposiciones fotográficas individuales, dos series de televisión educativa, y dos series de radio. Hoy, libros como Las hojas del poder (1992) y Dïïjoma. El hombre serpiente águila (2004) tienen fuego propio; sembrados con mambe y ambil, y cimentados en el arte de la picto-poesía, el arte rupestre, y el rafue (palabra-fuerte Murui-Muina) son publicaciones visionarias que supieron tejer la imagen, la poesía, el ensayo y las-historias-de-antigua, desestabilizando las jerarquías logo-céntricas de los centros urbanos y las universidades en Colombia. En la obra de Urbina, el libro es el árbol de la coca, la biblioteca son las abuelas y los abuelos (como Don José García y Doña Filomena Tejada), y la universidad es el mambeadero o los bailes rituales. Fernando Urbina dialoga con la Gente de Centro (múrui, okaina, nonuya, bora, miraña, muinane, resígaro y andoque), hijos del tabaco, la coca y la yuca dulce, cuyo territorio de origen se encuentra en el interfluvio Caquetá – Putumayo (Colombia). Ellos son los mismos que sobrevivieron al genocidio de la Casa Arana, y hoy continúan resistiendo el asedio de las petroleras, las empresas mineras, el narcotráfico y la guerra civil colombiana.
Afortunadamente, la vitalidad con la que los libros de Fernando Urbina recobraron la palabra, el gesto y el rito de la Gente de Centro, y lo celebraron para la filosofía, la poesía y el arte, abrió senderos para las textualidades y oralituras indígenas en Abiayala. Su trabajo interdisciplinario recordó a varias generaciones que en el río Caquetá, todavía hoy, hay libros de piedra bajo el agua, petroglifos que emergen cuando baja el caudal y que cuentan historias primigenias. También que “el mito es palabra revelada”, no quimera ni anacronismo, sino ese presente que nos sostiene “y en el que hay que demorarse” (Las hojas del poder).
Las fotografías y textos que componen el video que incluimos aquí abajo hacen parte de la obra MÁS ALLÁ DE LAS MONTAÑAS DE UYUMBE (“San Agustín”), la cual fue patrocinada y exhibida por el ICANH en 2019 (Universidad Nacional) con ocasión del sesquicentenario del nacimiento de Konrad Theodor Preuss, quien fuera el iniciador de la arqueología científica en Colombia. A partir de las ideas del lingüista, arqueólogo y etnógrafo alemán, quien propuso estudiar la religión y mitología de los uitotos en busca de claves para interpretar aspectos de la cultura de San Agustín (Alto Magdalena), esta exposición señala confluencias andino-amazónicas entre las antiguas culturas de las tierras bajas y las de las tierras altas. Es de resaltar que el río Caquetá nace muy cerca (menos de 100 km) del yacimiento del río Magdalena, en el nudo de Almaguer (Macizo Colombiano) donde los Andes se dividen en tres cordilleras.
Los siguientes fragmentos fueron seleccionados de la exhibición Más allá de las montañas de Uyumbe (“San Agustín”). Asentándose en el lenguaje paradójico de los relatos antiguos de la Gente de Centro, Urbina encuentra una técnica para tejer su propio canasto: la síntesis (Serpiente-Águila, Vigilia-Ensueño, Anaconda-Espiral). Por eso el lector de estos versos/instantáneas notará que los sustantivos aparecen insuficientes, y que el uso del guión o el uso de mayúsculas son estrategias para resaltar la complementariedad. En este imaginario poético, ninguna palabra (vacío, punto, firmeza) tiene solo una cara, pues cada cosa es lo que es y también lo opuesto: el creador es lo creado y viceversa; quien tiene el silencio tiene la palabra.
Cañón de Araracuara desde El-balcón-del-brujo-de-piedra
Ser Gunadule es ser Gunayala y ser Abiayala/Abya Yala
Baba y Nana son nuestros creadores, seres supremos.
Abiayala/Abya Yala, territorio salvado, tierra de sangre, como dice nuestro hermano, Dad Neba Nelson de León Kantule, Abiayala/Abya Yala representa espacios de “plena plenitud”.
Abia-sangre
Viene del idioma dulegaya, idioma dule o también conocido como guna o Gunadule
Abe/Ablis es sangre – y la palabra, Yala-tierra, montaña, continente, territorio.
Tierra de sangre; sangre derramada y sangre de vida.
Abiayala/Abya Yala es la solidaridad y lo colectivo, con solidaridad colectiva somos semejantes a la tierra, una tierra de plena plenitud y de vida,
Para entender la profundidad de Abiayala/Abya Yala, es más de las cuatro etapas de la evolución de nuestros mundos, son los recuerdos de nuestras historias de Babigala, de Baba y Nana, de Ibeler y sus hermanos, son historias de caos y unificación, de Biler e Ibeler, por tanto, para nosotros Dules, es sobre posicionalidades relacionales.
Abiayala/Abya Yala existe.
No es sobre ‘las Américas’. Es más.
Abiayala/Abya Yala, siempre ha estado en vida y presente.
Abiayala/Abya Yala es evolución de desarrollo con solidaridad colectiva, no el caos de destrucción, porque como en las palabras de nuestro hermano, Marden Paniza, músico y compositor gunadule, es para recordarnos que mer burgwega anmar namagge “cantamos para no morir” y en esto cantamos,
Anmar di, somos agua
Anmar yala, somos tierra y montañas
Anmar ari, somos iguana
Anmar achu, somos jaguar
Anmar yaug, somos tortuga
Anmar bansus, somos colibri
Anmar Abiayala
Somos tierra de sangre
Tierra de sangre derramada, sangre de vida
Somos tierra de plena plenitud
Y no nos falta nada
Itogua.
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Dad Neba Nelson De León Kantule –
Asociación Napguana
Pueblos indígenas, desarrollo y Medioambiente
Después de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, celebrada en Río de Janeiro, Brasil, en junio de 1992, fue un acontecimiento histórico para los pueblos indígenas y sus derechos en relación con el medio ambiente, donde reconoció a los pueblos indígenas y a sus comunidades al cuidado de la madre tierra que han venido haciendo y el aprovechamiento del medio ambiente. Se reconoció la importancia de los conocimientos y prácticas tradicionales de los pueblos indígenas y la comunidad internacional (los estados) se comprometió a promover, fortalecer y proteger los derechos, conocimientos y prácticas de los pueblos indígenas y sus comunidades.
Los pueblos indígenas siguen estando en la mira de los que impulsan supuestos desarrollos con planes globalizadores, que a la larga perjudican más nuestras precarias condiciones de vida. Todo esto acontece en un mundo convulsionado, donde cada vez las guerras internas o entre estados se hacen costumbre. De igual manera las guerras entre poderosos (empresas trasnacionales) son motivos de desplazamientos de los pueblos indígenas en condiciones infrahumanas, cuando descubren minerales, cuando quieren construir hidroeléctricas y otros, en los territorios nuestros (ejemplos sobran en Abya Yala/Abiayala, América, caso de los kunas de Mudungandi, en Panamá, la hidroeléctrica del Bayano, y la construcción de hidroeléctrica de Barro Blanco).
Hablar de desarrollo para los Pueblos Indígenas no significa únicamente que se hable de inversiones y cooperación traídas del extranjero, significa en primer lugar el reconocimiento de su cultura y tradiciones, que involucra también el respeto a la tecnología ancestral con que nuestros Pueblos han sobrevivido.
Ante esta realidad de los grandes cambios mencionados, los Pueblos indígenas nos enfrentamos a estos retos y tenemos que prepararnos para los venideros, sin renunciar a nuestras raíces ni a los principios que nos legaron nuestros antepasados. Retomando las enseñanzas de los grandes sabios de nuestra historia, nuestra identidad, adaptándolos a la realidad del presente, para proyectarse al futuro.
Ya es el momento que los pueblos indígenas planten su modelo propio, basado en nuestra dinámica organizativa, con planteamientos políticos, socioeconómicos, culturales, religiosos, territoriales y de autonomía, en fin, la reivindicación de nuestros derechos específicos y colectivos, basados en la solidaridad, equidad, históricamente menospreciados por los Uagas (no indígenas).
No estamos en contra del desarrollo, queremos el desarrollo y seguir siendo indígenas. Lo que no compartimos y no estamos de acuerdo son con las imposiciones del modelo de desarrollo occidental, los cuales han demostrado ser inoperantes, caducas, que han causado rupturas, daños considerables de nuestras estructuras políticas, sociales de nuestros pueblos. Estos modelos impuestos a nuestros pueblos, migraciones, cambios debilitan nuestra identidad cultural. Siempre los Uagas (no indígenas), van a ver en los pueblos indígenas como un obstáculo, una barrera al desarrollo.
Los pueblos indígenas, en general, cuentan con una larga experiencia en el manejo de los recursos naturales, puesto que hemos vivido desde tiempos inmemoriales en contacto directo con la naturaleza, obteniendo de ésta los benefactores necesarios para satisfacer nuestras necesidades. Aún cuando no hayan definido el concepto de desarrollo sustentable, llevan muchos años poniéndolo en práctica.
Los pueblos indígenas han perdido mucho sus territorios en nombre del desarrollo, y corren el riesgo de seguir perdiendo tierras ancestrales y lugares sagrados, muchos de los cuales contienen la biodiversidad más rica del mundo. Los gobiernos que se han adherido al Convenio sobre la diversidad biológica tienen la obligación de poner en vigor leyes internas o de modificar sus constituciones para garantizar la participación de los pueblos indígenas en la conservación y la utilización sostenible de su medio ambiente.
Me pregunto qué bosques, ¿qué biodiversidad venden o negocian nuestros países para canjear su deuda externa? Nosotros tenemos ricos bosques, minerales, agua dulce, mares, si lo vendemos todo hoy, mañana también seremos pobres y no tendremos qué legarles a nuestras generaciones futuras, por lo tanto no podemos decir sí a cualquier inversión pensando en el hambre de hoy.
Los indígenas vamos a aceptar las inversiones en nuestra región sin ningún problema, siempre y cuando los inversores sean personas honestas y quieran compartir las ganancias con nosotros, aquellos que no hagan trabajar a nuestros hermanos para no pagarles después… aquellos que no se escuden en los políticos de turno, en el poder para insultar a una cultura indígena, aquellos que tengan paciencia de las autoridades indígenas en las negociaciones. Somos conscientes de la riqueza que poseemos, pero el mundo no se acaba mañana y vendrán otros hermanos, hijos, nietos nuestros que nos agradecerán de no haber agotado todo de una sola vez lo que nos legado nuestra Napguana (Madre Tierra), madre de todo desarrollo si amamos y la conservamos, o simplemente de las desgracias humanas, si sus hijos no sabemos respetarlas.
Todas las exigencias de nuestros pueblos son justas y legales a la luz de las leyes internacionales y nacionales, convenios, tratados y otros instrumentos que hablan sobre los derechos de los pueblos indígenas. Podemos mencionar un ejemplo concreto con la adopción de la Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas de las Naciones Unidas, art. 32. Acápite 2. Los Estados celebrarán consultas y cooperarán de buena fe con los pueblos indígenas interesados por conducto de sus propias instituciones representativas a fin de obtener su consentimiento libre e informado antes de aprobar cualquier proyecto que afecte a sus tierras o territorios y otros recursos, particularmente en relación con el desarrollo, la utilización o la explotación de recursos minerales, hídricos o de otro tipo.
Pero el reconocimiento pleno de los derechos de los pueblos indígenas no se da con claridad en todos los países. Por eso, el verdadero reconocimiento y no solamente en papel o leyes, es el punto de partida indispensable para cambiar por el sendero hacia un desarrollo pleno. Lo cual significa que los pueblos indígenas tenemos la capacidad plena de llevar adelante nuestro propio desarrollo y que se nos dé esta oportunidad.
Solamente pedimos la oportunidad que se nos dé por lo menos de trazar y escoger nuestro propio destino, basados en nuestros principios y valores culturales, que hasta ahora han demostrado ser válidos en nuestras comunidades.
La característica principal de los pueblos indígenas, a diferencia de la sociedad occidental, es que los sistemas sociales están basados en la ayuda, protección mutua, hermandad y la solidaridad. Que no necesitan estar escritos en voluminosos códigos que al final no se cumplen, es en la práctica diaria que nuestra gente lo hace realidad, es nuestra forma de vida. Tanto los aspectos sociales, políticos, económicos y espirituales de la vida están ligados vitalmente formando una unidad.
Por todo lo dicho anteriormente sigo manteniendo el principio de mis maestros kunas, para nuestros padres, naskued (desarrollo) significa producir la tierra y aprender los conocimientos tradicionales para el beneficio de todos(as) y no de unos pocos, no para ser ricos individualmente, sino para compartirlo con todos(as).
Este valor nos ha mantenido a pesar de muchos cambios que están pasando en la sociedad indígena. La identidad cultural kuna sigue viva, seguirá viva, mientras nuestros pueblos vivan unidos. La fuerza de nuestra cultura ha persistido a través de la historia; la entrada de algunos modelos impuestos en la comarca ha variado algunas cosas en nuestras comunidades, y aún así, no ha podido cambiar nuestro ser, seguiremos siendo kuna.
Este camino es imprescindible, se plantea que se considere la participación activa de los pueblos indígenas, como pueblo Ngäbe, Kunas, Emberás, Nasos, Wounaan, Buglé, Bri-bris.
Así la participación de mujeres, jóvenes, ancianos y otros. Cuyo aporte permitirá construir una base jurídica más sólida, armónica, y representativa, cuyo resultado será una sociedad más justa y equilibrada, de igual manera, la voluntad política y tolerancia de todos los actores, para comprender y aceptar la existencia de esta diversidad de pueblos indígenas en Panamá.
Para la convivencia pacífica y la construcción de una verdadera sociedad democrática, es indispensable reconocer y dar valor a la existencia de los pueblos indígenas con sus valores e intereses diferentes, así como respetar y tolerar esos valores históricos e intereses que nos distingue de los demás. Lógicamente, un reconocimiento meramente moral no es suficiente; en un país como Panamá, donde coexisten diversas culturas, debe plasmarse en su legislación, en la constitución. No debe existir un grupo que imponga a los otros sus propias normas y valores de conducta y comportamiento.
* Dad Neba: en la lengua indígena kuna, significa, “Abuelo de la Llanura”, con ese nombre se identifica Nelson De León Kantule, Comunicador indígena Kuna / Directivo de Asociación Napguana.
E-mail:duleigar@gmail.com y napguanakunagmail.com
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Fotografía de una mola de la colección de mola de Sue Patricia Haglund
Taira Edilma Stanley Icaza
KIPARA
Quiero hablar de los trazos
de mi cuerpo
De los trazos de donde vengo
De la fuente que impulsa
mi punto de partida
De mi primera línea espiral
de mi herencia de mujer indígena
de mi rebeldía, mi nahua y mi mola
del coraje que corre en mis venas
de la abuela Carmen y de mamá
Déjame que los trazos penetren
mi cuerpo
que hablen de la herencia y nuestras
huellas
De la hermana Bertha y Marielle
Déjame gritar y amar
Quiero otra vez trazar mi cuerpo
una y otra vez
beber de la inna*
sentir el río sagrado
volver a enredarme en mi trazos
trazar y trazar
hasta empezar con el punto final,
como espiral
*inna: jugo de maíz, refresco
El Luna 1925 y Wewe
Otra noche, de esas noches
De amor
Donde se murmuran llantos
tristezas, lágrimas y más lágrimas
Sacuden y sacuden el sudor
Wewe*, trata de aletear la humedad
Y con albahaca en su boca
da tranquilidad
detiene tan cruel
acción, ultraje
y violación.
Sus alas aletean
Y tranquiliza el pulso
los oídos tratan de escuchar
Olvidar, aquella
luna creciente
Sus ojos al hundirse dan el mensaje
la voz que sale de sus alas
sosiega el alma,
el hermano Luna,
susurra a Wewe
vamos a cantar
*wewe: variedad de grillo pequeño que abunda por las costas; pulga de arena
~~~
Fotografía de una mola de la colección de mola de Sue Patricia Haglund
Cebaldo Inawinapi De León
1
An Di!
Agua somos. Agua seremos!
En una aldea kuna nace una niña, y la partera canta, la abuela canta, ellas cantan: Venimos del agua y con el agua. Naciendo desde el líquido fecundo de la placenta, que después será abono y serán sembrados (placenta y cordón umbilical) en tierra generosa, bendecida por la lluvia.
La niña crece. Un día, su cuerpo le avisa que la vida es fecunda y por varios días, las mujeres de la aldea la bañaran diariamente en una surba – casa sagrada hecho de pencas, palabras y mucho amor -, agua y ella y las palabras de las cómplices y sus deseos y sus sueños viajando por este territorio sagrado: ¡su cuerpo!
Agua y Palabra, tatuando a la púber!
Va la mujer, al viaje final, el poeta le canta sus días y sus noches, y recibe el baño perfumado de flores y plantas y el último viaje será en el río de sus amores juveniles y sembrado en el bosque generoso… y ella empieza a navegar en el río sagrado que la guiará a la Matria final.
¡Agua somos! Canta el Poeta Mayor
¡Agua seremos! Canta la aldea.
Un fecundo líquido nos trae - en amorosas aguas amamos y creamos- y en un generoso líquido viajamos a la Casa Final!
2
Cantan nuestros Poetas Mayores, que un fino y mágico hilo une, cose las aguas de los ríos, de los mares, los árboles, el bosque, la tierra y sus habitantes, construyendo una gran red, equilibrando y armonizando los sonidos, los colores y los frutos de la Tierra.
¡Somos todos Uno!
Canto y arte que nuestras mayores creadoras, las Mujeres kunas, lo han entendido de forma maravillosa, cuando cosen sus vestidos, sus molas con telas de colores donde tatúan sus sueños, sus deseos, sus historias y encantos que les salen del lado izquierdo del pecho y se deslizan hasta la punta de los dedos.
Y lo continúan hoy, en estos tiempos urgentes, sus hijos, sus nietos…armonizando los sonidos, los colores y las cosas disonantes.
Es parte de la red mayor, del tejido universal, equilibrando sonidos, colores y sabores, y si un día parte de la red, se rompe, rápidamente hay que arreglarlo, coserlo, para que sigamos caminando y meciéndonos en esta Hamaca Universal, nuestra Casa Grande, la Tierra.
3
quién ordena el tiempo? no es el reloj, es la Palabra, es la Lengua (sé que lo leí en alguna página encantada de un hermoso libro o en un canto en alguna aldea marina) y me lleva en este vuelo urgente, a mis días en la Casa Grande, en la aldea marina, cuando el Poeta Mayor, el Sagla canta y cuenta los días de la aldea, de la tribu, de la Tierra,
porque lo que nos habita y tatúa es el tiempo del discurso, de las palabras, del goce, del verbo...reinventando mundos, palabra a palabra, creando magias...!
Degiii!
~~~
Fotografía de una mola de la colección de mola de Sue Patricia Haglund
Atencio López
NOSTALGIA
Trato de mirar
nubes y aves
al atardecer,
mas no pude.
Mis ojos cegados
adentran más en
recuerdos infantiles
que no volverán.
Existencia feliz
en sus regazos
se formó mi futuro
mi esperanza.
Hoy,
de mi vida deshojan
flores, sueños,
caricias
que me acompañarán
para siempre.
Desde la playa, mar,
Siento que algo
se apaga
Voy por el mundo
llevando amores,
corazones
y sobre ellos
he de dormir,
llorar.
Siento amor
pero me embarga
honda tristeza
ojalá las lágrimas
laven esa amargura
y pueda amanecer
a tu lado
haciendo el amor…
GENOCIDIO EN ABYA YALA
Nada que celebrar
los 12 de octubre
fecha que dio inicio
al genocidio jamás
escrito
en la historia de la humanidad.
Cien millones de seres humanos
llevados a las hogueras
sacrificados y asesinados
en nombre de dios y la biblia.
Reyes de España
creyendo salvadores del mundo
inundaron de escoria humana
nuestro continente
basura humana
que quiso borrar
la historia indígena.
Desde tumbas, bosques,
ríos, mares y lagos
el rostro masacrado
de abuelas y abuelos
emergieron para mancillar
el orgullo occidental europeo,
Abya Yala escribe su propia
historia con rostro indígena
al son del grito de
libertad…
MUJER
Con música de antaño
al son de flautas y maracas
vengo ebrio entre peces
olor a océano
traigo ante tu altar
algas y flores
que arranqué
desde el fondo del mar,
Quiero llorar entre tus brazos
Y llevar tus aromas y ternuras
a otros mundos donde pueda
contar historias de amor
nacidos en islas y playas
bajo el mar embravecido
y un sol inclemente.
Amor de rostros bronceados
por el salitre y noches estrelladas,
amores,
recuerdos y legados
de nuestros ancestros guerreros.
~~~
De la colección de molas de Sue Patricia Haglund, esta mola está hecha por Rosa Lidia Gallardo, prima de Sue Patricia Haglund. La mola de cangrejo y pescado es hecha por la tejedora Rosa Lidia Gallardo (nieta de Juan Gallardo, quien es hermano del abuelo de Sue Patricia Haglund, Ricardo Walker).
Kinyapiler Johnson González
FUE EN ARINII *
De pronto se escuchan ritmos de comparsas,
tunas**, calle arriba y calle abajo;
los resbalosos salen en cualquier calle,
señal que llegaron los carnavales a Bannaba (1).
Mientras que, en el brioso y seductor Caribe,
en las islas de la República Tule,
con orgullo se izan las banderas de la revolución;
es el mes de Morginnid e iba (2) es arinii.
Tengo mi cotona roja,
los urigan (3) se pintan de “achiote emputado”;
los colmillos y corazones de jaguares,
las garras y picos de águilas se juntaron.
Las molas arrancadas se tiñeron de sangre ese día,
las argollas y las winis (4) prohibidas
y dispersas por el archipiélago.
Prohibido olvidar esa fecha, tatuada en nuestros corazones.
Las tinajas de gabir (5) pateadas y rotas,
los braseros apagados por las botas,
los rituales prohibidos,
las hamacas escindidas…
Nunca se nos olvide compañeros,
que esta patria nos costó sangre
y no fue regalo de ningún gobierno.
Alerta, alerta hermanos,
Gabidamalargeee... (6)
Hoy las tinajas de la revolución
están fermentadas en cada isla,
para brindar por la paz
al calor de las totumas de gabir.
Hoy al igual que ayer compartimos esa alegría
junto con nuestro pueblo,
porque nuestros eternos jóvenes guerreros de 1925
sembraron sus viejas escopetas de cacería de un solo tiro,
pero certeros cual flechas de Igwaoginyabbiler,
el arquero de la mejor puntería, el hermano Venus;
para que hoy sus hijos(as) y nietos(as) disfrutemos
y gocemos de lo que tenemos…
¡Noggasdde, iddomalando, sioggooooo…nagase! (7)
Gritemos y brindemos con nuestras abuelas y madres.
* arinii = luna de iguana (mes de febrero)
** las tunas = grupos de gente con canto y música que bailan en las calles con un baile de tambor durante el carnaval panameño.
1.Panamá
2.Morginnid e iba = Mes de la camisa roja
3.guerreros kunas
4.chaquiras o abalorios
5.chicha fuerte
6.no se duerman
7.Brindis kuna: ¡Tenemos la totuma, probemos, salud... hasta el fondo!
DIIANAI
“Iawala ganaggwa agdededi yalabali,
Dada Nagibelele bega ulusumba sie nasaye,
nue daggedi yalabali yee…”
(Inicio del verso de Aggwanusa adaptado por mí, en el original dice “Pato Diolele”, donde digo: “Dada Nagibelele” y en parte me inspiro en ese tratado de Aggwanusa, está dedicada a alguien muy especial)
Iawala gwenaddiye, bedi an idusad
nega sagla unni; andi bese gormaggenai,
be gammu ganse be ulusumba billinganba.
Inaulu dagge yobi bedi maigudeye,
gwena benunis nalleguemaisuli;
nii ulu obaggemaid ilaba nega duubali.
Nana Olonubdiigili, be ordiidina
aryomegisa, ber gungidagge yobi;
agddarmaggemai be ana gandi.
Nana Maninubdiigili, be maninisdii
suurmaggemai, ber maniale
ber manidaggeyobi.
Nana Inanubdiigili, be inadii
wawadiggi ber inabisebdili yobi;
goggedili, nunabdili bunnogemainie.
Nana Igwanubdiigili; be ganngued,
be sabed anga ugge;
bargaegala be nunis maniga sademalad.
Be inaulu wawanmaggemai nie;
suemola bedi yoemai,
be burba, Nan burba mogir inbaba.
Oloeaidiili be suggedi dinnaguemai,
anmar nuggi, gwenad an be daggsuli;
anai dii emi be ibagi, an bega soge Anna Diianai.
DIIANAI.
(Traducción libre aproximado al español por Kinya)
Hermano mayor río, tú que eres antes que yo
desde el inicio de los tiempos; yo te invoco,
a tus afluentes a tus orígenes subterráneos.
Tu que atraviesas como un gran cayuco medicinal,
regalando tu leche a todos
en cada viaje de la luna en su cayuco por el cielo.
Madre Olonubdiigili, tus dorados líquidos
recorren, y caen radiante cual oro en su camino;
en tus afluentes resplandecientes.
Madre Maninubdiigili, tus líquidos plateados
recorren y brillan como platas
como argentas en el camino.
Madre Inanubdiigili, tus olorosas
aguas medicinales como esencias de albahaca;
hálitos de goggedili, nunabdili.
Madre Igwanubdiigili; dame tus fuerzas,
y tu amor; para parar a los mercaderes
que lucran con tu leche.
Tu cayuco medicinal tembloroso está;
con atuendo de la mola de arcoíris,
tu fortaleza, espíritu de la Madre entre las nubes.
Oloeaidiili tu corriente se está secando,
por nuestra culpa, ya no te veo como hermana;
Mi amiga agua hoy, te digo Anna Diianai (hola amiga agua).
Poesía 01
Poesía
es la luna llena
en tu luna,
es tu sonrisa
en mi tristeza,
es el amanecer
en mi atardecer,
poesía es el florecer
de la dilla en el amanecer
de dillanii… *
* dilla [dil´la] en kuna es palo santo y dillani [dil´lanii] es la luna de palo santo o mes de marzo.
Poesía 02
La poesía son las delicadas
manos de la mujer kuna
que convierte los hilos y telas
en versos multicolores en sus molas
en los atardeceres en Kuna Yala.
Y en las madrugadas sus callosas
manos levantan las calientes pailas
para preparar el desayuno
a los futuros rebeldes tirapiedras,
herederos del 25 de febrero.
~~~
Maninaindi R. Roldan. G
Kipara
El universo y
sus abrazos se manifiestan
en trazos
en negros símbolos
en alquímicas formas.
Existen verdades escondidas
en su geometría/ líneas que nos unen
La piel receptora de legados
sirve como lienzo frágil
donde reposan de sus largos viajes.
Es en ella habitan/migran/ mutan
regresan a ser simples líneas cósmicas.
A un costado de mi memoria estás
Eres la fuerza que sustenta mis luchas
El abrazo que me protege de los extraños
Tu antigua guerra es hoy mi escudo
/ Mi galardón
Tu bandera ⎯símbolo de rebeldía y coraje⎯ es mi lanza
Por eso te doy gracias a ti querido abuelo que habitas mi memoria
Por eso te doy gracias a ti querida abuela por tu sacrificio
Hoy como hijos de febrero luchamos para merecer tu nombre
Para mecer la Matria que tanto y tantos amamos
Ondeo la bandera de la rebeldía
del sacrificio
y la vida
Efimero
Tenemos el tiempo del colibrí.
Un tiempo de suspiros.
Un tiempo de ecos y nostalgias.
De tinaja y canto.
Y en ese espacio donde canta el tiempo
eres el punto de esta hora
el minuto en la nube.
Sobre los autores gunadule
Dad Neba Nelson De León Kantule es ensayista, intelectual, y activista gunadule. Su nombre, Dad Neba, en lengua indígena Kuna significa, “Abuelo del Llano”, con ese nombre se identifica a Nelson De León Kantule, bisnieto de Nele Kantule, comunicador indígena Kuna / Director de la Asociación Napguana. Correo electrónico: duleigar@gmail.com y napguanakuna@gmail.com
Taira Edilma Stanley Icaza es activista gunadule, poeta, y académica. Egresada de la Licienciatura en Ciencas de la Educación con un postgrado en Docencia Superior. Es miembro del Movimiento de la Juventud Kuna (MJK) y otras organizaciones indígenas internacionales. Ella fue a Bolivia a estudiar para su maestría en la Universidad Mayor de San Andrés y trabaja en la Oficina de los Pueblos Indígenas de la Universidad de Panamá.
Cebaldo Inawinapi De León es autor, poeta, y antropólogo gunadule nacido en la isla Usdub, Comarca de Gunayala. Inawinapi vive entre Portugal y Panamá y es autor del libro Mi Primer Árbol: An Sabbi Iduged (2019). Además, es protagonista en el film, Panquiaco, y es parte del documental, LucíaMor: La Mola de Lucía. Se puede conocer más sobre Inawinapi aquí
Atencio López es gunadule de la Comarca de Gunayala, Panamá. Es autor, poeta, y abogado de Derecho Indígena, Comercial, Penal y Civil. Estudió en la Facultad de Derecho y Política de la Universidad de Panamá y obtuvo su Maestría en Derecho Comercial en la Universidad Interamericana de Panamá. Por varios años, Atencio ha ocupado diversos cargos en organizaciones indígenas panameñas e internacionales. Se puede conocer más sobre Atencio aquí.
Kinyapiler Johnson González es poeta, artista, y activista cultural gunadule. Nació en la comunidad de Usdub, Comarca de Gunayala, Panamá. Él estudió en la Facultad de Economía en la Universidad de Panamá. Además, Kinyapiler fue administrador del Congreso General Guna en algunas ocasiones, es miembro y militante del Movimiento de la Juventud Kuna (MJK), y miembro fundador del Colectivo Teatral Ibeler Wagan.
Maninaindi R. Roldan. G. es poeta, artista, y psicólogo gunadule nacido en la isla de Usdub, Gunayala, Panamá. Estudió en la Universidad de Panamá y es licenciado en psicología. Como artista, Maninaindi participó junto al colectivo Igar Yala en la realización de la película Burwa Dii Ebo (El viento y el agua), selección oficial del Sundance Film Festival 2008. Es autor del libro, Demonios en mi desierto (2019).
Dad Neba Nelson de León Kantule, uno de los fundadores del primer Radio Digital Comunitaria “Voces Originarias Panamá” https://www.vocesoriginariaspanama.org/
Poeta e investigadora gunadule de Panamá. Tiene un doctorado en Política Indígena de la Universidad de Hawái en Manoa. Investiga las obras de los poetas gunadule contemporáneos cuya poesía habla en contra del colonialismo, y refleja la metamorfosis cultural de la tradición oral Gunadule actualizada. Su poema “Conversaciones con mi abuelo” fue publicado en la primera antología de poesía Gunadule, Antología de Poetas Kunas (Ciudad de Panamá, 2015), y ha publicado varios capítulos de libros, incluyendo Interfaces Indígenas: Espacios, Tecnología, y Redes Sociales en México y Centroamérica (2019).
Shunku-yay arawi kamumi, runa shimipi, mishu shimipi killkashka kan. Ñukanchik allpa mamata kuyashpa charinamanta rimapan, shinallata runa warmikunapa kawsaymantapash riman.
Shunku-yay o Mirarse en la eternidad del corazón es un poemario en kichwa y español que nace como un grito para empatizar con el territorio sagrado de la madre tierra así como también con el cuerpo de las mujeres de pueblos originarios y su realidad.
Ñukanchik allpa mamaka tawka kawsak apukunata, samaykunatapashmi charin, paykunapi tukuy pachapi kawsamushka kan. Kay wakakunaka, hatun ushaykunatami charin, hatun samaykunatapash, chaymi paykunapa wasikunaman yaykunkapakka, minkachiway nishpa yaykuna kashkanchik. Shinami paykunata mañashpantin, takishpantin, rimachishpantin yaykuna kanchik. Urkuman rikushpaka, minkachiway ninami nishpa hatun taytakunaka yachachishka kan. Ima chakrata tarpunkapak kallarikushpapash, minkachiway nishpa yaykuna kashka ninmi hatun mamakunapash.
Chashnami shuk wakakuta minkachiway nishpa kallarikrinchik. Wakakunaka mana warmillaka kanchu, mana karillaka kanchu, shuk shuk ushaykunami watarishka paykunapika, wakinpika warmi, wakinpika kari, shina rikurin punta rimaykunapi, shutikunapi, ima ruraykunapipash.
La madre naturaleza/allpa mama está integrada de varios cuerpos y tiempo-espacios o pachas. Territorios sagrados o wakas con poderes propios, a donde no podemos ingresar sin antes pedir permiso, por medio de rezos, saludos, cánticos, silbidos.
Minkachiway es un inicio al ritual de ingreso a un espacio. Los abuelos dicen minkachiway cuando empiezan a caminar a los pies de una montaña. Las abuelas piden permiso para anunciar la llegada a una chakra/sembrío. Las noches antes de un ritual de baño de purificación se llega a la vertiente de agua pronunciando minkachiway, tal cual se anuncia la llegada a la casa de alguien más.
Así ingresamos ahora a una waka o lugar sagrado como son nuetrxs apus, los espíritus de la montaña con poderes diversos más allá de lo femenino y masculino, personificados en nombres, en acciones, en leyendas.
Ñukanchikka, sinchi ushaykunami kanchik, wayrakuna, ninakuna, yakukuna, allpakunapashmi kanchik. Chay ushaykunataka wakinpika mana riksishpallatami chinkaririnalla kanchik.
También somos espíritus que se mutan con el aire, el fuego, el viento,el agua, la madre tierra. Una fuerza infinita que muy pocos logramos vivirla a plenitud.
Y se me atravesó un cierto desconcierto por el pecho,
el timu, la memoria y mis manos.
Después de unos segundos; respondí,
escribir me libera…
A pesar de ello, había una astilla molestándome en silencio.
Me inundé de nostalgia,
con un vacío que se remueve entre recuerdos.
Sé que en algún momento del tiempo,
el alfabeto se nos metió con golpes.
Acompañado de un Dios,
apoyado por un señor, un rey, una lengua.
Mutilando conocimientos, barriendo mis huertos.
Matando a lo diversx.
Al pensar el origen de este alfabeto
siento cómo vaciaron mis campos, mis tejidos, mis manos,
siento una ausencia de los trazos, de los hilos.
Una pérdida que no vivieron mis ojos pero sí lo vivieron los míos.
Me pregunto ¿dónde está nuestra escritura?
y solo se dibuja en mí, las fajas que cuelgan mi tejado,
me hablan las figuras tejidas con los hilos de lana,
me mira la cinta que ata el cabello de mi abuela,
me abraza la manta que mi abuelo tejió,
me acompañan los kinkus que llevo en mi anaco.
Si me preguntaran de nuevo ¿por qué escribo?
Repetiría: para sanar memoria.
Hoy me sana lo que en su siglo nos ató los huesos.
Hoy se tejen con mi voz, e invento salidas.
Killkakmanta
Samay Cañamar M., warmi kichwa Otavalomanta, yachachik, feminista, shinallatak psicoterapeutami kan. Arawikunatapash, ima killkanatapash ashtakata killkanata allikachinmi. Shinallatak runa warmikuna imashalla kawsaymantapash ashtakatami rikuchinkapak munan; feminismoskunamantapash.
Sobre la autora
Samay Cañamar M., kichwa Otavalo, docente universitaria, feminista y psicoterapeuta. Escribe en kichwa y español. Le interesa los feminismos y diversas problemáticas que adolecen a las mujeres y cuerpos feminizados.
Más sobre Samay Cañamar M.
Puedes adquirir Shunku-yay / Mirarse en la eternidad del corazón AQUÍ.
AQUÍ puedes escuchar los poemas en kichwa y español, en voz de la autora.
La investigadora kaqchikel Aura Estela Cumes ha explicado que el culturalismo paternalista en Guatemala representa a la mujer maya como un objeto turístico, una pieza de museo, tejedora y guardiana de la cultura, pero al mismo tiempo la separa de su posibilidad de “autoridad epistémica”. Maya Cú captura este paternalismo sexista en los siguientes versos:
(...) que quede claro:
no soy
muñequita ancestral de barro
revivida por el soplo divino
de intelectuales posmodernos.
Desde 1996, Maya Cú le ha estado recordando a la sociedad guatemalteca (y Latinoamericana) cuán asustados se encuentran de verse en el espejo y descubrir lo marrón, lo canela, lo mixtos que son, lo “morenísimamente hermosos” (“Rabia”). En su ensayo “Poetas y escritoras mayas de Guatemala: Del silencio a la palabra” (2016), Cú cuestiona la censura de las instituciones coloniales (escuela, familia, iglesia) a las voces de las mujeres indígenas, pero también la autocensura de las propias mujeres indígenas, quienes en algunos casos no se permiten auto-reconocerse como escritoras (84). En las palabras de Cú, las expectativas de los editores y académicos sobre la indigeneidad (como problemática rural y étnica) no reconocen la diversidad de las expresiones contemporáneas mayas. Los poemas que publicamos aquí son una muestra de su último libro, Alrededor de la casa (La Chifurnia, 2022).
Nunca fue
más que un refugio
ante la intemperie
tenía
frágiles paredes
humedad
ahí convivimos
las ratas
la basura
mis hermanas
yo
era la casa
es la casa
la raíz de
un grupo
humano
y esa mujer
columna
que se niega
a dejarla caer
Una casa resistente a sismos
debe llevar cimientos fuertes
una armazón de hierro profunda
cuando el temblor venga,
la casa difícilmente caerá
¿y si esta habitante no tiene buenos cimientos?
Paredes de madera
vulnerabilidad ante el fuego
de lámina evitan la lluvia
pero encierran el calor
paredes y techos de cemento
protegen de la lluvia, el sol, el fuego
¿cómo evadir la soledad?
¿cómo se defiende una de la tristeza?
¿cómo construir
paredes contra los golpes?
¿quién diseña casas capaces de
dar techo, alimento, amparo
y dosis interminables
de comprensión y ternura?
Para las del cuarto. Managua, 2002
Convivimos
recreamos el amor
desnudamos
las pieles
nos escuchamos
peleamos
reímos, jugamos
fuimos niñas
lloramos
éramos
las mujeres
de aquel cuarto
matando fronteras
creando
una nueva casa
de la que no
queríamos salir
un refugio
con hermanas y madres
en continuo aquelarre
dándonos libertad
Convivimos
recreamos el amor
desnudamos
las pieles
nos escuchamos
peleamos
reímos, jugamos
fuimos niñas
lloramos
éramos
las mujeres
de aquel cuarto
matando fronteras
creando
una nueva casa
de la que no
queríamos salir
un refugio
con hermanas y madres
en continuo aquelarre
dándonos libertad
Hay mucho qué hacer
mucho qué hacer
primero
reordenaremos el espacio
los puntos cardinales
se orientarán en dirección
al cielo
la luna
se llenará
por un tiempo prolongado
el nubarrón vendrá
de noche
a dormir en la terraza
¿dónde pondremos
la neblina?
el balcón que viene
en camino
con gusto compartirá
su flor
tendrás una pared
infinita
para montar
la exposición de tu
locura
para mí
solo quiero el rincón
desde donde te
veré
amor
armar
y desarmar el mundo
¿A dónde puede ir un corazón niño, herido de distancia, de melancolía, de desprecio, si la casa está a medio construir? ¿Si las paredes son frágiles y el piso húmedo? Busca refugio sin encontrarlo. Y sale a correr desnudo, para abrigarse en otros corazones hambrientos de compañía.
Envejecí
adentro
dejé
pedazos de mí
esparcidos por
las paredes
me moví
por inercia
dejé semillas
en algunos ojos
abrazos
en algunos cuerpos
salí
casi vacía
ahora llevo
arrugas
canas
nostalgias, dolores
recojo
mis pedazos
los meto en una bolsa
y salgo
y no encuentro más
que mi tristeza…
Soñaba
con una casa
blanca
rodeada de flores
con árboles inmensos
solo pedía
un techo y piso
dignos
nunca la tuve
ayer
apareció un proveedor
de certidumbre
que construye
a diario
junto a mí
una casa nueva
en el descubrimiento mutuo
vamos echando
los cimientos
hacemos las paredes
compartimos el sueño
de juntar nuestros pedazos
para armar una nueva casa
donde habitaremos
Hoy me desnudé
posé para
la cámara
la ropa
quedó regada
por el cuarto
mis huellas
dispersas
cuando me detuve
me di cuenta
de que
todos los espejos
desaparecieron
encontré mi cuerpo
bailando
sonriente
amable y apasionado
y me bastó
Ella
sabe que al volver
abrirá la puerta
y sentirá alegría de encontrarse contigo
para tomar café
sopear un pan
escuchar la radio
y bailar al compás de tu canción
El
sabe que al volver
quitará el alambre del portón
atravesará el patio para llegar
a tu lado
te saludará contento
porque consiguió terminar un jornal
porque la tierra responde a sus cuidados
el sol fue benévolo y no lo quemó
la lluvia es generosa y caerá más tarde
te mostrará las mejores semillas
que ha encontrado
para la próxima época de siembra
comerán a la par del poyo
frijoles y café caliente
tortillas de maíz de su cosecha
y queso
derretido
como ellos
Elena visita la casa
I
Comunión extraña con Elena
¿Escuchaste mi nombre?
Lo buscaste y lo preferiste, porque sabes que aquí, tras esta nomenclatura, está mi alma esperando una fiesta de encuentro.
Pero, la única fiesta que celebramos este día, es de lágrimas.
Una y otra vez el llanto ¿por qué une nuestros corazones así? ¿Es tan grande nuestro dolor por estas ciudades amadas que es capaz de juntar nuestras distantes melancolías?
II
Reencuentro de niñas
Pintar esa tarde sería divertido si Elena tuviera la suficiente tranquilidad para posar.
Pero Elena es una niña inquieta que se come las uñas y escupe sus desechos en la butaca. Se moja los pies en la arena firme de un mar que no puede ser atravesado. Un mar que borró el camino de vuelta para la ciudad de nuestro ensueño, nuestro sueño, nuestra raíz efímera, nuestro espacio de comunión. Yo, la hermanita, la observo con cuidado, mientras espero que el tiempo se detenga en este pedazo de playa, pidiéndole a Yemayá que nos cuide, que sea nuestra madre, nuestra diosa, nuestra amiga, nuestra brújula, para volver a esa ciudad.
III
La que no soy
Diva
elegancia en la palabra
voz y erudición
fuerza corpórea
inalcanzable estatura
carismática presencia
historia que quisiera mía
pies bailando sobre el empedrado urbano
arenas llenas de tus pies
agua repleta de tu miedo
labios recitando versos al lado de Reynaldo
ojos vivos de revolución
dedos intermitentes
son mestizo
son eterno
son alegre
son con ton
son contigo
son tuyo
son mío
son aún no escrito
son a medias
son sin partitura
son quebrado
son compartido
son a dos ritmos
son distante
agobiante
incierto
tristeza de son sin razón
tristeza de llanto permanente
dolor que no acaba
dolor sentido
contrasentido del dolor
dolor en paralelo
la que no eres
la que somos
IV
Epílogo
IV
Epílogo
Si de alguien llegué a ser
es de ti
porque me has elegido
o porque mi ancestra de humo
te eligió
Cromo
La abuela bate cacao
junta el fuego
amarra ocote
una niña trenza ajos
dibuja un círculo y al centro
surgen esqueletos danzantes
invitando a bailar
un son
de pocas notas
bailo
la bruma se llena de colores
me elevo
la imagen
se inmortaliza
tras la puerta