Sangre de tabaco. Javier Jayali

Sangre de tabaco © Javier Jayali. Común presencia, 2023

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Javier Jayali es originario de Cota (Kundurmarka, Colombia). Es escritor y promotor de lectura, escritura y oralidad. Estudió literatura en la Universidad Nacional de Colombia. Dirigió el taller de creación literaria Tejedores de historias en la Biblioteca Pública Municipal de Cota, proceso con el cual publicó las antologías poéticas Cota se cuenta en copla (2020), Cuerpos y palabras (2021) y Senderos, resiliencias y otros espejos (2022). Desde el año 2018 dirige Fiba we, una casa de pensamiento para la investigación y pedagogía de prácticas comunitarias. Es fundador de la Red de literatura de Cota (2020 – 2023), y del grupo de música andina Sikuris del Majuy (2018 – 2023). Es sembrador, gestor cultural y líder comunitario. La siguiente selección de poemas proviene de su libro Sangre de Tabaco, un volumen único en la literatura reciente, producida en la sabana de Bakatá/Bogotá, el valle fértil de los cóndores, el territorio ancestral muisca.

Kusmuy (Casa de pensamiento)

La tormenta
la lluvia
el animal
todo tiene su silla y su avidez
su movimiento y su palabra
en la casa de pensamiento.
El duelo
la sanación
la enfermedad
todo tiene su historia, su hombro
-eco-
su purga para la vida y su derecho al silencio.
Tiene también su límite
su soledad invencible, la confusión
su entendimiento imposible.
En algún lugar alguien busca
reparación
acercamiento y lugar,
el linaje común de campo,
una canta de la vereda y la cercanía del cerro.
Alguien busca existir
busca su nombre espiritual
su clan de pez o lombriz
y el sentido de su grieta.
Alguien busca hogar para sus visiones
y bastón para la intuición.
Todo busca la fragua secreta
para mostrar su cortejo
y su mortaja,
el bálsamo febril
para hacer su primera danza,
el rincón fértil
para compartir el aislamiento.

Hay una puerta abierta
la madera extiende sus brazos
y la hoguera palpita como lengua de tambor.

Bienvenidas, bienvenidos,
a este resquicio de lo finito
que siendo tan solo
cumbre de paja sobre estantillos
ha sido por muchos sueños
un compendio del cosmos
breviario del amanecer
y una biblioteca de los fuegos.
Está abierta la casa de pensamiento.

Hoska (Rapé)

Calma
el tabaco tiene espíritu de colibrí

el tabaco tiene espíritu de colibrí
se acerca con el canto cernido y su plumaje de pol-
vo.
Cruza la nariz como ráfaga y aurora
trae presente
-eco, zumbido-
y su aleteo poliniza la mente.
Recorre el cerebro
amansa las voces
que acechan como ángeles
y el pasado alivia
y el futuro espera.
Una grieta se reforesta con su vacío.
El cuerpo siente su propio tiempo,
limpia.

Caminar sentado

Es el tronco de un árbol
mi antepasado
es su sueño un asiento
para caminar sentado.

Con el cuerpo sentado
y la mente caminando
soy una veta de madera
y apéndice de la tierra.
Y soy
con el poporo
con la cona y el chumbe
o el huso en la mano
-y sin ellos-
con el pecho brillante
recogiendo estrellas y silencios.

Soy también
con la mirada astillada
las piernas talladas de várices
y la lengua forjada;
con la tristeza arrugada
y con rabia,
soy sobre un butaco
(extensión de la carne)
frente a un fuego,
con el corazón sentado
y la sangre corriendo.

Entero o en pedazos
toda y todo soy
si tengo espacio para hablar
para confiar o callar,
tocar un acorde o gritar,
porque tengo cuerpo y lugar
mi alma, asiento.

Soy, tal vez,
-sobre un pensadero cósmico
chupando tabaco
contando una historia
o sufriendo-
vestigio del árbol
acción del pensamiento.

Garganta

Mucho tiempo guardó
un fuego podrido;
largas noches
fue atizado en sus paredes
un tubérculo encendido,
sol de la muerte
que devoró las amígdalas
y abortó el viento.
Allí
en las vetas ensangrentadas,
la palabra,
la palabra pirita
la palabra obsidiana
la palabra magma.
¿La palabra?
-tímida, taimada, temida-
fue fósil preservado
en urnas volcánicas.
Aguardó mucho tiempo
como la estrella
que mientras arde, muere
que mientras muere, nombra.
Así la parió el bosque,
inconsciente, abatida.
La garganta
fue el cráter
-extendido y vencido-
al cual el colibrí
ofrendó polvo y semilla de tabaco:
medicina del aire,
bálsamo del verbo.

Esquejes de fuego
hoy rebozan el volcán.

Dosel de aves

Tengo en las vértebras
un dosel lleno de aves
cuyos cantos son presencias,
lúcidas o terribles
que anidan y forrajean.

Se agolpan luego en el pecho
a veces todas
a veces ninguna
y estas,
las que no emergen
que no migran por las venas,
o bien son frutos del árbol
o abstractas,
también enferman.

En vilo
han muerto muchas
temblorosas de espera;
algunas persisten
su plumón se hace aire
su latencia, idea.

Siempre esperan
que de la boca se extienda
la antigua liana celeste
que ata el tiempo y el mundo:
acaso una pregunta, una respuesta
una hoja y un esfero,
una copla,
el silbido de la quena.
Siempre…
la savia de la coca y el tabaco
que las muestra y las libera.

La piedra del confieso

Primero el permiso en la montaña
con el alma descalza, sin ideas puestas.
Ofrendo hilaza y amero, recuerdo el sendero.
Busco la piedra del confieso
hablo con ella:
parezco el primate que recién bajó del árbol
pero también algo semejante a la espora del helecho.
Y vengo de nuevo, como he venido antes
vengo a entregar, a dejar alimento al cerro
a retornar al mundo sin peso.
Quiero bajar liviano,
caminando sentado, con la mochila vacía.
Vuelvo.

El camaleón andino se desliza entre grietas.
El águila paramuna cruza frente a la piedra.

El sueño del fuego

El sueño muestra
restos
de lo que no ha sucedido
de aquello que no ha sido
nombrado todavía
y sin embargo existe.

El humo parece
sueño del fuego,
el fuego sueña.
Sueña con una casa abierta
con manos untadas de greda
con espigas
y lechuzas
y wiphalas al atardecer.

Si hay palabra, el fuego descansa.
Si hay silencio, danza.

Las preguntas parecen
sueño del pensamiento,
El pensamiento sueña:
“¿Qué fuego necesito?
¿La llama alta que encandila o que libera?
¿El fuego medio que observa y contiene
o aquél que lento desfallece?
¿La brasa que somete el anhelo a un gran letargo
o aquella que apacigua los soles al morir la noche?”

Amanece
el humo abraza los rayos de luz.
El fuego sueña
lo que soñó el anciano:
“existe otra existencia”.

Equinoccio

Llega el tiempo de siembra
y cae la semilla del agua.
Se abre el puño del universo
y vuelve la lluvia con su palma extendida.
Nos pondremos la pluma del pájaro
y esperaremos nacer de nuevo.
El sol nos esperará
mientras subraya su analema eterno.
Estaremos allí
y sabremos que hemos dicho lo que jamás quisimos
decir
que hemos sido injustos con lo viviente
que hemos postergado lo postergado
que hemos visto el río asfaltado,
que nuestros ojos están agotados.

Hemos esperado el nuevo sol.
El día dura lo mismo que la noche
y el despertar dura lo mismo que los miedos.
Haremos un contrato cósmico
y una siembra de propósitos:
pediremos que las voces en nuestra mente descansen
nos daremos tiempo y disciplina
consumiremos lo necesario.
Pondremos las manos en el suelo.
Haremos ofrenda.
El sol del equinoccio nos verá nacer.
Gracias.

Mochila

El cordón y la placenta
que algunas sembraron y enterraron
que a otros nos robaron o perdimos
se hace visible con el hilo en las manos
un hilo que crea su historia sobre sí mismo
como el anillo del árbol
como el mito
como la historia del campesino.

Los hilos y colores
se anudan
se hacen mochila
tejen lo visible,
los recuerdos y lo tangible.
Hacia adentro tejen el vacío
el espacio y la forma
lo invisible:
una fosa en la tierra
la memoria para el recuerdo
y un interrogante:
qué se quiere cargar y cuánto se puede cargar
para pasar por la tierra
sin tener un origen.
La mochila es una placenta
unida a su cordón umbilical.

Más sobre Javier Jayali

Sangre de tabaco © Javier Jayali ~ Siwar Mayu, Diciembre 2023

 La memoria de las plantas en tres poemas de Gloria Mendoza Borda

Dulce naranja dulce luna © Gloria Mendoza Borda

Introducción, selección y traducción al inglés © Andrea Echeverría

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Gloria Mendoza Borda (1948) es una reconocida poeta peruana de Puno que reside actualmente en Arequipa. Integró el Grupo Carlos Oquendo de Amat en la década de los 60 y ha publicado Wilayar (1971), Los grillos tomaron tu cimbre (1972), Lugares que tus ojos ignoran (1985), El legendario lobo (1997), La danza de las balsas (1998), Dulce naranja dulce luna (2001), Mujer, mapa de música (2004), Q’antati deshojando margaritas (2006), Desde la montaña grito tu nombre (2013), Amtasiña (2013) y Mi abuela, mi patria (2018). En los tres poemas a continuación, incluidos en Dulce naranja dulce luna (2001), Mendoza representa cómo las plantas comunican su memoria. En particular tres de ellas: el cerezo, el palto y la madreselva. Estos textos nos brindan una visión ecológica basada en formas de conocimiento quechua-aymara que trascienden la perspectiva antropocéntrica. Para acercarse inicialmente a estos poemas, quizás lo más acertado sea preguntarse: ¿qué comunican estas plantas? ¿Qué visión transmiten sobre el paso del tiempo? ¿Cómo es su memoria? Los invito a leer estos poemas dentro del marco histórico de la violencia política que afectó a todo Perú, y en especial a ciudades de provincias y comunidades rurales en Perú durante el Conflicto Armado Interno (1980-2000). Como advertirán, estas plantas lloran y sufren el paso del tiempo, rememoran nostálgicamente el pasado y comunican su experiencia sobre ciertos episodios traumáticos que sucedieron en este contexto. 

~~~

Llanto del cerezo

Soy el viejo cerezo

que los vio crecer

como artistas

yo también supe ser artista

yo también supe ser río

en mis caudales se hospedaban

pájaros fosforescentes

anidaban deslumbrantes malezas

y cantaban a la vida

mis raíces

siguen avanzando

por el subterráneo

lloro en nombre de la madre tierra

en la piel de los muchachos 

que sufren 

la desolación del patio

lloro

en los carteles

que colgaron

en mis brazos mutilados

“protesta por la muerte del cerezo”

lloro 

porque no sé la razón

por qué desbarataron mis ramas

lloro

en nombre de las blancas palomas

(aquellas que venían de la Plaza Mayor

ya no podrán guarecerse del sol

en mis sombrillas)

lloro

porque quedó en mí

el sonido de zampoñas y guitarras

de los muchachos

que tocaban en mi regazo

en los atardeceres

sin embargo

existo en la memoria

existo

soy el cerezo invisible

que los acompaña

mis frutos solían adornar

las cabezas de las muchachas

que se cobijaban

en mis polleras

¿por qué el hacha se ensañó

con mi silencio?

desde mi imagen invisible

adivino la vida

enciendo la lumbre

crecen mis caudales

yo también me siento ave

yo también me siento hombre

yo también me siento artista

yo también me siento río.

Escucha a Gloria Mendoza leyendo su poesía

Buscando la ruta del palto

En estos tiempos 

no di frutos

es cierto

pero mi frondoso verde inspiraba

anunciaba un tiempo de esperanza

trataba de acercarme al cielo

caminé más de cien años

de abajo

hacia la inmensidad

florecí en los acantilados del silencio

de mí sólo quedó el trazo de mis formas

la semidestruida escultura

buscando mi perdida ruta

y la mirada consternada

de mis amigos

soy el resultado de la mudanza y la muerte.

La agonía de la madreselva

Madre y señora

centenaria

lloro mi verde agonía

ebria mi flor

entumece

la mañana grito

imploro

no me escuchan

yo canto en la lengua del verde

seca

y débil

mi piel

en otro tiempo 

mi fruto era miel

cuando niño

el escultor Jorge Mendoza

tomaba una de mis ramas

y presto

corría con mi aroma

en busca de su madre

nací

antes que vosotros

‘la casa del arte’

llegó después

en mis raíces 

está la historia

de los hombres 

que pasaron

y se fueron

todavía existo

un cable

cubre mis dedos

cruza mis pies

que los cuervos

no se coman mis hojas

en cada contorneo

de mi sendero

está el cable

en cada nudo

me quiebro y retuerzo

miro el cielo azul

el canto de pajarillos

acompañan mi verde sinfonía

danza salvaje

mi corazón 

la herida

no me deja caminar

una sombra pavorosa

tapa mis ojos

del sol

una paloma blanca

bebe agua 

en la pileta

en el pozo

el espejo

de mi imagen

el agua

no llega

a mis entrañas

estoy colgada

de la garganta

aprisionada

olvidada

utilizada

ennochecida

ahorcada

escuálida

estirada

marchita

desorientada

espantada

amenazada

mordida

sin tregua

oh primor

lloro mi verde

de tanto girar

la muerte acecha

pero no me encuentra

aquí estoy amigos

enraizada

antigua

solitaria

muda testigo

idilio de jóvenes

huelgas estudiantiles

de pugnas y éxitos

de creación permanente

de alegría

sola

lloro

mi verde agonía

hambrienta

aprisionada

centenaria.

Más sobre Gloria Mendoza Borda

Sobre la compiladora y traductora

Andrea Echeverría Langsdorf es profesora asociada en Wake Forest University y obtuvo su título doctoral en Literatura Latinoamericana y Estudios Culturales en Georgetown University. Es autora de Yeyipun en la ciudad. Representación ritual y memoria en la poesía mapuche (Editorial Universidad de Guadalajara, 2021) y El despertar de los awquis: migración y utopía en la poesía de Boris Espezúa y Gloria Mendoza (Paracaídas Editores & UNMSM, 2016), así como de varios artículos de investigación publicados en revistas que incluyen Latin American and Caribbean Ethnic Studies, Latin American Research Review y la Revista Canadiense de Estudios Hispánicos. Actualmente escribe un libro que estudia el arte visual mapuche.

Dulce naranja dulce luna © Gloria Mendoza Borda

~ Siwar Mayu, Octubre 2023

Introducción, selección y traducción al inglés © Andrea Echeverría


Poemas ponca para la hora del almuerzo. Cliff Taylor

Ponca Lunch Hour Poems © Cliff Taylor
Poemas Ponca para la hora de almuerzo © Jocelyn Montalbán y Juan G. Sánchez Martínez

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Entre la risa y el verso narrativo, Cliff Taylor registra en su poesía unos personajes inolvidables, iluminados por revelaciones aleatorias, los cuales cruzan cafeterías, andenes, autopistas, revoluciones. En la primera página del fanzine Ponca Lunch Hour Poems (Versos ponca para la hora del almuerzo), Taylor escribe a mano:

Escribí estos poemas en la primavera de 2019, después de que mi novia y yo nos mudáramos a Astoria, Oregon. Algunos poemas los escribí en el trabajo, otros en la cafetería antes del trabajo, otros en Tokio, otros mientras viajaba de regreso. Soy indígena ponca, y por eso muchos de estos poemas tratan sobre mi comunidad, nuestra gente, cómo vemos y experimentamos el mundo. También me gustan los cómics, las películas de terror y todo lo que tenga que ver con el arte: así que esperen encontrar algo de eso aquí también. Me encantaría que algunos de estos poemas se convirtieran en tus amigos en un día o una noche inesperados mientras estás ocupado haciendo lo tuyo o tomando un merecido descanso. Espero que te gusten.

Gracias, Cliff.

Busu

Nos tomó tres meses y un total de dos carros para 

cruzar el país y trasladarnos de Nueva Orleans 

a Astoria, Oregon, una ciudad donde ninguno de nosotros había  

estado antes. Fue grandioso, inolvidable, 

y agotador. Nuestro segundo día aquí, mientras yo estaba 

fumando en la acera afuera de la cafetería  

un tipo grande tatuado se me acercó y me preguntó, sorprendiéndome 

como una cagada de pájaro en mi ojo, “Tu nombre no sería 

Cliff, ah?” Retrocedí: ¿como 

alguien aquí podría conocerme y mucho menos este tipo? 

Luego me orienté: lo recordé de la escuela secundaria, 

era mi compañero de clase, un punkero y skater, 

hace 20 años atrás en Columbus, Nebraska. “¿Ken?”, 

le pregunté. “¿Ken?” Era él; era el propietario 

de una tienda de fideos con tres sillas,

dos puertas abajo de la cafetería. Sin haber cruzado 

caminos en 20 años, él me reconoció. Le señalé 

nuestro auto lleno de cosas y le dije que recién nos habíamos movido 

aquí, ayer. Dijo, “Bienvenido a Astoria”, 

amigable como yo recordaba. “Quizás este es uno de 

los más bellos lugares en el país. Me alegra que estén 

aquí.” Conversamos y fumamos y yo estaba un poco asombrado, 

Aturdido, ido en la naturaleza surreal del misterio 

del porqué habíamos venido aquí a Astoria, a este lugar en el que nunca 

antes habíamos estado. Mi pasado ancestral me había enviado un mensajero 

para darnos la bienvenida a nuestro nuevo capítulo, y darnos 

la mano en medio de lo desconocido. Por el 

resto del día estuve sin palabras por la magia de 

todo esto, un guepardo errante en una maravilla boscosa, un 

Indio en su traje tradicional sobre el dulce Marte de Ray Bradbury. 

Habíamos aterrizado en el tramo correcto de la tierra; 

estábamos tomando nuestro café justo donde debíamos 

estar. Milagrosamente, habíamos llegado.

Cliff Senior – Senior Cliff 

Ojalá recordara más historias 

de mi abuelo (quién no quisiera, supongo).

Mi mamá a menudo comentaba cómo 

hablaba él tan silenciosamente que apenas podías

oírlo. Mi hermano menor pasó 

más tiempo que yo con él, pues él vivió con el abuelo por un tiempo cuando 

salió de la correccional; él tenía muy buenas historias y eran 

todas nuevas para mí. Algunas veces, a mi 

gasolinera, venían paisanos que yo no conocía, 

se enteraban de quién era yo, 

y me contaban historias de tiempo atrás 

acerca de la casa de mi abuelo;

“Siempre había una gran olla de 

sopa hirviendo”, me decían, “Él siempre alimentaba a todos los que 

pasaban por ahí.” Me acuerdo de visitarlo en mi camino a Sundance, y pasar 

un rato en su habitación 

cuando él estaba con oxígeno. El se sentaba 

y encendía un cigarrillo, 

y me entregaba uno cuando yo se lo pedía. 

Estaba a punto de irse; este 

era uno de esos cigarrillo del que no puedes 

arrepentirte. “Entonces, ¿Qué es lo que te van a  

hacer, perforar los pezones?”, me preguntó.

“Si, algo así,” le dije, sonriendo. Me pregunto qué 

historia mi abuelo compartiría 

si me oyera leer este poema. 

Me pregunto qué diría 

si pudiera compartir solo 

una. ¿Abuelo? Es tu turno.

Trabajador de Reliquias 

Hablo con este anciano que ha diagramado, 

mapeado, y almacenado en una base de datos cada montículo ceremonial

que existe en América. (*) Es asombroso. Hay formas 

de todas las variedades imaginables. Ha sido el 

trabajo de su vida. Me entrega la unidad de memoria con 

todos los archivos en ella. “Ahora es tuya,” me dice. 

“Cuando era joven me dijeron que esta 

era mi vocación. Cuando envejecí me 

dijeron que sería la vocación de la siguiente persona 

saber qué hacer con esto.” Manejo a lo largo 

de la costa con mis dos perros, me dirijo hacia 

un montículo de pájaro de trueno en Oregon; el ojo 

es la cima de una montaña reconocida. 

“Supongo que ahora es nuestro turno,” le digo a los perros, 

océano visible a través de la ventana abierta.

“Vamos a ver qué tiene que decir este pájaro de trueno.”

~~~

* El poema hace referencia a los montículos ceremoniales que construyeron por siglos los pueblos originarios de Abiayala, sobre todo durante el periodo que los arqueólogos han llamado “Mississippi” –entre 1200 y 400 años antes de nuestro tiempo. (Nota de los traductores).

Señales y jaulas en el Museo de Arte de Seattle

Me acababa de bajar del bus

y mientras caminaba alrededor, me topé con 

el Museo de Arte de Seattle y vi que 

había una exposición indígena. 

Entré de paseo y comencé a subir las 

escaleras. De pronto, como un disparo de la nada en el gimnasio, me 

golpeó el duelo de los espíritus, y me llevó

al borde de las lágrimas. Mantuve 

la calma, continué y entré 

a la exposición. Después de unos minutos 

adentro, escuché a los espíritus decirme que 

cantara una canción para todos los que 

estaban encarcelados en este lugar, 

ocultos y enredados entre los objetos de la exposición. 

Yo era joven,  y estaba muy nervioso 

para alterar la observación atenta 

que estaba aconteciendo. Los espíritus me lo pidieron pero 

no fui lo suficientemente fuerte para hacerlo. Vi 

los cascabeles vivos de los chamanes, 

sus tocados y utensilios, grandes pieles 

y vasijas de barro potentemente

animadas. Una parte de mí era un entusiasta de museos, 

y la otra parte era un danzante del sol, viendo todo 

con ojos de ceremonia. Cuando salí 

pensé, algún día escribiré sobre esto. 

Vagando sin rumbo por la calle,

pensé, la gente debería saber lo que 

los pueblos indígenas experimentan cuando descubren

que sus pertenencias continúan cautivas. 

Lo llevamos de regreso a nuestra casa para que se duchara

Esto fue en Standing Rock cuando toda esa mierda

estaba pasando. (**) El tipo nos habla de un montón de cosas

que la mayoría de la gente nunca

creería. Profecía. Una mitología 

multidimensional codificada. Lo que le dijeron en la

colina. Su abuela alimentando a los seres pequeños que

llegaban hasta el alféizar de su ventana. Una cueva en los Andes

donde líderes de todo el hemisferio occidental

depositaron objetos para una era futura que está

teniendo lugar ahora mismo; nos habla de los objetos que vio

en la cueva, con los que regresó. Un montón de cosas

increíbles; pero hay espíritus en el carro con nosotros

mientras estamos llevando a este tipo al casino y por eso estoy poniendo

mucha atención a todo lo que dice. El tipo se baja

y la noche es cinematográfica, hiper-

real; todo arde de significado; mañana

vamos a la ceremonia y no alcanzo a imaginar

lo que van a decir los espíritus sobre todo

esto. Salgo del carro y estrecho su

mano, y le doy una copia de mi librito.

“Rezaré para que encuentres las cosas que estás 

buscando”, digo. “Nos vemos por ahí, hermano”.

~~~

** La lucha pan-indígena en Standing Rock (territorio Sioux) explotó en el año 2016 cuando el gobernador de Dakota del Norte, con el apoyo del gobierno federal de los Estados Unidos, firmó los permisos para que la compañía DAPL cruzara su oleoducto por los ríos Cannonball y Missouri y otros lugares ceremoniales sioux, sin consulta previa de la comunidad. Personas indígenas de todo el mundo, así como activistas, políticos y artistas aliados se hicieron presentes para defender el agua. Ver el episodio de “Hecho en América”. (Nota de los traductores).

100 años de recuerdos visionarios

Recuerdo que literalmente tambaleé

detrás del mostrador de mi gasolinería

y caí de rodillas después de haber

terminado Cien Años de Soledad 

de Gabriel García Márquez. Eran

casi las 4 a.m., mis clientes matutinos

estaban a punto de entrar.

La obra maestra me había asesinado, me había sacudido; 

así era cómo la grandeza y fuerza 

de la verdadera literatura se sentía. 10

años después todavía me encuentro

pensando en lo que pensé cuando

me levanté y simplemente me quedé

ahí mirando hacia la mística

Nebraska oscura: ahora todo lo que necesito

es escribir un libro indígena como

este, un libro que pueda cambiar el mundo,

y eso no debería ser demasiado difícil, ¿eh? 

Es factible, ¿no?

Myron

Ayudé a este anciano, Myron Longsoldier,

con el temazcal por 13 años; (***) desde los 22 hasta

los 35. Salía del trabajo a las 7 a.m., iba a la casa

y dormía por una hora, y luego manejaba 

hasta el temazcal e iniciaba el fuego. Aprendí de Myron

lo que era la humildad, una cualidad

del corazón que tenía textura, y era palpable, 

tangible. Myron creció hablando lakota,

había ido a prisión, era un ex alcohólico,

un bailador del sol, un líder en la comunidad.

Ya está retirado, necesita oxígeno, ya no puede

dirigir el temazcal. Cuando publico que

voy a ir a Tokio, él comenta que ojalá 

use el mejor traje tradicional que tenga

para que “acabe con ellos”, sea lo que sea que eso signifique. Una vez

en el temazcal, mientras él oraba sobre las primeras siete piedras,

vi todas sus oraciones saliendo de él,

como un gran humo en espiral saliendo de su

cara y su frente; energía animada 

elevándose. Pienso en él mientras miro los estantes

en una tarde tranquila de jueves, organizando y apilando las latas 

para que se vean bien. Pienso: 

“He conocido a gente como él. Que nunca 

los olvide por favor.”

~~~

*** Escogimos “temazcal” porque es un equivalente al sur de Abiayala del “sweatlodge”. Sin embargo, la traducción literal es “casa del sudor”. Con una arquitectura específica asociada a las trece lunas, las cuatro direcciones y los cuatro elementos, los pueblos originarios del norte hasta el día de hoy se reúnen en la oscuridad de esta casa ceremonial para orar con el vapor de piedra. (Nota de los traductores)

Mi libro del relámpago de Tokio

Me imagino escribiendo un libro sobre

todo lo que pasó en Tokio. Lo

ilustraré con dibujos de la ciudad,

las personas que conocí, los seres que vi, y todas

las imágenes crepitarán y brillarán. Cada

luna llena le crecerá pelo al libro y

te transportará a un único momento

durante el tiempo que lo desees; tú, Liv y la

Madre Selva que vino conmigo; bailando

con alegría para Nipsey; el romance de estar de pie

en un tren mientras tu pareja está al otro

lado del planeta. Abuelos-buena-onda

regalarán el libro en Halloween. Cuando las almas

atrevidas que deambulan por las cuevas emerjan de ellas,

encontrarán el libro misteriosamente en su persona. El libro correrá la voz

de cómo equiparse y prepararse para

participar en un trabajo ceremonial a gran escala

encaminado a la curación de

países, culturas y tiempo; con un

relato detallado de Fukushima, la Segunda Guerra Mundial,

y lo qué pasó con los más o menos 40 de nosotros

durante nuestro ritual. Es un libro de bolsillo,

como El Principito. Funcionará como

el regalo perfecto para subir de nivel entre amigos

que están en transición de ser amantes, aliados o compañeros

de por vida. Será código en Japón para

el que que viaje con la medicina

que los Dioses y las Diosas desean ver

florecer una vez más. Será un santuario para la

gente pequeña, el Otro Mundo. Y

cuando alguien lo lea por segunda vez

otra copia aparecerá en la espalda de un cisne

y justo antes de que el cisne se sumerja

un niño lo verá y sabrá que

de alguna manera tienen que salvarlo.

Más sobre Cliff Taylor

Sobre los traductores

Jocelyn Montalban nació en Ontario, Canadá, donde vive actualmente. Sus padres emigraron a Canadá desde la Ciudad de Guatemala en 1997.  En 2023, obtuvo la licenciatura en criminología de la Universidad de Lakehead (Ontario, Canadá). Actualmente está estudiando para obtener la maestría en Justicia Social. Su investigación se centra en cuestiones indígenas en Canadá. En su tiempo libre la encuentras viajando o yendo de excursión en las montañas. 

Juan Guillermo Sánchez Martínez nació en Bakatá/Bogotá, en los Andes colombianos. Coordina la antología y exhibición multilingüe en línea Siwar Mayu, un río de colibríes. Ha publicado los libros de poesía: Uranio (2023), Bejuco (2021), Salvia (2014), Río (2010), y Altamar, este último galardonado en 2016 con el Premio Nacional Universidad de Antioquia (Colombia). En 2019, co-editó junto con Fredy Roncalla el volumen Muyurina y el presente profundo (Pakarina/Hawansuyo). Actualmente coedita junto con Gloria E. Chacón y Lauren Beck el volumen Abiayalan Pluriverses. Bridging Indigenous Studies and Hispanic Studies (Amherst College, 2023). Es profesor asociado del Departamento de Estudios Indígenas de la Universidad de Lakehead (Thunder Bay, Canadá). 

Ponca Lunch Hour Poems © Cliff Taylor

Poemas ponca para la hora de almuerzo © Jocelyn Montalbán y Juan G. Sánchez Martínez

~ Siwar Mayu, Septiembre 2023


Un amanecer americano. Joy Harjo

An American Sunrise © Joy Harjo. W.W Norton & Company, 2018 

Un amanecer americano © Traducción de Andrea Echeverría, 2023

Introducción y selección © Juan G. Sánchez Martínez

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En An American Sunrise (“Un amanecer americano”) Joy Harjo incluye entre poemas una serie de interludios históricos y familiares que hacen referencia a la década de 1830 y la Ley de Expulsión (Removal Act). Es el momento de los desplazamientos forzados de las comunidades ancestrales del suroriente de los Estados Unidos, como los mvskoke, choctaw, chickasaw, y cheroqui. En estos interludios aprendemos que el tatarabuelo de Harjo, Monahwee (Menawa), fue uno de los caciques de los Bastones Rojos (“Red Stick Chiefs”), quien vivía en la rivera del río Tallapoosa, muy cerca de la frontera entre lo que hoy llamamos Alabama y Georgia, y quien después de liderar la guerra contra el General Andrew Jackson, tuvo que emigrar con su familia con el destacamento 3, atravesar el gran río Mississippi, y reestablecer su vida en lo que se llama hoy Oklahoma. Escoltados por el ejército como si fueran criminales, miles de personas indígenas perdieron su vida en las diversas rutas de esta migración forzada. Harjo cuenta: “They left about noon on September 17, 1836.” (46). La hora exacta recrea la tristeza del instante. 

Y sin embargo, este desplazamiento no desdibuja la conexión con el territorio ancestral; al contrario, estos poemas re-territorializan la memoria. Las brasas ceremoniales, por ejemplo, tuvieron que ser cargadas por meses hasta el territorio donde las comunidades desplazadas habrían de asentarse. Por eso, en poemas como “For Earth’s Grandsons” (“Para los nietos de la tierra”) y “Road” (“Camino”), el camino no es solamente el del exilio, sino el de la esperanza de las abuelas y los abuelos que no permitieron que ese fuego se apagara ni que las canciones de origen se extinguieran. En palabras de Harjo: “Nuestro conocimiento se basa en las historias de origen de la tierra, la genealogía y los antepasados. Si conoces las ramas del árbol de la relación entre los clanes tribales y los miembros de la familia, entonces sabes quién eres, dijo la pantera a sus cachorros”. (“Our knowledge is based on the origin stories of land, genealogy and ancestors. If you know the branches of the tree of relationship between tribal clans and family members, then you know who you are, said the panther to its cubs.”) (2021, 55) Como en este consejo de la pantera a sus cachorros, “el amanecer americano” se anuncia en la certeza de que somos la tierra y nuestras genealogías. En este amanecer, Abiayala/América literalmente es un solo cuerpo. La poesía de Harjo es, en este sentido, un mapa para la memoria, un puente para recordar con el territorio.

BENDICE ESTA TIERRA

Bendice esta tierra desde la parte superior de su cabeza hasta la parte inferior de sus pies.

De la vieja cabeza blanca del ártico a los pies marrones de la lluvia tropical

Bendice los ojos de esta tierra, porque son testigos de la crueldad y la bondad en esta tierra.

Desde la luz del amanecer en posición vertical hasta caer de rodillas en la noche

Bendice los oídos de esta tierra, porque oyen los lamentos  de dolor y los gritos de celebración en esta tierra.

Una vez no escuchamos ningún disparo en estas tierras; los árboles y las piedras se podían escuchar cantando

Bendice la boca, los labios y el discurso de esta tierra, porque la tierra es una oradora, una cantora, una guardiana de todo lo que sucede aquí, en esta tierra.

Bosques luminosos, océanos y acantilados rocosos vendidos por la basura ávara del oro, del uranio o la fiebre del petróleo, pero hay nuevas historias por hacer, pequeñas historias que se avecinan por el horizonte.

Bendice los brazos y las manos de esta tierra, porque ellos rehacen y restauran la belleza en esta tierra

El canto nos mantuvo en el círculo alrededor de estas tierras, y los que conocen nos recordaron que ninguno está por encima del otro, ningún ser humano por encima del pájaro, ningún pájaro por encima del insecto, ningún viento por encima de la hierba.

Bendice el corazón de esta tierra de rodillas sembrando alimento bajo el círculo eterno del respirar, nadar y caminar en esta tierra

El corazón es un creador de poesía. Hay un solo corazón, dijo el creador de poesía, un solo cuerpo y todos los poemas forman un solo poema y no usamos palabras para hacer la guerra en esta tierra.

Bendice el laberinto de las entrañas  de esta tierra, porque es el centro del misterio en esta tierra.

Bendice la feminidad y la masculinidad de esta tierra, porque cada uno tiene el poder fluido de convertirse en esta tierra.

Cuando se decidió estar de esta manera aquí en este lugar, en esta tierra, todos los pájaros hicieron un alboroto de plumas desde los dominios del cielo índigo.

Bendice las dos piernas y los dos pies de esta tierra, porque lo sagrado siempre camina junto a lo profano en esta tierra

Estas palabras recorren la columna vertebral de esta tierra, masajeando el tejido alrededor del cordón de la vida, que es el árbol de la vida, sobre el cual se levanta esta tierra.

Bendice la destrucción de esta tierra, porque brotarán nuevos retoños del fuego, de las inundaciones, de los terremotos y de los fuertes vientos para renovar esta tierra.

Somos tierra sobre el caparazón de la tortuga—cuando el peso de la codicia nos derriba, ¿quién recordará el canto erguido de esta tierra?

Bendice la creación de tierra nueva, porque del caos nos veremos obligados a recordar bendecir esta tierra.

El más pequeño recordado, el más humilde, aquel cuya voz tendrías que esforzarte mil años para escuchar–allí comenzaremos.

Bendícenos, estas tierras, dijo el que recordaba. Estas tierras no son nuestras tierras. Estas tierras no son tus tierras. Nosotros somos esta tierra.

Y la bendición comenzó un armonioso movimiento a través de la hierba del tiempo, desde el principio, hasta el lugar del tiempo que da vueltas, siempre moviéndose, siempre

“Prólogo”

El 28 de mayo de 1830, el presidente Andrew Jackson ilegalmente firmó la Ley de Expulsión de Indios para desplazar forzadamente de sus territorios ancestrales hacia el Oeste a los pueblos nativos del sureste. Fuimos acorralados con lo que pudimos llevar. Nos vimos obligados a dejar atrás casas, imprentas, tiendas, ganado, escuelas, pianos, terrenos ceremoniales, pueblos tribales, iglesias. Fuimos testigos de los inmigrantes entrando a nuestras casas con sus armas, Biblias, enseres domésticos y familiares, tomando lo que había sido nuestro, mientras éramos rodeados por soldados y ahuyentados como ganado a punta de pistola.

Hubo muchos caminos de lágrimas de naciones tribales por todo América del Norte, de los pueblos indígenas que fueron  expulsados de sus lugares de origen por las autoridades gubernamentales.

Los pueblos indígenas que se abren paso desde el hemisferio sur son una continuación del Camino de Lágrimas.

Que todos encontremos el camino a casa.

INDICACIONES HACIA TÍ

     Rainy Dawn Ortiz

     Síguelas, detente, date la vuelta.

     Ve por el otro lado.

     Izquierda, derecha,

     Mío, tuyo.

     Nos perdimos,

     Inestables.

     Respira profundo,

     Reza.

     No siempre estarás perdida.

     Estás aquí,

     En tu tiempo,

     En tu lugar.

     1. Norte

     Estrella, guíanos mientras miramos hacia arriba

     Al blanco más brillante

     Esperando que te lleve a dónde quieres ir,

     Esperando que sepa dónde debes estar.

     Encontramos nuestra paz aquí en tu blancura,

     Reunimos nuestras fuerzas, nuestro aliento, y aprendemos a ser.

     2. Este

     Sale el sol,

     Rojo,

     El calor matutino en nuestro rostro incluso en la mañana más fría.

     El sol crea vida,

     Energía,

     Alimento.

     Reúne fuerza, jálala hacia adentro

     Quédate justo donde estás.

     3. Sur

     La mariposa revolotea

     Esparce su belleza amarilla.

     Hemos llegado a este momento en el tiempo

     Paso a paso,

     No siempre escuchamos las indicaciones,

     Dejamos que la corriente nos lleve,

     Nos empuje,

     Nos fuerce a lo largo del camino.

     Tropezamos,

     Nos levantamos y seguimos moviéndonos.

     4. Oeste

     Trae puestas de sol, 

     Oscuridad,

     Trae negro.

     Encontramos la soledad,

     Es hora de tomar aire y

     Rezar.

     Incluso en la oscuridad 

     Puedes ser encontrada.

     Pide ayuda aunque sea en un susurro

     O un quejido,

     Serás escuchada.

     Para encontrar,

     Para ser encontrada,

     Para ser entendida,

     Para ser vista,

     Oída, sentida.

     Tú eres,

     Aliento.

     Tú eres,

     Memoria.

     Tú eres

     Tacto.

     Tú estás

     Aquí mismo.

En 1990 se reunió un congreso de pueblos indígenas en las afueras de Quito, Ecuador, a propósito del Quinto Centenario, una celebración de las poblaciones inmigrantes por la llegada de Cristóbal Colón al hemisferio occidental, en su expedición financiada para encontrar una ruta comercial a la India. Pueblos nativos vinieron de todas las Américas y se reunieron para discutir los cambios destructivos y monumentales desde la llegada de este explorador europeo. Nos reunimos para obtener entendimiento y fuerza y ​​reflexionar sobre cómo continuaremos avanzando más allá de la destrucción masiva y la falta de respeto hacia la mente, el cuerpo y el espíritu de la tierra, y para continuar nuestra soberanía como Naciones nativas.

En el círculo de mujeres, una llamativa mujer indígena boliviana con un bombín en la cabeza se puso de pie. Ella nos dio la bienvenida y señaló que estaba sorprendida por todos los nativos que asistieron desde los Estados Unidos.

“Pensamos que John Wayne los había matado a todos”.

(Esto no era una broma.)

“¿Y por qué”, preguntó, “ustedes se llaman a sí mismos América? Este hemisferio es un cuerpo, una persona. Ella es América”.

Hasta la aprobación de la Ley de Libertad Religiosa de los Indios en 1978, era ilegal que los ciudadanos nativos practicáramos nuestras culturas. Esto incluía la creación y el intercambio de canciones e historias. Las canciones y las historias en una cultura son poesía y prosa en otra. Son intrínsecas a la soberanía cultural. Escribir o crear como una persona Nativa era esencialmente ilegal.

———

Hay un mapa, una serie de mapas que están aquí/allá y siempre han estado aquí/allá. Son transparentes y están en capas, uno encima del otro. Una generación tras otra, las líneas de conexión están implacablemente tejiéndose, modelándose rítmicamente, míticamente e históricamente a través de imágenes, sonidos y sentidos. Cada mapa es un ser con una boca y una cola, incluso si es un campo de océano o hierba. Están haciendo espirales de  memoria; la memoria siempre está en movimiento.

Mi madre era compositora y cantante. Ella es los versos de William Blake: “Corderito, ¿quién te hizo / ¿Sabes quién te hizo?”, y lo de Alfred Lord Tennyson. Ella es las canciones tradicionales Cherokee cantadas en el funeral de su tía. Ella es “Burning Ring of Fire” huyendo al pueblo de Independence (Kansas) a los dieciséis años. Ella es “Crazy”, cantada por Patsy Cline, en una vigilia de angustia. Esa era mi madre, cantando, todos esos años. Los regalos de mi madre fueron pisoteados por su necesidad económica y encierro emocional.

Mi padre era danzante, un guardián del ritmo. Sus antepasados ​​fueron oradores, pintores, jefes tribales, bailarines y predicadores. Su madre era saxofonista y pintora en territorio indio antes de la existencia del estado de Oklahoma. Toda su vida relativamente corta buscó una visión o una canción para contrarrestar el dolor de la historia.

Los ríos son los viejos caminos, como lo son los cantos, para recorrer la memoria.

Emergí de la historia, empapada de las aguas de la memoria.

CANTANDO TODO

      Una vez hubo canciones para todo,

      Canciones para plantar, para cultivar, para cosechar,

      Para comer, emborracharse, dormirse,

      Para el amanecer, el nacimiento, los descansos mentales y la guerra.

      Para la muerte (esas son las canciones más pesadas y

      Tienen que ser arrancadas de la tierra con paladas de dolor).

      Ahora todo lo que escuchamos son canciones de enamoramiento y

      De desmoronamiento después de enamorarse.

      La tierra se está inclinando hacia un lado

      Y una canción está surgiendo de las inundaciones

      Y los fuegos. Brotes urgentes se elevan hacia el sol.

      Debes ser amigo del silencio para escuchar.

      Las canciones de los guardianes del silencio son las más poderosas—

      Son las más extraordinarias.

PARA LOS NIETOS DE LA TIERRA

      Párate firme, no importa tu altura, qué tan oscura sea tu piel

      Tu espíritu tiene todos los colores dentro

      Estás hecho de un tejido de luz finísimo

      Del amor iridiscente que formó a tus madres, padres

      Tus abuelos regresan por el camino en espiral—

      No hay final para este amor

      Ha formado sus cuerpos

      Alimenta sus espíritus brillantes

      Y no importa lo que suceda en estos tiempos de ruptura—

     No importan los dictadores, los despiadados y los mentirosos

      No importa, tú naciste de aquellos

      Quienes mantuvieron las brasas ceremoniales ardiendo en sus manos

      A lo largo de millas de implacable exilio 

      Los que cantaron el camino a través de la masacre

     Todo el camino hasta el amanecer

     Tú lo lograrás—

CAMINO

      Nos paramos primero en nuestras mentes, y luego caminamos balanceándonos

      De la mano al mueble

      Pronto nos estamos alejando de la casa y de las tierras

      De nuestros dioses creadores ancestrales 

      A los círculos de amigos, de la escuela, del trabajo

      Haciendo familias y mundos propios.

      Hacemos nuestro camino a través de la tormenta y el sol

      Caminamos uno al lado del otro o uno contra el otro

      El último camino se tomará solo—

      Puede haber multitudes pidiendo sangre

      O una ventana con cortinas junto a la cama del que parte

      Lo mejor es no tener miedo

      Pon atención

      Al próximo camino que aparezca

      Puede estar a través de una familia de árboles, un desierto o

      Sobre las onduladas olas del mar

      Es el camino antiguo que el alma conoce

      Siempre lo recordamos cuando lo vemos

      Nos llama al nacer

      Nos lleva a casa

El Sureste estaba cubierto de ciudades y comunidades de constructores de montículos del Periodo Mississippi, quienes estuvieron allí un siglo antes de la llegada de los españoles al Sureste. El Sureste aún está cubierto con restos de montículos. Incluso hay montículos en el campus de Knoxville de la Universidad de Tennessee. Estos montículos pueden ser aplanados con odio, palas o tractores, pero aparecerán en cualquier mapa geofísico energético. Continúan existiendo en la memoria, en los mapas de la memoria.

      Se dice que Monahwee obtuvo su nombre de guerrero Hopothepoya (Loco Cazador de Guerra) por robar caballos en Knoxville. Knoxville estaba en el territorio tradicional de los Mvskoke, por lo tanto, los caballos técnicamente no fueron robados. Estaban en tierras robadas.

      Cuando regresé a estos lugares ancestrales anduve por viejos caminos. Uno de los senderos más transitados forma parte de la autopista Interestatal 40.

LOS PIES DE MI HOMBRE

     Son raíces heroicas

     No puedes confundirlos

     Con cualquier otro caminante de seis pies

     Podría encontrarlos en un mar de pies

     Un planeta o un universo de pies

     Patearon el cielo al nacer

     En ese pueblo que su bisabuelo encontró

     Los pies de mi hombre dejaron la infancia

     Más allá de la arena mineral dejada por un cambio de aceite

     Hasta estas tierras atómicas en dirección al este

     Sus pies están hechos de la preocupación espiritual de su madre

     Y de su padre: histórico, y conscientemente recto

     Qué caminantes—

     De los pasos de constructor de montículos que condujeron al creador del cielo

     Pasando por dos ​​galeones españoles, viejos carruajes de frontera y serpenteantes ferrocarriles

     Una generación tras otra

     Ningunos otros pies excepto estos podrían aguantar

     El leal oso testarudo como roca

     Inteligencia imponente y levantador de niños 

     Ese es aquel que es dueño de estos pies

     Qué ancla proporcionan sus pies

     Por su inigualable

     Inmensidad y habilidad de levantarse de nuevo

    He bailado detrás de este hombre en la danza circular de zapateos

     Nuestros pies latiendo al ritmo juntos

    Poncho de hombre, mujer, niño, niña, sol y luna.

     . . .

     Los pies de mi hombre son los pasos seguros de un padre

     Cuidando de sus hijos, sus hijas

     Porque cuando ríe abre todas las puertas de nuestro corazón

     Incluso cuando se olvida de cerrarlas cuando se va

     Y cuando se aflige por los que ama

     Él esculpe valles que pueden contener las lágrimas de todos

     Con sus pies, estos pies

     Los hermosos pies morenos, siempre firmes y humildes de mi hombre.

QUE NO HAYA REMORDIMIENTOS

     para Bears Ears National Monument

     No estamos perdiendo los abedules, los abedules nos están perdiendo.

     —WAYNE “MINOGIIZHIG” VALLIERE

     Las canciones y las historias que nos formaron están inquietas

     y necesitan un lugar para vivir en el mundo de nuestros nietos.

     Están cansadas ​​de esperar.

     La tierra sigue soñando sus sueños terrestres

     Aunque pensamientos desesperados alimentados por el hambre de dinero vagan por nuestras mentes.

     Para los destructores, la Tierra no es una persona.

     Querrán más hasta que no haya más que robar.

     La Tierra quien no conoce el tiempo es paciente.

     Los destructores se destruirán a sí mismos.

   Cuántos espíritus de la tierra cuidan de este lugar. Emergen de

              las paredes del acantilado.

     Emergen de las olas de las aguas.

     Nuestros antepasados ​​no son solo antepasados ​​humanos.

     ¿Qué ves cuando vuelas a la cima del árbol ancestral?

     Que no haya remordimientos, ni tristeza, ni ira, ni actos que

              perturben a estas tierras.

MÁS ALLÁ  

     Más allá del amanecer, hay una canción que seguimos

     Más allá de las nubes viajando con lluvia jorobada

     En sus espaldas, relámpagos en sus puños

     Más allá del horizonte azul donde nuestros antepasados

     Aparecen portando regalos, envueltos en mantas tejidas

     Con sol y hebras de tiempo escarlata

     Más allá de los senderos que caminamos todos los días

     Del amanecer a la cocina, al trabajo, al jardín, al juego

     A la puesta del sol, a la oscuridad, y de vuelta

     Más allá de donde duerme el bebé, su aliento

     Una ligera niebla de felicidad haciendo

     Un delicado arco iris que se vuelve sabio a nuestro alrededor

     Más allá de los niños aprendiendo alfabetos

     Y números, inclinados sobre sus palos y muñecos

     Mientras juegan a la guerra y a la familia, crecen caminos humanos

     Más allá de las abuelas y los abuelos

     sus madres y padres, y en la médula de sus huesos

     Hasta cuando esa canción fue cantada por primera vez seguimos viajando

     Más allá del atardecer, ¿puedes oírlo?

     El sacudir de las conchas, el ritmo de los pies, los cantores

     Cantando, todos nosotros, todos a la vez?

     En la canción del más allá, cuán profundos somos—

     Mvto, mvto, mvto, mvto.

    Gracias, gracias, gracias, gracias.

Más sobre Joy Harjo

Sobre la traductora 

Andrea Echeverría Langsdorf es profesora asociada en Wake Forest University y obtuvo su título doctoral en Literatura Latinoamericana y Estudios Culturales en Georgetown University. Es autora de Yeyipun en la ciudad. Representación ritual y memoria en la poesía mapuche (Editorial Universidad de Guadalajara, 2021) y El despertar de los awquis: migración y utopía en la poesía de Boris Espezúa y Gloria Mendoza (Paracaídas Editores & UNMSM, 2016), así como de varios artículos de investigación publicados en revistas que incluyen Latin American and Caribbean Ethnic Studies, Latin American Research Review y la Revista Canadiense de Estudios Hispánicos. Actualmente escribe un libro que estudia el arte visual mapuche.


An American Sunrise © Joy Harjo

Un amanecer americano © Andrea Echeverría ~ Siwar Mayu, Mayo 2023

Introducción y selección © Juan G. Sánchez Martínez


Espíritu de pájaro en pozos del ensueño. Fredy Chikangana

Samay pisccok pponccopi muschcoypa / Espíritu de pájaro en pozos de ensueño ©  Fredy Chikangana. Bogotá, Ministerio de Cultura, 2010.

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La obra de Fredy Chikangana (Wiñay Mallki, raíz que permanece en el tiempo) es pionera en la historia de las literaturas indígenas contemporáneas de Abiayala. Sus versos son el reflejo de una experiencia de vida entre el trabajo al interior de la comunidad y el caminar de la palabra en espacios interculturales. De Chikangana, hemos aprendido que el retorno a nosotros mismos sí es posible, y que los territorios ancestrales continúan hablando las lenguas de la tierra; en este caso, el quechua. Con sus flautas, poemas y hojitas de koka en la chuspa (mochila), Chikangana ha compartido su mensaje de memoria y unidad desde Chile a California, y de Corea del Sur a Italia. Consciente de las migraciones de sus ancestros yanakuna mitmak, sus versos hablan de chaskis (mensajeros), chakas (puentes), e intercambios. (Juan G. Sánchez M.)

Pachakay

Pachakay
callarinasha cusicuymanta huaccayripi
causaypiy llaphllahuachai puka
tukuna rumipi yana
paypicay yupaychayniok cayiniyokmanta uku pacha 
huatanima nukanchi yawar
waskakunawan huaymapacha.
Pachachaipi
phurupay tukanta
ima huacaychina llimpikuna causaymanta 
yakucapay munainiyok ttukiri
k ́apakpay yachikpayri tucuimanta quihuakuna
ima pusapayayman ananpachaman ukupachaman 
nukansha
callpawan mosccoykunamanta.

Chaiman pacha quilluyana
rinacay tullu
jaika shimikuna pachamanta chhonccasca tarinakuna
nuka tikramuna caimán llapllahua
millma caimán, yakuman ima llancana aichakuna
nukarina takiman kcaytacunapura huailla quihuachaymanta 
micjunapak mosccutucuy runakunamanta
nuka tukuna kirushata uturunkumanta
taqui tutakunamanta tinya uyhuamanta
kenataquimanta tutaypachajahuaman
ukupachapita urkujatunmanta.

La tierra

La tierra

es el comienzo de la alegría y el llanto;

en ella vive la placenta roja

convertida en piedra negra,

en ella están los rituales de seres subterráneos 

que amarran nuestra sangre

con las lianas del tiempo.

En esa tierra

está la pluma del tucán

que guarda el colorido de la vida,

está el agua libre e inquieta,

el aroma y el sabor de todas las hierbas

que nos llevan al cielo y al infierno,

estamos tú y yo

con la fuerza de los sueños.

A esa tierra negra o amarilla

irán estos huesos

cuando la boca del tiempo los haya chupado; 

volveremos entonces a esa placenta,

a esa pluma, al agua que toca los cuerpos;

iremos a cantar entre los hilos verdes de esas hierbas 

para alimentar todos los sueños de los hombres. 

Volveremos a ser diente de tigre,

poema de la noche, tambor de yegua,

sonido de flauta a altas horas de la noche

en lo profundo de la gran montaña.

Caykuna waskamanta sumaimana

Chaipi huchuy llanta chincashcca 
runakuna tucunaq pishcupi
illapay llimpirichakwan ninamanta 
jahuapi catanakuna wassimantakuna. 
Cahuapay puñuipay causaymanta 
pakaritamapak
callpanchay ñanpay
sonccopaywan pancalla achcallaquimanta.
Ary huaquin utiykuna
ashana japina tusuykuna millmacaymanta 
tutayakpi
takipay mucmikuc
ñaupakunamanta cachakuna
richhaycunari runpanakuna
ima llimpiana millmapaymanta
kaykunashapay waskamanta sumaimana 
huarcurimakuna ananpachamanta
kaima maipiman uraikuna huañukuna
jahuinata tucuy mosccoykuna causaykunamanta.

Seres de la liana prodigiosa

En aquella perdida aldea

los hombres convertidos en pájaros 

alumbran con sus colores de fuego 

sobre los techos de las casas.

Ellos vigilan el sueño de los vivos

para que al amanecer

reanimen el camino

con el corazón liviano de tantas penas. 

Si alguien los contempla

podrá entender la danza de sus plumas 

en la oscuridad,

el canto silencioso

de antiguos mensajes

y las formas circulares

que relampaguean desde sus plumas: 

ellos son los seres de la liana prodigiosa, 

la que cuelga del cielo

y por donde bajan los muertos

a pintar todos los sueños de los vivos.

Takimanta pachakuna

Saramanta nukamantaki
yakumantari noqa samay.
Kunantaki sarunhina paikunataki
sinchina muyu ttillayaima huañuykuna. 
Ary suttuina ima micunakuna pacchakuna.

Saramanta nukamantaki
yakumantari noqa samay.
Causay kunan tarpuymittawan cainamanta 
mishquikunawan atina hark ́aima huañuykuna.

Versos de la tierra

De maíz son mis versos

y de agua mi esencia.

Canto hoy como antes cantaron

como fuerte semilla que esquiva la muerte. 

Así como gota que alimenta la fuente.

De maíz son mis versos

y de agua mi esencia.

Vivo hoy con la siembra de ayer,

con la dulce insistencia que detiene la muerte.

Pacha takipa

Saramanta takiy nuqapi yakuri samay
Taki punchau ñaupakhina taki
k’ullu sonccohima muyu ima nima huañushca 
suttuyhinamicjuchiy pucuycuna.
Saramanta: taki, yaku, samai...
Causay punchau tarpunahuancuna cayna-punchau 
trigo parhuayna poccoy ima sisay pachacunapi.

Cantos de la tierra

De maíz son mis cantos y de agua mi esencia. 

Canto hoy como antes cantaron

como terca semilla que se niega a la muerte, 

así como gota que alimenta la fuente.

De maíz: cantos, agua, esencia…

Vivo hoy con la siembra de ayer,

como espiga madura que florece en la tierra.

Nukanchis kan causay pachacaypi

Paykan cutanapaykuna quilluzarapay rumijahuapi 
nukanchistaquinakay quenawanihuan tinyacunari tarukamanta 
nukasinaiku shinkayanaiku manapacha
nukachana intita rinaima urkupaypi;
Nukasinaiku nukatusuikuni quenacunawan maquicunapura 
nukawan haku cahuirinahuan pachaukupimanta
pupumaypi inlli cayanaima apanainukari
yuyaycunaman
pachayta Maipú nukausana huañushkuni
nukachaskinakay cushiwan:
«¡Nukanupiana!» niy taita Manuel «causaimari sarapay». 
«¡Nukanupiana!» niy mama Rosario «causaimari pachapay ima
nukarupay».
Shuyanan tusuykay jahuapi huachuncuna 
nukasinaiku takinakayri huañushkuwan 
quenaswan machanchinan llaquincuna 
antuchiwan mishkichinam tutacuna 
«¡nukanupiana llakimana! caparipay
«ima nukancharinan causay pachaikay».

Aún tenemos vida en esta tierra

Mientras ellas muelen el maíz amarillo sobre la piedra 

nosotros cantamos con flautas y tambores de venado 

reímos y nos embriagamos sin prisa

despedimos al sol que huye entre las montañas. 

Reímos y danzamos con flautas entre las manos

nos vamos metiendo hacia el fondo de la tierra, 

por ese ombligo tibio que arrastra y nos lleva

a la memoria

a ese espacio donde habitan nuestros muertos, 

que nos reciben con alegría:

«¡Bebamos!», dice taita Manuel, «y que viva el maíz». 

«¡Bebamos!», dice mama Rosario, «y que viva la tierrita que nos

       calienta».

Y mientras danzamos sobre los surcos, 

reímos y cantamos con nuestros muertos, 

con flautas ahuyentamos las penas

y con chicha endulzamos las noches. 

«¡Bebamos sin pena!», gritan,

«que aún tenemos vida en esta tierra».

Ninamanta

Tutamanta kaimi urkuspiri
punkucuna cay k ́anchachii chucchunari
llinpipaywan ninamanta
k ́atcukuna cunapay cahuana tocco huachuchaicaimi
 ima chacay tutayakuna rhupaypak sonkonukan 
runakuna huarmiri yanakunas
ima cay runa ima cay yanapana pachapaipi tutapaimanta 
shimi, huaccay asiri yakushukpi cushnimanta sancju, 
ninapaypi sha callanapaipi
callanapaipiri yana
panccaykuna kokamanta muyuima runpanapi
muyuina pachapay
machupay hamk ́ay panccakuna nina-hasttik
chaimanta apanasha pancakimsa shimicunaman 
mambiari cahuarayai usphakunaman
ccocuy kimsa pancca yuyo ninfita
yallinapay hauanta acchapaymanta
«raquiycamay» niy,
«paykuna munanapas mambiar»
phutuy ninamanta kcaytashuk cushnimanta
imakuna muyuy jahuapi uaikuna
paykan upiana ñanpay ananpachaman;
tapuna sunkupay payapaimanta
«¿kayma niyman ninapay?»
Tiyana chhinshuk paquinima jatapaywan
 llantankunamanta.

Del fuego

Es de noche y en las montañas

las puertas se iluminan y tiemblan

con el resplandor del fuego;

las rendijas y las ventanas son esas líneas

que cruzan la oscuridad para calentar nuestro corazón.

Los hombres y mujeres yanakunas,

que son gente que se asiste en tiempos de oscuridad, 

hablan, lloran y ríen en un río de humo espeso.

En el fuego está el tiesto de barro

y en el tiesto de barro negro

la hojita de koka que gira en círculos

como gira el tiempo.

El abuelo tuesta la hoja y atiza el fuego,

luego se lleva tres hojas a la boca y

mambea mirando hacia las cenizas;

ofrenda tres hojas tiernas al fuego,

pasándolas por encima de su cabeza.

«Hay que compartir», dice,

«ellos también quieren mambear»,

brota del fuego un hilo de humo y da vueltas sobre la cocina 

mientras toma su camino al cielo.

Pregunta el corazón de la abuela:

«¿Qué será lo que dijo el fuego?».

Hay un silencio que se rompe

con el crujir de la leña seca.

Yuyay yakuk

Cuyak llakta
yanacunas huañuk ñoccanchic shimi rimai purinam. 
Cuerpo yaku licha purina
waiku yuyai
huaira wiñay shuchuna.
Ima yaravi
ñampi ttica maythu quinquinam yaravi
waikus pas urkus cay
yanakuna quilla yachina
inti k›uichi waiku runa.

Memoria de agua

Por estas tierras

deambulan las voces de nuestros muertos yanakunas. 

Andan con cuerpo de río

y memoria de agua,

vibrando como árbol al viento.

Por eso canto

para que canten las flores y los caminos,

los cerros y las lagunas;

para que sepa la luna que soy yanakuna

hombre del agua y el arco iris.

Quechua sonccoycaimi

Purinaymi caranuqapi
takipay pisccomanta hullilla tamiakuna 
pponccopay yakumanta chakracunapi 
runari ima purichiy puyu huaylluy.

Quechua sonccoycaimi

imaraykucaina tutakuna nuqapi huakyay 
imaraykukunan chekchipay hanapacha nuqapitapuy 
imaraykupaccarin katin taki
jahuapi usphayaykuna.

Quechua wairacaimi ima cheqquechiy kcaytakuna chakatana 
tutacunapi misterioninari.

Quechua nimacaymi huarmimanta
chaycama yuyai illaypicuna cuyaymantan
manña tullpacunamanta... manña pachakunamanta 
manña ñankunamanta.

Quechua iphupaycaimi paccarincunamanta 
ssimiri ñukanchimanta huañushca.

Quechua sonccopaipi
ima shaikuna pincuylluri tinyapura 
caballupaypi pachamanta sacha 
k ́apayhuan kiñiwa kamchari
 maipi rimay: ñukanchi maiki, 
ñukanchi cara, ñukanchi rimay, 
ñukanchi taki, ñukanchi atipacuk.

Quechua pachamamacay
caychayaqque.
cunuyachinakuna llapllahuakuna
ñoqari huachana pachaman
shukpi minka atipanakuymanta killari wiñay.

Quechua es mi corazón

Tengo en mi cuerpo

el canto de pájaros anunciando la lluvia, 

el pozo de agua en la chagra

y el hombre que pasa acariciando neblina.

Quechua es mi corazón

porque ayer la noche me llamaba, 

porque hoy el gris del cielo me pregunta, 

porque mañana seguiré cantando

sobre las cenizas.

Quechua es el viento que desparramó los hilos del tejido 

en la noche misteriosa de velas y mecheros.

Quechua es el silencio de mujer

mientras piensa en la ausencia de su amado 

a la orilla de la tullpa… a la orilla de la tierra 

a la orilla de un camino.

Quechua es el rocío de la mañana y la voz 

de nuestros muertos.

Quechua es el corazón

que se agita entre flautas y tambores 

en el relincho del tiempo milenario 

con olor a kiñiwa y maíz tostado, 

donde aún decimos: nuestras manos, 

nuestros cuerpos, nuestra voz, 

nuestra música, nuestra resistencia.

Quechua es la tierra madre 

a quien pertenecemos,

la que abriga la placenta

y nos pare al mundo,

en una minga de lucha y lunas permanentes.

Más sobre la obra de Fredy Chikangana / Wiñay Mallki

Samay pisccok pponccopi muschcoypa / Espíritu de pájaro en pozos de ensueño

© Fredy Chikangana

Siwar Mayu, Noviembre de 2022

4 poetas del Encuentro Cultural De Mujeres Originarias 

“Yomoram jyayappapä’is jäyätzame”

Selección y traducción del Inglés © Paul Worley y Carolina Bloem

Si prefieres leer esta muestra en PDF, CLICK AQUÍ

MARY LEAUNA CHRISTENSEN

Innato

[Publicado en Denver Quarterly]

El idioma en mí/ es antiguo/ aunque nuevo para mí/ mi paladar encorvándose/ un metal sobre llamas/ practico los sonidos de animales/ sus nombres/ casi ancestrales/ como si supieran que estoy intentando/ yona (1) / la primera palabra que aprendí/ oso/ alguna clase de testigo/ a un renacimiento descuidado/ le he dicho a un amante/ llamaré a mi cría/ tsisdu (2) / porque es bueno/ ser pequeño y rápido/ y consciente de tu entorno/ me tatuaré la semblanza del animal/ en la cara interna de mi muñeca/ un recordatorio/ no se puede confiar en mi cuerpo/ para reproducir/ nada/ que no sean palabras 

(1) yo-na: oso [Cherokee, dialecto oriental]

(2) g-stdu: conejo [Cherokee, dialecto oriental] 

~~~

Bifurcación 

[Publicado en Puerto del Sol]

Yo parto/ mi lengua/ por la mitad/ no como una serpiente/ pero como dos varitas de zahorí/ saborean el labio superior e inferior/ en unísono/ encuentran el agua ahí/ la mena/ maldice a un amante/ y lo ama a morir/ 

Quiero un poquito de todo/ cabezas y colas/ lados y lados/ de dos idiomas/ la lengua de mi madre/ colonizada/ y la lengua de su madre/ acorraladas a la ladera de la montaña y arroyo congelado/ 

En verdad mi lengua son los uroboros/ uniéndose en una boca húmeda/ tratando de encontrar alguna infinidad/ 

donde ninguna palabra/ se recoge bajo montículos

~~~

En el que soy una suma de partes

[Publicado en Southern Humanities Review] 

2 collares de semillas de maíz 
cuelgan en la parte de atrás de mi puerta

junto a dos bolsas de medicina 
hechas de pequeñas cuentas de vidrio 

plata esterlina y turquesa 
corbata de cordón

	(nada hecho
	por mis propias manos)

*

Otra lección

mis ancestros se escondieron en cuevas de 
montañas y uniformes confederados 

a mi muchos-tatarabuelo
se le dio el nombre inglés Nimrod 
pq acaso no somos todos poderosos cazadores 

y es posible que mi sangre esté alterada 
o diluida en alguna parte de Oklahoma 
pq no todos los ancestros tuvieron tanta suerte 
	
       (si ese es el término que estamos usando
	y no se puede ignorar el hecho—

	Estoy diluida hasta el carnet 
        en mi billetera que indica  
        mi sangre como un porcentaje)

*

Mientras yo limpiaba 

la casa de mi abuela

encontré una caja de lágrimas

*

Era apenas una adolescente
la primera vez que recuerdo
visitar la reserva
que mi abuela dejó 
hacía décadas

su hermano y la esposa de 
su hermano intentaron educarme

comentaron en mi carencia—

cómo esa era la primera vez
que intenté y desistí de hacer adornos con cuentas—

decepcionada cuando
la correa que hice se rompió

*

Mi primera lección   fueron semillas de maíz

su dura forma gris      imperfectamente redonda

cómo eran     sólidas manifestaciones

de cada lágrima cherokee     llovida

por el sendero

*

El nombre científico de la semilla de maíz 

es de muchas sílabas pero aquí 

lo llamaremos Lágrimas cherokee 

es fácil ensartarlo en collares

pero no se debiera confundir

con con cuentas de semillas que vienen

en varios grados de diminutos

plásticos y vidrios

*

La última vez que estuve en la reserva
no fue para conocer
sino por un entierro

y compré cuentas de colores 
me dio consuelo

junto con agujas

tiras delgadas de cuero

hilo de tendón ceroso hecho por el hombre

*

Las lágrimas no equivalen al luto 

pero tomo la yema de mi dedo 

presiono contra un ducto y espero 

encontrar algún bloqueo 

que induzca algún tipo de nacimiento

~~~

MIRA LA GRABACIÓN DEL ENCUENTRO AQUÍ   

KIMBERLY L. BECKER

Helianthus

En el camino a verte
paso por un terreno lleno de sol,
oro sobre oro,
y recuerdo que decías
que eres descendiente
de los mayas

Sol/baile del sol

Agarro la felicidad
como si fuera una moneda luminosa
dentro de un pozo de deseos
Me dices mejor esperar
y seguir al sol
como estas flores en la luz centelleante 

~~~

Heimweh

Estoy lejos de
colina y montaña
	En estas Praderas Norteñas
el viento no cesa,
susurra como el mar
Asombro por los pelícanos
blancos, y no como los pelícanos cafés vistos 
	sobre las olas del Atlántico
Disonáncia de lo familiar
en un lugar desconocido
	La luz insinúa tarde, alborada temprana
Espera por el invierno, me adviertes
Aprendo un lenguaje nuevo
para este paisaje: barranco y hoya
zona baldía oteros y peñascos
	Un águila se lanza por su presa
más bello de lo que imaginaba
Bisontes truenan sobre la tierra
Un caballo solitario retroiluminado sobre una subida
Mi boca intenta formar la palabra
para caballo en tu idioma: xaawaarúxti’
	pero aún miro al Este para cantar
mi canción matutina en Cherokee
	En un camino polvoriento enmarcado por prímulas
encuentro  tres piedras amarillas
pequeñas joyas del sol que regalo a mi hijo
antes de su vuelo al Noreste
	Un pelícano en un estanque extiende sus alas enormes
como si se vistiera o se quitara una capa,
o, como si midiera el alcance
entre su existencia y mi insistencia
	en un parentesco que no es totalmente imaginario
los dos estamos entre casas
en el camino
	a otro lugar

~~~

Ventus

Este viento talla los caballos sin jinete 
que vuelven de Little Big Horn a sus formas esenciales

La idea del hogar siempre nos jala
El agua y el viento forman balas de cañón de piedra

Intercambiamos palabras de bienvenida: NAheesa atistit/osd sunalei
El viento nos afloja el pelo, lo que dejamos crecer por nuestra pena

La vergüenza se quema como el fulgor del Bakken
El viento tira las llamas como si fuera crines de caballos

En Alemania un siroco de España acaricia
En esta espacio vasto las distancias engañan

Las palmas casi se tocan, la energía es palpable
Para seguir la Aurora Boreal, bajo un app,

nos imagino acostados, imantados debajo de los cielos de neón
Me cuentas que el Missouri se llama el Gran Misterio

Me presento como lo hago con cualquier persona
Señalas la dirección del corriente fuerte

debajo de lo que yo percibía sólo como una superfície revuelta
Recordamos la inundación de tierras 

ancestrales, diques construidas para aprovechar de la potencia
mientras que el río y el viento siguen ajustando su camino

KARLA CORDERO

ABUELA ES UN MACHETE ENVUELTO EN SU DELANTAL PREFERIDO

una vez un hombre lanzó un plato de frutas contra la pared de la cocina y la abuela aprendió cómo el vidrio podría parir pequeñas dagas. ella reemplazó a su esposo por cuchillos. agarra  una cuchilla como un arma cargada. disfruta cortar manojos de cilantro para caldo y la gente jura que tiene podadoras como dedos. en el patio los árboles botan canastas de frutas pero a la abuela no le gusta la cáscara. puede cortar la piel de la pera en segundos. limpia. puedes ver el azúcar correr por la rodaja. cada mano un carnicero de aplomo. nunca ni se pinchó un pulgar. y por treinta años chuzaba carne. cortaba albahaca. le quitaba al salmón sus branquias brillantes. entonces el dr. gonzalez se había tallado pedazos. se le dio cubertería de plástico. todo su metal quedó romo. Los utensilios buenos para la carne se le escondieron. las llaves de la casa ahora encadenadas a su delantal y a veces su boca switchblades cuando se pierden las llaves. hoy en el mercado cuento sus historias de las palmas que tiene. cómo una vez engañaron a una zanahoria a bailar como confeti brillante y abuela agarra una pera fresca. el final pesado limpiado por la neblina de su respiración. ella jura que siempre ha amado la carne pálida de la fruta. y sus dientes una gaveta de madera de machetes.

~~~

ALLISON HEDGE COKE

MARIPOSAS BORRACHAS

Mariposas ebrias, pedas

espiralando hacia arriba desde charco de agua

cargando el follaje fermentado

nosotros pasamos cerca mientras andábamos en canoa en el Río Neuse.

Anaranjadas, blancas, amarillas, azules, negras, cafés

manchadas, de cola bifurcada, estampadas, 

moteadas, destello palmeado y temblor, 

aletea fina, vuela, apareamiento ritual de las vanesas. 

Envolviendo su timidez en sus alas, encubierto, debajo

de una manta plegada sobre el amante. 

El coraje líquido anima el principio, sobre 

provisión por casualidad, presa fácil para

el pájaro acechando, tortuga, pez, cangrejo de río, rana.

La belleza de todo esto

en una ala soleada brillando, cayendo  adelante y

de regreso, arriba y abajo. Frenesí fantástico

color gentil, ala plumada demasiado delicada para tocar

sin quitar la punta. Metamorfoseada

solo para este día

una metáfora, relacional, 

paratodo lo que es y será bueno.

La niña mariposa envuelve su cabello en una ala trenzada

aletea para el futuro. Se vuelve 

el toque más suave, levantando y elevando

todo lo que está a su alrededor—todo lo que es bueno—

este es bueno—

algo que hace mucho

mejor que los Seres Humanos

según el acuerdo natural de la manera tradicional 

de la carrera de la creación de las mariposas, 

que sucede así, para ella tanto como para las que vienen después. 

Kama, kamama. Atrápala 

en la mañana  y

otra vez en la noche, al mediodía flota en la brisa. 

~~~

ESTAR A LA TALLA

No fue que él no llevaba calcetines en sus pies,

ni la tela del codo que se descosió unilateralmente,

ni el desplazamiento igual de barbilla y frente,

ni el ojo derecho situado un poco más bajo

que el de la izquierda, fue su nudillo lo que

me hizo llorar, 

rincones clavados al lado, como ganchos para carne minúsculos

rasguñando pedazos de él cada vez que movió, invisible,

oportunidad desplegada. Fue su músculo desgarrado,

podrido, la mano protésica, desmayo lo ancho de los dedos

cruzando su intento a una sonrisa, dejada allí, para

que cualquiera la viera-fue su merced. Al final somos

raramente bellos, sobre todo colocados lejos de

situaciones arriesgadas en posturas que compensan los que

hemos llegado a ser en los ojos inquietantes de los mirones. 

Aún así, él estaba, está, aquí todavía dentro de lo mío, y soy humano

por eso. Quizás sólo por eso. Quizás. 

~~~

PANDO/PANDO 

El Gigante álamo temblón / Sitio de un masacre boliviano

Gigante que tiembla
 sobresalido con insistencia
Pando 
 /Pando 

ondeando me extiendo
 expulsada de las calles
perpendícular  al filo de la hoja
Pando/ 
 Pando 

 caos, gas natural
peciolo aplastado
 la oposición empujando hacia la autonomía de la derecha
corre, eleva, se revela, tiembla
 en el cuarto día de
amarillo-blanco-grisáceo-amarrillo
Pando/Pando

 huelga de hambre, asaltantes
 lanzaron una granada verde
 forzaron los campesinos descamisados
 a arrrodillarse
árbol
Pando
/Pando
Pando/
Pando
hombre álamo temblón extiende la sublevación
floreciente, flor,
se extiende la raíz brota
Pando
emboscada
donde Morales se hospedó
biomasa gigante clon sublevación
crecimiento indígena profundamente enraizado 
previene que Bolivia se astille
Pando/Pando

 visitando Santa Cruz
cien hectáreas
 la dinamita acribilla
catorce millones de libras
 humillación pública
Pando/Pando

enraizado ochenta mil años
 cinquenta alcaldes indígenas enraizados
treinta andinos asesinados esta semana
fronteras paralizadas
 Argentina, Brazil, Paraguay
Pando/Pando
colonial clon
 masacre colonial
individuo genético singular
 Morales, un indígena Aymara,
Pando/Pando
 oposición organizada, estudiantes
universitarios conservadores, forzaron
a los indígenas aterrorizados a arrodillarse
forzaron a la gente refugiada
 a pedir perdón por venir a Sucre forzaron
corearon insultos a su héroe Evo luego
los conservadores prendieron fuego
 al azul, al negro, al blanco de la bandera Aymara
agarraron los ponchos hechos con manos Aymara
a gente Aymara
Pando/Pando

Pando/Pando
rizoma, brote elemental
 disparados, siete muertos
disparando—genet/ramet
 campesinos

organismo que excede
 que la evidencia actual no apoya

El Lago de peces tiembla
 Amazonas
 Pando
la vida del álamo temblón en  la más extensa 
germinación singular 
Pando/Pando 
 Pando/Pando 
Pando/Pando 
 Pando/Pando 
Pando/Pando
 Pando/Pando Pando/Pando

~~~

ESTÁBAMOS EN UN MUNDO

Estábamos en un mundo, en un mundo, en un mundo. Claro, teníamos nuestros glifos, pero éramos providenciales. Una vez, algunos cree-ntes en el abecedario, vendedores de vidrio, asesinos de Ursus Arctos, mandaron todo su campo en un campo maldito más rápido en un giro retroceso, torbellino de momentum angular intrínseco—bosón se derrite. Girando, salió corriendo iceberg, iceberg, iceberg; glaciar reforzado tiempo trazado ayer base firme—todo debajo tiró torrente aluvial, diluvio de Niagara, avalanche de repente, flujo, corriente, hasta que sus ciudadelas costeñas se pudrieron por ciclones, tsunamis, vientos huracanados. Tornados echaron las olas adonde quisieran. Erupciones volvieron a moldearla hacia algo digno de Ella. Por no hablar de los terremotos. Y la gente, la gente, la Gente, empujados al cataclismo, unas pocas generaciones después de que fueron obligados al catecismo del libro alfabético, pronto había astillas desgracia tragedia tormenta, partículas fragmentadas del pasado actual, en un mundo alejado de la oratoria, la canción, las oralituras, las oraciones ahora girando, bamboleándose. Ya pronto caliente, caliente, caliente, caliente, caliente, caliente, caliente, caliente, caliente. Calientes, los manglares muriéndose, La Bahia de Waimea desapareciendo, dengue, la variación en la migración de la mariposa, la pradera vuelta bosque, la sábana brotada del desierto, caribou, arao aliblanco negro, murcielagos, rana, caracoles—ausentes. ¿Qué querrán comer las grullas canadienses? Los alados pondrán temprano sus huevos. Los arrecifes se descoloran. Lluvia, lluvia, lluvia, lluvia, lluvia, lluvia, lluvia, nieve, nieve, nieve, el fuego ferozmente flameando, fascinado por el re flejo de su propio resplandor. Las marmotas se levantan temprano. Los mosquitos perduran más, perdurando picando difundiendo el virus West Nile. Osos polares dejan de dar a luz. El zorzal petirrojo y la golondrina entran a la vida de los Inuit. El trueno encuentra a los Iñupiat. Aquí, según dicen, glifos dejaron a las paredes de piedra, a los platos de roca, a la corteza, a las ramas, y saltaron, animados, a la vida actual, sacudieron sus hombros, enderezaron el cuento, pusieron el mundo sobre los huesos de sus alas, se elevaron en la Noche, para colocar el Mundo de vuelta en su cielo cuenca—nos tranquilizó. Algunos dicen que los restos de la sopa fueron palabreados con lenguaje descolonizado. Otros dicen que su sabor persiste incluso aún. 

Más sobre las poetas de esta selección

Sobre los traductores

Carolina Bloem enseña estudios latinoamericanos y español en Salt Lake Community College. Su investigación se centra en la oralidad wayuu actual y su impacto en las comunidades locales e internacionales. Otros intereses de investigación incluyen la escritura de viajes en Colombia y Venezuela durante el  siglo XIX, y los manuales de conducta y su papel biopolítico en la sociedad.

Paul M. Worley es de Charleston, Carolina del Sur. Es profesor de español en la Universidad Estatal de los Apalaches, donde se desempeña como director del Departamento de Lenguas, Literaturas y Culturas. Co-editó con Rita M. Palacios su libro más reciente, Unwriting Maya Literature: Ts’íib as Recorded Knowledge (2019), con el que recibió una mención de honor como Mejor Libro de Humanidades por la Sección México de LASA. También es autor de Telling and Being Told: Storytelling and Cultural Control in Contemporary Yucatec Maya Literatures (2013); las representaciones orales grabadas como parte de este proyecto de libro están disponibles en tsikbalichmaya.org. Ha sido también becario Fulbright. Junto con Melissa D. Birkhofer, es co-traductor de Word Mingas (2021) de Miguel Rocha Vivas, cuya edición en español ganó el Premio Casa de las Américas de Cuba en 2016. También ha traducido obras seleccionadas de autores indígenas como Hubert Matiúwàa (Mè ‘phàà), Celerina Sánchez, Manuel Tzoc (K’iche’) y Ruperta Bautista (Tsotsil).

4 poetas del Encuentro Cultural De Mujeres Originarias “Yomoram jyayappapä’is jäyätzame” © Paul Worley y Carolina Bloem ~ Siwar Mayu, September 2022

Mitos, ritos y petroglifos en el río Caquetá. Fernando Urbina Rangel

Fotografías y poemas originales © Fernando Urbina Rangel

Introducción y selección © Juan G. Sánchez Martínez

Si prefieres leer en PDF, haz click aquí

Fernando Urbina Rangel es filósofo, poeta, fotógrafo y educador. Por décadas trabajó en la Universidad Nacional de Colombia donde dirigió cátedras, seminarios y trabajos de investigación sobre mitología comparada, oralidad, arte rupestre, petroglifos amazónicos, y plantas-maestras. Urbina es autor de noventa y cinco artículos académicos, ocho libros, veinticinco exposiciones fotográficas individuales, dos series de televisión educativa, y dos series de radio. Hoy, libros como Las hojas del poder (1992) y Dïïjoma. El hombre serpiente águila (2004) tienen fuego propio; sembrados con mambe y ambil, y cimentados en el arte de la picto-poesía, el arte rupestre, y el rafue (palabra-fuerte Murui-Muina) son publicaciones visionarias que supieron tejer la imagen, la poesía, el ensayo y las-historias-de-antigua, desestabilizando las jerarquías logo-céntricas de los centros urbanos y las universidades en Colombia. En la obra de Urbina, el libro es el árbol de la coca, la biblioteca son las abuelas y los abuelos (como Don José García y Doña Filomena Tejada), y la universidad es el mambeadero o los bailes rituales. Fernando Urbina dialoga con la Gente de Centro (múrui, okaina, nonuya, bora, miraña, muinane, resígaro y andoque), hijos del tabaco, la coca y la yuca dulce, cuyo territorio de origen se encuentra en el interfluvio Caquetá – Putumayo (Colombia). Ellos son los mismos que sobrevivieron al genocidio de la Casa Arana, y hoy continúan resistiendo el asedio de las petroleras, las empresas mineras, el narcotráfico y la guerra civil colombiana.

Afortunadamente, la vitalidad con la que los libros de Fernando Urbina recobraron la palabra, el gesto y el rito de la Gente de Centro, y lo celebraron para la filosofía, la poesía y el arte, abrió senderos para las textualidades y oralituras indígenas en Abiayala. Su trabajo interdisciplinario recordó a varias generaciones que en el río Caquetá, todavía hoy, hay libros de piedra bajo el agua, petroglifos que emergen cuando baja el caudal y que cuentan historias primigenias. También que “el mito es palabra revelada”, no quimera ni anacronismo, sino ese presente que nos sostiene “y en el que hay que demorarse” (Las hojas del poder). 

Las fotografías y textos que componen el video que incluimos aquí abajo hacen parte de la obra MÁS ALLÁ DE LAS MONTAÑAS DE UYUMBE (“San Agustín”), la cual fue patrocinada y exhibida por el ICANH en 2019 (Universidad Nacional) con ocasión del sesquicentenario del nacimiento de Konrad Theodor Preuss, quien fuera el iniciador de la arqueología científica en Colombia. A partir de las ideas del lingüista, arqueólogo y etnógrafo alemán, quien propuso estudiar la religión y mitología de los uitotos en busca de claves para interpretar aspectos de la cultura de San Agustín (Alto Magdalena), esta exposición señala confluencias andino-amazónicas entre las antiguas culturas de las tierras bajas y las de las tierras altas. Es de resaltar que el río Caquetá nace muy cerca (menos de 100 km) del yacimiento del río Magdalena, en el nudo de Almaguer (Macizo Colombiano) donde los Andes se dividen en tres cordilleras. 

Los siguientes fragmentos fueron seleccionados de la exhibición Más allá de las montañas de Uyumbe (“San Agustín”). Asentándose en el lenguaje paradójico de los relatos antiguos de la Gente de Centro, Urbina encuentra una técnica para tejer su propio canasto: la síntesis (Serpiente-Águila, Vigilia-Ensueño, Anaconda-Espiral). Por eso el lector de estos versos/instantáneas notará que los sustantivos aparecen insuficientes, y que el uso del guión o el uso de mayúsculas son estrategias para resaltar la complementariedad. En este imaginario poético, ninguna palabra (vacío, punto, firmeza) tiene solo una cara, pues cada cosa es lo que es y también lo opuesto: el creador es lo creado y viceversa; quien tiene el silencio tiene la palabra. 

Cañón de Araracuara desde El-balcón-del-brujo-de-piedra 

Todo estaba allí y parecía completo;

pero no… nada tenía nombre o historia;

no era aún materia de nostalgia.

Cuando llegó el primordial,

‒ascendiendo los ríos

desde la orilla de la mar inmensa‒

signó el lugar y lo hizo mundo,

lo multiplicó en el mito,

lo recreó en el rito

y le dio los cien rostros del recuerdo.

© Fernando Urbina Rangel

Arquetipos

La tierra

era ancha y sola;

allí todo era blando.

Sol

con sus dedos de luz

fue diseñando,

en el barro orillero de los inmensos ríos,

los seres que poblaban,

tan solo como nombres,

el sueño de los Padres Primordiales.

Al mediodía

calcinó la obra.

Vueltos piedra

los arquetipos quedaron

fijados para siempre.

(Con base en las tradiciones del abuelo Enókayï, de la nación Murui-Muina ‒Uitoto‒)

© Fernando Urbina Rangel

 Cincel y martillo

¿Con qué tallaron su marca en el paisaje,

quienes llegaron primero,

para humanarlo haciéndolo habitable?

Golpe en la piedra con la piedra aguda

y así dejar en piedra algún silencio,

de esos que dicen y duran más que la palabra.

© Fernando Urbina Rangel

 La luz y la sombra

Algo para nombrar el día de los hombres: efímeros.

Algo para nombrar la sombra, la arcaica,

la que precede todo lo que existe.

Piel es la luz sobre la roca oscura;

guarda su entraña la profunda noche.

© Fernando Urbina Rangel

La Dueña-de-los-animales

En su indagar,

los Hacedores cayeron en la cuenta:

Manejemos la forma de la roca.

Esta tiene la traza pavorosa que soñamos

para ser Gerofaikoño, la Mujersapo.

Ella defenderá al animal;

contendora del hombre en la batalla cósmica.

No sea que primen los humanos

y acaben con la casa de todos,

talando selva, envenenando ríos,

matando la semilla de las bestias.

Mariposa

―Abuela –pregunta la nieta–

¿Por qué las mariposas

se paran en la cabeza de las tortugas?

Y la Gran Sabedora,

la Abuela Filomena,

responde:

―Antes, cuando los pieleros

no habían acabado con los caimanes,

las mariposas se posaban

en el banco-decontarhistorias,

el que le regaló Jirayauma al caimán primigenio. 

Fue el pago por ayudarlo a cruzar el río,

cuando escapaba de su esposa,

‒la Mujerjaguar,

         reemplazo de la temible suegra por él asesinada.

Ese banquito quedó en su cabeza.

Allí ellas contaban mitos

‒los del color y del vuelo,

igual a como hace tu abuelo

sentándose en el mambeadero.

© Fernando Urbina Rangel

Cuadrúpedo saltador

Se dice que la palabra jaguar significa

elquematasaltando.

Patrulla un amplio territorio de caza;

equivale al territorio que maneja la gente de una maloca.

Por eso el espíritu del jefe de la tribu,

cuando este muere,

‒si ha sido impecable al velar por su gente‒

quedará como jaguarencantado

cuidando el espacio signado por su tribu.

Es la razón para pedir permiso y hacer ofrendas

antes de entrar a cazar en un lugar desconocido.

© Fernando Urbina Rangel

Serpiente

Soy una línea pero no cualquiera.

Soy tubular como una cerbatana.

Mi diente venenoso hace de dardo;

pero, además, ondulo

y me vuelvo espiral para pensar la vida y la galaxia.

Soy la clave del tiempo porque cambio de piel.

Soy cavadora de túneles acuosos para ir a lo profundo.

Repto sobre la tierra,

trepo por el árbol,

me encumbro a los cielos.

Al devorarme a mí misma soy círculo: soy todo y nada.

“Buena para pensar”

‒hubiera dicho de mí el Etnógrafo‒.

Buena para multiplicar los mundos.

Soy manantial de símbolos.

© Fernando Urbina Rangel

Origen de la humanidad

Padre murió en enero del 78.

Él me había aconsejado

(después de ver mis fotos con el arte rupestre del Inírida):

―Dedícate a las obras que trazara

sobre perennes rocas aquella gente arcaica.

Y fue en febrero,

arriba del raudal de Guaimaraya,

cuando di con el glifo

que bien muestra

cómo una línea almenada se transforma en gente.

Este mitema, igual que su grafema,

se cuenta y representa, en múltiples variables,

a lo largo y ancho de toda la Amazonia.

© Fernando Urbina Rangel

Los cuatro ancestros

Le pregunté al abuelo José García

–mi maestro, gente de féénemïnaa (muinane)–

qué podrían significar los cuatro rostrosculebra

conformando una cruz.

―¡Ajá! –me reconvino.

―Ya deberías saberlo.

¡Eso es maloca!

Y, viéndome confundido, agregó sonriendo:

―Cada uno de los cuatro postes en la maloca

es un ancestropedazodeculebra

Es la manera de tener bien presente nuestro origen.

© Fernando Urbina Rangel

Bailarín

En el aire: el conjuro.

La palabra red.

Y el gesto que interpola

de cada ser el íntimo secreto.

Aquí,

sobre la piedra se trazaron los signos.

Este danzar del gesto…

detenido.

© Fernando Urbina Rangel

Hombres sentados

El Padre

sentado entre el Silencio,

maduraba silencios.

Aún no se inventaba el trueno,

ni el murmullo del viento entre las hojas,

el rugido del jaguar,

el grito de las águilas,

ni la voz como espina del zancudo.

¿Con quién puede hablar el dios?

Entonces, vio su sombra.

Estaba allí, sentada.

Se inventó la palabra y el eco respondió

(el eco que es la sombra del sonido).

―¡Ya tengo compañero! –Exclamó el Padre.

Fue así como los hombres nos formamos.

(Somos la sombra y el eco de un dios).

© Fernando Urbina Rangel

Dos antropomorfos sedentes dialogando

Padre:

hoy que agrego más años que los que tú sumaste,

puedo decir al cabo de casi nueve lustros:

creo haberlo hecho;

no sé si bien,

pero traté de cumplir tu encargo. *

De alguna forma,

seguiremos compartiendo hallazgos

en la corriente circular del diálogo…

Mi sombra pasajera

pronto se volverá una sola con la tuya

y las dos con lo inmenso.

* Ver el poema “Origen de la humanidad”.

 Bogotá- 2019

Más sobre la obra de Fernando Urbina Rangel  y la Gente de Centro 

Arte rupestre amazónico”, Revista Credencial, 2015

Sobre el tejido de Yorema: Kaɨmeramuy / Gilberto López Ruiz: “Mona fueda bibɨrɨ kaɨ niya jȃna uai: diona – jibina uai.”, por Camilo Vargas Pardo y Lina Mazenett

Sobre libro Cultivando la ciencia del árbol de la salud (2019) de Célimo Ramón Nejedeka Jifichíu / Imi Jooi, por Camilo Vargas Pardo

Exhibición Más allá de las montañas de Uyumbe © Fernando Urbina Rangel ~ Siwar Mayu, Agosto 2022

Muestra de literatura contemporánea gunadule

Fotografía de una mola de la colección de mola de Sue Patricia Haglund


Introducción y selección © Sue Patricia Haglund


Textos de autores gunadules © Dad Neba Nelson De León Kantule, 

© Taira Edilma Stanley Icaza,

© Cebaldo Inawinapi De León, 

© Atencio López, 

© Kinyapiler Johnson González, y 

© Maninaindi R. Roldan. G

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Ser Gunadule es ser Gunayala y ser Abiayala/Abya Yala

Baba y Nana son nuestros creadores, seres supremos.
 
Abiayala/Abya Yala, territorio salvado, tierra de sangre, como dice nuestro hermano, Dad Neba Nelson de León Kantule, Abiayala/Abya Yala representa espacios de “plena plenitud”.
 
Abia-sangre
Viene del idioma dulegaya, idioma dule o también conocido como guna o Gunadule
Abe/Ablis es sangre – y la palabra, Yala-tierra, montaña, continente, territorio.
 
Tierra de sangre; sangre derramada y sangre de vida.
 
Abiayala/Abya Yala  es la solidaridad y lo colectivo, con solidaridad colectiva somos semejantes a la tierra, una tierra de plena plenitud y de vida,
 
Para entender la profundidad de Abiayala/Abya Yala, es más de las cuatro etapas de la evolución de nuestros mundos, son los recuerdos de nuestras historias de Babigala, de Baba y Nana, de Ibeler y sus hermanos, son historias de caos y unificación, de Biler e Ibeler, por tanto, para nosotros Dules, es sobre posicionalidades relacionales. 
Abiayala/Abya Yala existe.
No es sobre ‘las Américas’. Es más.
Abiayala/Abya Yala, siempre ha estado en vida y presente.
Abiayala/Abya Yala es evolución de desarrollo con solidaridad colectiva, no el caos de destrucción, porque como en las palabras de nuestro hermano, Marden Paniza, músico y compositor gunadule, es para recordarnos que mer burgwega anmar namagge “cantamos para no morir” y en esto cantamos,
 
Anmar di, somos agua
Anmar yala, somos tierra y montañas
Anmar ari, somos iguana
Anmar achu, somos jaguar
Anmar yaug, somos tortuga
Anmar bansus, somos colibri
Anmar Abiayala
Somos tierra de sangre
Tierra de sangre derramada, sangre de vida
Somos tierra de plena plenitud
Y no nos falta nada
Itogua.

~~~

Dad Neba Nelson De León Kantule

Asociación Napguana


Pueblos indígenas, desarrollo y Medioambiente

Después de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, celebrada en Río de Janeiro, Brasil, en junio de 1992, fue un acontecimiento histórico para los pueblos indígenas y sus derechos en relación con el medio ambiente, donde reconoció a los pueblos indígenas y a sus comunidades al cuidado de la madre tierra que han venido haciendo y el aprovechamiento del medio ambiente. Se reconoció la importancia de los conocimientos y prácticas tradicionales de los pueblos indígenas y la comunidad internacional (los estados) se comprometió a promover, fortalecer y proteger los derechos, conocimientos y prácticas de los pueblos indígenas y sus comunidades.

Los pueblos indígenas siguen estando en la mira de los que impulsan supuestos desarrollos con planes globalizadores, que a la larga perjudican más nuestras precarias condiciones de vida. Todo esto acontece en un mundo convulsionado, donde cada vez las guerras internas o entre estados se hacen costumbre. De igual manera las guerras entre poderosos (empresas trasnacionales)  son motivos de desplazamientos de los pueblos indígenas en condiciones infrahumanas, cuando descubren minerales, cuando quieren construir hidroeléctricas y otros, en los territorios nuestros (ejemplos sobran en Abya Yala/Abiayala, América, caso de los kunas de Mudungandi, en Panamá, la hidroeléctrica del Bayano, y la construcción de hidroeléctrica de Barro Blanco). 
Hablar de desarrollo para los Pueblos Indígenas no significa únicamente que se hable de inversiones y cooperación traídas del extranjero, significa en primer lugar el reconocimiento de su cultura y tradiciones, que involucra también el respeto a la tecnología ancestral con que nuestros Pueblos han sobrevivido. 

Ante esta realidad de los grandes cambios mencionados, los Pueblos indígenas nos enfrentamos a estos retos y tenemos que prepararnos para los venideros, sin renunciar a nuestras raíces ni a los principios que nos legaron nuestros antepasados. Retomando las enseñanzas de los grandes sabios de nuestra historia, nuestra identidad, adaptándolos a la realidad del presente, para proyectarse al futuro.

Ya es el momento que los pueblos indígenas planten su modelo propio, basado en nuestra dinámica organizativa, con planteamientos políticos, socioeconómicos, culturales, religiosos, territoriales y de autonomía, en fin, la reivindicación de nuestros derechos específicos y colectivos, basados en la solidaridad, equidad, históricamente menospreciados por los Uagas (no indígenas).

No estamos en contra del desarrollo, queremos el desarrollo y seguir siendo indígenas. Lo que no compartimos y no estamos de acuerdo son con las imposiciones del modelo de desarrollo occidental, los cuales han demostrado ser inoperantes, caducas, que han causado rupturas, daños considerables de nuestras estructuras políticas, sociales de nuestros pueblos.  Estos modelos impuestos a nuestros pueblos, migraciones, cambios debilitan nuestra identidad cultural. Siempre los Uagas (no indígenas), van a ver en los pueblos indígenas como un obstáculo, una barrera al desarrollo. 

Los pueblos indígenas, en general, cuentan con una larga experiencia en el manejo de los recursos naturales, puesto que hemos vivido desde tiempos inmemoriales en contacto directo con la naturaleza, obteniendo de ésta los benefactores necesarios para satisfacer nuestras necesidades. Aún cuando no hayan definido el concepto de desarrollo sustentable, llevan muchos años poniéndolo en práctica.

Los pueblos indígenas han perdido mucho sus territorios en nombre del desarrollo, y corren el riesgo de seguir perdiendo tierras ancestrales y lugares sagrados, muchos de los cuales contienen la biodiversidad más rica del mundo. Los gobiernos que se han adherido al Convenio sobre la diversidad biológica tienen la obligación de poner en vigor leyes internas o de modificar sus constituciones para garantizar la participación de los pueblos indígenas en la conservación y la utilización sostenible de su medio ambiente.

Me pregunto qué bosques, ¿qué biodiversidad venden o negocian nuestros países para canjear su deuda externa? Nosotros tenemos ricos bosques, minerales, agua dulce, mares, si lo vendemos todo hoy, mañana también seremos pobres y no tendremos qué legarles a nuestras generaciones futuras, por lo tanto no podemos decir sí a cualquier inversión pensando en el hambre de hoy.

Los indígenas vamos a aceptar las inversiones en nuestra región sin ningún problema, siempre y cuando los inversores sean personas honestas y quieran compartir las ganancias con nosotros, aquellos que no hagan trabajar a nuestros hermanos para no pagarles después… aquellos que no se escuden en los políticos de turno, en el poder para insultar a una cultura indígena, aquellos que tengan paciencia de las autoridades indígenas en las negociaciones. Somos conscientes de la riqueza que poseemos, pero el mundo no se acaba mañana y vendrán otros hermanos, hijos, nietos nuestros que nos agradecerán de no haber agotado todo de una sola vez lo que nos legado nuestra Napguana (Madre Tierra), madre de todo desarrollo si amamos y la conservamos, o simplemente de las desgracias humanas, si sus hijos no sabemos respetarlas.

Todas las exigencias de nuestros pueblos son justas y legales a la luz de las leyes internacionales y nacionales, convenios, tratados y otros instrumentos que hablan sobre los derechos de los pueblos indígenas. Podemos mencionar un ejemplo concreto con la adopción de la Declaración  de los Derechos de los Pueblos Indígenas de las Naciones Unidas, art. 32. Acápite 2. Los Estados celebrarán consultas y cooperarán de buena fe con los pueblos indígenas interesados por conducto de sus propias instituciones representativas a fin de obtener su consentimiento libre e informado antes de aprobar cualquier proyecto que afecte a sus tierras o territorios y otros recursos, particularmente en relación con el desarrollo, la utilización o la explotación de recursos minerales, hídricos o de otro tipo.

Pero el reconocimiento pleno de los derechos de los pueblos indígenas no se da con claridad en todos los países. Por eso, el verdadero reconocimiento y no solamente en papel o leyes, es el punto de partida indispensable para cambiar por el sendero hacia un desarrollo pleno. Lo cual significa que los pueblos indígenas tenemos la capacidad plena de llevar adelante nuestro propio desarrollo y que se nos dé esta oportunidad. 

Solamente pedimos la oportunidad que se nos dé por lo menos de trazar y escoger nuestro propio destino, basados en nuestros principios y valores culturales, que hasta ahora han demostrado ser válidos en nuestras comunidades.

La característica principal de los pueblos indígenas, a diferencia de la sociedad occidental, es que los sistemas sociales están basados en la ayuda, protección mutua, hermandad y la solidaridad. Que no necesitan estar escritos en voluminosos códigos que al final no se cumplen, es en la práctica diaria que nuestra gente lo hace realidad, es nuestra forma de vida. Tanto los aspectos sociales, políticos, económicos y espirituales de la vida están ligados vitalmente formando una unidad. 

Por todo lo dicho anteriormente sigo manteniendo el principio de mis maestros kunas, para nuestros padres, naskued (desarrollo) significa producir la tierra y aprender los conocimientos tradicionales para el beneficio de todos(as) y no de unos pocos, no para ser ricos individualmente, sino para compartirlo con todos(as).

Este valor nos ha mantenido a pesar de muchos cambios que están pasando en la sociedad indígena. La identidad cultural kuna sigue viva, seguirá viva, mientras nuestros pueblos vivan unidos. La fuerza de nuestra cultura ha persistido a través de la historia; la entrada de algunos modelos impuestos en la comarca ha variado algunas cosas en  nuestras comunidades, y aún así, no ha podido cambiar nuestro ser, seguiremos siendo kuna.

Este camino es imprescindible, se plantea que se considere la participación activa de los pueblos indígenas, como pueblo Ngäbe, Kunas, Emberás, Nasos, Wounaan, Buglé, Bri-bris.

Así la participación de mujeres, jóvenes, ancianos y otros. Cuyo aporte permitirá construir una base jurídica más sólida, armónica, y representativa, cuyo resultado será una sociedad más justa y equilibrada, de igual manera, la voluntad política y tolerancia de todos los actores, para comprender y aceptar la existencia de esta diversidad de pueblos indígenas en Panamá.

Para la convivencia pacífica y la construcción de una verdadera sociedad democrática, es indispensable reconocer y dar valor a la existencia de los pueblos indígenas con sus valores e intereses diferentes, así como respetar y tolerar esos valores históricos e intereses que nos distingue de los demás. Lógicamente, un reconocimiento meramente moral no es suficiente; en un país como Panamá, donde coexisten diversas culturas, debe plasmarse en su legislación, en la constitución. No debe existir un grupo que imponga a los otros sus propias normas y valores de conducta y comportamiento.

* Dad Neba: en la lengua indígena kuna, significa, “Abuelo de la Llanura”, con ese nombre se identifica Nelson De León Kantule, Comunicador indígena Kuna / Directivo de Asociación Napguana.
E-mail:duleigar@gmail.com y napguanakunagmail.com

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Fotografía de una mola de la colección de mola de Sue Patricia Haglund


Taira Edilma Stanley Icaza

KIPARA

Quiero hablar de los trazos
de mi cuerpo  
De los trazos de donde vengo
De la fuente que impulsa
mi punto de partida

De mi primera línea espiral 
de mi herencia de mujer indígena
de mi rebeldía, mi nahua y mi mola
del coraje que corre en mis venas
de la abuela Carmen y de mamá

Déjame que los trazos penetren 
mi cuerpo
que hablen de la herencia y nuestras 
huellas
De la hermana Bertha y Marielle
Déjame gritar y amar

Quiero otra vez trazar mi cuerpo
una y otra vez
beber de la inna*
sentir el río sagrado
volver a enredarme en mi trazos
trazar y trazar 
hasta empezar con el punto final,
como espiral

*inna: jugo de maíz, refresco

El Luna 1925 y Wewe

Otra noche, de esas noches                                    
De amor
Donde se murmuran llantos
tristezas, lágrimas y más lágrimas
Sacuden y sacuden el sudor

Wewe*, trata de aletear la humedad
Y con albahaca en su boca
da tranquilidad 
detiene tan cruel 
acción, ultraje
y violación. 

Sus alas aletean
Y tranquiliza el pulso 
los oídos tratan de escuchar 
Olvidar, aquella
luna creciente

Sus ojos al hundirse dan el mensaje
la voz que sale de sus alas 
sosiega el alma,
el hermano Luna,
susurra a Wewe
vamos a cantar 

*wewe: variedad de grillo pequeño que abunda por las costas; pulga de arena


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Fotografía de una mola de la colección de mola de Sue Patricia Haglund

Cebaldo Inawinapi De León

1
 
An Di! 
Agua somos. Agua seremos!
En una aldea kuna nace una niña, y la partera canta, la abuela canta, ellas cantan: Venimos del agua y con el agua. Naciendo desde el líquido fecundo de la placenta, que después será abono y serán sembrados (placenta y cordón umbilical) en tierra generosa, bendecida por la lluvia.
 
La niña crece. Un día, su cuerpo le avisa que la vida es fecunda y por varios días, las mujeres de la aldea la bañaran diariamente en una surba – casa sagrada hecho de pencas, palabras y mucho amor -, agua y ella y las palabras de las cómplices y sus deseos y sus sueños viajando por este territorio sagrado: ¡su cuerpo!
 
Agua y Palabra, tatuando a la púber!
 
Va la mujer, al viaje final, el poeta le canta sus días y sus noches, y recibe el baño perfumado de flores y plantas y el último viaje será en el río de sus amores juveniles y sembrado en el bosque generoso… y ella empieza a navegar en el río sagrado que la guiará a la Matria final.
 
¡Agua somos! Canta el Poeta Mayor
¡Agua seremos! Canta la aldea.
 
Un fecundo líquido nos trae - en amorosas aguas amamos y creamos- y en un generoso líquido viajamos a la Casa Final!
2

Cantan nuestros Poetas Mayores, que un fino y mágico hilo une, cose las aguas de los ríos, de los mares, los árboles, el bosque, la tierra y sus habitantes, construyendo una gran red, equilibrando y armonizando los sonidos, los colores y los frutos de la Tierra.  

¡Somos todos Uno!

Canto y arte que nuestras mayores creadoras, las Mujeres kunas, lo han entendido de forma maravillosa, cuando cosen sus vestidos, sus molas con telas de colores donde tatúan sus sueños, sus deseos, sus historias y encantos que les salen del lado izquierdo del pecho y se deslizan hasta la punta de los dedos.

Y lo continúan hoy, en estos tiempos urgentes, sus hijos, sus nietos…armonizando los sonidos, los colores y las cosas disonantes. 

Es parte de la red mayor, del tejido universal, equilibrando sonidos, colores y sabores, y si un día parte de la red, se rompe, rápidamente hay que arreglarlo, coserlo, para que sigamos caminando y meciéndonos en esta Hamaca Universal, nuestra Casa Grande, la Tierra.
3

quién ordena el tiempo? no es el reloj, es la Palabra, es la Lengua (sé que lo leí en alguna página encantada de un hermoso libro o en un canto en alguna aldea marina) y me lleva en este vuelo urgente, a mis días en la Casa Grande, en la aldea marina, cuando el Poeta Mayor, el Sagla canta y cuenta los días de la aldea, de la tribu, de la Tierra,

porque lo que nos habita y tatúa es el tiempo del discurso, de las palabras, del goce, del verbo...reinventando mundos, palabra a palabra, creando magias...!

Degiii!

~~~

Fotografía de una mola de la colección de mola de Sue Patricia Haglund


Atencio López


NOSTALGIA

Trato de mirar
nubes y aves
al atardecer,
mas no pude.

Mis ojos cegados
adentran más en
recuerdos infantiles
que no volverán.

Existencia feliz
en sus regazos
se formó mi futuro
mi esperanza.

Hoy,
de mi vida deshojan
flores, sueños, 
caricias
que me acompañarán
para siempre.

Desde la playa, mar,
Siento que algo
se apaga
Voy por el mundo
llevando amores,
corazones
y sobre ellos
he de dormir,
llorar.

Siento amor
pero me embarga
honda tristeza
ojalá las lágrimas
laven esa amargura
y pueda amanecer
a tu lado
haciendo el amor…

GENOCIDIO EN ABYA YALA

Nada que celebrar
los 12 de octubre
fecha que dio inicio
al genocidio jamás
escrito
en la historia de la humanidad.

Cien millones de seres humanos
llevados a las hogueras
sacrificados y asesinados
en nombre de dios y la biblia.

Reyes de España
creyendo salvadores del mundo
inundaron de escoria humana
nuestro continente
basura humana
que quiso borrar
la historia indígena.

Desde tumbas, bosques,
ríos, mares y lagos
el rostro masacrado
de abuelas y abuelos
emergieron para mancillar
el orgullo occidental europeo,
Abya Yala escribe su propia
historia con rostro indígena
al son del grito de
libertad…

MUJER

Con música de antaño
al son de flautas y maracas
vengo ebrio entre peces
olor a océano
traigo ante tu altar
algas y flores
que arranqué
desde el fondo del mar,
 
Quiero llorar entre tus brazos
Y llevar tus aromas y ternuras
a otros mundos donde pueda
contar historias de amor
nacidos en islas y playas
bajo el mar embravecido
y un sol inclemente.
 
Amor de rostros bronceados
por el salitre y noches estrelladas, 
amores, 
recuerdos y legados
de nuestros ancestros guerreros.

~~~

De la colección de molas de Sue Patricia Haglund, esta mola está hecha por Rosa Lidia Gallardo, prima de Sue Patricia Haglund. La mola de cangrejo y pescado es hecha por la tejedora Rosa Lidia Gallardo (nieta de Juan Gallardo, quien es hermano del abuelo de Sue Patricia Haglund, Ricardo Walker).

Kinyapiler Johnson González


FUE EN ARINII
*

De pronto se escuchan ritmos de comparsas,
tunas**, calle arriba y calle abajo; 
los resbalosos salen en cualquier calle,
señal que llegaron los carnavales a Bannaba (1).
Mientras que, en el brioso y seductor Caribe,
en las islas de la República Tule,
con orgullo se izan las banderas de la revolución;
es el mes de Morginnid e iba (2) es arinii. 
Tengo mi cotona roja,
los urigan (3) se pintan de “achiote emputado”;
los colmillos y corazones de jaguares, 
las garras y picos de águilas se juntaron.
Las molas arrancadas se tiñeron de sangre ese día,
las argollas y las winis (4) prohibidas 
y dispersas por el archipiélago.
Prohibido olvidar esa fecha, tatuada en nuestros corazones.
Las tinajas de gabir (5) pateadas y rotas,
los braseros apagados por las botas,
los rituales prohibidos,
las hamacas escindidas…
Nunca se nos olvide compañeros,
que esta patria nos costó sangre 
y no fue regalo de ningún gobierno. 
Alerta, alerta hermanos,
Gabidamalargeee... (6)
Hoy las tinajas de la revolución
están fermentadas en cada isla,
para brindar por la paz
al calor de las totumas de gabir. 
Hoy al igual que ayer compartimos esa alegría
junto con nuestro pueblo, 
porque nuestros eternos jóvenes guerreros de 1925
sembraron sus viejas escopetas de cacería de un solo tiro, 
pero certeros cual flechas de Igwaoginyabbiler,
el arquero de la mejor puntería, el hermano Venus; 
para que hoy sus hijos(as) y nietos(as) disfrutemos
y gocemos de lo que tenemos…
¡Noggasdde, iddomalando, sioggooooo…nagase! (7)
Gritemos y brindemos con nuestras abuelas y madres.
* arinii = luna de iguana (mes de febrero)
** las tunas = grupos de gente con canto y música que bailan en las calles con un baile de tambor durante el carnaval panameño.
1.Panamá
2.Morginnid e iba = Mes de la camisa roja
3.guerreros kunas
4.chaquiras o abalorios
5.chicha fuerte
6.no se duerman
7.Brindis kuna: ¡Tenemos la totuma, probemos, salud... hasta el fondo!

DIIANAI


“Iawala ganaggwa agdededi yalabali, 

Dada Nagibelele bega ulusumba sie nasaye, 

nue daggedi yalabali yee…”

 

(Inicio del verso de Aggwanusa adaptado por mí, en el original dice “Pato Diolele”, donde digo: “Dada Nagibelele” y en parte me inspiro en ese tratado de Aggwanusa, está dedicada a alguien muy especial)

Iawala gwenaddiye, bedi an idusad
nega sagla unni; andi bese gormaggenai,
be gammu ganse be ulusumba billinganba.

Inaulu dagge yobi bedi maigudeye,
gwena benunis nalleguemaisuli;
nii ulu obaggemaid ilaba nega duubali.

Nana Olonubdiigili, be ordiidina 
aryomegisa, ber gungidagge yobi; 
agddarmaggemai be ana gandi.

Nana Maninubdiigili, be maninisdii
suurmaggemai, ber maniale 
ber manidaggeyobi.

Nana Inanubdiigili, be inadii
wawadiggi ber inabisebdili yobi;
goggedili, nunabdili bunnogemainie. 

Nana Igwanubdiigili; be ganngued,
be sabed anga ugge;
bargaegala be nunis maniga sademalad.

Be inaulu wawanmaggemai nie;
suemola bedi yoemai,
be burba, Nan burba mogir inbaba.

Oloeaidiili be suggedi dinnaguemai,
anmar nuggi, gwenad an be daggsuli;
anai dii emi be ibagi, an bega soge Anna Diianai.


DIIANAI
.

(Traducción libre aproximado al español por Kinya)

Hermano mayor río, tú que eres antes que yo
desde el inicio de los tiempos; yo te invoco,
a tus afluentes a tus orígenes subterráneos.

Tu que atraviesas como un gran cayuco medicinal,
regalando tu leche a todos 
en cada viaje de la luna en su cayuco por el cielo.

Madre Olonubdiigili, tus dorados líquidos 
recorren, y caen radiante cual oro en su camino;
en tus afluentes resplandecientes.

Madre Maninubdiigili, tus líquidos plateados
recorren y brillan como platas 
como argentas en el camino.

Madre Inanubdiigili, tus olorosas 
aguas medicinales como esencias de albahaca;
hálitos de goggedili, nunabdili. 

Madre Igwanubdiigili; dame tus fuerzas,
y tu amor; para parar a los mercaderes 
que lucran con tu leche. 

Tu cayuco medicinal tembloroso está;
con atuendo de la mola de arcoíris,
tu fortaleza, espíritu de la Madre entre las nubes.

Oloeaidiili tu corriente se está secando,
por nuestra culpa, ya no te veo como hermana;
Mi amiga agua hoy, te digo Anna Diianai (hola amiga agua).

Poesía 01

Poesía

es la luna llena

en tu luna,

es tu sonrisa 

en mi tristeza,

es el amanecer

en mi atardecer,

poesía es el florecer

de la dilla en el amanecer

de dillanii… *

* dilla [dil´la] en kuna es palo santo y dillani [dil´lanii] es la luna de palo santo o mes de marzo.

Poesía 02

La poesía son las delicadas 

manos de la mujer kuna

que convierte los hilos y telas

en versos multicolores en sus molas

en los atardeceres en Kuna Yala.

Y en las madrugadas sus callosas

manos levantan las calientes pailas

para preparar el desayuno

a los futuros rebeldes tirapiedras,

herederos del 25 de febrero.

~~~

Maninaindi R. Roldan. G

Kipara

El universo y 
sus abrazos se manifiestan 
en trazos
en negros símbolos 
en alquímicas formas.

Existen verdades escondidas 
en su geometría/ líneas que nos unen


La piel receptora de legados
sirve como lienzo frágil 
donde reposan de sus largos viajes.

Es en ella habitan/migran/ mutan
                  regresan a ser simples líneas cósmicas.


A un costado de mi memoria estás

Eres la fuerza que sustenta mis luchas
El abrazo que me protege de los extraños

Tu antigua guerra es hoy mi escudo
/ Mi galardón
Tu bandera  ⎯símbolo de rebeldía y coraje⎯  es mi lanza
Por eso te doy gracias a ti querido abuelo que habitas mi memoria 
Por eso te doy gracias a ti querida abuela por tu sacrificio

Hoy como hijos de febrero luchamos para merecer tu nombre 
Para mecer la Matria que tanto y tantos amamos

Ondeo la bandera de la rebeldía 
                            del sacrificio 
                                               y la vida

Efimero

Tenemos el tiempo del colibrí.

Un tiempo de suspiros.

Un tiempo de ecos y nostalgias.
De tinaja y canto.

Y en ese espacio donde canta el tiempo 
eres el punto de esta hora

el minuto en la nube.

Sobre los autores gunadule

Dad Neba Nelson De León Kantule es ensayista, intelectual, y activista gunadule. Su nombre, Dad Neba, en lengua indígena Kuna significa, “Abuelo del Llano”, con ese nombre se identifica a Nelson De León Kantule, bisnieto de Nele Kantule, comunicador indígena Kuna / Director de la Asociación Napguana. Correo electrónico: duleigar@gmail.com y napguanakuna@gmail.com

Taira Edilma Stanley Icaza es activista gunadule, poeta, y académica. Egresada de la Licienciatura en Ciencas de la Educación con un postgrado en Docencia Superior. Es miembro del Movimiento de la Juventud Kuna (MJK) y otras organizaciones indígenas internacionales. Ella fue a Bolivia a estudiar para su maestría en la Universidad Mayor de San Andrés y trabaja en la Oficina de los Pueblos Indígenas de la Universidad de Panamá.

Cebaldo Inawinapi De León es autor, poeta, y antropólogo gunadule nacido en la isla Usdub, Comarca de Gunayala. Inawinapi vive entre Portugal y Panamá y es autor del libro Mi Primer Árbol: An Sabbi Iduged (2019). Además, es protagonista en el film, Panquiaco, y es parte del documental, LucíaMor: La Mola de Lucía.  Se puede conocer más sobre Inawinapi aquí

Atencio López es gunadule de la Comarca de Gunayala, Panamá. Es autor, poeta, y abogado de Derecho Indígena, Comercial, Penal y Civil. Estudió en la Facultad de Derecho y Política de la Universidad de Panamá y obtuvo su Maestría en Derecho Comercial en la Universidad Interamericana de Panamá. Por varios años, Atencio ha ocupado diversos cargos en organizaciones indígenas panameñas e internacionales. Se puede conocer más sobre Atencio aquí.

Kinyapiler Johnson González es poeta, artista,  y activista cultural gunadule. Nació en la comunidad de Usdub, Comarca de Gunayala, Panamá. Él estudió en la Facultad de Economía en la Universidad de Panamá. Además, Kinyapiler fue administrador del Congreso General Guna en algunas ocasiones, es miembro y militante del Movimiento de la Juventud Kuna (MJK), y miembro fundador del Colectivo Teatral Ibeler Wagan. 

Maninaindi R. Roldan. G. es poeta, artista, y psicólogo gunadule nacido en la isla de Usdub, Gunayala, Panamá. Estudió en  la Universidad de Panamá y es licenciado en psicología. Como artista, Maninaindi participó junto al colectivo Igar Yala en la realización de la película Burwa Dii Ebo (El viento y el agua), selección oficial del Sundance Film Festival 2008.  Es autor del libro, Demonios en mi desierto (2019).


Más sobre el arte y la literatura gunadule


Sobre Sue Patricia Haglund

Poeta e investigadora gunadule de Panamá. Tiene un doctorado en Política Indígena de la Universidad de Hawái en Manoa. Investiga las obras de los poetas gunadule contemporáneos cuya poesía habla en contra del colonialismo, y refleja la metamorfosis cultural de la tradición oral Gunadule actualizada. Su poema “Conversaciones con mi abuelo” fue publicado en la primera antología de poesía Gunadule, Antología de Poetas Kunas (Ciudad de Panamá, 2015), y ha publicado varios capítulos de libros, incluyendo Interfaces Indígenas: Espacios, Tecnología, y Redes Sociales en México y Centroamérica (2019).


Shunku-yay / Mirarse en la eternidad del corazón. Samay Cañamar M.

Shunku-yay / Mirarse en la eternidad del corazón © Samay Cañamar M.

IG: @shunku_yay / FB: Shunku yay – Poesía Kichwa

Ilustraciones © Manai Kowii

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Shunku-yay

Shunku-yay arawi kamumi, runa shimipi, mishu shimipi killkashka kan. Ñukanchik allpa mamata kuyashpa charinamanta rimapan, shinallata runa warmikunapa kawsaymantapash riman.

Shunku-yay o Mirarse en la eternidad del corazón es un poemario en kichwa y español que nace como un grito para empatizar con el territorio sagrado de la madre tierra así como también con el cuerpo de las mujeres de pueblos originarios y su realidad.

Minkachiway 

Kallari willkay

Minkachiway,
kikin achiklla muskuywan,
kay munayta, kay shimita, kay rurayta watachinayan.
Allilla, kikin sumaklla ukuman yaykunkapak.

Kikinpa samaywan kay ñankunapi kumpatukunayan,
kucha manyakuman yaykunayan,
urku chakikumanta puri kallarinayan,
chakra manyakumanta tarpunayan,
kikin wasi ñawpakuman kimirinayan.

Minkachiway apukulla.
Minkachiway allpa mamakulla.
Kikin chaskikkunaman willapaylla. Mayllak shunkumari shamukuni,
upalla supaykunawanmari minkarimukuni.

Minkachiway, sumak kawsak samaylla, willka kuskalla.
Kikin wasiman, mayuman chayamunimi,
kuri allpakuta kay shunkuwan takarinkapak shamupanimi.

Minkachiway kikin ukshakupi, kikin apu pintukupi,
paktalla muskuykuta karawankilla,
usharinalla ushaykuta mikllachiwaylla,
tukuy llaki kawsayta kaypi uriyakuchichun sakiwaylla,
kikinpa rimaypi rikcharinkapak,
shinashpa samashkatapash tullpushpa sakinkapak.

Minkachiwaylla,
puyu killpamukpi,
inti llukshimukpi, 
tamya urmamukpi,
kikin rimamukuwankimi yasha.

Minkachiway   

Ritual de entrada

Pido permiso para entrar,

conectar mis deseos, mis palabras, mis actos, 

con tu límpido sueño.

Entrar en ti, lentamente en tu silencio.

Quisiera hablar de tus tiempos,

llegar a las orillas de tu laguna,

empezar mi camino a los pies de tu montaña,

sembrar desde el borde de tu chakra,

acercarme a la entrada de tu casa. 

Permiso para entrar, grandioso apu.

Permiso para entrar, amadísima allpa mama.

Que he venido preparando mi cuerpo

y mis ánimas buscan descanso.

Acógeme, ser viviente de la tierra, lugar sagrado de la vida.

Voy llegando a tu casa, a tu río,

a tocar con el shunku tu tierra bendita.

Entre tus pajas y campos,

concédeme el sueño más exacto,

méceme con poderes que me calcen,

permíteme descargar los llantos recogidos,

despertar en tu diálogo

y colorear con palabras este respiro.

Mientras me cubre la nube,

mientras aparece el sol, 

mientras cae la lluvia,

sentiré tu plática conmigo.


© Manai Kowii

Ñukanchik allpa mamaka tawka kawsak apukunata, samaykunatapashmi charin, paykunapi tukuy pachapi kawsamushka kan. Kay wakakunaka, hatun ushaykunatami charin, hatun samaykunatapash, chaymi paykunapa wasikunaman yaykunkapakka, minkachiway nishpa yaykuna kashkanchik. Shinami paykunata mañashpantin, takishpantin, rimachishpantin yaykuna kanchik. Urkuman rikushpaka, minkachiway ninami nishpa hatun taytakunaka yachachishka kan. Ima chakrata tarpunkapak kallarikushpapash, minkachiway nishpa yaykuna kashka ninmi hatun mamakunapash. 

Chashnami shuk wakakuta minkachiway nishpa kallarikrinchik. Wakakunaka mana warmillaka kanchu, mana karillaka kanchu, shuk shuk ushaykunami watarishka paykunapika, wakinpika warmi, wakinpika kari, shina rikurin punta rimaykunapi, shutikunapi, ima ruraykunapipash. 

La madre naturaleza/allpa mama está integrada de varios cuerpos y tiempo-espacios o pachas. Territorios sagrados o wakas con poderes propios, a donde no podemos ingresar sin antes pedir permiso, por medio de rezos, saludos, cánticos, silbidos.

Minkachiway es un inicio al ritual de ingreso a un espacio. Los abuelos dicen minkachiway cuando empiezan a caminar a los pies de una montaña. Las abuelas piden permiso para anunciar la llegada a una chakra/sembrío. Las noches antes de un ritual de baño de purificación se llega a la vertiente de agua pronunciando minkachiway, tal cual se anuncia la llegada a la casa de alguien más.

Así ingresamos ahora a una waka o lugar sagrado como son nuetrxs apus, los espíritus de la montaña con poderes diversos más allá de lo femenino y masculino, personificados en nombres, en acciones, en leyendas.


Warmi Imbabura 

Urku apu

Uksha pampawan killparishka warmimi
kuyaylla yana ñawiku, kalluyashka makiku,
tukuy wiwakunapa, yakukunapa, apu warmi.
Kikin umapika, Illull kuchata,
Chakishka kuchata,
Hatun kuchatapash chashkikunki,
paykunaka tamyapa ñañakunami
pakcha tukushpa, urku umakuta Wayku Chupakaman shamunakun.

Urkumanta hatun apu, hatun warmi kanki.
Uchilla michik wawakunata pampapi pukllachinki,
yana pumawan rimarishpa kawsashkanki,
atukkunaman alli rikuna ushayta karashkanki,
kikin wakakunapi sumaklla ushaykuta allichinki.

Intika paypa chawpi ñanpi kakpimi,
allpa samay pachata wayrawan kushilla takinki.
Kikintikukunaka kikin willayta aparimunmi,
waykukunaka chashkinkapak ashtawan paskarinmi.
Tukuykunami kikin apu punchapi kushiyanakun.
Kikinka kutin, pakta pakta kawsayta 
ashankakunapi churashka shuyanki.

Warmi Imbabura 

Apu de la montaña

Mujer cubierta de campos de paja,

de ojos profundos y manos trabajadoras,

maestra y morada de tus hijos, animales y ríos. 

Tu cima es la casa de Illull kucha,

Chakishka kucha, 

Hatun kucha, 

aguas de tu cumbre, hermanas de la lluvia 

que en cascadas bajan hasta la última quebrada.

Gran mujer, gran espíritu de la montaña.

Juegas con las niñas que pastorean, 

dialogas con la perspicacia de la jaguar negra

que vive a tu lado,

otorgas poderes intuitivos a tus lobas

y guardas magia entre tus wakas.

El sol está a la mitad de su camino

y tú cantas con el viento de agosto. 

Los kintis nos traen tu mensaje,

las quebradas se abren para recibirnos.

Todos los seres celebran tu nombre y tú nos esperas con canastos de equilibrio.


© Manai Kowii

Ñukanchikka, sinchi ushaykunami kanchik, wayrakuna, ninakuna, yakukuna, allpakunapashmi kanchik. Chay ushaykunataka wakinpika mana riksishpallatami chinkaririnalla kanchik.

También somos espíritus que se mutan con el aire, el fuego, el viento,el agua, la madre tierra. Una fuerza infinita que muy pocos logramos vivirla a plenitud.


Samaymi kani

Samaymi kani.
Kuyurishpa, mirarishpa ashtawan kuyurik.
Sinchilla, tinkushna tantarik, tukyarik.
Paypantin mirarishka tullpushka puchkashna kawsakuk.
Paypura chimpapurarishka,
tukyarishka, mushukyarishka samay.

Ñawpamanta churu laya muyurishka kawsay
shamuk pachamantapash
kuntur yuyaywan sinchi watarishka.

Wayrapa shunku kani
kikinman samayta karakuk;
tukuy manchanayaylla uyariktapash mishkilla uyayta karak:
shuk taki sami shina
asha asha kay pachapa yuyayta takarishpa purik.

Pukyu ñawikushna kuyaylla kani,
urku apukunapa kasiyashka kawsay,
akapanashna kuyurikuk allpa
maytapash pawakuk ushay,
upalla kawsaypipash ima ninata allichishka.

Hatun sumak ushay kani
pachawan awarishka muyuni, 
muyumuni. 

Soy energía

Soy energía.

Soy flujo y reflujo.

Soy fuerza y tinkuy.

Energía que se recrea,

poder que se enfrenta,

que explota y renueva.

Soy la espiral del pasado 

y lo que viene

rodeada en vibraciones insurgentes.

Soy el néctar sagrado del viento

que alimenta tu samay, 

que permite a los ruidos emitir sonidos dulces:

un taki sami que poco a poco

va tocando las memorias de mi universo.

Soy la belleza de mis ojos de agua, 

la calma de mis montañas,

el remolino de mi tierra encrespada,

la agilidad de mis vuelos, 

la vid de mis silencios claros.

Hatun sumak ushay kani

pachawan awarishka muyuni, 

Muyumuni.


Killkana

Imatak kan killkanaka niwarkami
Chayka imashachari nanay shunkuta tuksimurka, yuyaytapash, makitapash nanachirka.
Chay yashka kipaka nirkani;
Killkashpaka ankashnami kay kawsaypi muyurini…

Shina nishka kipapash, uchilla kaspishnallami ukuta upalla tuksimukurkara.
Punta kawsayta yarishpa llakiyarkani,
Imatapash chushayachishka shina karkani.

Yachanimi. 
Punta watakunapika, tullukaman chayaktami waktashpa llikata killkanata yachachishka.
Shuklla apunchikmanta nishpa sarumushka,
Shuk shimillami tiyana nishpa. Shuklla runakunallami allikuna yashpa.
Ñukanchik yachaykunataka kuchushpa, ñuka wasi allpata nallikachishpa.
Tawkalla sami kawsaykunata wañuchishpa.

Imasha chay llika kanchikman chayamushkata yarishpa, imashalla ñukanchik pampakunata, awashkakunata, makikunata chushayachishkata rikuni,
tukuy puchkakunapa, kururukunapa samaykunata llakini.
Chay kawsaykunataka ñuka ñawika mana rikurkachu, shinapash ñukapakunami kawsarka.

Kunanka tapurinimi, maypitak ñukanchik killkayka.
Chayta yuyakpika, chumpikunami wasi ukuta warkuriyanakun,
chaykunapi puchkawan shuyurishkakunami rimawan,
ñuka hatun mamapa akchata watakuk cintami rikurimun,
ñuka hatun taytapa awashka hatanami ukllamuwan,
ñuka anakupa kinkukunami kumpanakuwan.

Kutin imashpata killkanki nishpa tapukpika.
Ñuka yuyaykunata hampinkapak nimanmi.
Punta punchapika tullutapash nanachishka llikami
kunanpika ñuka shimiwan awarishka, samayachishpa kayman chayman llukshikunmi. 

Escribir

Me han preguntado ¿qué es escribir?

Y se me atravesó un cierto desconcierto por el pecho, 

el timu, la memoria y mis manos.

Después de unos segundos; respondí,

escribir me libera…

A pesar de ello, había una astilla molestándome en silencio.

Me inundé de nostalgia,

con un vacío que se remueve entre recuerdos.

Sé que en algún momento del tiempo,

el alfabeto se nos metió con golpes.

Acompañado de un Dios,

apoyado por un señor, un rey, una lengua.

Mutilando conocimientos, barriendo mis huertos.

Matando a lo diversx.

Al pensar el origen de este alfabeto

siento cómo vaciaron mis campos, mis tejidos, mis manos,

siento una ausencia de los trazos, de los hilos.

Una pérdida que no vivieron mis ojos pero sí lo vivieron los míos.

Me pregunto ¿dónde está nuestra escritura?

y solo se dibuja en mí,  las fajas que cuelgan mi tejado,

me hablan las figuras tejidas con los hilos de lana,

me mira la cinta que ata el cabello de mi abuela,

me abraza la manta que mi abuelo tejió,

me acompañan los kinkus que llevo en mi anaco.

Si me preguntaran de nuevo ¿por qué escribo?

Repetiría: para sanar memoria.

Hoy me sana lo que en su siglo nos ató los huesos.

Hoy se tejen con mi voz, e invento salidas.


Killkakmanta

Samay Cañamar M., warmi kichwa Otavalomanta, yachachik, feminista, shinallatak psicoterapeutami kan. Arawikunatapash, ima killkanatapash ashtakata killkanata allikachinmi. Shinallatak runa warmikuna imashalla kawsaymantapash ashtakatami rikuchinkapak munan; feminismoskunamantapash.

Sobre la autora

Samay Cañamar M., kichwa Otavalo, docente universitaria, feminista y psicoterapeuta. Escribe en kichwa y español. Le interesa los feminismos y diversas problemáticas que adolecen a las mujeres y cuerpos feminizados.

Más sobre Samay Cañamar M.

Shunku-yay / Mirarse en la eternidad del corazón © Tsaywa Samay Cañamar M. - Siwar Mayu, Mayo 2022

Alrededor de la casa. Maya Cú

Alrededor de la casa © Maya Cú

Introducción y selección Gloria E. Chacón y Juan G. Sánchez Martínez

Si prefieres leer el PDF, haz click AQUÍ

La investigadora kaqchikel Aura Estela Cumes ha explicado que el culturalismo paternalista en Guatemala representa a la mujer maya como un objeto turístico, una pieza de museo, tejedora y guardiana de la cultura, pero al mismo tiempo la separa de su posibilidad de “autoridad epistémica”. Maya Cú captura este paternalismo sexista en los siguientes versos:

(...) que quede claro: 
no soy 
muñequita ancestral de barro 
revivida por el soplo divino 
de intelectuales posmodernos.

Desde 1996, Maya Cú le ha estado recordando a la sociedad guatemalteca (y Latinoamericana) cuán asustados se encuentran de verse en el espejo y descubrir lo marrón, lo canela, lo mixtos que son, lo “morenísimamente hermosos” (“Rabia”). En su ensayo “Poetas y escritoras mayas de Guatemala: Del silencio a la palabra” (2016), Cú cuestiona la censura de las instituciones coloniales (escuela, familia, iglesia) a las voces de las mujeres indígenas, pero también la autocensura de las propias mujeres indígenas, quienes en algunos casos no se permiten auto-reconocerse como escritoras (84). En las palabras de Cú, las expectativas de los editores y académicos sobre la indigeneidad (como problemática rural y étnica) no reconocen la diversidad de las expresiones contemporáneas mayas. Los poemas que publicamos aquí son una muestra de su último libro, Alrededor de la casa (La Chifurnia, 2022). 

Nunca fue
más que un refugio
ante la intemperie

tenía
frágiles paredes
humedad

ahí convivimos
las ratas
la basura
mis hermanas
yo

era la casa
es la casa

la raíz de
un grupo
humano

y esa mujer
columna
que se niega 
a dejarla caer

Una casa resistente a sismos
debe llevar cimientos fuertes
una armazón de hierro profunda

cuando el temblor venga,
la casa difícilmente caerá

¿y si esta habitante no tiene buenos cimientos?

Paredes de madera
vulnerabilidad ante el fuego

de lámina evitan la lluvia
pero encierran el calor

paredes y techos de cemento
protegen de la lluvia, el sol, el fuego

¿cómo evadir la soledad?
¿cómo se defiende una de la tristeza?
¿cómo construir 
paredes contra los golpes?

¿quién diseña casas capaces de
dar techo, alimento, amparo
y dosis interminables
de comprensión y ternura?

Para las del cuarto. Managua, 2002

Convivimos
recreamos el amor

desnudamos
las pieles

nos escuchamos
peleamos
reímos, jugamos
fuimos niñas
lloramos

éramos
las mujeres
de aquel cuarto
matando fronteras
creando
una nueva casa
de la que no 
queríamos salir

un refugio
con hermanas y madres
en continuo aquelarre
dándonos libertad
Convivimos
recreamos el amor

desnudamos
las pieles

nos escuchamos
peleamos
reímos, jugamos
fuimos niñas
lloramos

éramos
las mujeres
de aquel cuarto
matando fronteras
creando
una nueva casa
de la que no 
queríamos salir

un refugio
con hermanas y madres
en continuo aquelarre
dándonos libertad

Hay mucho qué hacer
mucho qué hacer

primero
reordenaremos el espacio

los puntos cardinales
se orientarán en dirección
al cielo

la luna
se llenará
por un tiempo prolongado
el nubarrón vendrá
de noche
a dormir en la terraza

¿dónde pondremos
la neblina?
el balcón que viene
en camino
con gusto compartirá
su flor

tendrás una pared
infinita
para montar
la exposición de tu
locura

para mí
solo quiero el rincón
desde donde te
veré
amor
armar
y desarmar el mundo


¿A
dónde puede ir un corazón niño, herido de distancia, de melancolía, de desprecio, si la casa está a medio construir? ¿Si las paredes son frágiles y el piso húmedo? Busca refugio sin encontrarlo. Y sale a correr desnudo, para abrigarse en otros corazones hambrientos de compañía.


Envejecí
adentro

dejé
pedazos de mí
esparcidos por 
las paredes

me moví
por inercia

dejé semillas
en algunos ojos
abrazos
en algunos cuerpos

salí
casi vacía

ahora llevo
arrugas 
canas
nostalgias, dolores

recojo
mis pedazos
los meto en una bolsa
y salgo

y no encuentro más
que mi tristeza… 


Soñaba
con una casa

blanca
rodeada de flores
con árboles inmensos

solo pedía
un techo y piso
dignos

nunca la tuve

ayer
apareció un proveedor
de certidumbre
que construye
a diario
junto a mí
una casa nueva

en el descubrimiento mutuo
vamos echando
los cimientos

hacemos las paredes

compartimos el sueño
de juntar nuestros pedazos
para armar una nueva casa
donde habitaremos

Hoy me desnudé

posé para
la cámara

la ropa
quedó regada 
por el cuarto

mis huellas
dispersas

cuando me detuve
me di cuenta
de que 
todos los espejos
desaparecieron

encontré mi cuerpo
bailando
sonriente
amable y apasionado

y me bastó

Ella
sabe que al volver
abrirá la puerta
y sentirá alegría de encontrarse contigo
para tomar café
sopear un pan
escuchar la radio
y bailar al compás de tu canción

El 
sabe que al volver
quitará el alambre del portón
atravesará el patio para llegar
a tu lado

te saludará contento
porque consiguió terminar un jornal
porque la tierra responde a sus cuidados

el sol fue benévolo y no lo quemó
la lluvia es generosa y caerá más tarde

te mostrará las mejores semillas
que ha encontrado
para la próxima época de siembra

comerán a la par del poyo
frijoles y café caliente
tortillas de maíz de su cosecha
y queso

derretido
como ellos

Elena visita la casa

I

Comunión extraña con Elena

¿Escuchaste mi nombre?
Lo buscaste y lo preferiste, porque sabes que aquí, tras esta nomenclatura, está mi alma esperando una fiesta de encuentro.
Pero, la única fiesta que celebramos este día, es de lágrimas.
Una y otra vez el llanto ¿por qué une nuestros corazones así? ¿Es tan grande nuestro dolor por estas ciudades amadas que es capaz de juntar nuestras distantes melancolías?

II

Reencuentro de niñas

Pintar esa tarde sería divertido si Elena tuviera la suficiente tranquilidad para posar. 
Pero Elena es una niña inquieta que se come las uñas y escupe sus desechos en la butaca. Se moja los pies en la arena firme de un mar que no puede ser atravesado. Un mar que borró el camino de vuelta para la ciudad de nuestro ensueño, nuestro sueño, nuestra raíz efímera, nuestro espacio de comunión. Yo, la hermanita, la observo con cuidado, mientras espero que el tiempo se detenga en este pedazo de playa, pidiéndole a Yemayá que nos cuide, que sea nuestra madre, nuestra diosa, nuestra amiga, nuestra brújula, para volver a esa ciudad.

III

La que no soy

Diva
elegancia en la palabra
voz y erudición
fuerza corpórea
inalcanzable estatura
carismática presencia

historia que quisiera mía
pies bailando sobre el empedrado urbano
arenas llenas de tus pies
agua repleta de tu miedo

labios recitando versos al lado de Reynaldo
ojos vivos de revolución

dedos intermitentes

son mestizo
son eterno
son alegre
son con ton
son contigo
son tuyo
son mío

son aún no escrito
son a medias
son sin partitura
son quebrado
son compartido
son a dos ritmos

son distante
agobiante
incierto

tristeza de son sin razón
tristeza de llanto permanente

dolor que no acaba
dolor sentido
contrasentido del dolor
dolor en paralelo

la que no eres
la que somos

IV

Epílogo

IV

Epílogo 

Si de alguien llegué a ser
es de ti

porque me has elegido
o porque mi ancestra de humo
te eligió

Cromo

La abuela bate cacao
junta el fuego
amarra ocote

una niña trenza ajos
dibuja un círculo y al centro
surgen esqueletos danzantes
invitando a bailar
un son
de pocas notas

bailo 
la bruma se llena de colores
me elevo 

la imagen 
se inmortaliza
tras la puerta

Más sobre Maya Cu

Alrededor de la casa © Maya Cú

Selección de Gloria E. Chacón y Juan G. Sánchez M. ~ Siwar Mayu, Abril 2022


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