Memoria de la gente piel, Hubert Matiúwàa

El cómo filosofar de la gente piel © Hubert Matiúwàa, 2022

Los yopes: Mbo xtá rída/Gente piel

En la época prehispánica la lengua mè’phàà era conocida como yopi, sus hablantes eran llamados yopes o tlapanecos según el cacicazgo en que tenían asentamiento, siendo la denominación tlapaneco la de mayor relevancia para la historia oficial, debido a que a los yopes se les asoció con el apelativo de rebeldes, cuyo cacicazgo, el de Yopitzingo, se mantuvo como señorío independiente durante la expansión mexica y dio cruentas rebeliones por la defensa de su territorio en la época de la colonia.

Las culturas fueron nombradas a partir del conocimiento que se tenía sobre ellas: su actividad económica, las características del lugar en el que residían y los sucesos importantes que acontecían en ellas; fue así como surgieron las toponimias, que son referencias para entender su territorialización. Bajo esta lógica se nombran estos cacicazgos: Yopitzingo donde se asientan los yopes, y Tlappan-Tlachinollan lugar de los tlapanecos.

En el libro Historia general de la Nueva España, Fray Bernardino de Sahagún refiere que los tlapanecos y yopes son una misma cultura:

“Estos yopimes y tlappanecas son de los de la comarca de Yopitzinco; llámanles yopes, porque su tierra se llama Yopitzinco, y llámanlos también tlappanecas, que quiere dezir “hombres almagrados”, porque se embixavan con color. Y su ídolo se llama Tótec Tlatlauhqui Tezcatlipuca, que quiere dezir “ídolo colorado”, porque su ropa era colorada; y lo mismo vestían sus sacerdotes, y todos los de aquella comarca se embixavan con color. Estos tales son ricos; hablan lengua diferente de la de México.”

(De Sahagún, 1830, p. 135).

En mè’phàà, mbíñùù significa “almagre”, el cuál seguramente usaban para pintarse la cara, tal como aparecen ilustrados en el Códice Tudela1 algunos personajes yopes. Pintarse la cara tenía un sentido religioso, pero no podemos afirmar que fuera una característica generalizada, pues en los códices de Azoyú I y II los personajes tlapanecos no aparecen pintados. En algunos otros códices de la historia náhuatl el antifaz en los ojos simboliza la estrella del amanecer (Venus), curiosamente el linaje más antiguo de los tlapanecos se relaciona con este símbolo: “llamado Quahiscalera o Tlahuiscalera (señores del “alba” o “amanecer”) que probablemente se remonta en el pasado hasta los gobernantes de Temixlican… este linaje tomó el nombre de Temilitzin.” (Dehouve Op. En Gutierrez y Brito, 2014, p. 36).

1 Libro pictográfico realizado por indígenas durante la época de la Colonia en el siglo xvi.

En esta lógica de nombrar de acuerdo al “hacer” o “estar”, los yopes fueron conocidos por los rituales relacionados con la piel, que se hacían en los centros ceremoniales donde se asentaron, destacamos Tehuacalco/“casa del agua sagrada”,2 lugar donde se realizaban los rituales a Xtóaya’/piel de agua, una de las deidades más importantes para esta cultura. En la actualidad Xtóaya’ simboliza la fertilidad y la abundancia, los rituales asociados a ella están relacionados con el cambio de piel de la tierra, temporadas de sequía y lluvia. La temporada de sequía es representada por la deidad Àkùùn èwè/Señora hambruna, quien en un rito de expulsión que consiste en hacer un muñeco al que le amarran pies y manos, y lo llevan al río, donde lo ahogan en la boca de Xtóaya’. En la historia de origen del mundo, Xtóaya’ es quien crió y cuidó a À’khà’/sol y Gùn’/luna, quienes a su vez generaron el movimiento que dio origen al tiempo e hizo posible la vida. Xtóaya’ también cura a los enfermos, calma el temperamento de la gente y hace posible las buenas lluvias para las siembras, ante ella también se hacen las ceremonias de Xtámbaa/Piel de tierra.

2 Actualmente es la zona arqueológica más importante del Estado de Guerrero.

En el náhuatl actual las palabras xipeua es “pelar o desollar”, yopejtle o yopeuhtli es “despegado”, así se infiere que Yopitzingo, el pueblo de los yopes, se relaciona con las ceremonias de desollamiento.

“Es factible que la palabra yopi o yopime sea sinónimo de “xipe” (desollado) y que se haya formado por contracción del verbo mexicano “yopehua” que significa despegar algo, que se puede traducir por los que se les despega algo, los despellejados. Es probable que los mexicas hayan bautizado a los pobladores del sur como los “yopi” los que “arrancan el cuero” y también ésta puede ser una de las razones por las cuales les tomaron tanto respeto, al grado de considerar que los matrimonios de sus hijas con yopis las elevaban de rango.” (Vidal, 1987, p. 11).

Los historiadores mencionan que el origen de la deidad Xipe Totec tuvo lugar en el territorio de los pueblos yopes y que su culto se generalizó en muchas culturas, cada una reinterpretaría a Xipe Totec de acuerdo con su visión del estar y hacer en el mundo. Para los mè’phàà, la piel es el corazón de todo lo que existe.

Ahora bien, al grupo asentado en lo que hoy es Tlapa de Comonfort, Guerrero, se le conoce como tlapanecos, término de origen náhuatl. La raíz de la palabra tiene dos posibles interpretaciones: la primera es que tla viene de tlalli-tierra, pan es el locativo de lugar, y neco, que se traduce como sucio (el origen de la palabra neco se relaciona con chichimeco, que significa perro sucio o perro pintado); la segunda acepción es que tlapan significa espalda, entonces la palabra tlapaneco significa “de espalda sucia o espalda quemada”. Ambos términos se mantuvieron y evolucionaron de manera peyorativa para referirse a los tlapanecos como: los de cara pintada, los de cara sucia, los de cara chimeca.

El glifo de la antigua Tlapa aparece en el anverso de la foja 3 del Códice de Azoyú, su toponimia es representada con un círculo de color rojo que puede interpretarse como “tierra roja” o “almagre”. Uno de los nombres con los que se le conoce a Tlapa es “lugar de tierra roja” y puede referir a la actividad que desempeñaban sus habitantes, es decir, “lugar de tintoreros”.

En la lengua me’phàà a Tlapa se le conoce como A’phàà, la palabra se asocia con otras como Àphàà/ amplio o màtha Àphàà/río amplio, este puede ser el origen de la palabra, pues a Tlapa lo atraviesan dos ríos grandes actualmente conocidos como río Tlapaneco y río Jale. Por lo que es posible deducir que el gentilicio de mbo mè’phàà/el que es de Tlapa, puede ser “gente del río amplio”, nombre de acuerdo a la característica del lugar de asentamiento.

Lingüistas de la región afirman que mè’phàà también puede derivar de la palabra mix’bàà, la que traducen como “sucio, pintado o tiznado”, caracterización de los mè’phàà que aparecen en la mayoría de los documentos antiguos, y que, como se mencionó antes, corresponde a la toponimia de Tlapa. En la memoria oral se dice que los antiguos mè’phàà tenían el poder de caminar adentro de la tierra.

Los tres posibles significados de la palabra mè’phàà, ya sea “gente pintada”, “gente que pinta” o “gente del río grande”, corresponden al gentilicio del lugar (Tlapa), que se generalizó debido a su importancia, al igual que Yopitzingo. En esta investigación proponemos el sobrenombre de “gente piel” para nosotros los mè’phàà, la palabra xtá/piel es la matriz del pensamiento que une todas las variantes dialectales de nuestro idioma.

Actualmente en nuestra región el lugar de asentamiento define la variante dialectal del mè’phàà, donde los pobladores autonombran sus territorios, por ejemplo: mbo wí’ììn es el gentilicio del municipio de Acatepec, wí’ììn significa lugar de carrizos, pues esta planta predominaba en la región, el gentilicio entonces se traduce como “gente de los carrizos”. Acatepec, por otro lado, en la lengua náhuatl significa “cerro del carrizo”.

La gente del municipio de Tlacoapa se nombra mbo míwuíí, significa “lugar de chiles”, nombre que derivó de la siembra de chiles como actividad económica, así el gentilicio corresponde a “gente de la tierra del chile”. Tlacoapa, en la lengua náhuatl significa “mitad del gran barranco”, tlajko-apan/mitad-canal, o “lugar en medio del bosque”, tlakotl- apan/vara-bosque.

De igual forma, en Malinaltepec, habitan los mbo mañuwìín, mañuwìín significa “lugar donde se tuercen los cordeles” y también hace referencia a una actividad económica del pasado, de esta forma el gentilicio corresponde a “gente de la tierra del cordel torcido”. Malinaltepec en la lengua náhuatl significa “cerro torcido o hierba torcida”.

Por otro lado, Tlapa ha tenido una historia de asedios, por ejemplo el año 1447 por el ejército mexica:

“Después de 1461, el estado de cosas tuvo un cambio cualitativo, pues parece que sus líderes negociaron un pacto de cooperación con los mexicas, lo que evitó una guerra directa con la Triple Alianza durante 25 años y ayudó a duplicar el tamaño político-espacial de Tlapa-Tlachinollan. Finalmente, debido a luchas facciosas y conflictos de sucesión, la cohesión interna de la unidad política se debilitó y Tlapa-Tlachinollan fue conquistada militarmente por los mexicas en 1486.” (Gutiérrez y Brito, 2014, p. 27).

En 1477, la muerte del gobernante “Lluvia” de Tlapa-Tlachinollan, quien mantenía una relación diplomática con los mexicas, intensificó la incursión militar. Algunas fuentes como los códices de Tlapa-Tlachinollan indican que la conquista de este territorio se dio en el año 7 Venado o 1486. Por su parte, fuentes mexicas registran, según Sosa y Michel (2012) “el sacrificio de cautivos tlapanecos en el templo de Huitzilopochtli”. Así mismo, los “Anales de Cuauhtitlán informan que en la fecha 7 Conejo, dichos cautivos fueron tomados durante la conquista de Tlapa. El año mexica 7 Conejo correspondería al año tlapaneco 7 Venado, como se dijo antes, 1486.” (p. 14).

En Tlapa confluían las culturas mè’phàà, náhuatl y ñuu savi, cada una con sus sistemas políticos particulares, enfrentados por conflictos expansionistas, constituía una “unidad política de gran tamaño y complejidad […] se extendía sobre una superficie de entre 4,000 a 6,000 km2.” (Gutierrez y Brito, 2014, p. 27). Cuando sucedió la invasión mexica, no se logró la unidad política-militar ni la defensa de Tlapa, a diferencia del cacicazgo de Yopitzingo, netamente mè’phàà y que se mantuvo como señorío independiente.

Los yopes, que desde la memoria oral llamaremos mbo xtá rídà/gente piel, y los tlapanecos o mè’phàà de Tlapa, diversificaron sus formas de resistencia, pri- mero ante la expansión náhuatl y luego ante los españoles:

“Diez años después de la conquista, era encomendadero de Cacahuatepec don Diego Pardo, a quien por cierto, no le hacia la vida fácil la insurrección de los Tlapanecos. En marzo de 1531 don Diego escribió al contador de México, Rodrigo Albornoz, informándole de la sublevación. Cuando pregunto a los Tlapanecos “Porque hacían tanto mal” “Me respondieron que para que les enviaba a decir nada, que no sabía yo que ellos nunca habían querido obedecer ni servir a Moctezuma que era el mayor señor de los indios, que como quería que obedeciesen ahora a los cristianos; que ellos siempre tuvieron guerras y que en ellas quieren morir y probar quienes son.”3

Illustration by Víctor Gally

3 Documento encontrado por Francisco del Paso y Troncoso en los archivos de España; lo públicó el Museo Nacional de México, en ocasión del Primer Congreso Mexicano de Historia, celebrado en Oaxaca, en 1933. Se puede consultar en Paso y Troncoso (1905). Suma de Visitas de los Pueblos, en Papeles de la Nueva España, Madrid, t. I.

Según datos de los códices de Azoyú, podemos inferir que los mè’phàà han tenido una guerra de resistencia por la defensa de su territorio desde antes de la época de la colonia. Hay una memoria del saqueo, desde la época prehispánica hasta la actualidad siguen existiendo el terror y el miedo. La guerra ahora es por el control territorial por parte de grupos delincuenciales del narcotráfico y de las empresas extractivistas.

Conocer nuestra historia permite entender las relaciones de poder por las que nuestro pueblo se forjó una identidad, la razón por la que somos invisibilizados y negados por la historia oficial. Se estigmatizó y se creó una narrativa para dividir a los tlapanecos de los yopes, como si fueran culturas distintas, para borrar su pasado y negar la memoria de sus resistencias actuales.

En la época de la colonia, cuando los sacerdotes llegaron a evangelizar esta cultura, a los pueblos mè’phàà que no se convirtieron al cristianismo se les señaló como demonios, caníbales o gente que desolla, por esa razón fueron exterminados. Debido a que se mantenían en resistencia, se creó alrededor de ellos una narrativa de odio, los sacerdotes alimentaron el terror para evitar que las distintas comunidades mè’phaà se pudieran aliar, y bajo una tendencia maniqueísta, marcaron la historia de los pueblos que se mantenían en rebeldía ante la evangelización.

Memoria de la gente piel

En la memoria oral, se cuenta que existieron los mbo xtá rídà (del mè’phàà: mbo/gente, xtá/piel, rídà o ridáá/colgado o entrecruzado), quienes hablaban una variante del mè’phàà antiguo y tenían el don de estirar su piel, de ellos se cuentan innumerables historias de terror, por ejemplo, que pedían hospedaje en las casas y al dormir estiraban una oreja para hacer su cama, estiraban la otra y hacían su cobija, pasada la noche se levantaban para robar niños y comérselos.

Las narraciones de la oralidad tienen una causa y una finalidad: transformar la memoria para la acción. El odio que se fomentó hacia los yopes terminó satanizando sus rituales, en los que desollaban a sus rivales de combate. El ataviarse con la piel dio origen a múltiples historias, narrativas que tenían la finalidad de colonizar el imaginario colectivo contra los sobrevivientes del pueblo de Yopitzingo, de esta manera serían perseguidos y asesinados por sus propios congéneres.

Actualmente, las empresas mineras tienen interés en la región de asentamiento de los mè’phàà:

“En los últimos años el territorio de los pueblos indígenas de La Montaña y Costa Chica de Guerrero ha despertado el interés del sector minero debido a los 42 yacimientos mineros que en ella se encuentran. El Gobierno Federal ha otorgado alrededor de 38 concesiones por 50 años para que diversas em- presas realicen actividades de exploración y explotación minera en la región de la Montaña, sin tomar en cuenta los derechos de los pueblos indígenas náhuatl, mè’phàà y na Savi. Los títulos entregados de la región tienen un estimado de 200,000 hectáreas y actualmente se encuentran, todos, en la fase de exploración.” (Tlachinollan, 2017, p. 6).

Y a pesar de que algunos pueblos han interpuesto amparos, como el caso de San Miguel del Progreso,4 el primer pueblo en ganar la defensa ante las mineras en México, el problema sigue vigente porque no se han cancelado de manera definitiva las concesiones.

4 Más información, en: Tlachinollan. (28 de enero de 2022). Informe. Júba wajín: Una batalla a cielo abierto en la Montaña de Guerrero por la defensa del territorio y la vida.

De llevarse a cabo estos proyectos de minería,5 y como ya ha ocurrido en otras regiones del estado de Guerrero donde las mineras tienen presencia,6 provocarían el desplazamiento de los habitantes, la llegada de grupos del crimen organizado, la prohibición de cultos, de la agricultura y la caza, situaciones que terminarían afectando y eliminando el saber y la identidad de la vida comunitaria.

5 Tlachinollan. (28 de enero de 2022). Mapa de proyectos extractivos de minería en Guerrero y en la Costa-Montaña.  

6 Las empresas mineras canadienses que operan en Guerrero son: Leagold, Gold Corp, Newmont, Minaurum Gold, Newmont Vedome Resources y Hochschild Mining, Torex Gold Resources. Considerada hasta en el 2015: “La mina de oro más grande de América Latina y la principal generado- ra de oro a nivel nacional, está ubicada entre los pueblos de Mezcala y Carrizalillo, Guerrero”. Una de las zonas con mayor índice de violencia causada por los grupos delincuenciales en convivencia con los grupos armados del Estado y bajo el amparo de las autoridades políticas.

En 2012, ante estas amenazas de extractivismo y saqueo de los recursos naturales, nace el Consejo Regional de Autoridades Agrarias en Defensa del Territorio (craadt), en la comunidad mè’phàà de la Ciénega, municipio de Malinaltepec, referente para las luchas del territorio en México.

En La Montaña constantemente se vive el acoso paramilitar, militar y de grupos criminales, quienes a través de la violencia ejercen formas de despojo del territorio, estas organizaciones son empleadas por las empresas mineras para desplazar a las comunidades, sembrando terror y muerte, para finalmente apoderarse del territorio. Y aunque en la región de La Montaña, donde vive Xtóayà’, se mantiene la resistencia y se pone a raya a los grupos delincuenciales (lo que exacerba la violencia en las zonas fronterizas), los habitantes de este lugar nos preguntamos ¿hasta cuándo?

A este contexto hay que sumarle la fractura y violencia en el interior de las comunidades, entre las cuales destacan: conflictos por linderos de tierras, la violencia, el machismo y la desigualdad que generan feminicidios gradualmente, los golpes cotidianos enquistan enfermedades que terminan con la vida de las mujeres.

De igual forma, la división a causa de los partidos políticos, genera una ruptura en el pensamiento comunitario, cada partido ambiciona el poder y busca tener presencia en la asamblea, allí las relaciones de amistad y compadrazgo se condicionan, lo que genera desgarres en el tejido comunitario y por tanto, en el bien común, esto impide enfrentar problemas colectivos y facilita el despojo territorial y de los saberes locales.

Ilustración de Víctor Gally

Al interior de nuestras comunidades, tenemos que repensar las relaciones de poder y las maneras en que las hemos normalizado. Nuestra lucha de reivindicación y defensa de territorios requiere de un emparejamiento ante la desigualdad social comunitaria. Para ello, es necesario rastrear hasta donde sea posible nuestra historia y poner en tela de juicio la historia oficial de la colonización, cuestionar las narraciones de la memoria oral para reeducarnos, evidenciar y denunciar a los caciques locales que han corrompido el poder en el interior de las comunidades, es necesario pensar desde el nosotros, como xtá/piel que cuida, para resolver los problemas que enfrenta nuestra comunidad.

Nuestros ancestros sobreviven en cada uno de nosotros, en cada acción que hacemos para dignificar la vida, en las voces de la montaña aún late el corazón de los mbo xtá rídà, y en la historia de muchos pueblos que hoy se defienden del crimen or- ganizado y de las empresas extractivistas.

Más sobre Hubert Matiúwàa y la gente piel

  • Lee El cómo del filosofar de la gente piel completo AQUÍ
  • “Cicatriz que te mira”, un poema en Siwar Mayu

El cómo filosofar de la gente piel  © Hubert Matiúwàa ~ Siwar Mayu, Marzo 2024

7 poemas de Gloria Cáceres

Poemas de Musqu Awaqlla (2021), y Yuyaipa k’anchaqnin (2015) © Gloria Cáceres Vargas
Selección © Fredy Amílcar Roncalla

Si prefieres leer este post como PDF, descárgalo AQUÍ

Gloria Cáceres Vargas es una educadora, narradora y poeta andina. En el Perú, se ha desempeñado como especialista en la Dirección de Educación Intercultural y Bilingüe del MINEDU, y como decana de la facultad de Ciencias Sociales y Humanidades en la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle. En Francia, ha ofrecido cursos de lengua quechua en el Instituto Nacional de Lenguas y Civilizaciones Orientales de París (INALCO); así como de español y civilización latinoamericana en la Universidad de París 3 Nouvelle Sorbonne, y la Universidad de Cergy-Pontoise. Gloria ha publicado Reqsinakusun (1996), Munakuwaptiykiqa (2009), Wiñay suyasqayki (2010), Yuyaypa k’anchaqnin / Fulgor de mis recuerdos (2015), y Musqu Awaqlla / Tejedora de sueños (2021). También ha traducido al quechua Warma Kuyay y otros cuentos (2011) de José María Arquedas. La siguiente muestra de sus dos últimos poemarios fue seleccionada y traducida desde el quechua al inglés por Fredy Amílcar Roncalla. Atenta a la voz del viento, de la lluvia y de los sagrados Apus, el erotismo de esta poesía empodera el cuerpo y la voz de la mujer andina, y la fuerza del quechua para cantarlos.

Puquy mitapa saqaqay rapinkuna

Puquy mitapa saqaqay rapinkuna
Vivaldipa musikanman
challpuykuwan.
Hanaq pachapa waqaynin chay puquy mitapi
maypi urmasqa rapikuna
llimpisqa pampata awanku
yupiyta chaskinanpaq.

Violinkunapa tunadanwan
sunquypa patpatninkunawanpas qispirimuni
kuskasqa chakiywan tusunaypaq
chay llimpillasqa pampapi.
Sallqa sunquytaq
kuyakuyta munapayaspa
qiwiykachakun.
Hatunkaray tunada
puriykunata huk kitiman
pusaykun.
Chaypim arpapa violinpa
miski waqaynin
llaqtaypa uchuk paqchanpa
musikanwan musquchiwan.

Aysachakuq musikam,
Vivaldipa wata mit’ankunawan
yuyayniykiwanpas
musquchiwan,
karumanta hamuspa
ama waqaspalla, niñachay
sunquyta ninku.
Huk puquy mitapa rapinkuna, mawk’ayaspaña
wayrawan maymantachá hamunku.

Las crujientes hojas de otoño

Las crujientes hojas de otoño
me sumergen
en Vivaldi.
En ese otoño de notas celestiales
donde las hojas caídas
tejen una alfombra de colores
para recibir mis pasos.

Emerjo al compás de violines
y al tañido de mis palpitaciones
para danzar a pies juntillas
en ese piso colorido.
Y mi chúcaro corazón,
sediento de amor
se contornea.
La melodía altisonante
conduce mis pasos
a otro recinto.
Ahí las notas
de un arpa y violín
me hacen soñar con
la pequeña catarata de mi pueblo.

Una melodía atractiva
me hace soñar
con las estaciones de Vivaldi
y con tu recuerdo
que viniendo de lejos
advierte a mi corazón:
ama waqaspalla, niñachay,
Otras hojas de otoño, ya envejecidas
vienen con el viento de ignotas latitudes.

Parapa sunqun tapsikun 

Parapa sunqun tapsikun
chillikukuna mana usyaq
llakinta takiptinku.
Parapa sunqun llakikun
pisqukuna qasikayta maskaspa
ripuptinku.

Parapa sunqun upallakun
timpupa marqankuna
mana llakikuspa muyuykachaptinku.
Parapa sunqun kusikun
killa hunt’api mana samaspa
tusuptinchik.

Ñuqataq, parapa sunqun kayta munani
qamwan musqukunaypaq.

El corazón de la lluvia se agita

El corazón de la lluvia se agita
cuando los grillos cantan
su infinita desesperanza.
El corazón de la lluvia se inquieta
cuando las aves migran
en busca de paz.

El corazón de la lluvia enmudece
cuando los brazos del tiempo
giran sin piedad.
El corazón de la lluvia se alegra
cuando en noches de luna plena
danzamos sin descansar.

Y yo, quiero ser el corazón de la lluvia
para soñarte.

Parapa llimpin

¿Ima llimpiyuqmi para qaraykiman chayaptin?
¿Ima llimpiyuqtaq ñuqapa qarayman chayakuptin?

¿Ima llimpiyuqtaq llimpikuna kachachaykunapas,
pukllaysapa kuyakuyninchik tinkuptinku?

Huk kutikunaqa parapas ninapas kanchik,
hukkunataq qawapayaq mancharisqa phuyukuna.

¿Ima llimpiyuqtaq pacha, para wayllukuptin
kuskachakuq kusikuynin tusuchiptin?

¿Ima llimpiyuqtaq mayu llapanta aytiptin
para mana riqsisqanman ayqikuptin?

Huk kutikuna wayrapi puqpu kani,
hukkunataq llimpipa llipipiqnin.

¿Ima llimpiyuqmi qiwa chaskiwaptinchik,
maypi kuyakuyninchik maytukuyta maskaptin?

¿Ima llimpiyuqtaq manchakuyniy munakuyniypas
kawsaypa k’anchaqnin wañukuchkaptin?

Huk kutikuna hanaq pacha uqhusqa ch’imsikunawan
rupayniykunata qasillachin.

El color de la lluvia

¿De qué color es la lluvia cuando llega a tu piel?
¿Y de qué color cuando llega a la mía?

¿De qué color es cuando se conjugan los colores
y chispas de nuestro juego amoroso?

A veces somos lluvia y fuego,
a veces tímidas nubes al acecho.

¿De qué color es la tierra cuando la lluvia la acaricia
y cuando el goce de su unión la hace danzar?

¿Y de qué color es el río que limpia todo
cuando la lluvia huye sin destino?

A veces soy burbuja en el aire,
a veces chispa de colores.

¿De qué color es la hierba que nos acoge
cuando nuestra pasión busca un cobijo?

¿Y de qué color son mis miedos y ansiedades
cuando la luz de mi ser se va apagando?

A veces el firmamento con guiños húmedos
calma mis ardores.

Y hoy, llegó la lluvia vestida de luces
iluminando mi enhiesta sombra
trayendo el mensaje de los dioses.

¡Lluvia de colores al infinito!
tu color es del corazón de quien te ama,
generosa y amada lluvia.

¿Pitaq kani?

k’anchaptin llantuyta maskakuni
qawarikuspa k’atatani
ch’in niqpi sunquykita
uyarini.

Intipa sunkanpi
musquyniy k’añakun.
Hanaq pachapa llimpi uchpakuna
tuta cayanankama mayt’uykuwan.

Urqukunapa kallpan
mana llakikuspa saqiwan.
kachiyuq wiqiywan
chinkaq yupiykunata aytini.

Mana usyaq kusikuywan
tusustin suyayki.

Yachankiñachu kunan
¿pitaq kani?

¿Quién soy? 

En el fulgor de la luz busco mi sombra
al verme tiemblo,
y en silencio escucho
tu corazón.

En las barbas del sol
se queman mis sueños.
Cenizas de colores del firmamento
me cubren hasta llegar la noche.

La fuerza de las montañas
sin piedad me abandonan.
Con lágrimas saladas
lavo mis efímeros rastros.

Danzando con gozo infinito
te espero.

Ya sabes ahora
¿quién soy?

Muskakuptiyki

Muskakuptiyki
mayuqa karunchakuspa
qasilla tukuq
sunquykihina.

Ichaqa chayqa
maqanakuyllam,
munakusqaykipi
munakusqaywan.

Mana imanaykiqa
manañam tapsiwanchu.
Chayqa chipayllam
mallkuchiwanaykipaq.

Cuando te busco

Cuando te busco
el mar a la distancia
simula estar quieto
como tu corazón.

Pero ese ardid
es solo una escaramuza
entre tus caprichos
y mis deseos.

Tu indiferencia
ya no me agita.
Es solo una farsa
para atraerme.

¿Chaypiraqchu kachkanki?

Sichus takyi manaña
iñiq sunquykita takinchu,
¡imanasaqma!
Qamqa, huk wayllukunawan.
Ñuqataq, kaypi, qunqayniykiwan…

Mayuhinam kawsay
richkan patpatyastin
sapa muyuriyninpi
K’iriykunata hamp’istin.

¿Chaypiraqchu kachkanki?
Manañam uyariykichu.

¿Ichapas pasapuniña
huk tiqsi-pachaqunaman?

¿Aún estás ahí?

Si mi canto ya no encanta
a tu corazón crédulo,
¡qué haré!
Tú, ahí con otros cariños,
Y yo, aquí con tu olvido…

La vida como el río
continúa palpitando
y curando mis heridas
en cada recodo.

¿Aún estás ahí?
Yo no te oigo.

¿Será que ya partí
a otras esferas?

Kaypiraqmi Kachkani

Kaypiraqmi kachkani
Apukunata suyastin.
Karumantam hamuchkanku
sayk’usqa, maqanakusqnmanta.

Takanakusqakum
musqunchikrayku
wawanchikrayku
qichusqa yuyayninchikrayku.

Ichapas nimuwanman
takiy kallpachasqankuta
ichapas munachiwanman
kuyakuq puka rosas waytata.

Tiqsimuyu patanpi
wiñay unanchayninta suyani.

¡Kusikuyllam!

Aún estoy aquí

Aún estoy aquí
esperando a los Apus.
Vienen de lejos
cansados de pelear.

Se han batido
por nuestros sueños
por nuestros hijos
por nuestra memoria despojada.

Tal vez me digan
que mi canto los fortalece.
Tal vez me sugieran
la rosa roja del amor.

Al pie del mundo
espero su eterna sentencia.

¡Júbilo!

Más sobre Gloria Cáceres Vargas

Poemas de Musqu Awaqlla (2021), y Yuyaipa k’anchaqnin (2015) © Gloria Cáceres Vargas

Selección © Fredy Amílcar Roncalla ~ Siwar Mayu, Enero 2024

“La danza es mi vocabulario”, Barbara Kaneratonni Diabo

“La danza es mi vocabulario”, Barbara Kaneratonni Diabo © 

Juan G. Sánchez Martínez

Si prefieres leer este post como PDF, descárgalo AQUÍ

Barbara Kaneratonni Diabo es parte de la nación Kanienkeha:ka, y de la comunidad de Kahnawake, la cual se ubica al frente de lo que hoy se conoce como Montreal, al otro lado del río Kaniatarowanenneh (la gran vía navegable), conocido por su nombre colonial como el río San Lorenzo. Barbara es coreógrafa, bailarina y directora de la compañía de danza-teatro A’nó:wara, donde crea obras que fusionan perspectivas indígenas sobre la historia de Canadá con danza powwow, Haudenosaunee, contemporánea y estilos como el hip-hop, y el ballet. Barbara estudió teatro en la Universidad de Concordia, y en la Escuela Native Theatre. En 2015, fue una de las ocho bailarinas invitadas a participar en la primera competencia de danza con aros, en el marco de la Reunión de Naciones (Gathering of Nations) en Nuevo México, el powwow más grande de la Isla Tortuga (Norteamérica). Barbara también colabora con varias organizaciones, incluidas La Danse sur les route du Québec e Indigenous Performing Arts Alliance, con las que facilita espacios educativos interculturales, y apoya a los artistas indígenas en todo Canadá. 

Mira aquí su performance en el powwow de la Universidad de McGill en 2017

Conocí a Barbara Kaneratonni Diabo en la Casa Larga de Kahnawake en el verano de 2023, en una reunión intercultural con artistas y educadores kanienkeha:ka (mohawk). Como parte de las invitadas, Barbara compartió una de sus danzas con aros, y también un corto: Smudge (“Limpia”). En el otoño de este mismo año nos volvimos a encontrar virtualmente para conversar un poco sobre su perspectiva sobre la danza y de esta manera compartir su experiencia con los lectores de Siwar Mayu

“La danza puede conmover a las personas en muchos niveles diferentes, no solo a nivel intelectual, tú sabes, cómo al leer un artículo. También puede conmover en un nivel emocional e incluso en un nivel espiritual (…) La danza es mi vocabulario, el vocabulario donde yo me siento más segura, por eso entre más palabras, más movimientos aprendo, y puedo mejor expresar las cosas. Estos diferentes vocabularios también pueden ser interpretados por más personas, ¿me entiendes? Por eso es que me gusta mezclar muchos estilos…”

Barbara Kaneratonni Diabo

Como se puede ver en su presentación de 2017 en la Universidad de McGill  (ver arriba), en la danza con aros convergen la coordinación y la técnica con el color y el latido, todo ello en medio del movimiento circular del cuerpo y las historias. Antes de presenciar su danza en Kahnawake, Barbara nos advirtió que era probable que cada uno de los presentes tejiera una historia distinta, o por lo menos identificara diferentes seres y escenas del mundo natural. En efecto, la danza con aros es narrativa y permite la simultaneidad de tiempos y espacios: una mariposa, una canoa, la cosecha, una madre cargando a su hija. Y en ese espacio sugerente, si bien hay una conexión con los ancestros y con el territorio, Barbara me aclaró que en el momento del performance ante una audiencia intercultural, su intención se distancia de la ceremonia misma, aunque a veces algunos aspectos de la ceremonia alcanzan a intervenir en el performance.

“Me he encontrado con personas a las que les gustaría mantener la danza powwow separada de otros tipos de danza, lo cual respeto. Para mí, hay valor en mantener esa forma más pura. También pienso que es importante evolucionar porque creo que todas estas danzas vinieron de su entorno en un tiempo específico. Y tú sabes, ¿donde comenzó ese tiempo? ¿Dónde terminó ese tiempo? ¿Es solo un intervalo de 100 años o de 500 años? ¿Quién sabe, verdad? No sabemos. Así que, para mí, solo estamos continuando lo que siempre hemos hecho, que es crear nuestras danzas a partir de nuestro entorno en nuestra experiencia como personas indígenas”.

Barbara Kaneratonni Diabo 

En esta transformación de las expresiones culturales de los pueblos originarios –como me explicó Barbara–, las nuevas generaciones pueden encontrar un arte con el cual se identifican y de esta manera pueden recibir “la tradición” desde un contexto dinámico. La danza de Barbara es también una herramienta poderosa para romper con los estereotipos que clasifican “el arte indígena” como “folclor”, pues estas danzas son, a un mismo tiempo, arte contemporáneo y milenario. Eso queda claro en el corto Smudge (“Limpia”).

Choreographer and dancer: Barbara Kaneratonni Diabo. Director: Pepper O’Bomsawin Music: “New Women Song” by Cris Derksen featuring Jennifer Kreisberg. Dancer and additional choreography: Marshall Kahente Diabo. Director of photography and promo photo: François Léger Savard. Editor and colorist: Eric Morel.

En medio de la pandemia global, en ese tiempo de aislamiento social, Barbara tuvo la idea de esta pieza, la cual oscila entre el cine, la danza y la sanación intergeneracional. En las caminatas en el bosque que se ubica detrás de su casa, ella empezó a sentir la necesidad de bailar con el territorio, y de reconectarse con los árboles y los insectos a través del movimiento de su cuerpo. Una parte del corto, ocurre allí. La otra parte ocurre en el Museo McCord, justo en una exhibición titulada “Wearing Our Identity” (“Vistiendo nuestra identidad”), donde Marshall Kahente Diabo –el hijo de Barbara– intenta a su vez reconectarse con las piezas y los trajes exhibidos, los cuales se muestran inalcanzables al otro lado de los cristales y los escaparates.  

“… uno de los temas en este corto es que cuando no podemos acceder a nuestra cultura, y cuando ya no podemos acceder a nuestra tierra, ¿qué significan nuestras creencias, prácticas y ceremonias? Si no puedes acceder a ellas, tú sabes, entonces puedes atravesar por muchas emociones. ¿Pero qué significa esto? Por eso al tener nuestros trajes, nuestra cultura detrás de los escaparates, adentro, no afuera, me pareció el lugar perfecto.”

Bárbara Kaneratonni Diabo

El contraste entre el museo y el bosque, el hijo y la madre, el adentro y el afuera, el olvido y la memoria, es poderoso. Y en medio de esa aparente contradicción, ambos danzantes dialogan entre sí y sostienen una visión intergeneracional: quizás la certeza de que todos somos uno con la naturaleza, y de que todo está en movimiento, incluso la tradición, o la savia del árbol o los átomos mismos –como me recordó Barbara. Al final de nuestra corta entrevista, le pregunté si tenía algunas palabras de consejo para los jóvenes creadores que acaso algún día van a leer este texto. Entonces me dijo:

“… todos nacemos con talentos, y simplemente estamos en un viaje para descubrir cuáles son. Así que sé auténtico, y entonces habrá un lugar, un lugar importante para ti.”

Barbara Kaneratonni Diabo

¡Fie Nzhinga, Barbara! Gracias. 

Más sobre Barbara Kaneratonni Diabo

Sobre Juan G. Sánchez Martínez

Juan Guillermo Sánchez Martínez nació en Bakatá/Bogotá, en los Andes colombianos. Coordina la antología y exhibición multilingüe en línea Siwar Mayu, un río de colibríes. Como poeta, es autor de Uranio (2023), Bejuco (2021), Salvia(2014), Río (2010), y Altamar, este último galardonado en 2016 con el Premio Nacional Universidad de Antioquia (Colombia). También es autor del estudio Memoria e invención en la poesía de Humbeto Ak’abal (Abya-Yala, 2012), y coeditor de las antologías Muyurina y el presente profundo (Pakarina/Hawansuyo, 2019), Mensaje Indígena sobre el Agua(IWFWP, 2014), así como de números especiales sobre literaturas indígenas en Diálogo (DePaul University, 2019 y 2016), y Revista Canadiense de Estudios Hispánicos (2015). Actualmente coedita junto con Gloria E. Chacón y Lauren Beck el volumen Abiayalan Pluriverses. Bridging Indigenous Studies and Hispanic Studies (Amherst College, 2023). Es profesor asociado del Departamento de Estudios Indígenas de la Universidad de Lakehead (Thunder Bay, Canadá). 

Sangre de tabaco. Javier Jayali

Sangre de tabaco © Javier Jayali. Común presencia, 2023

Si prefieres leer este post como PDF, descárgalo aquí

Javier Jayali es originario de Cota (Kundurmarka, Colombia). Es escritor y promotor de lectura, escritura y oralidad. Estudió literatura en la Universidad Nacional de Colombia. Dirigió el taller de creación literaria Tejedores de historias en la Biblioteca Pública Municipal de Cota, proceso con el cual publicó las antologías poéticas Cota se cuenta en copla (2020), Cuerpos y palabras (2021) y Senderos, resiliencias y otros espejos (2022). Desde el año 2018 dirige Fiba we, una casa de pensamiento para la investigación y pedagogía de prácticas comunitarias. Es fundador de la Red de literatura de Cota (2020 – 2023), y del grupo de música andina Sikuris del Majuy (2018 – 2023). Es sembrador, gestor cultural y líder comunitario. La siguiente selección de poemas proviene de su libro Sangre de Tabaco, un volumen único en la literatura reciente, producida en la sabana de Bakatá/Bogotá, el valle fértil de los cóndores, el territorio ancestral muisca.

Kusmuy (Casa de pensamiento)

La tormenta
la lluvia
el animal
todo tiene su silla y su avidez
su movimiento y su palabra
en la casa de pensamiento.
El duelo
la sanación
la enfermedad
todo tiene su historia, su hombro
-eco-
su purga para la vida y su derecho al silencio.
Tiene también su límite
su soledad invencible, la confusión
su entendimiento imposible.
En algún lugar alguien busca
reparación
acercamiento y lugar,
el linaje común de campo,
una canta de la vereda y la cercanía del cerro.
Alguien busca existir
busca su nombre espiritual
su clan de pez o lombriz
y el sentido de su grieta.
Alguien busca hogar para sus visiones
y bastón para la intuición.
Todo busca la fragua secreta
para mostrar su cortejo
y su mortaja,
el bálsamo febril
para hacer su primera danza,
el rincón fértil
para compartir el aislamiento.

Hay una puerta abierta
la madera extiende sus brazos
y la hoguera palpita como lengua de tambor.

Bienvenidas, bienvenidos,
a este resquicio de lo finito
que siendo tan solo
cumbre de paja sobre estantillos
ha sido por muchos sueños
un compendio del cosmos
breviario del amanecer
y una biblioteca de los fuegos.
Está abierta la casa de pensamiento.

Hoska (Rapé)

Calma
el tabaco tiene espíritu de colibrí

el tabaco tiene espíritu de colibrí
se acerca con el canto cernido y su plumaje de pol-
vo.
Cruza la nariz como ráfaga y aurora
trae presente
-eco, zumbido-
y su aleteo poliniza la mente.
Recorre el cerebro
amansa las voces
que acechan como ángeles
y el pasado alivia
y el futuro espera.
Una grieta se reforesta con su vacío.
El cuerpo siente su propio tiempo,
limpia.

Caminar sentado

Es el tronco de un árbol
mi antepasado
es su sueño un asiento
para caminar sentado.

Con el cuerpo sentado
y la mente caminando
soy una veta de madera
y apéndice de la tierra.
Y soy
con el poporo
con la cona y el chumbe
o el huso en la mano
-y sin ellos-
con el pecho brillante
recogiendo estrellas y silencios.

Soy también
con la mirada astillada
las piernas talladas de várices
y la lengua forjada;
con la tristeza arrugada
y con rabia,
soy sobre un butaco
(extensión de la carne)
frente a un fuego,
con el corazón sentado
y la sangre corriendo.

Entero o en pedazos
toda y todo soy
si tengo espacio para hablar
para confiar o callar,
tocar un acorde o gritar,
porque tengo cuerpo y lugar
mi alma, asiento.

Soy, tal vez,
-sobre un pensadero cósmico
chupando tabaco
contando una historia
o sufriendo-
vestigio del árbol
acción del pensamiento.

Garganta

Mucho tiempo guardó
un fuego podrido;
largas noches
fue atizado en sus paredes
un tubérculo encendido,
sol de la muerte
que devoró las amígdalas
y abortó el viento.
Allí
en las vetas ensangrentadas,
la palabra,
la palabra pirita
la palabra obsidiana
la palabra magma.
¿La palabra?
-tímida, taimada, temida-
fue fósil preservado
en urnas volcánicas.
Aguardó mucho tiempo
como la estrella
que mientras arde, muere
que mientras muere, nombra.
Así la parió el bosque,
inconsciente, abatida.
La garganta
fue el cráter
-extendido y vencido-
al cual el colibrí
ofrendó polvo y semilla de tabaco:
medicina del aire,
bálsamo del verbo.

Esquejes de fuego
hoy rebozan el volcán.

Dosel de aves

Tengo en las vértebras
un dosel lleno de aves
cuyos cantos son presencias,
lúcidas o terribles
que anidan y forrajean.

Se agolpan luego en el pecho
a veces todas
a veces ninguna
y estas,
las que no emergen
que no migran por las venas,
o bien son frutos del árbol
o abstractas,
también enferman.

En vilo
han muerto muchas
temblorosas de espera;
algunas persisten
su plumón se hace aire
su latencia, idea.

Siempre esperan
que de la boca se extienda
la antigua liana celeste
que ata el tiempo y el mundo:
acaso una pregunta, una respuesta
una hoja y un esfero,
una copla,
el silbido de la quena.
Siempre…
la savia de la coca y el tabaco
que las muestra y las libera.

La piedra del confieso

Primero el permiso en la montaña
con el alma descalza, sin ideas puestas.
Ofrendo hilaza y amero, recuerdo el sendero.
Busco la piedra del confieso
hablo con ella:
parezco el primate que recién bajó del árbol
pero también algo semejante a la espora del helecho.
Y vengo de nuevo, como he venido antes
vengo a entregar, a dejar alimento al cerro
a retornar al mundo sin peso.
Quiero bajar liviano,
caminando sentado, con la mochila vacía.
Vuelvo.

El camaleón andino se desliza entre grietas.
El águila paramuna cruza frente a la piedra.

El sueño del fuego

El sueño muestra
restos
de lo que no ha sucedido
de aquello que no ha sido
nombrado todavía
y sin embargo existe.

El humo parece
sueño del fuego,
el fuego sueña.
Sueña con una casa abierta
con manos untadas de greda
con espigas
y lechuzas
y wiphalas al atardecer.

Si hay palabra, el fuego descansa.
Si hay silencio, danza.

Las preguntas parecen
sueño del pensamiento,
El pensamiento sueña:
“¿Qué fuego necesito?
¿La llama alta que encandila o que libera?
¿El fuego medio que observa y contiene
o aquél que lento desfallece?
¿La brasa que somete el anhelo a un gran letargo
o aquella que apacigua los soles al morir la noche?”

Amanece
el humo abraza los rayos de luz.
El fuego sueña
lo que soñó el anciano:
“existe otra existencia”.

Equinoccio

Llega el tiempo de siembra
y cae la semilla del agua.
Se abre el puño del universo
y vuelve la lluvia con su palma extendida.
Nos pondremos la pluma del pájaro
y esperaremos nacer de nuevo.
El sol nos esperará
mientras subraya su analema eterno.
Estaremos allí
y sabremos que hemos dicho lo que jamás quisimos
decir
que hemos sido injustos con lo viviente
que hemos postergado lo postergado
que hemos visto el río asfaltado,
que nuestros ojos están agotados.

Hemos esperado el nuevo sol.
El día dura lo mismo que la noche
y el despertar dura lo mismo que los miedos.
Haremos un contrato cósmico
y una siembra de propósitos:
pediremos que las voces en nuestra mente descansen
nos daremos tiempo y disciplina
consumiremos lo necesario.
Pondremos las manos en el suelo.
Haremos ofrenda.
El sol del equinoccio nos verá nacer.
Gracias.

Mochila

El cordón y la placenta
que algunas sembraron y enterraron
que a otros nos robaron o perdimos
se hace visible con el hilo en las manos
un hilo que crea su historia sobre sí mismo
como el anillo del árbol
como el mito
como la historia del campesino.

Los hilos y colores
se anudan
se hacen mochila
tejen lo visible,
los recuerdos y lo tangible.
Hacia adentro tejen el vacío
el espacio y la forma
lo invisible:
una fosa en la tierra
la memoria para el recuerdo
y un interrogante:
qué se quiere cargar y cuánto se puede cargar
para pasar por la tierra
sin tener un origen.
La mochila es una placenta
unida a su cordón umbilical.

Más sobre Javier Jayali

Sangre de tabaco © Javier Jayali ~ Siwar Mayu, Diciembre 2023

Cuento de la Mujer Cielo. Kahente Horn-Miller

Sky Woman’s Great Granddaughters: A Narrative Inquiry Into Kanienkehaka Women’s Identity © Kahente Horn-Miller, 2009.

Cuento de la mujer cielo © Sophie M. Lavoie

Si prefieres leer el PDF, haz click aquí

Kahente Horn-Miller es de origen Akskare:wake (Clan del oso) de la comunidad indígena de Kanien:keha’ka (Mohawk) de Kahnawake, una comunidad que se encuentra cerca de la ciudad de Montréal, a las orillas del río Kaniatarowanenneh (gran vía navegable) conocido desde la colonización como el río San Lorenzo. Horn-Miller es profesora asociada de la escuela de Estudios Indígenas y Canadienses de la Universidad Carleton, situada en Ottawa, Ontario, en los territorios de los algonquinos, donde es también la primera vicepresidenta adjunta para Iniciativas Indígenas. Horn-Miller es artista colaborativa que presentó en una galería de Ottawa una exposición titulada “My Mom, Kahntinetha Horn, the ‘Military Mohawk Princess’” (Mi madre, Kahntinetha Horn, la princesa militar mohawk) en 2018. 

La historia de la Mujer Cielo que cuenta Horn-Miller es una versión en primera persona de un ciclo de creación  que tiene muchas versiones anteriores, pero nunca en primera persona. Este relato forma parte de la literatura oral de los pueblos originarios de Abya Yala y es la historia de la génesis del pueblo haudenosaunee (iroqués). Horn-Miller comenta que su versión le vino, de repente, en un momento íntimo con su hija, y sintió la necesidad imperante de escribirla. El cuento de la Mujer Cielo también forma parte de su tesis de doctorado (Universidad Concordia,  Montreal, Canadá, 2009). Cuando presenta su versión de la historia, Horn-Miller hace un performance del texto que es muy impactante.

~~~

Cuento de la Mujer cielo

Yo soy la hija del Gran Espíritu. Soy Mujer Cielo. Nací al principio del tiempo hace muchos siglos en el Mundo del Cielo más allá de la tierra. Siendo niña, me dieron el nombre de Flores Maduras. Yo nací con el velo sobre la cara, lo que me hizo especial para mi pueblo, los Habitantes del Cielo. Pensaban que yo haría grandes cosas. Mi gente creía que yo había nacido gracias a los espíritus y no en un acto físico. Después de mi nacimiento, mi madre me puso en reclusión protectora para que creciera más fuerte y concentrada. A esto lo llaman esconderlo a uno dentro de la cáscara, refiriéndose a las hojas protectoras que envuelven la mazorca de maíz. A mi tío, el hermano de mi madre, le dieron la tarea de aconsejarme y prepararme para la adultez. Cuando él falleció, pusieron su cuerpo encima del Gran Pino Blanco, desde donde siguió vigilándome con diligencia. Cuando yo necesitaba su consejo, lo llamaba tres veces y me subía a la cima del árbol y conversábamos.

Mi vida en el Mundo del Cielo era feliz. Me acuerdo que siempre había suficiente comida para todos y nadie se enfermaba. No había celos ni odio. Cada persona que yo conocía tenía talentos especiales y regalos que eran estimulados y usados para la buena existencia de todos. Cuando mis hermanos, mis hermanas y yo éramos jóvenes, mi madre llevaba a los bebés en su espalda en una cuna tablero que colgaba en un árbol mientras mi padre y ella trabajaban con los hombres y las mujeres del Mundo del Cielo, cosechando el maíz, los frijoles y la calabaza. Cuando fui suficientemente fuerte, empecé a trabajar en los huertos con los demás. Aprendí de todas las mujeres a quienes llamaba“madre”. Ayudaba a mis madres y a mis hermanas a preparar la comida. Nunca me faltó nada. Se nos brindaba todo lo que nos hacía falta para sobrevivir. Se dice que todas las plantas y los animales que existen en la tierra son los mismos que existen en el Mundo del Cielo.

Un día, todos los del Mundo del Cielo fueron llamados por el Guardián del Árbol Celestial o el Árbol de la Luz gracias a un mensajero que vino a verlos. Cuando la gente fue, se les dijo que había un sueño que necesitaba ser descifrado antes de que las flores en el árbol dejaran de brotar para siempre. Si pasara eso, habría una oscuridad que perturbaría la creación en el Mundo del Cielo. Después de este evento, una gran calamidad y mucha adversidad llegarían y las cosas cambiarían para siempre. Decían que la interpretación del sueño tendría un impacto sobre todos los del Mundo del Cielo. Muchos intentaron interpretar el sueño pero fracasaron. El Guardián los tiraba por un hueco cerca de su árbol que llevaba al mundo de abajo donde se transformaban en nuevos seres. Mi madre fue al concilio pero no me llevó a pesar de haberle pedido que me llevara. Siendo joven, yo estaba muy alterada de tener que ocuparme de una gran responsabilidad como la interpretación de los sueños. Yo quería desesperadamente quedarme niña por mucho más tiempo. Así que fui a ver a mi Tío encima del Gran Pino Blanco.

Caminé por el bosque, observando la luz y las sombras a través de los árboles mientras pensaba en el sueño y el concilio. Cuando llegué, escalé lentamente el Gran Pino Blanco. Llegar a la cima me tomó toda mi fuerza. Tomé asiento en una de las ramas más altas y vi que el Tío estaba acostado allá.

“Tío,” le pregunté, “¿qué debería de hacer? Llamaron a una reunión muy importante. El Guardián ha pedido que la gente lo ayude a interpretar un sueño importante. Yo no quiero ser fastidiada por tanta seriedad. Solo soy una niña.”

“Casi es la hora de cumplir tu destino,” me dijo, “Por poco tienes la edad suficiente, casi tienes la fuerza necesaria y sé que eres más sabia para tus años. Pronto, te pedirán que vayas hasta el Guardián del Árbol de la Luz. Cuando vayas, dile quién eres y que has venido a brindarle ayuda. Dile que tienes el poder de llevar nueva vida a las flores que iluminan el Mundo del Cielo.”

Tío me advirtió que el Guardián y yo nos mantendríamos atentos de todas las cosas que habían sido echadas del Mundo del Cielo y estaban avivándose en el mundo de abajo. Tío me aconsejó diligentemente. 

“No te acuestes en ningúna estera que se te ofrezca.” 

Miré a Tío con preguntas en mis ojos, pero asentí con la cabeza. Yo no tenía idea que, una vez empezados los procesos creadores, las cosas cambiarían en el Mundo del Cielo y el mundo de abajo: arriba, la luz se atenuaría; abajo, la luz se encendería. No podía entender que sólo hasta que la luz empezara a oscurecer abajo, ésta se renovaría en el Mundo del Cielo. Tío me habló de muchas otras cosas que pasarían cuando fuera a ver al Guardián. Escuché cuidadosamente porque confiaba en él y lo amaba. 

Esta historia que te cuento es una que viene de mi memoria larga, los recuerdos de mis hijos, y los recuerdos colectivos de todas mis bisnietas. Puedo volver a mirar mi vida y verla con mucha claridad, como si hubiera ocurrido ayer. Estas memorias están vivas,  guardadas en las mentes y los corazones de mis descendientes. Gracias a ellos, transmito mis conocimientos.

Mientras bajaba del Gran Pino Blanco y volvía a mi cabaña, me sentí en paz por primera vez. Poco tiempo después de llegar, Madre regresó del concilio. 

“No logramos ayudar al Guardián,” me dijo, “Entonces los que nos quedamos decidimos hablar entre nosotros. Hija, todos sabemos que tienes un destino particular. La Gente del Cielo ha platicado y estamos de acuerdo de que cuando estés lista, tendrás que ir al Guardián del Árbol de la Luz para ayudarlo a interpretar su sueño y para que el equilibrio y la luz se queden en el Mundo del Cielo.”

La miré con mis ojos llenos de curiosidad pero no le hice ninguna pregunta. Tío me había preparado para eso.

Cuando tuve la edad suficiente, un mensajero del Guardián vino, un festín iba a tener lugar y me habían invitado. Fui a ver al Guardián del Árbol de la Luz, como me lo habían indicado.

“¿Quién eres?” me dijo, “¿Qué haces? ¿Por qué haces eso?”

“Yo soy la chica a quién llaman Flores Maduras. He venido a ayudarte, como me instruyó Tío.”

Seguí.

“Escuché que ibas a dar un festín.”

El Guardián parecía conocerme, como si me hubiera estado esperando. Me sorprendió cuando me dijo que yo era la razón del festín. Me miró y sonrió.

“Naciste con un don especial. Eres la única esperanza para que el Mundo del Cielo deje encendido el Árbol de la Luz.”

Mientras decía estas palabras, me enseñó las flores en el Árbol de la Luz. Las miré cuidadosamente, tomando una en la palma de la mano. Vi que su belleza y su luz disminuían. El Árbol empezaba a fallecer. Me sentí triste por esta belleza que se disipaba. Brotaban lágrimas en mis ojos.

“¿Cómo te puedo ayudar?”

El Guardián me dijo que preparara puré de castaña para el festín, el cual comeríamos juntos. Mientras preparaba el puré, este chisporroteó y se pegó a mi cuerpo, quemándome. No lloré pero gemí de dolor, sin hacer mucho ruido. Mi aliento venía en pequeños jadeos cortos mientras el dolor ardiente casi inaguantable del puré candente me hacía brotar lágrimas. Me tragué las lágrimas y seguí respirando difícilmente, con los dientes cerrados, mientras preparaba el puré. Cuando lo terminé, llamé a decir que estaba listo. Cuando el Guardián me vio, se asombró de ver mi cuerpo quemado.

“El puré chisporroteó y me quemó. Tengo mucho dolor.”

El Guardián inmediatamente llamó a dos perros blancos que vinieron y me lamieron el puré del cuerpo. Mientras las lenguas de los perros me lavaban el cuerpo, me quedé sin moverme y no hice ni una mueca. Con la saliva de los perros que cubría mi piel quemada, empecé a sentir menos dolor y mi piel comenzó a cicatrizarse rápidamente. Su labor me trajo tranquilidad.

Cuando me sentí mejor, llevé el puré a la cabaña del Guardián y nos sentamos a comer. Comimos. Mientras comíamos, el Guardián habló:

“Mucha gente va a venir para jugar un partido de lo que se llama El Hermanito de la Guerra.”

“El partido va a desviar mi espíritu de los problemas que tenemos. Voy a pedirte que no hables con nadie que venga a jugar o a ver el partido. Si haces eso, podrás quedarte.”

Estuve de acuerdo con su petición. Terminamos nuestra comida y caminamos hasta un terreno no muy lejos. Mientras transitábamos, se escuchaban las voces de los hombres que se llamaban unos a otros en la cancha. Durante el partido, mucha de mi propia gente vino a hablar conmigo pero hice silencio, como me lo habían pedido. Fue difícil hacerlo.

Luego de un rato, el Guardián me pidió ir al arroyo a recolectar un poco de agua. Encontré el arroyo y me acuclillé en la orilla mientras llenaba un bol de madera. Me puse de pie y cuando di la vuelta, un jugador vino hacía mí y me pidió de beber. Naturalmente, dije que podía tomar agua. Pronto, un sentimiento frío me alcanzó. Me di cuenta que había roto la petición del Guardián de que no hablara con nadie. Llené de nuevo el bol y me dirigí hacia el Guardián. Estaba enfadado conmigo por haber desobedecido su petición y me mandó de vuelta a mi madre, con instrucciones.

Más información sobre Kahente Horn-Miller (en inglés)

Sobre la traductora

Sophie M. Lavoie es profesora del Departamento de Cultura y Estudios Mediáticos de la Universidad de Nuevo Brunswick en Fredericton, Canadá, que es el territorio nunca rendido de los Wolastoqiyik, o malecitas. Enseña clases de lengua, literatura, cine y cultura. Ha publicado artículos académicos sobre literatura de mujeres centroamericanas y latinocanadienses, entre otros temas, en francés, inglés y en español en varias revistas. Fue cotraductora con Hugh Hazelton de El laberinto vertical de la poeta argentina Nela Rio hacia el inglés, del libro de poesía Nous sommes les reveurs de la poeta mi’kmaq Rita Joe hacia el francés y de Un parcours bispirituel, la traducción al francés de la autobiografía de Ma-Nee Chacaby, una indígena biespiritual cree y ojibwe que salió en 2019. Forma parte del consejo editorial de la revista Candela Review y directora del equipo del Registro Creativo de la Asociación Canadiense de Hispanistas.

Sky Woman’s Great Granddaughters: A Narrative Inquiry Into Kanienkehaka Women’s Identity 

© Kahente Horn-Miller, 2009 ~ Siwar Mayu, Noviembre 2023

Cuento de la Mujer Cielo © Sophie M. Lavoie

Tuuch, óol, y poesía. Pedro Uc

El ombligo maya, óol, y poemas originales © Pedro Uc

Selección © Melissa Birkhofer y Paul Worley

Si prefieres leer este post como PDF, descárgalo AQUÍ

Es una alegría presentar esta selección de la obra ensayística y poética de Pedro Uc. Como escritor bilingüe (maya yucateco y español), su ejercicio de la traducción desdibuja las fronteras entre los géneros literarios y la filosofía. Aquí, traducir una palabra como “óol” o “tuuch” es un gran esfuerzo por construir un puente lingüístico entre dos modos de estar-en-el-mundo. Al buscar las palabras en las lenguas europeas para explicar los vocablos ancestrales, el traductor se interna en la analogía, en la imagen poética, y expande la realidad del lector. La siguiente selección abre con un relato-ensayo sobre el tuuch, el ombligo, la conexión del recién nacido con la tierra; continúa con una suerte de “glosario poético-intercultural” alrededor del óol, ser-ánimo; y cierra con un conjunto de poemas. 

¡Gracias al autor y a los traductores por su generosidad con Siwar Mayu! 

El ombligo maya

No puede controlar la búsqueda de sus manos, sus dedos, al no tener hilos de guano para crear su tradicional sombrero, se tejen entre sí, sus pies parecen exigirle caminar con apuro hasta el fondo del monte, no pueden sostenerse con firmeza sobre la tierra, sus ojos como un par de guardianes en el mooy1, recinto sagrado de la partera que con tanta maestría, como con tanta delicadeza, frotaba con una porción de algodón calentado, el entorno del ombligo del recién nacido que parece disfrutar el calorcito donde le comenzó la vida. El joven campesino se estrenaba como padre, nueve largos días parecían muy largos para una de las siembras más importantes de su vida, el tuuch2 de su hijo recién nacido; la complicidad en la mirada de su compañera de vida que es una nueva madre, no es cosa menor, parecen no necesitar palabras, ya que escuchan sus miradas frente al rito del póok tuuch3 celebrada por la Chiich4, todos los familiares saben que la ceremonia ha empezado y llevará algunos días, mientras tanto las hojas aromáticas preparan la purificación del camino que Yuum iik’5 empieza a señalar como el gran encuentro con Yuum K’áax6 y Yuum Cháak7, el gran día de la siembra del misterio de la vida, de la conexión con la noche para que pueda amanecer.

Jpiil, como le decían a Felipe en la comunidad, estaba listo para recibir de las manos de Chiich, la partera, el tuuch de su primer hijo para entregárselo a Yuum K’áax, sus padres le dijeron que el suyo yace en la cuenca de un cenote, debajo de una gran ceiba que parece ser la abuela de aquella gran selva, a día de hoy, es un lugar habilitado como santuario para realizar las ceremonias vinculadas a la vida de la milpa.

1 Rincón de la casa.
2 Ombligo
3 Ombligo calentado.
4 Abuela
5 Viento padre-creador.
6 Monte Padre-creador.
7 Lluvia Padre-creador.

Las abuelas y los abuelos cuentan que los mayas como ellos, no pueden entender la vida sin el monte, sin los cenotes, sin las plantas, sin la lluvia, sin el viento y sin el territorio, porque la mujer y el hombre maya son nacidos de la tierra, son como los árboles; el monte es una comunidad, los árboles viejos son los abuelos, pero ahí están también los hijos y los nietos, hasta los recién nacidos. Por eso es inevitable sembrar el táab8 que nos une a los humanos con la tierra, con el monte, con el viento y con el agua. U táabil u tuuch chan paale’ tu ts’u k’áax unaj u bisa’al mukbil ti’al u p’éelili’ital tu ka’téen yéetel le kuxtalilo’9, así aconsejan los nojoch wíinik10, las mujeres y hombres más mayores. El cordón umbilical recién desprendido del cuerpo del niño debe llevarse inmediatamente al corazón del monte para entregar a Yuumtsil, ahí se debe dejar, ahí se debe enterrar, ahí se debe sembrar para recuperar la conexión con la vida, para que la nueva creatura sea una con el monte, con la milpa, con el agua, con la tierra y con el viento.

Esta es parte de la espiritualidad de lo maya que se vive atenuando por la colonización a día de hoy, aunque sigue viva y en algunas comunidades con buena salud. Entre las familias mayas, a los niños o niñas recién nacidas se les hace el póokbil tuuch por la partera  o la misma madre, durante los primeros tres o hasta los nueve días de vida, hasta que se desprende ese pequeño cordoncito, se envuelve cuidadosamente en una tela, en una hoja de plátano, en un jolo’och11, o en una porción de algodón y se lleva por el padre, o el abuelo, a la selva más longeva para sembrar, quizá en la orilla de un cenote, o debajo de una ceiba, o de cualquier otro gran árbol simbólico.

8 Cuerda
9 El cordón umbilical del niño debe ser enterrado en el corazón de la selva para que sea uno de nuevo con la vida.
10 Persona mayor con solvencia moral.
11 Cascara de elote.

Este rito tiene por finalidad reconectar a la nueva criatura con la naturaleza, con la tierra, para que no se traicione, para que no se le lastime, para que no se le abandone, para que no se le venda, sino para vivir con ella y en ella, para respetarla, para cuidarla, para acariciarla y para hacer con ella una vida comunitaria. El niño, o niña que se ha sembrado su tuuch, se naturaliza en el territorio, es recibido, o recibida por Yuum K’áax, por Yuum iik’ y por Yuum Cháak, su carne es de maíz y su óol es su memoria. Crecerá bajo la lluvia, se levantará como el viento, se mantendrá firme como la gran ceiba, la gran abuela, la que también es un táabil tuuch de la comunidad sembrada por los Yuumtsil para ser la partera de las familias mayas, la que recibe en su regazo a los nietos que llegan como semillas sembradas entre sus enormes raíces donde los empolla como gallina que cuida a sus polluelos debajo de sus alas.

La colonia hizo una nueva versión de esta celebración, como siempre ha sido la estrategia de la “evangelización”, destruir lo originario y levantar sobre los escombros su templo, su teoría, sus creencias, su interpretación. Afirma que el ombligo del niño, o niña que se lleva a dejar, o tirar en el monte, es para combatir el miedo de la criatura a los malos espíritus, a los monstruos de la selva, para enfrentar a los fantasmas y a los malos vientos.

Nada más falso y violento que esta versión, el táab tuuch de los recién nacidos que se lleva al monte a sembrar, no es para evitar el miedo, es al revés, es para vincular, o reconectar a la creatura con la tierra y la naturaleza, para hermanarse con los pájaros, con los animales, con los árboles, con el agua, con la noche y con el silencio inteligente. Algunas familias siembran el táabil tuuch de la niña debajo de la ceniza de su fogón para reconectarla con el fuego, con la tortilla, con la comida, con la leña, con las piedras que son la casa del fuego. El táabil tuuch es la cuerda de la vida, es el kuxa’an suum12 con el que se amarra la vida humana con la no humana y con la espiritualidad, es la unión de la parte con el todo y el todo con la parte para hacer nacer la lengua maya a través de un lenguaje que comunica a todos los que habitan la casa que es el monte, la milpa y el territorio. Por eso la tierra no se vende ni se renta, es la casa de nuestro táabil k tuuch, nuestro kuxa’an suum.

El cordón umbilical es lo que Xtáab nos comparte, es la cuerda de la Xtáabwáay13, o la cuerda del misterio, de la trascendencia de la vida en la muerte, del satunsat14, de la oscuridad, de la noche, donde nace la vida y la misma luz como lo dice el Popol Vuj15, es donde está el contacto. Por eso muchas veces el tuuch del recién nacido, o nacida, se le encarga a un cazador, ese que llega al monte más antiguo, más maduro y más puro, el que conoce las veredas de Yuum iik’ y la casa de Yuum Cháak, en el corazón de Yuum K’áax, él se hace cargo de llevar ese kuxa’an suum para sembrar en el corazón de la selva, el monte más alto, tu ts’u’ k’áax16, así encuentra la energía del óol17 una nueva vía para llegar hasta el puksi’ik’ 18 del niño o niña para ponerlo en el mismo temple que la comunidad de mujeres y hombres que son de maíz. 

Las palabras que pronuncia el sembrador de la cuerda a los Yuumtsil19 al enterrar el táabil tuuch forma parte del sujuyt’aan20, de las palabras que solo se deben pronunciar cuando se toma un acuerdo con los Yuumtsil, en este caso también con Xtáab quien es la abuela que provee la cuerda con la que se teje el tuuch del niño, es el hombre o mujer que abre la tierra hasta hacer un pequeño agujero para depositar esa cuerda,  llama a nuestros padres creadores y madres creadoras para que los “vientos” conozcan y reconozcan este niño que recién se ha desprendido del cuerpo de su madre y se ha desconectado temporalmente de la energía de los Yuumtsil, ahora regresa como una semilla para que nazca en su corazón su compromiso de cuidar la tierra como la tierra lo cuidaría a él, o ella, en una perfecta conexión a través de su kuxa’an suum

12 Cuerda viva.
13 Madre-creadora misterio.
14 Laberinto o Xibalbaj.
15 Libro sagrado maya.
16 Corazón del monte.
17 Ser-ánimo.
18 Corazón.
19 Padre-Creador.
20 Palabra clave.

Son tres a nueve días que tarda en desprenderse el táabil tuuch del cuerpo del niño, por eso, Jpiil estaba desesperado, no puede esperar mucho tiempo para reconectar a su hijo con la abuela ceiba, con el ánimo de la naturaleza, con el canto de los pájaros y con la fuerza tan digna que tienen los animales del monte. Solo cuando se haya sembrado esta cuerda regresa la tranquilidad de la familia, por eso dicen con firmeza entre sí como parte de su testimonio, que una brisa especial entra hasta el mooy de la casa donde el niño yace envuelto en la hamaca para ser abrazado y amamantado por Xtáab como señal de esta conexión.

¿Dónde está el tábil u tuuch de quienes hoy venden la tierra? Se preguntan las mujeres y hombres de maíz, ¿no son estos que perdieron su tuuch en un partido político? ¿No será que lo dejaron en una fábrica textilera? ¿No será que lo extraviaron en una extraña fe colonizadora?  El tren mal llamado maya ha cavado en la tierra maya para desenterrar y destruir esa cuerda de la vida, ha tendido sus rieles criminales, ha arrancado la cuerda de la vida de muchas comunidades mayas despojándolas de su táab, yfrente a nuestras consignas, cada vuelta de sus ruedas pareciera decirnos “es por demás, es por demás, es por demás”.  

Las cenizas del fogón de la cocina están vacías, las raíces de la ceiba que estaban tejidas con el táabil tuuch, o kuxa’an suum de las niñas y niños mayas, están profanadas en muchas comunidades aplastadas por la rueda izquierda del tren, sin embargo, algunas milpas están empezando a espigar, ha sido un año de abundante lluvia, la cigarra no ha detenido su ik’ilt’aan21, las luciérnagas nos recuerdan con sus luces cómo hacer una luz grande al buscarnos, al encontrarnos y a hacernos comunidad nuevamente; el sakbej22 que surca el firmamento está lleno de estrellas, es un táabil tuuch que miramos en nuestro cielo.

21 Poesía
22 Camino blanco-vía láctea

~~~

ÓOL

Los siguientes términos como Che’ óol, P’éek óol, Jáak’ óol, Ja’ak’saj óol, Náaysaj óol, Sa’ak’ óol, Ma’ak’ óol, Tooj óol, Yaj óol, Ok’om óol, Saatal óol, Chokoj óol, Síis óol y Ki’imak óol son sonidos comunes en el cotidiano tsikbal o diálogo de las comunidades en el territorio maya de la Península de Yucatán. Es de notar la invariabilidad de la voz óol al final de esta lista de términos que puede crecer mucho más, es una especie de señal o advertencia sobre el kuuch o carga de esta palabra antigua como le llaman los nojoch wíinik.

A día de hoy la lengua maya se percibe muy reducida, pierde presencia frente a la lengua dominante, pero no es una cuestión del presente, es resultado de más de 500 años de colonización, de evangelización y persecución de la lengua y cultura maya. En este contexto colonizador nos vemos desafiados a descolonizar nuestra lengua maya, hacer trabajo de arqueología del saber y de las palabras, remover los escombros de la historia para encontrar no solo los vestigios materiales sino los monumentos lingüísticos como es el óol que la colonia ha disfrazado de alma. Este esfuerzo es una pequeña fajina en dirección a la arqueología de las palabras y su descolonización.

Óol es uno de esos llamados intraducibles, no es posible hacerlo al español porque la lengua dominante, al parecer, carece de ese pensamiento, unos caen en la ligereza de afirmar que es espíritu, otros han dicho que es alma; buscan equipararlo con ese telón cristiano evangelizador, lo cierto es que no lo es, ni el uno ni el otro. Este pensamiento es propio del corazón maya, por sí mismo puede entenderse, dependiendo del contexto, como ánimo, energía, ser, origen, identidad, retoño, emoción, fuerza, principio, salud, etc.  Cuando se acompaña o antecede por otro término como es el caso de esta lista de arriba, ayuda a especificar el sentido en el que se usa, sin embargo no se limita, solamente abre uno de sus extensos campos simbólicos, políticos, psicológicos, espirituales o filosóficos. Comentaré brevemente el sentido que tiene cada uno de estos pensamientos sin que sea una pretensión de agotar su kuuch, es decir, de manera enunciativa mas no limitativa, aunque creo muy difícil de hacer por lo menos por una sola persona, no obstante  su dominio en la cultura y lengua maya, debido a que estos conocimientos son necesariamente construidos comunitariamente.     

En algunas ocasiones se oye a alguien decir óol pichi’ woye’, (huele a guayaba este lugar), el significado de óol en este caso, es aroma, olor. Más bien se debería entender así, este lugar tiene esencia de guayaba. Cuando se oye decir óol in chukej, convencionalmente, el óol en este caso se entiende como, casi, a punto de…  estuve a punto de atraparlo, pero lo que realmente se dice es, su ser perseguí. Como es de notar, perseguir el óol es un reto emocionante, en esta reflexión se hace un breve recorrido de algunos términos que pueden ayudar a entender la dimensión o extensión de este pensamiento.

Che’ óol es un término que se entiende regularmente como crudo, no maduro, no pleno, huele a inmadurez, bruto; pero es cuando nos queremos referir a algo en su estado natural o primitivo, sin estar impactado pero sin plenitud, esta expresión se deriva posiblemente del pensamiento de la segunda creación de la que se nos habla en el Popol Vuj, de los hombres de Che’, de madera, entonces el che’ óol, tiene esencia de madera, de esa creación frustrada o no lograda, inmadura, primitiva, quizá por eso cuando decimos che’eche’ (madera madera), que se traduce regularmente como crudo, estamos afirmando que no solo está crudo, no cocido, o inmaduro, sino que es algo tan simple, tan corriente, tan básico o primitivo que pudo llegar a ser cualitativamente valioso pero no lo ha logrado o simplemente de frustró; che’ óol es entonces algo insípido, sin aroma, sin sabor, sin esencia desarrollada o más bien con esencia ordinaria, rústica y bruta. 

P’éek óol, aunque se traduce generalmente como odio, sin embargo tiene mayor sentido si se entiende como rechazar, repeler y despreciar, toda vez que p’eek es, no aceptar o incomodar, es como decir, esta esencia es huraña, es desagradable, es intolerable.

Jáak’ óol se traduce comúnmente como susto, pero he de advertir que la traducción generalizada que tenemos a día de hoy de la lengua maya al español está atravesado por el espíritu colonial que lo reprime, lo acota, lo achica y lo limita a aspectos pragmáticos para restarle la fuerza y el poder filosófico, simbólico, artístico y espiritual a los conceptos y términos, toda vez que su temor a perder su conquistadora lengua, llevó a los primeros traductores a negar el sentido político o espiritual que lleva nuestra palabra maya.  Jáak’ óol es también admiración, es reconocimiento, es la capacidad de asombrarse frente a la realidad, es una actitud filosófica, es producto de una observación aguda, si alguien quiere hacer un acercamiento literal, sería como despertar el ser, levantar el ánimo, activar quien soy, mover mi atención, advertir el riesgo, poner mi ser frente a la realidad y muchas otras formas de entender el jáak’ óol.

Ja’ak’saj óol es un sustantivo, es el ser que ocasiona cierta reacción de asombro, de admiración o de temor. Por lo general se habla de seres inmateriales debido a la reducción que se ha hecho del término, sin embargo su kuuch abarca todo aquello, material o inmaterial capaz de causar asombro, de causar admiración o de mover las emociones más básicas del ser humano o de los animales y aves también. Un Ja’ak’saj óol puede estar en una cueva, en la oscuridad, en la selva, en la más oscura noche, en el cuerpo de un animal o de una persona, pero no solamente se relaciona con esta parte “negativa”. También está presente a plena luz del día, en las plazas, en las avenidas, en las escuelas, en las reuniones, en el arte, en la ciencia, en el pensamiento y en los lugares más comunes. Por ejemplo, en mi comunidad hay un cenote llamado Xjáak’saj óol, no porque atemorizan o amenazan, sino porque se dan fenómenos naturales que no forman parte de lo común en los demás cenotes, ahí se escuchan sonidos especiales o se aparecen aves enormes entre otras expresiones que generan asombro y admiración.

Náaysaj óol, es traducido regularmente como “descuidar, traicionar y distraer” pero tiene que ver con soñar bonito, del término náay que es soñar cosas bonitas, alegres o agradables, entonces el Náaysaj óol es la creación de un fragmento placentero en medio de una situación de riesgo, de hartura o rutina, es también como divertirse. Cuando los niños están aburridos en un espacio de adultos, lo que se recomienda es hacerles un náaysaj óol, cuando alguien hace una obra de arte fuera de su trabajo diario se dice en maya, táan u náaysik u yóol. También es crearle buenos sueños al óol, es planear, es proponer, es proyectar, es describir el futuro porque ya es pasado, es como cuando miramos a las mariposas por millones ir al sur, no adivinamos que van por la lluvia, es el pasado que nos muestra el futuro, es un náaysaj óol, es despertar la sensibilidad, la inteligencia, la creatividad.

Sa’ak’ óol, se traduce convencionalmente o colonialmente como activismo, cuando se le aplica a una persona, se le llama activista, o trabajador. El término es posible que venga de saak’ que se traduce ligeramente como comezón, pero lo que se quiere decir, es inquieto o emprendedor. Quizá venga también de Sáak’, es el nombre de la langosta, es un insecto que no para o descansa desde que amanece, siempre en vuelo y siempre alimentándose. En caso de ser así, Jsa’ak’ óol sería como una persona visionaria, inquieta, emprendedora, activa, de iniciativas tanto a nivel personal como comunitaria. Por ejemplo, es Jsa’ak’ óol la persona que no se conforma con sembrar las semillas básicas como maíz, frijol y calabaza en su milpa, sino siembra una cantidad de semillas en su milpa que pueden llegar a ser hasta sesenta tipos de semillas en una sola milpa, además siembra árboles frutales en su casa, ejerce algún oficio no relacionado directamente con la milpa, participa activamente en la organización de su comunidad y es siempre generoso en acompañar a las personas que necesitan de sus consejos y apoyo en alguna situación de dificultad en su comunidad. Sa’ak’ óol no podemos reducirlo al término actividad, es movimiento, es dinamismo, es visión amplia, es inconformarse con el tedio, con la rutina y con la misma realidad y con el ocio que le hace mucho daño a la juventud abandonada a día de hoy en los brazos de un sistema educativo que no educa, sino acota la creatividad y el sa’ak’ óol. En nuestro territorio hay poblaciones nombradas desde la importancia del agua viva como por ejemplo Sa’ak’ óol ja’ que con torpeza está registrado como Sacola por la colonia que, voluntaria o por incapacidad, ha ridiculizado estos nombres tan significativos. Sa’ak’ óol Ja’, es agua en movimiento permanente, agua creadora, agua activa, agua en desasosiego, agua impactante que excita, que desinhibe, que levanta el ánimo, que calienta. En algunas comunidades mayas se les apoda Sa’ak’ óol Ja’ a las personas con estas características.  

Ma’ak’ óol, es un término que se ha traducido ligeramente como perezoso o haragán, aunque literalmente sería “no ánimo, sin aliento, no ser”. Se aplica a las personas conformistas, triviales, antipáticas y acríticas. Es una noción fuerte, debido a que equivale a no existir, se puede entender como sin existencia, el óol es la existencia, la esencia; entonces un ma’ak’ óol es alguien que no tiene existencia, es un ser no ser, es una negación de lo fundamental, es por eso le da igual si llueve o calienta el sol, si el mar se abre o cae un rayo, si anochece o sale el sol, nada lo hace cambiar de su “prosopopeya existencia”. No es capaz de pensar ni por sí mismo, anda muy lejos del horizonte de vida de su comunidad. Quien pierde su corazón de maíz es un ma’ak’ óol, es un objeto manipulable que parece que siempre espera que le den migajas, pero no es así, no es capaz ni de esperar, ya esperar es mucho para su trivialidad. En las comunidades mayas con vitalidad, un ma’ak’ ool no es visto con buenos ojos, genera preocupación y es motivo de asamblea y discusión familiar o comunitaria para darle vida, toda vez que un joven que no es capaz de conmoverse frente a la realidad, se convierte en un desperdicio, entonces se buscan alternativas para darle vida, para despertar su óol.

Tooj óol: Aunque se traduce como salud física, va mucho más allá de ese sentido limitado, en realidad no se refiere estrictamente al cuerpo físico sino a ese ente que llamamos óol, tooj es literalmente algo sin curvas, derecho, línea recta, es un camino sin accidentes, sin baches, sin columpios, sin fangos; esto es para decir según el pensamiento maya, aquello que está en óptimas condiciones, goza de equilibrio, no tiene ningún desvío; así se entiende la salud en el pensamiento maya, en realidad lo que se enferma es el óol y se expresa en el cuerpo físico, en la carne que es una especie de sábana que viste y protege al óol. Una persona en condiciones de tooj óol, es el que tiene por lo menos tres estados, está saludable físicamente, está saludable moralmente y está saludable socialmente, no se puede considerar con tooj óolal a un ma’ak’ óol. Quien es un tooj óol es un promotor de la salud, de la buena alimentación, pero también es promotor del uts, del ki’, del ma’alob, del tooj, de eso que en castellano decimos moral, es también un promotor del tsikbal, del péektsil, del payalchi’, del k’áatchi’, del k’uben t’aan, del ki’iki’t’aan, del tsolxikin entre otras celebraciones y fiesta de la palabra. Quizá por eso nuestro saludo maya camina en otra dirección del “buenos días, buenas tardes o buenas noches”, nuestro saludo tiene una conexión directa con la salud; decimos bix a wanil, bix a beel porque nos interesa saber siempre el estado humano, espiritual y comunitario de una persona que siempre debe estar como un tooj óol.

Yaj óol: Se traduce como tristeza regularmente, es relativamente aceptable, sin embargo, va más allá de esta ligera traducción. Yaj es un término que se aplica cuando alguna persona tiene una herida en el cuerpo o sobre la piel, así mismo cuando tiene una infección, pero hay otros términos que se usan para referirse al dolor. En este caso, cuando se usa el término yaj y se acompaña con el óol se quiere comunicar que el óol está lastimado en su cuerpo o tiene un problema de contaminación o infección, de ahí que se pueda traducir como extrañar, es común escuchar a una madre decir de un hijo que ha migrado a otro país, táan in yaj óoltik un waal, estoy sufriendo una herida en mi óol, estoy triste, estoy extrañando, me duele mi lastimado óol; todo esto y más se dice cuando hay un yaj óol. Para casos de desamor, de muerte o pérdida de un familiar en la que hay un yaj óol, extrañeza o dolor que no es en el cuerpo de carne sino en el cuerpo del óol que es el verdadero ser o la esencia del ser. 

Ok’om óol: Este pensamiento se refiere a una condición de tristeza permanente, crónica; es como decir, mi ser está en permanente llanto, no deja de llorar. Cuando la vitalidad de una persona está trastocada por un dolor que puede ser la pérdida de un familiar, la pérdida de la cosecha por una contingencia o siniestro como una prolongada sequía, que haya sido consumida por langostas o cuando estaba empezando a espigar y le pega un huracán, entonces se genera un ok’om óol, empieza una tristeza o dolor permanente en el que se pierde el apetito, se pierde la alegría, se pierde la creatividad y muchas veces hasta la esperanza. El ok’om es un término de sentido profundo, no es cualquier tristeza, no es pasajera o efímera, no es leve, es una esencia impactada por una realidad temporal relativamente larga o a veces insuperable. 

Saatal óol: Aunque regularmente se traduce como como loco solamente, en realidad es mucho más que eso, aplica muy bien en una persona que ha sufrido un desmayo por alguna causa como la epilepsia, por algún golpe que ha sufrido que lo ha dejado inerte, o por una caída. Un saatal óol es alguien confundido y desubicado en su vida, en la toma de decisiones, alguien que intencionalmente se hace irresponsable ante situaciones que demandan seriedad, verticalidad y aplomo. También es aplicable de manera metafórica a una persona que usa mucho el humor al conversar y que se burla con sarcasmo de la realidad, principalmente de la actuación de quienes tiene en su entorno. Entonces el término es aplicable en términos de salud, de humor, de arte, de ética y de incertidumbre, reducir la traducción a loco, es desde mi perspectiva un uso limitado, pobre y colonial de la carga que lleva el término. 

Chokoj óol: Es uno de los términos más comunes en el cotidiano vivir de una comunidad maya derivado de su importancia en relación a muchas actividades que realizan las personas durante el día y hasta en la noche. Se traduce como el estado caluroso en el que se encuentra una persona, literalmente es caliente ser, por ejemplo, cuando se despierta un niño no se le permite levantarse inmediatamente para salir de la casa, tiene que sentarse para refrescarse por lo menos unos diez o quince minutos, es un riesgo si sale a ser batido por el viento fresco de la mañana, se puede enfermar porque está con el chokoj óol, es decir está caluroso. Después de cada actividad, incluyendo la sexual, ya sea en la milpa o en la casa, la persona entra en un estado de chokoj óol, si sale frente al viento fresco y le pega puede enfermarse debido a que los dos estados más importantes en la vida son el frío y el calor que son contrarios, si chocan en el cuerpo de la persona van a impactar directamente al óol y generan un desequilibrio, entonces se enferma, por eso es necesario que la persona espere que el chokoj o caliente baje y esté al nivel del tiempo para que realice otra actividad que esté relacionado con lo frío. Es un tema de salud, aunque también se usa metafóricamente para referirse a alguien que habla de algún tema ilógico o una falacia, un despropósito o una utopía.

Síis óol: Se dice de un estado de frescura ambiental, pero va más allá de este sentido común, es también una condición apropiada de una persona para emprender cualquier actividad sin que represente algún riesgo para su salud o más bien para su óol. Por lo general las personas al despertar después de dormir toda la noche están en un estado de chokoj óol, así como cuando llegan de la milpa, terminan de tortear, etc. Entonces es necesario se refresquen o buscar el equilibrio antes de realizar otra actividad en la que sea necesario no estar caluroso o choj óol como por ejemplo bañarse con agua fría llegando de la milpa o tomar agua helada, unaj u síiskuntik u yóol decimos, para que no sea impactado en el violento choque del calor con el frío. Se usa también para hablar de un homosexual, se dice que es un Jsíis óol, es una persona que normalmente tiene frío su óol, como decir pasivo o sin la motivación masculina, no es que sea malo ni despreciable, es solo que su condición es esa, solo es diferente, no es una desventaja no reprochable. Síis óol es un término fundamental en el contexto de la salud, es la contraparte del chokoj óol con quien debe estar en coordinación para que haya equilibrio y buena salud.  

Oksaj óol:El término creer en maya era tan peligroso para la colonia que se encargó de minimizarlo tanto que casi lo desaparece, intentó mayanizar la voz castellana, tan es así que la mayoría de quienes hablan maya a día de hoy usan el término kréex para referirse al verbo creer, pero esto no es maya, es la mayanización de creer. El colonizador quería estar seguro que el maya cree al igual que él en sus dogmas, no podía arriesgar a la libre un tema de tanta relevancia para el control de la mente que funciona más eficazmente que una cadena en las manos o un cadalso para controlar a los indios recién conquistados. La creencia es muy importante, por eso era necesario dejar de creer en lo maya para empezar a creer en los “valores” de la colonia, y como dice Javier Sicilia, “la perversión empieza por el lenguaje, una vez normalizada, entonces la perversión de los actos se asumirá como algo normal, nadie se puede ruborizar ante el horror”. No obstante, la memoria, es insumisa, es rebelde, es de resistencia, nuestros abuelos guardaron los retazos de la palabra, pero con la fuerza de un concepto en su extensión plena, nos heredaron el oksaj óol como lo registra el diccionario Cordemex; muchos de nuestros abuelos a día de hoy, cuando se sienten cuestionados desenvainan la memoria y nos muestran la afilada y relampagueante oksaj óol. Este término se puede traducir literalmente como meter el óol, aceptar como válido lo que está enfrente, compartir en un sentido de igualdad su horizontalidad, lo que no es nuestro hacerlo también nuestro, como dicen en castellano, interiorizarlo pero no como algo artificial sino como un injerto de una planta con otra para que sean una sola vida, de ahí la peligrosidad del término toda vez que lo que se cree es lo que sirve de guía para la vida, es la brújula de un supuesto buen vivir. No se cree cualquier cosa, primero tiene que ser creíble, tiene que ser real ontológicamente por lo menos, y tiene que presentar evidencias, la evangelización tiene un corazón que se llama dogma, solo entra con espada y tortura, pero cuando es retirada la espada, esa fe chorrea junto con la sangre expulsada por nuestro óol maya, por eso a día de hoy muchas comunidades indígenas cargan una imagen católica en procesión, pero el óol de esa imagen, es rostro maya de una madre creadora o un padre creador, por eso Landa hizo los autos de fe, es un hombre cobarde, inseguro, dogmático, no aprendió de la fe cristiana que propone un camino de vida, le pudo más la religión, el poder político y económico, el antievangelio, no quiso arriesgar con el oksaj óol, prefirió escuchar el kréex. A día de hoy el oksaj óol como palabra maya, como pensamiento maya, como corazón maya, goza de buena salud, empieza a salir de las cuevas, debajo de las piedras, de los cenotes, de la selva y del canto de los pájaros como el Xk’ook’

K’áat óol: Es un término que se traduce como súplica, aunque es una buena traducción, me parece que el kuuch de la palabra no se agota en el término castellano. Si se traduce por partes, parece perder su fuerza, k’áat es pedir, pero no se pide cualquier cosa, se pide el óol, el ser, la voluntad, de ahí su sentido de súplica. Este pensamiento se aplica cuando entre los mayas se solicita algo de mayor relevancia, algo trascendente, es común solamente dentro del ik’ilt’aan que pronuncia el Jmeen a los Yuumtsil al presentar una ofrenda o realizar una celebración ritual. Lo que se pide no es un favor cualquiera, no es un objeto, sino la voluntad completa de alguien de tal manera que lo que puede dar, no es en sí lo que se pide, sino el ser de él o ella, al otorgar o consentir esa petición, todo lo demás que pueda dar, es de un valor menor, porque él mismo se ha entregado al peticionario que le ha suplicado, que le ha pedido su óol.  

Alab óol: No es muy claro para mí el término alab, quizá es de una raíz perdida o quizá se ha mutilado en el tránsito colonizador. El pensamiento como tal se entiende como esperanza, no es menor cosa, lo que la cultura maya entiende por este término, es la posibilidad de que alguien se sienta acompañado y favorecido por otro ser, o el de esperar algo en quien se percibe una potencia. Aunque es común ver en los niños como nuestros alab óol por toda la actividad colaborativa y de ayuda que generan en la casa; cuando alcancen la mayoría de edad y sean los nuevos horcones del hogar, no se limita la aplicación del término a ellos. Este pensamiento se usa mucho en la relación familiar y de actividad colaborativa que tiene una persona maya con los Yuumtsil, es común escuchar a una familia campesina decir que Yuum Cháak, Yuum iik’ y Yuum K’áax son su alab óolal. Es un término que va perdiendo sonido y camino entre el pueblo maya, derivado a que el pueblo va perdiendo su esperanza como cultura y como nación después de 500 años de conquista y colonización, su alab óol está debilitado, pero a día de hoy intenta recoger sus fragmentos desparramados sobre el polvo caliente, como esperando la primera lluvia de temporada. Yaan u alab óol le alab óol ti’ Yuum Cháako’.

Ts’íib óol: Este pensamiento es de una carga muy pesada, literalmente sería escribir óol. Se traduce regularmente como deseo, pero como es de notar, el ts’íib óol es una imagen poderosa, la actitud de alguien que desea escribir sobre su propio óol, todos somos escritores, todos deseamos; en la medida que vamos deseando, llenamos páginas blancas de nuestra historia futura, aunque suene paradójico; desear, es escribir en nuestro ser, en nuestro ánimo, en nuestra energía, en nuestra emociones, en nuestros sueños, en nuestra voluntad. Lo que se desea no es algo trivial, no es superfluo, no es cursi ni efímero; se desea o se escribe lo trascendente, lo impactante, lo perenne, lo ubicuo, lo poderoso y sobre todo lo comunitario. El ts’íib óol maya solo se da en aquellas expresiones, actos y escuchas, que suman a la vida, escribir en el óol es trazar un camino, es rehabilitar nuestros senderos, es hacer comunidad, es aprender de los animales que dejan sobre la tierra sus pies, su óol, de los pájaros que llaman a Yuum iik’ cada amanecer y anochecer, es ayudar a Yuum Cháak a pintar el arcoíris.  

Ki’imak óol: Es tal vez la expresión más pronunciada, más escuchada y más circulada en las comunidades mayas, aunque se traduce ligeramente como alegría o felicidad, comunica mucho más que eso. Viene del término ki’ que significa sabroso, agradable, placentero, y el sufijo mak no me queda claro si es por mak de tapa o máak de persona, quizá es para referirse a lo que se hace o la condición en la que se encuentra determinado ser. Lo que entendemos los mayas por esta expresión es que alguien con ki’imak óol está en perfecta armonía con la vida, con la naturaleza, con su comunidad y con su propio cuerpo, es cuando decimos que está saludable. No se limita a una acción como reírse o bailar, su ámbito es una forma de vida, es por eso que nuestro saludo en cualquier momento del día en el que nos encontramos de frente con otra persona es preguntarle por su óol, bix a wanil es lo que inmediatamente le decimos, si está en armonía con la vida nos contesta, jach ma’alob  ki’imak in wóol, si está un poco enfermo, con problemas personales o comunitarios entonces dice ma’ jach ma’alobi’, ma’ jach tooj in wóoli’. El ki’mak óol no es solo un estado de ánimo, es el equilibrio, es la paz, es la responsabilidad asumida, es la correcta respuesta a la pregunta, es el cumplimiento de la misión, es la armonía con la casa, con la comunidad y con el entorno, pero principalmente con los Yuumtsilo’ob que crean el ambiente para que el ki’imak óolal sea posible. 

La colonización de la lengua maya consiste en atrapar y sujetar su óol, no busca el conquistador desaparecer sus sonidos, sino busca incautar los significados que tiene, como hacen con los móviles a día de hoy al cambiarle el semiconductor, pierde su identidad a pesar de ser aparentemente el mismo dispositivo. Una lengua maya que consiste en un cuerpo vacío de sí, solo le sirve al poder para promover su turismo, para exhibir con fines comerciales a quienes lo tartajean; a los que reivindicamos el óol de la lengua maya no nos sirve, las academias donde la ofertan por el opresor no son escuelas sino mausoleos. Urge caminar las veredas de Yuum iik’, de Yuum Cháak y de Yuum K’áax para que en medio de esta oscuridad rehabiliten el óol de nuestra lengua maya en donde la justicia, las artes, la política, pero sobre todo la filosofía o pensamiento, más bien, su óol retoñe. Solo así se restablecerá nuestra comunicación con la onomatopéyica palabra de Xk’oo’ok’ y de Yuum Báalam.

Estos son otros términos en los que aparece el óol, K’áaj óol, Jóomsaj óol, Péek óol, Xul óol, Nak óol.

~~~

Junkóots


Máax ku yok’ol
tu tikin ja’il u yich ts’uju’uy,
te’el ku bin u júutul yóok’ol cháaltun
tu’ux ma’ tu jóok’ol u mootse’.


U polokil
u wi’ijil mejen j ma’na’ paalal.


To’ok ti’ob tumen ts’u’util
u ki’ichpamil u na’,
okla’ab ti’ob tumen tuus
u mu’uk’a’anil u k’ab u yuum.


Tu ka’analkabil yicho’ob ku jojopaankil le junkóots ts’íiba’:
“In yuum,
ba’axten mix juntéen ok’olnak a wich,
ma’tech wáa a wi’ijtal beyo’one’
wa tikin u ja’il a wich beey ts’uju’uye’.


Ba’ale’ bix jach xáanchajak u yáalal,
bíin a k’a’as le ken ku’upuk u yiik’ maya t’aan.

Fragmento


¿Quién llora
en la seca lágrima del ts’uju’uy?
Una gota va rodando sobre laja
donde nunca echará raíz.


Es la obesidad
del hambre de un niño sin madre.


La indiferencia le arrebató,
la bondad de una madre,
la mentira le escondió
los muslos de un debilitado padre.


De la cuenca de sus ojos salta un fragmento:
“Yuum,
¿por qué tus ojos nunca lloran?
¿cómo llenas tu hambre?
¿o es que no tienes lágrimas como el ts’uju’uy?


Ojalá no se tarde más esa gota,
como está faltando el viento maya”.

Náay in lu’umil


Ta paten tu yáam u k’ab juntúl xlóobayeen
ku tsolik u k’u’il u paktal beey yúuyume’.
Tu muuk’ u yóol juntúul xiib ta pulaj wenlil ti’e’
ta sakankuuntaj in wíinklil,
beey máax wi’ij ku máan tu yich jump’éel péenkuche’.


Bejla’e’ chéen p’iis u yokol in wenele’
ku t’a’ajtal in wook,
ku meyaaj in k’ab,
ku suut in wóol,
ku jóok’ol tsikbal in piixan.


Yaan máaxe’ sáansamal áak’ab u kíimil
le ken lóocha’ak tumen u k’aan,
ma’ teen yuumil le su’tsilil je’elo’,
in lu’umile’ in náay
mix bik’in bíin in p’at tu k’ab j táanxlil.

El sueño


Me formaste en una joven mano,
como yúuya que empolla su sueño.
En el vigor de un hombre hechizado
amasaste mi cuerpo,
como un hambriento por una tortilla caliente.


Ahora, tan pronto me toma el sueño,
cobran vida mis pies,
trabajan mis manos,
recupero el sentido,
mi alma libera su palabra.


Hay quien muere cada noche
cuando lo arrulla la hamaca,
no soy señor de esa vergüenza,
el sueño es mi territorio,
nunca será usufructo de la pluma del extraño.

J Kolnáal


Ta wiiche’ j maya kolnáal,
ma’ chéen je’el ba’axak u yichaankil ja’abine’,
wa kokojkil yéetel u yiche’
táan u wojik u kúunche’il a naal,
wa loba’an yéetel u le’e’,
ma’ táan u yelel ma’alob a kool,
wa ma’ piim u yiche’,
ma’ táan a najmatik a kool.


U yichaankil ja’abin tu ts’u’ yáaxk’iine’,
ma’ chéen u t’aan u mu’uk’a’anil u yóoli’
u yaayan Yumtsilo’ob ti’ teech j maya kolkaab.


Ta xikine’ j maya kolkaab,
ma’ chéen je’el ba’ax u yok’ol ts’uju’uye’,
wa yaayaj ok’ol ku beetike’,
ts’o’ok u yajtal yáaxk’iin tu yich,
wa láalaj súutuk u yok’ole’,
táan u péeksik Yuum Cháak.


Wa ma’ tóoknakeche’ j maya kolkaab,
t’ab a taajche’,
u yok’ol ts’uju’uy tu ts’u’ yáaxk’iine’,
ma’ chéen u yaayaj óolalil u tiknil u ja’il u yichi’,
u yaayan Yuumtsilo’ob ti’ teech, j maya kolkaab.

Milpero


A tus ojos, campesino maya,
no es banalidad el fruto del ja’abin,
si su fruto es abundante,
retrata tu granero,
si está lúgubre por sus hojas,
tu milpa no se quemará bien,
si es escaso su fruto,
no lograrás tu milpa.


El fruto del ja’abin en tiempo de sequía,
no es solamente la señal de su ánimo,
es la voz de los dioses alertándote.


A tus oídos campesino maya
no es banalidad el llanto del ts’uju’uy,
si hay en él mucho dolor,
la sequía le ha herido los ojos,
si su llanto es alterno,
está preparando la lluvia,
si tú no has quemado tu milpa
debes encender tu antorcha.


El llanto del ts’uju’uy en tiempo sequía,
no es solamente el dolor de su seca lágrima,
es la voz de los dioses alertándote, campesino maya.

Sujuy siip


Ba’ax bíin k kóoyt ti’ teech Yuumtsil
wa ts’o’ok u kiinsa’al u yóol k ixi’imil.


K o’och sa’e’ yéetel glifosato ch’ujukkinta’an,
k o’och iswaaje’ máaskab pak’achtik,
k o’och kaabe’ chuja’an u pu’uch tumen táanxelil mola’ay,
u le’ ja’ase’ petrolizarta’an,
le turix kanáantik ka’ach le ts’ono’oto’
k’e’exo’ob yéetel u dronil kinsajtáambal,
x nuk ya’axche’e’ jo’ok tak u moots
ti’al u pa’ak’al jump’éel máaskab j okol iik’,
aj k’iino’obe’ chéen chak pol ch’oomo’ob
yáax talik xkíim ba’alil.


Ba’ale’ woy yaan a ka’anche’ile’,
u nukuch mu’uk’a’an máaskabil le museo’
ma’ tun tsa’ayal yéetel u k’olopil k ja’abinil,
ts’o’okole’ k sujuy siipe’ yaan u ka’ ch’a’ik u yóol.

Ofrenda a Yuumtsil


¿Qué podemos ofrecerte Yuumtsil
si nuestro maíz es ya sintético?


Nuestro atole está endulzado con glifosato,
nuestro iswaaj es un plástico industrial,
nuestra miel carga el sello de una extraña fundación,
las hojas de plátano están petrolizadas,
las libélulas que guardaban los cenotes
fueron sustituidas por drones de guerra,
la madre ceiba fue raída
por un conquistador metálico de viento,
los “aj k’iin” son auténticos zopilotes de cabeza roja
que procuran la primicia muerta.


Pero nos queda tu altar,
la estructura metálica del museo
se rendirán ante el muslo del ja’abin,
y nuestra ofrenda recuperará su vigor maya.

Maya kaaj


Xik’nal u bin u t’áalal a wook ta lu’umil,
beey u ts’íibtik u k’ajlay a ch’i’ibal.


Sáansamal u máan u yich Yuum K’iin
ti’al u mol u tsikbalil u nojbe’enil a nooli’.


Yáanal u bo’oy xya’axche’ ka ts’apik
u tsolxikin u j chak wíinikil lak’iin.


Yuum Kíimil kaláantik ma’ u la’abal
u juum u k’aayalilo’ob u ik’ilt’aan a chiich.


U xunáanil áak’ab jit’ik u muumum xa’anil
u póopil a jayk’iintik u yi’inajil a t’aan.


Tu ts’u’ u noj k’áaxilo’ob a na’ate’
ti’ ku yets’tal u koolil u yi’inajil a t’aani’.

Pueblo maya


Vuelan tus pies sobre tu tierra,
así escribe la memoria de tu estirpe.


Los ojos del sol caminan cada día
para cosechar la historia de tu abuelo.


Debajo de la ceiba colocas unas sobre otras
las palabras del hombre rojo que nace del oriente.


El guardián de la muerte protege del desgaste
el sonido del canto épico de tu abuela.


El centinela de la noche teje con tiernas palmas
el petate que madura la semilla de tu palabra.


En el centro de la selva alta de tu sabiduría
se asienta la mazorca de tu lengua.

Ik’ilt’aan


Ik’ilt’aane’ ma’ jobon chuun che’i’,
u t’a’ajil u yóol a na’at j Meen,
u k’aayil a wéensik Yuum iik’,
u xuuxubil a táabsik xaman,
u kilim a péeksik nojolil cháak.


Ik’ilt’aane’ ma’ u juum u jéek’el k’abche’i’,
u joma’il u yi’inajil a ts’íib aj its’at,
u páawo’il wooj ka k’eyemkuuntik,
u táabil u kuuch a aa’al t’an,
u chúujil u síisis ja’il a paak’al.


Ik’ilt’aane’ ma’ u yéets’ tusbe’eni’,
u suumil u xanabk’éwelil
a xíimbatik u jolbeel a wook,
u j bobat t’aanil u péektsil u ch’i’ich’iyaankil
u tomojchi’ a xtakaay wíinikil.

Voz de viento


La voz del viento no es un tronco vacío:
es la vitalidad de tu saber j Meen,
es el canto con que traes a Yuum Iik’,
es el silbido con que encantas al norte,
es el trueno con que bajas la lluvia sureña.


La voz del viento no es el derrumbe de una rama:
Es el joma’ de la semilla de tus letras,
es el sabucán de los colores de tu pozole,
es el mecapal de la carga de tu palabra,
es el calabazo del agua fría de tu siembra.


La voz del viento no es un falso eco:
Es la cuerda de tus alpargatas
con que caminas tu camino al andar,
es la palabra profética de la buena noticia,
es el graznido del presagio del xtakaay.

Glosario

  • Aj k’iin: Sacerdote maya
  • Aj Meen: sacerdote o curador maya
  • Iswaaj: Tortilla de maíz verde o tierno
  • Ja’abin: Tipo de árbol que funciona como calendario agrícola
  • Joma’: Tipo de jícara que se usa para ofrendar el pozole
  • Ts’uju’uy: Tordo muy flaco
  • Xtakaay: Pájaro amarillo alertador
  • Yuum: Guardián
  • Yuum Iik’: Guardián del viento
  • Yúuya: Oropéndola

Más sobre Pedro Uc

El ombligo maya, óol, y poemas originales © Pedro Uc ~ Siwar Mayu, Noviembre 2023

Selección © Melissa Birkhofer y Paul Worley


 La memoria de las plantas en tres poemas de Gloria Mendoza Borda

Dulce naranja dulce luna © Gloria Mendoza Borda

Introducción, selección y traducción al inglés © Andrea Echeverría

Si prefieres leer el PDF, haz click aquí

Gloria Mendoza Borda (1948) es una reconocida poeta peruana de Puno que reside actualmente en Arequipa. Integró el Grupo Carlos Oquendo de Amat en la década de los 60 y ha publicado Wilayar (1971), Los grillos tomaron tu cimbre (1972), Lugares que tus ojos ignoran (1985), El legendario lobo (1997), La danza de las balsas (1998), Dulce naranja dulce luna (2001), Mujer, mapa de música (2004), Q’antati deshojando margaritas (2006), Desde la montaña grito tu nombre (2013), Amtasiña (2013) y Mi abuela, mi patria (2018). En los tres poemas a continuación, incluidos en Dulce naranja dulce luna (2001), Mendoza representa cómo las plantas comunican su memoria. En particular tres de ellas: el cerezo, el palto y la madreselva. Estos textos nos brindan una visión ecológica basada en formas de conocimiento quechua-aymara que trascienden la perspectiva antropocéntrica. Para acercarse inicialmente a estos poemas, quizás lo más acertado sea preguntarse: ¿qué comunican estas plantas? ¿Qué visión transmiten sobre el paso del tiempo? ¿Cómo es su memoria? Los invito a leer estos poemas dentro del marco histórico de la violencia política que afectó a todo Perú, y en especial a ciudades de provincias y comunidades rurales en Perú durante el Conflicto Armado Interno (1980-2000). Como advertirán, estas plantas lloran y sufren el paso del tiempo, rememoran nostálgicamente el pasado y comunican su experiencia sobre ciertos episodios traumáticos que sucedieron en este contexto. 

~~~

Llanto del cerezo

Soy el viejo cerezo

que los vio crecer

como artistas

yo también supe ser artista

yo también supe ser río

en mis caudales se hospedaban

pájaros fosforescentes

anidaban deslumbrantes malezas

y cantaban a la vida

mis raíces

siguen avanzando

por el subterráneo

lloro en nombre de la madre tierra

en la piel de los muchachos 

que sufren 

la desolación del patio

lloro

en los carteles

que colgaron

en mis brazos mutilados

“protesta por la muerte del cerezo”

lloro 

porque no sé la razón

por qué desbarataron mis ramas

lloro

en nombre de las blancas palomas

(aquellas que venían de la Plaza Mayor

ya no podrán guarecerse del sol

en mis sombrillas)

lloro

porque quedó en mí

el sonido de zampoñas y guitarras

de los muchachos

que tocaban en mi regazo

en los atardeceres

sin embargo

existo en la memoria

existo

soy el cerezo invisible

que los acompaña

mis frutos solían adornar

las cabezas de las muchachas

que se cobijaban

en mis polleras

¿por qué el hacha se ensañó

con mi silencio?

desde mi imagen invisible

adivino la vida

enciendo la lumbre

crecen mis caudales

yo también me siento ave

yo también me siento hombre

yo también me siento artista

yo también me siento río.

Escucha a Gloria Mendoza leyendo su poesía

Buscando la ruta del palto

En estos tiempos 

no di frutos

es cierto

pero mi frondoso verde inspiraba

anunciaba un tiempo de esperanza

trataba de acercarme al cielo

caminé más de cien años

de abajo

hacia la inmensidad

florecí en los acantilados del silencio

de mí sólo quedó el trazo de mis formas

la semidestruida escultura

buscando mi perdida ruta

y la mirada consternada

de mis amigos

soy el resultado de la mudanza y la muerte.

La agonía de la madreselva

Madre y señora

centenaria

lloro mi verde agonía

ebria mi flor

entumece

la mañana grito

imploro

no me escuchan

yo canto en la lengua del verde

seca

y débil

mi piel

en otro tiempo 

mi fruto era miel

cuando niño

el escultor Jorge Mendoza

tomaba una de mis ramas

y presto

corría con mi aroma

en busca de su madre

nací

antes que vosotros

‘la casa del arte’

llegó después

en mis raíces 

está la historia

de los hombres 

que pasaron

y se fueron

todavía existo

un cable

cubre mis dedos

cruza mis pies

que los cuervos

no se coman mis hojas

en cada contorneo

de mi sendero

está el cable

en cada nudo

me quiebro y retuerzo

miro el cielo azul

el canto de pajarillos

acompañan mi verde sinfonía

danza salvaje

mi corazón 

la herida

no me deja caminar

una sombra pavorosa

tapa mis ojos

del sol

una paloma blanca

bebe agua 

en la pileta

en el pozo

el espejo

de mi imagen

el agua

no llega

a mis entrañas

estoy colgada

de la garganta

aprisionada

olvidada

utilizada

ennochecida

ahorcada

escuálida

estirada

marchita

desorientada

espantada

amenazada

mordida

sin tregua

oh primor

lloro mi verde

de tanto girar

la muerte acecha

pero no me encuentra

aquí estoy amigos

enraizada

antigua

solitaria

muda testigo

idilio de jóvenes

huelgas estudiantiles

de pugnas y éxitos

de creación permanente

de alegría

sola

lloro

mi verde agonía

hambrienta

aprisionada

centenaria.

Más sobre Gloria Mendoza Borda

Sobre la compiladora y traductora

Andrea Echeverría Langsdorf es profesora asociada en Wake Forest University y obtuvo su título doctoral en Literatura Latinoamericana y Estudios Culturales en Georgetown University. Es autora de Yeyipun en la ciudad. Representación ritual y memoria en la poesía mapuche (Editorial Universidad de Guadalajara, 2021) y El despertar de los awquis: migración y utopía en la poesía de Boris Espezúa y Gloria Mendoza (Paracaídas Editores & UNMSM, 2016), así como de varios artículos de investigación publicados en revistas que incluyen Latin American and Caribbean Ethnic Studies, Latin American Research Review y la Revista Canadiense de Estudios Hispánicos. Actualmente escribe un libro que estudia el arte visual mapuche.

Dulce naranja dulce luna © Gloria Mendoza Borda

~ Siwar Mayu, Octubre 2023

Introducción, selección y traducción al inglés © Andrea Echeverría


Poemas ponca para la hora del almuerzo. Cliff Taylor

Ponca Lunch Hour Poems © Cliff Taylor
Poemas Ponca para la hora de almuerzo © Jocelyn Montalbán y Juan G. Sánchez Martínez

Si prefieres leer el PDF, haz click aquí

Entre la risa y el verso narrativo, Cliff Taylor registra en su poesía unos personajes inolvidables, iluminados por revelaciones aleatorias, los cuales cruzan cafeterías, andenes, autopistas, revoluciones. En la primera página del fanzine Ponca Lunch Hour Poems (Versos ponca para la hora del almuerzo), Taylor escribe a mano:

Escribí estos poemas en la primavera de 2019, después de que mi novia y yo nos mudáramos a Astoria, Oregon. Algunos poemas los escribí en el trabajo, otros en la cafetería antes del trabajo, otros en Tokio, otros mientras viajaba de regreso. Soy indígena ponca, y por eso muchos de estos poemas tratan sobre mi comunidad, nuestra gente, cómo vemos y experimentamos el mundo. También me gustan los cómics, las películas de terror y todo lo que tenga que ver con el arte: así que esperen encontrar algo de eso aquí también. Me encantaría que algunos de estos poemas se convirtieran en tus amigos en un día o una noche inesperados mientras estás ocupado haciendo lo tuyo o tomando un merecido descanso. Espero que te gusten.

Gracias, Cliff.

Busu

Nos tomó tres meses y un total de dos carros para 

cruzar el país y trasladarnos de Nueva Orleans 

a Astoria, Oregon, una ciudad donde ninguno de nosotros había  

estado antes. Fue grandioso, inolvidable, 

y agotador. Nuestro segundo día aquí, mientras yo estaba 

fumando en la acera afuera de la cafetería  

un tipo grande tatuado se me acercó y me preguntó, sorprendiéndome 

como una cagada de pájaro en mi ojo, “Tu nombre no sería 

Cliff, ah?” Retrocedí: ¿como 

alguien aquí podría conocerme y mucho menos este tipo? 

Luego me orienté: lo recordé de la escuela secundaria, 

era mi compañero de clase, un punkero y skater, 

hace 20 años atrás en Columbus, Nebraska. “¿Ken?”, 

le pregunté. “¿Ken?” Era él; era el propietario 

de una tienda de fideos con tres sillas,

dos puertas abajo de la cafetería. Sin haber cruzado 

caminos en 20 años, él me reconoció. Le señalé 

nuestro auto lleno de cosas y le dije que recién nos habíamos movido 

aquí, ayer. Dijo, “Bienvenido a Astoria”, 

amigable como yo recordaba. “Quizás este es uno de 

los más bellos lugares en el país. Me alegra que estén 

aquí.” Conversamos y fumamos y yo estaba un poco asombrado, 

Aturdido, ido en la naturaleza surreal del misterio 

del porqué habíamos venido aquí a Astoria, a este lugar en el que nunca 

antes habíamos estado. Mi pasado ancestral me había enviado un mensajero 

para darnos la bienvenida a nuestro nuevo capítulo, y darnos 

la mano en medio de lo desconocido. Por el 

resto del día estuve sin palabras por la magia de 

todo esto, un guepardo errante en una maravilla boscosa, un 

Indio en su traje tradicional sobre el dulce Marte de Ray Bradbury. 

Habíamos aterrizado en el tramo correcto de la tierra; 

estábamos tomando nuestro café justo donde debíamos 

estar. Milagrosamente, habíamos llegado.

Cliff Senior – Senior Cliff 

Ojalá recordara más historias 

de mi abuelo (quién no quisiera, supongo).

Mi mamá a menudo comentaba cómo 

hablaba él tan silenciosamente que apenas podías

oírlo. Mi hermano menor pasó 

más tiempo que yo con él, pues él vivió con el abuelo por un tiempo cuando 

salió de la correccional; él tenía muy buenas historias y eran 

todas nuevas para mí. Algunas veces, a mi 

gasolinera, venían paisanos que yo no conocía, 

se enteraban de quién era yo, 

y me contaban historias de tiempo atrás 

acerca de la casa de mi abuelo;

“Siempre había una gran olla de 

sopa hirviendo”, me decían, “Él siempre alimentaba a todos los que 

pasaban por ahí.” Me acuerdo de visitarlo en mi camino a Sundance, y pasar 

un rato en su habitación 

cuando él estaba con oxígeno. El se sentaba 

y encendía un cigarrillo, 

y me entregaba uno cuando yo se lo pedía. 

Estaba a punto de irse; este 

era uno de esos cigarrillo del que no puedes 

arrepentirte. “Entonces, ¿Qué es lo que te van a  

hacer, perforar los pezones?”, me preguntó.

“Si, algo así,” le dije, sonriendo. Me pregunto qué 

historia mi abuelo compartiría 

si me oyera leer este poema. 

Me pregunto qué diría 

si pudiera compartir solo 

una. ¿Abuelo? Es tu turno.

Trabajador de Reliquias 

Hablo con este anciano que ha diagramado, 

mapeado, y almacenado en una base de datos cada montículo ceremonial

que existe en América. (*) Es asombroso. Hay formas 

de todas las variedades imaginables. Ha sido el 

trabajo de su vida. Me entrega la unidad de memoria con 

todos los archivos en ella. “Ahora es tuya,” me dice. 

“Cuando era joven me dijeron que esta 

era mi vocación. Cuando envejecí me 

dijeron que sería la vocación de la siguiente persona 

saber qué hacer con esto.” Manejo a lo largo 

de la costa con mis dos perros, me dirijo hacia 

un montículo de pájaro de trueno en Oregon; el ojo 

es la cima de una montaña reconocida. 

“Supongo que ahora es nuestro turno,” le digo a los perros, 

océano visible a través de la ventana abierta.

“Vamos a ver qué tiene que decir este pájaro de trueno.”

~~~

* El poema hace referencia a los montículos ceremoniales que construyeron por siglos los pueblos originarios de Abiayala, sobre todo durante el periodo que los arqueólogos han llamado “Mississippi” –entre 1200 y 400 años antes de nuestro tiempo. (Nota de los traductores).

Señales y jaulas en el Museo de Arte de Seattle

Me acababa de bajar del bus

y mientras caminaba alrededor, me topé con 

el Museo de Arte de Seattle y vi que 

había una exposición indígena. 

Entré de paseo y comencé a subir las 

escaleras. De pronto, como un disparo de la nada en el gimnasio, me 

golpeó el duelo de los espíritus, y me llevó

al borde de las lágrimas. Mantuve 

la calma, continué y entré 

a la exposición. Después de unos minutos 

adentro, escuché a los espíritus decirme que 

cantara una canción para todos los que 

estaban encarcelados en este lugar, 

ocultos y enredados entre los objetos de la exposición. 

Yo era joven,  y estaba muy nervioso 

para alterar la observación atenta 

que estaba aconteciendo. Los espíritus me lo pidieron pero 

no fui lo suficientemente fuerte para hacerlo. Vi 

los cascabeles vivos de los chamanes, 

sus tocados y utensilios, grandes pieles 

y vasijas de barro potentemente

animadas. Una parte de mí era un entusiasta de museos, 

y la otra parte era un danzante del sol, viendo todo 

con ojos de ceremonia. Cuando salí 

pensé, algún día escribiré sobre esto. 

Vagando sin rumbo por la calle,

pensé, la gente debería saber lo que 

los pueblos indígenas experimentan cuando descubren

que sus pertenencias continúan cautivas. 

Lo llevamos de regreso a nuestra casa para que se duchara

Esto fue en Standing Rock cuando toda esa mierda

estaba pasando. (**) El tipo nos habla de un montón de cosas

que la mayoría de la gente nunca

creería. Profecía. Una mitología 

multidimensional codificada. Lo que le dijeron en la

colina. Su abuela alimentando a los seres pequeños que

llegaban hasta el alféizar de su ventana. Una cueva en los Andes

donde líderes de todo el hemisferio occidental

depositaron objetos para una era futura que está

teniendo lugar ahora mismo; nos habla de los objetos que vio

en la cueva, con los que regresó. Un montón de cosas

increíbles; pero hay espíritus en el carro con nosotros

mientras estamos llevando a este tipo al casino y por eso estoy poniendo

mucha atención a todo lo que dice. El tipo se baja

y la noche es cinematográfica, hiper-

real; todo arde de significado; mañana

vamos a la ceremonia y no alcanzo a imaginar

lo que van a decir los espíritus sobre todo

esto. Salgo del carro y estrecho su

mano, y le doy una copia de mi librito.

“Rezaré para que encuentres las cosas que estás 

buscando”, digo. “Nos vemos por ahí, hermano”.

~~~

** La lucha pan-indígena en Standing Rock (territorio Sioux) explotó en el año 2016 cuando el gobernador de Dakota del Norte, con el apoyo del gobierno federal de los Estados Unidos, firmó los permisos para que la compañía DAPL cruzara su oleoducto por los ríos Cannonball y Missouri y otros lugares ceremoniales sioux, sin consulta previa de la comunidad. Personas indígenas de todo el mundo, así como activistas, políticos y artistas aliados se hicieron presentes para defender el agua. Ver el episodio de “Hecho en América”. (Nota de los traductores).

100 años de recuerdos visionarios

Recuerdo que literalmente tambaleé

detrás del mostrador de mi gasolinería

y caí de rodillas después de haber

terminado Cien Años de Soledad 

de Gabriel García Márquez. Eran

casi las 4 a.m., mis clientes matutinos

estaban a punto de entrar.

La obra maestra me había asesinado, me había sacudido; 

así era cómo la grandeza y fuerza 

de la verdadera literatura se sentía. 10

años después todavía me encuentro

pensando en lo que pensé cuando

me levanté y simplemente me quedé

ahí mirando hacia la mística

Nebraska oscura: ahora todo lo que necesito

es escribir un libro indígena como

este, un libro que pueda cambiar el mundo,

y eso no debería ser demasiado difícil, ¿eh? 

Es factible, ¿no?

Myron

Ayudé a este anciano, Myron Longsoldier,

con el temazcal por 13 años; (***) desde los 22 hasta

los 35. Salía del trabajo a las 7 a.m., iba a la casa

y dormía por una hora, y luego manejaba 

hasta el temazcal e iniciaba el fuego. Aprendí de Myron

lo que era la humildad, una cualidad

del corazón que tenía textura, y era palpable, 

tangible. Myron creció hablando lakota,

había ido a prisión, era un ex alcohólico,

un bailador del sol, un líder en la comunidad.

Ya está retirado, necesita oxígeno, ya no puede

dirigir el temazcal. Cuando publico que

voy a ir a Tokio, él comenta que ojalá 

use el mejor traje tradicional que tenga

para que “acabe con ellos”, sea lo que sea que eso signifique. Una vez

en el temazcal, mientras él oraba sobre las primeras siete piedras,

vi todas sus oraciones saliendo de él,

como un gran humo en espiral saliendo de su

cara y su frente; energía animada 

elevándose. Pienso en él mientras miro los estantes

en una tarde tranquila de jueves, organizando y apilando las latas 

para que se vean bien. Pienso: 

“He conocido a gente como él. Que nunca 

los olvide por favor.”

~~~

*** Escogimos “temazcal” porque es un equivalente al sur de Abiayala del “sweatlodge”. Sin embargo, la traducción literal es “casa del sudor”. Con una arquitectura específica asociada a las trece lunas, las cuatro direcciones y los cuatro elementos, los pueblos originarios del norte hasta el día de hoy se reúnen en la oscuridad de esta casa ceremonial para orar con el vapor de piedra. (Nota de los traductores)

Mi libro del relámpago de Tokio

Me imagino escribiendo un libro sobre

todo lo que pasó en Tokio. Lo

ilustraré con dibujos de la ciudad,

las personas que conocí, los seres que vi, y todas

las imágenes crepitarán y brillarán. Cada

luna llena le crecerá pelo al libro y

te transportará a un único momento

durante el tiempo que lo desees; tú, Liv y la

Madre Selva que vino conmigo; bailando

con alegría para Nipsey; el romance de estar de pie

en un tren mientras tu pareja está al otro

lado del planeta. Abuelos-buena-onda

regalarán el libro en Halloween. Cuando las almas

atrevidas que deambulan por las cuevas emerjan de ellas,

encontrarán el libro misteriosamente en su persona. El libro correrá la voz

de cómo equiparse y prepararse para

participar en un trabajo ceremonial a gran escala

encaminado a la curación de

países, culturas y tiempo; con un

relato detallado de Fukushima, la Segunda Guerra Mundial,

y lo qué pasó con los más o menos 40 de nosotros

durante nuestro ritual. Es un libro de bolsillo,

como El Principito. Funcionará como

el regalo perfecto para subir de nivel entre amigos

que están en transición de ser amantes, aliados o compañeros

de por vida. Será código en Japón para

el que que viaje con la medicina

que los Dioses y las Diosas desean ver

florecer una vez más. Será un santuario para la

gente pequeña, el Otro Mundo. Y

cuando alguien lo lea por segunda vez

otra copia aparecerá en la espalda de un cisne

y justo antes de que el cisne se sumerja

un niño lo verá y sabrá que

de alguna manera tienen que salvarlo.

Más sobre Cliff Taylor

Sobre los traductores

Jocelyn Montalban nació en Ontario, Canadá, donde vive actualmente. Sus padres emigraron a Canadá desde la Ciudad de Guatemala en 1997.  En 2023, obtuvo la licenciatura en criminología de la Universidad de Lakehead (Ontario, Canadá). Actualmente está estudiando para obtener la maestría en Justicia Social. Su investigación se centra en cuestiones indígenas en Canadá. En su tiempo libre la encuentras viajando o yendo de excursión en las montañas. 

Juan Guillermo Sánchez Martínez nació en Bakatá/Bogotá, en los Andes colombianos. Coordina la antología y exhibición multilingüe en línea Siwar Mayu, un río de colibríes. Ha publicado los libros de poesía: Uranio (2023), Bejuco (2021), Salvia (2014), Río (2010), y Altamar, este último galardonado en 2016 con el Premio Nacional Universidad de Antioquia (Colombia). En 2019, co-editó junto con Fredy Roncalla el volumen Muyurina y el presente profundo (Pakarina/Hawansuyo). Actualmente coedita junto con Gloria E. Chacón y Lauren Beck el volumen Abiayalan Pluriverses. Bridging Indigenous Studies and Hispanic Studies (Amherst College, 2023). Es profesor asociado del Departamento de Estudios Indígenas de la Universidad de Lakehead (Thunder Bay, Canadá). 

Ponca Lunch Hour Poems © Cliff Taylor

Poemas ponca para la hora de almuerzo © Jocelyn Montalbán y Juan G. Sánchez Martínez

~ Siwar Mayu, Septiembre 2023


Wallmapu ñi tukulpazungu, mapuzungun witrapuratungey / Memorias del Wallmapu, se levanta el mapuzungun

© Piam contado por Cornelio Puelman en los años 1987 

© Introducción y traducción de Sandro Rivas Pichicura y Violeta Percia. 

© Fotos Violeta Percia

Si prefieres leer el PDF, haz click aquí

Piam se denominan las contadas que se pasan de generación en generación y que revelan episodios significativos de la trayectoria de la comunidad y del pueblo Mapuche. Muchos de los piam se sitúan en el tiempo histórico de la persecución y el genocidio que sufrieron las familias mapuche durante la mal llamada “Conquista del desierto” perpetrada por el Estado argentino, entre los años 1878 y 1885. Los piam son parte de una contra-historia y una contra-memoria respecto de la historia oficial sobre esa invasión y colonización del Puelmapu, tierra del este en el Wallmapu, territorio ancestral mapuche en la hoy denominada Patagonia argentina. 

Si bien hay estudios académicos y documentados que confirman el terrorismo de Estado, estas historias orales están grabadas, o van de generación en generación y reconstruyen ese período. Aquí ofrecemos uno de esos piam que estamos transcribiendo para la memoria y contra la desmemoria. Como lo oímos y nos lo cuentan, nosotros lo creemos, no necesitamos constatarlo porque sabemos que fue así y está en la memoria colectiva de nuestra gente.  

Aunque parezcan historias de un pasado remoto están presentes en las generaciones de hoy. Y se reviven en cada juntada, porque los signos de esa historia son parte de una violencia simbólica y efectiva que renueva todos los días la conquista. Por ejemplo, en la escuela primaria rural de Villa Llanquin hay un cráneo humano expuesto en una vitrina que hasta hace poco tenía además un cartel que decía “cabeza de un indio”. Por ejemplo, el ministro de guerra del Estado argentino, Julio Roca, que lideró esa invasión al Wallmapu, sigue siendo reivindicado por parte de la sociedad argentina: un lago, una ciudad de la Patagonia, una línea de trenes, muchísimas calles y parques llevan su nombre. Además hay varias estatuas ecuestres de Roca uniformado en todo el país, una de ellas en el centro cívico de la ciudad de Furilofche, siendo emblema del poder que se ejerce hoy contra el pueblo nación Mapuche en su propio territorio. 

El Piam que cuenta Cornelio Puelman se lo contó su abuelo. Su abuelo perteneció a la generación que vio el comienzo del fin de ese mundo ancestral, todavía libre y autónomo. Puelman pertenece a la generación de abuelos y abuelas, chachay ka pu papay, que partieron de este mundo alrededor de los años 2011. Las hijas e hijos, sobrinos y sobrinas de la generación de Puelman son padres y abuelos, madres y abuelas de las generaciones que están hoy revitalizando lingüísticamente el territorio y la memoria, y volviendo a hablar el mapuzungun, idioma que sufrió también una política de silenciamientos y prohibiciones durante gran parte de la historia argentina. 

El relato que nos cuenta Cornelio Puelman no es una historia aislada. Historias como estas se han escuchado en muchos otros lugares, como entre los Rankülche en la Provincia de Buenos Aires, o en las zonas Pewenches y en otra regiones del Wallmapu, donde la gente testimoniaba los mismos episodios. 

Estos relatos se cuentan en mapuzungun con una partícula gramatical que es “em” o “yem”, que generalmente se utiliza para contar algo que es antiguo o que ya no está, pero también lleva una connotación de tristeza y nostalgia por el mundo que se ha ido. Es parte de la filosofía mapuche hablar de los kuifike che yem, porque el pensamiento mapuche siempre se está preguntando hacia atrás qué hubieran hecho los antiguos en la situación del presente. Es una manera también de que sigan hablando, de que ese mundo vuelva y el círculo se cierre. Por esa razón rescatar estos piam es importante.

PUELMAN CORNELIO ÑI NGÜTRAN (Versión en español abajo)

Feychi zungu ta mülele faw mu, fey mu ta müley ta tufa zungu. Fechi zugu ta mülele, inche ta laku zuam ta ngülam ta tufi. Ngey mapu em ta tufa mo, inchiñ ta kupay ta winka chew weshake kuzaw ta kupay. Müley ta kulliñ. Inche ta mülen…, inche ta ngen mapu, fey entuy taiñ paisano em. Inche ta nielay ta fey paisano em. Inche ta feychi zungu, ta niey ta tio em. Kupaygün kupay winga inche nga entunge mapu pi em,  entunge mapu.

Fey miawngey mapu em, pia em, winka. Tüfa mari kiñe tripantu nien, mari küla tripantu, miawunge mapuzuam. Entuy mapun tiewtüfa kangelu mapu tati.

Consejalu ka winka entungeiñ mapu em. Ka winka mapuche tiew mülele, küme rüpü tüfaw pülle, inche feychi kampu, inche ta rangi pingey mu, tüfaw mu ta entungen, piam . Fey mo ta inche ta em.

Amuen tüfy ta tüfachi tüken ta tüfy, ta tüfachi mapu, fewla tañi mapu nien. Tükulen fewla ngülam müten kampu ta tafy, anay. Femgechi ta conseja ñi ta che, fey ta consejo feyta küme amuy ka. Consejaniele che inchiñ taiñ paisano em. Kiñe ta ka pülle amuy ka anüy ta kay müley pu che. Fey mu ta inchiñ ta winka ta kiñer, pim, pülle ta winka. Kom fey mincheawchi amuley, fey mu ta winka awüwün ta kelluy ta tüfey.

Así es.. unos con otros los winka no se tratan de joder. El paisano trata de joder al que está bien, trata de joderlo. El winka no, el winka se ayudan unos con otros, al jodido lo ayuda, por eso levanta, y nosotros no. 

Felelay pues… felelay, felelay.  

Inchiñ müley ta tüfey. Ilkungey feyta müley ta che ta tüfey. Feychi wule ta trawayu kom ta kiñelzungu pülle kom fey pülle. No, trawayu inche kupalan, inche amulan, well weza zomo, tiew weza ka mo ngelay ko ka tiew nielu lelfun mew. Fey mu ta tripalay fey. Kiñelzungu ta pilen, fey kiñelzungu, ¡ta müley fey! –¿Amuay pülle? –¿Amuayu? –¡Amuaiñ! 

Fütra kuifi ta müley pichi paw llazkünun ta tüfi. Fey mu ta tripalay ti pu che. Inchiñ taiñ mapuche ngeiñ ta tüfa. Kom ta feychi kiñelzungun ta nielay. Kiñe ta kay zungunge kangentuy ta ka zungu ka rakizuam müley. Fey mu ta inchiñ küme kuzawlaiñ. Küme kuzawlaiñ.

Kufikeche…

Kuifikeche müna malleo, kelluy, kelluwiñ; fotüm, ñawe, malle kiñelzungu, pi. Itrokom feley ta tüfy. 

[…] Antiguamente estaban todos unidos, todos unido. ¿No ve? Hoy estábamos conversando cuando yo tuve conocimiento tendría unos 10 años, 11. 

Pütuiñ may, ngolliiñ, zunguiñ. Peleao, peleao may tati peleolaiñ tati. Küme nguntrankaygün, tayültuku faw, tayültuygün, ngollygün, ulkantuygün, paylanaygün, pero weza zungulay. Fewla, kiñentuku pichikeche, pichikeche wüneltun me quieren pelear. Fey winkangefuy ta tüfey. Eso ha sido antes así.

Kuifikeche müley inche ñi fütra laku em nomen nga cruzafiy, rumen nga trentrenün zafiy, pi. Chew wefürpun pun gelle fulle, epu gelle fulle. Tripay nga lewfun mo nga amuaygün kiñe ngillañ engu. Kintuy nga chew müley rume nentuy sale fey mu tüfay müley pi, fey mu akufuy ñi puwükey.

Inche nga pikey ñi fütra laku em. Puwi nga winka nga inawlfiy katan ñi kawell pi, mollfunkawell mu nga bebiiñ. Müley nga la kulliñtufuy iloentufiy fey ñi fütra laku em zomo nga kütrangeiñ, fütra nga kütrangeiñ laku em tañi kushe laku em. Femgechi nga rupay pikey fütrakeche. Fewla nga ngtrumka mu ngelelle nge che koilaniefige “inche pelafi koila tati”, pingen tati. Así fuy.

Yo digo así fu. Son mentiras, dicen, yo no lo he visto. Pero uno que ha conversado está como un libro abierto, mi hijo. Clarooo… eso contaban los antiguos, que sufrían tanto, comían caballo muerto, punzaban su caballo. Si iban diez personas, diez kawell punzan, y si no, no alcanza la sangre. Mollfüñ kawell para matar el hambre. Si estaban sin comer, ellos, van dos, tres días, si no matan ningún bicho tienen que punzar el caballo. Punzan al lado de la vena. Si lo punzan del guargüero por lo menos cuatro litros de sangre sale. Ahí van tomando en jarro, sal y sangre, sal y sangre.

Pasaban tanto hambre porque tenían que andar disparando. Disparaban cuando vino este… ¿Cómo es que se llamaba el que vino a acaparar el país acá? ¿Los españoles? ¿Colón…? ¿Cristóbal Colón no es? …No, Roca, cuando vino ese.

Ka müna weshaley winka.

Una vuelta creo que kuifikeche piam müleygün, müley ta wütan, wütan ta müley. Amuaiñ fey mu winka nga müley fey mu, inche nga lay nga ñi pu che, pi. Nga kasike amuaiñ nga ñi kasike kechu mari …kechu pataka …kechu waranka wentru, piafi em. Kechu waranka wentru, piam,langümeymu, piam. 

Tranawüftuy nagtuy, nagüntun, nagentual. ¿Chumafungechi? Trafyeymu lanza mu trawil mu.  ¿Chumafuy? Traka mu müley tralkatuy. Kechu waranka piam lay.

Cinco mil personas le mataron al cacique. Murieron. Dicen que le dijeron un wütan, wütan, antes de ir hubo un wütan. Y wütan es cuando le late un brazo o le late donde quiera, y le va ir mal, no, no vaya. No, voy ir nomas. Voy a atropellar a los winka, decía. ¿Que van a hacer con los Remington de los winka? Los agarraron en fila, así los mataron. Caían como pajaritos. ¿Y las lanzas y las trawilche, qué van a hacer los paisanos? Cinco mil mataron, dicen, volvió con mil. Seis mil personas, creo que atropellaron. ¿Qué va a hacer con el winka?

Wütan mu piam mu. Müley ta müley ta zugun wentru zomo fey zugunge. ¿Chumngechi amuan ta tüfa? ¿Küme amuan ka weza amuan? Weza amuaiñ, pita, weza wütan. Weza amuaiñ. No, amuan müten. La wütantufe le había dicho, la adivina ya le ha dicho que le va a ir mal. ¿Y usted cómo sabe?, dice el lonko. Venían por él. Si yo tengo un wütan, zugun wütan, zungulu wütan ¿küpaley winka? Küpaley. Wütan ta tüfy, küpay nga tiew. ¿Chew küpaley winka? ¿Küpay winka? Küpaley ta winka ta tüfa. 

¿Mirador pürayaiñ? May, püray mirador. Püraaiñ mirador piam. Resultó ser un mirador, para el sur. Püray nga, piaeymu. Küpaley winka püralu winka tüfa mu imulüy kümey kura kay lamngümaiñ winka. 

Küpay, piam mu. Küpaley, piam mu. Küpaley, piam mu, pu winka. Küpaley winka. Itrokom kelü rangiñ, kelü rangiñ. Tiew faw küpaley tati. Püraley ñi kiñelke pu che, los matan. Kansau pi ta winka, müna kansau. Katripel, katripeliel lanza mu, winka piwke lanza mu. Püraiñ. Rupay winka. Rupalu winka, si disparalew kawellun wiñotuy. Volvieron para atrás otra vez, en el mirador.

Antiguamente, eh, cuando andaban disparando de la expedición, subieron para el cerro y dice que si llegan a subir vamos a hacer rodar una piedra desde allá arriba. Van a pasar, llevando caballos, gente, y cuántos. Püraley winka, püraley antü. Pülle nga ta antü ta purraygün lamgümfiy. 

Si llega la hora suben. Todos no van morir, algunos dos, tres pueden subir allá, los matan a esa gente, van a salir disparando. Püra antüley che. Chumgechi nge montuy. Montuy. Feychi zapiley. 

LA NARRACIÓN DE CORNELIO PUELMAN 

Si tuviéramos que hablar de este asunto que se trata acá. Si tuviéramos que hablar de este tema, este consejo me daba mi abuelo a mí. Éramos dueños de esta tierra antes, pero donde llegó el winka trajo malos trabajos. Antes había animales. Y estando acá…, y siendo de esta tierra, ellos se la sacaron a los antiguos paisanos. Esas cosas no pasaban entre nosotros, los mapuche. Esto me contó mi finadito tío. Ellos llegaron, los winka, siendo nosotros de acá nos sacaron la tierra –dicen– así nos quitaron el territorio.

Ellos trataban de conseguir tierra, los winka, decían los antiguos. Yo tenía once años, tenía trece, ellos andaban con la intención de hacerse con tierras. Nos sacaron nuestros derechos de aquella tierra y de otras tierras también.

El winka tenía consejo de sacarnos la antigua gran tierra. También el winka, a aquellos mapuche que habían estado en ese buen camino que hay acá, ese campo del medio que le dicen, ahí también se lo sacaron, dicen. Entonces me acuerdo de esos recuerdos tristes. 

Cuando recién llegué a esta tierra que estoy ahora, sembré esto. Ahora tengo esta tierra. Este consejo del campo nomás tengo: sembrar, amigo. De esta manera se aconsejaba a la gente, así va a seguir estando bien con este consejo. Los antiguos paisanos de esa manera nos aconsejaban a nosotros. Unos y otros fueron y se asentaron cerca y ahí estaba toda la gente. Entonces nosotros y los winka empezamos a estar juntos, cerca de los winka, se dice. Todos ellos iban uno encima del otro, entonces si un winka está perjudicado por sí mismo o por otros, se ayudan, eso hacen. 

Así es… unos con otros los winka no se tratan de joder. El paisano trata de joder al que está bien, trata de joderlo. El winka no, los winka se ayudan unos con otros, al jodido lo ayudan, por eso levanta, y nosotros no. No está bien eso pues… No está bien, no está nada bien.

Nosotros vivimos así. Hay gente que se enoja, gente que es así. Si alguien dice: 

–“Mañana nos juntamos a tratar todos juntos el mismo asunto unidos unos con otros”. 

–“No, a encontrarnos yo no voy a llegar, yo no voy a ir, …de repente está mal mi mujer, el que tiene el campo allá sigue mal, no tiene agua”. 

Por eso no sale el asunto. Yo quisiera que saquemos el asunto entre todos juntos unidos. Si alguien dice –“¿Vamos allá?”. Todos, digan:  –“¡Vamos!, ¡Vayamos!”. 

Más antiguamente estaban un poco atrás de apesadumbrarse por estas cosas. Ahora no sale esta gente. Nosotros somos mapuche acá. Un asunto que hagamos todos juntos unidos no tenemos. Cuando hay un asunto ya no es como antes ese asunto, ahora es distinta la cosa, es otro pensamiento. Entonces nosotros no hacemos buen trabajo, no trabajamos bien.

Los antiguos. Los mayores, la gente antes, primos, tíos, se ayudaban, nos ayudábamos mutuamente. Los hijos, las hijas, mi tío, andaban todos juntos como si fueran uno, dicen. Completamente todos, es así eso.

Sí, por eso. Porque antes, yo tenía cuarenta años, y todavía el finado de mi padre nos mandaba como a criaturas. “¡Haga esto!”, decía, y yo lo hacía. No era mi padre, era mi tío. Y ahora un hijo tiene quince años, ¿qué hace? Si quiere hace, si quiere no hace nada. ¿Y así cuándo van a seguir las cosas bien, mi amigo? Es por eso que la cosa anda mal. 

[…] Antiguamente estaban todos unidos, todos unidos. ¿No ve? Lo que decíamos recién, cuando yo tuve conocimiento que tendría 10 años, 11 años. Antes tomábamos, sí, nos emborrachábamos, hablábamos. Pelear, pelarnos no, no nos peleábamos. Se conversaba bien, acá se sacaba el tayül, se hacía tayül, se tomaba juntos, nos tirábamos a romancear, a descansar.1 Pero no había problemas. Ahora los chicos toman tragos y lo primero que quieren hacer es pelear. Eso es de los winka. Así ha sido antes.

1 El tayül es un canto ceremonial y sagrado, cada elemento de la naturaleza tiene un canto sagrado, el lago, el río, la lluvia; las personas también tienen un tayül. Las romanceadas son cantos espontáneos que van relatando o narrando situaciones cotidianas y se cantan como una manera de compartir y divertirse. A veces se hacen contrapuntos entre romanceadores. Hay muchísimas clases de cantos que se romancean para situaciones muy diversas.  
[Puelman cuenta ahora cómo fue la ocupación violenta del territorio y el acecho y persecución de las familias durante la invasión del Wallmapu. Va a narrar también historias que ha escuchado de sus abuelos.]

A mi gran abuelo lo cruzó al otro lado del río, con lo justo lo alcanzó a curar, dicen los antiguos. Aunque era de noche, por más que fueran dos, pasaron al otro lado.2 Salieron del río, se fueron el cuñado y él juntos. Buscaron salir en cualquier parte, entonces es por acá, dijeron; por eso llegaron hasta allá. 

2 Para la visión mapuche los ríos no deben cruzarse de noche. La situación de persecución que se describe es tan desesperante que los obliga a transgredir esa norma. 

Así contó mi finado abuelo. Después llegó allá el winka. Cuando estaban siendo perseguidos, punzaron al caballo, contaron. Encontraban animales muertos y se comían la carne, mi abuelo y su mujer estas cosas sufrían. Muchos tormentos pasaron mi finado abuelo y mi finada abuela paterna. De esa manera pasaron, cuentan los mayores. Así me contaron que pasaron los mayores. Ahora aunque yo lo cuente, la gente dice que estoy mintiendo: “Yo no lo vi, es mentira”, me dicen. Pero así fue.

Yo lo cuento y me dicen, “Son mentiras, yo no lo he visto”. Pero uno que ha conversado es como un libro abierto, mi hijo. Eso contaban los antiguos, que sufrían tanto, comían caballo muerto, punzaban su caballo. Si iban diez personas, diez caballos punzaban, si no, no alcanzaba la sangre. Tomaban sangre de caballo para matar el hambre. Si estaban sin comer ya dos, tres días, y no mataban ningún bicho, tenían que punzar el caballo. Se punza del lado de la vena. Si lo punzan del guargüero, por lo menos cuatro litros de sangre salen. Ahí van tomando en jarro: sal y sangre, sal y sangre.

Pasaban tanto hambre porque tenían que andar disparando. Tenían que salir escapando cuando vino … ¿cómo es que se llamaba el que vino a acaparar el país mapuche acá? ¿Los españoles? ¿Colón… Cristóbal Colón era? … No, Roca. Sí…, muy malo era el winka.

Una vuelta creo que los mayores, dicen, que tuvieron un presentimiento, hubo un wütan, cuando late alguna parte del músculo.3

3 El wütan es el latido de un músculo que se interpreta como un pálpito, una señal. Tener un latido en el lado izquierdo del cuerpo vale de mal presagio.

“Vamos a ir entonces porque están los winka, que mataron a mi gente”, dijo el lonko. 

“Vamos a ir”, dijo el cacique, “con 50… 500… 5000 hombres”, dijo el gran lonko. 

5000 hombres dicen que le mataron.

Uno tras otro los tiraban en fila, los bajaban y los tiraban abajo, cuesta abajo. ¿Qué íbamos a hacer nosotros? Les salieron al encuentro con lanzas y trawil.4 ¿Qué iban a hacer? Los winka tenían armas y disparaban. 5000 dicen que murieron. Cinco mil personas le mataron al lonko, se dice. 

4 El trawil es una boleadora con una sola piedra con una ranura en el medio donde se ata un tendón de ñandú o choyke.

Dicen que le dijeron un pálpito, que tuvo un wütan antes de ir. Y el wütan es cuando le late un brazo o le late donde quiera, y anuncia que le va a ir mal, que no vaya. 

“No…, voy a ir nomás”, dicen que dijo el lonko. “Voy a atropellar a los winka”, decía. 

¿Pero qué iban a hacer contra los Remington de los winka? Los agarraron en fila, así los mataron. Caían como pajaritos. ¿Y con lanzas y trawilche qué iban a hacer los paisanos? Cinco mil mataron, dicen. Volvió con mil. Seis mil personas, creo que atropellaron. ¿Qué podían a hacer contra el winka?

Un presentimiento dicen que tuvo. Esas novedades trajo entre los hombres y las mujeres, ese asunto se habló. –“¿Qué hacemos con esto? ¿Nos va a ir bien o nos va a ir mal?”. –“Nos va a ir mal –le dicen. Es un mal presentimiento. Nos va a ir mal”. –“No, voy a ir igual”, dijo. La wütantufe le había dicho, la que interpretó la señal, ya le había dicho que le iba a ir mal. –“¿Y usted cómo sabe?”, dicen que dijo el lonko. Que venían por él, le dijo. –“Si yo tengo un presentimiento, ¿el presentimiento que tengo, lo que habla el latido es que está viniendo el winka?”. –“Sí, está viniendo. Este presentimiento es que allá está llegando”. –“¿Dónde está llegando? ¿Está llegando?”. –“Sí, acá está llegando”, le dijo.  

[En otra persecución que sufrieron las familias Mapuche en la estepa cuentan que dijeron] –“¿Vamos a subir al mirador?” 

–“Sí, subamos al mirador”. –“¡Vamos a subir!”, dicen que dijeron. 

Resultó ser un mirador, para el sur. 

–“¡Suban!”, dijeron. “Cuando estén llegando y estén subiendo los winka vamos a hacer rodar una buena piedra, así vamos a matar a los winka.” 

[Canta:] “Vienen, dicen que decían. /Están llegando, dicen./ Están llegando los winka, iban diciendo. /Viene el Winka”

La mitad todos completamente rojos. ¡Por allá vienen! Subieron. A alguna gente, a los que suban, los matan. Dicen que estaban cansados los winka, muy cansados. Con las lanzas les tiraron al cuello, y al corazón. A los winka que subieron les pasó esto. Cuando los winka pasaron, tuvieron que salir corriendo, cabalgando se regresaron. Volvieron para atrás otra vez, en el mirador. 

Antiguamente cuando andaban huyendo de la expedición, subieron para el cerro. Y si llegan a subir vamos a hacer rodar una buena piedra desde allá arriba, dicen que dijeron. Van a pasar llevando caballos, gente, de todo. Y si sube el winka, le llega su hora. Si llega el día en que suben, los matan. 

Si al llegar al mirador suben, todos no van morir, algunos, los que suban. Dos, tres, puede ser que lleguen a subir allá, a esos los matan, a esa gente la matan, les van disparando. En esa hora fue así como se salvó la gente mapuche. Así se liberaron. De esa manera se cuidaron.

MÁS SOBRE EL NARRADOR Y LOS COMPILADORES 

Cornelio Puelman es hermano de Teodora Puelman. Su madre fue machi, es decir médica tradicional mapuche. Vivió en la zona de Fütra waw, fütra lelfun mew, en zona rural situada en la estepa, en las cercanías de Comayo, Puelmapu, hoy Provincia de Río Negro, en la llamada Patagonia Argentina. Pertenece a la generación de los abuelos y abuelas que partieron en la década de los 2000. Muchos de sus sobrinos nietos y sus descendientes siguen viviendo en esa zona que se conoce como Línea Sur; están autoafirmándose en su identidad mapuche después de años de políticas de avergonzamiento, y recuperando asimismo el mapuzungun. 

Sandro Rivas Pichicura nació en Furilofche, Nawel wapi lafken mapu mew, en Puelmapu, conocida en español como Bariloche, en la Provincia de Río Negro, en la Patagonia Argentina. Su papá nació en Fütra ruiñ, Cabestro quemado; su mamá, en Pilawe, ambos parajes situados en la zona rural de la gran estepa de la llamada Línea Sur. Integró distintas organizaciones mapuche y es activista por la revitalización del mapuzugun. Enseña mapuzungun en la Escuela Secundaria y trabaja en diferentes espacios de revitalización lingüística. Ha trabajado como comunicador radial y participado en diversas actividades culturales, entre ellas formó parte del equipo que realizó los microdocumentales Mapuzungun. El habla de la Tierra.

Violeta Percia nació en Buenos Aires, vive actualmente en Nawel wapi lafken mapu mew. Es poeta, realizadora audiovisual e investigadora. Trabaja como profesora en la Carrera de Letras y en la Maestría de Literaturas Extranjeras y Literaturas Comparadas en la Universidad de Buenas Aires. Estudió cine en la Maestría de Cine Alternativo de la EICTV, en Cuba. Tradujo y prologó Soy una maldita salvaje, de la escritora innu An Antane Kapesh (2023); Ideorrealidades. Poemas y papeles dispersos de la obra futura de Saint-Pol-Roux (2013); y El narcisismo del arte contemporáneo de A. Troyas y V. Arrault (2020). Publicó en poesía los libros Clínica enferma (Buenos Aires, 2003) y Poesía del Tanti Rao (México DF, 2019); y la novela Como nubes (Córdoba, 2021). 

Memorias del Wallmapu, se levanta el mapuzungun © Piam contado por Cornelio Puelman en los años 1987

© Introducción y traducción Sandro Rivas Pichicura y Violeta Percia.

© Fotos Violeta Percia ~


Siwar Mayu, Septiembre 2023

indinawemaaganidog / todas mis relaciones

“indinawemaaganidog / all of my relatives” from Islands of Decolonial Love. Copyright © Leanne Betasamosake Simpson, 2013. [ARP Books, Winnipeg]

“indinawemaaganidog / todas mis relaciones” © Sophie M. Lavoie

Si prefieres leer el PDF, haz CLICK AQUÍ

De la contraportada del libro:

“Los personajes amorosamente dibujados por Leanne Betasamosake Simpson trabajan duro para preservar su inocencia en un mundo donde la ironía y el cinismo serían más fáciles. Pasan mucho tiempo viajando: en tierra, en el agua, a través del espacio y el tiempo, en automóviles, camiones, barcos pesqueros, canoas y en su propia mente; en bares, bosques, reservas, anillos de curling, cocinas, lagos y autopistas. Estos viajes exquisitamente representados se convierten en símbolos de nuestro deseo de comprender y nunca dejar de aprender, sin importar el costo. Hay angustia aquí, pero también momentos de gracia fugaz y un humor seco que promete mantenernos a salvo”.

–Úrsula Pflug

indinawemaaganidog / todas mis relaciones

estoy de pie en el muelle de cap saint louis divagando, cuando un tipo que nunca he visto aparece. debo decirles que no es mi costumbre hablar con gente si no es absolutamente necesario, lo que es un poco moralista y probablemente me hace daño y sí, pierdo muchas posibilidades, pero al mismo tiempo la gente tramposa de vez en cuando logra penetrar mi perímetro aural. todo termina bien al final. a veces.

entonces etienne llega y me dice hola en francés y obviamente él sabe que yo no tendría que estar allí entonces yo desconfío de sus motivos. le digo que quiero ver la colonia de focas aunque eso no es lo que quiero ni es lo que estoy buscando. me dice inmediatamente que me lleva. le pregunto cuánto costaría. me dice que gratis.

bueno.

nada en la vida es gratis. las mejores cosas de la vida son gratis. nadie te da nada sin pedir algo a cambio.

bajamos al muelle y me extiende la mano para que baje a la cubierta del barco. claro, le digo que no porque necesitamos aclarar las cosas de una vez y esta es una de las cosas y desciendo por mí misma sobre una torre de contenedores de plástico rotos.

pone en marcha el motor y estoy en la parte trasera con el equipo de pesca entonces no podemos hablar. hay sol y hay viento y está perfecto y mientras nos alejamos de la costa yo pienso en dexter (el programa de tele) y en todos los escenarios posibles.

interrumpe mis pensamientos, ofreciéndome un té frío coors light y lo tomo sin pensarlo aunque son solamente las diez y media de la mañana y coors light siempre es desagradable. de repente estamos en el atlántico, a una milla de la costa.

pasamos al lado de un kayakista y la canción kumbaya me suena en la cabeza y me levanto y lo saludo de la mano como una persona contenta para que se acuerde de mí cuando la policía lo cuestione luego.

faltan pocos minutos para llegar a las focas que están congregadas en un banco de arena para poder cazar los peces que se mueven en el río con las grandes mareas. nos acercamos y salen en estampida hacia el mar recordándome perros y ovejas y bisontes  y etienne me pregunta si quiero ir más lejos.

con el mismo descuido del té frío coors light, digo que sí y él me dice que conoce un lugar donde hay un banco de jureles. podríamos pescar porque anoche él estuvo allí y atrapó mil libras solamente con un anzuelo. decido que él es mi’kmaq porque podría serlo y aunque eso probablemente no significa nada me hace sentirme más segura. 

en camino hacia los jureles, etienne me cuenta cómo el gobierno federal echó a su familia del parque y le pagó trescientos cincuenta dólares por la tierra en el año 1968 y luego arrasaron la casa. le digo a etienne que sé lo que es eso pero dudo que me crea porque él piensa que soy de Toronto y soy rica y criticona y hablo mierda porque eso es lo que la gente cree cuando pronuncias la palabra “ontario.”

etienne saca el equipo de pesca y en dos minutos sabemos que estamos encima del banco porque estamos pescando jureles fácilmente. me observa mientras manipulo el anzuelo y tiro los pescados en la cesta, y ahí es cuando le muestro quién soy. hay sol y hay viento y está perfecto y los brazos del día están bien abiertos y nadie tiene prisa para ir a ningún sitio. Veo un alcatraz y me gustan los alcatraces porque pueden desconectarse las alas justo antes de caer en picada en el mar para coger un pez. ¡imagínense desconectar una parte del cuerpo! el alcatraz nada hacia el barco porque husmea la sangre de pescado y etienne le da un pescado al alcatraz y dice “el pájaro es mi familia, todo esto, los peces, las focas, el agua – esto es mi familia,” y ahí es cuando me muestra quién es.

ahora nuestras miradas se cruzan porque él ha captado mi atención. me dirijo hacia él y le doy un abrazo y él es ese tipo de persona que puede dar y recibir un abrazo de verdad y yo no soy de ese tipo de persona porque mi sistema de alarma resuena cuando la gente me toca y me congelo y me apago. esta vez eso no pasa. decido darle un beso y es perfecto y fácil y nos besamos sin torpeza pero con un principio bien definido y un final bien claro. luego me lleva de vuelta a la costa mientras yo limpio los pescados en la parte trasera del barco usando su cuchillo espantosamente afilado, dándole las tripas a las gaviotas y los alcatraces. me deja en el muelle. nos damos las gracias. nos decimos adiós y yo presto atención a cada paso, en vez de mirar hacia atrás. 

~~~

Mira aquí a la propia autora interpretando “Islands of Decolonial Love”

Más sobre Leanne Betasamosake Simpson y su obra

Leanne Betasamosake Simpson es una renombrada escritora, artista y académica Michi Saagiig Nishnaabeg (anishinaabe de Missassauga, ON), quien ha sido ampliamente reconocida como una de las voces indígenas más convincentes de su generación. Su trabajo abre las intersecciones entre la política, la historia y la canción, llevando al público a un mundo rico de sonido, luz y creatividad propios.

Sobre la traductora

Sophie M. Lavoie es profesora del Departamento de Cultura y Estudios Mediáticos de la Universidad de Nuevo Brunswick en Fredericton, Canadá, que es el territorio nunca rendido de los Wolastoqiyik, o malecitas. Enseña clases de lengua, literatura, cine y cultura. Ha publicado artículos académicos sobre literatura de mujeres centroamericanas y latinocanadienses, entre otros temas, en francés, inglés y en español en varias revistas. Fue cotraductora con Hugh Hazelton de El laberinto vertical de la poeta argentina Nela Rio hacia el inglés, del libro de poesía Nous sommes les reveurs de la poeta mi’kmaq Rita Joe hacia el francés y de Un parcours bispirituel, la traducción al francés de la autobiografía de Ma-Nee Chacaby, una indígena biespiritual cree y ojibwe que salió en 2019. Forma parte del consejo editorial de la revista Candela Review y directora del equipo del Registro Creativo de la Asociación Canadiense de Hispanistas.

“Indinawemaaganidog / all of my relatives” from Islands of Decolonial Love. © Leanne Betasamosake Simpson, 2013. [ARP Books, Winnipeg]

~ Siwar Mayu, July 2023

Traducción del inglés © Sophie M. Lavoie

Un amanecer americano. Joy Harjo

An American Sunrise © Joy Harjo. W.W Norton & Company, 2018 

Un amanecer americano © Traducción de Andrea Echeverría, 2023

Introducción y selección © Juan G. Sánchez Martínez

Si prefieres leer el PDF, haz CLICK AQUÍ

En An American Sunrise (“Un amanecer americano”) Joy Harjo incluye entre poemas una serie de interludios históricos y familiares que hacen referencia a la década de 1830 y la Ley de Expulsión (Removal Act). Es el momento de los desplazamientos forzados de las comunidades ancestrales del suroriente de los Estados Unidos, como los mvskoke, choctaw, chickasaw, y cheroqui. En estos interludios aprendemos que el tatarabuelo de Harjo, Monahwee (Menawa), fue uno de los caciques de los Bastones Rojos (“Red Stick Chiefs”), quien vivía en la rivera del río Tallapoosa, muy cerca de la frontera entre lo que hoy llamamos Alabama y Georgia, y quien después de liderar la guerra contra el General Andrew Jackson, tuvo que emigrar con su familia con el destacamento 3, atravesar el gran río Mississippi, y reestablecer su vida en lo que se llama hoy Oklahoma. Escoltados por el ejército como si fueran criminales, miles de personas indígenas perdieron su vida en las diversas rutas de esta migración forzada. Harjo cuenta: “They left about noon on September 17, 1836.” (46). La hora exacta recrea la tristeza del instante. 

Y sin embargo, este desplazamiento no desdibuja la conexión con el territorio ancestral; al contrario, estos poemas re-territorializan la memoria. Las brasas ceremoniales, por ejemplo, tuvieron que ser cargadas por meses hasta el territorio donde las comunidades desplazadas habrían de asentarse. Por eso, en poemas como “For Earth’s Grandsons” (“Para los nietos de la tierra”) y “Road” (“Camino”), el camino no es solamente el del exilio, sino el de la esperanza de las abuelas y los abuelos que no permitieron que ese fuego se apagara ni que las canciones de origen se extinguieran. En palabras de Harjo: “Nuestro conocimiento se basa en las historias de origen de la tierra, la genealogía y los antepasados. Si conoces las ramas del árbol de la relación entre los clanes tribales y los miembros de la familia, entonces sabes quién eres, dijo la pantera a sus cachorros”. (“Our knowledge is based on the origin stories of land, genealogy and ancestors. If you know the branches of the tree of relationship between tribal clans and family members, then you know who you are, said the panther to its cubs.”) (2021, 55) Como en este consejo de la pantera a sus cachorros, “el amanecer americano” se anuncia en la certeza de que somos la tierra y nuestras genealogías. En este amanecer, Abiayala/América literalmente es un solo cuerpo. La poesía de Harjo es, en este sentido, un mapa para la memoria, un puente para recordar con el territorio.

BENDICE ESTA TIERRA

Bendice esta tierra desde la parte superior de su cabeza hasta la parte inferior de sus pies.

De la vieja cabeza blanca del ártico a los pies marrones de la lluvia tropical

Bendice los ojos de esta tierra, porque son testigos de la crueldad y la bondad en esta tierra.

Desde la luz del amanecer en posición vertical hasta caer de rodillas en la noche

Bendice los oídos de esta tierra, porque oyen los lamentos  de dolor y los gritos de celebración en esta tierra.

Una vez no escuchamos ningún disparo en estas tierras; los árboles y las piedras se podían escuchar cantando

Bendice la boca, los labios y el discurso de esta tierra, porque la tierra es una oradora, una cantora, una guardiana de todo lo que sucede aquí, en esta tierra.

Bosques luminosos, océanos y acantilados rocosos vendidos por la basura ávara del oro, del uranio o la fiebre del petróleo, pero hay nuevas historias por hacer, pequeñas historias que se avecinan por el horizonte.

Bendice los brazos y las manos de esta tierra, porque ellos rehacen y restauran la belleza en esta tierra

El canto nos mantuvo en el círculo alrededor de estas tierras, y los que conocen nos recordaron que ninguno está por encima del otro, ningún ser humano por encima del pájaro, ningún pájaro por encima del insecto, ningún viento por encima de la hierba.

Bendice el corazón de esta tierra de rodillas sembrando alimento bajo el círculo eterno del respirar, nadar y caminar en esta tierra

El corazón es un creador de poesía. Hay un solo corazón, dijo el creador de poesía, un solo cuerpo y todos los poemas forman un solo poema y no usamos palabras para hacer la guerra en esta tierra.

Bendice el laberinto de las entrañas  de esta tierra, porque es el centro del misterio en esta tierra.

Bendice la feminidad y la masculinidad de esta tierra, porque cada uno tiene el poder fluido de convertirse en esta tierra.

Cuando se decidió estar de esta manera aquí en este lugar, en esta tierra, todos los pájaros hicieron un alboroto de plumas desde los dominios del cielo índigo.

Bendice las dos piernas y los dos pies de esta tierra, porque lo sagrado siempre camina junto a lo profano en esta tierra

Estas palabras recorren la columna vertebral de esta tierra, masajeando el tejido alrededor del cordón de la vida, que es el árbol de la vida, sobre el cual se levanta esta tierra.

Bendice la destrucción de esta tierra, porque brotarán nuevos retoños del fuego, de las inundaciones, de los terremotos y de los fuertes vientos para renovar esta tierra.

Somos tierra sobre el caparazón de la tortuga—cuando el peso de la codicia nos derriba, ¿quién recordará el canto erguido de esta tierra?

Bendice la creación de tierra nueva, porque del caos nos veremos obligados a recordar bendecir esta tierra.

El más pequeño recordado, el más humilde, aquel cuya voz tendrías que esforzarte mil años para escuchar–allí comenzaremos.

Bendícenos, estas tierras, dijo el que recordaba. Estas tierras no son nuestras tierras. Estas tierras no son tus tierras. Nosotros somos esta tierra.

Y la bendición comenzó un armonioso movimiento a través de la hierba del tiempo, desde el principio, hasta el lugar del tiempo que da vueltas, siempre moviéndose, siempre

“Prólogo”

El 28 de mayo de 1830, el presidente Andrew Jackson ilegalmente firmó la Ley de Expulsión de Indios para desplazar forzadamente de sus territorios ancestrales hacia el Oeste a los pueblos nativos del sureste. Fuimos acorralados con lo que pudimos llevar. Nos vimos obligados a dejar atrás casas, imprentas, tiendas, ganado, escuelas, pianos, terrenos ceremoniales, pueblos tribales, iglesias. Fuimos testigos de los inmigrantes entrando a nuestras casas con sus armas, Biblias, enseres domésticos y familiares, tomando lo que había sido nuestro, mientras éramos rodeados por soldados y ahuyentados como ganado a punta de pistola.

Hubo muchos caminos de lágrimas de naciones tribales por todo América del Norte, de los pueblos indígenas que fueron  expulsados de sus lugares de origen por las autoridades gubernamentales.

Los pueblos indígenas que se abren paso desde el hemisferio sur son una continuación del Camino de Lágrimas.

Que todos encontremos el camino a casa.

INDICACIONES HACIA TÍ

     Rainy Dawn Ortiz

     Síguelas, detente, date la vuelta.

     Ve por el otro lado.

     Izquierda, derecha,

     Mío, tuyo.

     Nos perdimos,

     Inestables.

     Respira profundo,

     Reza.

     No siempre estarás perdida.

     Estás aquí,

     En tu tiempo,

     En tu lugar.

     1. Norte

     Estrella, guíanos mientras miramos hacia arriba

     Al blanco más brillante

     Esperando que te lleve a dónde quieres ir,

     Esperando que sepa dónde debes estar.

     Encontramos nuestra paz aquí en tu blancura,

     Reunimos nuestras fuerzas, nuestro aliento, y aprendemos a ser.

     2. Este

     Sale el sol,

     Rojo,

     El calor matutino en nuestro rostro incluso en la mañana más fría.

     El sol crea vida,

     Energía,

     Alimento.

     Reúne fuerza, jálala hacia adentro

     Quédate justo donde estás.

     3. Sur

     La mariposa revolotea

     Esparce su belleza amarilla.

     Hemos llegado a este momento en el tiempo

     Paso a paso,

     No siempre escuchamos las indicaciones,

     Dejamos que la corriente nos lleve,

     Nos empuje,

     Nos fuerce a lo largo del camino.

     Tropezamos,

     Nos levantamos y seguimos moviéndonos.

     4. Oeste

     Trae puestas de sol, 

     Oscuridad,

     Trae negro.

     Encontramos la soledad,

     Es hora de tomar aire y

     Rezar.

     Incluso en la oscuridad 

     Puedes ser encontrada.

     Pide ayuda aunque sea en un susurro

     O un quejido,

     Serás escuchada.

     Para encontrar,

     Para ser encontrada,

     Para ser entendida,

     Para ser vista,

     Oída, sentida.

     Tú eres,

     Aliento.

     Tú eres,

     Memoria.

     Tú eres

     Tacto.

     Tú estás

     Aquí mismo.

En 1990 se reunió un congreso de pueblos indígenas en las afueras de Quito, Ecuador, a propósito del Quinto Centenario, una celebración de las poblaciones inmigrantes por la llegada de Cristóbal Colón al hemisferio occidental, en su expedición financiada para encontrar una ruta comercial a la India. Pueblos nativos vinieron de todas las Américas y se reunieron para discutir los cambios destructivos y monumentales desde la llegada de este explorador europeo. Nos reunimos para obtener entendimiento y fuerza y ​​reflexionar sobre cómo continuaremos avanzando más allá de la destrucción masiva y la falta de respeto hacia la mente, el cuerpo y el espíritu de la tierra, y para continuar nuestra soberanía como Naciones nativas.

En el círculo de mujeres, una llamativa mujer indígena boliviana con un bombín en la cabeza se puso de pie. Ella nos dio la bienvenida y señaló que estaba sorprendida por todos los nativos que asistieron desde los Estados Unidos.

“Pensamos que John Wayne los había matado a todos”.

(Esto no era una broma.)

“¿Y por qué”, preguntó, “ustedes se llaman a sí mismos América? Este hemisferio es un cuerpo, una persona. Ella es América”.

Hasta la aprobación de la Ley de Libertad Religiosa de los Indios en 1978, era ilegal que los ciudadanos nativos practicáramos nuestras culturas. Esto incluía la creación y el intercambio de canciones e historias. Las canciones y las historias en una cultura son poesía y prosa en otra. Son intrínsecas a la soberanía cultural. Escribir o crear como una persona Nativa era esencialmente ilegal.

———

Hay un mapa, una serie de mapas que están aquí/allá y siempre han estado aquí/allá. Son transparentes y están en capas, uno encima del otro. Una generación tras otra, las líneas de conexión están implacablemente tejiéndose, modelándose rítmicamente, míticamente e históricamente a través de imágenes, sonidos y sentidos. Cada mapa es un ser con una boca y una cola, incluso si es un campo de océano o hierba. Están haciendo espirales de  memoria; la memoria siempre está en movimiento.

Mi madre era compositora y cantante. Ella es los versos de William Blake: “Corderito, ¿quién te hizo / ¿Sabes quién te hizo?”, y lo de Alfred Lord Tennyson. Ella es las canciones tradicionales Cherokee cantadas en el funeral de su tía. Ella es “Burning Ring of Fire” huyendo al pueblo de Independence (Kansas) a los dieciséis años. Ella es “Crazy”, cantada por Patsy Cline, en una vigilia de angustia. Esa era mi madre, cantando, todos esos años. Los regalos de mi madre fueron pisoteados por su necesidad económica y encierro emocional.

Mi padre era danzante, un guardián del ritmo. Sus antepasados ​​fueron oradores, pintores, jefes tribales, bailarines y predicadores. Su madre era saxofonista y pintora en territorio indio antes de la existencia del estado de Oklahoma. Toda su vida relativamente corta buscó una visión o una canción para contrarrestar el dolor de la historia.

Los ríos son los viejos caminos, como lo son los cantos, para recorrer la memoria.

Emergí de la historia, empapada de las aguas de la memoria.

CANTANDO TODO

      Una vez hubo canciones para todo,

      Canciones para plantar, para cultivar, para cosechar,

      Para comer, emborracharse, dormirse,

      Para el amanecer, el nacimiento, los descansos mentales y la guerra.

      Para la muerte (esas son las canciones más pesadas y

      Tienen que ser arrancadas de la tierra con paladas de dolor).

      Ahora todo lo que escuchamos son canciones de enamoramiento y

      De desmoronamiento después de enamorarse.

      La tierra se está inclinando hacia un lado

      Y una canción está surgiendo de las inundaciones

      Y los fuegos. Brotes urgentes se elevan hacia el sol.

      Debes ser amigo del silencio para escuchar.

      Las canciones de los guardianes del silencio son las más poderosas—

      Son las más extraordinarias.

PARA LOS NIETOS DE LA TIERRA

      Párate firme, no importa tu altura, qué tan oscura sea tu piel

      Tu espíritu tiene todos los colores dentro

      Estás hecho de un tejido de luz finísimo

      Del amor iridiscente que formó a tus madres, padres

      Tus abuelos regresan por el camino en espiral—

      No hay final para este amor

      Ha formado sus cuerpos

      Alimenta sus espíritus brillantes

      Y no importa lo que suceda en estos tiempos de ruptura—

     No importan los dictadores, los despiadados y los mentirosos

      No importa, tú naciste de aquellos

      Quienes mantuvieron las brasas ceremoniales ardiendo en sus manos

      A lo largo de millas de implacable exilio 

      Los que cantaron el camino a través de la masacre

     Todo el camino hasta el amanecer

     Tú lo lograrás—

CAMINO

      Nos paramos primero en nuestras mentes, y luego caminamos balanceándonos

      De la mano al mueble

      Pronto nos estamos alejando de la casa y de las tierras

      De nuestros dioses creadores ancestrales 

      A los círculos de amigos, de la escuela, del trabajo

      Haciendo familias y mundos propios.

      Hacemos nuestro camino a través de la tormenta y el sol

      Caminamos uno al lado del otro o uno contra el otro

      El último camino se tomará solo—

      Puede haber multitudes pidiendo sangre

      O una ventana con cortinas junto a la cama del que parte

      Lo mejor es no tener miedo

      Pon atención

      Al próximo camino que aparezca

      Puede estar a través de una familia de árboles, un desierto o

      Sobre las onduladas olas del mar

      Es el camino antiguo que el alma conoce

      Siempre lo recordamos cuando lo vemos

      Nos llama al nacer

      Nos lleva a casa

El Sureste estaba cubierto de ciudades y comunidades de constructores de montículos del Periodo Mississippi, quienes estuvieron allí un siglo antes de la llegada de los españoles al Sureste. El Sureste aún está cubierto con restos de montículos. Incluso hay montículos en el campus de Knoxville de la Universidad de Tennessee. Estos montículos pueden ser aplanados con odio, palas o tractores, pero aparecerán en cualquier mapa geofísico energético. Continúan existiendo en la memoria, en los mapas de la memoria.

      Se dice que Monahwee obtuvo su nombre de guerrero Hopothepoya (Loco Cazador de Guerra) por robar caballos en Knoxville. Knoxville estaba en el territorio tradicional de los Mvskoke, por lo tanto, los caballos técnicamente no fueron robados. Estaban en tierras robadas.

      Cuando regresé a estos lugares ancestrales anduve por viejos caminos. Uno de los senderos más transitados forma parte de la autopista Interestatal 40.

LOS PIES DE MI HOMBRE

     Son raíces heroicas

     No puedes confundirlos

     Con cualquier otro caminante de seis pies

     Podría encontrarlos en un mar de pies

     Un planeta o un universo de pies

     Patearon el cielo al nacer

     En ese pueblo que su bisabuelo encontró

     Los pies de mi hombre dejaron la infancia

     Más allá de la arena mineral dejada por un cambio de aceite

     Hasta estas tierras atómicas en dirección al este

     Sus pies están hechos de la preocupación espiritual de su madre

     Y de su padre: histórico, y conscientemente recto

     Qué caminantes—

     De los pasos de constructor de montículos que condujeron al creador del cielo

     Pasando por dos ​​galeones españoles, viejos carruajes de frontera y serpenteantes ferrocarriles

     Una generación tras otra

     Ningunos otros pies excepto estos podrían aguantar

     El leal oso testarudo como roca

     Inteligencia imponente y levantador de niños 

     Ese es aquel que es dueño de estos pies

     Qué ancla proporcionan sus pies

     Por su inigualable

     Inmensidad y habilidad de levantarse de nuevo

    He bailado detrás de este hombre en la danza circular de zapateos

     Nuestros pies latiendo al ritmo juntos

    Poncho de hombre, mujer, niño, niña, sol y luna.

     . . .

     Los pies de mi hombre son los pasos seguros de un padre

     Cuidando de sus hijos, sus hijas

     Porque cuando ríe abre todas las puertas de nuestro corazón

     Incluso cuando se olvida de cerrarlas cuando se va

     Y cuando se aflige por los que ama

     Él esculpe valles que pueden contener las lágrimas de todos

     Con sus pies, estos pies

     Los hermosos pies morenos, siempre firmes y humildes de mi hombre.

QUE NO HAYA REMORDIMIENTOS

     para Bears Ears National Monument

     No estamos perdiendo los abedules, los abedules nos están perdiendo.

     —WAYNE “MINOGIIZHIG” VALLIERE

     Las canciones y las historias que nos formaron están inquietas

     y necesitan un lugar para vivir en el mundo de nuestros nietos.

     Están cansadas ​​de esperar.

     La tierra sigue soñando sus sueños terrestres

     Aunque pensamientos desesperados alimentados por el hambre de dinero vagan por nuestras mentes.

     Para los destructores, la Tierra no es una persona.

     Querrán más hasta que no haya más que robar.

     La Tierra quien no conoce el tiempo es paciente.

     Los destructores se destruirán a sí mismos.

   Cuántos espíritus de la tierra cuidan de este lugar. Emergen de

              las paredes del acantilado.

     Emergen de las olas de las aguas.

     Nuestros antepasados ​​no son solo antepasados ​​humanos.

     ¿Qué ves cuando vuelas a la cima del árbol ancestral?

     Que no haya remordimientos, ni tristeza, ni ira, ni actos que

              perturben a estas tierras.

MÁS ALLÁ  

     Más allá del amanecer, hay una canción que seguimos

     Más allá de las nubes viajando con lluvia jorobada

     En sus espaldas, relámpagos en sus puños

     Más allá del horizonte azul donde nuestros antepasados

     Aparecen portando regalos, envueltos en mantas tejidas

     Con sol y hebras de tiempo escarlata

     Más allá de los senderos que caminamos todos los días

     Del amanecer a la cocina, al trabajo, al jardín, al juego

     A la puesta del sol, a la oscuridad, y de vuelta

     Más allá de donde duerme el bebé, su aliento

     Una ligera niebla de felicidad haciendo

     Un delicado arco iris que se vuelve sabio a nuestro alrededor

     Más allá de los niños aprendiendo alfabetos

     Y números, inclinados sobre sus palos y muñecos

     Mientras juegan a la guerra y a la familia, crecen caminos humanos

     Más allá de las abuelas y los abuelos

     sus madres y padres, y en la médula de sus huesos

     Hasta cuando esa canción fue cantada por primera vez seguimos viajando

     Más allá del atardecer, ¿puedes oírlo?

     El sacudir de las conchas, el ritmo de los pies, los cantores

     Cantando, todos nosotros, todos a la vez?

     En la canción del más allá, cuán profundos somos—

     Mvto, mvto, mvto, mvto.

    Gracias, gracias, gracias, gracias.

Más sobre Joy Harjo

Sobre la traductora 

Andrea Echeverría Langsdorf es profesora asociada en Wake Forest University y obtuvo su título doctoral en Literatura Latinoamericana y Estudios Culturales en Georgetown University. Es autora de Yeyipun en la ciudad. Representación ritual y memoria en la poesía mapuche (Editorial Universidad de Guadalajara, 2021) y El despertar de los awquis: migración y utopía en la poesía de Boris Espezúa y Gloria Mendoza (Paracaídas Editores & UNMSM, 2016), así como de varios artículos de investigación publicados en revistas que incluyen Latin American and Caribbean Ethnic Studies, Latin American Research Review y la Revista Canadiense de Estudios Hispánicos. Actualmente escribe un libro que estudia el arte visual mapuche.


An American Sunrise © Joy Harjo

Un amanecer americano © Andrea Echeverría ~ Siwar Mayu, Mayo 2023

Introducción y selección © Juan G. Sánchez Martínez


Mujer semilla, creación y resistencia en el territorio Camëntsá

Entrevista a la artista Eliana María Muchachasoy Chindoy

Entrevista © Paula Maldonado

Conocí a Eliana Muchachasoy en un viaje al alto Putumayo. Subiendo la calle empinada que lleva al cabildo indígena y siguiendo el camino que trazaba un grafitti de una abuela y un chumbe camëntsá. La encontré, más por suerte que por casualidad, en la plaza central del Valle del Sibundoy, parada justo en frente de una hermosa casa esquinera toda recubierta con plantas, animales y retratos con pintas coloridas. Me pareció que ella surgía de la pintura, y en efecto, pues luego supe que se trataba de Benach, la galería que ella fundó, junto con Alberto Velazco, para dar a conocer su trabajo como artista, convocar los demás proyectos artísticos y culturales de su comunidad y abrir espacios pedagógicos y de intercambio con los niños y jóvenes del valle. Para Eliana todo esto hace parte de un mismo esfuerzo por fortalecer la identidad de su pueblo , Camentsá sanar y proteger el territorio. De ahí que un tema recurrente en su trabajo sea el universo femenino, el cual se ha fortalecido a lo largo de los años con las experiencias vividas con sus abuelas, el tejido, la siembra, y la medicina tradicional. Los invito a leer a continuación un poco sobre su experiencia como mujer camentsá, artista y gestora cultural.  

Eliana Muchachasoy ha participado en múltiples exposiciones colectivas e individuales en lugares como México, Ecuador y Estados Unidos, dando a conocer su propuesta a lo largo del territorio de Abya Yala, y fue invitada en el año 2018 a una residencia artística en Brisbane, Australia.   

Tejiendo buen pensamiento © Eliana Muchachasoy.  Acrílico sobre lienzo. 100 cm x 70 cm. 2017

Paula: Te propongo iniciar con un recuerdo de tu infancia que consideres significativo para tu experiencia como artista…

Eliana: De niña tengo mis recuerdos en la casa donde crecí en compañía de mi mamá y mi abuela, las dos son tejedoras y en el telar conocí algunas historias de mi comunidad, así mismo la magia de los colores entre hilos. Cuando mi abuela me empezó a enseñar a tejer me explicó de muchas formas, pero era algo complicado entender la secuencia de las líneas para formar figuras, hasta tal punto que abandoné el trabajo en el telar. No estoy segura cuánto tiempo estuvo así como lo dejé, creo que pasaron varios meses antes de querer volver a intentarlo, mi sorpresa fue que me volvieron a entregar lo que había iniciado, porque ahí estaba el proceso del aprendizaje, tenía que terminar lo que un día inicié. Por otro lado, mi mamá, madre comunitaria hasta el día de hoy, me entregaba colores y temperas en varias ocasiones para compartir con otros niños que estaban a su cuidado, en cartón o cartulina pintábamos imaginando historias que construíamos en conjunto, así mismo cuando asistía a reuniones de su trabajo siempre llevaba un cuaderno y colores para que pintara lo que se me ocurriera en el transcurso de sus reuniones. Recuerdo algunos trazos y también las voces de sus compañeras diciendo que todo lo estaba haciendo muy bien. 

Sin título © Eliana Muchachasoy.  Técnica mixta. 100 cm x 70 cm. 2014

PM: Luego de terminar la carrera de artes plásticas en la sede Bogotá de la Universidad Nacional de Colombia, vuelves a tu comunidad ¿Cómo fue ese retorno al origen y que importancia tiene en tu trabajo actual? 

EM: Cuando terminé la universidad había pausado la pintura porque me sentía un poco frustrada en la academia con esta área, no me iba muy bien en la materia de pintura. Retorné a mi comunidad con varias expectativas y me vinculé en un proyecto de fotografía para ayudar a contar un poco la historia de la comunidad. Después de un año en mi territorio tuve la oportunidad de ingresar al magisterio, allí fui docente de educación artística por más de tres años en un colegio público en La Hormiga Putumayo; fue una experiencia de mucho aprendizaje, pero llegó el momento en donde necesitaba cambiar de trabajo, no sentía una vocación completa hacia la docencia; es así como decido renunciar y volver a mi comunidad sin tener claro con qué camino o proyecto iba a continuar. 

… En esta etapa, mientras pensaba o planeaba que hacer con mi vida volví al tejido, realicé varias mochilas y entre los hilos de colores llegaban a mi memoria algunas de las historias de la abuela. Fue precisamente en esos días que encontré unos oleos y un lienzo pequeño que había traído años atrás al terminar la universidad. La pregunta y la respuesta al mismo tiempo fue ¿por qué no volverlo a intentar? En realidad sentí la llegada de una señal, un mensaje del color, pero más que eso un regalo que me estaba dando el territorio. Retomar la pintura fue volver a vivir, fue como avivar el espíritu del color que estaba sembrado en mí, encontrar un sentido en mi camino, entender que ese era el plan de vida que quería emprender, desde aquel momento no he abandonado los colores.

Fuego/Fuerza espiritual © Eliana Muchachasoy. Acrílico sobre lienzo. 100 cm x 100 cm. 2022
“Cuando desde las cenizas despierta la memoria, nos recuerda que nuestras raíces están sembradas para fortalecer nuestro espíritu y continuar el tejido de la vida” .
Eliana Muchachasoy

PM: ¿Hay algún ritual o actividad que preceda la realización de tus pinturas?

EM: Las plantas medicinales han estado presentes en mi familia y en mi comunidad, en el espacio donde pinto he aprendido a ofrendar cada vez que voy plasmar algo en el lienzo, me gusta encender el fuego en una vela, aplicar esencias de plantas naturales en el entorno y en mis manos, agradecer a todos los espíritus de los mayores, al territorio, a los elementales y al universo por tener una vez mas la oportunidad de fluir a través del color; pintar es en sí mismo un ritual que me permite ver la magia del color, es así como me siento en armonía con el espacio y con lo que estoy haciendo. 

Medicinita © Eliana Muchachasoy. Acrílico sobre lienzo.125 cm x 115 cm. 2021

PM: ¿De qué maneras se vincula tu obra pictórica con la medicina tradicional de tu comunidad?

EM: Siento que mi obra está influida por el territorio, la comunidad, la medicina, las abuelas, los abuelos, las plantas, sus animales, sus aves, sus danzas, sus historias y cantos que han venido construyendo mi memoria y llegan en diferentes momentos de la realización de una obra. He realizado algunas obras en las Malokas donde se comparte la medicina o yagé y he podido ver como la gente se siente conectada con la imagen, algunos dicen que han tenido visiones similares, otros sienten la magia en la obra y se sueñan en ella.

Llévame © Eliana Muchachasoy. Técnica mixta sobre lienzo. 100cm x 100cm. 2021

PM: ¿Qué tan presente ha estado el tema del autorretrato en tu trabajo pictórico? 

EM: En dos ocasiones realicé un autorretrato, pero sentí que era muy complejo pintarse fielmente, a veces me tomo fotos con algunos gestos que quisiera plasmar y elijo algunas de referente.

PM: Me parece muy significativo que tú misma seas el referente de algunas de tus pinturas, mas allá del hecho de que haya una reproducción fiel o realista. ¿Qué tan vinculados están los temas de tus obras con tu vida? 

EM: En una obra de arte muchas veces preguntan por la firma del autor, aunque realmente la firma está en todas y cada una de las pinceladas plasmadas en el lienzo; así me siento muchas veces cuando estoy pintando, es como estar escribiendo o contando una historia, siento que entrego y pongo a disposición todo mi ser en este ritual, por lo tanto me auto represento no necesariamente con la fidelidad de la imagen de mi retrato sino con mi esencia y mi sentir. A veces me siento en gamas azules o verdes que vibran con los colores vivos o fluorescentes danzando en ese espacio onírico que voy creando.

PM: ¿Consideras que tu pintura ha sido parte de un proceso de sanación personal?

EM: La pintura me ha permitido llegar a otros mundos, sentirme libre, ser feliz, recordar, soñar, hacer homenajes a diferentes espíritus de plantas, abuelas, elementales, y cada obra me ha permitido sanar, equilibrar mi mundo. Sentirme satisfecha de mis creaciones ha sido maravillo, me trae mucha alegría ser una mensajera con mis obras. Realmente siento que el arte en todas sus formas siempre trae una misión sanadora, nos permite tejer el bonito pensamiento y el sentir del corazón.

De la serie Mujer y medicina  © Eliana Muchachasoy. Acrílico sobre lienzo. 130 cm x 180 cm. 2021

PM: El colibrí es un animal que aparece en gran cantidad de tus pinturas, ¿puedes contarnos algo de este animal y de la importancia que tiene para ti? 

EM: La presencia del colibrí es abundante en mi territorio, a diario llegan alrededor del taller donde pinto, sus colores son muy atractivos. Alrededor del colibrí hay diferentes historias y augurios, su visita trae mensajes, los abuelos dicen que son los grandes mensajeros porque se pueden comunicar con los seres que ya no habitan en este planeta, es por eso que me gusta mucho tenerlos presentes en mi obra. 

Serie Botaman juabn – Pensar bonito © Eliana Muchachasoy. Técnica mixta. 2019

EM: Hay una serie de obras llamada Botaman juabn, “pensar bonito”, dedicada a los colibrís. Los llautos o coronas tejidas de colores representan los colores de la naturaleza, de nuestro contacto con la medicina y la madre tierra, el pensamiento tejido entre colores. El colibrí es el mensajero de nuestros ancestros y el caminar de nuestros mayores queda tejido en cada territorio, depende de nosotros continuar con este tejido de vida. Pensar bonito dicen los abuelos, pues estamos escribiendo nuestra propia historia en este universo.

Corent Shnan Uashbojnëshá – La ortiga es medicinal © Eliana Muchachasoy.
Acrílico sobre lienzo. 87 cm x 109 cm. 2019
“La Ortiga es una planta sanadora, para enseñar y aprender. Es usada para sanar el cuerpo, aliviar los nervios, mejorar la circulación, hace parte de algunas celebraciones como el Atun Puncha en la comunidad Inga. En el proceso de transmisión de valores en las comunidades indígenas esta planta ha estado presente, en el momento de corregir a una persona, es usada como una planta de autoridad”.
Eliana Muchachasoy

PM: ¿Puedes hablarnos un poco de las plantas medicinales que aparecen en tus pinturas? 

EM: Las plantas medicinales que he pintado han tenido una relación cercana a mí, algunas han estado siempre en la chagra, en los caminos del territorio, en el compartir con abuelas y abuelos sabedores, en la necesidad de alguna curación. He pintado plantas medicinales como lianas de yagé, borracheros o plantas protectoras, caléndula, sauco, ortiga, manzanilla, calambombo, frailejones, entre otros. Así mismo las plantas más conocidas en nuestras chagras como el maíz, papa cuna, tumaqueño, cidrayota, coles. Para la realización de algunas obras he usado hojas de las anteriores señaladas como plantillas obteniendo algunas formas y texturas diferentes.

Shembasà uabuatma tŜabe Ŝnanëng. Mujer conocedora de las plantas medicinales
© Eliana Muchachasoy. Técnica mixta. 200 cm x 250 cm. 2018
“Mujer vida, mujer sanación, poder femenino,
abuelita sabia que sembraste tu conocimiento
con la esperanza de que florezca en las nuevas generaciones.
Hoy tus semillas se tejen en nuestra madre tierra.“
Eliana Muchachasoy

PM: Hay varios símbolos en tus pinturas, ¿puedes contarnos un poco de ellos? 

EM: Algunos símbolos que aparecen en las pinturas surgen de las figuras que se plasman en el telar, como el rombo, que es para nosotros el origen de la vida. El sol, por ejemplo, está representado a través del rombo y sus líneas en la obra “Flores-seremos”, donde pinto sobre cómo nuestros territorios volverán a florecer, porque somos raíces. El pensamiento que sembraron nuestros abuelos en cada planta, en cada alimento, en cada cambio de luna no ha perdido sus raíces, las nuevas generaciones tenemos que permitir que vuelvan a nacer en el Territorio Tamabioy. Así mismo, esta figura aparece en el cuadro “Bëtsësangbe benach”, El camino de mis abuelos, la cual habla de que los territorios son el fruto de las luchas de nuestros mayores, y cuidarlos, protegerlos y conocerlos es nuestro deber. El fruto del futuro tiene la raíz del pasado. Nuestras chagras mantienen la memoria viva del trabajo de nuestros abuelos y abuelas.

Últimamente he estado trabajando algo de muralismo y me gusta mucho plasmar simbología a través de plantillas, es una forma de mostrar en este contexto parte del tejido que plasman nuestros artesanos y artesanas en la comunidad.

PM: La chagra es un tema frecuente en tu obra, ¿puedes contarnos del camino de aprendizaje que se encuentra allí?

EM: La chagra o Jajañ es el espacio donde se siembran los alimentos y las plantas medicinales, es la conexión con la madre tierra, el espacio del compartir, de escuchar las voces de las aves y el espíritu de las plantas. Es el lugar de aprendizaje y transmisión de los conocimientos. En este espacio aprendí a sentir las texturas de las plantas, a ver el milagro constante de la vida que nos brinda la madre tierra, a contemplar amaneceres y atardeceres observando como mi abuela explicaba las horas del día de acuerdo a la ubicación del sol, y la siembra de las plantas de acuerdo a las vueltas de la luna. 

EM: Hice una obra titulada “Mujer maíz”. Desde el origen de los tiempos han pervivido mujer & maíz, ambas semillas de vida que cíclicamente se tejen al ritmo lunar. En el vientre del tiempo la semilla del maíz alimentó el espíritu del pueblo indio; la mano de la mujer transformó la semilla sagrada, gracias a ella el maíz se come, se muele, se bebe, se ríe, se canta, se teje, el maíz se sueña. Mujer-maíz, mujer semilla, mujer luna, mujer-madre-hija-abuela, mujer que siembra y enseña a sembrar, mujer que teje su cultura ancestral en el arte diario de vivir, mujer maíz.

Mujer Maíz © Eliana Muchachasoy. Acrílico sobre lienzo. 84 cm x 48 cm. 2019

PM: Hay ciertos elementos de la naturaleza en tu obra asociados a los ciclos de la mujer,  ¿puedes hablarnos de la presencia de estos ciclos en tus cuadros?  

EM: En mi obra me refiero constantemente a la mujer como semilla, pues en la poética de la naturaleza, la mujer es portadora de vida, es semilla que a su vez germina y hace crecer la vida en sí misma, es la manera como conocemos la luz, a través de la gestación, y en el arte, el simbolismo de la muerte y la vida son fuerzas constantes en las cuales los artistas debemos movernos, debemos crear nuevos mundos, nuevas miradas, y es en este aspecto donde la mirada del artista se vuelve relevante. El artista debe mirar, observar, ver, y es en la naturaleza donde encontramos los motivos justos para revelarnos, en su observación, detenida, detallada, ahí están las preguntas y las respuestas que desde tiempos inmemorables nos acompañan, y que quizás el arte nos ayude a comprenderlas, a sentirlas, a interpretarlas.

EM: La mujer indígena Camëntŝá, la cual se representa a través de diferentes escenarios donde es protagonista de la cultura viva de su pueblo, es la que se teje con otras mujeres, celebran la vida, unen sus pasos en un solo caminar, siembran, y de esta manera van tejiendo ancestralmente a través del pensamiento y la palabra el territorio indígena Camëntŝá. Las abuelas tejedoras del camino, las mujeres que labran la tierra día tras día acompañadas de la orientación de la Luna y el sol, las abuelas que han pervivido y mantenido sus costumbres pese a un proceso de colonización, las mujeres luchadoras por la vida y el territorio son las mujeres que habitan en mi espacio colorido. Es quizás esta la razón por la cual la mujer es la protagonista de mi obra, la mujer como territorio, lo femenino como lo sagrado y lo humano, la madre tierra como un sentir, como un sueño, como una lucha y una esperanza a la vez. Mujer y territorio en unidad.

Botaman Juabn Juashentsam, Sembrar buen pensamiento © Eliana Muchachasoy. Acrílico sobre lienzo. 148cm x 52cm. 2018

EM: Todos somos tejido, en cada momento tejemos pensamiento, tejemos palabra, somos un solo universo. Mi abuela, la mujer que tejió su bonito pensamiento y palabra en mi corazón, la mujer que me mostró la magia de los colores a través de los hilos en el telar, el milagro de la vida constante en su chagra, espacios oníricos a través de sus historias alrededor del fuego, sus creencias y medicinas son recuerdos que llenan de agradecimiento al universo por tener su presencia y compañía en mi formación como persona, mujer, artista, su legado sigue vivo en mis manos, en mi madre, en mi familia. En la obra “Tejiendo buen pensamiento” es la mujer del centro que comparte los hilos de colores con otras mujeres. En varias pinturas he realizado homenaje a las abuelas como mujeres sabedoras, sembradoras. En una obra pinté a mi abuela “Mama Mercedes” como agradecimiento a su legado.

Mama Mercedes © Eliana Muchachasoy. Técnica mixta. 115cm x 120 cm. 2020
“Mujer Camëntŝá, eres la flor más bella entre las flores, tu sabiduría esta llena de amor, conocedora de las plantas medicinales. De la abundancia del corazón habla tu boca, Madre ancestral, Aslepay ainanokan Mama Merecedes por sanar nuestros caminos y armonizarnos para seguir pensando bonito.”
Eliana Muchachasoy
Bëtsmamá, Abuela. © Eliana Muchachasoy. Acrílico sobre lienzo. 115cm x 120 cm. 2020

PM: ¿Puedes hablarnos del vínculo entre las imágenes que creas y las visiones que surgen en la ceremonia de Yagé?

EM: La medicina tradicional, específicamente el Yagé hace parte del plan de vida de la comunidad, desde niños nos han compartido esta medicina para tener mayor conexión con lo espiritual, con las plantas y todo lo que nos rodea. Para mí, la medicina ha sido un puente de conexión conmigo misma, de autoconocimiento, de sanación y fortalecimiento espiritual. En mis obras no he realizado una visión de yagé como tal, es mas bien una visión con mi territorio, con la memoria que he venido construyendo y en la que también hace parte esta medicina. Mi obra es un aporte a la memoria colectiva de mi comunidad.

“Sueño entre tus montañas,
Sueño entre tus raíces,
Sueño en la semilla que germina,
Sueño en el agua tranquila,
Sueño en el día y en la noche ,
Contemplando el milagro de la vida”.
Eliana Muchachasoy

PM: En tu trabajo, ¿cómo se construye una mirada del territorio desde el pensamiento femenino? 

EM: Es un reto constante conmigo misma, con mi sinceridad, al revisar mi historia, mi cuerpo, mi territorio, descubro en él todas las huellas de mis ancestros, en el reposan las manos de mi madre, de mis tías, de mis abuelas, de mis hermanas; la sororidad –como se conoce en occidente– es parte de nuestro plan de vida, hay un sentir femenino en lo colectivo del pueblo camentsá, hay un conocimiento que se trasmite de generación en generación. El tiempo camentsá transcurre diferente, el tiempo en la chagra sembrándose, el tiempo en el fogón es otro, el tiempo tejido deja su huella en el chumbe, que llevamos siempre, o casi siempre en nuestras vestimentas, y en nuestros cantos y danzas que se repiten en el tiempo y en conjunto suenan todas las voces, las antiguas, y las nuevas, mi obra hace parte de este tejido, siento que soy una voz más para este territorio.

… La mirada femenina indígena es entonces, una mirada entre todas, entre las mayoras y las niñas, las nuevas semillas, y en estos territorios siempre cambiantes, y ante nuevos retos, porque en mi cuerpo no solo reposan mis ancestralidades, también existe un riesgo permanente de extinción de mi pueblo, y creo que tiene que ver en gran medida con la pérdida de identidad, y esta identidad femenina indígena lucha por su supervivencia ante el exceso de información que nos desborda en la actualidad. Los medios de comunicación en su globalización ponen en riesgo las particularidades que son en definitiva nuestra esencia. Aun debemos quebrar los “espejos” y ver más los reflejos, en el agua, en el fuego, en el viento, o adentro, muy adentro.

Catsbet, Luna llena © Eliana Muchachasoy. Técnica mixta sobre lienzo. 100 cm x 100 cm. 2021
“Empezar de nuevo, como cuando dejamos las malas energías bajo la luz de luna llena, con el poder del agua que sana y nos da la vida. Las plantas sagradas se levantan para sanar y proteger a la mujer que hoy despierta y deja que el latir de su corazón la guíe, su consciencia, su sentir y el amor serán la luz en su camino.”
Eliana Muchachasoy

EM: Desde el pensamiento indígena consideramos nuestros cuerpos como nuestro primer territorio y es ahí donde necesitamos seguir sembrando el amor propio, la memoria del pensamiento bonito, del buen vivir, de encontrar la esencia del ser Camentsá. Definiría entonces mi trabajo alrededor de una misión: sensibilizar alrededor de lo femenino, del territorio femenino indígena, como una postura social, política, estética, económica y sobre todo espiritual. 

PM: ¿Cómo consideras que tu trabajo contribuye a la transmisión del pensamiento tradicional de la mujer en tu comunidad? 

EM: Mis obras, son el resultado de una curiosidad permanente, ir a la academia fue la continuidad de un proceso que ya había iniciado en el territorio, en mi casa, con mi familia. Mi madre y mi abuela suministraron las herramientas, los espacios, las motivaciones necesarias para poder seguir plasmando mi sentir indígena, mi femenino libre; no solo soy portadora de las artes propias de mi comunidad, y las llevo y represento con orgullo y dignidad, sino que a la vez, me adentro a explorar los espacios académicos, estéticos, políticos, espirituales y demás, desde una mirada indígena como mujer. Con diversas herramientas, he logrado reconstruir mi universo simbólico, que siempre me ha acompañado, soy una mujer artista indígena que pinta, que canta, que danza, que teje, que hace video, fotografía, performance, murales y además lidera procesos culturales al interior de su comunidad sin olvidar nunca sus raíces. Aprovechando la oportunidad de ser Mujer Indígena, a través de mis obras, muestro mi universo Camentsá. Sólo espero que este camino, sirva para que otras mujeres puedan caminar el arte desde sus territorios, para que encuentren un plan de vida desde las herramientas artísticas, para que la memoria de mi comunidad y la de otras que están presentes pervivan en el tiempo.

Florecer desde adentro © Eliana Muchachasoy. Técnica mixta. 130 cm x 180 cm. 2022

PM: ¿Qué impacto ha tenido tu trabajo y tu liderazgo entre los hombres y los abuelos de tu comunidad?

EM: Cuando empecé a buscar espacios en mi territorio para mostrar mi trabajo pude evidenciar que la técnica de mis propuestas artísticas todavía no había encontrado su lugar para ser apreciado, entonces la tarea se volvió más grande, en mis primeras exposiciones no solo los abuelos sino también abuelas, niños, jóvenes, comunidad en general, no habían tenido la oportunidad de formarse desde las nuevas propuestas de arte, por lo tanto muchas personas no duraban ni un minuto observando una obra y los comentarios no pasaban más allá de decir: está muy bonito.

“Sembrar bonito para cosechar bonito
y así florecer en nuestro paso por la madre tierra”.
Eliana Muchachasoy

EM: Hoy en día hay diferentes opiniones, que difieren del género, pues hay posturas machistas que a veces emergen de nosotras mismas, y conozco de hombres que en su sentir femenino logran acercarse mejor, por lo tanto, creo que la mirada no depende tanto desde el punto de vista de lo biológico, sino de lo cultural. Si me preguntas sobre la confrontación de modelos de pensamiento femenino frente al capitalismo hetero-patriarcal, entonces, mi respuesta seguiría siendo, que mi trabajo es mi plan de vida, y que en mi territorio, como en muchos, también hay desarmonización entre las fuerzas femeninas y masculinas, y que se ha incrustado en lo más profundo el desconocimiento de nuestros derechos como mujeres, como indígenas, y más aún como artista, pues en muchas ocasiones la cultura es un privilegio, la mujer en mi comunidad ha venido ganando diferentes espacios que le han permitido empezar a ser visibilizada, la lucha por la reivindicación apenas comienza. Mi trabajo es coherente con la naturaleza del arte, para generar cambios, se deben buscar nuevos caminos, el arte es el vehículo de la cultura.

De la serie “Mujer y medicina” © Eliana Muchachasoy. Técnica mixta. 125 cm x 115 cm. 2021
“Madre tierra, abrázame con tus colores,
con dulces cantos ¡abrázame!
Yagecito sáname con tus colores,
con dulces cantos sáname.
Que la medicina siga perviviendo
para sentir su fuerza en nuestras raíces,
para crecer, para sanar, para florecer, para vivir”.
Eliana Muchachasoy

PM: En tu obra hay una exploración muy interesante con el color y la fluorescencia, ¿puedes contarnos sobre estos colores y experimentos con la luz?

EM: Como artista, creo que me defino como artista endémica, y esta particularidad esta expuesta en mi obra. Cada detalle que pinto me es familiar, me es cercano, y no solo en el mundo físico, hablo también de lo onírico, hablo de lo espiritual y sobre todo, me refiero a la cosmovisión que como ser que pertenece a un pueblo andino amazónico contiene. Es en estas visiones donde logro claramente percibir mi universo de colores, y me atrevo a decir, que es limitado el sustrato, pues los colores y formas que aún no logro describir en mis obras aun vive en esas experiencias, experiencias que no son aisladas, pues las plantas medicinales que hacen parte de la ritualidad de mi pueblo, se acompañan con bailes, con cantos, con música, es toda una ceremonia que trasciende el razonamiento. Es desde esta abstracción que desborda todos los sentidos desde donde viene mi luz, y apenas pareciese ser un recuerdo, como un sueño lo que pinto en mi ser, para luego ser llevado a la plástica, a la música, a la imagen.

(…) En el aspecto técnico, mi paso por la academia de la mano de mentores y amigos artistas, que aun en la actualidad me acompañan en esta exploración del color, ha sido mi base para consolidar eso que ya sabía desde niña, que los colores camëntsá, son más vivos, más vibrantes. El cómo usamos los colores es algo que nos caracteriza de los demás pueblos, la pinta [la visión que cura] tiene mucho que ver en la manera de como percibimos el mundo.

“Una mirada para sanar, 
una mirada a través de la medicina,
con el espíritu de las plantas, 
las melodías de cada ser.
La bendición del universo,
estás aquí, estoy aquí.
Honrando mi territorio,
mi cuerpo, mi memoria,
el tiempo y todos los seres
que me han construido.”
Eliana Muchachasoy

EM: En el arte contemporáneo, obras del maestro Carlos Jacanamijoy, Luis Tamani, Alex Grey, Jeisson castillo, las maestras María Theresa Negreiros, Olinda Silvano, por mencionar solo algunos ejemplos, han sido influencia en el trabajo de la luz como parte de una visión, de un propósito que trasciende lo estético; pintar la luz, la luz interior, pintarla para verla, pintar la luz de las personas, pintar su aura, su sentir, mi sentir, es la magia que me atrapa en cada lienzo. La fluorescencia de los colores es como muchos de los puntos que inician en una pinta con yagecito, en estos colores he encontrado una cercanía a lo ceremonial, un despertar que ocurre y atrapa en el momento que hace reacción con la luz ultravioleta. Cuando siento que he finalizado una obra me encanta llegar a esa sorpresa divina de la transformación de los trazos de colores que tienen en la oscuridad con la otra luz.

PM: ¿Hay alguna maestra que te haya inspirado particularmente?

EM: Cuando conocí la obra de la Maestra Olinda Silvano del pueblo shipibo sentí una gran admiración por su trabajo, no solo artístico sino desde su gestión como mujer, el tejido que ha fortalecido con otras mujeres de su comunidad me llenó de mucha esperanza, su trabajo me inspiró a continuar con más fuerza en mi proceso.

Somos vida, somos resistencia © Eliana Muchachasoy. Serie fotográfica

PM: ¿Qué otros medios artísticos has explorado y cómo han influido en tu obra? 

EM: En la academia adquirí diferentes herramientas que me han permitido seguir explorando la imagen; la pintura, la fotografía, el audiovisual, el muralismo, la ilustración y la música han sido los campos en los que me he encontrado en mayor conexión. Esta exploración me ha permitido tejerme con mujeres, niñas, madres, abuelas, jóvenes de mi comunidad. Es a través de la fotografía y el video donde también he logrado ser la voz de otras mujeres, por medio de sus cuerpos, sus expresiones faciales, sus miradas, sus danzas, sus cantos, sus tejidos, cuando quedan atrapados en la imagen, cuando están en movimiento atravesando el lente, me ha impactado encontrarme y reconocerme en ellas, sentirme mujer camëntsá y ver la necesidad de fortalecer nuestra identidad y cuidar nuestro territorio, nuestros cuerpos. Despertar otras miradas a través de la fotografía ha permitido llevar la imagen a diferentes puntos de reflexión dentro de la comunidad, a ver con mas profundidad el estado del arte dentro de este territorio.

(…) Cuando la gente visita nuestro territorio logra apreciar que el arte mantiene viva la esencia de las comunidades que lo habitan. Hay familias que se dedican de lleno al tallado, al tejido en telar, en hilos, a la música. En este relato hago un pequeño paréntesis agradeciendo al universo y al territorio por lo bello de la música. Hace varios años venía sintiendo un llamado sonoro y hoy he tratado de acercarme a ese llamado a través del aprendizaje de un instrumento como la guitarra, y he encontrado mucha sanación en la música y me he permitido compartir estos sentires con otras mujeres. Hace dos años venimos tejiendo melodías y cantos en un grupo que conformamos con algunas mujeres de mi comunidad, el grupo musical JASHNÁN que traduce “para sanar”. Como una forma de entender la sanación a través de cantos agradecemos a la madre tierra por la vida, a los elementales, a nuestros taitas y abuelas.

Tsbatsanamamabiam Jabersiam / Un canto para la madre tierra © Eliana Muchachasoy. Técnica mixta. 118 cm x 125 cm. 2018

PM: ¿Cómo impacta tu trabajo el tejido de tu comunidad? 

EM: Siento que el arte es una siembra constante, es una responsabilidad de continuar con el tejido que iniciaron nuestros ancestros. Hoy en mi comunidad mi trabajo tiene un mayor reconocimiento y a la vez se ha convertido como un referente para el fortalecimiento de la identidad de la comunidad. Existen muchas propuestas artísticas desde los territorios que necesitan ser visibilizadas para que el mundo entero conozca sobre su existencia, su cosmovisión y sus problemáticas. Es así como sentimos la necesidad urgente de tener este espacio llamado BENACH GALERIA DE ARTE. 

PM: Cuéntanos sobre la propuesta e historia de la galería BENACH…

EM: En este proceso artístico me he preguntado ¿para qué? ¿Para quién? ¿Y por qué quiero hacer arte? En mis viajes he visto el arte de muchas comunidades en medio de los museos, en las grandes ciudades donde pocas personas de la ruralidad tienen acceso; al arte, la experiencia del arte es para unos pocos. A partir de estas experiencias es como surge la necesidad de mostrar arte dentro de mi territorio, y de esta manera darle la oportunidad a mi comunidad de poder apreciar las diferentes propuestas de los artistas locales, crear el público, crear el espacio para pervivir, para vivir un plan de vida comunitario a través del arte. Creo que de esta manera hacemos un aporte valioso a la memoria colectiva de la comunidad, seguir tejiendo comunidad y territorio. 

Galería Benach

EM: BENACH en lengua camëntsá traduce camino. Como artista mi plan de vida está ligado al arte y es el camino que me ha permitido seguir siendo la voz de mi territorio. Durante mi proceso artístico tuve algunos momentos difíciles, inicialmente no existía un reconocimiento hacia mi trabajo y es precisamente porque no había tenido la oportunidad de exponer mi trabajo en el Putumayo, pues no existía este tipo de espacios que promovieran el arte. Benach es ese espacio que permite promover el arte local. Ahora, los niños, niñas y jóvenes están recibiendo mucha información a través de las redes y los medios de comunicación, y toda esta información hace parte de la construcción de su identidad, de sus valores y principios. Partiendo de esta reflexión con el compañero Alberto Velasco decidimos darle forma a esta iniciativa para seguir tejiendo el arte con la comunidad.

(…) Benach ha sido un camino que ha permitido fortalecer el tejido artístico, cultural, gastronómico y económico en el territorio. Hoy tenemos en Benach diferentes emprendimientos que se están llevando a cabo en el territorio, formas de manejar una economía circular y apoyar la economía local. Hemos realizado varias exposiciones individuales y colectivas con artistas locales e invitados, y algunas instituciones piden estos espacios para mostrar a sus estudiantes los trabajos que se están exponiendo, entendiendo así que el arte nos permite educarnos.

Bengbe uaman luare, Nuestro territorio © Eliana Muchachasoy. Acrílico sobre lienzo. 100cm x 70cm. 2018
“Nuestro territorio siempre nos une.
Somos la memoria viva de un pueblo.
Somos presente, pasado y futuro.”
Eliana Muchachasoy

EM: Así mismo el arte como un camino de transformación social también permite que el plan de vida de niños, niñas y jóvenes de las comunidades encuentren una forma de expresarse y de vivir a través del él de una manera sana. Es necesario seguir tejiendo la palabra y el pensamiento de los mayores a través del arte para que su legado continúe en las nuevas generaciones. El sueño de Benach inició hace varios años pero tomó forma desde hace dos años y medio donde continuamente aprendemos, exploramos, compartimos, y apreciamos otros mundos posibles.

PM: Hace un año ocurrió un incendio en la galería, y tengo entendido que hubo un proceso de recuperación de este espacio muy rápido debido a la colaboración de muchas personas, ¿puedes contarnos del aprendizaje detrás de este proceso?

EM: El 4 de diciembre de 2021 un corto circuito ocasionó un gran incendio en toda la galería, que ocasionó la pérdida casi en su totalidad de cosas materiales e infraestructura. Sentimos que fue la muerte de Benach al ver todo el espacio en llamas. Tuve una crisis nerviosa por todo el impacto, y me quedé únicamente con la ropa que tenía puesta. La bonita sorpresa y el ánimo de levantarme nuevamente con este proyecto fue la energía de la gente que había estado en Benach, la gente del territorio y de otros lugares empezaron a pedir que vuelva la única galería de arte, que realmente era un espacio muy importante y necesario para el territorio. Fue entender que a través de este lugar se hizo una siembra relevante. Nos empezamos a organizar y a realizar diferentes actividades para recolectar fondos, los artistas locales, grupos juveniles, allegados y comunidad en general apoyaron de muchas maneras.  Realmente fue el arte el que ayudó a levantar Benach, hicimos rifas de cuadros, compartires musicales, de gastronomía, mingas, trueques, y con el apoyo de las personas de otros lugares logramos levantar el espacio para abrir las puertas al público después de 34 días de trabajo arduo. No nos hemos repuesto en su totalidad desde lo material, pero la satisfacción más grande es poder continuar tejiendo el arte en este territorio aportando a la memoria colectiva de las comunidades. Hoy el tejido ha ido creciendo en Benach, tenemos alrededor de 29 emprendimientos que surgen en la región y el nombre de Benach es conocido por su valor cultural.

Eliana Muchachasoy © Fotografía de Paula Maldonado

Más sobre Eliana Muchachasoy Chindoy, su arte y la galería Benach

Sobre Paula Maldonado 

Paula Maldonado estudió filosofía en la Universidad Nacional de Colombia y se graduó de la maestría en Estética e historia del arte de Paris 8 (Saint Denis Université) con la tesis “Clichés de América, la impresión de los imaginarios del poder”. Ha trabajado como profesora, investigadora, curadora y coordinadora de seminarios y talleres en distintos contextos y escenarios. Se interesa particularmente por los múltiples vínculos entre el arte y la cosmopolítica, la investigación sobre el arte en Latinoamérica, la antropología de la imagen y los estudios poscoloniales, la pedagogía y el trabajo con comunidades, y la creación trans-disciplinaria y colectiva.

Eliana Muchachasoy y Paula Maldonado © Siwar Mayu ~ Febrero de 2023


Espíritu de pájaro en pozos del ensueño. Fredy Chikangana

Samay pisccok pponccopi muschcoypa / Espíritu de pájaro en pozos de ensueño ©  Fredy Chikangana. Bogotá, Ministerio de Cultura, 2010.

Si prefieres leer el PDF, haz CLICK AQUÍ

La obra de Fredy Chikangana (Wiñay Mallki, raíz que permanece en el tiempo) es pionera en la historia de las literaturas indígenas contemporáneas de Abiayala. Sus versos son el reflejo de una experiencia de vida entre el trabajo al interior de la comunidad y el caminar de la palabra en espacios interculturales. De Chikangana, hemos aprendido que el retorno a nosotros mismos sí es posible, y que los territorios ancestrales continúan hablando las lenguas de la tierra; en este caso, el quechua. Con sus flautas, poemas y hojitas de koka en la chuspa (mochila), Chikangana ha compartido su mensaje de memoria y unidad desde Chile a California, y de Corea del Sur a Italia. Consciente de las migraciones de sus ancestros yanakuna mitmak, sus versos hablan de chaskis (mensajeros), chakas (puentes), e intercambios. (Juan G. Sánchez M.)

Pachakay

Pachakay
callarinasha cusicuymanta huaccayripi
causaypiy llaphllahuachai puka
tukuna rumipi yana
paypicay yupaychayniok cayiniyokmanta uku pacha 
huatanima nukanchi yawar
waskakunawan huaymapacha.
Pachachaipi
phurupay tukanta
ima huacaychina llimpikuna causaymanta 
yakucapay munainiyok ttukiri
k ́apakpay yachikpayri tucuimanta quihuakuna
ima pusapayayman ananpachaman ukupachaman 
nukansha
callpawan mosccoykunamanta.

Chaiman pacha quilluyana
rinacay tullu
jaika shimikuna pachamanta chhonccasca tarinakuna
nuka tikramuna caimán llapllahua
millma caimán, yakuman ima llancana aichakuna
nukarina takiman kcaytacunapura huailla quihuachaymanta 
micjunapak mosccutucuy runakunamanta
nuka tukuna kirushata uturunkumanta
taqui tutakunamanta tinya uyhuamanta
kenataquimanta tutaypachajahuaman
ukupachapita urkujatunmanta.

La tierra

La tierra

es el comienzo de la alegría y el llanto;

en ella vive la placenta roja

convertida en piedra negra,

en ella están los rituales de seres subterráneos 

que amarran nuestra sangre

con las lianas del tiempo.

En esa tierra

está la pluma del tucán

que guarda el colorido de la vida,

está el agua libre e inquieta,

el aroma y el sabor de todas las hierbas

que nos llevan al cielo y al infierno,

estamos tú y yo

con la fuerza de los sueños.

A esa tierra negra o amarilla

irán estos huesos

cuando la boca del tiempo los haya chupado; 

volveremos entonces a esa placenta,

a esa pluma, al agua que toca los cuerpos;

iremos a cantar entre los hilos verdes de esas hierbas 

para alimentar todos los sueños de los hombres. 

Volveremos a ser diente de tigre,

poema de la noche, tambor de yegua,

sonido de flauta a altas horas de la noche

en lo profundo de la gran montaña.

Caykuna waskamanta sumaimana

Chaipi huchuy llanta chincashcca 
runakuna tucunaq pishcupi
illapay llimpirichakwan ninamanta 
jahuapi catanakuna wassimantakuna. 
Cahuapay puñuipay causaymanta 
pakaritamapak
callpanchay ñanpay
sonccopaywan pancalla achcallaquimanta.
Ary huaquin utiykuna
ashana japina tusuykuna millmacaymanta 
tutayakpi
takipay mucmikuc
ñaupakunamanta cachakuna
richhaycunari runpanakuna
ima llimpiana millmapaymanta
kaykunashapay waskamanta sumaimana 
huarcurimakuna ananpachamanta
kaima maipiman uraikuna huañukuna
jahuinata tucuy mosccoykuna causaykunamanta.

Seres de la liana prodigiosa

En aquella perdida aldea

los hombres convertidos en pájaros 

alumbran con sus colores de fuego 

sobre los techos de las casas.

Ellos vigilan el sueño de los vivos

para que al amanecer

reanimen el camino

con el corazón liviano de tantas penas. 

Si alguien los contempla

podrá entender la danza de sus plumas 

en la oscuridad,

el canto silencioso

de antiguos mensajes

y las formas circulares

que relampaguean desde sus plumas: 

ellos son los seres de la liana prodigiosa, 

la que cuelga del cielo

y por donde bajan los muertos

a pintar todos los sueños de los vivos.

Takimanta pachakuna

Saramanta nukamantaki
yakumantari noqa samay.
Kunantaki sarunhina paikunataki
sinchina muyu ttillayaima huañuykuna. 
Ary suttuina ima micunakuna pacchakuna.

Saramanta nukamantaki
yakumantari noqa samay.
Causay kunan tarpuymittawan cainamanta 
mishquikunawan atina hark ́aima huañuykuna.

Versos de la tierra

De maíz son mis versos

y de agua mi esencia.

Canto hoy como antes cantaron

como fuerte semilla que esquiva la muerte. 

Así como gota que alimenta la fuente.

De maíz son mis versos

y de agua mi esencia.

Vivo hoy con la siembra de ayer,

con la dulce insistencia que detiene la muerte.

Pacha takipa

Saramanta takiy nuqapi yakuri samay
Taki punchau ñaupakhina taki
k’ullu sonccohima muyu ima nima huañushca 
suttuyhinamicjuchiy pucuycuna.
Saramanta: taki, yaku, samai...
Causay punchau tarpunahuancuna cayna-punchau 
trigo parhuayna poccoy ima sisay pachacunapi.

Cantos de la tierra

De maíz son mis cantos y de agua mi esencia. 

Canto hoy como antes cantaron

como terca semilla que se niega a la muerte, 

así como gota que alimenta la fuente.

De maíz: cantos, agua, esencia…

Vivo hoy con la siembra de ayer,

como espiga madura que florece en la tierra.

Nukanchis kan causay pachacaypi

Paykan cutanapaykuna quilluzarapay rumijahuapi 
nukanchistaquinakay quenawanihuan tinyacunari tarukamanta 
nukasinaiku shinkayanaiku manapacha
nukachana intita rinaima urkupaypi;
Nukasinaiku nukatusuikuni quenacunawan maquicunapura 
nukawan haku cahuirinahuan pachaukupimanta
pupumaypi inlli cayanaima apanainukari
yuyaycunaman
pachayta Maipú nukausana huañushkuni
nukachaskinakay cushiwan:
«¡Nukanupiana!» niy taita Manuel «causaimari sarapay». 
«¡Nukanupiana!» niy mama Rosario «causaimari pachapay ima
nukarupay».
Shuyanan tusuykay jahuapi huachuncuna 
nukasinaiku takinakayri huañushkuwan 
quenaswan machanchinan llaquincuna 
antuchiwan mishkichinam tutacuna 
«¡nukanupiana llakimana! caparipay
«ima nukancharinan causay pachaikay».

Aún tenemos vida en esta tierra

Mientras ellas muelen el maíz amarillo sobre la piedra 

nosotros cantamos con flautas y tambores de venado 

reímos y nos embriagamos sin prisa

despedimos al sol que huye entre las montañas. 

Reímos y danzamos con flautas entre las manos

nos vamos metiendo hacia el fondo de la tierra, 

por ese ombligo tibio que arrastra y nos lleva

a la memoria

a ese espacio donde habitan nuestros muertos, 

que nos reciben con alegría:

«¡Bebamos!», dice taita Manuel, «y que viva el maíz». 

«¡Bebamos!», dice mama Rosario, «y que viva la tierrita que nos

       calienta».

Y mientras danzamos sobre los surcos, 

reímos y cantamos con nuestros muertos, 

con flautas ahuyentamos las penas

y con chicha endulzamos las noches. 

«¡Bebamos sin pena!», gritan,

«que aún tenemos vida en esta tierra».

Ninamanta

Tutamanta kaimi urkuspiri
punkucuna cay k ́anchachii chucchunari
llinpipaywan ninamanta
k ́atcukuna cunapay cahuana tocco huachuchaicaimi
 ima chacay tutayakuna rhupaypak sonkonukan 
runakuna huarmiri yanakunas
ima cay runa ima cay yanapana pachapaipi tutapaimanta 
shimi, huaccay asiri yakushukpi cushnimanta sancju, 
ninapaypi sha callanapaipi
callanapaipiri yana
panccaykuna kokamanta muyuima runpanapi
muyuina pachapay
machupay hamk ́ay panccakuna nina-hasttik
chaimanta apanasha pancakimsa shimicunaman 
mambiari cahuarayai usphakunaman
ccocuy kimsa pancca yuyo ninfita
yallinapay hauanta acchapaymanta
«raquiycamay» niy,
«paykuna munanapas mambiar»
phutuy ninamanta kcaytashuk cushnimanta
imakuna muyuy jahuapi uaikuna
paykan upiana ñanpay ananpachaman;
tapuna sunkupay payapaimanta
«¿kayma niyman ninapay?»
Tiyana chhinshuk paquinima jatapaywan
 llantankunamanta.

Del fuego

Es de noche y en las montañas

las puertas se iluminan y tiemblan

con el resplandor del fuego;

las rendijas y las ventanas son esas líneas

que cruzan la oscuridad para calentar nuestro corazón.

Los hombres y mujeres yanakunas,

que son gente que se asiste en tiempos de oscuridad, 

hablan, lloran y ríen en un río de humo espeso.

En el fuego está el tiesto de barro

y en el tiesto de barro negro

la hojita de koka que gira en círculos

como gira el tiempo.

El abuelo tuesta la hoja y atiza el fuego,

luego se lleva tres hojas a la boca y

mambea mirando hacia las cenizas;

ofrenda tres hojas tiernas al fuego,

pasándolas por encima de su cabeza.

«Hay que compartir», dice,

«ellos también quieren mambear»,

brota del fuego un hilo de humo y da vueltas sobre la cocina 

mientras toma su camino al cielo.

Pregunta el corazón de la abuela:

«¿Qué será lo que dijo el fuego?».

Hay un silencio que se rompe

con el crujir de la leña seca.

Yuyay yakuk

Cuyak llakta
yanacunas huañuk ñoccanchic shimi rimai purinam. 
Cuerpo yaku licha purina
waiku yuyai
huaira wiñay shuchuna.
Ima yaravi
ñampi ttica maythu quinquinam yaravi
waikus pas urkus cay
yanakuna quilla yachina
inti k›uichi waiku runa.

Memoria de agua

Por estas tierras

deambulan las voces de nuestros muertos yanakunas. 

Andan con cuerpo de río

y memoria de agua,

vibrando como árbol al viento.

Por eso canto

para que canten las flores y los caminos,

los cerros y las lagunas;

para que sepa la luna que soy yanakuna

hombre del agua y el arco iris.

Quechua sonccoycaimi

Purinaymi caranuqapi
takipay pisccomanta hullilla tamiakuna 
pponccopay yakumanta chakracunapi 
runari ima purichiy puyu huaylluy.

Quechua sonccoycaimi

imaraykucaina tutakuna nuqapi huakyay 
imaraykukunan chekchipay hanapacha nuqapitapuy 
imaraykupaccarin katin taki
jahuapi usphayaykuna.

Quechua wairacaimi ima cheqquechiy kcaytakuna chakatana 
tutacunapi misterioninari.

Quechua nimacaymi huarmimanta
chaycama yuyai illaypicuna cuyaymantan
manña tullpacunamanta... manña pachakunamanta 
manña ñankunamanta.

Quechua iphupaycaimi paccarincunamanta 
ssimiri ñukanchimanta huañushca.

Quechua sonccopaipi
ima shaikuna pincuylluri tinyapura 
caballupaypi pachamanta sacha 
k ́apayhuan kiñiwa kamchari
 maipi rimay: ñukanchi maiki, 
ñukanchi cara, ñukanchi rimay, 
ñukanchi taki, ñukanchi atipacuk.

Quechua pachamamacay
caychayaqque.
cunuyachinakuna llapllahuakuna
ñoqari huachana pachaman
shukpi minka atipanakuymanta killari wiñay.

Quechua es mi corazón

Tengo en mi cuerpo

el canto de pájaros anunciando la lluvia, 

el pozo de agua en la chagra

y el hombre que pasa acariciando neblina.

Quechua es mi corazón

porque ayer la noche me llamaba, 

porque hoy el gris del cielo me pregunta, 

porque mañana seguiré cantando

sobre las cenizas.

Quechua es el viento que desparramó los hilos del tejido 

en la noche misteriosa de velas y mecheros.

Quechua es el silencio de mujer

mientras piensa en la ausencia de su amado 

a la orilla de la tullpa… a la orilla de la tierra 

a la orilla de un camino.

Quechua es el rocío de la mañana y la voz 

de nuestros muertos.

Quechua es el corazón

que se agita entre flautas y tambores 

en el relincho del tiempo milenario 

con olor a kiñiwa y maíz tostado, 

donde aún decimos: nuestras manos, 

nuestros cuerpos, nuestra voz, 

nuestra música, nuestra resistencia.

Quechua es la tierra madre 

a quien pertenecemos,

la que abriga la placenta

y nos pare al mundo,

en una minga de lucha y lunas permanentes.

Más sobre la obra de Fredy Chikangana / Wiñay Mallki

Samay pisccok pponccopi muschcoypa / Espíritu de pájaro en pozos de ensueño

© Fredy Chikangana

Siwar Mayu, Noviembre de 2022

Sanchiu. Dina Ananco

Poesía original en wampis y español © Dina Ananco

Selección e introducción © Katia Yoza

Si prefieres leer el PDF, haz CLICK AQUÍ

Dina Ananco es poeta, traductora e intérprete wampis y awajun. Tiene una licenciatura en literatura y una maestría en literatura peruana y latinoamericana de la Universidad Nacional de San Marcos, en Lima. Participa en recitales de poesía y eventos académicos en Perú e internacionalmente. Representará a Perú en la feria internacional del libro de Guadalajara en 2022.

Sanchiu (Lima: Pakarina Ediciones, 2021) es el primer libro de poemas publicado en lengua wampis. El pueblo Wampis se ubica entre el sur de Ecuador y el norte de Perú, y forma parte de la familia lingüística Jíbaro. El libro es una edición bilingüe en wampis y español, y la propia autora tradujo sus poemas al español. “Sanchiu” era el apellido de la abuela de Ananco, quien aparece en la portada del libro. Esta colección de cuarenta poemas es un homenaje a las mujeres Wampis y visibiliza su fortaleza y sufrimiento, así como los desafíos actuales en las comunidades y fuera de ellas. Los poemas siguen la forma de poesía literaria Wampis llamada “nampet” y su celebración de cantar en cualquier lugar con emociones nostálgicas, ternura, humor y tonos dudosos.

Auju
 
Kiarai, etsa kanak weakai,
ameka utñaitme
turasha Nantu wainiakum
nantu takatin nekapeakum
shir wake mesemar utñaitme
Antakrika utmain utñaitme
Jika jikamat utñaitme
Urukamtain utea, tamaka;
aishri Nantu ajapa ikukmau asa utñaiti
turamin aiñawai uun aiñaka
Yuwisha suritujakmau asa,
shir yurumin asamin,
suri asamin, aishrum ukurmakin tutaiyaitme.
 
Miñasha, ishichkisha, ashismasmeksha ujattsakia
tui nuwe penkermarisha aa
wisha ichinkachin najantan unuimartaj
Yamaika, ichinkachika, pininchika najantaka shir nekatsji.
 
Nuwech iñaktursakia
miñak iñaktursakia,
wisha unuimartaj.

Ayaymama

Al atardecer, cuando el sol se va a dormir,

sueles llorar

pero cuando ves a Luna

cuando sientes la luna llena,

sollozas tristemente.

Escuchando tu llanto se puede llorar.

Nostálgicamente lloras.

¿Por qué llora?, cuando decimos;

por el abandono de su esposo Nantu suele llorar,

acostumbran decirte los uun.

Como solías mezquinar el zapallo,

como eres de comer bien, 

como eres avarienta, tu marido te ha dejado, suelen decirte. 

A mí también, aunque sea poco, susurrando, avísame

dónde hay la verdadera arcilla

para aprender a hacer tinajita. 

Ahora, la tinajita, ni el pinin sabemos elaborar.

Muéstrame la arcillita;

solo a mí muéstramelo,

para yo también aprender.

~~~

Nantu: la luna

Uun: los mayores 

Pinin: vasos de arcilla en el que la comunidad bebe agua o masato hecho de yuca. yucca).

Atumsha urukarmetsu
 
Atumsha urukarmetsu,
Wika, wampis anentaimtan wakeeruta jajai
Wampis nuwajai metek
Wampis, papin universidad aujsaujai metek
Wampis nuwa uchirtinjai metek
Wampis nuwa aishrinñujai metek
 
Junisa pujaun tarach, akiitai tura patakemtai numi jinkaijai najanamujai iwarmameajai
Uuntur usumajakarua imanisan usumeajai
¡Ipak atsawai! Turasha wene yakatai kapantuwa juketi
Wener penkerchia ju najenchjai nakumkam shir juwawai
¡Namperaiti!
 
Wiichur esarman atian, espejonam iimajai
Wampisaitjai
¡Añawa! Arutmarua
Ee, ju jaanch penkerchia jujai wampisaitjai
Nakumameajai wakantrun facebooknum iwaiñaktasan
1 horasha nankamatsain 5 mil “ti penkeraiti” tau awai
 
Nukap atsuk, wichauwaitjai,
Yaunchuk uunnaka yajá ukukin nekapeajai, ijusan pujayatkun
 
Yapirun nijaran, tarachin awikan
Sapat tacortin aiña auna weamajai
Turan vestido kapamñun nunkuajai, tarachjai metekmamtin ati, tusan
Nunkutai kurijai najanamun nunkuran, akiitaincha winchan akian wajajai
Shiram wantiniajai
Wampis anentaijai anentaimsan, tajai,
¡Shirmaitjai!
Nakumamkan Instagramnum iwaiñajai
Eme jaiñawai aaiñak
5 mil “ti penkeraiti” tau awai
 
Atumsha urukarmetsu,
Wika juni junin yamekjai
Waurkamñu nekapeajai
Aya jamain nekapeajai
Turasha juna atsumajai.
 
Pujuttrun kajinmatkishtajai, tukin
Bañonam enkeman tarachin nunkuajai
Lima tsetsek tepeamunmasha suijkisha shir emajtatsui
Ti penker iwarnarjai, peetain ashi jukin
¡Chichakai nakumrukarti, tusan, wakerajai!
Urukukitaj nuna shir awantak, naka jirkiarti, tusan
Miña pujutruka juwaiti, tusan, eme aneasan iyajai
Kakaran chichajai
Ashi uwejan awatturaiñawai
Kame, wariñak chichaj nunasha shirka nekatsjai
Chichamu amukamtai
Tarachin, akiarmau tura peetai aiña nunaka awiran mochilanam, bolsanmaksha chumpiajai
Yapirun nijajai, celularan achikan, nui internetnum taxin seamin
Weajai
Miña anetairjai vino umartasan
 
Kashin tsawak
Periódico suramunam tura internetnum iwaiñamunam naka jiniajai
Tikich, yaktanmaya iimaru aiñajai
Aujai chichaman jimartuktatjai tachamaitkun
Nui wajajai, tarachin nunkuaru
Uuntur uruk usumajakarukit nuna yapirui epesan
Nui wajajai, wisha yakitaj nuna nekamattsan
Tsawan urukukit nui wisha metek juwajai
Wakantrui tura numparui juajai wii shuara jaanchrinka, wishimenka
 
Atumsha urukarmetsu
Wika nekámatsjai
Turasha shir nekapeajai
Ashi nunkanmaya
Kankape ejetumainchau
Suwa Kuwankus waja iman

No sé ustedes

No sé ustedes

A mí, a veces me da la gana de pensar como wampis

Otras veces como mujer wampis, 

Universistaria wampis

Mamá wampis

La amante wampis

De pronto me pongo tarach, aretes, collares y pulseras de semillas

Me pinto la cara con las líneas de mis ancestros

¡No hay achiote! Me basta mi labial rojo

Ese delineador color vino que deja pronunciado mis labios carnosos

¡Es una fiesta!

Suelto mi larga cabellera y me veo en el espejo

Soy wampis

Oh, my god

Sí, soy wampis con este atuendo hermoso

Me tomo fotos para mis redes sociales

En menos de 1 hora tengo 5 mil likes


De pronto no soy yo,

me siento lejana a mis ancestros, pero me veo tan cerca

Me lavo la cara, me desvisto

Me pongo los tacones

Y el vestido rojo para mantener el color

Mi collar de oro y unos pendientes brillantes se cuelgan de mis orejas

Me veo hermosa

Pienso en wampis y me digo 

¡Shirmaitjai!

Me tomo fotos y publico en mi Instagram

Todos me piropean

Tengo 5 mil likes

No sé ustedes,

Pero esta rutina me cansa

Me enloquece

Me abruma

Pero lo necesito

Para no perder la costumbre, diciendo 

Entro al baño y me pongo tarach

Hasta el sudor me traiciona en el invierno limeño

Me pongo mi mejor traje y los mejores accesorios

¡Necesito las cámaras en cada conferencia de prensa!

Necesito que ese lente me exotice en primera plana

Y afirmo que es así mi cultura y me siento orgullosa

Levanto la voz

Todos me aplauden

A veces, ni yo misma entiendo lo que digo

Termina la conferencia,

Saco mi tarach, mis collares y mis aretes de pluma y las guardo en mi mochila, bolso

Me lavo la cara, pido un taxi por aplicativo 

Y me voy

Me voy a tomar vino con mi amante

Al día siguiente

Salgo en las portadas de los medios impresos y digitales

Al costado de las autoridades

Nada me compromete

Allí estoy, con mi tarach

Con las líneas de mis ancestros en el rostro 

Allí estoy, buscando mi identidad múltiple

Que me sirve actuar en cada circunstancia

Con el color y la sonrisa de mi pueblo en el alma y sangre

No sé ustedes, 

Pero yo no me conozco

Y me prefiero así

Ser de todas partes

Con una raíz interminable

Como Suwa en Kuankus

~~~

Tarach: traje tradicional de las mujeres wampis.

Achiote: árbol cuyas semillas se utilizan para teñir de rojo el rostro. 

Shirmaitjai: Soy bella, soy hermosa. 

Suwa: Huito, un árbol cuyas semillas negras se usan para teñir el cabello y la cara. Ella era una mujer antes de convertirse en árbol. 

Kuankus: Río Goangos. Está al lado del Río Santiago, que pertenece a Morona-Santiago en Ecuador. Era la antigua tierra del pueblo awajun. 

Sanchiu

Ame jiimin miña uuntru pujutin nekawaitjai
Chichamrumin wari jintak wekatusuitam nunasha wainkauwaitjai
Uruk maaniñak armia
Imtichirisha urukuk armia
Warichiñak yu armia
Tuin yujau armia
 
Amiña chichamrumin nekawaitjai patarun
Antukuitjai anentan
Mushutkauwaitjai tsaankun
 
Ame aja awamuka penker, nupasha takajat ayayi
Anentin asamin
Anentruam yurumak, kenke, inchi arau asamin
 
Anentruam uchiram irusam pujújakuitme
Tikich pujutnum weakum ankan ukurkiñaitme
Uchiram, tirankim tura tiranmi uchiri aiñasha
Mátsatkamusha
Yamaisha ya aujmatsamtaiya
Uuntrusha uruk matsámajakarukit nunasha antuktataj
Ankan ukurkiñaitme ju nunka jui
Turasha, anentairuinka tuké pujame
Wii atsumakaisha

Sanchiu

En tus ojos conocí la historia de mis ancestros

En tu palabra vi los caminos que recorriste

Cómo se enfrentaban con sus enemigos

Cómo eran sus caritas

Qué cositas comían

Dónde caminaban

En tu palabra conocí a mi familia

Escuché el anen

Inhalé el tabaco

Tu chacra era tan hermosa que provocaba desyerbar 

Porque poseías el anen

Porque sembrabas yuca, sachapapa, camote luego de cantar el anen

Cantando el anen tenías a tus hijos unidos

Dejaste un vacío en mí cuando te fuiste a la otra vida

A tus hijos, nietos y bisnietos

A la comunidad

Ahora quién nos contará

Las hazañas de los ancestros

Me dejaste sola en este territorio 

Viviendo siempre en mi corazón 

Estás cuando te necesito

Cuando me siento triste

Cuando lloro

Cuando sufro estando lejos

Siempre estás ahí

Porque eres fuerte

Porque eres mujer wampis

Porque eres mujer awajun

~~~

Anen: canto sagrado Wampis y Awajun. Puede ser transmitido por deidades como Tsunki o Nunkui.

Nunkui: Mujer diosa Wampis que enseñó a las mujeres el anen y cómo domesticar las plantas.

Sachapapa: un tubérculo que es similar a la patata.

Awan

Iwarmamrau, natsanatsamtau,
shiram tura penkeri.
kinta sanartamunam waureawai
nuke yairach aiña nuna uchupiak;
shuiñan yumirin
napaka nitasha nampenai 
 
Inimmameajai:
kankaptinchau, ima nekas nawe aramsha urukawaintak
kanawertinchau, uwejtin akusha.
 
Nii,
unuimaru, wishiwishi jas, 
shuar nankamaun aujeawai
Tuké jasa wajasti tu yuminramu asa
akiachmaitak jean kuitameawai.
Aneetairin tura aneshtai aiña nuna
pujutin kuitameak.
 
Kampuwarin tukumruiñawai arantsuk,
kankape iwaramu aiña nuka utaiñawai
neajkin wainmainchaun akakeak
Iñashinka nukumawai
machit awatti, tusa.
Awatmauka kashi tsawak esameawai.

La caoba

Elegante, tímido

brillante y hermoso.

Coquetea ante la brisa del atardecer

que refresca las diminutas hojas

mientras las abejas se embriagan

con la miel de los frutos de las uvillas.

Me pregunto:

¿qué haría si tuviera pies y no raíces?,

¿si tuviera manos y no ramas?

Él,

siempre sonriente y educado

saluda a cada transeúnte.

Condenado a permanecer quieto,

vigila sin sueldo alguno la casa. 

Cuidando la salud de sus amantes

y de los desamados.

Patean el tronco sin recelo,

las raíces ornamentadas gimen

deslizando lágrimas imperceptibles.

Su cuerpo se contonea

esquivando el filo del machete.

Cada herida se renueva al amanecer.

Me cuenta sus aventuras indecentes. 

Su temor a las enfermedades mortales.

El golpe casual del hombre con una motosierra.

Nadie conoce su futuro.

Tampoco los árboles frondosos

pese a su experiencia

del ayer y de sus años venideros.

Etsa
 
Yaunchuk urukuk ayam nuka kajinmatkim
yaki ekemsam, shir irkattsam aeskartame.
Kajeawastai tumain sukurkateame.
Jika jikamtatsuk nekapeatai tumain akaame.
Nuniakmin kuntuts nekapnitji.
 
Yaunchukka, iya junin asam,
nunká pujujakuitme.
Iya junin asam, nunká wekájakuitme.
Turasha yamaika, apumasam yaki eketeame,
kajeawastai tumain, kajeachiatam.
Nunisam ejemsam,
yumijai manin ájaku asam,
Nii yutain etsanteakminka
“yumi ipameawai,
etsa uteawai”, tiñaitji.
Nunisam irauwaitme nunkasha.
Nunismetsuk yumisha irareamtai.

Sol

Olvidando cómo eras antiguamente

sentado arriba, mirándonos fijamente nos quemas.

Como si estuvieras enojado nos quemas.

Bajas como si sintieras nostalgia.

Cuando haces eso, siento tristeza.

Antiguamente, como eras como nosotros,

vivías en la tierra.

Como eres como nosotros, solías andar por la tierra.

Pero ahora, estás arriba como jefe,

como si estuvieras molesto, sin estarlo. 

Así estando,

como solías pelear con la lluvia,

si soleas cuando llueve

“la lluvia anuncia el mal augurio,

el sol llora”, solemos decir. 

Así, visitas la tierra. 

Seguramente así le visitas a la lluvia.

Más sobre Dina Ananco y el poemario Sanchiu

Sobre la traductora

Katia Yoza es candidata al doctorado en el Departamento de Español en la Universidad de Rutgers y es una becaria Louis Bevier. Actualmente es coorganizadora del Grupo de Trabajo de Estudios Andinos y Amazónicos en Rutgers. Su investigación se centra en narrativas textuales y visuales amazónicas sobre cosmovisiones indígenas que involucran audiencias urbanas, públicas y globales. Tiene una Maestría en Literatura Comparada de la Universidad de París IV – Sorbona y una Licenciatura en Literatura Hispánica de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Ha impartido cursos de literatura y español a estudiantes de pregrado y secundaria en los Estados Unidos, Perú y Francia, y ha trabajado en humanidades públicas a través de asociaciones locales y ONG en los Estados Unidos. También publicó una colección de cuentos sobre animales de la Amazonía rescatados del comercio ilegal.

Sanchiu © Dina Ananco

Selección y presentación © Katia Yoza ~ Siwar Mayu, Octubre 2022

Recordar los Andes en territorio cheroqui. Byron Tenesaca

The Breedlove Brothers © Byron Tenesaca

Fotografía y arte original © Byron Tenesaca 

Entrevista y comentarios © Juan Guillermo Sánchez Martínez

Cuando vivimos lejos del lugar donde nacimos es siempre grato encontrarse con una persona que, igual que uno, conoce la experiencia de la migración, y recuerda lugares semejantes a los que uno mismo añora. El pasado 6 de junio de 2022 nos encontramos con Byron Tenesaca, artista y educador kichwa, en el jardín botánico de Tokiyasdi (Asheville, Carolina del Norte). Mientras caminábamos, íbamos reconociendo las plantas, haciendo conexiones con los Andes. Entonces le propuse que hiciéramos una entrevista sobre su proceso creativo entre lenguas, territorios y técnicas. Lo que sigue son algunos fragmentos de la entrevista. 

Byron Tenesaca es un artista visual y educador bilingüe que reside en el occidente de Carolina del Norte. Él nació en una comunidad ancestral de los Andes ecuatorianos, en una familia de cesteros y agricultores. Creció allí con su abuela, con quien Byron aprendió el sistema de reciprocidad que existe entre los seres humanos y las montañas. A sus 11 años, viajó con su abuela a los Estados Unidos para vivir con su madre biológica (ambas fundamentales en su obra). Después de graduarse de la Universidad Western Carolina (WCU) en 2015, fue seleccionado para una residencia artística en The Bascom en Highlands, NC. Su pasión por el arte y la educación lo ha llevado a asumir roles como intérprete de español, maestro de arte para niñxs, maestro de español en la escuela secundaria, consejero en campamentos y, más recientemente, instructor de HiSET. Byron tiene una maestría en Educación Integral de la Universidad de Western Carolina. Recientemente, Byron fue uno de los 50 artistas seleccionados para formar parte de la exposición inaugural Appalachia Now! del Museo de Arte de Asheville. 

Remendando la Llachapa Vida. Un breve documental sobre María Francisca Guamán Morocho (Mami Pancha), una inmigrante con una rica herencia andina que ahora reside en NC. © Byron Tenesaca

Juan: Siempre le pregunto a los invitados que se presenten y nos cuenten cuál es su territorio…

Byron: Me llamo Byron Tenesaca, vengo de una comunidad kichwa-kañari, de los Andes, de lo que hoy es el sur de Ecuador. Vengo de una familia de tejedores, agricultores que han preservado la tradición por medio de los alimentos, y de estar en esta armonía con el medio ambiente, dedicando la vida al buen vivir para el futuro. 

Juan: Estaba mirando tu página, y vi que trabajas pintura, fotografía, dibujo, y diseño digital. ¿Cómo es tu relación con el arte, con la creación? ¿Cómo se relacionan con tu ser, con tu vida?

Byron: Desde pequeño dibujaba. Cuando acompañaba a mi mamá-abuela a vender las canastas en la ciudad, me acuerdo que coleccionaba dibujitos, revistas del piso, de gráficas que me llamaban la atención. Luego iba a la casa y en un papel de líneas de la escuela de mi hermana, los dibujaba, los pasaba en ese papel, en la ventana, me acuerdo. Tenía una colección ya larga de comics. También crecí halado de la pollera de mi mamá-abuela, y cuando ella tejía yo estaba al lado de ella, siempre al cuidado de mi mamá-abuela.

Remendando la Llachapa Vida. Un breve documental sobre María Francisca Guamán Morocho (Mami Pancha), una inmigrante con una rica herencia andina que ahora reside en NC. © Byron Tenesaca

Como en muchas familias transnacionales, Byron creció con su abuela en Ecuador y luego se juntó con su madre en Estados Unidos, quien había emigrado antes al norte. Byron me contó que su madre solía enviar paquetes con ropa para sus hijos, juguetes, a veces documentos importantes para la residencia, y un cassette de video… 

Byron: Y ese cassette lo poníamos en la tele y veíamos una mujer hablando en el espejo. En ese momento nosotros no conocíamos esa máquina bien grande que ella tenía en su hombro. Ella hablaba y nos decía cosas a nosotros. Mi abuelita me decía: “Mira, esta es tu mamá. Algún día vas a verla. ¡Salúdala!”. Pero en mi mente yo veía ese video y sólo veía manos y una máquina bien grande, y entre mi mente de niño yo decía: “Pues mi mamá es medio robot. Tengo una mamá que es como robot…” (risas…)

Entre la risa y la gravedad, Byron me contó lo difícil que fue llegar a la Isla Tortuga (Norteamérica), un lugar desconocido para un niño de 11 años que vivía en ese entonces con su mamá-abuela en los Andes. Byron no llegó a las montañas de Carolina del Norte, sino a la bocacosta. Pronto, la rutina de ir a la escuela y quedarse encerrado en las tardes contrastó con la libertad con la que había crecido: yendo al río a bañarse y a pescar. Los años pasaron y terminó estudiando en la Universidad de Western Carolina, una gran oportunidad para reencontrarse con las montañas. Quería ser médico (por influencia de su madre), pero pronto se reencontró también con el arte.

Byron: Por medio del arte yo puedo aprender más de lo que sea, de filosofía, matemática, cualquier cosa. Empecé a ir a exposiciones de la universidad, y me metí en el programa de arte, y no creo que le haya gustado a mi mamá (risas…). Me llamó mucho la atención la pintura, y después la fotografía, y de ahí vino el diseño. Pero me enfocaba más en un mundo de sueños y mundos entre acá y la realidad en la que yo crecí. Tal vez era un propósito de la fotografía el de ir a tomar fotos y hablar y conocer diferentes perspectivas. 

En esa búsqueda, ya en los últimos años de la universidad, Byron se va a vivir más adentro en las montañas y conoce a algunos integrantes de la comunidad cheroqui.  

Byron: Me acuerdo que en el bachillerato aprendimos de los nativos, pero era como diferente, no había aprendido de la comunidad cheroqui. Entonces fui y platiqué con amigos cheroqui de mi edad, y era interesante que tuviera más conexión con esa comunidad que con la comunidad latina o hispana con la que crecí. Me gustaron mucho los tejidos, porque cuando los vi, yo dije “esto es como si yo estuviera viendo a mis tías, a mi abuelita, tejiendo”. Entonces ahí me llamó la curiosidad el aprender un poco más de la cultura cheroqui. Y mientras más aprendía, más me regresaba a mi infancia (…) El concepto de “latino” e “hispano” es algo que es nuevo y creado aquí, y no estoy opuesto porque me gusta cómo crean diálogo las organizaciones, pero también se deja a un lado la indigeneidad. Es como crear una iglesia encima de una huaca (lugar sagrado andino), ¿verdad? Es como si estuviéramos aquí solamente desde que se independizó tu país, pero si vas más allá, aprendes que no, yo no soy lo que llaman un “alien” (risas…). Aprender más allá de lo azteca, por ejemplo mi cultura kañari que va más allá de “lo inca”, te da más fuerza. La colonización ha borrado mucho, pero donde los pies tocan la tierra, ahí pertenecemos.

Como vemos en las fotografías de Byron Tenesaca aquí incluidas, hay series que captan eventos aquí en Carolina del norte (paisajes, bosques, superposiciones en photoshop), pero también hay series en las comunidades andinas de Ecuador. Esa doble mirada del fotógrafo y el artista hacen única esta obra, que va y vuelve de la soledad a lo comunitario. Pensando en ello, le pregunté a Byron: “desde el ojo del fotógrafo, ¿cómo es esa experiencia? ¿Sientes que la luz, o la relación con la cámara, cambian al estar aquí o allá? 

Andes: Cañar-Azuay © Byron Tenesaca

Byron: tal vez un poco más de confianza al estar más cómodo allá, por la familiaridad. Aquí, lo que he fotografiado es a personas, que al principio son extrañas, pero que después de dialogar, si hay oportunidad, hago una especie de fotografía documental de mis experiencias. Y también he fotografiado lugares, sobre todo durante la residencia artística en The Bascom en Highlands. (…) Y esa soledad, al estar en un lugar bien amplio, natural, me gustaba ir a lugares donde siempre son documentados por los turistas, pero siempre hay cierto tipo de luz, cierto tipo de ángulo, y me iba a esos lugares durante la lluvia o cuando no había nadie, o después de llover, o al atardecer. Es un espacio diferente (…) 

Western NC, 2016 © Byron Tenesaca

Byron: Hay una serie que llamo “Human Mounds” (Montículos humanos). Estaba leyendo un poco de los montículos de aquí en Carolina del norte, un conjunto de tierra, conchas, bastantes cositas que los nativos de aquí usaban para crear estos montículos. Y me quedó esa idea, porque también en estos lugares habían restos de personas, entonces me enfoqué en eso, en el ser humano como ser orgánico, como un ser que es otro nudo en esta fibra de naturaleza, de pachamama, entonces lo representé como una fruta en posición fetal, y solo fotografié la espalda, porque tenía cierta figura que era como un eco de las montañas, y lo sobrepuse en diferentes lugares. Y me hizo acordar dónde yo veía esta figura antes, por qué nació esta idea, y es lo que nosotros llamamos zambos (calabazas). Y también me acordó de mi tía, que tiene una discapacidad en su cuerpo, y mi abuelita tenía siempre que bañarla, pues ella no puede pararse recta, sino que siempre tiene que estar de esa forma así (encorvada). Y la bañaba, me acuerdo a temprana edad de esa imagen de la espalda redonda de mi tía (risas). 

 

Montículos humanos © Byron Tenesaca

Kay Pacha © Byron Tenesaca

Juan: Esa exhibición, “Human mounds” se relaciona con la exposición “Kay Pacha”, en la que también hay esa misma forma, la del cuerpo desnudo en posición fetal, pero ahora desde el dibujo. 

Byron: Sí, esa imagen pasa de la fotografía, al dibujo y luego al grabado, y la sobrepongo con los alimentos con los que crecí comiendo, y que hay en nuestra región, creando algún tipo de armonía visual, pero también esa armonía que hay con el ser humano y las plantas. Cultivar tus propios alimentos, esa reciprocidad que hay entre tu cuerpo y las plantas y las montañas. De ahí nace el agua, ahí cultivamos la tierra, nos da de comer. Estamos comiendo un poquito de la montaña, nos transformamos nosotros en la montaña, y cuando morimos vamos de nuevo a la montaña (risas). Este es el espacio de los seres vivos, que es el Kay Pacha. 

Juan: En lo que me estás contando, es como si el encuentro con la comunidad cheroqui, y la exploración tuya a través del arte, te llevaron hacia los Andes. ¿Sientes que el arte te ha llevado a recordar? ¿El territorio cheroqui te ha abierto espacios para recordar? 

Byron: Sí. Creo que está en una línea de uno de tus poemas que dices “Andes Apalaches”. Por eso me quedé aquí después de estudiar porque me recordaba donde nací, al lado de un río, junto a las montañas (…) Y hay muchas similitudes. Mientras más aprendo de las comunidades indígenas de aquí, más impresionante es la sabiduría y la forma de vivir en mi niñez (…) Ahora estoy aprendiendo más sobre el tejido. El proyecto que recién terminé fueron 12 canastitas pequeñas de papel, con mis dibujos, y en la base, que es la parte más importante de cualquier canasta, es el retrato de mi familia, que representa lo que nos ha mantenido juntos, las mujeres de mi familia. Y a los lados están unos dibujos del maíz, o choclo como lo llamamos allá, también frejol que allá llamamos poroto, las papas y el zambo. Y el remate (el borde final) me lo tuvo que enseñar mi tía, por medio de zoom. Osea, uno aprende viendo, nunca te dicen así, así, entonces a mi tía se le hacía difícil por medio de la cámara decirme: “Agarra con tu mano izquierda y con este dedo, y tienes que darle para adelante o para atrás.” (risas) Y para tejer una de papel, me tocó como seis horas, y no me gustó como lo hice, y después traté otra vez. Y la tercera vez sí, ya me gustó. Y la cuarta ya fue la primera terminada. Y ahora puedo hacer una canasta en dos horas y media. 

4 generaciones de tejedoras de cestas © Byron Tenesaca

Juan: El tejido está muy presente en muchos de tus proyectos. A veces puede ser un tejido de líneas, a veces puede ser un tejido de materiales. Y claro, yo veo que estás haciendo un tejido entre los Andes y los Apalaches. ¿Cómo es ese proceso de tejer para ti? 

Byron: El tejido no es solo el arte o la artesanía, sino un momento de reflexión, de crear un espacio para ti mismo y para tu familia. Yo me daba cuenta que aquí en cheroqui, también como en mi familia, tejemos en comunidad. No se teje solo. Siempre es con tus tías o con tu mamá. Y están los niños alrededor jugando. Y creas un espacio de reflexión donde tal vez hablas de temas que no se pueden hablar cuando estás en otro lugar. Yo reflexionaba sobre cómo mi abuelita llevaba tantas canastas en su espalda al ir a vender a la ciudad. Y tan inteligente que ella era, iba de casa en casa. La meta era venderlas en la ciudad, pero ella las iba vendiendo desde nuestra casa, y cuando llegaba al lugar donde tenía que venderlas, ya estaba solo con una (risas…) Entonces comprábamos los alimentos necesarios, manteca, azúcar, sal, panela (piloncillo, un bloque de caña), porque lo demás no se necesitaba. Entonces reflexionaba en todo esto mientras tejía y en las conexiones con las comunidades de acá, después de dialogar con las tejedoras cheroqui Mary Thompson y Faye Junaluska. 

Juan: Yo quisiera terminar esta breve conversación con una pregunta sobre el futuro. ¿Cómo ves este renacer de muchos jóvenes que como tú han crecido aquí en el norte pero están reconectando con su gente? ¿Cómo ves el futuro de estos intercambios entre el sur y el norte? 

Byron: Yo diría que el futuro está en el pasado, como lo dicen algunos abuelos en algunas charlas que he escuchado. Para crear un futuro tenemos que tener en mente lo pasado. Claro que las cosas cambian, pero aprendiendo de nuestros errores y de la historia de los pueblos originarios (…) Por ejemplo, algo como justicia indígena. Aquí en los Estados Unidos la cárcel envenena al ser humano en vez de sanar. La educación también, la que está enfocada en el capitalismo. Entonces yo tengo un rol importante como maestro, de alguna manera u otra influencio a la siguiente generación. (…) Antes, los gobiernos tenían un cierto control sobre nuestros pueblos por no saber leer, y te pedían que firmaran documentos y cosas así, incluso el papá de mi abuelita, pues a él le tocaba un terreno por haber vivido toda su vida trabajando ahí, y el día que le tocaba recibir, el hacendado le dijo que firmara unos papeles porque habían cambiado unas leyes, y lo hizo firmar. Le dio un poco de dinero y le dijo que no regresara. Ahora hay resistencia. Para poder pelear el sistema hay que saber sobre ese sistema (risas…). Yo me siento optimista por los cambios, pero sabiendo dónde estamos.

Alumbrando con su arte y sus ancestros, Byron camina y crea hoy en Tokiyasdi (Asheville, NC), y nos recuerda la importancia de la mujer: su puntada en el tejido comunitario y su fuerza para sostener la familia. Contra el machismo y el sexismo patriarcal, Byron terminó nuestra charla con el siguiente mensaje:  “La mujer siempre tiene el rol de mantener a todos juntos (…) Por eso digo gracias a todas esas mujeres, madres, abuelitas, las warmis que como la montaña, los Apus, nos alimentan para poder continuar con el futuro”. La invitación es a sembrar desde la semilla, echarle tierrita, abono, agua, acompañar su proceso con nuestra manos e intenciones, para finalmente cosechar cuando se cierre el ciclo. Verlo con nuestros ojos para apreciar el milagro y la abundancia de la vida sobre la tierra madre. 

Más sobre Byron Tenesaca, el tejido cherokee, y la comunidad Kichwa en los Estados Unidos

Fotografía y arte original © Byron Tenesaca ~ Siwar Mayu, septiembre 2022

Entrevista y comentarios © Juan Guillermo Sánchez Martínez

4 poetas del Encuentro Cultural De Mujeres Originarias 

“Yomoram jyayappapä’is jäyätzame”

Selección y traducción del Inglés © Paul Worley y Carolina Bloem

Si prefieres leer esta muestra en PDF, CLICK AQUÍ

MARY LEAUNA CHRISTENSEN

Innato

[Publicado en Denver Quarterly]

El idioma en mí/ es antiguo/ aunque nuevo para mí/ mi paladar encorvándose/ un metal sobre llamas/ practico los sonidos de animales/ sus nombres/ casi ancestrales/ como si supieran que estoy intentando/ yona (1) / la primera palabra que aprendí/ oso/ alguna clase de testigo/ a un renacimiento descuidado/ le he dicho a un amante/ llamaré a mi cría/ tsisdu (2) / porque es bueno/ ser pequeño y rápido/ y consciente de tu entorno/ me tatuaré la semblanza del animal/ en la cara interna de mi muñeca/ un recordatorio/ no se puede confiar en mi cuerpo/ para reproducir/ nada/ que no sean palabras 

(1) yo-na: oso [Cherokee, dialecto oriental]

(2) g-stdu: conejo [Cherokee, dialecto oriental] 

~~~

Bifurcación 

[Publicado en Puerto del Sol]

Yo parto/ mi lengua/ por la mitad/ no como una serpiente/ pero como dos varitas de zahorí/ saborean el labio superior e inferior/ en unísono/ encuentran el agua ahí/ la mena/ maldice a un amante/ y lo ama a morir/ 

Quiero un poquito de todo/ cabezas y colas/ lados y lados/ de dos idiomas/ la lengua de mi madre/ colonizada/ y la lengua de su madre/ acorraladas a la ladera de la montaña y arroyo congelado/ 

En verdad mi lengua son los uroboros/ uniéndose en una boca húmeda/ tratando de encontrar alguna infinidad/ 

donde ninguna palabra/ se recoge bajo montículos

~~~

En el que soy una suma de partes

[Publicado en Southern Humanities Review] 

2 collares de semillas de maíz 
cuelgan en la parte de atrás de mi puerta

junto a dos bolsas de medicina 
hechas de pequeñas cuentas de vidrio 

plata esterlina y turquesa 
corbata de cordón

	(nada hecho
	por mis propias manos)

*

Otra lección

mis ancestros se escondieron en cuevas de 
montañas y uniformes confederados 

a mi muchos-tatarabuelo
se le dio el nombre inglés Nimrod 
pq acaso no somos todos poderosos cazadores 

y es posible que mi sangre esté alterada 
o diluida en alguna parte de Oklahoma 
pq no todos los ancestros tuvieron tanta suerte 
	
       (si ese es el término que estamos usando
	y no se puede ignorar el hecho—

	Estoy diluida hasta el carnet 
        en mi billetera que indica  
        mi sangre como un porcentaje)

*

Mientras yo limpiaba 

la casa de mi abuela

encontré una caja de lágrimas

*

Era apenas una adolescente
la primera vez que recuerdo
visitar la reserva
que mi abuela dejó 
hacía décadas

su hermano y la esposa de 
su hermano intentaron educarme

comentaron en mi carencia—

cómo esa era la primera vez
que intenté y desistí de hacer adornos con cuentas—

decepcionada cuando
la correa que hice se rompió

*

Mi primera lección   fueron semillas de maíz

su dura forma gris      imperfectamente redonda

cómo eran     sólidas manifestaciones

de cada lágrima cherokee     llovida

por el sendero

*

El nombre científico de la semilla de maíz 

es de muchas sílabas pero aquí 

lo llamaremos Lágrimas cherokee 

es fácil ensartarlo en collares

pero no se debiera confundir

con con cuentas de semillas que vienen

en varios grados de diminutos

plásticos y vidrios

*

La última vez que estuve en la reserva
no fue para conocer
sino por un entierro

y compré cuentas de colores 
me dio consuelo

junto con agujas

tiras delgadas de cuero

hilo de tendón ceroso hecho por el hombre

*

Las lágrimas no equivalen al luto 

pero tomo la yema de mi dedo 

presiono contra un ducto y espero 

encontrar algún bloqueo 

que induzca algún tipo de nacimiento

~~~

MIRA LA GRABACIÓN DEL ENCUENTRO AQUÍ   

KIMBERLY L. BECKER

Helianthus

En el camino a verte
paso por un terreno lleno de sol,
oro sobre oro,
y recuerdo que decías
que eres descendiente
de los mayas

Sol/baile del sol

Agarro la felicidad
como si fuera una moneda luminosa
dentro de un pozo de deseos
Me dices mejor esperar
y seguir al sol
como estas flores en la luz centelleante 

~~~

Heimweh

Estoy lejos de
colina y montaña
	En estas Praderas Norteñas
el viento no cesa,
susurra como el mar
Asombro por los pelícanos
blancos, y no como los pelícanos cafés vistos 
	sobre las olas del Atlántico
Disonáncia de lo familiar
en un lugar desconocido
	La luz insinúa tarde, alborada temprana
Espera por el invierno, me adviertes
Aprendo un lenguaje nuevo
para este paisaje: barranco y hoya
zona baldía oteros y peñascos
	Un águila se lanza por su presa
más bello de lo que imaginaba
Bisontes truenan sobre la tierra
Un caballo solitario retroiluminado sobre una subida
Mi boca intenta formar la palabra
para caballo en tu idioma: xaawaarúxti’
	pero aún miro al Este para cantar
mi canción matutina en Cherokee
	En un camino polvoriento enmarcado por prímulas
encuentro  tres piedras amarillas
pequeñas joyas del sol que regalo a mi hijo
antes de su vuelo al Noreste
	Un pelícano en un estanque extiende sus alas enormes
como si se vistiera o se quitara una capa,
o, como si midiera el alcance
entre su existencia y mi insistencia
	en un parentesco que no es totalmente imaginario
los dos estamos entre casas
en el camino
	a otro lugar

~~~

Ventus

Este viento talla los caballos sin jinete 
que vuelven de Little Big Horn a sus formas esenciales

La idea del hogar siempre nos jala
El agua y el viento forman balas de cañón de piedra

Intercambiamos palabras de bienvenida: NAheesa atistit/osd sunalei
El viento nos afloja el pelo, lo que dejamos crecer por nuestra pena

La vergüenza se quema como el fulgor del Bakken
El viento tira las llamas como si fuera crines de caballos

En Alemania un siroco de España acaricia
En esta espacio vasto las distancias engañan

Las palmas casi se tocan, la energía es palpable
Para seguir la Aurora Boreal, bajo un app,

nos imagino acostados, imantados debajo de los cielos de neón
Me cuentas que el Missouri se llama el Gran Misterio

Me presento como lo hago con cualquier persona
Señalas la dirección del corriente fuerte

debajo de lo que yo percibía sólo como una superfície revuelta
Recordamos la inundación de tierras 

ancestrales, diques construidas para aprovechar de la potencia
mientras que el río y el viento siguen ajustando su camino

KARLA CORDERO

ABUELA ES UN MACHETE ENVUELTO EN SU DELANTAL PREFERIDO

una vez un hombre lanzó un plato de frutas contra la pared de la cocina y la abuela aprendió cómo el vidrio podría parir pequeñas dagas. ella reemplazó a su esposo por cuchillos. agarra  una cuchilla como un arma cargada. disfruta cortar manojos de cilantro para caldo y la gente jura que tiene podadoras como dedos. en el patio los árboles botan canastas de frutas pero a la abuela no le gusta la cáscara. puede cortar la piel de la pera en segundos. limpia. puedes ver el azúcar correr por la rodaja. cada mano un carnicero de aplomo. nunca ni se pinchó un pulgar. y por treinta años chuzaba carne. cortaba albahaca. le quitaba al salmón sus branquias brillantes. entonces el dr. gonzalez se había tallado pedazos. se le dio cubertería de plástico. todo su metal quedó romo. Los utensilios buenos para la carne se le escondieron. las llaves de la casa ahora encadenadas a su delantal y a veces su boca switchblades cuando se pierden las llaves. hoy en el mercado cuento sus historias de las palmas que tiene. cómo una vez engañaron a una zanahoria a bailar como confeti brillante y abuela agarra una pera fresca. el final pesado limpiado por la neblina de su respiración. ella jura que siempre ha amado la carne pálida de la fruta. y sus dientes una gaveta de madera de machetes.

~~~

ALLISON HEDGE COKE

MARIPOSAS BORRACHAS

Mariposas ebrias, pedas

espiralando hacia arriba desde charco de agua

cargando el follaje fermentado

nosotros pasamos cerca mientras andábamos en canoa en el Río Neuse.

Anaranjadas, blancas, amarillas, azules, negras, cafés

manchadas, de cola bifurcada, estampadas, 

moteadas, destello palmeado y temblor, 

aletea fina, vuela, apareamiento ritual de las vanesas. 

Envolviendo su timidez en sus alas, encubierto, debajo

de una manta plegada sobre el amante. 

El coraje líquido anima el principio, sobre 

provisión por casualidad, presa fácil para

el pájaro acechando, tortuga, pez, cangrejo de río, rana.

La belleza de todo esto

en una ala soleada brillando, cayendo  adelante y

de regreso, arriba y abajo. Frenesí fantástico

color gentil, ala plumada demasiado delicada para tocar

sin quitar la punta. Metamorfoseada

solo para este día

una metáfora, relacional, 

paratodo lo que es y será bueno.

La niña mariposa envuelve su cabello en una ala trenzada

aletea para el futuro. Se vuelve 

el toque más suave, levantando y elevando

todo lo que está a su alrededor—todo lo que es bueno—

este es bueno—

algo que hace mucho

mejor que los Seres Humanos

según el acuerdo natural de la manera tradicional 

de la carrera de la creación de las mariposas, 

que sucede así, para ella tanto como para las que vienen después. 

Kama, kamama. Atrápala 

en la mañana  y

otra vez en la noche, al mediodía flota en la brisa. 

~~~

ESTAR A LA TALLA

No fue que él no llevaba calcetines en sus pies,

ni la tela del codo que se descosió unilateralmente,

ni el desplazamiento igual de barbilla y frente,

ni el ojo derecho situado un poco más bajo

que el de la izquierda, fue su nudillo lo que

me hizo llorar, 

rincones clavados al lado, como ganchos para carne minúsculos

rasguñando pedazos de él cada vez que movió, invisible,

oportunidad desplegada. Fue su músculo desgarrado,

podrido, la mano protésica, desmayo lo ancho de los dedos

cruzando su intento a una sonrisa, dejada allí, para

que cualquiera la viera-fue su merced. Al final somos

raramente bellos, sobre todo colocados lejos de

situaciones arriesgadas en posturas que compensan los que

hemos llegado a ser en los ojos inquietantes de los mirones. 

Aún así, él estaba, está, aquí todavía dentro de lo mío, y soy humano

por eso. Quizás sólo por eso. Quizás. 

~~~

PANDO/PANDO 

El Gigante álamo temblón / Sitio de un masacre boliviano

Gigante que tiembla
 sobresalido con insistencia
Pando 
 /Pando 

ondeando me extiendo
 expulsada de las calles
perpendícular  al filo de la hoja
Pando/ 
 Pando 

 caos, gas natural
peciolo aplastado
 la oposición empujando hacia la autonomía de la derecha
corre, eleva, se revela, tiembla
 en el cuarto día de
amarillo-blanco-grisáceo-amarrillo
Pando/Pando

 huelga de hambre, asaltantes
 lanzaron una granada verde
 forzaron los campesinos descamisados
 a arrrodillarse
árbol
Pando
/Pando
Pando/
Pando
hombre álamo temblón extiende la sublevación
floreciente, flor,
se extiende la raíz brota
Pando
emboscada
donde Morales se hospedó
biomasa gigante clon sublevación
crecimiento indígena profundamente enraizado 
previene que Bolivia se astille
Pando/Pando

 visitando Santa Cruz
cien hectáreas
 la dinamita acribilla
catorce millones de libras
 humillación pública
Pando/Pando

enraizado ochenta mil años
 cinquenta alcaldes indígenas enraizados
treinta andinos asesinados esta semana
fronteras paralizadas
 Argentina, Brazil, Paraguay
Pando/Pando
colonial clon
 masacre colonial
individuo genético singular
 Morales, un indígena Aymara,
Pando/Pando
 oposición organizada, estudiantes
universitarios conservadores, forzaron
a los indígenas aterrorizados a arrodillarse
forzaron a la gente refugiada
 a pedir perdón por venir a Sucre forzaron
corearon insultos a su héroe Evo luego
los conservadores prendieron fuego
 al azul, al negro, al blanco de la bandera Aymara
agarraron los ponchos hechos con manos Aymara
a gente Aymara
Pando/Pando

Pando/Pando
rizoma, brote elemental
 disparados, siete muertos
disparando—genet/ramet
 campesinos

organismo que excede
 que la evidencia actual no apoya

El Lago de peces tiembla
 Amazonas
 Pando
la vida del álamo temblón en  la más extensa 
germinación singular 
Pando/Pando 
 Pando/Pando 
Pando/Pando 
 Pando/Pando 
Pando/Pando
 Pando/Pando Pando/Pando

~~~

ESTÁBAMOS EN UN MUNDO

Estábamos en un mundo, en un mundo, en un mundo. Claro, teníamos nuestros glifos, pero éramos providenciales. Una vez, algunos cree-ntes en el abecedario, vendedores de vidrio, asesinos de Ursus Arctos, mandaron todo su campo en un campo maldito más rápido en un giro retroceso, torbellino de momentum angular intrínseco—bosón se derrite. Girando, salió corriendo iceberg, iceberg, iceberg; glaciar reforzado tiempo trazado ayer base firme—todo debajo tiró torrente aluvial, diluvio de Niagara, avalanche de repente, flujo, corriente, hasta que sus ciudadelas costeñas se pudrieron por ciclones, tsunamis, vientos huracanados. Tornados echaron las olas adonde quisieran. Erupciones volvieron a moldearla hacia algo digno de Ella. Por no hablar de los terremotos. Y la gente, la gente, la Gente, empujados al cataclismo, unas pocas generaciones después de que fueron obligados al catecismo del libro alfabético, pronto había astillas desgracia tragedia tormenta, partículas fragmentadas del pasado actual, en un mundo alejado de la oratoria, la canción, las oralituras, las oraciones ahora girando, bamboleándose. Ya pronto caliente, caliente, caliente, caliente, caliente, caliente, caliente, caliente, caliente. Calientes, los manglares muriéndose, La Bahia de Waimea desapareciendo, dengue, la variación en la migración de la mariposa, la pradera vuelta bosque, la sábana brotada del desierto, caribou, arao aliblanco negro, murcielagos, rana, caracoles—ausentes. ¿Qué querrán comer las grullas canadienses? Los alados pondrán temprano sus huevos. Los arrecifes se descoloran. Lluvia, lluvia, lluvia, lluvia, lluvia, lluvia, lluvia, nieve, nieve, nieve, el fuego ferozmente flameando, fascinado por el re flejo de su propio resplandor. Las marmotas se levantan temprano. Los mosquitos perduran más, perdurando picando difundiendo el virus West Nile. Osos polares dejan de dar a luz. El zorzal petirrojo y la golondrina entran a la vida de los Inuit. El trueno encuentra a los Iñupiat. Aquí, según dicen, glifos dejaron a las paredes de piedra, a los platos de roca, a la corteza, a las ramas, y saltaron, animados, a la vida actual, sacudieron sus hombros, enderezaron el cuento, pusieron el mundo sobre los huesos de sus alas, se elevaron en la Noche, para colocar el Mundo de vuelta en su cielo cuenca—nos tranquilizó. Algunos dicen que los restos de la sopa fueron palabreados con lenguaje descolonizado. Otros dicen que su sabor persiste incluso aún. 

Más sobre las poetas de esta selección

Sobre los traductores

Carolina Bloem enseña estudios latinoamericanos y español en Salt Lake Community College. Su investigación se centra en la oralidad wayuu actual y su impacto en las comunidades locales e internacionales. Otros intereses de investigación incluyen la escritura de viajes en Colombia y Venezuela durante el  siglo XIX, y los manuales de conducta y su papel biopolítico en la sociedad.

Paul M. Worley es de Charleston, Carolina del Sur. Es profesor de español en la Universidad Estatal de los Apalaches, donde se desempeña como director del Departamento de Lenguas, Literaturas y Culturas. Co-editó con Rita M. Palacios su libro más reciente, Unwriting Maya Literature: Ts’íib as Recorded Knowledge (2019), con el que recibió una mención de honor como Mejor Libro de Humanidades por la Sección México de LASA. También es autor de Telling and Being Told: Storytelling and Cultural Control in Contemporary Yucatec Maya Literatures (2013); las representaciones orales grabadas como parte de este proyecto de libro están disponibles en tsikbalichmaya.org. Ha sido también becario Fulbright. Junto con Melissa D. Birkhofer, es co-traductor de Word Mingas (2021) de Miguel Rocha Vivas, cuya edición en español ganó el Premio Casa de las Américas de Cuba en 2016. También ha traducido obras seleccionadas de autores indígenas como Hubert Matiúwàa (Mè ‘phàà), Celerina Sánchez, Manuel Tzoc (K’iche’) y Ruperta Bautista (Tsotsil).

4 poetas del Encuentro Cultural De Mujeres Originarias “Yomoram jyayappapä’is jäyätzame” © Paul Worley y Carolina Bloem ~ Siwar Mayu, September 2022

Mitos, ritos y petroglifos en el río Caquetá. Fernando Urbina Rangel

Fotografías y poemas originales © Fernando Urbina Rangel

Introducción y selección © Juan G. Sánchez Martínez

Si prefieres leer en PDF, haz click aquí

Fernando Urbina Rangel es filósofo, poeta, fotógrafo y educador. Por décadas trabajó en la Universidad Nacional de Colombia donde dirigió cátedras, seminarios y trabajos de investigación sobre mitología comparada, oralidad, arte rupestre, petroglifos amazónicos, y plantas-maestras. Urbina es autor de noventa y cinco artículos académicos, ocho libros, veinticinco exposiciones fotográficas individuales, dos series de televisión educativa, y dos series de radio. Hoy, libros como Las hojas del poder (1992) y Dïïjoma. El hombre serpiente águila (2004) tienen fuego propio; sembrados con mambe y ambil, y cimentados en el arte de la picto-poesía, el arte rupestre, y el rafue (palabra-fuerte Murui-Muina) son publicaciones visionarias que supieron tejer la imagen, la poesía, el ensayo y las-historias-de-antigua, desestabilizando las jerarquías logo-céntricas de los centros urbanos y las universidades en Colombia. En la obra de Urbina, el libro es el árbol de la coca, la biblioteca son las abuelas y los abuelos (como Don José García y Doña Filomena Tejada), y la universidad es el mambeadero o los bailes rituales. Fernando Urbina dialoga con la Gente de Centro (múrui, okaina, nonuya, bora, miraña, muinane, resígaro y andoque), hijos del tabaco, la coca y la yuca dulce, cuyo territorio de origen se encuentra en el interfluvio Caquetá – Putumayo (Colombia). Ellos son los mismos que sobrevivieron al genocidio de la Casa Arana, y hoy continúan resistiendo el asedio de las petroleras, las empresas mineras, el narcotráfico y la guerra civil colombiana.

Afortunadamente, la vitalidad con la que los libros de Fernando Urbina recobraron la palabra, el gesto y el rito de la Gente de Centro, y lo celebraron para la filosofía, la poesía y el arte, abrió senderos para las textualidades y oralituras indígenas en Abiayala. Su trabajo interdisciplinario recordó a varias generaciones que en el río Caquetá, todavía hoy, hay libros de piedra bajo el agua, petroglifos que emergen cuando baja el caudal y que cuentan historias primigenias. También que “el mito es palabra revelada”, no quimera ni anacronismo, sino ese presente que nos sostiene “y en el que hay que demorarse” (Las hojas del poder). 

Las fotografías y textos que componen el video que incluimos aquí abajo hacen parte de la obra MÁS ALLÁ DE LAS MONTAÑAS DE UYUMBE (“San Agustín”), la cual fue patrocinada y exhibida por el ICANH en 2019 (Universidad Nacional) con ocasión del sesquicentenario del nacimiento de Konrad Theodor Preuss, quien fuera el iniciador de la arqueología científica en Colombia. A partir de las ideas del lingüista, arqueólogo y etnógrafo alemán, quien propuso estudiar la religión y mitología de los uitotos en busca de claves para interpretar aspectos de la cultura de San Agustín (Alto Magdalena), esta exposición señala confluencias andino-amazónicas entre las antiguas culturas de las tierras bajas y las de las tierras altas. Es de resaltar que el río Caquetá nace muy cerca (menos de 100 km) del yacimiento del río Magdalena, en el nudo de Almaguer (Macizo Colombiano) donde los Andes se dividen en tres cordilleras. 

Los siguientes fragmentos fueron seleccionados de la exhibición Más allá de las montañas de Uyumbe (“San Agustín”). Asentándose en el lenguaje paradójico de los relatos antiguos de la Gente de Centro, Urbina encuentra una técnica para tejer su propio canasto: la síntesis (Serpiente-Águila, Vigilia-Ensueño, Anaconda-Espiral). Por eso el lector de estos versos/instantáneas notará que los sustantivos aparecen insuficientes, y que el uso del guión o el uso de mayúsculas son estrategias para resaltar la complementariedad. En este imaginario poético, ninguna palabra (vacío, punto, firmeza) tiene solo una cara, pues cada cosa es lo que es y también lo opuesto: el creador es lo creado y viceversa; quien tiene el silencio tiene la palabra. 

Cañón de Araracuara desde El-balcón-del-brujo-de-piedra 

Todo estaba allí y parecía completo;

pero no… nada tenía nombre o historia;

no era aún materia de nostalgia.

Cuando llegó el primordial,

‒ascendiendo los ríos

desde la orilla de la mar inmensa‒

signó el lugar y lo hizo mundo,

lo multiplicó en el mito,

lo recreó en el rito

y le dio los cien rostros del recuerdo.

© Fernando Urbina Rangel

Arquetipos

La tierra

era ancha y sola;

allí todo era blando.

Sol

con sus dedos de luz

fue diseñando,

en el barro orillero de los inmensos ríos,

los seres que poblaban,

tan solo como nombres,

el sueño de los Padres Primordiales.

Al mediodía

calcinó la obra.

Vueltos piedra

los arquetipos quedaron

fijados para siempre.

(Con base en las tradiciones del abuelo Enókayï, de la nación Murui-Muina ‒Uitoto‒)

© Fernando Urbina Rangel

 Cincel y martillo

¿Con qué tallaron su marca en el paisaje,

quienes llegaron primero,

para humanarlo haciéndolo habitable?

Golpe en la piedra con la piedra aguda

y así dejar en piedra algún silencio,

de esos que dicen y duran más que la palabra.

© Fernando Urbina Rangel

 La luz y la sombra

Algo para nombrar el día de los hombres: efímeros.

Algo para nombrar la sombra, la arcaica,

la que precede todo lo que existe.

Piel es la luz sobre la roca oscura;

guarda su entraña la profunda noche.

© Fernando Urbina Rangel

La Dueña-de-los-animales

En su indagar,

los Hacedores cayeron en la cuenta:

Manejemos la forma de la roca.

Esta tiene la traza pavorosa que soñamos

para ser Gerofaikoño, la Mujersapo.

Ella defenderá al animal;

contendora del hombre en la batalla cósmica.

No sea que primen los humanos

y acaben con la casa de todos,

talando selva, envenenando ríos,

matando la semilla de las bestias.

Mariposa

―Abuela –pregunta la nieta–

¿Por qué las mariposas

se paran en la cabeza de las tortugas?

Y la Gran Sabedora,

la Abuela Filomena,

responde:

―Antes, cuando los pieleros

no habían acabado con los caimanes,

las mariposas se posaban

en el banco-decontarhistorias,

el que le regaló Jirayauma al caimán primigenio. 

Fue el pago por ayudarlo a cruzar el río,

cuando escapaba de su esposa,

‒la Mujerjaguar,

         reemplazo de la temible suegra por él asesinada.

Ese banquito quedó en su cabeza.

Allí ellas contaban mitos

‒los del color y del vuelo,

igual a como hace tu abuelo

sentándose en el mambeadero.

© Fernando Urbina Rangel

Cuadrúpedo saltador

Se dice que la palabra jaguar significa

elquematasaltando.

Patrulla un amplio territorio de caza;

equivale al territorio que maneja la gente de una maloca.

Por eso el espíritu del jefe de la tribu,

cuando este muere,

‒si ha sido impecable al velar por su gente‒

quedará como jaguarencantado

cuidando el espacio signado por su tribu.

Es la razón para pedir permiso y hacer ofrendas

antes de entrar a cazar en un lugar desconocido.

© Fernando Urbina Rangel

Serpiente

Soy una línea pero no cualquiera.

Soy tubular como una cerbatana.

Mi diente venenoso hace de dardo;

pero, además, ondulo

y me vuelvo espiral para pensar la vida y la galaxia.

Soy la clave del tiempo porque cambio de piel.

Soy cavadora de túneles acuosos para ir a lo profundo.

Repto sobre la tierra,

trepo por el árbol,

me encumbro a los cielos.

Al devorarme a mí misma soy círculo: soy todo y nada.

“Buena para pensar”

‒hubiera dicho de mí el Etnógrafo‒.

Buena para multiplicar los mundos.

Soy manantial de símbolos.

© Fernando Urbina Rangel

Origen de la humanidad

Padre murió en enero del 78.

Él me había aconsejado

(después de ver mis fotos con el arte rupestre del Inírida):

―Dedícate a las obras que trazara

sobre perennes rocas aquella gente arcaica.

Y fue en febrero,

arriba del raudal de Guaimaraya,

cuando di con el glifo

que bien muestra

cómo una línea almenada se transforma en gente.

Este mitema, igual que su grafema,

se cuenta y representa, en múltiples variables,

a lo largo y ancho de toda la Amazonia.

© Fernando Urbina Rangel

Los cuatro ancestros

Le pregunté al abuelo José García

–mi maestro, gente de féénemïnaa (muinane)–

qué podrían significar los cuatro rostrosculebra

conformando una cruz.

―¡Ajá! –me reconvino.

―Ya deberías saberlo.

¡Eso es maloca!

Y, viéndome confundido, agregó sonriendo:

―Cada uno de los cuatro postes en la maloca

es un ancestropedazodeculebra

Es la manera de tener bien presente nuestro origen.

© Fernando Urbina Rangel

Bailarín

En el aire: el conjuro.

La palabra red.

Y el gesto que interpola

de cada ser el íntimo secreto.

Aquí,

sobre la piedra se trazaron los signos.

Este danzar del gesto…

detenido.

© Fernando Urbina Rangel

Hombres sentados

El Padre

sentado entre el Silencio,

maduraba silencios.

Aún no se inventaba el trueno,

ni el murmullo del viento entre las hojas,

el rugido del jaguar,

el grito de las águilas,

ni la voz como espina del zancudo.

¿Con quién puede hablar el dios?

Entonces, vio su sombra.

Estaba allí, sentada.

Se inventó la palabra y el eco respondió

(el eco que es la sombra del sonido).

―¡Ya tengo compañero! –Exclamó el Padre.

Fue así como los hombres nos formamos.

(Somos la sombra y el eco de un dios).

© Fernando Urbina Rangel

Dos antropomorfos sedentes dialogando

Padre:

hoy que agrego más años que los que tú sumaste,

puedo decir al cabo de casi nueve lustros:

creo haberlo hecho;

no sé si bien,

pero traté de cumplir tu encargo. *

De alguna forma,

seguiremos compartiendo hallazgos

en la corriente circular del diálogo…

Mi sombra pasajera

pronto se volverá una sola con la tuya

y las dos con lo inmenso.

* Ver el poema “Origen de la humanidad”.

 Bogotá- 2019

Más sobre la obra de Fernando Urbina Rangel  y la Gente de Centro 

Arte rupestre amazónico”, Revista Credencial, 2015

Sobre el tejido de Yorema: Kaɨmeramuy / Gilberto López Ruiz: “Mona fueda bibɨrɨ kaɨ niya jȃna uai: diona – jibina uai.”, por Camilo Vargas Pardo y Lina Mazenett

Sobre libro Cultivando la ciencia del árbol de la salud (2019) de Célimo Ramón Nejedeka Jifichíu / Imi Jooi, por Camilo Vargas Pardo

Exhibición Más allá de las montañas de Uyumbe © Fernando Urbina Rangel ~ Siwar Mayu, Agosto 2022

Corrientes ecopoéticas desde el Sur y el Este de la Madre Tierra

Idea original, fotografías y entrevistas © Yaxkin Melchy

Traducción del japonés al español por Yaxkin Melchy.

Traducción del español al japonés por Chizuko Osato 大里千津子 y Mitsuko Ando 安藤美津子 con la revisión de Yasuko Sagara 相良泰子.

Versión en japonés abajo ↴

Entrevista con Tokūn Tanaka monje encargado del templo zen de Dōkeiji 同慶寺en el pueblo de Minami Soma, Fukushima, Japón, y Pedro Favaron, poeta, investigador y médico tradicional de la clínica Nishi Nete en la Comunidad Nativa de Santa Clara de Yarinacocha en la Amazonía peruana. Las fotografías fueron tomadas en Minami Soma, Fukushima, y la Comunidad Nativa Santa Clara de Yarinacocha, Ucayali, Perú.

Si prefieres leer en PDF, haz CLIK AQUÍ

Sur:  Pedro Favaron, Comunidad Nativa Santa Clara de Yarinacocha, Ucayali, Perú

Yaxkin: Por favor, preséntate a ti mismo 

Pedro: Soy un hombre humilde sobre la tierra, que procura conservar el cuerpo sano, la mente bien formada y activa (pero simple y sin enredos), y el corazón sincero. Nací en la ciudad de Lima, capital del Perú, y desde niño sentí la necesidad de retornar a la tierra. Y, también desde muy temprano, intuí que los pueblos indígenas guardaban un saber fundamental para realizar ese reencuentro con la red sagrada de la vida. Mis mejores tiempos en la infancia y en la adolescencia fueron cuando nadaba en el Océano Pacífico, cuando caminaba las playas de noche, o nuestros viajes familiares al desierto andino y a los valles costeros. Aunque tuve la suerte de llevar una educación académica hasta alcanzar el doctorado en la Universidad de Montreal en Canadá, mi alma seguía sedienta de algo que la mera educación intelectual no me podía brindar. Es decir, no tengo ninguna crítica a la educación académica en sí misma (sí, en cambio, a la primacía del positivismo materialista); pero entiendo que las actuales universidades no pueden atender las necesidades genuinas de nuestro ser. Entonces, al acabar mis estudios, me vine a vivir a la Amazonía y me casé con Chonon Bensho, una sabia y hermosa mujer artista del pueblo shipibo-konibo. Ella es descendiente de médicos visionarios (Meraya) que han mantenido por muchas generaciones los vínculos de nuestro mundo con los Dueños espirituales de la medicina y con los antepasados. He podido heredar al menos un poco de esos saberes ancestrales y la conexión espiritual que el abuelo de mi esposa (Ranin Bima) guardaba con esmero. Mi ser entero se ha renovado con el perfume de las plantas medicinales y el resplandor del Jakon Nete (la tierra pura, carente de maldad). A pesar de ser una persona de este tiempo y experimentar, al igual el resto de la sociedad, las antinomias de la modernidad y la prevalencia de las lógicas cibernéticas, procuro vivir en armonía entre el cielo y la tierra. Es desde esa armonía que recibimos algunos pacientes que piden nuestra ayuda con humildad, a los que atendemos de la forma tradicional. Así mismo, en diálogo con los bosques y con la red sagrada de la vida, escribo poemas, narrativa, ensayos, artículos académicos y hago algunos videos y películas, tratando de ser un aporte para el mundo, compartiendo belleza y claridad para ayudar a un tiempo signado por la violencia y la confusión.  

Yaxkin: Desde que comenzaste a habitar en Yarinacocha ¿cuál es la situación actual de la Amazonía peruana?

Pedro: El estilo de vida de los antiguos ha desaparecido de este mundo de forma definitiva. Ya no hay vuelta atrás. Los medios de comunicación y las nuevas tecnologías tienen un impacto profundo en nuestros estilos de vida, en nuestras aspiraciones, y colonizan el inconsciente de los jóvenes. Las lenguas indígenas se están perdiendo y con ellas toda su sensibilidad, su relación íntima con el territorio, los conocimientos implícitos en el lenguaje. Por otro lado, la deforestación y la depredación excesiva de los lagos y ríos continúan avanzando. Así también la violencia. Este es un punto en el que conviene explayarse, ya que no solo han crecido de forma preocupante los asaltos con armas y los robos a las casas, sino que también se ha expandido la rabia en el corazón de las personas y la brujería. Las personas no quieren realizar los sacrificios que hacían los antiguos para purificar su corazón y aprender de la forma ancestral cómo vincularse con los Dueños espirituales de la medicina y con el Jakon Nete. Antiguamente, las pocas personas que seguían las sendas iniciáticas de los antiguos lo hacían para ayudar a sus familias y protegerlas. Por el contrario, ahora se aprende solo por negocio, para dar de tomar plantas visionarias a los extranjeros, asemejando así nuestras medicinas sagradas a cualquier otra droga. Cuando uno quiere aprender motivado por deseos egoístas, torcerá su camino y solo aprenderá lo negativo, convirtiéndose así en una persona anti-social que fomenta la desunión. En el corazón del médico visionario debe primar la generosidad y el ánimo de servicio. Si uno se inicia de la manera tradicional, todavía es posible vincularse con el Jakon Nete. El mundo de los antiguos ha desaparecido de esta dimensión existencial en la que vivimos, pero aún vive en un tiempo-espacio paralelo al nuestro. Si mantenemos el corazón puro, su luz despertará en nosotros, y nos dará fuerza y sabiduría. 

Yaxkin: En tu visión, ¿cuáles serán los desafíos para la comunidad de Santa Clara de Yarinacocha en los próximos años?

Pedro: Creo que el gran desafío de las familias indígenas, en general, es cómo sobrevivir y seguir manteniendo nuestras diferencias culturales y espirituales, en medio de la aplastante tendencia homogeneizadora del globalismo que nos quiere a todos iguales, consumiendo lo mismo, pensando lo mismo, deseando lo mismo, desconectados de nuestro propio ser y del alma del mundo. ¿Es posible para los pueblos indígenas participar de la economía de mercado de una forma diferenciada, sin perder sus saberes ancestrales, su arte y su lengua, y, sobre todo,  preservando una relación armoniosa con la red sagrada de la vida? Yo veo que este es un reto mayor, muy difícil, pero no imposible. Creo que esto no podrá lograrse si los pueblos indígenas no consiguen una formación académica sólida; el problema, es que la mayor parte de las veces la educación moderna ha sido usada para erradicar las culturas de los pueblos y disciplinar a los estudiante para que sean funcionales a un sistema de explotación de otros seres humanos, pero también del resto de seres vivos. Sería necesario abrir espacios académicos en los que se pueda poner a dialogar en igualdad de condiciones a las nuevas tecnologías, a las ciencias modernas y a los saberes ancestrales, centrándonos en el amor y la compasión hacia los seres humanos, hacia la tierra y hacia el resto de los seres sensibles. Yo veo, sin embargo, que la región de Yarinacocha se halla por el momento muy lejos de esta posibilidad y eso es algo que da congoja a mi corazón; sin embargo, no considero del todo saludable apegarme a esa tristeza, sino mirar con esperanza el futuro: a pesar de todos los retos y amenazas que se yerguen contra la vida en este tiempo, también hay muchas personas, de diferentes culturas, que quieren aprender los saberes ancestrales para buscar modos más armónicos y hermosos de habitar la tierra. Lo que da sentido a nuestra vida es el servicio que brindamos a los demás; la luz de la sabiduría resplandece para todos aquellos que buscan, con ánimo sincero, cambiar su vida y curar sus heridas, para ser personas que trabajen a favor del bien de la red sagrada de la vida.  

Yaxkin: ¿Cómo podría la visión espiritual de los pueblos del Este de Asia enriquecer a las comunidades nativas y a la sociedad peruana mestiza?

Pedro: Siempre he intuido que existe una relación íntima entre las culturas andino-amazónicas y las orientales. Además que en el Perú, en particular, tenemos una antigua migración japonesa y china que se ha integrado a las culturas locales y cuyos aportes son evidentes en todo sentido (empezando por la culinaria). Siento que existe una suerte de resonancia y continuidad; sin embargo, al no ser algo consciente y explícito, creo que no podemos beneficiarnos plenamente de esa relación y de lo que las tradiciones espirituales de los pueblos del Este de Asia tienen para enseñarnos. Creo, por ejemplo, que las nociones básicas del taoísmo, que procuran la humildad, el aliarse a los movimientos de los ciclos de la naturaleza sin oposición, la contemplación y el alejamiento del Estado, son muy próximas a la sensibilidad amazónica ancestral. La ética confuciana, en cambio, esa entrega de servicio abnegado al Estado está bastante ausente en la Amazonía (en donde prosperaron naciones sin Estado), aunque es posible que existiera algo semejante en el antiguo Tawantinsuyo de los Inkas. Así mismo, creo que el Budismo Chan y Zen, con el énfasis en el retorno a nuestra condición original, entendiendo el Satori como un despertar a nuestra verdad interior, tienen cercanías con la comprensión indígena de la realización personal del sabio Meraya. El énfasis budista en la compasión y en la generosidad resulta muy próxima a la ética ancestral: el ser humano legítimo (lo que en lengua shipiba se conoce como jonikon) no puede estar dominado por sus deseos egoístas, por sus apetitos, envidias o celos, sino por la vocación de servicio, por el sacrificio de uno mismo a favor de la red de parientes y de afectos. Al mismo tiempo, la comprensión sintoísta sobre los espíritus de la naturaleza nos es realmente próxima; con mi esposa tenemos una afición por los Animes del Estudio Ghibli. Nos gusta mucho la coincidencia del Japón moderno y el ancestral; creo que eso nos ayuda a imaginar una modernidad propiamente amazónica, que pueda acoger lo mejor de la ciencia y de la tecnología sin perder sus raíces culturales y espirituales. Incluso la pintura y la poesía japonesa resultan próximas a nuestra sensibilidad. Creo que sería muy enriquecedor entablar un diálogo cultural, intelectual y espiritual, que no pase por el filtro de las academias eurocéntricas, sino que pueda darse de frente y en un ambiente de confianza y comprensión.  

Yaxkin: ¿Crees en la Madre Tierra? ¿Para ti qué es la Madre Tierra y desde la espiritualidad shipibo-konibo cómo podríamos acercarnos a ella?

Pedro: Resulta evidente que la tierra se comporta como una madre: su atmósfera nos abraza como las aguas uterinas; ella nos sostiene y nos alimenta con generosidad. De la misma manera el sol se comporta como un padre, que alumbra nuestro camino y fecunda la tierra, para que la vida sea posible. Es bueno reconocer con humildad nuestra deuda con los elementos fundantes de la existencia y nuestra participación en la red sagrada de la vida. Nosotros sabemos, por las enseñanzas de los abuelos, que todos los seres vivos, es decir, que las plantas, los árboles, las aves, el sol, las montañas, las piedras, los ríos, tienen su propia forma de lengua, su propia forma de consciencia y que tienen vida espiritual, que el soplo del Gran Espíritu habita en ellos y los anima. Según las narraciones ancestrales, todos los seres vivos compartíamos una misma condición original; por lo tanto, estamos todos emparentados y nada se halla por completo desvinculado. Los seres vivos participamos de una red sagrada y nos complementamos los unos con los otros. Los humanos no podemos sobrevivir por cuenta propia, sino que dependemos de los demás. Por eso mismo no tenemos derecho a imponer nuestros caprichos ni a abusar de los demás, al punto de poner en riesgo la continuidad de la vida en el planeta. La salud, en un sentido holístico e integral, necesita nuestra armonía  con el resto de los seres vivos. 

Yaxkin: ¿Cómo podemos reconciliarnos con la Madre Tierra? 

Pedro: En primer lugar, creo que debemos regresar a estilos de vida más austeros y cercanos a la tierra y a las plantas. Si uno quiere reconciliarse con la tierra madre, hemos de desacelerar nuestros afanes y agendas apretadas, purificarnos y retornar a la temporalidad contemplativa de los árboles. Hay que limpiar nuestras retinas y recuperar el asombro navegando los ríos en canoa y caminando bajo la sombra verde de los bosques. Para dialogar con el resto de los seres vivos y experimentar la unidad con la red sagrada de la vida, hemos de conservarnos en cierta pureza: alimentarnos de forma saludable y ligera, renunciar a los excesos de la lujuria y a los placeres egoístas, respirar con sosiego, conservar la inocencia del corazón, amar al resto de seres y dejar que emerja nuestra luz interior. Los abuelos nos enseñaron las palabras precisas para conversar con el resto de los seres vivos. Nuestros cantos medicinales son como flores perfumadas que descienden desde el Jakon Nete para bendecir nuestro mundo, para calmar las tristezas y alegrar los corazones. Además, mi convicción profunda es que las oraciones de los santos y de los sabios son como columnas invisibles que evitan que el cielo y la tierra se mezclen de forma caótica. Debemos preservar los equilibrios y los vínculos del mundo visible con los espirituales. El ser humano solo se puede realizar de forma plena si recibe fuerza, ayuda y sabiduría de los Espíritus Maestros y de los sabios del pasado. 

Yaxkin: ¿Cuál es el rol de la poesía, las canciones y las artes para esta reconciliación?

Pedro: Los antiguos Meraya eran sabios que curaban a los pacientes con sus cantos medicinales. Es decir, eran médicos poetas que sanaban con las vibraciones de su voz. La fuerza curativa suprasensible baja desde los mundos espirituales y toma cuerpo en la voz de los médicos. Se trata de una poesía sagrada que purifica el cuerpo y la mente, que aleja a los malos espíritus y combate contra la brujería, que restablece los equilibrios perdidos y alegra el corazón. Nosotros hemos podido aprender un poco de esa herencia y la seguimos practicando. Estos cantos medicinales inspiran el resto de nuestras prácticas artísticas. Junto a mi esposa, creemos en un arte que, nutriéndose de los saberes ancestrales, del territorio y de los mundos espirituales, contribuya a embellecer el planeta, participe del equilibrio cósmico y nos recuerde sobre el buen convivir con el resto de los seres, sobre cómo habitar la tierra de forma bella, sabia y prudente. Creo que en este tiempo en el que proliferan las enfermedades mentales y la pérdida de nuestra propia humanidad (bajo la primacía de la cibernética), el arte debe elevarnos y donarnos tranquilidad, amor, compasión y recordarnos acerca de nuestro propio corazón. Las personas se encuentran cada vez más desvinculadas de ellas mismas, del resto de seres y de lo sagrado; nuestro arte procura ser una medicina para estas enfermedades y quiere brindar alivio al sufrimiento.  

Yaxkin: Por favor, comparte tu visión con una frase o poema.

Pedro:

En un refugio
en la montaña
paso mis días
y mis noches

escuchando
el canto líquido
de la agreste ave

y el lenguaje
hondo y callado 
de las plantas.

Sentado solo
bajo un árbol
junto al arroyo

el deseo vano 
se disuelve
con las aguas

que sin prisa
ni detenerse, 
van al gran río.

Cuán diferente
sería el mundo
si mis hermanos

escucharan
el dulce rumor
de la quebrada

manantial
de amor 
en la raíz 
del corazón.

Este: Tokūn Tanaka(田中徳雲)

Yaxkin: Por favor, preséntate a ti mismo

Tokūn: Soy un monje a cargo de un templo budista en la ciudad de Minami Soma en la prefectura de Fukushima. Cuando estudiaba la secundaria, comencé a interesarme leyendo libros sobre antiguos monjes budistas y comencé a estudiar sobre el budismo. Desde el año 2001 he estado viviendo en este templo dedicándome a nuestras labores cotidianas. Hace diez años, en este templo emblemático de nuestra región famosa por la agricultura, la pesca y su abundante naturaleza, todo cambió enormemente a raíz del accidente de la planta de energía nuclear. Mi templo se encuentra ubicado a 17 kilómetros al norponiente de la planta de energía nuclear [Fukushima Daiichi]. 

Yaxkin: Ahora, a diez años del terremoto, tsunami y desastre nuclear del año 2011, ¿cuál es la situación de Minami Soma, Fukushima? 

Tokūn: Antes de los desastres del terremoto la población era de alrededor de 13.000 personas. Muchas de estas personas vivían agrupadas compartiendo con tres o hasta cuatro generaciones un mismo techo. También se valoraba enormemente la historia y la cultura que se había transmitido desde los antepasados. A raíz del terremoto, el tsunami y el accidente de la planta de energía nuclear, las personas fueron forzadas a llevar una vida de “evacuados” durante un largo periodo de tiempo. Especialmente, la contaminación radioactiva debida al accidente de la planta de energía nuclear fue una experiencia nueva y por lo tanto era muy difícil para nosotros responder ante la situación. Esta contaminación es invisible a los ojos, no tiene olor, y no se puede sentir. Sin embargo, resulta que está ahí. Luego, el gobierno japonés minimizó el problema ya que se dedicó meramente a seguir las acciones de su plan nacional para centrales de energía atómica. Como resultado, las opiniones sobre los asuntos de la radiactividad se dividieron dentro de la comunidad local y entre las familias. Por ejemplo, cosas como dejar que la ropa se seque al aire libre o no, o el comer las propias verduras cultivadas en el huerto. También surgieron algunas decisiones muy difíciles como la de regresar o no a nuestras casas que terminaron por abrir una enorme fisura espiritual. Hoy en día, contando a las personas que regresaron y viven en el pueblo, somos cerca de 3500 personas.

Yaxkin: En tu visión, ¿cuáles serán los desafíos para la comunidad de Minami Soma en los próximos años?  

Tokūn: Tenemos muchísimos asuntos. El primero es el problema de la reducción de la población. Ahora, en este distrito de Minami Soma llamado Odakaku la gente que ha regresado es aproximadamente un 35% de la gente que vivía antes del desastre del terremoto y la gran mayoría son personas de edad avanzada. Por ello, en los próximos diez a veinte años se estima que la población se reducirá enormemente. El segundo es el problema del medio ambiente. Por ejemplo, este 35% realiza el trabajo cooperativo que antes toda la comunidad realizaba para el mantenimiento de los bosques, pero como la mayoría son personas de edad muy avanzada el trabajo se ha vuelto casi imposible. Como resultado, las montañas se han tornado agrestes, los jabalíes y los monos bajan a los pueblos a saquear las huertas. Es posible que una de las causas sea el aumento de la población de estos animales durante el tiempo en que la gente estuvo evacuada de la zona. Sin embargo, es importante pensar que esto está conectado con el hecho de que no hay alimento en la montaña. Es decir, yo pienso que esto se debe a que estas zonas requieren un cuidado esmerado. El tercero son los problemas del corazón-mente. Los niños que presenciaron el accidente de la planta de energía nuclear dentro de poco alcanzarán la mayoría de edad [en Japón es de 21 años]. Ellas y ellos han visto cómo el gobierno no se ha preocupado por cuidar a la población de sus pueblos y ha mentido para cuidar sólo de sí mismo (y las corporaciones). Este gobierno ha mentido sin escrúpulos utilizando un doble discurso que recubre con un lenguaje de la apariencia [tatemae] sus verdaderas intenciones [honne], complaciendo a los fuertes y pisoteando a los débiles. Los niños que han visto todo esto llevan presentes esas heridas y por eso no tienen ninguna esperanza en la sociedad.

Yaxkin: ¿Cómo podría la visión espiritual de los pueblos indígenas enriquecer la visión y la vida de los japoneses?

Tokūn: Especialmente creo que la visión espiritual de los pueblos indígenas/nativos es importante porque pienso en el futuro de nuestros niños y niñas. También por su postura de respeto hacia la Tierra como si fuera una propia madre a la que no hay que herir.  Esta manera de pensar era compartida de manera general por los antiguos japoneses. Debido a que Japón es una nación de islas, antes se valoraba el agradecer a la naturaleza, al mar y a la montaña por las bendiciones recibidas. No se tomaban cosas de la naturaleza en exceso y se compartían. Tras el paso de la revolución industrial, también en Japón ha entrado el pensamiento capitalista. Pese a que hemos ido perdiendo de vista las cosas y cayendo en la confusión por buscar el beneficio inmediato creo que los genes que estaban dormidos dentro de nosotros han comenzado a despertar. Me parece esperanzador que haya personas que cansadas de la vida en las ciudades buscan la vida en el campo, o que cada vez más jóvenes intenten hacer sus vidas más pequeñas y cercanas a la autosuficiencia. Creo que esto está sucediendo no solo en Japón sino también en todo el mundo al mismo tiempo.

Yaxkin: ¿Crees en la Madre Tierra? ¿Para ti qué es la Madre Tierra y cómo podríamos aproximarnos a ella desde el budismo japonés?

Tokūn: Sí, por supuesto. Yo soy una parte de la Tierra. Si ponemos como ejemplo un árbol de manzanas, cada uno de nosotros somos un fruto y la Tierra sería nuestro árbol. Es necesario despertar a la conciencia que va del fruto hacia el árbol. Precisamente este árbol es la forma de nuestro futuro. Creo que si nuestra conciencia del fruto hacia el árbol despierta, entonces ocurre una metamorfosis como la de la oruga que se convierte en mariposa, y podremos ir resolviendo de manera natural los problemas.  Pienso que el vacío 空 (kū) que se explica en el budismo nos explica estas cosas. 

Yaxkin: ¿Cómo podemos reconciliarnos con la Madre Tierra? 

Tokūn: Meditando dentro de la naturaleza. Caminando. Entrando al mar y recogiendo la basura. Plantando árboles y cuidándolos en la montaña. Estas cosas nos permiten poder escuchar la voz de la Tierra, para poder “sintonizarla” sincronizando nuestro propio ser. Por medio de esta sintonización se vuelve posible escuchar la voz de la Tierra. Creo que aunque sea con esto poco, nuestra madre (Tierra) se alegra y al ir sanando nuestras heridas llegamos a tener la oportunidad de recuperar nuestra conexión con ella. 

Yaxkin: ¿Cuál es el rol de la poesía, las canciones y las artes para esta reconciliación?

Tokūn: La energía que poseen las artes es muy grande. Más que mil palabras, una fotografía, un solo poema que haga resonar el corazón de una persona no es poca cosa. También los hopis han escrito de esto en sus profecías. Es sabido que los hopis auténticos, se educan con pensamiento claro, buenas imágenes, dibujos, y palabras rigurosamente elegidas (la educación, en este caso, no significa la educación en el sentido de los blancos, sino una verdadera educación para la paz).

Yaxkin: Por favor, comparte tu visión con una frase o poema.

Tokūn:

Para los pies   la tierra
Para las manos   un hacha
Para los ojos    las flores
Para los oídos    los pájaros
Para mi nariz    este hongo
Para mi boca     una sonrisa
Para el pecho     la canción
Para la piel         el sudor
Para el corazón   el viento
Y con eso es suficiente.

Nanao Sakaki (1923-2008)

Muchas gracias.

田中徳運氏(福島南相馬町にある道警寺の禅僧)、ぺドロ・ファヴァロン氏(ペルー、ウカヤリ県アマゾン森林地域のサンタ・クララ・デ・ヤリナコチャ集落のニシネテ治療院)

インタビュアーと写真 ヤスキン・メルチー

ペドロ・ファヴァロン氏

ヤスキン:それでは、自己紹介をお願いします。

ペドロ:私はこの大地に根を下ろし、健康な体と確固でアクティブな精神を持つ、迷いのない簡素で誠実な心を持ち続けようと努めている謙虚な人間です。

ペルーの首都リマで生まれました。幼少のころから「大地に戻りたい」という感覚がありました。そして少年の頃から先住民達が「生命の神聖なつながり」を再発見するために必要な深淵な智慧を保持していることを直観的に感じとっていました。

幼少期ー青年期で私にとって一番素晴らしかった思い出は海水浴や夜の海辺の散歩、家族でアンデスの砂漠や海岸の渓谷地域を旅行した日々です。

その後、カナダのモントリオールの大学で修士号を取得するという幸運に恵まれましたが、私の魂はアカデミックな教育では満たされませんでした。

そのような教育システムについて何ら批判をするつもりもありませんが、現代社会が物質至上主義を優先することについては批判的な考えを持っています。少なくとも 現在の大学教育では私たちが本質的に必要としていることついては対応しきれていないと実感しています。

大学を終え、私はすぐにウカヤリ県アマゾン森林地域に移住し、シピボ・コニボ族の美しく知的な芸術家チョノン・ベンショという女性と結婚しました。彼女の家系は何世代にもわたって、祖先と*メディシーナ(スペイン語で薬の意味だがシャーマニックな世界では伝統的民間医療の施術で使われる薬草や歌、音楽などを指す。)の精霊の師たちと現生の人間世界とを繋ぎ続けてきた**メラヤ(シピボ・コニボの言葉でシャーマン、薬草をや唄、詩で治療する伝統的民間医療の専門家の意味)の血を受け継いでいます。妻の祖父のラニン・ビマが祖先から大切に受け継ぎ守り続けてきた智慧と精神世界との結びつきを私も多少なりとも継承することができました。そのおかげで、「私」という存在は完全に薬草、生薬の香りと***ジャコンネテ(純粋な大地、悪がないこと、悪のない大地)の輝きによって一新されました。

私は現代社会のジレンマやサイバネティクス理論に支配されたこの時代に、この社会に生きている現代人でありながらも天と地の間に調和を持って生きようと努めています。その調和をもとに私たちの慎ましやかな手助けを求める人達を受け入れ、伝統的な方法で対応、診療しています。また、森や「生命の神聖なつながり」との対話から詩やエッセイ、アカデミックな文献の執筆活動、動画や映画の制作などを通して、美と真実を分かち合うことでこの暴力と混沌に満ちた時代の救いの一手となるように努めています。

2ヤリナコチャに移住してからのことを振り返り、今あなたが住んでいるペルーアマゾンの森林地域の現状について教えてください。

ペドロ:古代の生活様式はこの世界からもうすでに消え去ってしまい、もう元に戻すことはできません。マスメディアや新しいテクノロジーは私たちの生活様式や願望に深く影響を与え、若者たちの深層意識に入り込んでいます。先住民の言語は、その繊細な感性やその土地との密接な関係だけでなく、言葉に内在する深淵な知識までも失われつつあります。その一方で森林破壊、湖や河川の汚染はとどまることを知りません。暴力も然り、です。

これは強調すべきことだと思いますが、武器を用いた強盗や空き巣被害の増加が深刻なだけでなく、人々の心の中に怒りや黒魔術が広がりました。

人々はもう、昔の人たちがしていたように心を清めたり、先祖から受け継がれた方法*メディシーナの精霊や***ジャコン・ネテとの繋がり方を学ぶために代償を払おうとしません。それでも昔は、限られた少数の人たちが家族を助けたり守るために先人たちから受け継いだ方法で道をたどり、学びを得ていました。ところが現代では商売として外国人にアマゾンの森林の神聖な薬草をまるでドラッグのように飲ませることを学んでしまうのです。もし、自己の願望のためにそのようなことをするのであれば学びの道は歪み、ネガティブな事だけを習得し、不調和を育む反社会的な人間に変貌するでしょう。**メラヤの心は寛容さと、奉仕の精神であふれているべきですし、古典的な方法で学び始めることができれば***ジャコン・ネテと結びつくことは今だ可能でしょう。古代人の世界は、私たちが生きているこの次元からは失われてしまいましたが、パラレルワールドにはまだ残っているのです。純粋で無垢な心を保てるのなら私たちの中に光は目覚め、力と智慧を与えてくれることでしょう。

3、サンタ・クララ・デ・ヤリナコチャ集落において、今後どのような課題や試みをビジョンとしてお持ちですか?

ペドロ:先住民の家族の今後の大きな課題は、私たちの本来の在り方だけでなく世界や魂から断ち切られ、皆そろって同じものを消費し、同じことを考え、同じものを求め、全てを同様に均一化させるグローバリズムという圧倒的な流れの中で、どのようにしたら先住民族独自の文化の精神性を維持しながら生き残れるか、と言うことだと思います。

先住民にとって、古代からの智慧や言、芸術を失うことなく「生命の神聖なつながり」と調和の取れた関係を保ちつつ、独自の方法で消費、経済市場に参加することは可能でしょうか?私はこれはとても難しい課題だと思います。が、決して不可能ではありません。けれども、先住民がしっかりとした学校教育を受ける事なしには達成できないと思います。問題は多くの場合、現代の教育が先住民達の文化を根絶し、学生たちに対して人類だけでなく生きとし生けるもの全てから搾取するシステムの維持に役立つ人員の養成に利用されてきたことです。

人々や、大地そしてその他の生き物への愛と慈悲の心に焦点を当てた上で新しいテクノロジーと近代科学や古代から受け継がれてきた智慧について公平な条件で話し合えるアカデミックな場を設ける必要があります。そしてそれは大地やそこに生きるかけがえのない存在達への愛と思いやりのもとに成されるべきだと思いますが、私の見解ではヤリナコチャ地域は現時点でこの可能性からは随分かけ離れており、痛ましい状況であると言えます。とは言え、悲しみにくれていても始まらないので、希望のある未来を見るべきだと考えています。多くのチャレンジや命を危険にさらすような脅威が立ちはだかるような時代ではありますが、より調和の取れた、美しい方法でこの大地に住むことに興味を持ち、先祖代々受け継がれた智慧について学び、生命の神聖な結びつきのために役に立ちたいというペルーアマゾン以外の文化圏の人々が多くいることも確かだからです。

私たちの生き方に意味を与えるのは他者への奉仕の精神です。智慧の光は誠実で強い意思を持って傷を癒し生き方を変え、「生命の神聖なつながり」を取りもどすことを望む全ての人々の上に注がれるのです。

ヤスキン:東アジアのスピリチュアルなビジョンはどのようにしたらペルーの先住民のコミュニティーと****メスティーソ(白人とラテンアメリカの先住民の混血)社会の生活を豊かにできると思いますか?

ペドロ:私は常々アンデスーアマゾン文化と東洋の間に親密な関係があると感じていました。特にペルーでは、古くから日本や中国からの移民が歴史的にペルー現地の文化に浸透しており、その貢献は特に食文化を初め様々な点で明らかな影響が見受けられます。それは共感を持って継続的に受け入れられたという幸運に恵まれた反面、意識的に明白な意図を持ってされたことではなかったゆえに、このアマゾン―アンデスと東洋の関係や東洋のスピリチュアル文化の伝統が私たちに教えうる恩恵を私たちは十分に受けるに至らないのだと思います。

例えば、道教の基本思想である謙虚であること、自然の周期の動きと対立せず調和をする事や、思慮深くあること、そして国家とは距離を置くことなどは古代アマゾンの感性と似通っています。一方で儒教の国家への献身的な奉仕という倫理観は、古代インカのタワンティスヨにはそれと似通っているものがあったかもしれないと言えますが、国家なくして民族が繁栄したアマゾン森林地帯ではあまり見られません。

また、仏教の禅宗は内なる真実への目覚めを「悟り」とし、自らの本質に戻ることに重きをおいていますが、これは先住民が理解するところの**メラヤの賢人の「個」の認識と近いものがあります。慈悲深く寛容であることに重きをおく仏教の考えは古代の倫理とよく似ています。例えば、まっとうな人間(シピボ族の言葉でジョニコン)はエゴや私利私欲、恨みや妬みに心を翻弄されてはならず、奉仕の精神で自己を犠牲にし、親族や愛する人々との繋がりのために身を尽くすのです。

同じように、神道の自然神についての認識は、私たちのそれとかなり近いものがあります。妻と私はスタジオジブリのアニメのファンでもあります。私たちが好意を抱いている近代日本の伝統との調和は、文化や精神性のルーツを失うことなく科学とテクノロジーの最も優れた部分を取り入れているという点で、私たちのアマゾンが真にアマゾン森林らしい現代化を遂げることを思い描く手助けとなってくれます。

日本の絵画や詩は私たちの感性と似ているとも思えます。西洋中心主義的なアカデミズムのフィルターを通さず、正面から向かい合い気兼ねなく分かり合える雰囲気で、精神性について知的で文化的な対話が始められたら話が弾み充実したものとなるでしょう。

ヤスキン:「母なる大地」を信じますか?あなたとって「母なる大地」とはなんですか?シピボ・コニボ族の精神性と見解ではどうすればその考え方に近づくことができるとお考えですか?

ペドロ:大地は母のような存在であることは明らかですし、大気はそこに住む私たちを子宮の羊水のように包み込み、支え、そして惜しみなくその豊かさを与えてくれます。そして太陽は父のようであり、生命活動の実現のため、道を照らし、大地を肥沃にしてくれます。今一度、私たちには生きて行くための基本的なことは与えられていることや、「生命の神聖なつながり」の一部であることの恩義を認識し、謙虚に受け入れることは大切なことだと思います。

全ての命あるもの、植物、樹木、鳥、太陽、山々、石、河、などはそれぞれ彼ら独自の言語や意識そして、高い精神性を持ち、偉大なる精霊の息吹がそれらに宿り魂を与えているということを、私たちは尊翁から伝授されています。先祖の言い伝えでは、全ての生命の起源は同じです。したがって、皆等しくつながっていて、完全に切り離されてしまっているものなど何もないのです。命あるものは、「生命の神聖なつながり」の一部で、お互いに補い合っているのです。人間は一人では生きていけず、お互いに助け合い相互依存しあっているのです。だからこそ、他者を尊重せず独善的、利己的にふるまうようなことは地球上の生命存続を危機に陥れることになり、私たちにはそんな権利はありません。包括的で統合的な意味での健康を考えるのなら、私たちが他の生き物たちと調和を保つことが必要です。

ヤスキン:どうしたら母なる大地とよい関係を取り戻すことができますか?

ペドロ:まず第一に、大地と植物に寄り添うような簡素な生活に戻るべきです。母なる大地と良い関係を取り戻したいのなら日常の慌ただしさやぎっしりと詰め込まれた予定を見直し、身心を浄化し、樹木のように黙想するようなゆったりとした生活に戻ると良いでしょう。瞳の網膜を清め、カヌーでゆったりと河を下ったり、森の木々の影の下を歩きながら、驚嘆する素直な心を取り戻すべきです。そして全ての生きとし生けるもの達と対話したり、「生命の神聖なつながり」の一部であることを体験するには私たち自身の純粋さを養うことが大切です。それには、健康的な食生活を心がけ、過度な性的欲求や、自我を満足させるためだけの快楽を絶ち、ゆったりとした気分で呼吸をし、純粋な心を保ち、全ての命を愛し、内なる光を輝かせるのです。尊翁たちは全ての生きとし生けるもの達と会話をするのに必要な言葉を教えてくれました。私たちの歌(伝統的民間医療で使われる治癒力のある歌)はジャコン・ネテから沸き立つ香り高い花のようにこの世界を祝福し悲しみを沈め、心を悦びで満たします。そして、聖人や賢人たちの祈りは天界と大地が混沌の中で交じりあってしまわないようにするための目に見えない柱のようである、と私は深く確信しています。さらに、私たちは目に見える世界と精霊たちとの繋がりとバランスを保たなくてはなりません。人間は、師である精霊や祖先の賢者から活力や助けや智慧を受け得ることではじめてまっとうな人間となるのです。

ヤスキン:詩や歌、芸術の役目はなんでしょうか?

ペドロ:古代の**メラヤは歌うことで人々を治療し、癒していました。つまり、彼らはその声の波動で治癒する詩人であり治療家だったのです。非常に繊細な感度の治癒力は精霊たちの世界から降りてきて、治療家の声をまとった姿で現れます。それは神聖な詩で精神と体を浄化し、悪い精霊を遠ざけ魔術と戦うことで失われたバランス感覚を回復させ心に悦びをもたらします。私たちはこの治療法を少なからず継承し学び、実践し続けています。そしてまた、歌うことは私たちの芸術活動にもインスピレーションを与えてくれます。

妻と私は共に、このアマゾンという土地や精霊たちの世界で先祖の智慧を身に着けて、地球をより美しくすることに貢献し宇宙の均整の一部となり、更には全ての生き物と共に生きる事、そしてどうすればいかに美しく、知的にかつ堅実な方法でこの大地に住むにはを想い起こさせてくれるような芸術を信じています。

サイバネティックス優先で本来の人間性が失われ、精神の病が蔓延しているこの現代に、芸術は私たちを向上させ愛と静けさ、そして慈悲の精神を育み私たちの本来の心とは何かについて思い出させてくれます。

今後ますます人々は自分自身の本質やその他の生き物たちだけでなく神聖で霊的なものとの結びつきを失いつつありますが、私たちの芸術はそういった病のための*メディシーナ、治療、癒しであり、苦しみを和らげる手助けとなるでしょう。

ヤスキン:あなたが得意とする詩で表現していただけますか?

ペドロ:

山奥の隠れ家

昼夜を過ごす

聞こえるのは

野鳥の一声

言葉少ない草木の沈黙

小川の傍

樹の下に独り座れば

ゆらゆらとした欲望は

水に溶け

急がず、だがとどまることなく大河へ流れる。

兄弟たちが

渓谷の甘いざわめきを耳にしたら

世界はどんなに違うことだろうか

心の奥底にある

愛の泉

                        訳  大里千津子 安藤美津子

                        協力 相良泰子

田中徳雲

ヤスキン:それでは、自己紹介をお願いします。

田中:私は福島県南相馬市で禅寺の住職をしています。

高校生の時に、本で読んだ昔の禅僧に憧れて、仏教を学び始めました。

修行生活を経て、2001年から現在のお寺で生活をしています。

地域のシンボル的なお寺で、農業と漁業が盛んな、自然豊かなのどかな場所でした。

10年前の原発事故で生活は大きく変わりました。

私のお寺は原発から北西に17㎞のところにあります。

ヤスキン:2011の東日本大震災、および福島第一原子力発電所事故からことを振り返り、今あなたが住んでいる南相馬市の現状について教えてください。

田中:震災前の人口は約13000人でした。多くの人々は3世代、4世代が同居して住んでおり、先祖から伝わる歴史と文化を大切にしていました。町には1000年続くといわれる伝統行事、相馬野馬追いがあります。

地震と津波と原発事故で、人々は長期間の避難生活を強いられました。

特に原発事故による放射能汚染は初めての経験で、対応が難しかったです。

目には見えず、匂いもしないし、感じることも出来ません。しかし、確かにそこにあるわけです。日本政府は、原子力発電を国策として進めてきたので、事故を矮小化しました。そのため、地域コミュニティーや家族内でも、放射能に対しての意見が分かれました。例えば、洗濯物を外に干す、干さない、畑で作った野菜を食べる、食べないなどです。元住んでいた家に帰る、帰らない、という選択も難しい問題で、精神的に大きな分断、消耗を強いられました。

現在、私の町に帰還して住んでいる人は約3500人程です。

ヤスキン:南相馬市において、今後どのような課題や試みをビジョンとしてお持ちですか?

田中:課題はいくつもあります。

1つには、人口の問題です。今、南相馬市小高区に戻ってきて住んでいる人は、震災前の約35%ほどで、ほとんどが高齢者です。10〜20年後には、人口が激減するでしょう。

2つには、環境の問題です。例えば山林の手入れなどで、以前は地域で協力して行っていた共同作業も今は帰還した35%の人で行っているわけです。しかも高齢者。それは不可能に近いです。そのため、山が荒れ、イノシシや猿が里に下りてきて田畑を荒らしています。人が避難していた間に、動物の個体数が増えたのも原因でしょうが、山にエサがないことも原因で、つながる一つの問題として考えていくことが大切です。このあたりの丁寧なケアが必要だと思っています。

3つには、こころの問題です。原発事故を目撃した子どもたちも、間もなく成人しようとしています。彼らは政治が市民を守るものではなく、自分たち(組織)を守るために、市民に嘘をつくことも見てきました。本音と建て前を使い分け、平気で嘘をつく。立場の強い人の機嫌をとり、立場の弱い人のことは踏みにじりました。それらを見てきた子どもたちは、潜在的にも傷つき、社会に希望が見出せないのではと思います。

子どもたちのためにも、そしてもっと広く、すべてのいきものたちのためにも、みんなが共感できる、祈りと行動が必要だと思います。

ヤスキン:先住民のビジョンはどのようにしたら日本の社会の生活を豊かにできると思いますか?

田中:先住民の精神的なビジョンで、特に大切だと思うことは、未来の子どもたちのことを考えること。それから、地球を自分の母親と同様に位置づけ、決して傷つけず、敬うこと。これらの考え方は、昔の日本人は皆共有していました。なぜなら日本は島国です。海の恵みをいただき、山の恵みをいただき、自然に感謝して、採り過ぎず、そして分け合うことを大切にしてきました。

産業革命以後、日本にも徐々に資本主義的な考え方が入ってきて、目先の利益に目がくらんで混乱していますが、自分たちの中に眠っていた遺伝子が起き始めてきていると思います。都会の生活に疲れ、田舎での生活に憧れる人や、生活を小さくして、なるべく自給自足に近づけていこうとする若者が増えているのも希望がもてることです。

そしてそれは、日本だけではなく、世界同時多発的に起きていることだと思います。

ヤスキン:「母なる大地」を信じますか?あなたとって「母なる大地」とはなんですか?日本の仏教の精神性と見解ではどうすればその考え方に近づくことができるとお考えですか?

田中:はい、もちろんです。 私たちは地球の一部です。

リンゴの木に例えるなら、一人ひとりが果実だとすると、地球は樹木です。

その果実から樹木への意識の目覚めが必要です。樹木こそが私たちの本来の姿です。果実から樹木に意識が覚醒すれば、毛虫が蝶になるように変化が起こり、問題は自然に解決していくと思います。

仏教で説かれる「空」とは、そのことを説いているのだと思います。

ヤスキン:どうしたら母なる大地とよい関係を取り戻すことができますか?

田中:自然の中で瞑想をすること。歩くこと。海に入り、海のゴミを拾うこと。山に木を植え森を育てること。それらは地球の声を聞くために、自分自身を調える(チューニング)することです。地球にチューニングすることで、地球の声が聞こえてくるようになります。

少しでもお母さん(地球)が喜ぶこと、傷が癒えることをすることで、繋がりが修復されるきっかけになると思います。

ヤスキン:詩や歌、芸術の役目はなんでしょうか?

田中:アートが持つ力は大きいです。

多くの言葉よりも、たった一枚の写真や、一編の詩が人の心に響くことは少なくありません。

ホピの予言にも書いてあります。本当のホピは、明晰な思考と、良い絵や写真、そして厳密に選ばれた言葉とによって、いかに教育をすれば良いのかを知っている。

(この場合の教育とは、白人的な教育ではなく、それに対しての真の平和教育を意味する)

ヤスキン:あなたが得意とする詩で表現していただけますか?

田中:

「これで十分」 ナナオサカキ

足に土。

手に斧。

目に花。

耳に鳥。

花に茸。

口にほほえみ。

胸に歌。

肌に汗。

心に風。

これで十分。

Thank you very much!!

Sobre Yaxkin Melchy

(México-Perú) Es poeta, traductor de poesía japonesa, editor e investigador del pensamiento ecopoético. Yaxkin es maestro en Estudios de Asia y África por el Colegio de México en el área de Japón. Ha escrito sobre la visión ecológica del poeta vagabundo y activista ambiental japonés Nanao Sakaki. Actualmente es pasante de doctorado en la Universidad de Tsukuba, Japón. Ha publicado recientemente Hatun Mayu (Hanan Harawi, 2016), Cactus del viento (antología de poemas de Nanao Sakaki, AEM, 2017), Meditaciones del Pedregal (Astrolabio, 2019) y GAIA. Poemas en la Tierra (2020). En 2020 escribió una columna sobre ecopoética y el haiku para la revista El Rincón del Haiku, y junto con Pedro Favaron coordina para “Cactus del Viento”, la colección de ecopoesía “Ecopoéticas de la Madre Tierra”. También es miembro del Grupo de Investigaciones Poéticas de la Madre Tierra. Mantiene la bitácora:  https://flordeamaneceres.wordpress.com/

Corrientes ecopoéticas desde el Sur y el Este de la Madre Tierra © Yaxkin Melchy

~ Siwar Mayu, Julio 2022

Los ladrones de médula ósea. Cherie Dimaline

The Marrow Thieves © Cherie Dimaline

Los ladrones de médula ósea (extracto de la novela) © Traducción de Sophie M. Lavoie, 2022

Si prefieres leer en PDF, haz CLIK AQUÍ

Cuento: Primera parte 

“Nosotros, los Anishnaabe, vivimos en estas tierras durante miles de años. Algunos de nuestros hermanos decidieron caminar lo más lejos posible hacia el este y algunos salieron para el oeste. Otros cruzaron largos campos de tierra estrecha hasta llegar a otras partes del globo. Muchos de nosotros nos quedamos aquí. Les dimos la bienvenida a los visitantes quienes bautizaron el territorio con el nombre de Canadá. A veces había problemas entre nosotros y los visitantes. A veces nos matábamos. Éramos excelentes combatientes —guerreros, como nos llamábamos entre nosotros— y conocíamos estos territorios, entonces les dábamos muchas palizas.”

Los chicos siempre sacaban pecho cuando Miig llegaba a esta parte del Cuento. Las mujeres se erguían y alargaban el cuello, sus bellas caras como flores que se abrían en el calor de la fogata.

“Pero, perdimos mucho. Sobre todo porque nos enfermamos con los nuevos gérmenes. Y, cuando nos quedamos de rodillas, con fiebres y dolores, decidieron que les gustaba que fuéramos así, de rodillas. Y eso fue cuando abrieron las primeras escuelas.

“Sufrimos allí. Casi perdimos nuestros idiomas. Muchos perdieron la inocencia, la risa, la vida. Pero lo superamos y las escuelas fueron cerradas. Volvimos a nuestros territorios ancestrales y volvimos a construir, a aprender, a organizarnos. Lidiamos con las consecuencias y seguimos adelante. Hubo muchos años en que estuvimos perdidos, demasiado dolor que se hunde en el olvido, un olvido que venía en paquetes convenientes: botellas, pastillas, cubículos dónde nos sentábamos a trastornar el papeleo. Pero cantábamos nuestras canciones y las llevamos a la calle y a los salones de clase —salones construidos en nuestros propios territorios y llenos de nuestras palabras y nuestros libros. Y, cuando recordamos que éramos guerreros, cuando honramos el dolor y lo dejamos al lado, seguimos adelante. Habíamos vuelto.”

Minerva dio un gran resuello mojado, se limpió la nariz con la manga y empezó una vez más a masticar el material. 

“Entonces llegaron las Guerras del agua. Los Estados Unidos levantaron el brazo y empezaron a chupar nuestros lagos con una pajita enorme de metal. Y, ¿dónde se encontraban los lagos más frescos y los ríos más limpios? En nuestros territorios, claro. Los Anishnaabe siempre fueron como canarios en las minas para los demás. Lástima que el país estaba demasiado ocupado para escuchar lo que gritábamos, preocupándose de por qué no pagábamos más impuestos en los jeans de marca Levi’s y en las barras de chocolate KitKat.

“Los Grandes Lagos fueron contaminados hasta volverse fango. Llevó su tiempo, pero casi cuando California fue tragado por el mar, los lagos fueron cercados, demasiado envenenados para ser usados por el hombre.”

Yo había visto los Grandes Lagos: el lago Ontario cuando estábamos en la ciudad y el lago Huron cuando vivíamos en la Concesión New Road. Las aguas eran grises y espesas, como papilla. En la distancia, los barcos anclados se balanceaban de un lado para otro, sellados y silenciosos, con el ritmo del oleaje metódico. 

“Las Guerras del agua siguieron propagándose, yendo hacia el norte y buscando nuestros ríos y nuestras bahías y, eventualmente, una vez que nuestras tierras ancestrales fueron diezmadas y el agua contaminada y la gente se dispersó, las Guerras llegaron a las ciudades. Eso fue cuando los ejércitos se formaron, los soldados fueron reclutados y las balas fueron disparadas. Irónicamente, al mismo tiempo, los ríos se hacían sorber por el sur y después por el este, para el mejor postor. El Norte se derretía. El Derretimiento hizo que la mayor parte de los territorios del Norte quedaran bajo el agua, y la gente se trasladó al sur o hacia algunas de las miles de pequeñas islas que surgieron como secuela del Derretimiento en nuestros territorios. Esta gente del norte, sin embargo, era resistente, algunos de los más resistentes que jamás hemos tenido, entonces sobrevivieron, siguen sobreviviendo. Así va el cuento. Algunos van mejor que bien. Es por eso que nos vamos hacia el norte ahora, hacia ellos.”

Miig se puso de pie, caminando al ritmo del Cuento, moviendo los brazos como un conductor en cámara lenta para hacernos entender el énfasis y el tono. Necesitábamos nunca olvidar el Cuento. Era su trabajo fijar el recuerdo a perpetuidad. Nos hablaba cada semana. A veces el Cuento se limitaba a un tópico, como los primeros internados indios: dónde quedaban, lo que pasaba allá, cuándo cerraron. Otras veces nos contó cien años en una larga narrativa, francamente y sin adornos. A veces nos juntábamos por una hora para que nos explicara los tratados y otras veces por diez minutos para darnos la lista de los terremotos en el orden que pasaron, sacando capas de los bordes de los continentes, como si fueran encías podridas. Pero, cada semana conversábamos porque era imperativo que lo supiéramos todo. Dijo que era la única manera de hacer el tipo de cambios que eran necesarios para sobrevivir verdaderamente. “Un general tiene que ver el campo entero para preparar una buena estrategia,” había explicado, “Cuando estás allá luchando, no se puede ver mucho más que la amenaza que queda directamente en frente de uno.”

“Las Guerras del agua duraron diez años antes de que, en los salones cavernosos de asamblea, los líderes del mundo se pusieran de acuerdo, firmando una nueva colección de tratados y acuerdos. Los Anishnaabe fueron esparcidos, aislados y asustados. Una vez más de rodillas pero esta vez no había lugar donde juntarse. Mientras tanto, el resto del continente se hundió en una nueva era. Las franjas del mundo habían sido segadas por las aguas crecientes, los movimientos tectónicos y las lluvias constantes. La mitad de la población murió en el desastre y de las enfermedades que se propagaron a causa del gran número de cadáveres y de la falta de sepulturas. Los que quedaron no salieron beneficiados, la verdad. Trabajaron largas horas, dejaron de tener hijos sin doctores y, peor que todo, dejaron de soñar. En este nuevo mundo, las familias, los seres queridos, fueron hechos añicos.”

El extracto de Los ladrones de médula ósea, de Cherie Dimaline, publicado por Cormorant Books Inc, Toronto, (Copyright 2017 © Cherie Dimaline) se utiliza con el permiso de la autora y la editorial.

Más sobre Cherie Dimaline

Cherie Dimaline es miembro de la comunidad indígena métis histórica de la Bahía Georgiana (Georgian Bay) en el territorio que se conoce ahora como Canadá. Dice su biografía en su sitio web: “Vengo de ancestros cazadores y de mujeres que contaban historias y hacían sus propios remedios cuando no podían comprar pomadas del ‘vendedor ambulante’ que venía del otro lado de la Bahía de vez en cuando. Algunos remedios usaban agua bendita del Santuario en el pueblo, otros usaban agua tomada en la Bahía el domingo de Pascuas. Muchos requerían cebolla y pino. Hasta hoy, mi familia caza y hace la cosecha.” Dimaline es autora de seis libros pero The Marrow Thieves, publicado en 2017, fue declarado por la revista TIME uno de los mejores libros para adolescentes de todos los tiempos, entre otros premios prestigiosos en Norteamérica. La novela de ciencia ficción para adolescentes presenta un futuro dónde los pueblos originarios son cazados para obtener su médula ósea. Presenta un grupo de personajes distintos que se juntan y colaboran para esconderse del peligro mientras se presentan los problemas sociales y del medio ambiente que han llevado al contexto distópico de la realidad de la novela. La continuación de la novela, Hunting By Stars, salió en 2021.

Sobre la traductora

Sophie M. Lavoie es profesora del Departamento de Cultura y Estudios Mediáticos de la Universidad de Nuevo Brunswick en Fredericton, Canadá, que es el territorio nunca rendido de los Wolastoqiyik, o malecitas. Enseña clases de lengua, literatura, cine y cultura. Ha publicado artículos académicos sobre literatura de mujeres centroamericanas y latinocanadienses, entre otros temas, en francés, inglés y en español en varias revistas. Fue cotraductora con Hugh Hazelton de El laberinto vertical de la poeta argentina Nela Rio hacia el inglés, del libro de poesía Nous sommes les reveurs de la poeta mi’kmaq Rita Joe hacia el francés y de Un parcours bispirituel, la traducción al francés de la autobiografía de Ma-Nee Chacaby, una indígena biespiritual cree y ojibwe que salió en 2019. Forma parte del consejo editorial de la revista Candela Review y directora del equipo del Registro Creativo de la Asociación Canadiense de Hispanistas.

The Marrow Thieves © Cherie Dimaline

Los ladrones de médula ósea © Traducción de Sophie M. Lavoie ~ Siwar Mayu 2022


Muestra de literatura contemporánea gunadule

Fotografía de una mola de la colección de mola de Sue Patricia Haglund


Introducción y selección © Sue Patricia Haglund


Textos de autores gunadules © Dad Neba Nelson De León Kantule, 

© Taira Edilma Stanley Icaza,

© Cebaldo Inawinapi De León, 

© Atencio López, 

© Kinyapiler Johnson González, y 

© Maninaindi R. Roldan. G

Si prefieres leer el PDF, haz CLICK AQUÍ

Ser Gunadule es ser Gunayala y ser Abiayala/Abya Yala

Baba y Nana son nuestros creadores, seres supremos.
 
Abiayala/Abya Yala, territorio salvado, tierra de sangre, como dice nuestro hermano, Dad Neba Nelson de León Kantule, Abiayala/Abya Yala representa espacios de “plena plenitud”.
 
Abia-sangre
Viene del idioma dulegaya, idioma dule o también conocido como guna o Gunadule
Abe/Ablis es sangre – y la palabra, Yala-tierra, montaña, continente, territorio.
 
Tierra de sangre; sangre derramada y sangre de vida.
 
Abiayala/Abya Yala  es la solidaridad y lo colectivo, con solidaridad colectiva somos semejantes a la tierra, una tierra de plena plenitud y de vida,
 
Para entender la profundidad de Abiayala/Abya Yala, es más de las cuatro etapas de la evolución de nuestros mundos, son los recuerdos de nuestras historias de Babigala, de Baba y Nana, de Ibeler y sus hermanos, son historias de caos y unificación, de Biler e Ibeler, por tanto, para nosotros Dules, es sobre posicionalidades relacionales. 
Abiayala/Abya Yala existe.
No es sobre ‘las Américas’. Es más.
Abiayala/Abya Yala, siempre ha estado en vida y presente.
Abiayala/Abya Yala es evolución de desarrollo con solidaridad colectiva, no el caos de destrucción, porque como en las palabras de nuestro hermano, Marden Paniza, músico y compositor gunadule, es para recordarnos que mer burgwega anmar namagge “cantamos para no morir” y en esto cantamos,
 
Anmar di, somos agua
Anmar yala, somos tierra y montañas
Anmar ari, somos iguana
Anmar achu, somos jaguar
Anmar yaug, somos tortuga
Anmar bansus, somos colibri
Anmar Abiayala
Somos tierra de sangre
Tierra de sangre derramada, sangre de vida
Somos tierra de plena plenitud
Y no nos falta nada
Itogua.

~~~

Dad Neba Nelson De León Kantule

Asociación Napguana


Pueblos indígenas, desarrollo y Medioambiente

Después de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, celebrada en Río de Janeiro, Brasil, en junio de 1992, fue un acontecimiento histórico para los pueblos indígenas y sus derechos en relación con el medio ambiente, donde reconoció a los pueblos indígenas y a sus comunidades al cuidado de la madre tierra que han venido haciendo y el aprovechamiento del medio ambiente. Se reconoció la importancia de los conocimientos y prácticas tradicionales de los pueblos indígenas y la comunidad internacional (los estados) se comprometió a promover, fortalecer y proteger los derechos, conocimientos y prácticas de los pueblos indígenas y sus comunidades.

Los pueblos indígenas siguen estando en la mira de los que impulsan supuestos desarrollos con planes globalizadores, que a la larga perjudican más nuestras precarias condiciones de vida. Todo esto acontece en un mundo convulsionado, donde cada vez las guerras internas o entre estados se hacen costumbre. De igual manera las guerras entre poderosos (empresas trasnacionales)  son motivos de desplazamientos de los pueblos indígenas en condiciones infrahumanas, cuando descubren minerales, cuando quieren construir hidroeléctricas y otros, en los territorios nuestros (ejemplos sobran en Abya Yala/Abiayala, América, caso de los kunas de Mudungandi, en Panamá, la hidroeléctrica del Bayano, y la construcción de hidroeléctrica de Barro Blanco). 
Hablar de desarrollo para los Pueblos Indígenas no significa únicamente que se hable de inversiones y cooperación traídas del extranjero, significa en primer lugar el reconocimiento de su cultura y tradiciones, que involucra también el respeto a la tecnología ancestral con que nuestros Pueblos han sobrevivido. 

Ante esta realidad de los grandes cambios mencionados, los Pueblos indígenas nos enfrentamos a estos retos y tenemos que prepararnos para los venideros, sin renunciar a nuestras raíces ni a los principios que nos legaron nuestros antepasados. Retomando las enseñanzas de los grandes sabios de nuestra historia, nuestra identidad, adaptándolos a la realidad del presente, para proyectarse al futuro.

Ya es el momento que los pueblos indígenas planten su modelo propio, basado en nuestra dinámica organizativa, con planteamientos políticos, socioeconómicos, culturales, religiosos, territoriales y de autonomía, en fin, la reivindicación de nuestros derechos específicos y colectivos, basados en la solidaridad, equidad, históricamente menospreciados por los Uagas (no indígenas).

No estamos en contra del desarrollo, queremos el desarrollo y seguir siendo indígenas. Lo que no compartimos y no estamos de acuerdo son con las imposiciones del modelo de desarrollo occidental, los cuales han demostrado ser inoperantes, caducas, que han causado rupturas, daños considerables de nuestras estructuras políticas, sociales de nuestros pueblos.  Estos modelos impuestos a nuestros pueblos, migraciones, cambios debilitan nuestra identidad cultural. Siempre los Uagas (no indígenas), van a ver en los pueblos indígenas como un obstáculo, una barrera al desarrollo. 

Los pueblos indígenas, en general, cuentan con una larga experiencia en el manejo de los recursos naturales, puesto que hemos vivido desde tiempos inmemoriales en contacto directo con la naturaleza, obteniendo de ésta los benefactores necesarios para satisfacer nuestras necesidades. Aún cuando no hayan definido el concepto de desarrollo sustentable, llevan muchos años poniéndolo en práctica.

Los pueblos indígenas han perdido mucho sus territorios en nombre del desarrollo, y corren el riesgo de seguir perdiendo tierras ancestrales y lugares sagrados, muchos de los cuales contienen la biodiversidad más rica del mundo. Los gobiernos que se han adherido al Convenio sobre la diversidad biológica tienen la obligación de poner en vigor leyes internas o de modificar sus constituciones para garantizar la participación de los pueblos indígenas en la conservación y la utilización sostenible de su medio ambiente.

Me pregunto qué bosques, ¿qué biodiversidad venden o negocian nuestros países para canjear su deuda externa? Nosotros tenemos ricos bosques, minerales, agua dulce, mares, si lo vendemos todo hoy, mañana también seremos pobres y no tendremos qué legarles a nuestras generaciones futuras, por lo tanto no podemos decir sí a cualquier inversión pensando en el hambre de hoy.

Los indígenas vamos a aceptar las inversiones en nuestra región sin ningún problema, siempre y cuando los inversores sean personas honestas y quieran compartir las ganancias con nosotros, aquellos que no hagan trabajar a nuestros hermanos para no pagarles después… aquellos que no se escuden en los políticos de turno, en el poder para insultar a una cultura indígena, aquellos que tengan paciencia de las autoridades indígenas en las negociaciones. Somos conscientes de la riqueza que poseemos, pero el mundo no se acaba mañana y vendrán otros hermanos, hijos, nietos nuestros que nos agradecerán de no haber agotado todo de una sola vez lo que nos legado nuestra Napguana (Madre Tierra), madre de todo desarrollo si amamos y la conservamos, o simplemente de las desgracias humanas, si sus hijos no sabemos respetarlas.

Todas las exigencias de nuestros pueblos son justas y legales a la luz de las leyes internacionales y nacionales, convenios, tratados y otros instrumentos que hablan sobre los derechos de los pueblos indígenas. Podemos mencionar un ejemplo concreto con la adopción de la Declaración  de los Derechos de los Pueblos Indígenas de las Naciones Unidas, art. 32. Acápite 2. Los Estados celebrarán consultas y cooperarán de buena fe con los pueblos indígenas interesados por conducto de sus propias instituciones representativas a fin de obtener su consentimiento libre e informado antes de aprobar cualquier proyecto que afecte a sus tierras o territorios y otros recursos, particularmente en relación con el desarrollo, la utilización o la explotación de recursos minerales, hídricos o de otro tipo.

Pero el reconocimiento pleno de los derechos de los pueblos indígenas no se da con claridad en todos los países. Por eso, el verdadero reconocimiento y no solamente en papel o leyes, es el punto de partida indispensable para cambiar por el sendero hacia un desarrollo pleno. Lo cual significa que los pueblos indígenas tenemos la capacidad plena de llevar adelante nuestro propio desarrollo y que se nos dé esta oportunidad. 

Solamente pedimos la oportunidad que se nos dé por lo menos de trazar y escoger nuestro propio destino, basados en nuestros principios y valores culturales, que hasta ahora han demostrado ser válidos en nuestras comunidades.

La característica principal de los pueblos indígenas, a diferencia de la sociedad occidental, es que los sistemas sociales están basados en la ayuda, protección mutua, hermandad y la solidaridad. Que no necesitan estar escritos en voluminosos códigos que al final no se cumplen, es en la práctica diaria que nuestra gente lo hace realidad, es nuestra forma de vida. Tanto los aspectos sociales, políticos, económicos y espirituales de la vida están ligados vitalmente formando una unidad. 

Por todo lo dicho anteriormente sigo manteniendo el principio de mis maestros kunas, para nuestros padres, naskued (desarrollo) significa producir la tierra y aprender los conocimientos tradicionales para el beneficio de todos(as) y no de unos pocos, no para ser ricos individualmente, sino para compartirlo con todos(as).

Este valor nos ha mantenido a pesar de muchos cambios que están pasando en la sociedad indígena. La identidad cultural kuna sigue viva, seguirá viva, mientras nuestros pueblos vivan unidos. La fuerza de nuestra cultura ha persistido a través de la historia; la entrada de algunos modelos impuestos en la comarca ha variado algunas cosas en  nuestras comunidades, y aún así, no ha podido cambiar nuestro ser, seguiremos siendo kuna.

Este camino es imprescindible, se plantea que se considere la participación activa de los pueblos indígenas, como pueblo Ngäbe, Kunas, Emberás, Nasos, Wounaan, Buglé, Bri-bris.

Así la participación de mujeres, jóvenes, ancianos y otros. Cuyo aporte permitirá construir una base jurídica más sólida, armónica, y representativa, cuyo resultado será una sociedad más justa y equilibrada, de igual manera, la voluntad política y tolerancia de todos los actores, para comprender y aceptar la existencia de esta diversidad de pueblos indígenas en Panamá.

Para la convivencia pacífica y la construcción de una verdadera sociedad democrática, es indispensable reconocer y dar valor a la existencia de los pueblos indígenas con sus valores e intereses diferentes, así como respetar y tolerar esos valores históricos e intereses que nos distingue de los demás. Lógicamente, un reconocimiento meramente moral no es suficiente; en un país como Panamá, donde coexisten diversas culturas, debe plasmarse en su legislación, en la constitución. No debe existir un grupo que imponga a los otros sus propias normas y valores de conducta y comportamiento.

* Dad Neba: en la lengua indígena kuna, significa, “Abuelo de la Llanura”, con ese nombre se identifica Nelson De León Kantule, Comunicador indígena Kuna / Directivo de Asociación Napguana.
E-mail:duleigar@gmail.com y napguanakunagmail.com

~~~

Fotografía de una mola de la colección de mola de Sue Patricia Haglund


Taira Edilma Stanley Icaza

KIPARA

Quiero hablar de los trazos
de mi cuerpo  
De los trazos de donde vengo
De la fuente que impulsa
mi punto de partida

De mi primera línea espiral 
de mi herencia de mujer indígena
de mi rebeldía, mi nahua y mi mola
del coraje que corre en mis venas
de la abuela Carmen y de mamá

Déjame que los trazos penetren 
mi cuerpo
que hablen de la herencia y nuestras 
huellas
De la hermana Bertha y Marielle
Déjame gritar y amar

Quiero otra vez trazar mi cuerpo
una y otra vez
beber de la inna*
sentir el río sagrado
volver a enredarme en mi trazos
trazar y trazar 
hasta empezar con el punto final,
como espiral

*inna: jugo de maíz, refresco

El Luna 1925 y Wewe

Otra noche, de esas noches                                    
De amor
Donde se murmuran llantos
tristezas, lágrimas y más lágrimas
Sacuden y sacuden el sudor

Wewe*, trata de aletear la humedad
Y con albahaca en su boca
da tranquilidad 
detiene tan cruel 
acción, ultraje
y violación. 

Sus alas aletean
Y tranquiliza el pulso 
los oídos tratan de escuchar 
Olvidar, aquella
luna creciente

Sus ojos al hundirse dan el mensaje
la voz que sale de sus alas 
sosiega el alma,
el hermano Luna,
susurra a Wewe
vamos a cantar 

*wewe: variedad de grillo pequeño que abunda por las costas; pulga de arena


~~~

Fotografía de una mola de la colección de mola de Sue Patricia Haglund

Cebaldo Inawinapi De León

1
 
An Di! 
Agua somos. Agua seremos!
En una aldea kuna nace una niña, y la partera canta, la abuela canta, ellas cantan: Venimos del agua y con el agua. Naciendo desde el líquido fecundo de la placenta, que después será abono y serán sembrados (placenta y cordón umbilical) en tierra generosa, bendecida por la lluvia.
 
La niña crece. Un día, su cuerpo le avisa que la vida es fecunda y por varios días, las mujeres de la aldea la bañaran diariamente en una surba – casa sagrada hecho de pencas, palabras y mucho amor -, agua y ella y las palabras de las cómplices y sus deseos y sus sueños viajando por este territorio sagrado: ¡su cuerpo!
 
Agua y Palabra, tatuando a la púber!
 
Va la mujer, al viaje final, el poeta le canta sus días y sus noches, y recibe el baño perfumado de flores y plantas y el último viaje será en el río de sus amores juveniles y sembrado en el bosque generoso… y ella empieza a navegar en el río sagrado que la guiará a la Matria final.
 
¡Agua somos! Canta el Poeta Mayor
¡Agua seremos! Canta la aldea.
 
Un fecundo líquido nos trae - en amorosas aguas amamos y creamos- y en un generoso líquido viajamos a la Casa Final!
2

Cantan nuestros Poetas Mayores, que un fino y mágico hilo une, cose las aguas de los ríos, de los mares, los árboles, el bosque, la tierra y sus habitantes, construyendo una gran red, equilibrando y armonizando los sonidos, los colores y los frutos de la Tierra.  

¡Somos todos Uno!

Canto y arte que nuestras mayores creadoras, las Mujeres kunas, lo han entendido de forma maravillosa, cuando cosen sus vestidos, sus molas con telas de colores donde tatúan sus sueños, sus deseos, sus historias y encantos que les salen del lado izquierdo del pecho y se deslizan hasta la punta de los dedos.

Y lo continúan hoy, en estos tiempos urgentes, sus hijos, sus nietos…armonizando los sonidos, los colores y las cosas disonantes. 

Es parte de la red mayor, del tejido universal, equilibrando sonidos, colores y sabores, y si un día parte de la red, se rompe, rápidamente hay que arreglarlo, coserlo, para que sigamos caminando y meciéndonos en esta Hamaca Universal, nuestra Casa Grande, la Tierra.
3

quién ordena el tiempo? no es el reloj, es la Palabra, es la Lengua (sé que lo leí en alguna página encantada de un hermoso libro o en un canto en alguna aldea marina) y me lleva en este vuelo urgente, a mis días en la Casa Grande, en la aldea marina, cuando el Poeta Mayor, el Sagla canta y cuenta los días de la aldea, de la tribu, de la Tierra,

porque lo que nos habita y tatúa es el tiempo del discurso, de las palabras, del goce, del verbo...reinventando mundos, palabra a palabra, creando magias...!

Degiii!

~~~

Fotografía de una mola de la colección de mola de Sue Patricia Haglund


Atencio López


NOSTALGIA

Trato de mirar
nubes y aves
al atardecer,
mas no pude.

Mis ojos cegados
adentran más en
recuerdos infantiles
que no volverán.

Existencia feliz
en sus regazos
se formó mi futuro
mi esperanza.

Hoy,
de mi vida deshojan
flores, sueños, 
caricias
que me acompañarán
para siempre.

Desde la playa, mar,
Siento que algo
se apaga
Voy por el mundo
llevando amores,
corazones
y sobre ellos
he de dormir,
llorar.

Siento amor
pero me embarga
honda tristeza
ojalá las lágrimas
laven esa amargura
y pueda amanecer
a tu lado
haciendo el amor…

GENOCIDIO EN ABYA YALA

Nada que celebrar
los 12 de octubre
fecha que dio inicio
al genocidio jamás
escrito
en la historia de la humanidad.

Cien millones de seres humanos
llevados a las hogueras
sacrificados y asesinados
en nombre de dios y la biblia.

Reyes de España
creyendo salvadores del mundo
inundaron de escoria humana
nuestro continente
basura humana
que quiso borrar
la historia indígena.

Desde tumbas, bosques,
ríos, mares y lagos
el rostro masacrado
de abuelas y abuelos
emergieron para mancillar
el orgullo occidental europeo,
Abya Yala escribe su propia
historia con rostro indígena
al son del grito de
libertad…

MUJER

Con música de antaño
al son de flautas y maracas
vengo ebrio entre peces
olor a océano
traigo ante tu altar
algas y flores
que arranqué
desde el fondo del mar,
 
Quiero llorar entre tus brazos
Y llevar tus aromas y ternuras
a otros mundos donde pueda
contar historias de amor
nacidos en islas y playas
bajo el mar embravecido
y un sol inclemente.
 
Amor de rostros bronceados
por el salitre y noches estrelladas, 
amores, 
recuerdos y legados
de nuestros ancestros guerreros.

~~~

De la colección de molas de Sue Patricia Haglund, esta mola está hecha por Rosa Lidia Gallardo, prima de Sue Patricia Haglund. La mola de cangrejo y pescado es hecha por la tejedora Rosa Lidia Gallardo (nieta de Juan Gallardo, quien es hermano del abuelo de Sue Patricia Haglund, Ricardo Walker).

Kinyapiler Johnson González


FUE EN ARINII
*

De pronto se escuchan ritmos de comparsas,
tunas**, calle arriba y calle abajo; 
los resbalosos salen en cualquier calle,
señal que llegaron los carnavales a Bannaba (1).
Mientras que, en el brioso y seductor Caribe,
en las islas de la República Tule,
con orgullo se izan las banderas de la revolución;
es el mes de Morginnid e iba (2) es arinii. 
Tengo mi cotona roja,
los urigan (3) se pintan de “achiote emputado”;
los colmillos y corazones de jaguares, 
las garras y picos de águilas se juntaron.
Las molas arrancadas se tiñeron de sangre ese día,
las argollas y las winis (4) prohibidas 
y dispersas por el archipiélago.
Prohibido olvidar esa fecha, tatuada en nuestros corazones.
Las tinajas de gabir (5) pateadas y rotas,
los braseros apagados por las botas,
los rituales prohibidos,
las hamacas escindidas…
Nunca se nos olvide compañeros,
que esta patria nos costó sangre 
y no fue regalo de ningún gobierno. 
Alerta, alerta hermanos,
Gabidamalargeee... (6)
Hoy las tinajas de la revolución
están fermentadas en cada isla,
para brindar por la paz
al calor de las totumas de gabir. 
Hoy al igual que ayer compartimos esa alegría
junto con nuestro pueblo, 
porque nuestros eternos jóvenes guerreros de 1925
sembraron sus viejas escopetas de cacería de un solo tiro, 
pero certeros cual flechas de Igwaoginyabbiler,
el arquero de la mejor puntería, el hermano Venus; 
para que hoy sus hijos(as) y nietos(as) disfrutemos
y gocemos de lo que tenemos…
¡Noggasdde, iddomalando, sioggooooo…nagase! (7)
Gritemos y brindemos con nuestras abuelas y madres.
* arinii = luna de iguana (mes de febrero)
** las tunas = grupos de gente con canto y música que bailan en las calles con un baile de tambor durante el carnaval panameño.
1.Panamá
2.Morginnid e iba = Mes de la camisa roja
3.guerreros kunas
4.chaquiras o abalorios
5.chicha fuerte
6.no se duerman
7.Brindis kuna: ¡Tenemos la totuma, probemos, salud... hasta el fondo!

DIIANAI


“Iawala ganaggwa agdededi yalabali, 

Dada Nagibelele bega ulusumba sie nasaye, 

nue daggedi yalabali yee…”

 

(Inicio del verso de Aggwanusa adaptado por mí, en el original dice “Pato Diolele”, donde digo: “Dada Nagibelele” y en parte me inspiro en ese tratado de Aggwanusa, está dedicada a alguien muy especial)

Iawala gwenaddiye, bedi an idusad
nega sagla unni; andi bese gormaggenai,
be gammu ganse be ulusumba billinganba.

Inaulu dagge yobi bedi maigudeye,
gwena benunis nalleguemaisuli;
nii ulu obaggemaid ilaba nega duubali.

Nana Olonubdiigili, be ordiidina 
aryomegisa, ber gungidagge yobi; 
agddarmaggemai be ana gandi.

Nana Maninubdiigili, be maninisdii
suurmaggemai, ber maniale 
ber manidaggeyobi.

Nana Inanubdiigili, be inadii
wawadiggi ber inabisebdili yobi;
goggedili, nunabdili bunnogemainie. 

Nana Igwanubdiigili; be ganngued,
be sabed anga ugge;
bargaegala be nunis maniga sademalad.

Be inaulu wawanmaggemai nie;
suemola bedi yoemai,
be burba, Nan burba mogir inbaba.

Oloeaidiili be suggedi dinnaguemai,
anmar nuggi, gwenad an be daggsuli;
anai dii emi be ibagi, an bega soge Anna Diianai.


DIIANAI
.

(Traducción libre aproximado al español por Kinya)

Hermano mayor río, tú que eres antes que yo
desde el inicio de los tiempos; yo te invoco,
a tus afluentes a tus orígenes subterráneos.

Tu que atraviesas como un gran cayuco medicinal,
regalando tu leche a todos 
en cada viaje de la luna en su cayuco por el cielo.

Madre Olonubdiigili, tus dorados líquidos 
recorren, y caen radiante cual oro en su camino;
en tus afluentes resplandecientes.

Madre Maninubdiigili, tus líquidos plateados
recorren y brillan como platas 
como argentas en el camino.

Madre Inanubdiigili, tus olorosas 
aguas medicinales como esencias de albahaca;
hálitos de goggedili, nunabdili. 

Madre Igwanubdiigili; dame tus fuerzas,
y tu amor; para parar a los mercaderes 
que lucran con tu leche. 

Tu cayuco medicinal tembloroso está;
con atuendo de la mola de arcoíris,
tu fortaleza, espíritu de la Madre entre las nubes.

Oloeaidiili tu corriente se está secando,
por nuestra culpa, ya no te veo como hermana;
Mi amiga agua hoy, te digo Anna Diianai (hola amiga agua).

Poesía 01

Poesía

es la luna llena

en tu luna,

es tu sonrisa 

en mi tristeza,

es el amanecer

en mi atardecer,

poesía es el florecer

de la dilla en el amanecer

de dillanii… *

* dilla [dil´la] en kuna es palo santo y dillani [dil´lanii] es la luna de palo santo o mes de marzo.

Poesía 02

La poesía son las delicadas 

manos de la mujer kuna

que convierte los hilos y telas

en versos multicolores en sus molas

en los atardeceres en Kuna Yala.

Y en las madrugadas sus callosas

manos levantan las calientes pailas

para preparar el desayuno

a los futuros rebeldes tirapiedras,

herederos del 25 de febrero.

~~~

Maninaindi R. Roldan. G

Kipara

El universo y 
sus abrazos se manifiestan 
en trazos
en negros símbolos 
en alquímicas formas.

Existen verdades escondidas 
en su geometría/ líneas que nos unen


La piel receptora de legados
sirve como lienzo frágil 
donde reposan de sus largos viajes.

Es en ella habitan/migran/ mutan
                  regresan a ser simples líneas cósmicas.


A un costado de mi memoria estás

Eres la fuerza que sustenta mis luchas
El abrazo que me protege de los extraños

Tu antigua guerra es hoy mi escudo
/ Mi galardón
Tu bandera  ⎯símbolo de rebeldía y coraje⎯  es mi lanza
Por eso te doy gracias a ti querido abuelo que habitas mi memoria 
Por eso te doy gracias a ti querida abuela por tu sacrificio

Hoy como hijos de febrero luchamos para merecer tu nombre 
Para mecer la Matria que tanto y tantos amamos

Ondeo la bandera de la rebeldía 
                            del sacrificio 
                                               y la vida

Efimero

Tenemos el tiempo del colibrí.

Un tiempo de suspiros.

Un tiempo de ecos y nostalgias.
De tinaja y canto.

Y en ese espacio donde canta el tiempo 
eres el punto de esta hora

el minuto en la nube.

Sobre los autores gunadule

Dad Neba Nelson De León Kantule es ensayista, intelectual, y activista gunadule. Su nombre, Dad Neba, en lengua indígena Kuna significa, “Abuelo del Llano”, con ese nombre se identifica a Nelson De León Kantule, bisnieto de Nele Kantule, comunicador indígena Kuna / Director de la Asociación Napguana. Correo electrónico: duleigar@gmail.com y napguanakuna@gmail.com

Taira Edilma Stanley Icaza es activista gunadule, poeta, y académica. Egresada de la Licienciatura en Ciencas de la Educación con un postgrado en Docencia Superior. Es miembro del Movimiento de la Juventud Kuna (MJK) y otras organizaciones indígenas internacionales. Ella fue a Bolivia a estudiar para su maestría en la Universidad Mayor de San Andrés y trabaja en la Oficina de los Pueblos Indígenas de la Universidad de Panamá.

Cebaldo Inawinapi De León es autor, poeta, y antropólogo gunadule nacido en la isla Usdub, Comarca de Gunayala. Inawinapi vive entre Portugal y Panamá y es autor del libro Mi Primer Árbol: An Sabbi Iduged (2019). Además, es protagonista en el film, Panquiaco, y es parte del documental, LucíaMor: La Mola de Lucía.  Se puede conocer más sobre Inawinapi aquí

Atencio López es gunadule de la Comarca de Gunayala, Panamá. Es autor, poeta, y abogado de Derecho Indígena, Comercial, Penal y Civil. Estudió en la Facultad de Derecho y Política de la Universidad de Panamá y obtuvo su Maestría en Derecho Comercial en la Universidad Interamericana de Panamá. Por varios años, Atencio ha ocupado diversos cargos en organizaciones indígenas panameñas e internacionales. Se puede conocer más sobre Atencio aquí.

Kinyapiler Johnson González es poeta, artista,  y activista cultural gunadule. Nació en la comunidad de Usdub, Comarca de Gunayala, Panamá. Él estudió en la Facultad de Economía en la Universidad de Panamá. Además, Kinyapiler fue administrador del Congreso General Guna en algunas ocasiones, es miembro y militante del Movimiento de la Juventud Kuna (MJK), y miembro fundador del Colectivo Teatral Ibeler Wagan. 

Maninaindi R. Roldan. G. es poeta, artista, y psicólogo gunadule nacido en la isla de Usdub, Gunayala, Panamá. Estudió en  la Universidad de Panamá y es licenciado en psicología. Como artista, Maninaindi participó junto al colectivo Igar Yala en la realización de la película Burwa Dii Ebo (El viento y el agua), selección oficial del Sundance Film Festival 2008.  Es autor del libro, Demonios en mi desierto (2019).


Más sobre el arte y la literatura gunadule


Sobre Sue Patricia Haglund

Poeta e investigadora gunadule de Panamá. Tiene un doctorado en Política Indígena de la Universidad de Hawái en Manoa. Investiga las obras de los poetas gunadule contemporáneos cuya poesía habla en contra del colonialismo, y refleja la metamorfosis cultural de la tradición oral Gunadule actualizada. Su poema “Conversaciones con mi abuelo” fue publicado en la primera antología de poesía Gunadule, Antología de Poetas Kunas (Ciudad de Panamá, 2015), y ha publicado varios capítulos de libros, incluyendo Interfaces Indígenas: Espacios, Tecnología, y Redes Sociales en México y Centroamérica (2019).


Shunku-yay / Mirarse en la eternidad del corazón. Samay Cañamar M.

Shunku-yay / Mirarse en la eternidad del corazón © Samay Cañamar M.

IG: @shunku_yay / FB: Shunku yay – Poesía Kichwa

Ilustraciones © Manai Kowii

Si prefieres leer el PDF, haz click AQUÍ

Shunku-yay

Shunku-yay arawi kamumi, runa shimipi, mishu shimipi killkashka kan. Ñukanchik allpa mamata kuyashpa charinamanta rimapan, shinallata runa warmikunapa kawsaymantapash riman.

Shunku-yay o Mirarse en la eternidad del corazón es un poemario en kichwa y español que nace como un grito para empatizar con el territorio sagrado de la madre tierra así como también con el cuerpo de las mujeres de pueblos originarios y su realidad.

Minkachiway 

Kallari willkay

Minkachiway,
kikin achiklla muskuywan,
kay munayta, kay shimita, kay rurayta watachinayan.
Allilla, kikin sumaklla ukuman yaykunkapak.

Kikinpa samaywan kay ñankunapi kumpatukunayan,
kucha manyakuman yaykunayan,
urku chakikumanta puri kallarinayan,
chakra manyakumanta tarpunayan,
kikin wasi ñawpakuman kimirinayan.

Minkachiway apukulla.
Minkachiway allpa mamakulla.
Kikin chaskikkunaman willapaylla. Mayllak shunkumari shamukuni,
upalla supaykunawanmari minkarimukuni.

Minkachiway, sumak kawsak samaylla, willka kuskalla.
Kikin wasiman, mayuman chayamunimi,
kuri allpakuta kay shunkuwan takarinkapak shamupanimi.

Minkachiway kikin ukshakupi, kikin apu pintukupi,
paktalla muskuykuta karawankilla,
usharinalla ushaykuta mikllachiwaylla,
tukuy llaki kawsayta kaypi uriyakuchichun sakiwaylla,
kikinpa rimaypi rikcharinkapak,
shinashpa samashkatapash tullpushpa sakinkapak.

Minkachiwaylla,
puyu killpamukpi,
inti llukshimukpi, 
tamya urmamukpi,
kikin rimamukuwankimi yasha.

Minkachiway   

Ritual de entrada

Pido permiso para entrar,

conectar mis deseos, mis palabras, mis actos, 

con tu límpido sueño.

Entrar en ti, lentamente en tu silencio.

Quisiera hablar de tus tiempos,

llegar a las orillas de tu laguna,

empezar mi camino a los pies de tu montaña,

sembrar desde el borde de tu chakra,

acercarme a la entrada de tu casa. 

Permiso para entrar, grandioso apu.

Permiso para entrar, amadísima allpa mama.

Que he venido preparando mi cuerpo

y mis ánimas buscan descanso.

Acógeme, ser viviente de la tierra, lugar sagrado de la vida.

Voy llegando a tu casa, a tu río,

a tocar con el shunku tu tierra bendita.

Entre tus pajas y campos,

concédeme el sueño más exacto,

méceme con poderes que me calcen,

permíteme descargar los llantos recogidos,

despertar en tu diálogo

y colorear con palabras este respiro.

Mientras me cubre la nube,

mientras aparece el sol, 

mientras cae la lluvia,

sentiré tu plática conmigo.


© Manai Kowii

Ñukanchik allpa mamaka tawka kawsak apukunata, samaykunatapashmi charin, paykunapi tukuy pachapi kawsamushka kan. Kay wakakunaka, hatun ushaykunatami charin, hatun samaykunatapash, chaymi paykunapa wasikunaman yaykunkapakka, minkachiway nishpa yaykuna kashkanchik. Shinami paykunata mañashpantin, takishpantin, rimachishpantin yaykuna kanchik. Urkuman rikushpaka, minkachiway ninami nishpa hatun taytakunaka yachachishka kan. Ima chakrata tarpunkapak kallarikushpapash, minkachiway nishpa yaykuna kashka ninmi hatun mamakunapash. 

Chashnami shuk wakakuta minkachiway nishpa kallarikrinchik. Wakakunaka mana warmillaka kanchu, mana karillaka kanchu, shuk shuk ushaykunami watarishka paykunapika, wakinpika warmi, wakinpika kari, shina rikurin punta rimaykunapi, shutikunapi, ima ruraykunapipash. 

La madre naturaleza/allpa mama está integrada de varios cuerpos y tiempo-espacios o pachas. Territorios sagrados o wakas con poderes propios, a donde no podemos ingresar sin antes pedir permiso, por medio de rezos, saludos, cánticos, silbidos.

Minkachiway es un inicio al ritual de ingreso a un espacio. Los abuelos dicen minkachiway cuando empiezan a caminar a los pies de una montaña. Las abuelas piden permiso para anunciar la llegada a una chakra/sembrío. Las noches antes de un ritual de baño de purificación se llega a la vertiente de agua pronunciando minkachiway, tal cual se anuncia la llegada a la casa de alguien más.

Así ingresamos ahora a una waka o lugar sagrado como son nuetrxs apus, los espíritus de la montaña con poderes diversos más allá de lo femenino y masculino, personificados en nombres, en acciones, en leyendas.


Warmi Imbabura 

Urku apu

Uksha pampawan killparishka warmimi
kuyaylla yana ñawiku, kalluyashka makiku,
tukuy wiwakunapa, yakukunapa, apu warmi.
Kikin umapika, Illull kuchata,
Chakishka kuchata,
Hatun kuchatapash chashkikunki,
paykunaka tamyapa ñañakunami
pakcha tukushpa, urku umakuta Wayku Chupakaman shamunakun.

Urkumanta hatun apu, hatun warmi kanki.
Uchilla michik wawakunata pampapi pukllachinki,
yana pumawan rimarishpa kawsashkanki,
atukkunaman alli rikuna ushayta karashkanki,
kikin wakakunapi sumaklla ushaykuta allichinki.

Intika paypa chawpi ñanpi kakpimi,
allpa samay pachata wayrawan kushilla takinki.
Kikintikukunaka kikin willayta aparimunmi,
waykukunaka chashkinkapak ashtawan paskarinmi.
Tukuykunami kikin apu punchapi kushiyanakun.
Kikinka kutin, pakta pakta kawsayta 
ashankakunapi churashka shuyanki.

Warmi Imbabura 

Apu de la montaña

Mujer cubierta de campos de paja,

de ojos profundos y manos trabajadoras,

maestra y morada de tus hijos, animales y ríos. 

Tu cima es la casa de Illull kucha,

Chakishka kucha, 

Hatun kucha, 

aguas de tu cumbre, hermanas de la lluvia 

que en cascadas bajan hasta la última quebrada.

Gran mujer, gran espíritu de la montaña.

Juegas con las niñas que pastorean, 

dialogas con la perspicacia de la jaguar negra

que vive a tu lado,

otorgas poderes intuitivos a tus lobas

y guardas magia entre tus wakas.

El sol está a la mitad de su camino

y tú cantas con el viento de agosto. 

Los kintis nos traen tu mensaje,

las quebradas se abren para recibirnos.

Todos los seres celebran tu nombre y tú nos esperas con canastos de equilibrio.


© Manai Kowii

Ñukanchikka, sinchi ushaykunami kanchik, wayrakuna, ninakuna, yakukuna, allpakunapashmi kanchik. Chay ushaykunataka wakinpika mana riksishpallatami chinkaririnalla kanchik.

También somos espíritus que se mutan con el aire, el fuego, el viento,el agua, la madre tierra. Una fuerza infinita que muy pocos logramos vivirla a plenitud.


Samaymi kani

Samaymi kani.
Kuyurishpa, mirarishpa ashtawan kuyurik.
Sinchilla, tinkushna tantarik, tukyarik.
Paypantin mirarishka tullpushka puchkashna kawsakuk.
Paypura chimpapurarishka,
tukyarishka, mushukyarishka samay.

Ñawpamanta churu laya muyurishka kawsay
shamuk pachamantapash
kuntur yuyaywan sinchi watarishka.

Wayrapa shunku kani
kikinman samayta karakuk;
tukuy manchanayaylla uyariktapash mishkilla uyayta karak:
shuk taki sami shina
asha asha kay pachapa yuyayta takarishpa purik.

Pukyu ñawikushna kuyaylla kani,
urku apukunapa kasiyashka kawsay,
akapanashna kuyurikuk allpa
maytapash pawakuk ushay,
upalla kawsaypipash ima ninata allichishka.

Hatun sumak ushay kani
pachawan awarishka muyuni, 
muyumuni. 

Soy energía

Soy energía.

Soy flujo y reflujo.

Soy fuerza y tinkuy.

Energía que se recrea,

poder que se enfrenta,

que explota y renueva.

Soy la espiral del pasado 

y lo que viene

rodeada en vibraciones insurgentes.

Soy el néctar sagrado del viento

que alimenta tu samay, 

que permite a los ruidos emitir sonidos dulces:

un taki sami que poco a poco

va tocando las memorias de mi universo.

Soy la belleza de mis ojos de agua, 

la calma de mis montañas,

el remolino de mi tierra encrespada,

la agilidad de mis vuelos, 

la vid de mis silencios claros.

Hatun sumak ushay kani

pachawan awarishka muyuni, 

Muyumuni.


Killkana

Imatak kan killkanaka niwarkami
Chayka imashachari nanay shunkuta tuksimurka, yuyaytapash, makitapash nanachirka.
Chay yashka kipaka nirkani;
Killkashpaka ankashnami kay kawsaypi muyurini…

Shina nishka kipapash, uchilla kaspishnallami ukuta upalla tuksimukurkara.
Punta kawsayta yarishpa llakiyarkani,
Imatapash chushayachishka shina karkani.

Yachanimi. 
Punta watakunapika, tullukaman chayaktami waktashpa llikata killkanata yachachishka.
Shuklla apunchikmanta nishpa sarumushka,
Shuk shimillami tiyana nishpa. Shuklla runakunallami allikuna yashpa.
Ñukanchik yachaykunataka kuchushpa, ñuka wasi allpata nallikachishpa.
Tawkalla sami kawsaykunata wañuchishpa.

Imasha chay llika kanchikman chayamushkata yarishpa, imashalla ñukanchik pampakunata, awashkakunata, makikunata chushayachishkata rikuni,
tukuy puchkakunapa, kururukunapa samaykunata llakini.
Chay kawsaykunataka ñuka ñawika mana rikurkachu, shinapash ñukapakunami kawsarka.

Kunanka tapurinimi, maypitak ñukanchik killkayka.
Chayta yuyakpika, chumpikunami wasi ukuta warkuriyanakun,
chaykunapi puchkawan shuyurishkakunami rimawan,
ñuka hatun mamapa akchata watakuk cintami rikurimun,
ñuka hatun taytapa awashka hatanami ukllamuwan,
ñuka anakupa kinkukunami kumpanakuwan.

Kutin imashpata killkanki nishpa tapukpika.
Ñuka yuyaykunata hampinkapak nimanmi.
Punta punchapika tullutapash nanachishka llikami
kunanpika ñuka shimiwan awarishka, samayachishpa kayman chayman llukshikunmi. 

Escribir

Me han preguntado ¿qué es escribir?

Y se me atravesó un cierto desconcierto por el pecho, 

el timu, la memoria y mis manos.

Después de unos segundos; respondí,

escribir me libera…

A pesar de ello, había una astilla molestándome en silencio.

Me inundé de nostalgia,

con un vacío que se remueve entre recuerdos.

Sé que en algún momento del tiempo,

el alfabeto se nos metió con golpes.

Acompañado de un Dios,

apoyado por un señor, un rey, una lengua.

Mutilando conocimientos, barriendo mis huertos.

Matando a lo diversx.

Al pensar el origen de este alfabeto

siento cómo vaciaron mis campos, mis tejidos, mis manos,

siento una ausencia de los trazos, de los hilos.

Una pérdida que no vivieron mis ojos pero sí lo vivieron los míos.

Me pregunto ¿dónde está nuestra escritura?

y solo se dibuja en mí,  las fajas que cuelgan mi tejado,

me hablan las figuras tejidas con los hilos de lana,

me mira la cinta que ata el cabello de mi abuela,

me abraza la manta que mi abuelo tejió,

me acompañan los kinkus que llevo en mi anaco.

Si me preguntaran de nuevo ¿por qué escribo?

Repetiría: para sanar memoria.

Hoy me sana lo que en su siglo nos ató los huesos.

Hoy se tejen con mi voz, e invento salidas.


Killkakmanta

Samay Cañamar M., warmi kichwa Otavalomanta, yachachik, feminista, shinallatak psicoterapeutami kan. Arawikunatapash, ima killkanatapash ashtakata killkanata allikachinmi. Shinallatak runa warmikuna imashalla kawsaymantapash ashtakatami rikuchinkapak munan; feminismoskunamantapash.

Sobre la autora

Samay Cañamar M., kichwa Otavalo, docente universitaria, feminista y psicoterapeuta. Escribe en kichwa y español. Le interesa los feminismos y diversas problemáticas que adolecen a las mujeres y cuerpos feminizados.

Más sobre Samay Cañamar M.

Shunku-yay / Mirarse en la eternidad del corazón © Tsaywa Samay Cañamar M. - Siwar Mayu, Mayo 2022

Alrededor de la casa. Maya Cú

Alrededor de la casa © Maya Cú

Introducción y selección Gloria E. Chacón y Juan G. Sánchez Martínez

Si prefieres leer el PDF, haz click AQUÍ

La investigadora kaqchikel Aura Estela Cumes ha explicado que el culturalismo paternalista en Guatemala representa a la mujer maya como un objeto turístico, una pieza de museo, tejedora y guardiana de la cultura, pero al mismo tiempo la separa de su posibilidad de “autoridad epistémica”. Maya Cú captura este paternalismo sexista en los siguientes versos:

(...) que quede claro: 
no soy 
muñequita ancestral de barro 
revivida por el soplo divino 
de intelectuales posmodernos.

Desde 1996, Maya Cú le ha estado recordando a la sociedad guatemalteca (y Latinoamericana) cuán asustados se encuentran de verse en el espejo y descubrir lo marrón, lo canela, lo mixtos que son, lo “morenísimamente hermosos” (“Rabia”). En su ensayo “Poetas y escritoras mayas de Guatemala: Del silencio a la palabra” (2016), Cú cuestiona la censura de las instituciones coloniales (escuela, familia, iglesia) a las voces de las mujeres indígenas, pero también la autocensura de las propias mujeres indígenas, quienes en algunos casos no se permiten auto-reconocerse como escritoras (84). En las palabras de Cú, las expectativas de los editores y académicos sobre la indigeneidad (como problemática rural y étnica) no reconocen la diversidad de las expresiones contemporáneas mayas. Los poemas que publicamos aquí son una muestra de su último libro, Alrededor de la casa (La Chifurnia, 2022). 

Nunca fue
más que un refugio
ante la intemperie

tenía
frágiles paredes
humedad

ahí convivimos
las ratas
la basura
mis hermanas
yo

era la casa
es la casa

la raíz de
un grupo
humano

y esa mujer
columna
que se niega 
a dejarla caer

Una casa resistente a sismos
debe llevar cimientos fuertes
una armazón de hierro profunda

cuando el temblor venga,
la casa difícilmente caerá

¿y si esta habitante no tiene buenos cimientos?

Paredes de madera
vulnerabilidad ante el fuego

de lámina evitan la lluvia
pero encierran el calor

paredes y techos de cemento
protegen de la lluvia, el sol, el fuego

¿cómo evadir la soledad?
¿cómo se defiende una de la tristeza?
¿cómo construir 
paredes contra los golpes?

¿quién diseña casas capaces de
dar techo, alimento, amparo
y dosis interminables
de comprensión y ternura?

Para las del cuarto. Managua, 2002

Convivimos
recreamos el amor

desnudamos
las pieles

nos escuchamos
peleamos
reímos, jugamos
fuimos niñas
lloramos

éramos
las mujeres
de aquel cuarto
matando fronteras
creando
una nueva casa
de la que no 
queríamos salir

un refugio
con hermanas y madres
en continuo aquelarre
dándonos libertad
Convivimos
recreamos el amor

desnudamos
las pieles

nos escuchamos
peleamos
reímos, jugamos
fuimos niñas
lloramos

éramos
las mujeres
de aquel cuarto
matando fronteras
creando
una nueva casa
de la que no 
queríamos salir

un refugio
con hermanas y madres
en continuo aquelarre
dándonos libertad

Hay mucho qué hacer
mucho qué hacer

primero
reordenaremos el espacio

los puntos cardinales
se orientarán en dirección
al cielo

la luna
se llenará
por un tiempo prolongado
el nubarrón vendrá
de noche
a dormir en la terraza

¿dónde pondremos
la neblina?
el balcón que viene
en camino
con gusto compartirá
su flor

tendrás una pared
infinita
para montar
la exposición de tu
locura

para mí
solo quiero el rincón
desde donde te
veré
amor
armar
y desarmar el mundo


¿A
dónde puede ir un corazón niño, herido de distancia, de melancolía, de desprecio, si la casa está a medio construir? ¿Si las paredes son frágiles y el piso húmedo? Busca refugio sin encontrarlo. Y sale a correr desnudo, para abrigarse en otros corazones hambrientos de compañía.


Envejecí
adentro

dejé
pedazos de mí
esparcidos por 
las paredes

me moví
por inercia

dejé semillas
en algunos ojos
abrazos
en algunos cuerpos

salí
casi vacía

ahora llevo
arrugas 
canas
nostalgias, dolores

recojo
mis pedazos
los meto en una bolsa
y salgo

y no encuentro más
que mi tristeza… 


Soñaba
con una casa

blanca
rodeada de flores
con árboles inmensos

solo pedía
un techo y piso
dignos

nunca la tuve

ayer
apareció un proveedor
de certidumbre
que construye
a diario
junto a mí
una casa nueva

en el descubrimiento mutuo
vamos echando
los cimientos

hacemos las paredes

compartimos el sueño
de juntar nuestros pedazos
para armar una nueva casa
donde habitaremos

Hoy me desnudé

posé para
la cámara

la ropa
quedó regada 
por el cuarto

mis huellas
dispersas

cuando me detuve
me di cuenta
de que 
todos los espejos
desaparecieron

encontré mi cuerpo
bailando
sonriente
amable y apasionado

y me bastó

Ella
sabe que al volver
abrirá la puerta
y sentirá alegría de encontrarse contigo
para tomar café
sopear un pan
escuchar la radio
y bailar al compás de tu canción

El 
sabe que al volver
quitará el alambre del portón
atravesará el patio para llegar
a tu lado

te saludará contento
porque consiguió terminar un jornal
porque la tierra responde a sus cuidados

el sol fue benévolo y no lo quemó
la lluvia es generosa y caerá más tarde

te mostrará las mejores semillas
que ha encontrado
para la próxima época de siembra

comerán a la par del poyo
frijoles y café caliente
tortillas de maíz de su cosecha
y queso

derretido
como ellos

Elena visita la casa

I

Comunión extraña con Elena

¿Escuchaste mi nombre?
Lo buscaste y lo preferiste, porque sabes que aquí, tras esta nomenclatura, está mi alma esperando una fiesta de encuentro.
Pero, la única fiesta que celebramos este día, es de lágrimas.
Una y otra vez el llanto ¿por qué une nuestros corazones así? ¿Es tan grande nuestro dolor por estas ciudades amadas que es capaz de juntar nuestras distantes melancolías?

II

Reencuentro de niñas

Pintar esa tarde sería divertido si Elena tuviera la suficiente tranquilidad para posar. 
Pero Elena es una niña inquieta que se come las uñas y escupe sus desechos en la butaca. Se moja los pies en la arena firme de un mar que no puede ser atravesado. Un mar que borró el camino de vuelta para la ciudad de nuestro ensueño, nuestro sueño, nuestra raíz efímera, nuestro espacio de comunión. Yo, la hermanita, la observo con cuidado, mientras espero que el tiempo se detenga en este pedazo de playa, pidiéndole a Yemayá que nos cuide, que sea nuestra madre, nuestra diosa, nuestra amiga, nuestra brújula, para volver a esa ciudad.

III

La que no soy

Diva
elegancia en la palabra
voz y erudición
fuerza corpórea
inalcanzable estatura
carismática presencia

historia que quisiera mía
pies bailando sobre el empedrado urbano
arenas llenas de tus pies
agua repleta de tu miedo

labios recitando versos al lado de Reynaldo
ojos vivos de revolución

dedos intermitentes

son mestizo
son eterno
son alegre
son con ton
son contigo
son tuyo
son mío

son aún no escrito
son a medias
son sin partitura
son quebrado
son compartido
son a dos ritmos

son distante
agobiante
incierto

tristeza de son sin razón
tristeza de llanto permanente

dolor que no acaba
dolor sentido
contrasentido del dolor
dolor en paralelo

la que no eres
la que somos

IV

Epílogo

IV

Epílogo 

Si de alguien llegué a ser
es de ti

porque me has elegido
o porque mi ancestra de humo
te eligió

Cromo

La abuela bate cacao
junta el fuego
amarra ocote

una niña trenza ajos
dibuja un círculo y al centro
surgen esqueletos danzantes
invitando a bailar
un son
de pocas notas

bailo 
la bruma se llena de colores
me elevo 

la imagen 
se inmortaliza
tras la puerta

Más sobre Maya Cu

Alrededor de la casa © Maya Cú

Selección de Gloria E. Chacón y Juan G. Sánchez M. ~ Siwar Mayu, Abril 2022


Trayendo el silabario cheroqui al centro de atención, Jeff Edwards

Sequoyah © Jeff Edwards

Por Celestine J. Epps. Publicado en Blue Banner, UNCA

Traducción de María Gelpi

En el centro de Tokiya Sdi / Asheville (Carolina del Norte), la exhibición A Living Language (“una lengua viva”) celebró recientemente la identidad cultural y nacional de los artistas de la Banda Oriental Cheroqui (EBCI). En el Museo de Arte de Asheville, más de 50 piezas creadas en medios mixtos por artistas de la Banda Oriental dirigieron la atención del público al silabario cheroqui.

Al animar a los creadores indígenas locales a que restauren su lengua nativa, estas obras desafían el prejuicio de que las lenguas indígenas están muertas. En artefactos culturales como la cerámica y la cestería —como la obra en piedra pulida “Sequoyah” de Rachel Foster— estas composiciones diversas muestran representaciones tradicionales del tsalagi (la lengua cheroqui). Tal es el caso de los diseños gráficos de Jeff Edwards, los cuales exhiben con orgullo el silabario cheroqui, e invitan a los espectadores a querer aprender cómo pronunciarlo. La pieza “Tsalagiopoly” es sorprendentemente encantadora.

El silabario fue inventado por el sabio cheroqui Sequoyah a principios del siglo XIX, quien tradujo una lengua de 4000 años de antigüedad a los símbolos visuales y la forma escrita que conocemos hoy.

Tsalagiopoly © Jeff Edwards

Edwards también es especialista en tecnologías del lenguaje y trabaja para la nación cheroqui en Tahlequah (Oklahoma). Él contribuye a la enseñanza de lenguas en las escuelas y se asegura de que los estudiantes estén equipados con la tecnología necesaria para progresar en ello. En el 2010, Edwards trabajó con miembros de la comunidad que hablaban tsalagi con fluidez para con ellos integrar la lengua en los teclados de dispositivos Apple, Android, Microsoft y Google.

“Lo que inició el trabajo junto a empresas de tecnología hace más de 10 años fue que queríamos que nuestros hijos pudieran enviar mensajes de texto en cheroqui [tsalagi]. Eso fue todo. Sólo eso. Entonces, trabajamos con Apple durante aproximadamente 18 meses y una vez que la tecnología estuvo disponible, nos encontramos con algo que no esperábamos. Nuestros mayores también aprovecharon la tecnología. Entonces, no solo nuestros estudiantes y mayores se estaban comunicando, sino que lo estaban haciendo entre ellos”, dice Edwards.

Trickster © Jeff Edwards


Una vez finalizado el teclado, Edwards reflexiona sobre el trabajo que implica la traducción de sistemas operativos completos y su impacto en el pueblo cheroqui en la diáspora:

“Entonces, cuando comenzamos a traducir Windows 8 teníamos 18 meses para completar el proyecto. Teníamos 5 empleados regulares y algunos traductores contratados que eran de varias comunidades. Recibíamos alrededor de 500-1000 palabras por día, entonces yo hacía lo mío: las dividía en partes iguales entre los traductores disponibles, las enviaba por correo electrónico, y cuando ellos terminaban y las enviaban de vuelta, yo las entregaba. Así continuamos durante 18 meses con muy pocos descansos. Es difícil decir cuántas palabras se tradujeron. Algo más de 300,000. Pero una vez que se completó el proyecto, Microsoft en América del Norte reconoció dos idiomas: inglés y cheroqui”.

A pesar del éxito de la nación cheroqui en hacer que el tsalagi sea accesible en las principales plataformas, se vieron obligados a dejar de trabajar junto a empresas de tecnología debido a que el idioma se encuentra en riesgo. Solo hay 176 personas que aún viven en la Banda Oriental y que crecieron hablando tsalagi, y se estima que quedan 2,000 hablantes en los Estados Unidos. Por lo tanto, se le ha dado prioridad a los que están aprendiendo el tsalagi como segunda lengua en las comunidades.

La exhibición A Living Language (“una lengua viva”) estuvo a la altura de su nombre en cuanto a la selección de piezas de artistas cheroqui procedentes de varias generaciones. A pesar de su ocupada agenda, Edwards continúa creando ilustraciones originales. Su última obra, “Relocate, and/or Die” (“Reubicarse y/o morir”), se inspiró en la caricatura política de Benjamin Franklin con la que pretendió unir a las colonias durante la Guerra Revolucionaria.

Relocate and/or die © Jeff Edwards


“Mi pieza está hecha sobre un mapa que en el fondo muestra el Camino de las lágrimas* y las rutas tomadas por los cheroqui. Mi Uktena [culebra con cuernos, protagonista en la cosmología cheroqui] se divide en 8 partes que representan los 8 estados por los que viajaron las comunidades durante la migración, y esta Uktena tiene 5 anillos en su cascabel, los cuales representan las 5 comunidades que fueron desplazadas a la fuerza de sus tierras ancestrales”, explica Edwards. 

* Aquí Edwards hace referencia al “Camino de las lágrimas,” cuando el gobierno estadounidense se apoderó del territorio ancestral cheroqui, y desplazó a los miembros de esta nación al estado actual de Oklahoma alrededor de 1831. Según algunos, casi la mitad de los 16,000 cheroqui que intentaron el viaje murieron en el camino (Nota de los editores).

“La ira puede ser una gran motivación”, dice Edwards..

Sin embargo, lo que más inspira a Jeff Edwards es traer el silabario al centro de atención.

“Trato de mostrar algo de lo que todos los cheroqui están orgullosos, nuestro sistema de escritura.”

Luego de ver la exposición varias veces, el trabajo de Edwards inmediatamente captó mi atención, especialmente  “Tsalagipoly”. A primera vista, reconocí la similitud con el juego Monopolio, y todo lo que este juego representa en nuestra sociedad capitalista occidental.

Los diseños intrincados de Edwards y el uso exclusivo de tsalagi se comunican con una audiencia específica  indígena. Creo que su arte dice mucho para los hablantes de tsalagi como primera y segunda lengua. Para participar en el juego, debes entender las reglas, pero Tsalagiopoly confronta nuestras expectativas. Colocando el silabario como parte central de su trabajo, los que no hablamos tsalagi quedamos atrapados en la recaudación de $200 pesos, incapaces de movernos más allá.

Cuanto más examino la obra de arte, más deseo comprender los fragmentos de la historia y las referencias culturales que han sido incrustadas en las tarjetas del juego, las cuales imagino sobre el tablero. Al igual que la ira, la ignorancia es un gran motivador para comprender el idioma de la tierra sobre la que yo misma estoy.


Más sobre Jeff Edwards


Sobre Celestine J. Epps

Celestine J. Epps nació en Bronx, Nueva York, el 16 de abril de 2000. Estudia Medios de Comunicación en la Universidad de Carolina del Norte en Asheville. Actualmente es editora asistente de artes y reportajes en el periodico Blue Banner. Le gusta aprender sobre las comunidades indígenas globales, como los Haliwa-Saponi cerca de la ciudad natal de su abuela. Al graduarse, a Celestine le gustaría escribir sobre sus conversaciones con narradores indígenas y el impacto de su arte a través de las generaciones.

Sobre Maria G. Gelpi

María Gabriela Gelpi Cortés nació en San Juan, Puerto Rico el 9 de abril de 2000. Durante su crianza estudió en el Colegio Marista de Guaynabo donde recibió una educación bilingüe. Después de graduarse de la escuela secundaria, se mudó a los Estados Unidos para continuar su educación en la Universidad de Carolina del Norte en Asheville. Completó su licenciatura en Estudios Internacionales y una especialización en Ciencias Políticas mientras trabajaba en el Centro de Salud y Consejería de la universidad y junto a una organización sin fines de lucro. Por otro lado, trabajó junto al Dr. Juan Sánchez Martínez creando contenido y traduciendo textos para el proyecto Siwar Mayu. María también se dio a la tarea, junto con dos colegas de la comunidad Latinx, de crear una organización en la universidad que apoyara los intereses de las comunidades marginadas y les diera un espacio para llevar a cabo este tipo de conversaciones. Próximamente, Maria obtendrá su maestría en derechos humanos de la universidad de Essex en Inglaterra.

Bringing the Cherokee Syllabary to the Spotlight, Jeff Edwards © Celestine J. Epps 
Siwar Mayu, Abril 2022

Putisnan, desencantando la memoria

Por Sara Ríos Pérez

“No teníamos ese conocimiento de que nosotros éramos indígenas”, es una de las primeras frases que pronuncian en el documental Putisnan, desencantando la memoria (2021), realizado por el colombiano Oliver Velásquez Dávila; antropólogo que lleva su vida entre el activismo y la investigación de la memoria de los Pueblos Indígenas del sur occidente de Colombia.

Al inicio vemos verde, verdes en montañas majestuosas abrigadas por surcos y sembrados de papa, haba o maíz. Luego una panorámica del corregimiento Aldea de María, ubicado al sur de Colombia, en el departamento de Nariño. Allí se relata la historia del Cabildo Indígena Aldea de Maria, Putisnan, del pueblo de los Pastos. 

El reciente documental de Oliver es un vuelo en espiral sobre el territorio, primero miramos el paisaje, las montañas, los surcos; luego vamos descendiendo y nos encontramos con las piedras, que como grandes migas que dejaron los ancestros, son las encargadas de llevar a los habitantes del territorio a encontrarse con la memoria de los Pastos. Cada vez más cerca de la tierra vemos el pueblo, los techos de las casas, las cosechas, los caminos, para aterrizar en la gente, en los rostros de los habitantes y entrar a su casa, a las cotidianidades.

Oliver junto a  Juan Pablo Bonilla, director de fotografía, proponen un manejo natural en el uso de planos y las secuencias de seguimiento a los personajes, con cámara al hombro graban como espectador indiscreto las acciones de los protagonistas.

Desde la referencia del cine de Jean Rouch,  proponen una imagen con compromiso social y al servicio de las comunidades indígenas. Así mismo hay influencia de la documentalista colombiana Martha Rodríguez, ante todo en la metodología de investigación, lo que nos remite a construcciones narrativas participantes, donde se pasa de hacer la realización audiovisual “sobre” indígenas a “desde” los propios involucrados, con el fin de apoyar los procesos identitarios, de rememoración de su historia cultural y de resistencia.

“Nosotros veníamos de una cultura más de campesinos, de mestizo, de otro pensamiento, no el pensamiento propio, luego de eso venimos en ese proceso (…) de sentir, pensar y actuar como indígenas”, dice Eloy Gesamá, uno de los entrevistados.

El documental cuenta cómo la tierra es quien sostiene, guarda las prácticas, la memoria y en sus piedras están los rastros; relata el proceso que han recorrido los habitantes del corregimiento de Aldea de María para rescatar sus tradiciones como pueblos indígenas Pastos; reclamar sus derechos y encontrar la historia, luego de que la colonización, la modernidad, el “desarrollo” llegaron a su territorio.

Hay planos de manos rozando las piedras, limpiando la tierra para recordar, para reivindicar la memoria, desencantarla. La piedra es llamada Mama Piedra, ella alumbra para hacer ver, es la llama que guía para rescatarse del olvido. 

Putisnan significa biblioteca cósmica, por eso, de una manera u otra el documental muestra cómo los habitantes del resguardo, desde su cotidianidad campesina, están recordando su ancestralidad como pueblo originario Pasto, buscando entre los rastros de esa biblioteca, “primero hay que enseñarle a la gente que ser indígena no es nada malo” dice una de las jóvenes que está participando activamente en este proceso del despertar.

Alejandra Güepud agrega en otra escena: “para mi es comenzar con dejar a un lado la vergüenza de decir soy indígena (…) primero hay que sentirnos orgullos de lo que somos, de quienes somos, que no necesitamos cambiar nada y comenzar a sentir que pertenecemos a algo mucho más grande, porque descendemos de alguien importante como lo es el pueblo Pasto (…) tenemos que sentir ese orgullo de decir sí  soy indígena, yo sé de dónde vengo y sé para dónde voy”.

Oliver Velásquez acompaña ese proceso al documentar con su mirada y mostrar al espectador un vistazo del territorio Pasto.  

Además de la presente investigación, Oliver, dentro de sus búsquedas se ha centrado en la transmisión del conocimiento chamánico de la cuenca alta y baja del río Putumayo, entre los pueblos Kamëntsás, Ingas y Kofanes, lo que le permitió en el año 2009 realizar un documental denominado “Las Rutas del Yagé”, producido por Señal Colombia y DocTv, que trata de la difusión de estas prácticas en contextos urbanos. En ese transitar se dedica a estudiar la fotografía y la realización documental como una manera de traducir la investigación etnográfica a las imágenes.

Ver “Las rutas del yagé” AQUÍ

Más sobre los pueblos Pastos


Sobre Sara Ríos

Estudió literatura en la Universidad Javeriana y actualmente trabaja como promotora de lectura y escritura y es colaboradora en el medio digital Columna Abierta.  Acompaña el caminar de los procesos que vivencian bibliotecas públicas y rurales en diferentes lugares de Colombia. Es autora del libro: “De lo Imaginario a lo Real: Cuentos y leyendas de Montes de María” y coautora del libro: “Voces que caminan territorios” una investigación sobre el derecho a la comunicación en el Suroccidente colombiano.


Johny Appleseed, de Joshua Whitehead

Joshua Whitehead (pronombre él) es oji-nêhiyaw (dos espíritus) de la Primera Nación Peguis (Tratado 1). Actualmente es estudiante de doctorado, conferencista y becario Killam en la Universidad de Calgary, donde estudia literaturas y culturas indígenas con un enfoque en género y sexualidad. Su disertación, titulada tentativamente Feral Fatalisms (“Fatalismos salvajes”) es una narrativa híbrida entre teoría, ensayo y no ficción que cuestiona (en clave nêhiyawewin) el papel de lo “indómito” inherente a las formas de ser indígenas. Joshua es el autor de Full-metal Indigiqueer (Talonbooks 2017), que fue preseleccionado para el Premio Voces Indígenas y el Premio de Poesía Stephan G. Stephansson. También es el autor de Jonny Appleseed (Arsenal Pulp Press 2018), novela que fue incluida durante mucho tiempo en el Premio Giller, preseleccionado para el Premio de Voces Indígenas, el Premio Literario del Gobernador General, el Premio de Primera Novela de Amazon Canadá, el Premio del Libro Carol Shields Winnipeg. Jonny Appleseed ganó el Premio Literario Lambda de Ficción Gay, y el Premio de ficción Georges Bugnet. Joshua recientemente publicó Love After the End: Two-Spirit Utopias and Dystopias (Arsenal Pulp Press, 2021). Su obra está publicada en lugares como Prairie Fire, CV2, EVENT, Arc Poetry Magazine, The Fiddlehead, Grain, CNQ, Write y Red Rising Magazine. Actualmente, Joshua está trabajando en un tercer manuscrito titulado Making Love with the Land (“Haciendo el amor con la tierra”) para publicar con Knopf Canada, el cual explora las intersecciones entre indigeneidad, el ser cuir y, sobre todo, la salud mental a través de un lente dos espíritus/nêhiyaw. 

Jonny Appleseed © Joshua Whitehead

Selección y traducción al español © Sophie M. Lavoie

Si prefieres leer el PDF, haz CLICK aquí

VIII

Me viene un sueño recurrente en el que estoy en la orilla de un océano. El cielo es oscuro en los bordes pero iluminado por el resplandor de la ciudad a mi espalda. El agua es de un color negroazul rico y cuando las olas pasan sobre mis pies, veo dentro muchas cosas: lodo, hierbas, incluso sangre. La marea se va – hay peces muertos, latas de aluminio y tornillos de metal en el arena mojada que brilla en la luz deslumbrante de la ciudad. Pero, el agua no está quieta, se retira solo para ganar ímpetu. Y la espuma del mar no es una cosa griega preciosa; el espumajo burbujea negro de la suciedad y del petróleo, quemando huecos en la tierra. Cuando las aguas se retiran aún más, veo una ola oscura creciendo en el horizonte. Cada onza de la fuerza del océano está contenida en ella. Y ahora la ciudad entra en pánico; percibo sirenas y apagones y gritos tan estridentes como bombas.

Y allá estoy —un chico moreno, solo y desnudo en el abismo del fin del mundo, las plantas de mis pies quemados en el residuo de una playa furiosa. Las tortugas van zumbando entre mis piernas y se transforman en rocas en la arena, manteniéndose firmes de su propia voluntad. Alrededor de mí escucho la canción de perdición de las orcas, de los lobos y de los osos, el chillido cacofónico de un animal que siente la muerte como la textura de una gasa pegajosa con sangre y piedras. Una multitud de pájaros echan a volar hacia la ola, llevando en sus garras ramitas, hierbas y pequeños roedores. Pasarán por encima de su cresta y fundarán un nuevo hogar, en algún lugar por allá, en el oeste distante. De repente, un pájaro grande, un águila quizás, hunde sus garras en mis clavículas y me lleva hacia el cielo. Pero no me duele, porque hay ranuras en mis huesos, casi ojales, para que estas garras quepan. Soy como un juguete en una máquina de salón de juegos, sujetado por una garra. Y, cada vez que ascendemos, hace más frío, entonces me subo a su espalda y me acurruco en sus plumas.

La ola grande se acerca y ahora el cielo es rojo a causa del sol en silueta, del relampagueo. Granizos, lluvia y vientos nos acribillan la cara, pero seguimos adelante en la tormenta.  La ola es más grande de lo que creíamos. El gran pájaro no va a poder superarla, tendrá que traspasar la cresta de la ola. Los vientos son tan fuertes ahora que me jalan el pelo y, al pájaro, le sacan puñaladas de plumas. Estamos exhaustos y quemados, los dos sangrando en el cielo. Y yo decido, si los dos vamos a sobrevivir, debo proteger al pájaro del impacto de la ola. Entonces me subo más en su espalda y envuelvo su cabeza con mi torso, doblo mis piernas alrededor de su cuello robusto, tiendo mi cuerpo hacia el suyo, y después me acerco y murmuro con leves besos, “está bien, está bien.”

Está bien.

Entonces, con un gran movimiento de sus alas, salimos disparados por la cresta de la ola. El frío del agua me picotea la carne, la presión y la fuerza me rasgan la espalda como si fuera cremallera, y los escombros dentro de la ola nos magullan los cuerpos cansados. Emergemos al otro lado de la ola, los dos hechos un desastre, los dos una visión triste de escalpelamiento volando por el cielo. Nos preparamos a encontrar una tierra prometida del otro lado, Whiskey Jack y la Reina de las Pieles llamándonos a casa, pero en su lugar vemos que el agua no está más tranquila, hay olas a lo lejos hasta que se pierde la vista. Las olas siguen llegando, están aquí para retomar lo que es suyo; a todos nos ha llegado lo debido, tanto el Pájaro de Trueno como Nanabush.

Más sobre Joshua Whitehead

Sitio web del autor> https://www.joshuawhitehead.ca/ 

Sobre la traductora

Sophie M. Lavoie es profesora en la Universidad de New Brunswick – UNB (Canadá). Realiza investigaciones en las áreas de escritura de mujeres y cambio social en Centroamérica y el Caribe. Sus estudios se centran en la mujer en la Nicaragua contemporánea durante la primera era sandinista (1970-1990), pero también está interesada en otros movimientos revolucionarios de la zona, como Cuba y El Salvador y en la escritura de mujeres en América Latina. Su proyecto de investigación actual es sobre el vínculo entre la escritura, el empoderamiento y la acción revolucionaria de las mujeres durante la era sandinista en Nicaragua. Sophie también es miembro asociado de la facultad en el programa de Estudios de Desarrollo Internacional, el programa de Estudios de la Mujer y el Programa de Estudios Cinematográficos en UNB.


Animando Narrativas Cheroqui – Joseph Erb


Por Juan G. Sánchez Martínez

Si prefieres leer el PDF, click AQUÍ

A principios del siglo XXI, la animación no era la primera opción para los artistas indígenas. En realidad, cuando Joseph ᎧᎾᏘ Erb (Nación Cheroqui) condujo de Oklahoma a Filadelfia para realizar sus estudios de posgrado en Bellas Artes en la Universidad de Pensilvania, quería formarse en escultura. Sin embargo, unos días antes de su llegada, hubo un accidente en uno de los estudios y el programa que le interesaba fue cancelado. Como Erb no sabía exactamente qué hacer, algunos profesores le sugirieron animación. Mientras aprendía este nuevo arte, alguien le preguntó: “¿Por qué no intentas animar historias cheroqui?”. Esto fue a principios de la década de 2000, y esa pregunta abrió una puerta a través de la cual Joseph Erb ha refinado su estética sobre narrativas tradicionales, elevando la animación indígena a otro nivel. “The Beginning They Told / ᏗᏓᎴᏂᏍᎬ ᎤᏂᏃᎮᏓ” (“El comienzo que ellos narraron”) fue la primera animación cheroqui en tsalagi -la lengua cheroqui. Desde esa producción, Joseph Erb ha ampliado el uso de tsalagi en la tecnología, el cine y la educación. Actualmente, Erb enseña Narración Digital y Animación en la Universidad de Missouri.

En “The Beginning They Told / ᏗᏓᎴᏂᏍᎬ ᎤᏂᏃᎮᏓ” (“El comienzo que ellos narraron”), el Abuelo Castor, la Pequeña Escarabajo de Agua, y el Gran Zopilote trabajan más o menos juntos para crear lo que hoy llamamos en los Estados Unidos los Montes Apalaches y las Montañas Rocosas. No es solo el uso de tsalagi y su silabario lo que hace cheroqui a este corto animado, sino la forma en que los mayores-personajes hablan respetuosamente entre sí y se sienten cómodos con sus largos silencios. Además, en estas historias se comparten pequeños fragmentos de una cosmología propia, como la relevancia de los números 4 y 7, o las referencias a lugares específicos donde la comunidad cosecha plantas medicinales. Como explica Erb, no todos los públicos prestan atención a estos detalles, y la animación indígena, por ejemplo, a veces es catalogada como “ficción” o “mito” en los festivales de cine. Sin embargo, Erb prefiere llamar a su arte “narrativas tradicionales”, porque –como sugiere el título de ese primer corto animado– estas historias aún son contadas, vividas y seguidas por algunos miembros de la comunidad. En este sentido, estas animaciones no tratan sobre seres sobrenaturales, sino que son representaciones contemporáneas de historias –con múltiples versiones– que enseñan a caminar “de la manera correcta” (duyuktv, en tsalagi) aquí y ahora.

Cuando le preguntas a Joseph Erb sobre los desafíos de su quehacer, tiene muchas historias. La animación indígena no se trata solo de diseños y estética, sino también de tener las herramientas, los recursos y la tecnología adecuados. Por ejemplo, el software, la aplicación o el programa que se utiliza debe ofrecer el teclado con el silabario e incluir las fuentes adecuadas para representarlo. Esto requiere establecer relaciones con grandes empresas como Google, Apple o Microsoft. Una vez que tienes la tecnología, no se puede olvidar que la fuente del silabario tiene que ser aprobada en algún momento por la comunidad, ya que la versión digital (que vemos en este escrito por ejemplo) es diferente a la fuente de 1820 a la que están acostumbrados las generaciones de los mayores. Ahora, después de todas esas negociaciones –trabajo extra, por cierto– tanto con las empresas de tecnología como con la comunidad, digamos que ha llegado el momento de compartir tu trabajo. Si la voz en off de la animación está en tsalagi, entonces tú esperas que las personas que no hablan tsalagi se involucren con los subtítulos en español o inglés, lo que es una dificultad para ciertas audiencias. En esta encrucijada, el arte de Erb ha encontrado la forma adecuada de representar las narrativas cheroqui entre diversos códigos, canales y audiencias. Como me dijo Erb, los ancianos con los que trabajó en “The Beginning They Told / ᏗᏓᎴᏂᏍᎬ ᎤᏂᏃᎮᏓ” (“El comienzo que ellos narraron”) estaban realmente entusiasmados con la posibilidad de ver al Gran Zopilote representado por primera vez en este nuevo código. “Un par de mayores me motivaron a animarlo”, me dijo Erb riendo.

La primera animación de Joseph Erb con la que me topé fue “Mni Wiconi / Water is Life” (“El agua es vida”), una pieza “artivista” dedicada a los protectores del agua en la nación sioux Standing Rock. El gobernador de esa comunidad, David Archambault II, guía la animación con un mensaje claro en voz en off. Los uniformes negros sobre un horizonte rojo en el que las vallas rasgan el territorio se yuxtaponen a los búfalos rojos y negros que corren libres por las grandes praderas. ¿Cómo puede un artista representar adecuadamente el hecho de que 31 millones de búfalos fueron sacrificados en algún momento de la historia como una estratagema de los colonos? Montañas de calaveras blancas de búfalo llenan la pantalla para que la serpiente/tren –metáfora del progreso y el extractivismo en todo Abiayala– pueda cruzar. En lugar del ritmo de los cascos de los búfalos sobre la tierra, de repente solo podemos escuchar excavadoras. Todos los pueblos y todas las naciones, dirigidos por mujeres, protegerán el agua para las generaciones futuras. NO al oleoducto Dakota Access.

Cuando le pregunté a Joseph Erb sobre su visión para el futuro de la animación y el diseño indígenas, estaba entusiasmado con las posibilidades de indigenizar las “estructuras narrativas” con esos sabores únicos con los que el territorio y la comunidad pueden aderezar la creatividad. “Una estética robusta basada en el territorio” fue el consejo de Erb para los diseñadores más jóvenes. Uno de sus últimos proyectos es Trickster, una aplicación-videojuego para teléfonos en la que el jugador conduce la travesía de un joven que está rescatando palabras en tsalagi dentro de un bosque. Entre obstáculos y efectos visuales (digamos la corteza de un árbol tatuada con diseños precolombinos del estilo Mississippi, o el inframundo modelado con los diseños de las cestería tradicional), cada vez que el jugador toca una palabra, recibe como premio el privilegio de escuchar uno de los hermosos idiomas de los primeros pueblos de las montañas Apalaches, el tsalagi.

Trickster. Una una aplicación-videojuego gratuita creada por Joseph Erb

Más sobre animación Indígena y Joseph Erb

Sobre Juan G. Sánchez Martínez

Creció en Bakatá/Bogotá, en los Andes colombianos. Dedica tanto su escritura creativa como académica a las expresiones culturales y saberes indígenas de Abiayala. Coordina Siwar Mayu, un río de colibríes. Su libro de poesía, Altamar, recibió el Premio Nacional Universidad de Antioquia, Colombia, en 2016. Sus últimos trabajos: Bejuco (Poesía, 2021), Muyurina y el presente profundo (Pakarina/Hawansuyo, 2019); y “Cine, Literatura y Arte Contra el Extractivismo en América Latina”. Dialogo 22.1 (Universidad DePaul, 2019). Actualmente es profesor asociado de Lenguas y Literaturas, y Estudios Indígenas y Nativos Americanos en la Universidad de Carolina del Norte Asheville.


Resiliencia. Marcie Rendon

© jaida grey eagle

 “Resilience”, y “What if I never said” © Marcie Rendon

“Resiliencia”, y “Y si nunca dijera…” © Traducción de Andrea Echeverría

 

Marcie Rendon es una dramaturga, poeta y narradora integrante de la nación Anishinaabe White Earth (“Tierra Blanca”). Como activista de las artes comunitarias, Rendon ayuda a otros artistas y escritores indígenas a encontrar su propio medio de expresión artística, y es invitada con frecuencia a universidades y grupos comunitarios para hablar sobre su identidad, su liderazgo y su escritura. Rendon es una autora galardonada de una nueva serie de novelas de misterio y crimen, y también es autora de un extenso cuerpo de obras de ficción y no ficción. Rendón, la mente creativa detrás del Raving Native Theatre, también ha sido curadora, junto a tres artistas de Anishinaabe, del performance Art Is… Creative Native Resilience, que se estrenó en TPT (Twin Cities Public Television) en junio de 2019. En 2018, Rendon fue reconocida como “50 over 50 Change-maker” por la oficina Estatal de Minnesota (MN AARP) y POLLEN MIDWEST (ONG de Minneapolis). En 2017, Rendon y Diego Vázquez recibieron la beca “Loft Spoken Word Immersion Fellowship” por su trabajo con mujeres que han sido encarceladas. 

Si prefieres leer como PDF, click AQUÍ

“Resilience”. Living Nations, Living Words – online map and recordings from 47 contemporary poets Anthology, edited by poet laureate Joy Harjo, WW Norton, 2020 © Marcie Rendon

Resiliencia

Mi madre, en séptimo grado, huyó de un internado de Dakota del Sur para regresar a White Earth en una época anterior a las autopistas interestatales, los teléfonos celulares y los mapas de Google. Esa determinación y amor a la vida es la resiliencia.

Un padre indígena  sentado en Perkins, después de hacer un turno nocturno, junto a un niño de dos años en su pequeña silla, explica que la madre del bebé, que él no sabía que existía, apareció en su puerta y dijo: “Toma, he hecho esto durante dos años, ya terminé. Él es tuyo”. El padre no dudó en hacer lo correcto. Eso es resiliencia.

La mujer a la que el servicio de protección de menores se llevó a su hijo porque estaba atrapada en el ciclo de la adicción y la vida en la calle. Enviada a prisión. Pasó cinco años en rehabilitación, asistiendo a reuniones, solicitando a la corte la custodia de su hijo contra viento y marea. Eso es resiliencia.

La poeta, quien no tuvo una vida tan fácil al crecer en Oklahoma. La resiliencia le dio palabras para escribir, es ahora una poeta laureada en Estados Unidos. La resiliencia también le dio la música en su corazón, la cual emana de su saxofón, sanando los corazones de quienes la escuchan.

Un artista indígena  que vivía en la calle recolectó lápiz labial y sombra de ojos desechados para crear pinturas dignas de una galería. Crear belleza a partir de desechos de belleza. Eso es resiliencia.

Mi padre, junto a miles de otros padres, durante más generaciones de las que queremos recordar, se sentó solo, sin cambiar de residencia, esperando, esperando, esperando que regresaran los niños. Eso es resiliencia.

Los hombres que fueron a la cárcel, que de alguna manera salieron y comenzaron negocios, que crearon familias y aceptaron trabajos muy por debajo de su nivel de habilidad; quienes se convirtieron en dueños de baños tradicionales con vapor de piedra, danzantes  del sol y portadores de pipas. Eso es resiliencia.

Los niños, criados en familias externas a la comunidad, que siguiendo el espíritu de su corazón para regresar a casa, enfrentaron el rechazo, el ridículo, el cuestionamiento de su identidad, pero que permaneciendo, se convirtieron en uno con la comunidad, uno con su tribu. Eso es resiliencia.

Las madres, que, con o sin vergüenza, han hecho fila en organizaciones de caridad para recibir juguetes baratos, filas para recibir alimentos, que se sientan en las oficinas de asistencia social una y otra vez porque es un modo de mantener a la familia. Eso es resiliencia.

Nuestros parientes que nunca dudan en ir a la guerra, guerras que nunca son nuestras. Descifradores de códigos en las guerras mundiales, ratas de túnel, francotiradores, los que encabezan las filas, médicos. Mueren peleando porque eso es lo que hacemos. O llegan a casa y esconden el dolor lo mejor que pueden y llevan banderas en la Gran Entrada. O no. Eso es resiliencia.

Personas que dan más de lo que reciben. Madres que aman a sus hijos, padres que se quedan. Abuelos que cuidan niños, incluso en sillas de ruedas.

Creamos belleza a partir de desechos. Mantenemos los automóviles ensamblados con cinta adhesiva. Trabajar en cualquier empleo y vender tejidos con chaquiras por dinero en efectivo para “hacer unos pesos más”. Freír el pan aunque sabemos que no es bueno para la diabetes pero sí para el espíritu.

La resiliencia consiste en tomar decisiones que benefician a todos en lugar de sólo al individuo. Es levantarse y poner un pie delante del otro, incluso cuando no quieres. Esta es nuestra resiliencia.

y si nunca dijera….

y si nunca dijera nada más
      	pero me sentara en silencio
               fumando cigarrillos sin filtro
               tomando café colombiano
sosteniendo nieto tras nieto
en un regazo cada vez más enjuto, cada vez más huesudo con la edad
 
 y  si nunca escribiera otra palabra
pero llenara mi corazón de belleza
      	sentada en silencio envuelta en la niebla
     	mientras las tormentas eléctricas me sacudieran hasta los huesos
     	y corrientes de rayo
     	conectaran las ondas cerebrales/ las ondas de pensamiento 
      	a los espíritus bailando en la orilla
 
 te enloquecería mi silencio

Más sobre Marcie Rendon

Sobre la traductora

Andrea Echeverría Langsdorf es profesora asociada en Wake Forest University y obtuvo su título doctoral en Literatura Latinoamericana y Estudios Culturales en Georgetown University. Es autora de Yeyipun en la ciudad. Representación ritual y memoria en la poesía mapuche (Editorial Universidad de Guadalajara, 2021) y El despertar de los awquis: migración y utopía en la poesía de Boris Espezúa y Gloria Mendoza (Paracaídas Editores & UNMSM, 2016), así como de varios artículos de investigación publicados en revistas que incluyen Latin American and Caribbean Ethnic Studies, Latin American Research Review y la Revista Canadiense de Estudios Hispánicos. Actualmente escribe un libro que estudia el arte visual mapuche.


nila northSun. Instantáneas

Nila Northsun, de ascendencia Shoshone-Anishinaabe, nació en Shurz, Nevada y se crió en la Bahía de San Francisco. Completó su licenciatura en arte en la Universidad de Montana-Missoula. Algunos de sus volúmenes de poesía son Diet Pepsi y Nacho Cheese (1977), Small Bones, Little Eyes (1981, con Jim Sagel), la antología A Snake in Her Mouth (1997), y Love at Gunpoint (2007). En 1980, Northsun también publicó After the Drying Up of the Water: A Tribal History of the Fallon Paiute-Shoshone. En 2000, Northsun recibió el Premio Silver Pen Amigos de la Biblioteca de la Universidad de Nevada, y en 2004 recibió el Premio de Literatura Indígena ATAYAL. Actualmente vive en la reserva indígena Stillwater en Fallon, Nevada, donde trabaja como redactora de becas y proyectos. Nila ha compartido los siguientes poemas con Siwar Mayu. Si bien “Falling down to bed” y “The coat” son poemas conocidos dentro de su obra (ver el video abajo), aquí es la primera vez que se traducen al español. Los otros cuatro poemas son inéditos. Un tono conversacional, íntimo y sarcástico se mantiene a lo largo de la poética de Northsun. Sus versos cuestionan las ideas románticas sobre la indigeneidad a través de viñetas cotidianas en la reserva. 

Si prefieres leer como archivo PDF, click AQUÍ

carro de la reserva * 

siempre es una cosa 

o la otra 

carburador este mes 

radiador quemado el siguiente 

llantas lisas por supuesto 

pintura descolorida y capa brillante resquebrajada 

por no tener garaje 

una grieta tan larga en el parabrisas 

que te da miedo de meterlo 

en uno de esos lavaderos automáticos 

con esos cepillos gigantes giratorios 

pero tiene una trenza de pasto dulce 

en el tablero 

un cenicero lleno de salvia blanca 

una pluma de águila colgando del 

espejo retrovisor 

y algún tipo de calcomanía con símbolos indígenas 

en la ventana trasera 

tu viaje está “protegido” 

de todo menos 

de la falla mecánica. 

~~~ 

* Las reservas son territorios designados por los gobiernos de los Estados Unidos y Canadá a ciertas naciones y comunidades indígenas, principalmente las que firmaron tratados con la corona inglesa o con el gobierno de Washington. Es decir, todavía hay comunidades que viven en territorio no-cedidos a los colonos. Debido a los desplazamientos forzados durante la expansión colonial (como en la década de 1830), muchas comunidades tuvieron que dejar su territorio ancestral, y reubicarse a la fuerza en estas reservas. Hasta el día de hoy su soberanía es limitada, en tensión con el gobierno federal o estatal (Nota de los traductores)

cayendo sobre la cama 

yo acostumbraba mirar con asco 

a esos indios tirados por ahí 

sobre la tierra o el pasto 

perdidos de borrachos 

sus cuerpos ensuciando 

las plazas del pow wow * 

o los parques de la ciudad 

acostumbraba mirar sus cuerpos tronchados 

echados al sol del mediodía 

durmiendo aun donde 

habían caído 

pero una una vez 

fui al 49 

después del pow wow 

y me emborraché toda hecha mierda 

y me puse somnolienta 

y caí sobre la tierra del estacionamiento 

se sentía bien 

la tierra estaba limpia en la oscuridad 

las estrellas vibraban arriba 

el aire de la noche era acogedor 

“levántate levántate” me dijeron 

“no no déjenme acá 

quiero dormirme acá” 

afortunadamente me metieron en 

un coche 

o yo hubiera sido 

el indio borracho que alguien miraba 

con asco 

al menos ahora 

cuando los veo 

entiendo.

~~~ 

* El pow wow es una fiesta comunitaria y ritual que celebran algunas comunidades indígenas del norte de Abiayala (las Américas). Ritmos, bailes, cantos e historias se recuerdan durante varios días. Es tiempo para socializar, reencontrarse con familiares, amigos, y conocidos de comunidades vecinas (nota de los traductores).

El abrigo 

su abrigo colgado en el armario 

el abrigo que usaba 

en funerales 

y comparecencias en la corte 

ese abrigo oscuro y sombrío 

esperando su regreso 

como nosotros 

nunca entendiendo realmente 

sus largas ausencias 

en la cárcel 

o simplemente de fiesta en otra ciudad 

con otra mujer 

y los días se convirtieron en años 

hasta que lo único que nos quedó 

fueron fotografías descoloridas 

y su abrigo en el armario.

Mira a nila northSun leyendo en inglés “The Coat” (“El abrigo”), “Falling Down to Bed” (“Cayendo sobre la cama”), y “The Art of Living Poorly”

Cásate conmigo o me suicido 

Tenía este amigo 

desde la prepa 

que veía quizás 

una vez cada 5 años 

era parte de la comunidad 

y la última vez que lo vi 

ya en sus 40s 

me dijo que quería estar casado a los 50 

pero no con una mujer blanca 

como las solía atraer 

sino con una mujer de la comunidad 

así cuando estuviera en ceremonia 

ahí estaría su mujer indígena 

esperándolo 

trayéndole comida 

haciéndolo sentirse orgulloso 

si no me he casado me dijo 

para cuando cumpla 50 

me voy a suicidar 

¿entonces… 

serías mi esposa?

walmart 

finalmente helo ahí 

al otro lado 

de la autopista 

ubicado sobre nuestro territorio ancestral 

nuestra pobreza se ha acabado 

recibimos todos los impuestos adquiridos por las compras 

a parte del alquiler del terreno 

es un hecho 

nuestra tasa de desempleo 

bajará 

una abuela te saluda a la entrada 

su cabello blanco resplande 

ante el azul de su 

delantal de walmart 

me sonrie y 

dice “bienvenida a walmart” 

el salario mínimo es 

mejor que nada. 

Envoltorios de medicina. Para cheri 

Mientras nos sentábamos alrededor de la mesa haciendo 

Pequeños envoltorios amarillos de tabaco, cedro, 

Y salvia blanca atados con un hilo rojo para ayudarle a ella 

A pasar en paz 

Hablábamos de cómo ella era 

la primera entre nosotros en averiguar cómo es la muerte 

¿Es ir al cielo y conocer a dios? 

¿Reencarnarse en otra cosa? 

¿La nada? 

¿Habrá fantasmas y espíritus? 

¿Se convertirá ella en energía que flota 

con los dinosaurios? 

¿Se juntará con las estrellas en el universo? 

Y entonces la de 10 años dijo: “qué suertuda”.

Más sobre Nila NorthSun

http://nativeamericanlit.com/northSun.html

Sobre Los Traductores

Juan G. Sánchez Martínez nació en Bakatá, en los Andes colombianos. Dedica su escritura creativa y académica a las expresiones culturales de los pueblos indígenas y a sus modos de estar en el mundo. Su libro de poesía, Altamar, fue galardonado en 2016 con el Premio Nacional de la Universidad de Antioquia en Colombia. Su último libro de poesía es Bejuco (Edición de autor, 2021). Actualmente es profesor asociado en los departamentos de Lenguas y Literaturas, y Estudios Indígenas en la Universidad deCarolina del Norte Asheville. 

Felipe Q. Quintanilla es profesor asistente de Estudios Hispánicos en Western University (Ontario, Canadá), donde su investigación y docencia abarcan una amplia gama de temas y géneros como: la historia oral de la posguerra salvadoreña; género y sexualidad en el cine y la literatura latinoamericanos contemporáneos; la representación de los latinxs estadounidenses en los medios populares de comunicación; así como la traducción literaria español-inglés. Sus trabajos creativos se han incluido en varias antologías impresas y en línea. Fue coeditor del Mensaje Indígena de Agua (2014), antología trans-indígena que reúne pensamientos, versos, cuentos, poemas y reflexiones desde perspectivas ancestrales sobre el agua.


INGESTA | archivo digital/encarnado: Uaira Uaua (Benjamín Jacanamijoy Tisoy)

Uaira Uaua / Benjamin Jacanamijoy Tisoy

En Búsqueda de la Flor del Vientre © Uaira Uaua. Intervención fotográfica

Presentación y comentarios por Miguel Rojas Sotelo. Chapel Hill. Agosto de 2021

Para leer el artículo como PDF, haz click ACÁ

Para los pueblos andinos y del piedemonte amazónico del suroccidente colombiano, caminar | purij es una metáfora de la vida. Caminar implica una acción corporal en relación con el medio en el que se habita; para los oralitores  y movimientos sociales de la región, la palabra “camina” es  también como se describe a la minga (palabra en movimiento).

El artista e investigador Inga, Benjamin Jacanamijoy Tisoy (1965), Uaira Uaua (hijo del viento en Quechua), hace parte de una familia de gran tradición en Sibundoy (Santiago Manoy,Putumayo). Uaira es heredero de un Taita (chamán) reconocido por el manejo de las plantas de conocimiento, en especial el yagé, y de una madre heredera de la tradición, tejedora y sanadora. (1) Uaira Uaua afirma que para romper con el sumaj kaugsai llullaspalla (bien vivir solamente con mentiras) y pasar al sumak yuyai (pensar bonito), que es una dimensión del Sumak Kausay (buen vivir), es necesario poner en práctica la palabra en movimiento, en pensar/hacer bonito.  Desde principios de la década de 1990 su trabajo se basa en contar una historia propia, desde prácticas relacionales, situadas y contextuales de su pueblo en conversación con disciplinas como el diseño, la etnografía, la etnobotánica, las artes visuales y la literatura.

(1) De niño, “recorrió con Mama Conchita, su abuela, Mamá Mercedes, su madre, y Taita Antonio, su padre, los caminos ancestrales de los espíritus de las plantas en los campos floridos de cerros, valles y praderas en su lugar de origen, el Valle de Sibundoy”. (Rodriguéz-Mazabel, 2011, pp 191.)

Recientemente, el medioambiente se define como un sistema dinámico determinado por las interacciones biológicas, sociales y culturales. Por lo tanto, la naturaleza y el ambiente se constituyen en sujeto de derechos jurídicos fundamentales que deben ser establecidos para garantizar sus capacidades como ser vivo bajo los preceptos de relacionalidad, correspondencia, complementariedad y reciprocidad (Ávila-Santamaría 2011). De acuerdo con Ángel Maya (1996), la problemática ambiental es el precio que el hombre tiene que pagar por su desarrollo tecnológico, es decir, es el complejo de relaciones entre el ecosistema y la cultura, la cual depende básicamente de las formas tecnológicas y culturales de adaptación del hombre. Para las comunidades Inga, Cámëntsá y Quillasinga (que comparten una geografía y una base lingüística quechua) esas relaciones se dan de forma armónica con el territorio. Sobre el caminar la palabra y el bonito pensar y hacer, el oralitor Camëntsá Hugo Jamioy Juagibioy (2) nos recuerda:

Botamán cochjenojuabó

Botamán cochjenojuabó…
chor, botamán cochjoibuambá
mor bëtsco,
botamán mabojat ̈sá. 

Bonito debes pensar  

Bonito debes pensar…
luego, bonito debes hablar.
Ahora, ya mismo,
bonito empieza a hacer
(2) Hugo Jamioy Juagibioy (1971) -Bëngbe Wáman Tabanók (Nuestro Sagrado Lugar de Origen), Valle de Sibundoy, Putumayo, Colombia. Poeta, narrador e investigador de la oralidad y el pensamiento indígena colombiano y americano. Activista por los derechos fundamentales de su pueblo, el pueblo Kamëntzá (Kamsá), cuyas actividades centrales son la agricultura, la medicina, la música, el tejido y el tallado. Entre sus libros de poesía encontramos: Mi Fuego y Mi Humo Mi Tierra y Mi sol (1999), No Somos Gente (2000) y Bínÿbe Oboyejuayëng | Danzantes del Viento (2010).

De la producción artística de Uaira Uaua se ha escrito en cierta extensión (Triana 2020; Hirano 2019; Rojas-Sotelo 2021, 2019, 2017; Rodriguez-Mazabel 2011; Montañez 2001), además Uaua es él mismo investigador, y se distingue por su trabajo teórico y de diseño sobre el Chumbe (Jacanamijoy-Tisoy 1993, 2017), el tejido de bandas ideográficas protector de la fertilidad de la mujer Inga. De unos diez centímetros de ancho por tres o cuatro de largo es como un libro ideográfico investido de poder y conocimiento, por ende un constructor de mundos. (3) 

(3) Vemos una tradición similar en la cultura Shipibo-Konibo del Amazonas, recientemente cultoras como Olivia Silvano y Chonon Bensho se refieren al Kené, como una forma de escritura. Ideo-grafías y diseños de un mundo que se constituyen como alternativa y paralelo al archivo occidental. Esta tradición de tejido, el Kené, es producido e incorporado (los diseños eran antes pintados sobre el cuerpo como en el caso de la mola Gunadule) como una doble piel, se convierte así en archivo encarnado en los Shipibo. El Kené, como lo dice Olivia Silvano, es “el plumón del mundo”, una planta con la que se escriben mundos. Uaira define el Chumbe como una forma ideo-gráfica poética y estética de creación del mundo.

Uaira Uaua ha dedicado gran parte de su trabajo a reconocer, valorar, investigar y difundir esta práctica ideo-gráfica/tejida e investida de las mujeres Ingas, Camëntsá y Quillasingas, y la ha llevado a la base de su exploración artística (incluso haciendo homenaje en la fachada del edificio Colpatria en Bacatá en 2015 en su obra Kaugsay Auaska: Tejido de Vida – Auaska Nukanchi Yuyay Kaugsaita: Tejido de la Propia Historia).  El chumbe es sustentador de una cosmovisión que pasa de generación en generación en las manos de mujeres, como forma alternativa de producción de archivo (investido), y como alternativa económica de las mujeres indígenas. Además es fuente de gran parte del trabajo artístico tanto de Uaua como de otros artistas de la región (caso Rosa Tisoy, Inga y Julieth Morales, Misak). Otro de los temas de su producción investigativa y ahora artística es la chagra. (4)

(4) La chagra es un espacio en el cual se da un tipo de agricultura original y tradicional a través del manejo de gran cantidad de especies de plantas y mediante la crianza integral, interactuante y sostenida de los diferentes elementos del paisaje natural, satisfaciendo así necesidades alimenticias y de materias primas de la comunidad Inga… Las semillas utilizadas por los taitas y sabedoras, son en su mayoría semillas criollas conservadas en la chagra, tales como: papa, fríjol, habas, cubias, verduras y hortalizas en general, las medicinales y mágicas. En cuanto a la cría de animales, en la chagra se crían pollos de corral, gallinas de campo, cuyes, conejos y cerdos, los cuales a su vez son alimentados con hierbas de la misma chagra. La siembra en la chagra es realizada en eras, aprovechando así los diferentes espacios. La tenencia de la tierra es familiar. Manejan el agroecosistema de chagra tradicional basado en el conocimiento de las diferentes fases de la luna y de las épocas climáticas… los insumos empleados son de tipo orgánico, provenientes de los excrementos de los animales criados en la chagra, también de la hojarasca combinada con ceniza y utilizada como abono… La chagra es un sistema basado en el reciclaje, todos los residuos orgánicos son incorporados al suelo, restituyendo los nutrientes absorbidos por las plantas. (Rodríguez-Echeverri, 2010, pp 317).
Uaira Uaua (octubre, 2015). Kaugsay Auaska: Tejido de Vida – Auaska Nukanchi Yuyay Kaugsaita: Tejido de la Propia Historia [Sistema de iluminación exterior, Torre Colpatria, Bogotá/Bakatá]. Obtuvo la Mención Honorífica en el VIII Premio Luis Caballero. Cortesía del artista.
Símbolo de la chagra en el chumbe © Uaira Uaua
Chakruna Kindi / Chagra de Colibrí © Uaira Uaua. Intervención fotográfica. 70×70 cm. 2020.

Ser planta 

Situadas en la base de la cadena trófica, las plantas comprenden la mayor diversidad y cantidad de la vida en el planeta. Son, además, fuente directa de alimento para la mayoría de los seres vivos, los herbívoros e, indirectamente, para prácticamente todos los heterótrofos. Las plantas son sésiles (sedentarias), pero no son inermes; al contrario, son sensibles y poseen sistemas de defensa, desplegando un formidable arsenal físico/químico que refuerza sus barreras naturales de tipo mecánico (Fenoll 2017).

Sumay Yuyau Vinankuna / Vinanes del Pensar Bonito para reanimar el espíritu de una persona
© Uaira Uaua. Manoy, Valle de Sibundoy, Putumayo. Intervención fotográfica. 2020.

Espinas, pelos y una resistente cubierta llamada cutícula y constituida por fibras de poliésteres (bioplástico) impregnadas de ceras hidrofóbicas, son suficientes para desanimar a algunos. Las plantas producen fenoles, taninos, flavonoides, terpenos, alcaloides, glucósidos cianogénicos (químicos como sistema de alerta y defensa). Carmen Fenoll (2017) explica cómo muchos de estos compuestos son microbicidas o fungicidas y otros actúan contra los animales como tóxicos cardíacos (la digitalina), agentes psicotrópicos (los opiáceos), citotóxicos (el taxol) o alucinógenos (el estramonio). Las plantas también producen proteínas defensivas, como enzimas que refuerzan la pared o generan especies reactivas de oxígeno, quitinasas antifúngicas o inhibidores de proteasas digestivas de insectos. Desde los años 1970 se estudia la dimensión sensible de las plantas (Tompkins & Bird 1973), cómo se comunican a través de sus extensas redes subterráneas (vía enzimas y pulsos eléctricos) y simbióticas, liberando compuestos orgánicos volátiles que alertan a otras partes de la planta o incluso a otras plantas próximas, induciendo sus defensas. Al ser herida la planta produce alcoholes como forma de autocuidado, incluso otros aromas ahuyentan al atacante o atraen a sus depredadores. 

La visión del universo por parte de las tres etnias que habitan el Valle de Sibundoy, (Putumayo, Colombia), la gran botica Andino-Amazónica, se condensa y se particulariza en una visión en la que se habla de un ser supremo (espíritu), quien entrega energía a la creación entera; a través del “Padre Sol”, la energía suprema llega a la “Madre Tierra”. El etnobotánico Rodríguez-Echeverri (2010) explica cómo ésta la canaliza para parir el mundo vegetal, plantas alimenticias, medicinales y de conocimiento, estas últimas consideradas madre de todas las plantas. La “Madre Tierra” fecundada por el “Padre Sol” da al mundo animal (incluido al hombre), alimento, vestido y medicina (2010: 320).  En toda la obra de Uaira Uaua hay una atención especial a las plantas, su trabajo va más allá de las meras búsquedas estéticas, “se consolida en imágenes en yuxtaposición, compendios de texturas, tejidos, trenzas, como si fuera un ‘chumbe’, fragmentado en sus partes, catalizando y transmitiendo la memoria de los estados integrales de cognición. De ese modo, el contacto con su obra nos permite percibir cuán elemental es estar en armonía con la naturaleza, pues Uaua logra producir un entretejido de códigos que, si bien parten de la naturaleza, entran a expresar principios culturales propios…” (Rodríguez-Mazabel, 2011: 193).

Ayaguaska panga Tujtu / Flor de hoja de bejuco amargo © Uaira Uaua.
Intervención fotográfica. 90×90 cm. 2020.

El yagé es la planta madre de las plantas de medicina, la planta conocimiento por excelencia de estas comunidades, es la puerta de acceso a la visión del cosmos, que es vegetal y tiene como finalidad la salud y el saber vivir en armonía, el sumak kawsay.  El trabajo de Uaira Uaua  “tiene la meta de trazar el ritmo de la esencia de las plantas, animales y espíritus de los ancestros que conviven permanentemente con nosotros, así como del agua de donde fluye sanación, para regar la raíz, el tallo y las flores que brotan del corazón” (2011:190). En su más reciente serie, “En busca de la flor del vientre” (2020-2021), intenta resolver visualmente una de las historias de origen, la del principio del conocimiento, la cual es transmitida oralmente de taita a taita, y de taita a sus hijos, donde la flor del andaquí | borrachero se encuentra con la del bejuco de ayahuasca | yagé  para subir de nuevo al cosmos convertida en sol -la flor de origen del vientre (que representa también a la mujer embarazada en el chumbe). 

(5) La historia se llama “Ambi Uasca Samai” / “Aliento de Yagé”, y se encuentra transcrita en el libro: El Chumbe Inga. Una forma artística de percepción del mundo (Jacanamijoy, 2017, pp 18-19).

En ese sentido, es un proyecto de traducción de las tradiciones orales a narraciones visuales expresadas en registros contemporáneos. Los tres grupos étnicos del Valle de Sibundoy se caracterizan por tener una visión común del universo a partir de las plantas, y en particular del yagé, del cual se desprende su forma de concebir y vivir el mundo. Su presencia en la vida cotidiana indígena lo deja en claro Hugo Jamioy de esta forma:

Yagé 

Sé quien eres
Te he mirado
en el Yagé
en el mágico mundo colorido;
la geometría borracha
ha mostrado las figuras perfectas
el sueño pensado
la alucinación, el tránsito
el viaje al otro mundo
donde reposan todas las verdades,
el mundo donde nada
se puede esconder
donde nada se puede negar,
el mundo donde todo
se puede saber
a ese mundo he llegado en mi viaje
y en mi camino tu imagen he visto;
todo lo que he mirado
a través de la guasca
que da poder
no te lo puedo decir
solo quiero que sepas
que te he mirado.
Uigsa Tujtu / Flor de vientre © Uaira Uaua.
Intervención fotográfica. 90×90 cm. septiembre 25 de 2020.

Comer planta

Producir conocimiento en el mundo occidental se relaciona con la construcción del archivo; el término “comer libro” se refiere literalmente a la lectura obsesiva sobre algún tema de la gran biblioteca moderna. “Comer planta”, literalmente, se refiere a la relación vital que nuestra especie tiene con lo vegetal, no solo biológicamente sino también simbólicamente. El primer término  hace parte de una práctica extractiva donde se identifica, clasifica, representa captura y archiva estas visiones del mundo exterior y se las sitúa en un espacio interior (segunda natura/biblioteca-archivo). Esta práctica es la base de la ciencia moderna en tanto el método científico emana de estas experiencias: observación de fenómenos naturales, postulación de hipótesis y su comprobación mediante la experimentación. En la construcción de la nación moderna a finales del siglo XVIII y principios del XIX en las Américas, paralelo al momento de la ilustración, se dan las expediciones botánicas las cuales pretendían (como estructuras del poder colonial) identificar, clasificar y capturar la diversidad botánica, además de la mineral y etnológica de las colonias. Estas expediciones están hoy también relacionadas con la entrada del pensamiento liberal (revolucionario Francés) y el establecimiento de las artes y oficios en países como Colombia, el cual vive y revive en la expedición botánica de José Celestino Mutis y la visita de Alexander Von Humboldt como momentos fundacionales, una y otra vez, en una suerte de ciclo sin fin. 

Tujtu kindi samai suyu / En un lugar de la flor de espíritu colibrí © Uaira Uaua.
Fotografía de flor, Yako Jacanamijoy. Intervención fotográfica. 2020.

Paralelamente las comunidades andino-amazónicas constituyen un acervo de conocimiento en el “consumo” cultural y ritual de las plantas. Como los científicos modernos, las comunidades tienen sus chamanes (los taitas) que dedican la vida a incorporar el conocimiento y aplicarlo. Por ejemplo, el uso de fragancias como el mentol o la limonina y el aroma del jazmín son usados para proteger los jardines medicinales, que se basan en el metil-jasmonato, el mediador maestro de las respuestas defensivas de las plantas contra herbívoros -usado por la artista Inga, Rosa Tisoy Tandioy en sus piezas Tiagsamui (2015) y Tinii (2016).  El intenso olor de coles, ajos, ajíes y cebollas, así como las propiedades conservantes de las especias (pimienta, perejil, orégano) también se deben a compuestos defensivos. Todos estos metabolitos son específicos de las plantas y tienen importantes aplicaciones farmacéuticas y en alimentación.

La ingesta de estas plantas y el uso de las de conocimiento establece procesos de comunicación en el espacio de lo simbólico (la otra dimensión) donde la planta permite otros diálogos. La planta es directa, y el leer, escuchar, sentir sus designios es función del científico situado. Es en los rituales de ingesta (las tomas nocturnas rituales) donde la producción de conocimiento se concreta, se establece el diálogo entre especies (humanas y no humanas), se transfiere a las nuevas generaciones de forma encarnada (vía danza, canto y performancia) para finalmente fijarla e incorporar al archivo vivo de los pueblos -un conocimiento que es relacional-situado y encarnado. Como lo diría Floresmiro Rodríguez-Mazabel (2011) en relación a la obra de Uaira Uaua: “términos como ecología y medio ambiente son insuficientes para entender la dimensión de naturaleza y humanidad ofrecida por el artista. En su obra, los seres humanos se presentan como una especie más que pertenece a la tierra y está sujeta a sus ciclos, y no como entidades superiores o dueños del planeta, tal y como el humano ha sido calificado por el pensamiento occidental” (193).

Atun Puncha (El día de pensar bonito). Recordando los “ojos estrellas” de los mayores que ya se fueron. (Taita Antonio Jacanamijoy R. (1923 – 2008) © Uaira Uaua. 2021

Conocer planta. Ingesta, color, textura, imagen

El Valle del Sibundoy y la región de piedemonte andino-amazónico han sido catalogados como lugares de alta concentración de biodiversidad, en especial de plantas de conocimiento cultivadas y silvestres, además de una importante reserva de saber ancestral sobre medicina y botánica (Friedemann & Arocha, 1982). Desde mediados del siglo XX, investigadores han realizado estudios etnobotánicos, antropológicos y arqueológicos en el Valle de Sibundoy, haciendo valiosos aportes como los de Yepes (1953); Schultes (1957, 1969); Bristol (1965); Seijas (1969); Reichel-Dolmatoff (1975); Taussig (1986); Juajibioy (1991); Van der Hammen (1992); Guevara (1995); Daza (1996); Giraldo (2000) y Rodríguez-Echeverri (2010).  Gracias a estos estudios se han identificado centenares de plantas, silvestres y domésticas, usadas por las comunidades. Muchas de ellas son plantadas en las chacras, las cuales, de forma relacional, muestran la imbricación de estos mundos, el vegetal y el humano (pasando por el no-humano) en la vida cotidiana de los pueblos. En ese mismo sentido, usando líneas, texturas, colores y formas, Uaira Uaua niega la separación tajante entre su obra y el medio natural. Su centro temático es la función del ser humano, trenzada en convivencia armónica con los otros seres vivos y con la Tierra. Es un tejedor de plantas, un animador de conocimientos situados, un puente entre mundos. 

Humboldt pasó por el territorio en viaje hacia Quito en 1801, y en su diario dejó estas impresiones de una de las prácticas botánico-artísticas de la región: “El barniz no es abundante porque los indios de Sibundoy no lo buscan activamente. Estos indios, que han conservado las formas de gobierno interno y la lengua de los Incas (aunque tienen su propia lengua), son los únicos que buscan el barniz y no cultivan casi la tierra” (1826).  Es claro el desconocimiento de Humboldt sobre la chagra en estas comunidades, él estaba más interesado en documentar prácticas de producción de cultura material que en los conocimientos locales. Es posible que ignorara el universo botánico de la región y el conocimiento indígena al respecto. En otro aparte del mismo diario y, desde sus ojos imperiales, describe el proceso botánico-químico del barniz: 

“El color natural del barniz ablandado en el agua es de un amarillo verdoso, casi el color de la madera incolora, poco agradable a la vista. Para darle colores, por ejemplo, el rojo se toma del Urucu (Bixa orellana, mezclado con leche de caucho) en polvo, se extiende el barniz ablandado en el agua, sin masticarlo, hasta formar una pequeña membrana, se aplica el polvo replegando la tela en forma de embudo. Se le coloca de nuevo en agua caliente y enseguida se comienza a masticarlo hasta que la saliva toma el color deseado. La masa masticada y coloreada se vuelve a colocar en agua caliente y se extiende luego para formar membranas coloreadas de la manera descrita. Con estas membranas, parecidas al papel mojado, se envuelven los platos, calentándose las manos para presionarlas y extenderlas… lamiéndolas… Porque la saliva juega siempre un gran papel en este repugnante barniz. El azul se obtiene con índigo desleído en mucha agua y calentando poco el barniz; el negro se obtiene con grandes dosis de índigo, calentando mucho (tal vez para carbonizarlo); el rojo es el Bixa orellana, el verde se obtiene masticando dos pelotas, una azul suave y otra amarilla; el amarillo es la raíz en polvo del escobedia Flor o azafrán de la tierra. El dorado se hace también con la escobedia que se pone sobre la hojilla de plata… El blanco es muy difícil de lograr, se lo produce de manera imperfecta con óxido de plomo blanco. …. La desgracia de esta fabricación es la mala forma de las vasijas hechas con cuchillo y gusto indígenas; los feos dibujos. Con todo se reconoce alguna imitación de las formas inglesas, aunque muy poco.” (1826). (6)

(6) En su diario, Humboldt también reconoce el tratamiento a la población indígena, su exilio, explotación y formas de supervivencia. “En todas partes se ven huellas de antiguas viviendas, especialmente redondas como se acostumbraba en tiempos de los Incas, y ahora en Gachancipá se afirma que la viruela y el sarampión diezmaron especialmente a los indios. Creo que todo lo que se indica como causa de la disminución de los indios es falso… Los indios constituyen la clase humana más pobre y más aplastada, y un mal gobierno como el de aquí, aplasta lo más pesadamente a la clase más pobre e indefensa. Ese es el verdadero motivo. Donde viven pocos indios entre muchos blancos, la presión es mayor. Entonces se trata de aniquilarlos totalmente, se los empuja hacia la región menos fértil y más fría, como el Coconuco y Puracé; se apoderan (y a pesar de todas las leyes de Indias eso es fácil en un país donde la justicia es venal) de sus bienes... Los curas…y los corregidores desean librarse totalmente de los indios. Ellos saben hacer valer una vieja ley irracional y cruel consistente en que, si no se vive en un pueblo determinado número de indios, a esos pocos hay que incluirlos en otro pueblo; así se expulsa a los indios de su tierra natal… Los indios hubiesen sido eliminados más rápidamente si los matrimonios no tuvieran una tremenda fertilidad. Sé que en algunos pueblos alrededor de Sibundoy hay en algunos años 200 nacimientos y apenas 7 casos de muerte.” Viaje a las regiones equinocciales del nuevo continente (1799 -1804). París: Rosa editor, 1826. Acceso en línea de esta sección del viaje entre Pasto y Quito: https://www.banrepcultural.org/humboldt/pasto3.htm. 

En 1803 Francisco José de Caldas consignó cómo Noánama, un indígena Embera que le servía de informante y guía, era célebre en el arte de curar los mordidos de serpientes, “(…) de que abundan en estos lugares. Cuando yo me extremesía a la vista de alguna y manifestaba mis temores, el Noánama me sosegaba, y me decía: ‘No temas, blanco, yo te curaré si te pica’.” Caldas se preguntaba sobre la sistematicidad del conocimiento indígena que él comparaba con la nueva ciencia botánica clasificatoria bajo el sistema del naturalista sueco Carl Linnaeus.  Linnaeus (1707-1778) desarrolló un sistema para “taxonomizar e identificar de forma universal todas las plantas y animales, asignándole a cada uno un nombre único, compuesto por dos palabras en latín (‘el lenguaje de la ciencia eurocéntrica’) que indican el género y la especie de cada ejemplar” (García-Cuervo, 2019: 53).

Es hasta 1850 que los expedicionarios Alfred Russell Wallace, Richard Spruce y Henry Walter Beates dejan un registro (en el archivo occidental) sobre el Yagé (caapi para estas algunas, por eso su nombre científico).  Reichel-Dolmatoff en su libro clásico El chamán y el jaguar (1975) afirma cómo “Richard Spruce fue el primer occidental (europeo, culto, hombre de ciencia) que ‘descubrió’ el yagé en el año 1850. No lo ‘descubrió’ porque fuera el primer blanco que lo hubiera probado. Lo ‘descubrió’ porque fue el primero que lo tomó con un interés específico, buscando el conocimiento de la planta, pues Spruce estaba interesado en hacer una identificación botánica correcta, la cual incluyó en su colección de plantas desconocidas y la identificó con el nombre de banisteria caapi (37, 38). Spruce va un paso más allá y describe (de forma etnobotánica) el rito y la experiencia de tomar el brebaje. De esta forma se enfrentó a la otra forma de conocimiento hegemónico, el de la iglesia que por siglos había condenado estas prácticas como brujería y a la embriaguez como lo opuesto al orden civilizatorio colonial (además de un control sobre el placer).

(7) Manuel Villavicencio, quien fue un gobernador ecuatoriano del distrito del Río Napo, en su libro Geografía de la República del Ecuador habla de los indios Záparos y toma una posición humanista-paternalista de protector de estas poblaciones, hablando en contra de las correrías y de la esclavitud. En este texto, Villavicencio menciona el yagé y sus usos entre los indios. En su descripción menciona todos estos elementos que también señalaron los naturalistas ingleses: el elemento profético-adivinatorio y el elemento mistérico-erótico. Para Villavicencio, el yagé produce placer, y para él el placer no es sinónimo del vicio. Al ser gobernador del río Napo, él intenta comprender a los indios. No solo los ampara y protege, sino que se va a compartir con ellos y toma yagé.  (Villavicencio, 1858: 371-372)

El sacerdote Manuel María Álvis en la Revista de la Sociedad Etnológica Americana de 1857 publica su tratado sobre distintas plantas que los indígenas usaban para curar las enfermedades. Hace referencia a la aguayusa para curar envenenamientos, el yoco para la disentería, el cobalongo para las epilepsias, pero cuando llega al yagé, no le encuentra ningún uso más allá de él adivinatorio asociado a la embriaguez y al superstición (Taussig 1986). (8)

(8) “[…] Sus médicos están acostumbrados a tomar una infusión de un bejuco llamado yagé que produce la misma ilusión que la tonga o borrachero, y en la ilusión producida por esta intoxicación creen ver cosas desconocidas y adivinar el futuro. La mayor parte de estos charlatanes pretenden tener un tigre en la selva el que les cuenta todo, y se consagran a su profesión con la misma atención y minuciosidad que a una ciencia real. Creen que el tigre es el diablo, y pretenden que les habla; y están tan absortos en sus quimeras que se convierten en los primeros creyentes de sus propias ficciones.” (Taussig, 1986: pp 372-373.)
Onga Ambi Waska Yajé / El principio del entretejido histórico de los Ingas del Valle de Sibundoy © Uaira Uaua. Manoy Santiago, Putumayo. Fotografía. 35×50 cm. 2019.

En recientes investigaciones (Rodríguez-Echeverri, 2010: 311) se reconocen alrededor de ochenta y siete especies de plantas registradas, setenta tenían nivel de manejo cultivado y diecisiete manejo silvestre tolerado. Sesenta y siete especies de plantas medicinales, las más utilizadas por los taitas y conocedoras, son plantadas en la chacra. (9)

(9) Se registran treinta y cinco especies utilizadas para tratar afecciones del sistema digestivo; veintidós para afecciones del sistema genitourinario; dieciséis para afecciones del sistema nervioso; trece para afecciones del sistema respiratorio; trece para afecciones del sistema esquelético-muscular; nueve para afecciones de la piel; nueve para inflamaciones; ocho para afecciones del sistema metabólico; siete especies en lo nutricional; cinco contra envenenamientos, cuatro para afecciones del sistema sensorial, tres para afecciones del sistema circulatorio, dos para afecciones post-embarazo, una para afecciones del sistema sanguíneo, una para limpieza corporal y una de uso social… Es de resaltar que, de las veintidós especies de plantas de conocimiento, dieciséis tenían nivel y tipo de manejo cultivada-individual asociada, cuatro cultivada-población asociada, y sólo dos especies silvestre tolerada individual asociada. (Rodríguez-Echeverri 2010, pp 323). 

Las comunidades indígenas que habitan el Valle de Sibundoy tienen un “foco” vegetal para ver e interactuar con el Universo: el yagé (Banisteriopsis caapi). De acuerdo con Zuluaga (1994), el saber botánico de los indígenas del Valle de Sibundoy ocupa un importante lugar dentro de la visión del cosmos, pues es la puerta de acceso a la interpretación e interacción con el universo (2010:324). Dentro del desarrollo histórico y cultural de estas comunidades, su uso deja en claro cómo todo está condicionado por el mundo vegetal (el cual se subjetiviza en la ingesta, dándola así cuerpo y mente humana), tal cual lo expresa Hugo Jamioy en su poema:

Yagé II

Cuál es tu intención.
Taita Yagé es hombre,
es sabio y a todos orienta
es sabio y a todos guía
es sabio y a todos cuida
es sabio y a todos aconseja
es sabio y es taita;
es celoso y por eso
no te muestra ni te enseña nada,
te exige tranquilidad y respeto.

Él es sabio, y mucho antes de que estés junto a él
sabe cuál es tu intención;
cuando estás con él
te guía, te enseña, te cuida,
te aconseja, te orienta
o simplemente te deja.

Pagar planta. Escritura y representación

El agro-ecosistema chagra (lote cultivado por unidad familiar) es el medio a través del cual las comunidades construyen ambiente de forma sustentable. La chagra evidencia tecnologías endógenas de adaptación por parte de las comunidades apoyando así la autodeterminación y desarrollando procesos de carácter situado. Es decir, la comunidad re-existe, crea y dirige su propio desarrollo comunitario sustentable. Al representar  estos procesos de forma visual, gráfica, ideográfica o literaria se realiza una forma de pagamento.

Chagra de conocimiento de Mamá Merceditas. 2019

El 29 de abril de 2021, Uaira Uaua visitó la Casa de la Mujer de Manoy Santiago en uno de sus viajes de regreso a las celebraciones anuales, y como líder reconocido de la comunidad afirmó:

Hoy será un día histórico en el acontecer de las familias Ingas que habitan en Manoy Santiago en el Valle de Sibundoy, Putumayo, y que son parte del “Cabildo Mayor” de esta misma población.

Mediante una minga del “Sumaj yuyay: Pensar Bonito” se definirá si de ahora en adelante vamos a caminar por los senderos del “Sumaj Kaugsai: Bien Vivir o Vivir Bonito”, o si por el contrario vamos a continuar por los caminos del “sumaj kaugsai llullaspalla: Bien Vivir solamente con mentiras”.

Tenemos la certeza que los “Samai: aliento de corazón” de nuestros ancestros, mayoras y mayores que defendieron y practicaron de manera coherente y sabia la forma de vida y pensamiento Inga, nos guiarán para que los acontecimientos de “llakiys: tristezas” no se vuelvan a repetir en el futuro de las familias de nuestras nuevas generaciones.

Por supuesto, Uaira Uaua se refería al impacto de la pandemia en las comunidades y su manejo de la medicina tradicional y la organización social. Su trabajo reciente responde simbólicamente a este pagamento espiritual que está conformado por la representación de un ser femenino y uno masculino, es decir por un “uigsa uarmi | vientre de mujer”, un “uigsa kari | vientre de hombre”, y una flor amarilla o “Atun Puncha Tujtu | Flor del Día Grande”. En este sentido, explica Uaira, la Flor de Vientre escenifica el “munay | amor” de la confraternidad humana (Triana, 2020).

Esta serie de 60 piezas (que ya va por cerca de un centenar), En búsqueda de la flor de vientre, invita a un recorrido visual por los caminos entretejidos de las plantas presentes en las chagras, y los amuletos y las coronas vegetales que protegen a los taitas, a sus aprendices y a los pacientes. También representan algunos seres animales, personas, lugares, objetos y colores propios de la gente de la cultura del Yagé en el Valle del Sibundoy.

Jatun sacha misitu tujtukuna sacha suyu / Jaguar en un lugar del árbol de flores © Uaira Uaua.
Intervención fotográfica / 90×90 cm / febrero 7 de 2021.

Uaira Uaua mantiene presente el interés de rescatar la historia de sus ancestros, esta vez como un botánico digital; al tiempo que invita a las familias originarias a ofrendar sus homenajes, cuidando y protegiendo la salud física y espiritual de las Mamas y Taitas, desde el aliento de corazón, del pensar bonito y la energía de los jaguares. Su trabajo es una exploración sentipensada y corazonada, investigativa, visual y gráfica de la variedad de las plantas denominadas vinanes (las que reaniman el alma), kuyanguillos (las de hacer enamorar) y chundures (las del conocimiento), que se siembran y cultivan en las yachaipa chagrakuna, las huertas de conocimiento, las cuales  son creadas y cuidadas por abuelas, mujeres-Mayoras del Pueblo Inga del Valle de Sibundoy. Los vinanes son hojas para reanimar el espíritu de una persona; los kuyanguillos son hierbas del querer o pensar bonito; y los chundures son raíces del conocimiento, utilizadas para sanar (Mingas de la imagen, 2021).

Vinanes, kuyanguillos en la yachaipa chagrakuna
Uña jaguar vinar © Uaira Uaua.
Tujtu, sillu atun sacha misitu vinan/ Flor, vinan uña de jaguar © Uaira Uaua.
Intervención fotográfica. 65×65 cm. 2019.

La construcción de cada pieza parte de la lógica del tejido, en la cual el artista identifica y documenta una materia prima (una planta), la procesa digitalmente (saca el hilo) y la teje en series pares de ida y regreso (kutey) sobre un espacio vacío. Uaira Uaua comenta sobre la sorpresa que cada planta trae consigo, la formas que ellas construyen y se hacen presentes al ponerlas juntas; es un proceso donde existe subjetividad por parte de la planta misma, pues ella determina el producto final (2021: 1’36”).  Además, Uaua deja en claro que su fuente primaria es el territorio (en este caso la chacra), y recuerda el Atun Puncha, el Día Grande de celebración de la fiesta en honor al Arco Iris, y cómo el Taita Antonio, su padre, contaba lo siguiente:

“En el propio día de la celebración… llegaban al parque central de Manoy cuatro espíritus. Uno aparecía por la parte donde pasa la carretera que conduce a Mocoa; éste era el Urarunakunapa Samai, el espíritu de la gente del bajo Putumayo. Otro aparecía por el camino que conduce a la inspección de San Andrés; era el San Andrés Runakunapa Samai, espíritu de la gente San Andrés. Uno venía del páramo, y aparecía por el lugar donde se llega de Pasto; era el Páramo Runakunapa Samai, espíritu de la gente de Páramo. Por último, aparecía el Inga Runakunapa Samai, espíritu de la gente Inga. Todos llegaban, bailaban un momento y se iban: era el augurio de un año nuevo bueno’”. (Jacanamijoy Tisoy, 2017: 51).

Proceso de producción de las piezas, tejido digital © Uaira Uaua.
Maskaypa Uarmi Tujti / En búsqueda de la Flor del Vientre. 
Andakí tujtu machachij / Flor de andakí borrachero © Uaira Uaua.
Intervención fotográfica. 2019

Uaira Uaua usa una estructura base y una urdimbre, a forma de tejido y, mediante repeticiones y giros (kuteys) digitales, estructura cada una de las obras de esta serie, que bien pueden considerarse como el devenir de las formas de vida y pensamiento de los “seres” de un territorio. Constituye un recorrido por los entretejidos de las hojas, las flores, las coronas, los anillos, el padre sol, y los chumbes que en este caso actúan como cintas de moebius,  lugares (suyus), seres animales,  los personajes y las líneas de colores de la propia historia de la gente de la cultura del Yagé.

Esta serie también conecta sus viajes por otros territorios, y sus observaciones cotidianas en el espacio urbano. “La búsqueda del vientre” es un viaje por un camino de ida y regreso, pues Uaira Uaua camina la palabra desde que en 1987 viajó a la capital a hacer parte de una primera generación de artistas, diseñadores, investigadores indígenas “profesionales” -en términos occidentales. Como pionero de su pueblo, ha vivido la emergencia de una nueva indigeneidad-cosmopolita intercultural que toma su espacio en la narración de una historia que los ha marginalizado. Así Uaira Uaua es también guía y soporte a otros creadores del mundo andino-amazónico que hoy comparten sus memorias vivas y las visiones de su propio archivo y,  ontología paralela, pluriversal y sentipensada, A nosotros, los no-indígenas, nos queda aprender humildemente de estas formas propias y acompañar los procesos de forma abierta y solidaria.

Nota del autor: La serie (de 60 imágenes y video) En búsqueda de la flor de vientre se expone en el 45º Salón Nacional de Artes, MUTIS 2020-2021 de la Universidad de Antioquia. La convocatoria pública seleccionó a siete artistas colombianos para participar en la exposición que se lleva a cabo en el segundo semestre de 2021. Una exposición virtual del proyecto se realizó en agosto-septiembre de 2020, curada por Alejandro Triana, el catálogo virtual se encuentra AQUI.  

Gracias a Benjamín (Uaira) por su generosidad y sonrisa durante los muchos años de encuentros y proyectos conjuntos (desde que fui su tutor para la beca del chumbe en 1998 hasta hoy). Una vez más celebramos tu trabajo. 

Sobre Miguel Rojas Sotelo

Miguel Rojas-Sotelo trabaja en la intersección de Estudios Étnicos / Indígenas / Ambientales, las Humanidades, Geografía humana, crítica y Teoría sobre la frontera. Como académico, cineasta, artista visual y activista en medios masivos, estudia cómo y los territorios y los pueblos ancestrales (asentados o desplazados) están moldeados por la modernidad / colonialidad, y cómo las comunidades indígenas se movilizan para adaptarse y resistir. Miguel está particularmente interesado en cómo loa pueblos indígenas articulan su archivo, y las políticas de raza/clase, la espacialidad de esos procesos, y cómo se manifiestan en el paisaje a través de narrativas visuales, audiovisuales, orales y textuales. Miguel fue el primer Director de Artes Visuales del Ministerio de Cultura de Colombia (1997-2001), y es miembro cofundador de Red Intercultura Mingas de la Imagen. Trabaja y enseña para el Centro de Estudios Latinoamericanos y Caribeños de la Universidad de Duke.


Cicatriz que te mira. Hubert Matiúwàa

Texto original en Mè’phàà y español por Hubert Matiúwàa

Si prefieres, lee el PDF aquí

Ajngáa rí mà’nè gamakùún ajngià’ ló’ tsí tsinìñà’mijna ná jùbàá.

En memoria de los asesinados impunemente en la Montaña del Estado de Guerrero

I
 
Ído nìwa’nií
nìkra’wo mìnà’ ná àwùún dììn,
ná txuú rí nìniñáá ñùù
tsí nìgawíín inuu à’wun.
Ído nìyáxì ló’
ndiyoò à’dyàá’ rigaà nìjañúù ná jàmbaà mì’xá,
xó má à’gyáà’ nàjmàgwi rigaà inuu ga’khò
ìdo nìru’tíìn ya’dúù.
Ná nàthamá’á gíñá
xtú’ún xí’ñà ló’ drígiìn,
ndiñùún xàbò ñajun xuajiàn ló’
ìdo nìkra’wì sìún ná majñùù ñàwúùn’,
khamí ná tsú’wòò nàkhúún
ndiyáà’ ikháán nìtso inuu jùbà’.

I

Cuando llegaron

me escondí en el hueco de la guayaba

que dejaron los gusanos

al huir de sus gritos.

Me asomé

y vi a tu hijo dormido en el camino blanco,

a tu mujer arder de dolor

al arrancarle los pechos.

En la vuelta del viento

conté las manos amarradas,

a nuestras autoridades

esconder la rabia entre los dedos

y en las grietas de sus pies

te sentí besar la tierra.

II

Nìgìthàn’ rùdá’ ló’
ná nàtsuwòò iya àwúún gù’wá
rí nàngwá nì’ngáà’ màtsamájaán.
Nìwanúù ná àwún xnú’ndaa rundú
tsí nìgùmà mbajáà idò màjanú mbi’i rí màtàní’gú,
nìgithàn ngù’wà xúbà’ mbàà,
gàjmáá iyoo díí rí tàgayùù mújún
numuu rí nìyáxìì nè xà’.
Nìtháàn, àtiàwàn mínà’ lá’,
a’kwèn nàwa’ñáá mé’,
khá màxátiyàá màndíxììn xàbò tsudàà’,
àtàngàán ná ndàwoó xuajen Mbaa Màñàá,
ná étsò ñàwún nùgèwèn mbí’yàá.
Nìwajúntàn’ èjèn ná Xkuàá,
nàngwá ndiyùún rí mìdxuù,
nìru’wà mìjneè nàkwá’ ansdo xó yúwòò rà’khà,
ikháán tátadxáwíín,
nìdxù’ ná jàmbaà na nàxpíbì rìgà.

II

Te esperaba nuestra madre

bajo las láminas y la gotera

que no terminaste de arreglar.

Se quedó soñando el guajolote

que habían criado para el día de tu boda,

las cazuelas vacías

y el chilote a medio fermentar,

te guardaban en secreto.

Decían, te andan buscando,

cuidado, no te vayan a brincar,

date vuelta en Tierra Colada,

entre los dedos se mide tu suerte.

Los niños se enredaron

en tu piernas como la calabaza,

decían a tus pasos que echaran raíces,

pero te ensillaste a los relámpagos

y agarraste rumbo.

III
 
Mìjnà gùwà’ xnduú ajwàn’
rí ninbatiguíín tsudùù Tordillo,
ná agóo ñuwiin ajwàn’ nìwanuú xuwià’,
niríyà’nè rumià’ khamí nirú’wá mìnà’ nè gàjmàá txámboo awuàn’,
rí maxágáàn mbò jwèn i’dià,
niwa tsakhurámá inà’ ná nijàmbiyáa’.
Nigóó àkwán ná nìkàrawanùú xuwià’
nindúun muxnaá imba xè’,
nindúun màkra’wìín ná kwijììn ginùún
ikajngó muxnáà tsíake ñawán’.
Nigòò mangiìn tsúdaà xàbò tsí nìdáa,
nigòò xóó tsúdaà rí mònè mbámbá rìgaán,
mbro’on rí nìrmá’á akwiín xíñà ló’ ná idáà’,
na’thá itsí rí drìgà’ ná xkwaá
rí nìtabàá nijñuú nè, nìràthuun ajwàn’
khamí nitharmídájmii xàbò tsú’kwè,
idò nitatsá’wá mbi’yuu xíñà ló’.
Ninújngoo xtálítí ná inuu ixè xndú xkudí,
nì’thuún ru’wa rí ma’gàa,
rí màxagi’thàn nè,
numuu rí skiyáa nìwanuu ná inuu xpipíù
khamí akhiàn’ nà’nii akwiín idò naxphátríyà’ a’wóò.
Idò niwàà ítsáa’,
nìmba’tòò ná najngwáàn ajngáa ngínu’,
dxoò xó ixè rí rígà ná jàmbaà jà’nii
ikhaa rí ni’kà ajmùù khamí nirú’wá nè xuwiù’.

III

Nueve pasos te tumbaron del Tordillo,

bajo las púas se colgó tu ombligo

amarrado a los mechones de tu vientre,

para que no te bebiera el mbò jwèn,

las hojas rezaron a tus heridas.

Las hormigas siguieron pedazos de tu carne

para darte el último respiro,

esconderte en tu nostalgia

y dar valor a tus dedos.

Siguieron tu rastro para rematar

la noche en que naciera la abuela en tu ojos,

cuentan las piedras que te recostaste

y a tiros giraste su nombre.

Pasó entre los mangos el xtálítí

pidiendo a la lluvia se fuera,

que no te esperara,

tu fuerza se apegaba a sus alas

y el último recuerdo brotaba al tronar su voz.

Al juntarse tus huesos,

se abrió la fisura donde hundo el silencio,

caído tronco fuiste

en donde brotó la raíz que ató mi cuerpo. 

IV
 
Nìgùwaán wandá
nithèèn rí niwá’xnáá,
nida àjmà rí ma’nè gìgáa nìmià’ ná xoxtà xò’.
Ná xkuaá
nimbaá xàbò ràkoo matsíkhá ndéla,
khamí ma’nè ka’wùù i’dià,
mbawíín nìniñaan ná xuáá,
xóó kàmba’tha idaà’
nàtiaxíí ajwàn’ rí brakha ná gù’wá dxákuun
rí nì’duù ngámí ja’nii.
Rí magòò majnguàán’,
nìwátán’ gajmíì wáyò angìán ló’ tsí mañuwìín,
nìrugwaá gajmàá yujndà’ khamí a’wóo xkamída,
jamboò xkuaá ná nìwàtatxíkurigàà xuwià’,
idò nìtangiìn ná jàmbaà ìtsí bi’mbi,
dàtià’ ló’ nigwiín jañiin mbro’on
asndo nè’nè ríná rajúun gájmàá iya idúù.
Dxoò, ná xpápa xò’ rígu jèñò ajngáa wíyúú xuajiàn ló’,
ikhaa ska rí nixpí’tá itsáà.

IV

Llegaron las urracas

a contar que te habían tirado,

tallaron lianas en los pechos

para encender tu ánima.

En Santa Cruz del Rincón

nadie quería velar tu cuerpo

y limpiar tu sangre,

yacías solo en la plaza,

mirando las campanas

que masticaban miedo entre dientes.

Para darte sepultura,

a caballo bajaron los de Malina,

sitiaron entre polvo, rifles y truenos

los pedazos que de ti quedaron,

de regreso, en el camino de la piedra torcida,

papá te cargó toda la noche

hasta salarle la lengua.

Hermano,

en nuestro hombro pesa el silencio del pueblo,

la llaga de piel que quebrantó tus huesos.

V
 
Mi’txà nidxá’nú ná mañuwìín,
xì’ñá ló’ nibrìgwíín gájmàá rè’è rí kíxnuu
khamí gúni rí mà’nè gamaku mikwíí,
xó ma’ nánà tsí nènè mbájàán,
nìmbrá’à nàkwá gájmàá iná skémba khamí iná láxà,
rí maxná nè xè’ khamí rí mà’nè nè asndo xó rí tàjáñáà’ xóó,
rí mà’tá nè rí xùù xuwià’ ngrigòò ná namàá.
Ná gu’wá ló’,
ndiyoò nìtsíkáminà’ siàn’ ná inuu ifíí,
ndiyóo nìkaxii àkhà’ ná awún guma,
khamí ná nànùu à’diá tsí nàngwá ni’goò màtànè nuwììn
nìtsíkáminà ixè rí nìndiàwà ló’
Rí magòò mudiìn ná jùbùún xi’ñán ló’,
nimbrá’án gájmàá àgú,
idò nìkaji’daán ná jàmbaà wajèn,
nìtsówòò i’dià agòò èjnà,
ná mbámbá nìkarawajwíìn
ndiyàà xùún khamí nìtsakhuramaà,
i’dià ni’thá xò’ rí xkwanii nùradíín angià’ ló’ tsí tsinìñà’ mijná,
mi xkwanii nandúùn mùradíín xugíín ijíín xuajiàn ló’.

V

Llegaste al amanecer,

los principales te recibieron con flores contadas

y humo para ofrendar a los cielos,

las mujeres que te criaron, envolvieron tus pies

con hojas de borracho y toronjil

para decir que no habías muerto,

que el olor de tu cuerpo andaba en la Ciénega.

En la casa vi arder de rabia los comales,

hincharse de sol las tortillas

y en el remolino del hijo que no conociste

se incineró de presagios la madera.

Para sembrarte en el vientre de tus viejos,

te envolvieron en petate

y en la procesión, hermano, goteabas a cada paso,

tu rastro nos decía que los cobardes matan a traición

y a traición quieren acabar con nuestro pueblo.

VI
 
Náá màxkamàà rikaà’
xugè’ rí nìruthììn inuu yúwáà’ rá,
gajmàá xndú ajwàn’ nìxpí’thán
ná jùbà’ rí nìraxnì’,
nidùù nítú ñawàán
numuu ndiyúún rí màxáxkamàà i’dià,
khamí màxágajàà siún’
idò matsúù mbro’òn rí maxígú ló’.

VI

¿Dónde encontraré tu flor

ahora que cortaron tu guía?

Con plomo te esparcieron

en la tierra que me diste,

sepultaron tus venas

para que no encontrara tu sangre

y crezca la rabia

en la noche en que no duerma.

VII
 
Ná xíní rawun è’èn
ndiyóo nìnujngòò èwè rí nìrugàrá’án,
rí nàthangaà mbámbá gòn’
ná jàmboò xnu’ndàà rí kíxnuu.
Tsaá mà’níín ñàwán’,
ñú’ún ná rígà gu’woò yujndà’ rá.
Mbá’yáà xàñú’ idò makhàá mbi’i rí ngúwán,
ná awúun tsínà’ nàgumà dùùn
rí nàruwáà i’tsáà’
ná awúun mbáñò rí nàguxìì tsígo xuajiàn ló’.

VII

En el filo del carrizo

vi pasar el hambre de tu encierro

repitiendo cada mes el camino de los sueños contados.

¿Quién vestirá de colores tu mano,

más allá de la cortina de polvo?

Avivará el invierno mis uñas y afilará mis pies,

de cicatriz se hacen las nubes

que juntan tus huesos

en el rebozo de las semillas.

VIII

Dxóo,
jayà’ xàyáa
khamí pañíti’ druwii,
khamí jayà’ ajwàn’ ki’níí asndo nákhi rí nidxúù,
rí màxpíta ga’kwìì tsí’gu,
jayà’ ajngáa rí nàguwíín wajèn è’nè,
jàyáa mángaa tsù’tsún tsí mba’yàá itsáà’,
ikhaa tsí magèwíin adíín siàn’ ló’
mí mastíngàà yujndòò xuwià’,
ná awùún ixè dxama,
ná awùún ixè kafé, ná rawùùn dxá’gu tsí ndiyáa xtáyáa
asndo náá nìrigòò nimià’,
jàyá mangaà mbá tsingíná rí nìxnáxìì inuu jùbà’,
mbá ndéla rí màtsikhá xuwià’ ló’,
khamí jagoò atsú tsí’tsún iya mikha rí ma’nìì rawàan’,
khamí jayà’ mangaà mbá xndú ajwàn’ rí mba’yáà mbi’yàa’.

VIII

Hermano,

traigo el gabán,

el paliacate del barranqueño

y la pistola pintada desde que te fuiste,

para romper los años,

traigo esta lengua de arranca muertos,

este colibrí para encontrar tu hueso,

para medir los gusanos de la rabia

y esparcir el polvo de tu carne

entre los platanares,

en los cafetales,

en los labios de la muchacha que quisiste,

en doquier que anduvo tu ánima,

traigo una tristeza que entregué a la tierra,

una vela para encender la piel,

tres botellas que curen tu boca

y una bala para buscar tu nombre.

IX
 
Natsíkáminà ndùù ná tsudùù xuajñàn ló’
rí nàmagwiì tsína’ èjnè,
xtaà ná mugíín ná nàwàa ina ló’,
rí phú gí’doo numaá ikhíín,
numuu rí nànujgàà xtiin wajèn ná rawun iya,
xó ma’ ikhúún nda’ñaá,
nda’yaá ajngáa wiyáa,
nda’yaá jàmboò skiyáa,
ná maxnáa tsiàkè mì’nà
inuu xàbò tsí nutsè xtángóo,
tsí nuxú’mii xàbò maxììn
ikhíín tsí nìrugwaà Inés gájmàá Valentina.

IX

Sobre el pueblo

la neblina se enciende,

nos hierve en la cicatriz,

estás donde se reúne nuestra cara,

haces falta allá para entrecruzar la vida,

a mí también me hace falta tu agreste silencio,

para caminar juntos y luchar ante aquellos

que compran leyes

y mandan soldados a violar a Inés y a Valentina.

X
 
Tsí jàyá iduu numbaa
nàniñùùn rí ná akwíin mbi’yaá,
masíàn mbi’yu ndo’on,
khamí ma’nìì xáñuun xìyú,
khamí ma’nìì iñùùn abò’,
á tsí’yóo,
rí xó inuu yúwà rí rígà ná júbàá ja’níí rá yè’
mbámbá a’wá ri nàguma ná xuajiàn ló’,
nàguma nè gájmàá xtatsíín a’wá,
mí gájmàá i’dià nàgumàà tòkayà
tsí nànujngoò inuu xuajen.
Dxóo,
i’wíín tsí nutha ñàjwíín gù’wá ñàjun
nùri’kwí ìxí,
nùtsángútigàá jàmboò àkwán
khamí ná ñawún ixè nurígwi xáñá rí nàstráka yodè’
tsí nà’nè xuàjin ná rakhóo numbaa.

X

La mano que trae el ojo

deja que en tu memoria canten lechuzas,

aniden alacranes y se encueven serpientes

¿No saben que cada guía

que hay en el campo se parece a ti?,

cada voz se hace de tu abrigo

y de tu sangre los arcoíris que surcan el pueblo.

Hermano,

en casa del trabajo otros mandan,

cambian el maíz,

aplastan los senderos de la hormiga

y del árbol quitan el nido que cuelga la calandria

para poblar las narices del viento.

XI
 
Agòò itsí na nagá’á mathá,
nàtanguún inuu yaja ri kíxnuu,
nàtanguún ná ñawún yàá,
ná awùún ixí,
rí magòò mà’nè màgajàà itsó rí ma’du rí ngámí.
Phú gàko rí ndi’yàà ló’
rí màtangaà iya rí màxmáto’o anjgáa ló’,
màtangaà nè gájmàá ajwàn’ xkarádí
rí nàxphí’ta itsí iduu abò’,
nàtangaà nè gajmíí xàbò
tsí nònè ndawìì gòn’,
tsí mà’nè ratòò ixè xàpho xuajñùún.
Ndi’yàá ló’ mangaà rí phú mbàà àkwiìn’ júbà
idò nàñawúún ijíìn,
mèdò awún xí nangwá ìnè nuwiin nè.

XI

Bajo las piedras donde hierve el río

regreso a los frijoles contados,

a las manos de ardilla,

a la medida del maíz

para hacer crecer el hueso que sepulte el miedo.

Supimos que regresaría

el agua a ahogar nuestra lengua,

la máquina a partir los ojos de serpiente

y secar el mapache

para adornar las mesas de presídium.

Se supo también,

que grande es la Montaña

para defender a sus hijos,

oscura, si no la conocen.

Más sobre la obra de Hubert Matiúwàa

Mbo Xtá Rídà / Gente Piel / Skin People. Editorial Gusanos de la memoria. Libro trilingüe para descargar.

Libros del autor: https://www.gusanosdelamemoria.org/mephaa


“Mona fueda bibɨrɨ kaɨ niya jȃna uai: diona – jibina uai.” Yorema: Kaɨmeramuy / Gilberto López Ruiz

"Yo aprendí a tejer al lado de mi papá, al lado de mi mamá, viendo cómo él le entragaba a mi mamá el canasto, el cernidor para masa seca de yuca, y después aprendí tejidos de otras culturas."

Compilación y comentarios por Camilo A. Vargas Pardo y Lina Mazenett

Si prefieres, lee el PDF AQUÍ

Mona fueda bibɨrɨ kaɨ niya jȃna uai: diona – jibina uai. / Tejiendo desde la orilla del cielo

Las palabras aquí consignadas congregan las experiencias de tres personas -Camilo A. Vargas Pardo, Lina Mazenett y Carolina Marín- entorno al diálogo que hemos venido entretejiendo, a partir de inquietudes y trayectorias diferentes, con Kaɨmeramuy, quien se identifica como indígena muina del clan Yoriaɨ o Gente de Ortiga Ponzoñosa. En esta nota evocamos con gratitud sus reflexiones y su voluntad de compartir con nosotros un diálogo orientado por el ambil, el mambe y la caguana, en donde las palabras se hacen tejido. Estos diálogos tuvieron lugar a orillas del cielo, en Mona Fueda, la finca en el resguardo indígena de Leticia, Amazonas, donde él vive. En este texto se cierne entonces un diálogo que discurre y entreteje enseñanzas sobre el cuidado del cuerpo, la familia, las relaciones sociales, la naturaleza, todo en comunión con el plano espiritual. 

Consideramos importante compartir nuestra experiencia con la tecnología del tejido en estos momentos en donde el mundo pareciera desmoronarse. Tejer se ha convertido en una necesidad vital: tejer nuevas relaciones con los otros, es decir, con los seres del bosque, el río, el tapir, la ceiba, la piedra, también con la familia, los vecinos, los cultivos, los alimentos. Tejer para urdirnos en estos nuevos tiempos.

Kaɨmeramuy explica que el tejido se piensa, se siente, se ve y se materializa. Una vez se vislumbra, hay que ir a la selva para sacar y traer los materiales. En la selva se anda con cuidado porque es otro ambiente y está lleno de seres espirituales. Se mira, pero no se toca -advierte Kaɨmeramuy-. Antes de atreverse a tirar de las fibras con las que se va a tejer, hay que pedir permiso a los dueños. Una vez se ha elevado la petición al Padre Creador (Mo Finora Buinaima), se regresa al monte para recoger tan solo lo necesario para la obra visionada. Ahí sí, no es sino ir y recoger lo que se ha pedido. 

Los seres del bosque tienen que reconocerte para que no haya imprevistos, por eso antes de internarse en la selva hay que bañarse en la quebrada, así el agua transporta el humor de la persona por la selva; el olor se impregna en las plantas y cuando éstas florecen se disemina por medio de las abejas y otros animales polinizadores. Entonces, al buscar en el monte los materiales adecuados para un tejido se establecen relaciones de intercambio con los diferentes seres que habitan el bosque. Las entidades de la selva podrán reconocer de este modo a quien entra en sus dominios y no van a resentirse por la intrusión de una presencia extraña. 

Este tipo de cuidados requiere de instrucción y obediencia: la disciplina conforma la base de todo tejido armónico. Una vez en la casa, el tejedor clasifica sus materiales, los va endulzando para que sean maleables, los va enfriando para que no provoquen rasquiña alguna; así, el estado indómito de las fibras que vienen del bosque queda domesticado.

De manera que tejer empieza antes del acto mismo de tejer, el inicio es siempre mucho antes y el final no es. No hay entonces un inicio, solo distintos puntos de partida por donde empezar. El tejido es formación, es una tecnología para desplegar el diálogo y la acción sin saber cuál es el inicio ni el fin, es decir, reconociendo que estamos tejiendo tan solo un punto del centro de esa gran y múltiple existencia. Tejer es organizar el pensamiento, preparar, escoger, acicalar. Tejer es concentrarse. Tejer es cuidar, por ende, es medicina y curación. Tejer es revisar cuidadosamente la relación entre los dedos, la mano, la vista y el corazón. El tejido es atención y paciencia. 

La actividad de tejer permite la evaluación y el cuidado del cuerpo. Y del espíritu. Se teje, se revisa el cuerpo, se recompone, se sana.  “¿Tú cuántas veces al día te miras los dedos de los pies?” -pregunta Kaɨmeramuy-. Con esto nos dice que la práctica del tejido te enseña a revisar el cuerpo cada tanto; cada diez minutos hay que recomponer el cuerpo porque el ejercicio mismo de tejer lo desencaja. Se debe cambiar de actividad, mirar para otro lado, realizar otros oficios. El cuerpo tiende a fatigarse debido al esfuerzo, entonces es menester escucharlo y manejarlo a través de una posición correcta. El resultado es sin duda gratificante, pues en el ejercicio es posible ver la mente, el cuerpo y el mundo a través del tejido. 

Los tejidos son a su vez pantallas, por lo que emiten ondas de luz. Una emanación fuerte, potente y cegadora que revela la fuerza de otro mundo. Dicha luz se filtra hasta alcanzar nuestra realidad. Cuentan que incluso ha dejado ciegos a algunos, por eso los ojos deben salir del hipnotismo del tejido, porque al igual que sucede con las pantallas de los celulares o los computadores, el brillo del tejido puede cegar. Del mismo modo, es importante dejar descansar los ojos, así al mirar de nuevo el tejido se advierte que lo que parecía estar bien, no lo está. Se puede descifrar el error y entonces se puede corregir. El resultado debe quedar perfecto porque es una ofrenda al Padre Creador y, al mismo tiempo, expresión de su obra. Al pensar sucede lo mismo. 

Tejer es una práctica de cuidado del cuerpo. Además, pone en relación diferentes cuerpos. El cuerpo físico se pone a prueba, pues el hipnotismo del tejido puede descomponerlo. El cuerpo emocional se apacigua. El cuerpo espiritual se pone en disposición para materializar en un nuevo cuerpo los dones del Padre Creador. El tejedor instruido escucha los sonidos del bosque en silencio. Así, en la actividad de tejer se afinan los sentidos para percibir la armonía de las voces circundantes. Se agudiza la vista, el olfato, el tacto, el oído. 

Ahora bien, tejer también es una práctica para reconfigurar el entramado social. Entre la Gente de Centro, en la Amazonia, la cestería y la elaboración de tejidos para el procesamiento de la comida entrañan profundos significados sobre el establecimiento de relaciones familiares y sociales, de manera que a través del tejido se conforman alianzas propias del tejido social. Los diseños tejidos de Kaɨmeramuy conmemoran estas dinámicas y refuerzan vínculos del entramado social de la sociedad leticiana contemporánea. En esta foto, el tejido a sus espaldas refrenda un convenio de cooperación entre CAPIUL (Cabildo de los Pueblos Indígenas Unidos de Leticia) y la Universidad Nacional de Colombia, sede Amazonia. Este tejido recuerda una historia en la que el reconocimiento y la integración del indígena a la sociedad colombiana ha estado marcada por la exclusión, pero al mismo tiempo configura una urdimbre a partir de puntos de diseños tradicionales y signos que conforman fechas y palabras en español y muina-murui, con lo cual se manifiesta en el tejido mismo la integración de formas diferentes de producir conocimiento. El tejido, en este nivel, es un discurso de cohesión social para contribuir a repensar una universidad más incluyente. 

En otro nivel, los diseños de los tejidos de Kaɨmeramuy aparecen como manifestación de la dimensión espiritual por medio de su meditación visionaria inducida con plantas de conocimiento, es decir, que sus tejidos representan mensajes encontrados a través de “borrachera” con yajé. La información que viene de esa dimensión espiritual es filtrada por medio del diseño de sus tejidos. Allí se imbrican palabras clave en español o muina-murui con representaciones de seres espirituales (seres alados, figuras antropomórficas y zoomórficas) que a su vez conforman diferentes planos de percepción y de interpretación. Al mirar con atención en algunos de sus tejidos puede aparecer, por ejemplo, la figura del jaguar acechando la mirada extraviada del observador. 

"El tejido que se busca en la parte espiritual es irradiación espiritual. Para entender esto, ya no es humanamente." 

Para concluir, reproducimos al pie de la letra las palabras de Kaɨmeramuy al preguntarle sobre su experiencia con el tejido. A propósito de la obra anterior nos dice lo siguiente:


“Para llegar a este tejido hay que tener el cuerpo muy relajado. Esto viene desde un comienzo, desde la misma formación del cuerpo (tejido del cuerpo), desde la niñez, la juventud, hasta llegar a la edad adulta. Por eso entre nosotros a la medida del crecimiento siempre se hace mucho ejercicio: caminar en el monte, brincar, subir bejuco, saber levantar palos, partir leña, saber sentarse; siempre estar activo en tu cuerpo. También se pone mucha atención en el alimento. Saber cumplir la dieta a la medida del crecimiento. Esto ayuda a relajar el cuerpo. A la edad que tengo yo hago ejercicios que muchos jóvenes y mayores ya no hacen: doblar el cuerpo, hacer rollo, hacer ejercicios abdominales. No lo hacen. ¿Por qué? Porque se olvidaron verdaderamente en la práctica de que la vida de nosotros está en mantener el tejido de nuestro cuerpo a través de estos materiales, para llevar una vida armónica con relación a los materiales de la naturaleza de la que hacemos parte, según nuestro clan nombrado. Eso implica tener relación con la naturaleza viva, apoyados por el Padre Creador a través del elemento de tabaco y coca, y los elementos medicinales que necesitamos en la parte humana. Ya en la parte espiritual no se necesita medicina. Entonces si uno cumple con la medicina y el ordenamiento del cuerpo, trasciende a la parte espiritual. El cuerpo queda como algodón. Trasciende. Y para concluir: uno tiene que estar desapegado, renunciar a la parte material, física y así se fortalece espiritualmente.  

“(…) Aquí yo plasmé todo lo que se dio en las narraciones y está allá en la parte espiritual. Arriba están los dos Majaño (águilas guardianes) que cuidan la casa. En el centro está simbólicamente el origen de la vida: el macho y la hembra, que está representado en el pilón. Abajo está el guardián de los guardianes que se simboliza a través de este ángel. Al lado de él están todos los otros guardianes espirituales llevando unos canastos con todos los elementos que nos dan a nosotros. Abajo en el pie tiene otros guardianes. Y todas esas rayas a distancia toman otra figura. Todo esto encierra a un ser que se llama en lengua de nosotros Jánayari o tigre, todo esto es el Padre Creador. Abajo yo puse en homenaje al linaje de mi madre Toira Buinaima. Alrededor está el símbolo de nosotros. Y atrás están las estrellas. Entonces esto a distancia cambia. Toma otra figura, la figura de un tigre. Concéntrate y te va a hacer ojitos. Todo empieza desde el centro.”    

Sobre los compiladores

Lina Mazenett es artista plástica y especialista en Estudios Amazónicos de la Universidad Nacional de Colombia sede Amazonia. Sus obras, desarrolladas en conjunto con el artista David Quiroga, abordan la interrelación entre los organismos y los recursos de nuestro entorno. Su distribución y re significación a través de la cultura. Tiene experiencia en la práctica artística en contextos específicos. Ha colaborado con organizaciones indígenas desde un acercamiento transdisciplinar. Sus intereses incluyen: la relación entre arte y ciencia, la ecología de saberes, cosmologías indígenas, justicia cognitiva, tecnologías y saberes locales. Actualmente, participa en Unfinished Live, una iniciativa de The Shed, New York City y es becaria del DAAD para el estudio de Master of Arts M.A Art in Context en la UDK Berlín.  Además de su práctica artística, participa como invitada en la mesa redonda en línea organizada por Julie’s Bicycle en asociación con el British Council y el Fondo Acción como parte del programa The Climate Connection.  Ha sido becaria del programa COINCIDENCIA de Pro Helvetia Suiza. En 2018 fue ganadora de la Beca de Artistas Emergentes del Ministerio de Cultura de Colombia y nominada al Programa de Becas y Comisiones CIFO Cisneros Fontanals Art Foundation 2016-2017. Sus trabajos y proyectos han sido presentados en espacios públicos y privados en Latinoamérica, África, Europa y Medio Oriente. https://www.mazenett-quiroga.com/

Camilo A. Vargas Pardo (Bogotá, 1982) es doctor en Estudios Romances Españoles por la Université Sorbonne de París y en Estudios Amazónicos por la Universidad Nacional de Colombia, sede Amazonia, en modalidad co-tutela internacional (2019). En su tesis doctoral aborda las relaciones interdiscursivas entre la tradición oral y la producción literaria de autores indígenas contemporáneos. Se ha desempeñado como docente en varias universidades en Colombia y Francia. Ha participado en diferentes proyectos relacionados con la formación de docentes en ejercicio en el área de lenguaje, así como en proyectos con comunidades indígenas relacionados con la revitalización de lenguas nativas. Ha publicado sus artículos en revistas de Canadá, Francia, Brasil y Colombia.


Soy una maldita salvaje. An Antane Kapesh

© José Mailhot

Introducción, selección y traducción del francés por Sophie M. Lavoie

Traducción del texto bilingüe (innu-francés): Kapesh, An Antane. Eukeuan nin matashi-manitu innushkueu/Je suis une maudite sauvagesse. Traducción y prefacio de Naomi Fontaine. (Montréal, Canadá: Mémoire d’Encrier, 2019). Primera publicación en 1976.

Si prefieres, lee el PDF AQUÍ

An Antane Kapesh (1926-2004) fue una escritora y activista innu de Québec, madre de 9 hijos y la primera mujer innu en publicar un libro. Vivió los primeros treinta años de su vida de manera tradicional en el bosque hasta la creación de la reserva de Maliotenam, cerca de Sept-Iles, Québec, en 1953. Fue durante más de diez años lideresa de la comunidad indígena de Matimekosh, cerca de Schefferville, Québec, quinientos kilómetros al norte de Maliotenam. Nunca estudió en las instituciones de los Blancos y aprendió a escribir la lengua innu en los años setenta. El primer libro que publicó en innu y en francés, Soy una maldita salvaje, salió en 1976 y denuncia el colonialismo en su territorio con un lenguaje profundamente oral. ¿Qué has hecho con mi país? se publicó también en las dos lenguas en 1979 y narra, a través de una fábula, el proceso de desposesión de los Innu. La autora participó en la dramatización de su texto unos años después.

Los textos de Kapesh, que sólo salieron en inglés casi cincuenta años después de su primera publicación, son fundamentales para entender los orígenes del trabajo descolonizador hecho por los Indígenas, y para paliar a las falsas creencias populares que los pueblos originarios nunca denunciaron explícitamente el maltrato que les fue impuesto por los sucesivos gobiernos canadienses. Además, Kapesh, como la primera voz escrita de la mujer innu, es inspiradora para las recientes generaciones de escritoras innu imprescindibles como Joséphine Bacon, Natasha Kanapé Fontaine y Naomi Fontaine.

Soy una maldita salvaje

Prólogo

En mi libro, no hay palabras de Blancos. Cuando decidí escribir para defenderme y defender la cultura de mis hijos, primero lo pensé mucho, porque sabía que escribir no formaba parte de mi cultura. No me gustaba la idea de ir a la ciudad a causa de este libro que estaba pensando firmar. Después de pensarlo bien y de haber tomado la decisión que yo, una mujer Indígena, iba a escribir, eso es lo que entendí: toda persona que sueña con llevar algo a cabo encontrará dificultades pero, a pesar de eso, nunca debe rendirse. Pese a todo, deberá perseguir su idea con tenacidad. No habrá nada para incitarla a rendirse, hasta que la persona se encuentre sola. Ya no tendrá amigos pero no es eso lo que deberá desalentarla. Ahora más que nunca, tendrá que lograr hacer lo que había pensado hacer.

Schefferville, Québec, septiembre de 1975

I. La llegada del Blanco a nuestro territorio

Cuando el Blanco quiso explotar y destruir nuestro territorio, no le pidió permiso a nadie, no les preguntó a los pueblos originarios si estaban de acuerdo. Cuando el Blanco quiso explotar y destruir nuestro territorio, a los pueblos originarios, no les hizo firmar ningún documento que decía que aceptaban que él explotara y destruyera todo el territorio para que él solo pudiera ganarse la vida para siempre en el territorio. Cuando el Blanco quiso que los pueblos originarios vivieran como los Blancos, no les pidió su opinión y no les hizo firmar nada que les hiciera aceptar renunciar a su cultura para el resto de sus días.

Cuando el Blanco tuvo la idea de explotar y destruir todo nuestro territorio, vino a vivir con nosotros humildemente. Después de llegar a nuestra tierra, nos tomó para enseñarnos su propia manera de vivir, nos dio todas las cosas de su cultura y nos abasteció todos los servicios de los Blancos: casas, escuela, dispensario. Si el Blanco nos enseñó su cultura y si nos dio muchas cosas diferentes -como la miseria de dinero que da una vez al mes a cada familia, las casas y los servicios diferentes que nos provee- es que quiso hacer que nosotros, los pueblos originarios, nos asentáramos en un lugar para no molestarlo mientras él explotaba y destruía nuestro territorio. Mientras tanto, el Blanco quiso destruir nuestra cultura originaria y nuestra lengua originaria simultáneamente. Después de llegar a nuestras tierras, cuando nos tomó para enseñarnos su estilo de vida, el Blanco también se llevó a nuestros hijos para darles la educación de los Blancos, sólo para estropearlos y sólo para hacer que ellos perdieran su cultura y su lengua originaria, como lo hizo con todos los pueblos originarios de América. (…)

El Blanco no habló de eso con el Indígena. Lo que no nos dijo es que quería destruir nuestra cultura a nuestras espaldas, quería destruir nuestra lengua y robarnos nuestro territorio a nuestras espaldas.

Al día de hoy, es él el que hace las leyes en nuestro territorio y, a nosotros los pueblos originarios, nos hace seguir sus reglamentos como lo hacen los demás Blancos. Al Blanco le agradecemos sus leyes y sus reglamentos pero no nos son útiles en ningún sentido, porque nosotros, los que somos pueblos originarios, no entendemos las leyes de los Blancos de todos modos. Que el Blanco se quede con sus leyes y sus reglamentos y que le sean útiles a él, porque es de su cultura que se trata. Eso es lo que creo. Si, en nuestra época, el Indígena hiciera la ley que los Blancos deberían seguir, quizás no entenderían nada y quizás no podrían ajustarse a ella. También, en el territorio originario, sólo el Indígena tenía derecho a hacer leyes y hacerlas respetar por los Blancos para que los recién llegados supieran todas las cosas; que se queden ellos tranquilos después de llegar a encontrarse con los pueblos originarios en sus territorios; que tengan cuidado de no hacerle daño a los pueblos originarios; que sepan bien manejar las armas para no tirar donde sea; que no jugueteen con los animales originarios para no desgastar la comida de los pueblos originarios que proviene de esos animales. Eso es la ley que el Indígena le hubiera pedido al Blanco que respetara cuando llegó al territorio originario.

Si el Blanco no entendió nada de estas leyes y reglamentos originarios y si no pudo conformarse con ellos, hubiera vuelto a su propio país, donde hay leyes y reglamentos de los Blancos. Si el Blanco no entendió la ley originaria y si no pudo respetarla, tampoco hubiera podido evitar ser acosado por los Indígenas. Nosotros, por ejemplo, estamos muy acosados por los Blancos porque quieren ser los dueños de nuestro territorio, cueste lo que cueste. Pero ya estamos hartos de ser gobernados por los Blancos desde hace años. Estamos hartos de ser, desde hace años, maltratados por ellos y estamos hartos de que nos falten al respeto desde hace años. 

Si el Blanco vino a nuestras tierras, es únicamente para encontrar forma de ganarse la vida. Después de haberla encontrado en el territorio originario, el Blanco tendría que haberlo dejado en paz, no hubiera tenido que intentar gobernar ni intentar enseñarles todo. Hubiera tenido que decirse: “Cuando llegué al territorio originario, los Indígenas se gobernaban ellos mismos y eran autosuficientes.” Es lo que el Blanco hubiera podido observar cuando los vio por primera vez. Si el Blanco hubiera conservado su propia cultura, nosotros también hubiéramos conservado la nuestra y no habría tantos conflictos hoy en día entre los Blancos y los Indígenas.

El Blanco siempre ha pensado: “soy el único inteligente aquí.” Ya sabemos que el Blanco va a la universidad y que tiene diplomas. El Indígena, que el sistema escolar blanco categoriza en la clase pre-cero, tiene también un diploma, pero el suyo nunca ha necesitado exhibirlo y nunca le ha sido útil. Cuando todavía vivía en el bosque interior, se daba cuenta de los saberes, los tenía en él y los usaba. Cuando el Blanco vino a verlo en su territorio, el Indígena guardó su diploma porque, viendo al Blanco por primera vez, pensó: “Probablemente es más inteligente que yo.” Es por eso que guardó su diploma. Después de la llegada del Blanco, empezó a observarlo a escondidas para ver cómo iba a portarse con él. Quería ver si el Blanco iba a hacerle daño y si iba a faltarle al respeto en sus propios territorios. Después de vigilarlo un tiempo, el Indígena sabe, hoy, que el Blanco piensa que no es inteligente.

El Blanco probablemente nunca supo que el indígena tenía un diploma; cuando fue a buscarlo en su territorio, el Indígena se lo escondió. Pero hoy, no le da vergüenza enseñarle al Blanco que él también tiene diploma de Indígena, y no le da vergüenza hacérselo valer. El indígena, por su lado, no tiene certificado que colgar en la pared certificando que es diplomado: es en su cabeza que se encuentra su diploma. (…)

Epílogo

Soy una maldita Salvaje. Estoy orgullosa cuando, todavía hoy, me dicen Salvaje. Cuando escucho al Blanco pronunciar esta palabra, entiendo que él me dice y me vuelve a decir que soy una Indígena de verdad y que yo fui la primera en vivir en el bosque. Es decir, todo lo que vive en el bosque corresponde a la mejor vida. ¡Qué el Blanco me trate de Salvaje para siempre!

Sobre la traductora

Sophie M. Lavoie es profesora del departamento de cultura y estudios mediáticos de la Universidad de Nuevo Brunswick en Fredericton, Canadá (territorio nunca rendido de los Wolastoqiyik, o malecitas). Enseña clases de lengua, literatura, cine y cultura. Ha publicado artículos académicos sobre literatura de mujeres centroamericanas y latinocanadienses, entre otros temas, en francés, inglés y en español en varias revistas. Fue cotraductora con Hugh Hazelton de El laberinto vertical de la poeta argentina Nela Rio hacia el inglés, del libro de poesía Nous sommes les reveurs de la poeta mi’kmaq Rita Joe hacia el francés y de Un parcours bispirituel, la traducción al francés de la autobiografía de Ma-Nee Chacaby, una indígena biespiritual cree y ojibwe que salió en 2019. Forma parte del consejo editorial de la revista Candela Review.


Lapü / Sueño. Rafael Mercado Epieyu

Tanülia Tiko´u Epinayuu / Rafael Mercado Epieyu © Arte Cartel Urbano

Rafael Segundo Mercado Epieyu es descendiente directo de la E´iruku Epinayuu –familia extensa por línea materna. Rafael es poeta y escritor de Manaure (La Guajira, Colombia). También es lingüista de la Universidad Nacional de Colombia, con un Magíster en Educación en Pedagogía de la Madre Tierra, Universidad de Antioquia. Tiene experiencia directa en procesos de formación con organizaciones y asociaciones indígenas y grupos de jóvenes pertenecientes a comunidades urbanas populares. Ha trabajado en múltiples proyectos comunitarios y cinematográficos como asesor y traductor de su lengua nativa, el wayuunaiki. En 2010, recibió el Premio nacional del Ministerio de Cultura y el Instituto Caro y Cuervo de investigación en lingüística (español, lenguas indígenas, afrodiaspóricas, gitanas o de señas de Colombia) con el proyecto “La blasonería y el arte rupestre Wayuu”. Hoy en día es docente de la Licenciatura Pedagogía de la Madre Tierra (Universidad de Antioquia), y del Programa Licenciatura en Etnoeducación e Interculturalidad (Universidad de La Guajira). Como poeta y narrador, ha publicado: Narraciones indígenas del desierto –AKÜJÜÜSHI SULU´U SUUMMAINPA´A WAYUU (Norma, 2018), Sentimientos tejidos desde la oscuridad del vientre de mi madre (Antillas, 2009), y “Tü wuinkat shia akujaka süchiki we’iise -Esta Agua es la que cuenta sobre nuestros Orígenes- This Water tells of our origins (Indigenous Message on Water 2014). Como investigador, ha publicado: La palabra en la cultura Wayuu (Fondo Editorial Wayuu Araurayu, 2014), Diccionario Bilingüe wayuunaiki – español – español – wayuunaiki (Editorial Educar, 2009), y los artículos: Educación Conquistada y Propia”, “Jóvenes indígenas y globalización en América Latina”, y “Ser wayuu y la escuela tradicional de occidente”. 

Salinas de Mayapo (Mma´yaapü: montón de tierra formadas por la brisa). Manaure © Rafael Mercado Epieyu

Si prefieres, lee el PDF AQUÍ

LAPÜ

Escuche aquí la voz del autor en Wayuunaiki

Tanülia Tiko´u Epinayuu. Yalashi taya Akuwalu´u, eere ichiijain tü palaakat sutuma suwawala jouttai. Tü pütchi yaainjatükat tashajüin akumalaasü sünainjee tü pütchi sümaiwajatü, nojotsü pütchin takumalain, eesü kojuyasü achikii eekalü tashajüin, ma´aka tü jaleekualüin tü wayaawatakalü au, jaralüin komotsoin waya. Shiaja´a tü lapükalü kama´anejeekat tü watüjaakalü au, tü sa´anasiasee tü jiyeekalü, tü jülakalü ta´in sünainjee sünüiki tü wayuu toushi Mejieriita, süchiki nülapüin chi watuushikai Ma´leiwa.

Wayakana wayuukana süikeyuu wuishii waya. Apünüsejese´e wamüin sa´inpia atpana. Apünüsejese´e wamüin sa´inpia ka´ula. Apünüsejese´e wamüin sa´inpia pa´a. Apünüsejese´e wamüin sa´inpia irama. O´ojushii joo waya süka´aya süpüla anainjanain waya sünain wakuwaipa.   

Sünainjee tü walapüinkat Wayaawata a´ulu alatajatetkat wamüin watta ka´i, müinka wayuule waya kaka´liainjanain süpa´a mma´kat, motso´opünainjatüle ne´e wama´a. Shia tü lapü aluwataakalü sau wakuwaipa wayakana wayuukana, wanaa sümaa sirumatajüin aikat, eere shiliwa´ala joo eere kashi. 

Jolototooshi shiinalu´u toula´ yüütataashi taya ma´aka yüütatain alekerü. Yaajechipata ne´e taya sa´akapüna tü atulushikat pütchi, katsa´ antawalin wanee jejerawaa sünain tache´e wanaa sümaa tatunküin, müsü shiekai sa´in aküjeein süchiki tü jülüjakat ta´in. 

¿Kasa jülükata ta´in? Shia sümaa shiain lapü kakumalain wakuwaipa. Jamüsa´a sa´anasiase tü jieyuukat yalejeejatü sünainjee lapü. Kamalainsüjese´e tamüin tü jieyuu wopuje´ewatkalüirua kasutatajataasü sükasulain uuchikat eere sukulemerain, eere jajatatairua tamüin shejejaaya tü ipa´kalüirua chinatakat, achüttutnawaikat sutuma wuin samaatüsü süchi´jeejat. Kachonweesü ma´in tü nale´elakat ma´aka perakanawa, jemetüsü ma´in tü süsanalaayakat na´in ma´aka joktai uuchejeekuat. Kamalainsüjese´e tamüin tü jieyuu anoijewatkalüirua, seeju natoutta mataasüka sa´in seeju süsii mokochira jee aipia, anacheinsü tü noukta ma´aka maloukatataain süsii ata´, samaatataasü seemiouse nawayuushe´in ma´aka ichi´iulia, maintataasü tü na´anasiesekat süka sükorolo soi jee shi´ira mo´uwa. Kamalainsü tamüin tü jieyuu cheje´ewaitkalüirua palaalejee, nousajaaya jee müsüja nanüiki palaatasü jemetüsü tamüin ma´aka tü kataakalü o´u tamüin, wattama´in saalin sukumaalaya na´anasiase ma´aka sukutulaaya nawayuushe´in, alika wa´i weinshi antawaishi tatchon Jepirachi sünain namülerain naya. Kamalainsü tamüin tü jieyuu wuimpeje´ewatnuukat, sa´anasiese jierü walunkaa nanaika eere palatatain wuin püloi, eere shi´iyalain nouppuna sünain kachepa pali´ise, akumalaasü wanee tatalataa tamüin püloina, teirakawee amüina monsomüinra´ane´e, ma´aka teirakain sümüin sho´owou ipa´ kama´anakat wachiki. Tü sa´anasiase tü jieyuukat akulaasü sünainjee eere jemeyuluin shiairua. Tü lapükat antüsü wanaa süma maintüin kasa supushua, wanaa süma e´erain jimatui. Yalejee shiinalu´ujee woula, jiettachonsü wasanalaaya wa´in waya atunkushiikana, wattasü türüttüin sulu´upuna wattashaana saalin wopu eepünaale süwataain jouktain sawaijatkat, shi´ipünawalin wane´ewai sukuwa pütchi chejeejatü nama´anejee naa ayolujaakana. ¡Wush! ¡wush! ¡wush! ¡wush! ¡wush! Majataasü shi´irainru´u süchiki sülü´üjalakat, sülatirüin süka pütchi samatüsü, pütchi jouktaleulajatü, suwalakajüin süka´ shi´irain sulu´upuna suikalüirua.

Süka tü jiettachonkat wasanalaaya wa´in waya atunkushiikana, sünain sulu´uin wa´in tü pütchi süma´leiwajatkat, süpüla waküjain joo mapeena sü´ütpa´a maachon siko´u, wanaa sümaa chiittajüin sünüiki jaisükat. ¡Chish! ¡chish! ¡chish! ¡chish! ¡chish! Müsü shiimata´ira sünain süchijirüin waya. Eere joo tü siko´uokat, nojolüiwa´a jayuuin, waapajüin pütchi süchiki lapü, laülaasü watuma wa´in sünainje waapajüin. Latu´u rülapü sünülia eere joo Lapü, yalalu´usaja yalapüna sulu´u süpa´a jutatui, nojotsü jaralüin erajüin eere, sümaa süttawalinja sünain antiraa pütchi wamüin wayakana wayuukana. 

Naa laülayuukana akaijawaishii süpülapünaa tü atünka. Kaitataasü yüi natuma. Joo sümüsain joo yüikat ounüsü sümaa pütchi nanüiki joo naa akaijüshiikana. Kalapünsü kasa supushuwa´a, jamüsaja yaawasan saajüin naküjala naa wayuu laülayuukana, chi Ma´leiwakai, nutkeje´erüin sünülia tü wuchiikalüirua. Antanuwaya müsüirua joolu´u. Antüshi ului, wainpirai, mo´uwa, nojotsü jaralüin ouneein. Atunkeesü wa´in mayaa müsüirua. Niyaka anülia ounüin kaarain. Chi nojoikai atünküin souka´i jee sawai. Ounajachi pia nümüin Ma´leiwasa, nümaka sümüin Lapü. Choujaashi pia nümüin mojusuma´in na´in sutuma nülapüinsa, nünta tamüin nüküjaiwa jamalu´ulüin, nümaka Kaarai nümüin Lapü. Anasü nümaka, manümüin na´atapaiwa taya, nutunkajaya nümaka Lapü. Antüshi Lapü nünaimüin Ma´leiwa, atunküshi nüpüla, nu´unaka Lapü. Jalashi joo nian nümataalaka nümüin Kaaraikai, yaajachiyüi atunkushi pia nuulia, nümaka nümüin, püsaaja sejee nia tamüin kateechi o´u joo taya nüpüla nümaka. 

Tawa´irüin, mi amigo. Territorio Tawaira, Alta Guajira.

Lapü

Escuche aquí la voz del autor en Español

Mi nombre es Tiko´u Epinayuu. Me encuentro en Akuwalu´u, es decir, donde las aguas del mar se convierten en sal por el correr del viento. Las palabras que escribo emergen de palabras antiguas. No son palabras creadas por mí. El origen de lo que sabemos parte del mundo de Lapü. Mis pensamientos germinan a partir de las palabras de mi abuela Mejieriita y de la historia de los sueños de nuestro abuelo Ma’leiwa.

Somos nietos de los vegetales. Se nos entregó un vegetal para amansar al corazón del conejo. Se nos entregó un vegetal para amansar y criar a las cabras. Se nos entregó un vegetal para amansar y criar a las vacas. Se nos entregó un vegetal para amansar y cazar al venado. Nosotros nos bañamos con hierbas para que nos vaya bien en nuestras vidas. 

A partir de Lapü sabemos qué seremos en los días lejanos. Si vamos a durar mucho tiempo en la tierra o si solo estaremos por un momento en ella. Es Lapü la que ordena nuestras vidas, durante la noche nublada, estrellada o de luna llena. En el fondo de mi chinchorro me consumo en silencio como Alekerü. Seguiré aquí entonces dentro de este tejido de preguntas, aunque a veces las voces que escucha mis oídos, mientras duermo, traten de ayudar a tejer respuestas. 

¿En qué pienso con mi corazón? En que Lapü es la que ha creado nuestra esencia. Las bellezas de las mujeres brotan desde el espíritu de Lapü. Me gustan las mujeres de Wopumüin, región de los caminos innumerables. Las bellezas de sus sonrisas se reflejan en la blancura de la nevada. En sus carcajadas puedo escuchar el murmullo de las piedras lisas regadas por las aguas frías de Süchimma’, río Ranchería. Sus vientres son fértiles como la culebra Perakanawa. Sus alientos son sabrosos como el respiro de Uuchiirua, las montañas. 

Me gustan las mujeres Anoii, región de las sabanas. Sus cuerpos huelen a los aromas floridos de Mokochira, guamacho, y de trupillo. Sus pestañas son como el color amarillo de las florecillas de Ata´, el pui. Las sombras de sus mantas tan frescas como si fueran de Ichi´ulia, dividales. El silencio de sus bellezas está adornado de plumas y cantos de Mo´uwa, paloma silvestre. 

Me gustan las mujeres de Palaamüin, región de mar. Sus besos y sus palabras saladas dan gusto a las mías y a mi vida. Tan innumerables los gestos como el ondear de su manta. Todas las tardes viene el abuelo Jepirachi a acariciarlas con ternuras oceánicas. Me gustan las mujeres de Wuimpümüin, región de las aguas. Sus bellezas de mujer Walunka están cargadas de arroyuelos misteriosos. Cuando asoman sus rostros pintadas del color de Pali´ise, piedra rojiza, inspiran en mis sentimientos una emoción cargada de Püloi, lo sagrado. Solo puedo contemplarlas sin tanta comprensión, así como cuando observo a Sho´owou, la piedra que cuenta nuestros orígenes. Así las bellezas de las mujeres se manifiestan en el lugar de sus nacimientos. Es como Lapü que llega cuando todo está en quietud, cuando solo se siente en la presencia del silencio. Desde el fondo de nuestros chinchorros, el suave suspiro de todos nosotros que dormimos, mientras va corriendo los innumerables caminos por donde caminan presurosas las brisas nocturnales y va dejando palabras que vienen de los espíritus ancestrales. Wush, wush, wush, wush, wush. Así va cantando las historias que ha traído. Transmite el mensaje en palabras frías, en palabras de verano. Las va regando con sus cantos en los chinchorros. 

Vamos guardando en nuestros corazones esas palabras ancestrales para contarlas luego en presencia de la abuela fogón. Mientras chispea sus calientes palabras, Chish, chish, chish, chish, chish, dicen sus besos que nos despiertan. Ahí donde se encuentra el fogón, antes del amanecer, escuchamos palabras que narran sobre Lapü. Ahí nuestros corazones se vuelven sabios. Latu´u rülapü así se llama la región luminosa donde se encuentra Lapü. Por ahí tiene que estar en el espacio infinito. Nadie sabe dónde queda con exactitud. Lo que sí sabemos es que viene a traernos palabras de consejo. 

Los ancianos sabios antes de dormir se fuman un tabaco. Hacen expandir el humo. El humo se eleva con las palabras de los que están fumando. Todos los seres sueñan, así relatan las palabras de los ancianos sabios. Ma´leiwa había mandado a reunir a todas las aves. Ellas acudieron. Llegaron el turpial, la palguarata, la paloma silvestre. Tenemos sueños, decían. Fue el alcaraván el primero que se atrevió a ir. El que no duerme de día ni de noche. Male´iwa te ha mandado a llamar, le dijo a Lapü. Él necesita de ti porque lo están atormentando mucho sus sueños. Que llegue donde mí para que me diga qué significado tienen, así dijo Ma’leiwa, según el alcaraván. Está bien, dígale que me espere, que no se vaya a dormir, dijo Lapü. Llegó en sueños donde Ma´leiwa pero este estaba durmiendo. Al verlo dormido Lapü se regresó. Donde está al que fuiste a buscar, le dijo al alcaraván. Él estuvo aquí, pero estabas durmiendo, le dijo. Ve a buscarlo de nuevo. Ahora estaré despierto; así dicen los ancianos sabios que Ma´leiwa dialogó con Lapü.

GLOSARIO

Alekerü: es hija de Isashii (la naturaleza en su estado de pureza) será la encargada de enseñar a las mujeres wayuu el arte del tejido, Alekerü es la abuela araña. 

Anoii: planicie verdosa. 

Ata´: es un árbol que posee unas flores amarillas, es parecido al árbol de cañahuate. 

Ichi´ulia: Ichii así se llama en wayuunaiki el árbol de dividivi, Ichi´ulia se refiere a innumerables dividivis.  

Jepirachi: el abuelo que posee el conocimiento del mundo marino y de la pesca. Viento suave que proviene del nororiente. 

Latu´u rülapü: así se llama la región luminosa del espacio infinito del universo.   

Ma´leiwa: para nosotros los wayuu existen cuatro generación de la creación: 1ª nace a partir de la gran madre de todas las madres, la gran abuela de todas las abuelas Sawai-Piushi (Oscuridad-Noche); las constelaciones, sol, luna, mar y tierra; 2ª nace de la Mma´(Tierra) el mundo vegetal; la 3ª también nace de Mma´, el mundo animal. Ma´leiwa es hijo de la tierra con Juya´ (lluvia), nace entre la 2ª y 3ª generación de vida; será el abuelo que se va encargar con la ayuda de Mma´ y de Juya´ de organizar el nacimiento de la 4ª generación de vida, nosotros los wayuu. 

Mejieriita: posiblemente sea un nombre compuesto: Mejieetai (que no creció mucho) + iita (recipiente fabricado a partir del fruto del totumo); entonces significaría “totumita”. 

Mokochira: suspiro de primavera. Es un árbol. 

Mo´uwa: la que no tiene pestaña, así se llama la paloma silvestre. 

Palaamüin: hacia donde está la mar. 

Pali´ise: es una pintura facial de origen vegetal que se llama pali´ise en wayuunaiki.  

Perakanawa: así se llama la culebra que simboliza la fertilidad, su hábitat es el río Ranchería, posiblemente es el nombre milenario de la Titanoboa Cerrejonensis.   

Püloi: espíritu femenino protector de los seres marinos y los seres de la tierra. Espíritu sagrado. 

Sho´owou: así se llama la piedra donde se encuentran grabadas los símbolos de las e´iruku (clanes). 

Süchimma´: donde las espumas del agua salada se encuentran con el agua dulce, es el nombre milenario de la ciudad de Riohacha, capital del departamento de La Guajira.  

Tiko´u Epinayuu: Tiko´u significa leñita prendida. Epinayuu es una e´iruku (clan) y significa los que tienen un espíritu para limpiar los caminos. E´iruku significa familia extensa por línea materna.  

Uuchiirua: las montañas.

Walunka: así se llama la mujer que tenia dientes en la vagina. 

Wopumüin: los caminos innumerables que se encuentran hacia al sur, dirección que conduce hacia los dominios de abuelo Epeyüi (Jaguar). 

Wuimpümüin: wuin significa agua, pümüin hacia la superficie; agua + hacia la superficie = hacia la superficie de las aguas, es lo que conoce como Alta guajira.

Comunidad Müsichi (Müsichi: así se llama casa de las termitas) © Rafael Mercado Epieyu

Más sobre Rafael Mercado Epieyu

“Pütchi, la palabra de los wayuu”. UNIMEDIOS. http://untelevision.unal.edu.co/detalle/cat/rastros/article/putchi-la-palabra-de-los-wayuu.html 

“Tío Sapo y la concepción del buen vivir para los wayuu de hoy” https://www.youtube.com/watch?v=5_ZiD_COdhA


Poetas del desierto. Muestra de escritores wayuu contemporáneos

Kamaach / El Pilón de Azúcar. Territorio Wayuu © Juan G. Sánchez M.


Introducción, selección y comentarios por Vicenta Siosi Pino

Textos de Rafael Mercado Epieyu, Cristian Dumar Prieto, Qwenty López Epiayu  y Olimpia Palmar Lipuana.

La etnia wayuu habita una península desértica al norte de Colombia en la frontera con Venezuela. Son cerca de un millón de personas, la mayoría habla wayuunaiki y español. Las mujeres son hermosas y es común ver matrimonios entre los arijunas (hombre blanco) y las indígenas. Los varones son aguerridos, durante el siglo XVI los conquistadores europeos no pudieron someterlos y debieron entrar en negociaciones comerciales con ellos. De los españoles adoptaron el caballo y las ovejas; la cría de ganado caprino es hoy la principal actividad económica del wayuu. Los caballos fueron reemplazados por motocicletas, pues lo que facilite su vida lo adoptan enseguida. Su amplísima tradición oral contiene su cosmovisión; en su mitología está guardado el saber antiguo que responde a las inquietudes de sus almas.

A finales de siglo XIX el Estado colombiano estableció internados para que los indígenas estudiaran básica primaria; en estos centros educativos regentados por sacerdotes católicos intentaron que olvidaran la lengua materna, los vestidos típicos y sus nombres nativos. 

En los primeros libros de literatura donde se mencionan a los wayuu, estos eran los guías que conocían los recovecos del desierto, los sirvientes fieles o los incivilizados belicosos que impedían el progreso.

La Constitución Nacional de 1991, declara a Colombia un país pluriétnico y multicultural, con este reconocimiento, empieza una promoción de los idiomas nativos. Los wayuu pierden la timidez y aquellos que habían cursado estudios de bachillerato o superiores y dominaban el español, escriben historias de sufrimiento, derrotas, discriminación, develando el corazón wayuu; estas historias rememoraban aquellos cantos tradicionales llamados jayeechi que narraban guerras, raptos, alucinaciones y amores prohibidos. 

El firme deseo es visibilizar esta gran nación, a través de una historia nueva y real.Usando palabras persuasivas que llevan al razonamiento, los conciliadores wayuu o pütchipüü evitan las guerras interclaniles. En  esta tierra un compromiso hecho de palabra es inviolable, incluso, una ley antigua prohíbe dar malos consejos y si alguien es afectado por una recomendación desacertada, se debe indemnizar al perjudicado. Por respeto a la palabra, los wayuu son de poco hablar.

~~~

Oriundo de Manaure, el lingüista, Magister en Educación, profesor de la Universidad de Antioquia e investigador, Rafael Mercado Epieyu, en un poema animiza la palabra:

¿JALEEKUAT TÜ PÜTCHIKAT?

Tü pütchikat chejeejatü eere eein

Suujulain tü lapükat 

Antüsü sümaa süsamala sütüna sawaikat

Süpüla shi´inanajüin tü jülüjakat sa´in tü kataakalü o´u

Sulu´u wanee müleushaata süi

Sukumala süpachera sajapü maachan,

Shia yala´ eere tatunküin. 

Yalasü yala´ eere tayawatüin sau

Sümaa eein süpüla kasuutalüin tü pütchikat

Ma´aka tü mannuuyakat eekalü

Sümaa süpüchiralaain sau uuchikat.

Tü pütchikat shia tü shiraira tü jemiai 

Shonnotokot sawai 

Ekerotokot sümaa süsamala sütalu´u mma´kay

Süpüla sümatüinjatüin sa´in süle´eru sulu´u eyüüin shia.

Tü pütchikat eesü shiwe´erain sulu´u wuishiin

Sulu´u süsiin, süsiichein, süsii

Yala´müsia´ ei´yalaain sa´anasiase sukumeraaya tü weikat mma. 

Tü pütchikat shia tü shi´irain talakat wuchiirua

Shia türa sükalirakat mma yonnototookat eekai türa watchuashiikat

Shia türa shipishana sütürala juya´ awalakajakat

Antakalü sulu´u jouttalin shia sünain wache´e.

Tü pütchikat shia supushua sümünakat tü palaakat

Antakalü sulu´u sütoloin sümaa kasuutain shia.

Tü pütchikat shia anaajaka tü watüjaakalü au jee müsüja tü wayuwaakat.

Tü pütchikat pia piakat taya tayakai.

Tü pütchikat wattasaalin süno´u, pushupushu süno´ukalia ma´in.

Majataasü sünüiki maachan tamüin

Wanaa sümaa tasaküin shia: ¿Jalejeekuat tü pütchikat?

¿DE DÓNDE VIENE LA PALABRA?

La palabra viene de las regiones 

escondida de sueños

llega entre las alas frías de la noche

para tejer pensamientos de vida

en el inmenso chinchorro

creados por los dedos habilidosos de mi abuela, 

es ahí donde duermo. 

Es ahí donde he comprendido

que la palabra puede ser blanca 

como las neblinas que posan

y se extienden en la cima de las montañas. 

Las palabras son esas gotas de rocío 

que caen durante la noche 

y penetran la tierra con su cuerpo frío

para refrescar su dorada 

y calurosa entraña de madre. 

La palabra entonces germina en vegetal

se transforma en florecitas, flores, rosas

y así aparece la bella sonrisa de la Madre Tierra. 

La palabra son los coros alegres de las aves

son arenas que danzan con el viento del desierto

son el ruido de los truenos que estallan 

y llega a nuestros oídos en forma de brisa. 

La palabra son todas las olas del mar 

que llegan en espumas blancas.

La palabra es donde se guarda nuestra sabiduría y nuestra esencia. 

La palabra eres tú y soy yo. 

La palabra tiene muchos colores, pero ella es negra. 

Así me habló alguna vez mi abuelita

cuando le pregunté: ¿De dónde viene la palabra? 

Al morir el alma del wayuu se dirige a jepira un lugar en medio del mar donde se encuentran los familiares fallecidos, este lugar mitológico, lo recrea Rafael Mercado Epieyu, para que nadie tenga miedo de cruzar su frontera.

SALAJATSHIMÜIN SÜMÜNAKAT PALAA

Chayaa sajalatshimüin sümünkat palaakat eesü wanee mma

Eere sa´in wayuu waraimajataain so´opüna wanee anoii wuishiisü

Yonnototoosü sutuma shi´irain nükashainra taatchon molokoono

Talatüsüirua sümaa jaajatatain shiainrua sutuma nime´erain tatuushi utta. 

Yalayaa tü sa´inkalu wayuu amürajirasükalüirua 

Eeshii süpüla nayonnajüin sünain washe´inwaa jee sümaa chuttaain naya 

Nu´upala chii washi´ müloushikai Juya´. 

Cha´aya sajalatshimüin sümünakat palaa eesü kasiin tü kanasü

Tü shi´inalakat maachan walekerü nü´ütpa´a chi ka´i chimitakai. 

AL FINAL DE LAS OLAS DEL MAR

Al final de las olas del mar existe un lugar

donde las almas se pasean en una verdosa llanura

danzan al ritmo erótico del tambor del abuelo Molokoono-tortuga

gozan y se ríen con las palabras graciosas del abuelo pájaro Utta.

Ahí, las almas amantes 

pueden danzar desnudas y húmedas 

en presencia del gran padre Juya genio de los lluvias. 

Ahí, al final de las olas del mar están los floridos colores

que teje la abuela walekerü –araña, en presencia del sol dorado.

~~~

Cabo de la vela © Juan G. Sánchez M.

Para llegar a la comunidad de Wotksaainruu, se debe atravesar el desierto de La Guajira, durante todo un día; allí nació Cristian Dumar Prieto Fernández del clan Ipuana. Una vez cursado sus estudios técnicos, con la fuerza de su juventud decidió viajar por el país, anhelaba ver lugares nuevos, pero cuando estuvo frente a ellos, solo le vino el recuerdo de su territorio ancestral y los poemas que guardaba su alma.

NULAPUIN WANE WAYUU IIPUANA

Taya wane mushale’e 

Chii eirajakai Julu tü lapü wenshiijatkat; 

Kanalashi tü pütchi anaskalu

Tü kamanewa joukaijatka. 

Katunashi pia jupula awata wattamain juka

Nuchoin pia wane mushale kapulainshi.

SUEÑOS DE UN IIPUANA

Soy un caricare que

Canta en su sueño eterno

Cobijando tu ser con palabras fluidas,

Ternura infinita,

Amanecerá tu día,

Volarás alto, 

Porque eres hijo,

De un caricare gladiador

© Juan G. Sánchez M.

Cristian Dumar conoce los rigores de los largos veranos, él sufrió la sed que reseca la garganta y acelera el corazón, la ansiedad de la búsqueda del líquido en los pozos artesianos, padeció el dolor de no tener esperanza.

CHII WANESHIAKAI WÜIN, JOSOSHI

Oyolojashi jutüma jirakaya kaika,

joso’ joso’ musü tü ataka,

achechejasu tü potchikalu jau

Namuchi na tepichikana alejatsu malüïn.

Matsü jumoutekai tü nayolujuka

Eisalashi Juma josoin main tü neimataka junian atunka.

Mojusü main jain tü neika

Ayalajusü jutü piyüshï joukai

Nojoluinapa eirajuin na wuchikana wanajüma juwasalain tü piyushika.

Tü alawakat jia tü namuliainka.

Outa’a musia tü samatchika awasajasüne’e

Amatsajusü nain jütüma muyasü.

Ono’oweyashi noutkü

¿Alamüinya erajan?

Chaa wane mma ajalajusü nain wane jintüin.

Anika taya ananaja muin nau  najapu na ojonoshikana juchirua juwuira mma, aisü main namuliala

Juka jamuin mawuinralirü tü wainkat.

Onosu Juma tü müliatchikat malüinpa Jain anoishika tú mmpaka

¿Jama jolü?

Jamuinjatü waküaipa, majirashï waya wapüshuaya

Kasache wawaletka aka tü ata’a osojoikaluirua eh

Juma yalain ne wotüin mma tü katakalü o’ü

Jososhi chi luopü watkasainrukai.

MI ÚNICO ARROYO SE SECÓ

Ahora que la mirada del sol la deteriora sin compasión,

La piel se marchita poco a poco 

El barro se endurece

Las vasijas de los niños regresan vacías

Con rostros desalentados y 

Labios resecos se van a dormir.

La triste madre, llora en el vientre de la noche.

Los pájaros ya no cantan al amanecer

La felonía es su desdicha y el aura se evapora

Asfixia la inminente sed,

Otros intentan alzar el vuelo 

Pero ¿para dónde?

En algún lugar agoniza la esperanza de un niño.

¿Y yo? Veo las manos que perforan el pecho de la tierra 

intentando detener sus pocas lágrimas en pozos de ilusiones,

Ni siquiera nuestra alma puede llorar…

Se esfuma en silencio, junto al ocaso del desierto incontenible. 

¿Y ahora qué? 

La pregunta que todos nos hacemos….

¿Quién limpiará la piel marchita?

Mientras poros de la vida se llenaron de polvo

Mi arroyo Wotkasaainruu se secó.

~~~

© Juan G. Sánchez M.

En el resguardo indígena Zahino, al sur de La Guajira, está la ranchería de Qwenty López Epiayu, ella estudió Comercio Internacional, pero la escritura se volvió su manera de liberarse y de soñar con un poco de justicia. Ha participado en recitales, publicado en revistas y trabaja con mujeres wayuu, concientizándolas de sus derechos. 

Qwenty dibuja con palabras lo que hay en su corazón, quiere un mejor destino para su pueblo y llama a dejar la tibieza, pero, si no se atreven, ella levanta la voz por sus hermanos.

SEGUNDO ESCRITO

Se curten tus huellas trazando caminos intransitables 

El arte de tejer pensamientos circulares logrando desenredarse de la indiferencia.

¿Acaso existe la diferencia entre ser y sentir la causa de lo incomprensible para un mundo distinto? 

La historia ha marcado su destino y los ciclos empiezan a desentrañarse.

Vecina a la casa de Qwenty está la mina de carbón a cielo abierto más grande de Latinoamérica. El ruido de la bárbara explotación minera que no descansa, le robó el sueño a los wayuu, son empresas extranjeras quienes destruyen el vientre de la tierra y con ello la herencia de las nuevas generaciones, esta mujer wayuu lo dice mejor en su poema: 

CUARTO ESCRITO

Sobre los desechos de tu piel he posado mis cartílagos.

Sobre la esperanza agotada en una espera, he levantado las mías

Sobre tu llanto he limpiado la salinidad de tus ojos y los he sentido míos

Tan míos que he transpirado tu soledad y has echado raíces con una fuerza descomunal, para hacer escuchar tu voluntad.

Verdad oculta por el resonar de motores que no te dejaron soñar y todo se volvió una noche eterna

Entre ciclos de descomposición y desmembranza

Tierra codiciada por extraños y valorada por nativos, que no se aferran al olvido de sus memorias y al tesoro de sus próximas generaciones.

Ay mi Guajira, cuántos los lamentos sobre tu suelo

Y los silencios enterrados bajo la mirada de Kai –sol, que no revela cifras para tu desvelo.

~~~

Ranchería © Juan G. Sánchez M.

Olimpia Palmar Iipuana creció en Paraguaipoa, un caserío en la frontera entre Colombia y Venezuela, es Comunicadora Social, especialista en Derechos Humanos, miembro de la Red de Comunicación Putchimaajana, que ha capacitado gratuitamente a cientos de jóvenes indígenas en uso de los medios de comunicación alternativos. Ella es narradora, su dulce voz rememora las inquietudes que asaltan a los niños en las rancherías, mientras revela los secretos descubiertos por los wayuu en la naturaleza.

LAS MENSAJERAS DE JUYA

Es de tarde, en La Guajira sopla una brisa fresca y húmeda por el sereno. En el techo de nuestra enramada de yotojoro se guindan ollas, pieles, mochilas grandes y pequeñas, mecates enrollados y lo que más se destaca es una tela larga que está encima de donde dormimos; mi abuela la puso para protegernos de los tuqueques, ciempiés y roedores que se acercan atraídos por el tipo de madera. Justo cuando la brisa concentra un olor a lluvia, Anunchan, mi padre, se levanta silenciosamente de su silla forrada de cuero de chivo y se estira hacia el techo, con sus manos alcanza un manojo de telas y bolsas que cubren una totuma, que desde hace muchos años estaba allí colgada. Yo lo miro desde mi chinchorro y al ver el envase en sus manos, corro para satisfacer mi curiosidad.

Mi curiosidad, que aumenta día tras día, es el resultado de mis tardes de chinchorro. No recuerdo cuál fue la primera vez que vi esas telas colgadas en el techo; cuando me acostaba en las noches tenía la ilusión de que cuando tuviera un poco más de tamaño revisaría cada una de las bolsas y ollas que allí se guardaban. A escondidas inventaba historias sobre los secretos que mi madre escondía en cada objeto del techo. 

Mi madre Saara corrió al patio, al encuentro de mi padre, y tiró sobre el suelo una sábana grande que también bajó del techo. Me pegué a mi padre para saber, de primera mano, qué escondían en la totuma, era como la revelación de un secreto. Vi que fueron cayendo muchas semillas sobre la tela, mi padre se dobló con dificultad, pues mide casi dos metros, que yo aspiro a medir cuando tenga mi mayoría de edad. Una vez en el suelo seleccionó las semillas de su preferencia: <Tiene que llover pronto, ya la estrella Iiwa está en su lugar>. Le dijo a su fiel compañera Saara.

Ella le contestó, pero no alcancé a escuchar; el desfile de las mariposas atrajo totalmente mi atención y lo estaba disfrutando mucho, unas volaban bajito, casi pegadas al suelo, otras por encima de las tunas y del corral de los chivos que tenemos cerca de la cocina, eran innumerables y coloridas. Me dispuse a correr entre ellas cuando vi a papá Anuchan molesto, recogiendo sus semillas: <Ya no va a llover, ni tampoco habrá siembra, Eleena ven a guardar esto>. Me ordenó. 

Corrí tan rápido como pude y cogí la totuma donde estaban las semillas. Por fin, uno de los tesoros del techo estaba a mi alcance, lo encomendaron en mis manos. Él sabe que no lo voy a subir, con mis seis años no llego al medio metro de alto, por eso después de probar a qué saben las semillas, las metí en una de las mochilas que cuelgan de la pared de nuestro único cuarto. 

Tal como lo había dicho mi padre, extrañamente, las nubes empezaron a dispersarse, la brisa dejó de ser fresca y el olor a lluvia se desvaneció, ahora sólo olemos la mazamorra con leche que mamá prepara en su ardiente fogón. 

Aunque me gusta mucho la mazamorra, ese día me la tomé sin ganas porque no comprendía qué había hecho papá para que la lluvia se fuera; ese era el gran día en que yo iba a conocer la lluvia. Aquí, en La Guajira, el último aguacero que cayó fue en la madrugada de mi nacimiento. A veces pasan hasta diez años sin llover, por eso aún no conocía ese fenómeno natural. Iba a descubrir para qué sirve ese conuco que está antes de llegar al hoyo seco llamando jagüey, hasta ahora, solo sabía que todo eso funciona con la lluvia. 

El pronóstico de mi padre me dejó inquieta, pero mi inocencia de niña impedía preguntarle, por eso callé y preferí imaginarme la lluvia como un señor generoso que tenía una manada de burros y pasaba de casa en casa llenando las múcuras y los jagüeyes de cada familia. Mis pensamientos eran más profundos porque hasta trataba de conseguirle unos ayudantes a este señor generoso llamado Juya.

A los días, las nubes se volvieron a formar, el cielo oscureció; me emocioné porque ahora sí podría conocer al señor Juya. De repente, comenzaron a caer del cielo pequeñas gotas de agua, se hicieron muchas en poco tiempo; me dio tanta tristeza que me puse a llorar porque ahora esas gotas dañarían el camino y el señor lluvia no podría llegar con su manada de burros a nuestra casa y entonces no sabría para qué sirven el conuco y el jagüey. 

Di muchas vueltas en mi chinchorro, buscando las palabras y la forma cómo se lo diría a papá, pero en eso,  entraron en escena las libélulas wot’chonot , al verlas  mi padre sonrió, se notaba su felicidad, me abrazó y como si supiera que necesitaba una explicación dijo: <Las wot´chonot son enviadas por Juya, ellas revolotean sobre la tierra para saber si nosotros los wayuu, los animales y las plantas estamos sedientos y le cuentan que ya ni nos visitamos porque estamos ocupados buscando agua y así, Juya hace derramar el agua desde el cielo para que se llenen nuestros jagüeyes>.

Comprendí que esas gotas que caen son Juya. Me sequé las lágrimas y dejé de pensar en la manada de burros que traería el agua y empecé a mecerme en mi chinchorro para disfrutar de mi primera lluvia.

Pasaron los días y volvió Juya a sorprendernos, esta vez trajo mucha agua, hubo truenos y relámpagos, parecía como si alguien estuviera partiendo unas leñas grandes allá arriba, la lluvia duró toda la mañana. En mi casa todo fue un protocolo: mamá Saara me quitó mi manta roja y dijo: <A Juya no le gusta que la gente se vista de ese color>. También escondió los cuchillos y machetes: <Va a creer que lo estamos desafiando>. Argumentó, mientras los envolvía en unas telas y los metía debajo de la mesa.

En la tarde, cuando el sol salió esplendoroso, los tres fuimos al conuco a sembrar las semillas; me encaramé en un árbol grande y vi desde allí que el hoyo que antes estaba seco se había llenado de agua; le conté a mamá sobre mi nuevo hallazgo, ella sonrió y me dio una gran noticia: <Ya no tendremos que ir lejos a buscar agua en los burros, la tendremos allí mismo, cerca, ahí nos bañaremos y la llevaremos a la casa>.

Papá interrumpió nuestra conversación para contarme que yo había nacido con el ombligo enredado al cuello y eso significaba que mis manos darían buenos frutos a lo que yo plantara: <Mucha gente vendrá a pedirte que los acompañes a sembrar, te buscarán desde temprano y te traerán por las tardes, no es un trabajo, es compartir tu don con los demás>. Me decía, mientras iba echándole arena a las semillas que yo colocaba en los huecos que él había hecho en la tierra. Como sentí que había confianza, le pregunté por aquella tarde cuando se enojó e hizo irse la lluvia, papá Anuchan sonrió y con tono complaciente me contó: <Las mariposas también son mensajeras de Juya, pero son malas emisarias, son mentirosas, revolotean sobre el orín de los burros y dicen que los wayuu no necesitamos agua, entonces Juya no viene, se va para otra parte, por eso cuando las vemos llegar no nos alegramos, en cambio, las libélulas wot´chonot son buenas mensajeras, siempre dicen la verdad y al verlas nos alegramos>. 

Poco a poco aprendí que en nuestra ranchería no solo hablan las personas, sino que los pájaros pueden comunicar mensajes, que la brisa puede avisar de una visita y que un cordón enrollado en el cuello al nacer te ocupará cada periodo de siembra, pero, sobre todo, aprendí que Juya, es el agua que cae del cielo y hace germinar la tierra, dándonos abundancia de alimentos, ayudándonos a vivir mejor.

Ese año hubo buena temporada de siembra por eso conocí el conuco de los Jusayu, Epieyu, Jayariyu, Apshana, de los pobres y de los ricos; allá fui a dar con mi mano milagrosa que hacía florecer todas las semillas que enterraba. 

En los siguientes meses, manadas de burros llegaban a mi casa proveniente de diferentes rancherías, sobre sus lomos traían sacos de melones, patilla, fríjoles, auyama y hasta chivos, mamá los recibió por mí y se fue a Maicao a venderlos.

Mientras la esperábamos con el burro para ayudarla a volver a casa, papá me dejó esta reflexión que guía desde aquel día mi vida: <De las mariposas sólo debes copiar su forma elegante de volar, de las libélulas wot’chonot la sinceridad, siempre di la verdad para que ocasiones grandes alegrías>. 

Mi madre volvió con una carga de alimentos e hilos con los que me haría mi primer chinchorro, desde ese entonces asumí que para mis padres soy la wot’chonot que les causa las más placenteras alegrías.

~~~

Una generación de wayuu jóvenes observa como su pueblo y territorio milenario es saqueado, mancillado ignorado, entonces, en represalia, han tomado la palabra, y se han alzado con poemas y relatos que hablan de su filosofía, resiliencia y su valía, y los han escrito sobre el papel para que permanezca por los siglos de los siglos.

Más sobre Vicenta Siosi Pino

Vicenta Siosi, wayuu del clan Apshana. Comunicadora Social, ganadora del Premio Nacional de Literatura Infantil del Atlántico, en Colombia y una mención de honor en el concurso internacional Enka de Literatura Juvenil; ha sido traducida al francés, inglés y danés.

Trailer del libro Cerezas en Verano

Entrevista en Letralia: https://letralia.com/212/entrevistas01.htm  


Planicie de olvido: Miguel Ángel Oxlaj Cúmez


Xti Saquirisan Na Pe / Planicie de olvido © Miguel Ángel Oxlaj Cúmez. Cholsamaj, 2020



Miguel Angel Oxlaj Cúmez es Maya kaqchikel, de Chi Xot (Comalapa, Guatemala). Es licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de San Carlos de Guatemala, tiene una especialización en Revitalización Lingüística por la Universidad Mondragon del País Vasco. Es profesor de la Universidad Maya Kaqchikel, sede Chi Xot, dirigente sindical, activista social y activista digital de idiomas indígenas. Es parte del equipo organizador del Festival Latinoamericano de Lenguas Indígenas en Internet, es representante de los pueblos mayas, garífuna y xinka (UMAX) ante la Comisión de Reforma Universitaria -CRU- del proceso de Reforma Universitaria de la Universidad de San Carlos de Guatemala y representante de la Lucha contra el Racismo, Xenofobia y otras formas de discriminación, de la Internacional de Servicios Públicos -ISP- para México, Centro América y República Dominicana. Es parte del Colectivo Kaqchikela’ taq tz’ib’anela’ y del Colectivo Ajtz’ib’. En 2009 ganó el Premio Nacional de Literaturas Indígenas B’atz. Ha publicado La misión del Sarima’ (narrativa), Mitad mujer (narrativa) y Planicie de olvido (poesía). Sus poemas aparecen en revistas digitales y también en antologías tanto en kaqchikel como castellano. Ha escrito alrededor de cien lecturas para los libros de texto del Ministerio de Educación de Guatemala y han sido traducidas a los idiomas mayas q’eqchi’, mam, k’iche’, tzutujil, q’anjobal, achi, ixil, entre otros. Escribe poesía y narrativa, tanto en castellano, como en kaqchikel, su idioma originario.


II


Rïn chuqa’ xinaläx kik’in ri kaminaqi’

xinaläx chuxe’ ri ruk’isib’äl q’aqajob’q’aq’ ri ruk’wa’n wi ri kamïk

ri q’aq’ nib’ojloj toq nkamisan ja wi ri’ ri uxlak’u’x

ri nima oyowal yeruxe’qeq’ej wi konojel ri rurayb’el ri qak’u’x

ri q’aq’ nkamisan ruk’ojon wi ri taq qachi’

xa xe wi ri kib’is ri xe uk’we’x 

nuretz wi jub’a’ ri maq’ajan

rik’in ri ruk’isib’äl taq kich’ab’äl

rik’in ri ruk’isib’äl taq kitzij

rik’in ri ruk’isib’äl kitzij ri xkijosja’ kan

rik’in ri ruk’isib’el taq kib’ixab’änïk

rik’in ri ruchoq’omalil ri kisamaj kichapon


Rïn yenwak’axaj wi

ja ri’ wi ri lema’ ri yinkiwartisaj

[ronojel taq tokaq’a’]

ja ri’ wi ri achik’ ri yennataj toq nsaqär pe

ja ri’ wi ri itzel taq achik’ ri yik’asb’an

[rik’in xib’iri’il]

kik’in ri tzijonem ri’ xinwetamaj ri sik’inïk wuj

rik’in ri ronojel re’ xinwetamaj xinsik’ij ruwäch ri k’aslemal

rik’in ronojel re’ xinmestaj ri kikotem


Ja k’a ri’

toq ri e k’äs pa kik’u’x

majun wi yeq’ajan ta

juk’a’n wi yetzu’n apo

yetze’en wi rik’in janila b’isonem

nikijalwachij wi ki’

nkikusaj wi ri k’oj ri kikusan konojel

yeb’ixan wi chi re ri amaq’ ri ya’on chi kiwäch

chuqa’ yexuke’ wi chwäch ri ajaw ri man itzel ta tz’eton


Ja ri kojqan 

xa xe wi ri yek’ase’ 


Ja ri toq xinch’akulaj ri kamisarem

ri kamisanel q’aq’ chuqa’ ri ajch’ayi’, rije’ ri’ xe’ok wetz’anel

ri kamïk xok nuchajinel


Wakami

jun peraj chi re ri nuwinaqil

k’a tal tajin nisk’in

ri jun chïk tanaj

nrajo’ ta nuyupij jun runaq’ ruwäch chi re rik’aslemal

pa runik’ajal re jun li’an re’ rulewal ri mestaxinïk



II


Pertenezco a la generación de los muertos

nací bajo la última tormenta de disparos

los fusiles eran la paz

la guerra aplastaba nuestros anhelos 

las balas cosían nuestras bocas 

y el silencio solo era roto por los lamentos

de los desaparecidos

por sus últimas voces

sus últimas palabras

sus cuchicheos de despedida

sus últimas recomendaciones

las razones de su lucha


Yo los escuchaba

eran los cuentos que me adormecían 

[cada noche]

eran los sueños que recordaba al amanecer

las pesadillas que me despertaban 

[gritando]

las historias con las que aprendí a leer

a interpretar la vida

a olvidarme de la alegría


Entonces

quienes se pensaban vivos 

guardaban silencio 

desviaban la mirada 

sonreían con tristeza 

se disfrazaban de normales

se ponían la máscara de moda

le cantaban a la patria impuesta

y le rezaban al dios autorizado


El único plan

era sobrevivir


Así me naturalizó la carnicería 

jugaba a las bombas y los soldados

la muerte se volvió mi principal niñera 


Hoy 

una parte de mí

sigue gritando

la otra

intenta guiñarle un ojo a la vida

en esta planicie de olvido


Pachäj, Comalapa, Chimaltenango (Iximulew/Guatemala) © Miguel Ángel Oxlaj Cúmez


VI


Man ajtz’ib chuqa man aj pach’un tzij ta

rik’in k’a jub’a’xa tzalq’omanel

ruma re samaj re’

man choj ta chi yanojin chuqa yatz’ukun

k’o ch’aqa b’ey nakamuluj ri xk’ulwachitaj yan

ja k’a ri yatzalq’omin jari’ ri b’ama jantape’ 


Naq’asaj pa jun chïk ch’ab’äl

ri ruju’il ruka’ ri ati’t toq njok’on

ri ruju’il ri rasaron ri mama’ toq nuchoy ri ruwach’ulew

ri mank’isel taq samaj pa akuchi’ tikil ri kape

ri janipe’ ralal ri juq’o’ wok’al juna’ ri e ejqan chi tapäl

ri ruq’axomal ri jantape’ yatiko’n po majun achike k’oltiko’n nak’ul


Man ajtz’ib chuqa man aj pach’un tzij ta

rik’in k’a jub’a’xa tzalq’omanel

naq’asaj pa jun chïk ch’ab’äl

ri kiq’axomal ri nimaläj taq che’ ri xechoyoyex

ri ruq’axomal ri raqän ya’ etzelan

ri ruk’ayewal ri ajxik’ ri majun rochöch ta

ri xtutzolij ri qate’ ruwach’ulew ruma ri ruq’axomal qamolon


Man ajtz’ib chuqa man aj pach’un tzij ta

rik’in k’a jub’a’xa tzalq’omanel


VI


Ni escritor ni poeta

Traductor quizá

Porque este ejercicio

no consiste solo en idear o crear

a veces es recrear

pero más es traducir


Traducir a otro idioma

el compás de la piedra de moler de la abuela

el ritmo del azadón del abuelo

las faenas prolongadas en el cafetal

el peso de cinco siglos cargados con mecapal

el dolor de tanto sembrar y nada cosechar


Ni escritor ni poeta

traductor quizá

trasladar a otro idioma

el gemido silencioso del árbol caído

el lamento fúnebre del río contaminado

las peripecias del ave sin nido

la inminente reacción defensiva de nuestra madre herida


Ni escritor ni poeta

Traductor quizá


La milpa, la vida  © Miguel Ángel Oxlaj Cúmez


Ri wati’t ri nimalaxel


Ri q’ijul man xtikïr ta chi rij

xpapo’ chupam jun rub’olqo’t ri ruxoq’op

xsach ruk’u’x chuwäch ri ruwachib’äl ri rupo’t

xsach chupam ri rub’eyal ri jalajöj taqruyuchuj rutz’umal


Ri wati’t ri nimalaxel

Ri ruponib’äl

Xetal ruchapom rupub’axinïk ri pom

ruchapon runojsaxik ri kajulew

rik’in rujub’ulil 

juq’o’ taq oq’ej

juq’o’ ruwäch b’ixanïk ri man e tz’eqet ta

rik’in k’a jun sutz’aj rayb’äl ri e oyob’en


Ri cera ri jalajöj kib’onilal

kichapon ruk’atïk ri kib’isonem chuwäch ri Tyox

nikisaqirisaj ri rokib’äl ri kamïk

nikisaqirisaj rupaläj ri meb’el ri xe tal k’o 

ri man nib’e ta

kichapon rutijik ri tz’ilan rurayb’äl 

re jun amaq’ re’

[ri man choj ta nk’oje’]

Ri kaji’ jäl (saqijäl, q’anajäl, raxwach chuqa’ ri kaqajäl)

xetal e k’o chuwäch ri Tyox

tajin nkichajij ri ruq’ijul ri wa’ijal

richin manäq xketoqa ta chïk

richin manäq xkemestäx

richin xkexime’paki natab’äl ri winaqi’

ri xeti’ojir rik’in kisamaj ri qawinäq


Ruxara ri k’äy

ruk’u’x ri q’ijul

ruk’ulb’a’t ri q’axomal rik’in ri k’ayewal

akuchi’ [xa jub’a’ ma] xe tal nasäch awi’

(richin akosik, richin ab’ey, richin ab’is…)

ri xara ri’ xetal yakon chuxe ruch’atal ri Tyox

ruchapon ruch’amirsaxïk ri b’isonïk

yerukuxka’ ri 

[jalajöj]

taq animajinäq

[ri majun kitzolib’äl ta]

Ja ri rij rupo’t

Loq’oläj sik’iwuj

akuchi’ xutz’ib’aj ri runa’ojil

akuchi’ xupab’a’wi ri ruch’ob’oj

akuchi’ xuyäk kan ri rumanq’ajanil

akuchi’ xerupach’uj ri rutzij

K’a xetal rewan ri ruk’u’x ri aq’ab’äl

tunun k’a paruwi’ ri ruch’atal ri Tyox

royob’en toq rija’ xtiyakatäj chik pe

richin ruq’ejelonik ri nimaq’a’


[bisbissbisssbis, bisbissbisssbis

bisbissbisssbis, bisbissbisssbis]


Rub’ixanik pa bisis

xetal nq’ajan kik’in ri q’eqal taq jäb’

nroq’ej toq ye’ik’o ri al

nxik’an k’a kik’in

nib’e, nanimäj

ruma man tikirel ta nib’an ri tiko’n

chi rij ruq’ab’aj

ma x ata chi rij ruxikin


Ri wati’t, ri nimalaxel

Ja ri’ toq xluke’ qa ri rij

ja ri’ toq xsach rutzub’al

ja ri’ toq chajir ruwi’aj

ja ri’toq xetzaq el ri reyaj

Ronojel ri’ man ja ta rurijixik xub’ij

man ja ta ri raq’ab’äl xutzijoj kan

Xa jari’ wi rusipanik xuya’chi re ri k’aslem

Jari’ ri ruwinaqil xutzolij 

chwäch ri jalajöj kiwäch taq kamïkri xepe chi rij ri ruwinäq


Rusemetil ri ruq’ab’aj

ri pa’k xel pe chi rij ri ruxtuxil

ri chikopiwinäq ruch’ami’y

ri ruchajil rupo’t

man ja’ ta ri ruch’ojixinik ri meb’alil akuchi’ xya’ox wi

man ja’ ta chuqa’ ri retal ri ruq’axomal

Jari’ ri rija’tz ri xutik kan

ri rayb’äl xretaj ri chuwäch apo


Ri wati’t ri nimalaxel

Ri q’ijul man xtikïr ta chi rij

xpapo’ chupam jun b’olqo’t richin ri ruxoq’op

xsach ruk’u’x chuwäch ri ruwachib’äl ri rupo’t

xsach chupam ri rub’eyal ri jalajöj taq ruyuchuj rutz’umal


Mi abuela la nimalaxel [1]


El tiempo no pudo con ella

se detuvo en algún instante de su xoq’op [2]

se desorientó ante el código de su güipil

se extravió entre el laberinto de las arrugas de su piel


Mi abuela, la nimalaxel…

Su incensario

continúa la erupción de copal

saturando el universo 

con el aroma

de un millón de lamentos

de mil cantos amorfos

de una nube de esperanzas


Las velas de colores

siguen quemando su silencio ante el Tyox  [3]

alumbrando la llegada de la muerte

iluminando la persistencia de la miseria

consumiendo la ilusión

[proscrita]

de un pueblo

[rebelde]

Las cuatro mazorcas (blanca, amarilla, negra y roja)

permanecen, intactas, ante el Tyox

custodiando los tiempos del hambre

para que no se repitan

para que no se olviden

para que permanezcan atados 

en las memorias de los hombres

que engordaron con el sudor de nuestra gente


El jarro del k’äy [4] 

néctar del tiempo

frontera entre el dolor y la desdicha

punto [casi] obligatorio de desconexión

(richinakosik, richinab’ey, richinab’is…)

sigue en resguardo bajo la mesa del Tiox

añejando las tristezas

acicalando las

[consecutivas] 

huidas

[sin retorno]

Su sobre huipil, el rijpo’t

libro sagrado

donde escribió su memoria

donde esculpió su pensamiento

donde plasmó su silencio

donde le dio forma a sus versos

Continúa encriptando el código del atardecer

Y doblado sobre la mesa del Tyox

espera que ella se levante

para la ceremonia del amanecer


[bisbissbisssbis, bisbissbisssbis

bisbissbisssbis, bisbissbisssbis]


Su canto en versión bisis  [5]

todavía ameniza los aguaceros

llora el paso de los azacuanes

vuela con ellos

se va, huye

porque no puede plantar la semilla 

en el dorso de sus manos

ni detrás de su oreja


Mi abuela, la nimalaxel…

Su espalda jorobada

su mirada perdida

su cabellera gris

su dentadura deformada

No fue el símbolo de su vejez

ni el augurio de su ocaso

Fue su ofrenda a la vida

su respuesta 

[humana] 

a la hecatombe de la depredación


Los callos de sus manos

sus calcañares rajados

su bastón apolillado

su güipil descolorido

No fue el reclamo de su empobrecimiento

ni el testimonio de su dolor

Fue su semilla plantada

la proyección matemática de cada sueño albergado


Mi abuela, la nimalaxel…

el tiempo no pudo con ella

se detuvo en algún instante de su xoq’op

se desorientó ante el código de su güipil

se extravió entre el laberinto de las arrugas de su piel


[1] Nimalaxel, literalmente significa “hermana o hermano mayor”; sin embargo se usa también para nombrar a las “ayudantes” de las Texel. La Texel es la versión femenina de la Cofradía del pueblo. Se trata, pues, de un cargo de liderazgo y servicio comunitario.
[2] Trenza del cabello con un listón.
[3] Tyox es la kaqchikelización de “Dios” y se designa así al altar “pluriespiritual” donde se veneran a las imágenes cristianas y a los elementos de la espiritualidad maya.
[4] K’äy: aguardiente. Richinakosik, richinab’ey, richinab’is: literalmente “para tu cansancio, para tu camino, para tu tristeza…” Son los "pretextos" que se suelen decir para tomarse un buen trago. 
[5] Sonido onomatopéyico con el que se canta, equivalente al “tarareo” en la usanza occidental.

Volcanes de Agua, Acatenango y Fuego (Iximulew / Guatemala) © Miguel Ángel Oxlaj Cúmez


B’ix qaya’


Ri achi xuk’ol xuk’ol ri’

k’a xb’os na pe ri k’aqatläj ak’wa’l

ri nipuxlin rutzub’al

Xutukukej k’a ruxe’el ri ruch’ab’äq ri ruk’u’an pa ruk’u’x

xub’än utzil ri rupub’, xirukanoj, xiril, k’a ri’ xiruk’äq k’a pe wakami

kik’in re juläy etzelaneltaq tzij re’

Ri nuchi’ ruk’ojonwi ri’

choj ja’e wi yitikir ninb’ij a po chi re

Xaxe’ wi nink’utula’ qa chuwe

achike choq’oma

achike choq’oma chuwe rïn

Xinya’ k’a chinuwäch chi nintaluj

rik’in k’a jub’a’ k’o ri ntikïr nutzolij tzij chi re


I


-Majun niq’a’xta chuwe rub’anob’al ri kaxlan ajaw- xub’ij toq xqachop qa ri ruwaxulan

¿Achike rub’anik nub’än chi re toq ye’apon chwäch ri kik’aqatil ri ajawarem chuqa ri k’utunïk ri meb’a’?

¿Achike choq’oma junam rejqalem nuya’ chi ke wi retaman chi man e junam ta?

¿Achike k’o paruk’u’x toq xetal yeruto’ ri ajawarem ri yatkitij, ja k’a ri chi re ri meb’a’ xa choj utziläj taq rayb’äl yeruya’ pe chi ke?

¿Wi retaman chi janila’ tz’ilanem xtik’oje’ ruma man oj junan ta xub’än chi qe, achike choq’oma man qonojel ta säq, man qonojelta q’äq, man qonojel ta qawinäq o man qonojel ta aj b’i la akuchi’la xub’än ta chi qe?

¿Nrak’axaj ta k’a ri qachaq’ qanimal toq yek’utun chi re jub’a’ paqach’ab’äl jub’a’ pa kaxlan?

¿Achike choq’oma janila’ xyoke’ toq xpe wawe’ pa qaruwach’ulew?

¿Wi nub’ij chi rija’ ajowab’äl, achike ruma xa xe’ k’ayewal, xa xe’ meb’alil chuqa’xa xe’kamïk xuk’ämpe chi qe?

¿Achike…?

Pan anin xinpab’a’ ri rutzijonem

man ninrayij yitzijon chi rij ri na’oj re’

kana’ ta ri natzijoj ri kamik’ayewal chupam ri kamik’ayewal

ruma chuqa’janila’  wi ninrayij ninwak’axaj ri kurij k’un

ri rub’ixanik runojsanwi ri k’ichelaj


II


-Nib’ix chi ri Israelí xek’ayewatäj juq’o’ juna’

röj ojk’ayewatajnäq juq’o’ wok’al juna’

chupam k’a ri q’ijul re’ xetal sanin chi qe ri nib’ix chi kij ri Israeli’

pa ronojel ruwäch ri qak’aslemal

richin manäq niqanik’oj ri qameb’alil qa roj

richin juk’a’n yojtzu’un chuwäch ri qak’ayewal k’o chiqawäch


¿Akuchi’ ek’owi ri kaqchikela’ taq Moisesa’ 

ri xkejote’ el paruwi’ ri Junajpu’ richin nb’ekiponij ri Ajaw?

¿Akuchi’ ek’o wi?

Nik’atzin chi yetob’os qik’in

richin nkik’ut ri saqb’e chi qawäch

richin nkitzalq’omij runa’oj ri q’aq’ chi qe

richin yojkelesaj chupam re k’ayewal

richin yojkik’w’aj chi kojik’o chupam ri kik’ palow

richin yojkik’waj chi nb’eqa chapa’ 

ri qak’aslemal

riqach’ob’onik

ri qana’ojil

ri qach’akulal

ri qulew

ri jantape’ qichin wi


Etaman jeb’ël

chi eb’osnäq chïk chuwäch re jun ruwach’ulew re’

kikolon chïk kik’aslem chuwäch royowal ri k’ak’a’ ajpop

po wakami xa tajin yejiq’

yejiq’ chupam re jun raqän ya’ ri etzelanel

¡Kan kekol tib’ana’ utzil!


Ri kurij k’un xutanab’a’ rub’ix

xub’än jun ti maq’ajan

ri raxq’ab’

numalama’ rij ri ch’eqel ruwach’ulew

Jun na’oj xik’o pa nuwi’

xintojtob’ej:

– Nib’ix chi ri maq’ajanil k’o pa ruk’u’x ri raxq’ab’

Jeb’ël akuchi’ ri sutz’ niqa paruwi’ ri ruwach’ulew


III


– ¡Tawoyob’ej na! – xcha’ pa oyowal

Ri maq’ajan man chi ri’ ta k’o

man xa xe’ ta chi ri’ –xub’ij– 

ri maq’ajan k’o chupam ri ruk’u’x

ri xti xtän ri xetzeläx

ri xtala’ ri xetzeläx

ri ixöq chuqa’ achi ri majon ronojel chi ke richin xetok meb’a’

ri ajtiko’n ri xmaj ri rulew

ri ixöq ajtiko’n ri xq’ol 

ri raqän ya’ ri xtz’ilöx

ri k’echelaj ri xtililäx

ri ruwach’ulew ri xpororäx

ri kurij k’un ri majun chïk  ta rusok wakami


Xa jub’a’ ma wi yojapon qa chuchi’ ri raqän ya’

ruqul ri jun qupib’äl che’

man nuya’ ta q’ij chi nak’axäxkib’is ri loq’oläj taq che’

xanupimirisaj ri kaq’ïq’

yeruxib’ij ri tz’ikina’ 


– ¿Napon pan awi’ re ninb’ij chawe? – xuk’utuj paroyowal

– Ja ri rat wik’in rïn oj achi’el junmay – xcha’

kan oj achi’el ruk’u’x rijuyu’

ja ri rat wik’in rïn oj juqun k’äy

kan achi’el ruk’u’x ri q’ijul

ja ri rat wik’in rïn oj chajinela’

niqachajij jalajöj kiwäch taq k’aslemal

rat wik’in rïn xa oj moch’öch’il

ojaj q’equ’n

oj ruk’a’tz chi re ruq’ajarik ri saqil 

rat wik’in rïn oj achi’el ri q’aq’

ojb’anön richin yojaq’oman

rat wik’in rïn oj achi’el riq’ijul

xojb’an richin man nipeta ri mestaxinïk

rat wik’in rïn roj ri aj

xojb’an richin man nqaya’ ta qi’

rat wik’in rïn roj ri ruch’ujilal ri ramaj

xojb’an richin man niqat’zapij ta qachi’

¿niq’ax pan awi’?

Ri q’axomal chuqa’ ri k’utunïk

ri b’isonïk rik’in ri kikotemal

ri rayb’äl rik’in ri q’axomal k’u’x

kichin juq’o’ ruq’ijul k’aslem

ye’anin chikipam ri k’uxuchuq’a’ ri qach’akul

juq’o’ mama’aj

juq’o’ ati’t

yech’i’an chupam ruk’u’x ri qach’akul

ke re’ k’a yesik’in:

tawelesaj chupam ri ak’aslem

ronojel ri xuk’ämpe chiqe ri majon ulew

ruma’ rutz’apen ri qana’oj

ruma’ niqatz’ila’ qi’ koma ri kityoxi’

ruma’ nimayon ri qak’u’xaj chirij ri pwaq

ruma’ oj q’olotajnäq koma ri manqitzij taq tzijol

kaxutun chuwäch re jun ruwäch k’aslemal re’

tamestaj ronojel ri ruq’oloj rusanin pan ajolom

tawetamaj ri qach’ab’al

kan takusaj k’a

tawetamaj ri qana’oj ri qab’anob’al

kan tak’aslemaj k’a

katzolin chupam ruxe’el ri qak’aslem

qawinaqir junchin b’ey…


– Tatz’eta’ rat – xinxoch’ij apo – 

¡ri Pixcayá nimarnäq!

– Man Pixcayá ta rub’i’ ¿man awetaman ta? – xub’ij pe

B’ix qaya’ keri’ rub’i’ paqach’ab’äl

“rub’ixanem ri qaya’

rub’ixanem ri qaya’

jeb’ël b’i’aj richi jun raqän ya’

 mank’o ta ruk’exel rub’ixanem

jun utziläj aq’om richin ri q’axomal …


K’a jari’ toq tikirel xqajäl ri qatzinonem


B’ixqa ya’


El hombre se retrotrajo 

hasta que afloró el niño rebelde

de mirada chispeante

Removió el fondo de su pantano

cargó, apuntó y me bombardeó

con estos dardos envenenados

Mi boca estaba cosida

apenas lograba responderle monosílabos

Solo me preguntaba

por qué

por qué a mí

Decidí compartirlo

quizá alguien pueda contestarle


I


– No entiendo el papel de Dios – comenzó cuando empezamos a descender la pendiente

¿Cómo le hace para procesar en su despacho los caprichos de los amos y los clamores de los esclavos?

¿Cómo puede darles la misma proporción de importancia, sin inmutarse?

¿Cómo puede respaldar las agresiones del empobrecedor y sustentar con promesas al empobrecido?

¿Por qué, digo yo, si sabía que iba a haber tanta desigualdad al hacernos diferentes, por qué no nos hizo a todos blancos, a todos negros, a todos indígenas o a todos alienígenas?

¿Entenderá a nuestros hermanos kaqchikeles cuando le rezan en kaqchiñol?

¿Por qué se tardó tantos siglos en venir a nuestras tierras?

¿Por qué, si dice ser amor, solo nos trajo muerte, miseria y dolor?

¿Por qué…?

Lo interrumpí de tajo

no deseaba hablar de ello

era como hablar de la guerra

en el tiempo de la guerra

además deseaba disfrutar el canto del kurij k’un *

sus trinos llenaban el bosque


* kurij k’un: Paloma cantora local.

II


– Dicen que Israel estuvo cautivo 400 años

pues nosotros llevamos 500

y tal es el tiempo en que nos han impuesto lo de Israel

en cada espacio de nuestra cotidiana esclavitud

y así le restamos importancia a nuestra condición

y así nos enajenamos de nuestra propia situación


¿Dónde están las Moisesas y Moiseses kaqchikeles 

que subirán al Junajpú a quemar pom al Ajaw? *

¿Dónde están?

Es imperativo que aparezcan

para guiarnos por el saqb’e **

para interpretar los designios del fuego

para sacarnos del horror cotidiano

para hacernos atravesar este mar de sangre

y llevarnos a la conquista

de nuestras vidas

de nuestras mentes

de nuestros saberes

de nuestros cuerpos

de esta tierra

que siempre fue nuestra


Sin duda

han surgido en esta tierra de confusión

han sobrevivido a la espada del moderno faraón

pero se están ahogando

ahogando en el río de la represión

¡qué alguien los salve del río!


El kurij k’un había dejado de cantar

un pequeño silencio se hizo 

la neblina matinal

acariciaba la tierra mojada

Una idea cruzó mi mente

probé:

– Dicen que el silencio está en el corazón de la neblina

justo donde la nube se posa sobre la tierra…


* Junajpú: nombre kaqchikel del Volcán de Agua; Pom: incienso. 
** Saqb’e: Caminos blancos, caminos del bien.

III


– ¡Momento! – increpó molesto

El silencio no está allí

no solamente allí – enfatizó –

el silencio está en el corazón 

de la niña que ha sido violada

del niño que ha sido abusado

de la mujer y del hombre que han sido empobrecidos

del campesino que ha sido despojado

de la campesina que ha sido engañada

del río que ha sido contaminado

del bosque que ha sido acribillado

de la tierra que ha sido saqueada

del kurij k’un que ha quedado sin nido


Nos acercábamos al río

el alarido de una motosierra 

silenciaba la tristeza de los árboles

enrarecía el viento

inquietaba a los pájaros


– ¿Entendés de lo que hablo? – preguntó casi decepcionado

– Vos y yo somos un puro – continuó

la pura esencia del monte

vos y yo somos un trago de guaro

la pura esencia del tiempo

vos y yo somos guardianes

guardianes de formas distintas de vida

vos y yo somos las sombras

la oscuridad

tan necesarios para el significado de la luz

vos y yo somos el fuego

fuimos hechos para sanar

vos y yo somos el tiempo

fuimos hechos para no olvidar

vos y yo somos las varas

fuimos hechos para luchar

vos y yo somos la locura del tiempo

fuimos hechos para no callar

¿me estás siguiendo?

El dolor y el clamor

las tristezas y las alegrías 

los sueños y las frustraciones

de cuatrocientas generaciones 

cabalgan en nuestros átomos

cuatrocientas abuelas

cuatrocientos abuelos

claman desde nuestro pecho

y gritan:

descolonízate

desreligiotízate

destarjetízate

desinfórmate

rebélate a este sistema ególatra

desaprende tanta banalidad

reaprende nuestra lengua y úsala

reaprende nuestro pensamiento y vívelo

vuelve a tus raíces

humanízate…


– Mirá vos lo interrumpí – 

¡el Pixcayá está crecido!


– No se llama Pixcayá, ¿lo sabías? – dijo

su nombre kaqchikel es “B’ix qaya’”

“el canto de nuestra agua”

“el canto del agua nuestra”

Bello nombre para un río

un canto hermoso

un bálsamo para las heridas profundas…


Hasta entonces pudimos cambiar de tema


Miguel Ángel Oxlaj Cúmez


Qach’ab’äl


I


¿Jampe’ xqachäp ruk’oqpixik pa taq qak’u’x?

¿Jampe’ xqachäp ruk’ojoxik ruchi’ richin manäq chïk nich’o’n ta pe chiqe?

¿Jampe’ xqatz’apij qaxikin richin manäq niqak’axaj ta rutzij?

¿Jampe’ xqamestaj rutzuquxik?

¿Achi’el toq xqamestaj chi ri qati’t qamama’ xekäm ruma rukolik?

¿Achi’el toq xqamestaj chi toq ri juläy xkisok, xkipaxij

ri qate’ qatata’, ri qati’t qamama’

xkimöl ruchi’

xkaq’omaj

xkik’achojirisaj

chuqa’  xkiya’ kan kik’aslemal pa ruk’u’x?


¿Kan chanin xqamestaj chi ri nab’ey t’uj ri xuya’ riqak’u’x xk’oxoman paqach’ab’äl?

¿Kan chanin xqamestaj chi ri qach’ab’äl ja ri’ ri xojk’asb’an?

¿Kan chanin xqamestaj chi xqatz’umaj chi paq’ij chi chaq’a’?


Ri qach’ab’äl janila’ yawa’

ruchapon kamïk

nikäm pa qak’u’x

ruchapon kamïk 

chuchi’ taq qaq’aq’

pa ruk’u’x taq qochoch


Nuestra lengua


I


¿Desde cuándo comenzamos a arrancarla de nuestro corazón?

¿Cuándo fue que le cosimos la boca para que dejara de hablarnos?

¿Desde cuándo comenzamos a taparnos los oídos para dejarla de escuchar?

¿Cuándo olvidamos darle de comer?

¿Cómo fue que olvidamos que abuelas y abuelos murieron por ella?

¿Cómo olvidamos que cuando fue lastimada

nuestras madres y padres, nuestras abuelas y abuelos

la cuidaron 

la curaron 

y plasmaron su vida en sus palabras?


¿Tan luego olvidamos que el primer latido de nuestro corazón sonó en maya kaqchikel?

¿Tan rápido olvidamos que fue nuestra lengua la que nos dio la vida?

¿Tan luego olvidamos que la mamamos durante días y noches enteras?


Nuestra lengua está enferma

muy enferma

agonizando está en nuestros corazones

agoniza frente al fogón 

en el corazón de nuestras casas

Sunset at B’oko’ © Miguel Ángel Oxlaj Cúmez



Más sobre Miguel Ángel Oxlaj Cúmez:


El activismo digital

Otras artistas mayas en Siwar Mayu

Xti Saquirisan Na Pe / Planicie de olvido © Miguel Ángel Oxlaj Cúmez

Siwar Mayu ~ Mayo 2021


Luis Chalí: Cómic Maya


Jolom: laberinto, el balón para el juego de pelota © Luis Chalí

Introducción y selección © Rita Palacios 


Luis Chalí (1989) reside en Chi Xot (San Juan Comalapa, Chimaltenango) y es autor del cómic maya Beleje Ajmaq. A través del cómic, Chalí construye un discurso desde el esplendor de la cultura maya, revalorando la historia y abriendo espacios para poder soñar y participar en un proyecto dinámico en el que se hace y se escribe historia.


El cómic maya Beleje Ajmaq (9 pecados, 9 perdones) es una creación de Luis Chalí de Chi Xot, Iximulew. En él, Chalí construye todo un universo  regido por seres poderosos que habitan y transitan por los tres estratos de la existencia: Xibalbá (el inframundo), Balbá (la tierra) y Kajbalbá (el cielo). Los personajes, lugares, eventos e idiomas de Beleje Ajmaq fluctúan entre la ficción y la historia para crear una multiplicidad de mundos y realidades desde un imaginario maya. Esta es la propuesta de Chalí: abandonar ideas erróneas, racistas o románticas sobre el mundo maya y en su lugar presentar una visión propia, de siglo XXI inspirada en el manga japonés y reconstruyendo momentos vitales para el pueblo maya. 



Chalí ha creado nueve sagas correspondientes a nueve períodos históricos claves. En el año 2012, como respuesta al supuesto fin del mundo según lo predecían los mayanistas new age, el autor saca a luz la saga número cinco, la primera de las nueve sagas ya impresa, Los señores de la guerra. Chalí toma como punto de partida la saga número cinco de manera deliberada, siguiendo la tradición de los cómics en que la trama puede retomarse en un prequel o sequel. En estos momentos 13 de los 42 capítulos de Los señores de la guerra han sido publicados. Los señores de la guerra observa el conflicto entre los Ajawarem (reinos), Motul (Tikal) y Calakmul. La saga inicia con la creación del ser humano a partir del maíz por manos de las abuelas y abuelos para luego introducir en los capítulos siguientes personajes, conflictos, así como armas y estrategias de guerra y un idioma único, el kaqchikomon.  


Pequeño panteón © Luis Chalí    
            Traje de uso diario © Luis Chalí

Para sus personajes, Chalí se inspira en el comportamiento y sentir de personas de su comunidad. Más recientemente, gracias a una convocatoria virtual, el artista confeccionó varios personajes a partir de modelos reales, desde la gatita Dxkanob, hasta amigos y voluntarios quienes se han interesado en el proyecto. El proceso va más allá de representar el físico del modelo; Chalí se esmera en capturar su personalidad la cual formará parte del universo del Cómic Maya. 


Dxkanob, mascota de guerrero jaguar © Luis Chalí

Los señores de la guerra nos ofrece apenas una introducción al universo fantástico pensado y diseñado por Chalí. Cada elemento del cómic tiene una razón de ser, una lógica y una función única: desde el simple acto de leer, el cual inicia con el capítulo cero (nótese la importancia del número cero en la matemática maya) y, partir del primer capítulo, se asemeja al formato de códice; el uso de kachikomon, un idioma híbrido que parte del kaqchikel contemporáneo pero cuya pronunciación y escritura no se rigen por las normas de academias de lenguas; hasta los narradores, cuyo papel es introducir información clave a lo largo de cada una de las sagas. Chalí, arquitecto e ingeniero de Beleje Ajmaq, se embarca en un proyecto enorme en el que, a través de la imaginación, la historia, la estética y la cosmovisión maya como pilares principales, retoma un pasado, escribe desde un presente para así poder pensar un futuro. 


Sigue a Luis Chalí en Facebook:



Sobre Rita Palacios


Rita tiene un doctorado en español con especialización en literatura latinoamericana de la Universidad de Toronto. Es profesora de idiomas en la Escuela de Estudios Liberales de Conestoga College en Kitchener, Ontario. Su investigación examina la literatura maya contemporánea desde una perspectiva de estudios culturales y de género. Es coautora de Unwriting Maya Literature: Ts’íib as Recorded Knowledge (March 2019) con Paul M. Worley, en el que privilegian la categoría maya ts’íib por encima de otras construcciones sobre lo literario, para así revelar cómo los propios pueblos mayas conciben su producción cultural. Visítala en https://ritampalacios.com




Mas sobre tz’ib’ y textualidades maya



https://uapress.arizona.edu/book/unwriting-maya-literature

Mishki shimi rimaykuna: muestra de poesía kichwa contemporánea

Pechoamarillo, Kitu © Yana Lema

Comentarios, compilación, y fotografías por Yana Lucila Lema


Cuanto más nos alejamos de la vida 

más nos aferramos a ella

cuanto más dioses están muriendo

 más queremos escribir sobre ellos


Cuando hablamos de poesía en nuestra lengua, me refiero al runa shimi o kichwa, siento que la palabra poesía se queda corta para abarcar todo lo que es poesía en lo cotidiano y en lo festivo. Y digo corta porque para los pueblos ancestrales la poesía no se trata solo de versos escritos alfabéticamente en el papel.


Lejos de idealizar la cultura kichwa, sus formas estéticas y comunicativas, quiero señalar que he podido encontrar en sus rituales, cantos, danzas y en su hablar cotidiano mucha poesía, que percibo se hace, se deshace y se recrea colectivamente. 


Entonces diré que la poesía kichwa contemporánea, de escritura alfabética, es solo uno de los recursos, hecho nuestro, para contar bonito sobre nuestra memoria ancestral y nuestra memoria presente.


Queremos decir, por ejemplo, que entre la tecnología de la escritura y el frenesí de la modernidad aún seguimos estando, y que también nos hemos encontrado de frente con la muerte en esta dimensión porque muchas nacionalidades han perdido seres humanos en esta emergencia. 


Muchos se han adelantado en medio de esta crisis venida precisamente porque hemos estado perdiendo a otros seres vivos, y con ellos sus nombres, sus lenguajes, sus formas, en definitiva su necesaria presencia para la armonía de la vida y la riqueza del lenguaje.


Por eso digo que cuanto más nos alejamos de la vida más nos aferramos a ella, cuanto más dioses están muriendo, más pretendemos escribir sobre ellos.


Así, la palabra poética kichwa nos convoca entonces al no olvido, a tener presente estas otras formas de vida, de saberes, de estéticas y sensibilidades.


Mishki shimi rimaykuna Voces de palabra dulce, muestra de poesía kichwa contemporánea, devela esas voces que pretenden derribar fronteras para hacernos presente, para resistir, para seguir estando. 


He aquí la otra resistencia, la resistencia literaria forjada desde voces diversas, con estilos diferentes, tejidas desde el autoaprendizaje, desde la escucha de las palabras antiguas, pero sobre todo llena de búsquedas.


Los textos que compartiré a continuación están incluidos en algunas antologías de poesía de los pueblos y nacionalidades indígenas del Ecuador, publicadas entre el 2011 al 2016, y otros son colaboraciones de sus creadores para este trabajo, a quienes agradezco por su amistad y confianza. 


Esta muestra contiene dos momentos que a mi parecer pueden ayudar a entender la poesía kichwa y sus márgenes. 


Ozogoche-Chimborazo © Yana Lema

PRIMERA PARTE



La primera parte está más relacionada con autores que aparecieron en la década de 1980, junto con las álgidas luchas reivindicativas y los que se visibilizaron a mediados y finales de 1990, y posteriormente. 


Según conversaciones personales sé que casi todos escribieron para sí mismos, sin intenciones de publicar o hacer de la escritura una profesión, sino más bien por afición personal, complementaria a sus labores profesionales. Podría decirse que nos conocemos o les conozco porque hemos compartido espacios poéticos “informales”. 


Son creadores que se refieren fuertemente a la reivindicación de la memoria, de la sabiduría ancestral, de la cosmovisión, de las luchas reivindicativas del movimiento indígena, y que tuvieron o tienen lazos muy cercanos al espacio rural, aunque no se pueda generalizar.


Algunos son maestros bilingües y escriben en kichwa con traducción al castellano con el fin de reivindicar el valor de una lengua de la cual históricamente se puso en duda su valor literario. Son memorias, palabras, sonidos, sensibilidades guardadas, pero también ocultadas y rechazadas.


El referente más importante de esta época es el poeta kichwa de Otavalo, Ariruma Kowii, quien escribe su primera obra Mutsutsurini (1988), solo en kichwa como señal de resistencia a la desaparición de la lengua. Posteriormente sus obras publicadas son en kichwa y castellano. Paralelamente están los demás creadores que no han publicado obras personales pero que aparecen en antologías, con textos bilingües. Entre ellos están: 


Tayta Chimborazo © Yana Lema


Aurora Chinlle, Kichwa Puruwá 

(Kichwa Chimborazo)


Lorenza Abemañay


Patsak, patsak watayantami

kanpak shutika yawarpi.

Kanpak sinchi yuyaywanmi

warmikuna kawsarinchik.


Mama Lorenza, atik Lorenza

shilshiwan willak, atik warmi

wasinpi yuyayta tarpuk mama

wawanta yachachik mama. 


Tsalakunapak millashka

runakunapak kuyashka.

Warmikunapak yuyarishka

wawakunapak yachashka


Guamote kinkrikunapi 

silsilwan willarkanki

Lorenza Peña warmiwan

runakunata hatarichirkanki.


Sinchi sinchita kaparishpa

mallku shina pawarkanki.

Chaymantami allpayuk kanchik

Shinami kishpirirkanchik.


Waranka pusak patsak kimsapi

Jacinta Juárez, Margarita Pantoja

Baltazara Chuisa warmikunawanmi



Chinkarirkanki mama Lorenza


Con tus conocimientos

emprendemos las mujeres 

Cientos de años mancilladas

hoy tenemos libertad. 

Victoriosa mama Lorenza

Avisabas a toda la familia

Con garrucha *  en mano 

Instruías a todo infante. 

Los colonos te odiaban

Los indios te admiraban

Los niños están pendientes

Las mujeres te envidiamos.

Por las laderas de Guamote

Al son de inmensa garrucha

Con Lorenza Peña a tu derecha

Dirigiste a diez mil runakuna. **

Con tus gritos “sublevemos”

Volabas como el sinchi mallku ***

Para recuperar nuestras tierras

Nuestra dignidad infamada.

El motín de 1803, acabó con tu imagen

con mama Jacinta Juárez

Margarita Pantoja y Baltazara Chiuza

les magullaron por amparo a warmikuna. ****


* Garrucha: objeto que servía para castigar a los indígenas.

** Runakuna: significa seres humanos, sin embargo se puede entender y se usa como persona originaria, dicho desde los mismos pueblos kichwas.

*** Sinchi Mallku: poderoso cóndor. 

**** Warmikuna: mujeres. 



Mama Cotopaxi © Yana Lema


Lourdes Llasag, Kichwa Panzaleo

(Cotopaxi Kichwa)


Ushushiku


Amapola sisashina, kanpak samita kuyani

Nayana chirlilla yakushina, tuykunapak kawsaypak

Guzhul muyuntitak yaku ukuta purik

Enamorada tukuy ruraykunapi

Laglag mana tamyashpaka chakishkakanki

Anchuchik, ñuka nanayta apak.


Ñutita


Amor, como la flor de amapola, amo tu olor

natural del agua cristalina, vital para la vida

gira, gira sin cansarte, alrededor del mundo

enamorada de las cosas que haces

lenta como la lluvia de la tarde

aire que calma mi dolor.


Candongas Saraguaro © Yana Lema


Luiza Gualan

(Saraguro Kichwa)



Sinchi warmi *


Warmi allpa maki, nina shunkuku,

allpapachata chuchuchik wachak mama,

hatun mamakunapak ñawpa rimay.

Shimikunaka, kikinpak takipi wakaypipash mana wañun,

achikyachik kishpirichiy muskuykuna.

Sara chukirawapash sisa warmi,

muskuyta awak.

Kikinpak hatun taytakuna tarpuna allpamamaka,

kishpirishka rikcharishka warmimi mañakun.


Mujer manos de tierra, corazón de fuego,

leche materna que amamanta al mundo,

lenguaje ancestral de las abuelas.

En tu canto y tu llanto las voces no se apagan, 

sueños de luz y libertad.

Mujer flor de maíz y chukirawa, **

tejedora de sueños.

La tierra que cultivaron tus abuelos,

está reclamando aquella warmi libre y despierta.


* Sinchi Warmi: mujer fuerte. 

** Chukirawa: flor del páramo. 


Tayta Imbabura © Yana Lema


Segundo Wiñachi

(Kichwa Otavalo)


Malkuta  tapuy


Ninan malku huchapash kachun kay tapuykunamanta kishpichiwanki

Pita kay allpa mamapika kanta puntaka sarurka kawsarka

Pita kay yakutaka kararka pimantata kay sara muyuka mirarishka

Pita kay kwychitaka shuyushka imamantata kay yawarka tukushka

Pita kay wayusakunataka apamurka maymantata shamurka

Pita kay urkukunataka wasichishka chukllamanta kushni llukshikshna kushninahun

Imashpata kay  walunyashka yakutaka yawar kucha nin  

Imashpata kay waykukunaka ninan haka tukushka

Imashpata kay pukyuka  larkamanta pakcha  tukushpa kawsashna Kallpahun maymanta rihun maypita chinkarin maypita tukurin

kanmi shimi millmalla huntashka mishukuna wanchinkapa maskanahukpipash sinkapi satishpa pakawashkanki kishpichiwashkanki

kanmi yachanhi imashna kay allpa mama kallaripi kashkamanta imashna unkuchishpa tukurinahunchimantapash

ninan malku nara chinkarispallata kampa pakashpa wakaychishka yachaykunata ushaykunata willachiwanki ñukapash shamuk wiñay wawakunaman willachinkapa

kan chinkarikpika pita tapuytapash ñana ushashachu

ñuka kawsaywan chinkarishpa kanshnallatachu hawa pachaman

pawashpa kawsankapa rina kani imata nishpami tapuni

ninan  Malku


Pregunta al cóndor


Poderoso cóndor así sea un pecado discúlpame por estas preguntas

¿Quién antes que tú ha pisado ha vivido en esta tierra?

¿Quién ha regalado este manantial de agua?

¿Quién creó este grano originario llamado maíz?

¿Quién ha diseñado este arco iris?

¿Quién ha hecho esta sangre? 

¿Quién ha construido estas montañas tipo chozas humeando fumarolas?

¿Quién ha traído de dónde vienen estas ratas cuál es su origen?

¿Por qué esta laguna es llamada Yawar cocha?

¿Por qué estas quebradas son tan profundas?

¿Por qué este río es una corriente viva?

Hecho una cascada flotante

¿Para dónde va en donde se pierde cuál es su fin?

Poderoso cóndor tu nariz fue mi refugio

Cuando los barbudos me buscaban para aniquilarme

Solamente tú sabes cómo fue la creación

¿Y por qué ahora estamos enfermos en la peste de esmog?

¡Oh poderoso cóndor¡ Antes de tu extinción  

Cuéntame tus secretos que tienes reservados

De tu sabiduría de tu poder

Para así poder transmitir a mi futura generación

Si tú te pierdes ya no tendré a quien preguntarle

Cuándo yo me muera acaso me iré al celeste infinito

Donde muchos seres vivos viven volando como tú.


Tayta Chimborazo © Yana Lema


Rasu Paza

(Kichwa Puruwá)


Pachamamapa sisa


Maykan chikan chirimuyupa ñawpa pachapichari kanpa rimaytaka uyarkani.

Maykan kullkishina, rasushina  allimanta rikuk Mama Pachapichari kanpa ñawikunataka rikurkani.

Maykan waranka watakunachari kashka kanka.

Maypitak karkanki, maypi. Imatak karkankiyari, waranka wata ñawpaka.


Ñukaka kan armachun, kan upyachun, chuya achik yakumi karkani.

Allimantami tukuy churana illaklla ñuka kayman shamuk karkanki.

Ñuka kay, kallpakuk mayuman rishpami armak karkanki.

Kipaka ishkay makiwan hapishpami upyawak karkanki.

Kanka, ñuka kanpa tukuy ukuktapash, ukkutapashmi riksichun sakiklla karkanki.

Chay kipaka, kanpa ñutuklla ukkupa, munaypa milkim ñukapi llutarishpa sakirik karka.


Chaymanta pachami kanpa rupak sumaymana chuchukunapash

ñukapa kisha tukurkakuna.

Ñukapa kawsaytapish punchan punchanmi

kanpa yura mallkiwan awashpa rik karkanki.

Kanpa aychaka wiñayta mana wañunchu, shamurayakunllami.

Kunanpash, ñawpamanta shamushpami kutin kaypi kanki, ñukapa karawan, ñukantin.


* Milki: perfume


Flor de la madre naturaleza


¿En cuál de los tiempos remotos de chirimoya escuché tu voz?

¿En qué tiempo, tal vez, conocí tu rostro cuando la Madre Cosmos se estaba deslizando lentamente como la plata, como la nieve?

¿Hace cuánto habrá sido?

¡Dónde estabas, dónde! ¿Qué eras hace miles de años?


Yo, para que tú bebas, para que tú te bañes, era el agua transparente.

Lentamente te venías hacia mí sin atavío.

Te bañabas en el río torrentoso que era yo.

Luego me saciabas aferrándote con las dos manos.

Tú, con insistencia me dejabas que yo conociera tu cuerpo y tu esencia.

Luego se quedaba adherido a mí tu perfume suave y delicioso.


Desde entonces tus hermosos y cálidos senos

se hicieron mi morada.

Mi vida iba tejiendo día tras día

con las ramas de tu árbol.

Tu carne no se muere nunca, vuelve una y otra vez.

Hoy también, llegaste desde el tiempo infinito y estás presente, pegada a mi piel, tú y yo juntos.


Saraguro Tupu © Yana Lema


Inti Cartuche

(Kichwa Saraguro)


Akapana


Akapanami kanika

urmamunilla shina yarin

maykan kucha chaskichun illanmi.


Rasuyachik wayratami uyani

wiksataka kushikuywan shiktachikta rikuni.


Shina kakpika ñukaka,

–urkupak churi,

waykukunapak wawa kashpa–


shuk ñawpa kacharpayakuta,

chushak kayta

allpakuyuyta kinkurik suni asiriyta

runtu kachun nishka shututapish uyachini.


Wayra, imapaktak pukumuwankillayari,

akapana muyutaka ñuka ukupimi ña charinika.

Uyariway!

chakishka panka shinami urmamuni

ñawpakawsaywan may hukushkami kanika.


Tormenta


Tormenta soy

y parece que caigo directo

no hay laguna que me reciba.


Escucho el viento congelarme

agrietarme el vientre con alegría.


Mientras yo,

–hijo de la montaña,

nieto de las quebradas–

silbo una despedida tan antigua

un sin-ser

una larga sonrisa curvando el terremoto

una gota lanzada a ser granizo.


¿Para qué soplas, viento,

si ya llevo dentro la semilla de la tormenta?


¡Escucha!

caigo como hoja seca

pero estoy tan mojado de historia.



Pingul – Árbol Lechero © Yana Lema

SEGUNDA PARTE


En un segundo momento, están los autores más jóvenes, quienes con sus miradas hacia los poetas anteriores o solo por la necesidad personal, o por estar ligados a las organizaciones y sus proceso de lucha se interesan por la escritura. 


Muchos de ellos son estudiantes o profesionales en distintas ramas, quienes igual que los más mayores complementan sus actividades profesionales con la creación poética, por lo tanto no tienen una producción literaria regular, tampoco tienen publicaciones personales, pero aparecen en antologías de poetas de las nacionalidades o pueblos. 


Algunos de ellos han cuestionado lo que llaman el manejo de una “visión romántica” de la realidad kichwa actual. Por ello, poetizan la cotidianidad desde el aquí y el ahora, hablan sobre las contradicciones y los problemas que viven en sus espacios territoriales o en la desterritorialización. 


Más cercanos a los espacios urbanos, escriben en bilingüe o solo en español, ya que no aprendieron la lengua, o tienen dificultad para escribir o leer en la misma, sin embargo, en sus versos insertan elementos, figuras, significados y palabras kichwas, lo que le otorga particularidad frente a las estéticas dominantes.  Entre ellos están:


Mama Cotacachi © Yana Lema


Diana Gualapuro

(Kichwa Otavalo)


Kushikuy


Pachamamaka ashka tullpukunata rikuchin

pachaka ashka wiwakunata charin

shinapash hatun yayakunapak ñawpapi tushun

raymitaka rundador nishkawan ruranmi

shinapash kushikuymanta kurishina rikurinchik

shinapash fawanakunchik pachata takarinkapak 

ña fuyuman chayashpa

lukanchik shunku kushikurka

fuyuka pampalla yuraklla

mana ima

yaku shinchiyashkashnalla rikurin


Felicidad


Mundo de colores

mundo lleno de animales hermosos.

Bailando junto a mis padres y abuelos

haciendo fiestas con rondadores.

Que brillamos de alegría

saltamos hasta tocar el cielo.

Cuando finalmente llegamos a las nubes

esponjado, tan blanca como el hielo

sentimos que nuestros corazones laten 

algo que ingenuamente

aparece de la nada.


Imbabura © Yana Lema


Achik Lema

(Kichwa Otavalo)


Chinkachishkanchik


Inti tayta sakinchi

killa mamata piñarinchik

Pacha mamata kunkanchik

Shina rurashpapsh

Paykunamanta kawshkinchik (…)


Aquello que perdimos


Desistimos al sol

Renegamos a la luna 

Olvidamos a la Pachamama

A pesar de todo

Por ellos vivimos (…)


Otavalo © Yana Lema


Yolanda Pazmiño

(Kichwa Otavalo)


Warmi puncha


Ima punchapash kachun,

Awaki, inti puncha kankachari

Mana kashpaka Chaska puncha kashkanka

Hatun katuna ukupi runakuna rinakun, chayamukun

Shuk kari shayarishka runa, kunkullinawan

Chakata wityanapi shayarishka

Tawka runakunapi pantarikun

“shumak puncha Warmi”, shina uyarin

Chay pachapa, chay runaka karilla rikurin

Warmikunata puka sikunata karakun

Shuk sumak puncha kan: pusak pawkar puncha..

Kutin chay kuskata yallini

Mana pipash rikuwanchu

Warmi kani, shinapash chay runaka

mana asirinchu, mana sisakunata karawanchu, mana kushi puncha niwanchu.

Ñuka anaku, ñuka pachallina, ñuka wallkakuna mana rikuchun sakinchu.

Mana pipash rikunchu, chay runaka sisakunata

Asirikunata, rimaykuna wakaychikun.

Warmi kani, warmi puncha kan,

Kay punchaka sisakunawan raymita ruran, shinallatak runa warmikunata anchuchishpa.

Kay pachamanta mana kashpachari.

Ñuka runa kashkamanta mana sisata chaskinichu.

Shina pusak pawkar punchata yuyarini.

Shinapash   anakushka, pachallinashka, wallka churakushka.


Día de la mujer


Parecía un día cualquiera,

pudo haber sido un lunes, un domingo

o quizás un viernes.

Las personas van y vienen en el centro comercial.

De pronto un hombre de traje y corbatín

apostado en la subida de la escalera,

interrumpe el trajín.

“Feliz día de la mujer” escucho decir,

al tiempo, aquel hombre ataviado para el efecto,

ofrece flores rojas a las mujeres.

-Es un día especial: 8 de Marzo-

Cruzo una y otra vez por el lugar,

nadie me ve.

Soy mujer, pero el hombre de corbatín,

no sonríe, no me ofrece flores, no me felicita.

Mi anaco, mi pachallina, mis wallkas, *

me hacen invisible.

Nadie me ve, el hombre del corbatín ahorra sus rosas,

sus sonrisas, sus palabras.

Soy mujer, es el día de la mujer,

se celebra este día con flores y exclusión.

Como si no perteneciese a este espacio.

Mi ser no merece una flor.

Así recuerdo el 8 de marzo,

eso sí, con pachallina, anaco y mis wallkas.

* Anaco: vestido de la mujer kichwa. Pachallina: prenda que cubre los hombros de la mujer kichwa. Wallkas: Collares de la mujer kichwa. 


Kullki (“aretes”) Kayambi © Yana Lema


Jenny Chicaiza

(Kichwa Kayambi)


Cuerpo-semilla


Venimos del silencio de la tierra, a la que volveremos.

Nacimos de sus entrañas profundas,

incubados con la humedad de la lluvia y los ríos.

Semillas fecundas somos.


Venimos de la brasa, del aire que calma,

el fuego es nuestro abuelo, nuestra madre la tierra.

El agua y el aire, son nuestro ayllu,

de ahí venimos, hacia allá volveremos


Nuestro cuerpo es semilla.

Resurgimos, atravesamos ciclos y no morimos.

Somos granos fértiles de cosecha abundante,

los elementos nos habitan, así vivimos. 


Ñakchasisa © Yana Lema


Inkarri Kowii

(Kichwa Otavalo)


Runa


Tengo ganas de volver

A mis raíces,

De volver a mi madre,

Ya no quiero ser su hijo

Quiero ser parte de ella,

Quiero ser parte de mí 

Madre ultrajada y maltratada,

Quiero sentir su dolor y sufrimiento

Necesito volver a ser tierra,

A alimentarme del sol y 

La lluvia,

De ver la luna todas las noches,

Necesito dejar de ser humano,

Y convertirme en el todo

Y la nada,

En lo subjetivo de la 

Existencia,

Quiero ser lágrimas de la tierra

Quiero ser el llanto de mí

Madre,

Quiero ser lo que soy,

El ser del mito,

El del comienzo

De la historia,

Quiero ser, 

Quiero ser runa…


Purakilla © Yana Lema


CIERRE


Desde diversas realidades y diferentes generaciones el acto de escribir en un idioma minorizado, o el solo acto de escribir desde nosotros sigue siendo un acto de sensibilidad individual, pero también un acto político colectivo.


Si bien es cierto, que en esta poesía constan las formas poéticas hispanas, estás llevan así mismo, elementos propios de la lengua, mismas que se van recordando, redescubriendo y reinventando en el acto de la escritura. 


La cultura kichwa tiene una rica tradición poética que las mismas características de la lengua le otorgan, no en vano el kichwa/quechua es considerado, por algunos estudiosos, como uno de los idiomas más dulces del mundo.  


Si bien es cierto aún nos falta aprovechar esas bondades lingüísticas, y propender a una producción poética más abundante, la poesía kichwa contemporánea, a mi criterio, posee ya una identidad territorial y simbólica, relacionada con su cosmovisión y su realidad histórica, ligada fuertemente al activismo político en defensa de la memoria, la cultura, el territorio y el idioma. Su mirada va desde la ancestralidad hasta la actualidad. 


En definitiva, la producción poética kichwa no es homogénea ni en las formas estéticas, ni en los contenidos, ni en la calidad literaria, más aún si hablamos de la traducción o la auto traducción, donde muchos creadores encuentran fuertes dificultades.   


Igualmente es importante mencionar que no todos los creadores aparecen en esta muestra por diferentes motivos. Y debo decir que lamentablemente la producción literaria de la mayoría es esporádica. En todo caso, es alentador para mí señalar que hay varias mujeres y jóvenes kichwa que están escribiendo, y quizá asumiendo la responsabilidad colectiva de contribuir desde el arte, desde la literatura a la continuidad como pueblos y nacionalidades. 


Sobre Yana Lucila Lema



Yana Lucila Lema (1974) es comunicadora social con especialidad en televisión de la Universidad Central del Ecuador. También estudió Creación Literaria e hizo una Maestría en Ciencias Sociales con mención en Asuntos Indígenas en FLACSO. Obtuvo un diplomado en Periodismo Audiovisual en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí en Cuba. Ha colaborado en organizaciones indígenas como la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE), La Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonia Ecuatoriana (CONFENIAE) y La Confederación de pueblos de la Nacionalidad Kichwa del Ecuador (ECUARUNARI).


En su trabajo con la CONAIE realizó varios vídeos sobre el fortalecimiento de la identidad cultural de los pueblos y nacionalidades indígenas; uno de ellos, referente a la medicina tradicional, el cual fue ganador en el Festival de Cine y Vídeo de la Primeras Naciones de Abya Yala. Fue presentadora del noticiero en lengua kichwa, KICHWAPI, durante seis años y medio, en el canal nacional RTS. Como escritora, ha participado en el encuentro Internacional de Comunicadores Indígenas y de Escritores en Lenguas Indígenas (UNAM), el encuentro de la Asociación de Escritores en Lengua Indígena de México, y los Festivales de Poesía de Medellín y Bogotá (Colombia), entre otros. Su poesía ha sido incluida en el libro Las palabras pueden: Los escritores y la infancia (UNICEF), en la antología poética de los pueblos y las nacionalidades indígenas del Ecuador Ñaupa pachamanta purik rimaykuna / Antiguas palabras andantes (Casa de la Ecuatoriana 2016), y en el número especial de la revista Diálogo, “Los cinco puntos cardinales en la literatura indígena contemporánea” (DePaul University 2016). Actualmente trabaja como profesora en la Universidad de las Artes en Guayaquil.


Lea más sobre ella aquí: 6 poemas de Tamyawan Shamukupani / Con la lluvia estoy viviendo


El sueño de ser poeta. Humberto Ak’abal

El sueño de ser poeta © Humberto Ak’abal. Guatemala: Piedra Santa, 2020. 

Introducción y selección de

Gloria E. Chacón y Juan G. Sánchez Martínez




Humberto Ak’abal (1952-2019) fue autodidacta, poeta doble (maya k’iche’ / español), voz múltiple traducida al japonés, hebreo, árabe, inglés, francés, italiano, escocés, con reconocimientos por todo el mundo. Desde sus primeros libros en los años noventa (El guardián de la caída de agua,  1993) hasta sus últimos trabajos (Bigotes, 2018) su obra desafió los rótulos academicistas que buscan definir “la poesía” o “lo indígena”.


Inspirado por los sonidos de su lengua nativa, Ak’abal encontró la medida justa entre la experimentación formal (onomatopoesía, poesía gestual), la tradición oral (oralitura), la espiritualidad maya, y las voces diversas de la literatura mundial (desde Matsuo Basho hasta Gonzalo Rojas). Cuestionado y festejado a la vez por lectores y críticos en universidades, revistas culturales y festivales de poesía, Ak’abal fue y sigue siendo la inspiración para varias generaciones de escritores (no sólo indígenas) latinoamericanos. 


Con permiso de su familia, hoy publicamos en Siwar Mayu uno de los relatos incluidos en El sueño de ser poeta (Piedra Santa 2020), libro póstumo que reúne sus reflexiones y memorias como hacedor de trenzas-palabras (pach’um tzij), quien creyó en el diálogo intercultural a pesar del racismo y el clasismo de nuestras sociedades latinoamericanas.


Algunas veces se omite que Ak’abal era también un narrador, y libros como De este lado del puente (2006), El animal de humo (2014), y esta compilación póstuma son muestra de ello. Por momentos, estos relatos logran capturar la medicina de la risa, esa que es capaz hasta de curar el absurdo de la lógica colonial y su pobre entendimiento de la educación. En tiempos en que a lo largo y ancho de Abya-Yala e Iximulew (la tierra de maíz), estamos desaprendiendo las etiquetas anquilosadas de la identidad, la voz de Ak’abal retumba como relámpago desde este simple relato sobre su cabello. 



Humberto Ak’abal en el colegio Rodolfo Robles. Quetzaltenango. Agosto 6, 2018. 
Esa mañana mil estudiantes lo escucharon fascinados. 
El poeta autodidacta regresaba como maestro a la escuela.
© Fotografía de Daniel Caño. 


Mi cabello


“El hombre nace sin dientes, sin cabellos y sin ilusiones, 

y muere lo mismo: sin dientes, sin cabellos y sin ilusiones”.

Alejandro Dumas



Mis abuelos del lado de mi madre tenían el cabello largo. Lejanamente recuerdo al bisabuelo: su cabello blanco se lo enrollaba alrededor de la coronilla y ponía su sombrero sobre aquel manojo canado.


Mi madre quería que yo siguiera con la tradición de los abuelos. Había algunas razones para tener el cabello largo: evitaba que uno fuera tartamudo, los espantos no lo molestaban y “porque para eso le crece a uno el pelo”. Mi mamá me trenzaba dos trenzas porque mi cabello era abundante. Esto duró hasta que cumplí siete años.


Por aquel entonces, los maestros salían de casa en casa, reclutando niños de edad escolar y a quienes rehusaran llevar a sus hijos a la escuela, los ponían en la cárcel.


A pesar de esa advertencia, muchos padres escondían a sus hijos en pozos secos, en ollas grandes o en la copa de los árboles. La escuela no era bien vista por los ancianos. Temían que fuera un lugar “donde les abrirían los ojos y los oídos a los niños y que, poco a poco, irían perdiendo el respeto a sus mayores…” (al paso de cómo van las cosas, me pregunto si no tendría algo de profético el temor de los abuelos).


En fin, los maestros aparecieron detrás de la casa y me echaron el ojo, así que no hubo escapatoria. Yo tenía mucho miedo, pero mi padre me dio ánimos para ir. Me llevaron para inscribirme. Y aquí el primer problema: el director de la escuela dijo que no inscribirían a una niña en la escuela de varones, que yo debía ir a la escuela de niñas. Los argumentos de mis padres resultaron risibles para el director y ellos no tuvieron más remedio que callar (en aquel entonces solo había dos escuelas), e hice mi primer grado en la escuela de niñas. Al año siguiente, mis padres volvieron a insistir en que yo era varón, pero la dirección dijo que no inscribirían a nadie que no pareciera hombre, así que por primera vez me cortaron el pelo. Mi madre lloró mucho y guardó mis trenzas entre su almohada.


Pasaron los años de la escuela primaria y con ellos terminó mi época de estudiante. Comencé a trabajar para ayudar a mis padres, me olvidé del barbero y me comenzó a crecer el pelo de nuevo. Cuando yo andaba por los diecisiete años, mi cabello era ya bastante largo. Mi madre estaba contenta porque, según ella, me parecía mucho al abuelo. Por ese entonces, el ejército reclutaba a los muchachos de mi edad para llevárselos al cuartel. Se llamaba sarcásticamente “servicio voluntario de milicia” (aquello era una cacería criminal: los jóvenes eran apresados los días de mercado, atalayados en los caminos, perseguidos por los barrancos y arrastrados de las orejas, arrastrados del pelo, sacados de sus casas a altas horas de la noche y llevados casi desnudos y acarreados en camiones como animales), y todo aquel que tuviera el cabello largo era seña que no había prestado servicio militar. Y aunque yo no debía hacerlo por impedimento físico, los militares me obligaron a cortármelo porque, según ellos, yo no era más que un “amujerado”, y si no me lo cortaba por mi cuenta, ellos lo harían “porque los machos tienen que parecer hombres”. Muy en contra de mi voluntad, tuve que visitar otra vez al barbero.


Pasaron seis u ocho años y el pelo inevitablemente me volvió a crecer. Por esos años, la guerra interna del país se intensificó y yo tuve que abandonar mi pueblo e ir a la ciudad en busca de trabajo, lo que fuera: barrendero, sirviente, cargador…, cualquier trabajo porque yo no era (ni soy) calificado en nada. Y no me daban trabajo “por peludo”, pues parecía vagabundo, charamilero y tenía cara de baboso. No tuve más remedio que cortármelo.


Después de trabajar diez años en la ciudad, dejé de ser obrero y regresé a mi pueblo y volví a dejarme crecer el pelo. Por esos días, se publicó mi primer libro de poemas y aparecieron por primera vez fotografías mías en los periódicos y, aunque parezca broma, algunos “críticos” de literatura guatemalteca saltaron de su sillón y dijeron que yo me había dejado crecer el pelo “para caerles bien a los europeos…, para venderme como apache, como sioux…, que parecía hippie, etc.” (La prensa guarda en sus páginas esos insólitos artículos).


Y hoy que finalmente puedo disfrutar de mi cabello y tenerlo como me dé la gana, no solo ya no me crece sino que… ¡se me comienza a caer!





Más sobre Humberto Ak’abal:




Santuario de Chicabal, Guatemala (fotografía tomada por Ana María Ferreira y Juan Guillermo Sánchez, 2006)




Tres poemas mapunky: David Aniñir Guilitraro

“David Aniñir en el Parque Quinta Normal en Santiago de Chile (2013)” © Fotografía por cortesía de Andrea Echeverríav

Introducción y selección de Andrea Echeverría



David Aniñir (Santiago, 1971) es un poeta mapuche y precursor de la estética mapurbe, una visión poética que explora la perspectiva heterogénea que experimentan algunos mapuches migrantes en la ciudad. En efecto, este poeta propone un discurso que comunica las vivencias del mapuche que habita hoy en la ciudad de Santiago, a la vez que se resiste a su invisibilización. Ha publicado tres colecciones de poemas, Mapurbe. Venganza a raíz (2005, 2009), Haycuche (2008) y Guilitranalwe (2014) y actualmente vive en Santiago. Recreando elementos de la oralidad mapuche, Aniñir participa en recitales poéticos haciendo uso de recursos performativos.


Este poeta fomenta una identidad étnica urbana, rebelde y antisistémica, por lo que no hay duda de que sus poemas se alejan de la representación tradicional de una identidad rural mapuche asociada principalmente al entorno natural de los bosques del sur de Chile, la comunidad ancestral y la tradición. Sin embargo, la brecha entre estos dos espacios diferentes de representación étnica, el tradicional y el urbano, no es tan amplia como podría pensarse inicialmente. Aniñir incorpora en sus poemas elementos de la tradición ritual mapuche, como yeyipun (oración), pewma (sueños), werken (mensajero), ngenpin (hablante ritual) y machi (autoridad espiritual y chamán), pero lo hace desde una perspectiva crítica e innovadora.


En su poesía elabora una concepción de un yo étnico que se niega a simplemente reproducir estereotipos de la identidad mapuche para hablar de su propio proceso de identificación étnica. En cambio, elementos de la tradición nativa se integran problemáticamente en poemas que reflejan y cuestionan la identidad indígena en un contexto urbano, una identidad que se ubica en una encrucijada, debatiéndose entre el atractivo de la ciudad y la necesidad vital de admapu o conjunto de normas y costumbres sociales y jurídicas mapuche, y entre la dificultad de expresar conceptos tradicionales mapuche en español y la incapacidad para leer o escribir en mapuzungun. Los siguientes poemas muestran cómo Aniñir incluye elementos importantes del admapu en su escritura y las paradojas y contradicciones que surgen de la (dis)locación de estos elementos en la ciudad.  

(Vea el glosario abajo)




Poesía a lo que escribo


          La soledad también es un homenaje al próximo
Inche kizulen, eymi ka fey kizuleymi fewla ayeekafoliu
                                                 (A.H)

Kiñe

Lo digo, lo escribo y lo repito
este es un encargo de otros tiempos
legado por la naturaleza de la vida
y los designios cósmicos de mis antepasados mapuche 
este desusado oficio
sin más herramientas que la ira
y algo parecido a lo que en las telenovelas llaman amor
(en estos días neoliberales),
este rayón de hojas y reflexiones de piedras en el pecho
lo ofrezco con mis manos mohosas y el alma turbia
de tanto enfrentarme con mi propia sombra. 

En mis versos canto
en mis líneas hay ritmo y vuelan. 

Auspiciado por mí mismo
traído desde el periférico cordón umbilical,
que da vida a los cabros que escuchan mis poemas, 
levanto este universo poético,
desde el río Mapocho hacia abajo
sobre mojones cristalinos que navegan hasta el mar. 

A veces me cuesta mentir oral
y escribo
así mi engaño es hermoso
y la falsedad ya no hiere. 

Este mapuche envestido de jeans
y poleras de universidades yanquies
confunden mi habitante
mezcla de norteameraucano
y mapurbe.

En mis versos se libra lo que no hablo
por un problema de habitarme
en la grafía exacerbo la labia
y su espuma se diluye.


Epu

Inche ta Mapurbe tuwin
chew tañi lefpeyen kurra
soy de la mierdópolis
donde arde el asfalto.

Originario de la muerte y de la vida
Aniñir como un zorro mentiroso
sentado sobre la sombra,
sobre la vereda,
testimonio de embarrados pasos. 

Güili como desafío de vida
por mi vieja aún aperrando
con uñas repletas de tinta azul
para escribir poemas
o algún curioso movimiento de luces, 
traro para sobrevolar la tierra, sus prados de neón
y sus vegas periféricas
lejos del ruido. 

No leo tanto por motivación propia
los libros gruesos se cierran solos
cuando alcanzo los cigarros
o cuando me estoy rascando,
me rasco y me rasco
a desangrar, a morir
una uña con tinte engulle mi carne y se entierra. 

Y me rasco hasta el hueso, hasta la médula
litros de sangre se desprenden como bofe
como un animal degollado en viernes santo
litros de sangre y poesía mojan las calles, las veredas y la tierra
cuajos de ñiachi cuelgan con mi carne
sangre con barro detienen mis pasos,
me deslizo sobre poesías ya heridas
cayendo al portón de mi casa 
que es un libro entreabierto,
esperando. 

Resulta que soy de un mundo antiguo
donde las estrellas ardían de luz en el cielo
como llamas
a los volcanes en erosión besaban con su fuego las nubes,
al llover luz y fuego crecieron las flores
y la tierra fue un jardín. 


Kula

Al parecer que no soy yo el que escribe
es la poesía quien lo hace por mí,
viene a buscarme envuelta de noche
y sueños,
cruelmente me sacude el alma
con hermosas incógnitas me despierta
es la poesía que viene hacia mí
balbuceando bellos sarcasmos 
de mapuche muertos que quieren reír 
y llorar por mí en el verso. 

Ahora estoy frente a ti
desafiando el vacío
y la tecnología banda ancha que distancia
ahora, alta poesía
enfrentémonos a duelo
en el campo de batalla de la hoja en blanco
a ver quién muere primero
ven desafíame
tengo un puñal de tinta
que atraviesa mi sangre
tú tienes el peaje a la imaginación
el amor y el odio
ven 
desangrémonos en silencio.

El pewma del mundo trasero

Ser tú es la evolución misma 
estar en ti significa asfixiarme de sueños 
padecer en la tortura y no diluirme en tu ensueño 
donde tú construyes esfinges y cántaros prehistóricos 
ahí donde la serpiente jugaba contigo en vida 
ser tú es estar en ti 
es quererme a mí mismo pues, tú estás en mi 
y es lo mismo.

Es PENE-trar a un mundo que solo es para dos 
es imaginar que la realidad es imaginaria 
es creer que yo creo en ti y tú en mí 
es caminar por tierras ancestrales 
y hablar la lengua de los inmortales. 

Somos de un mundo antiguo 
donde las revoluciones no eran necesarias
tú te lavabas el rostro en el río de la verdad
y yo rodeaba a nuestros hermanos animales 
pues con ellos vivíamos. 

Así era allá
en el lugar donde nuestros cuerpos
eran otros éramos la raza oscura de tantas noches.

Así era allá
        desnudos de espíritu
        desnudos de poesía
        desnudos de tristesías.

Así era allá
Aquí solo soy un traficante de sicotrópicas líneas
soy el werken de tus pewmas. 

                 Perimontu      

        Una machi en actitud harcore
          Una minosa punx atrevida
                    2.0
   Desencadenando su yeyipunx al son del sol
             En clave de luna
           En llave de estrellas
            Con riff de cometas
      Una machi en actitud power metal
               Con Newendy
       Agitando su trance en el mosh
       Saltando tierra abajo, al tajo
      Tierra adentro, al rojo, al cuajo
            Una machi de la pobla
        Una hermusa mapunky borracha
          Marichiwaniando eufórika
      Porque andai puro marichiwaneando
   Con su brebaje de acido sulfuriko y muday
              En volà de kuymi
  Cosmogónica dulcinea de la fábula terráquea
    Una machi mapurbe con actitud sorpresiva
Con fibras de kalku por el torrente sanguinolente
       Ascendiendo al rewe de alta tensión
   Y al tronar de voltajes en noche de lluvia
    Con el espiral del Slam al medio del foye
         Una Guakolda de la esnaki
              Toda Brígida Ella

Glosario

admapu– conjunto de normas y costumbres sociales y jurídicas mapuches

foye– canelo, árbol sagrado mapuche

kalku– describe a alguien que usa sus poderes sobrenaturales para hacer el mal a otras personas.

machi– chamán mapuche, hombre o mujer que tiene la función de curar a los enfermos utilizando remedios, infusiones, rezos, cantos y danzas.

muday– bebida fermentada a base de trigo, piñon y maíz

mapuzungun– lengua de los mapuches

ngenpin– orador ritual

perimontu– visión de la machi

pewma– sueño o estado onírico a través del cual los mapuche pueden acceder al Wenu Mapu y comunicarse con sus ancestros.

rewe o rehue– altar formado por un tronco, árbol o conjunto de árboles en torno al cual se realiza la ceremonia del nguillatun

werken– mensajero


Más sobre David Aniñir Guilitraro



Más sobre Andrea Echeverría

Andrea Echeverría es profesora asistente en Wake Forest University y obtuvo su título doctoral en Literatura Latinoamericana y Estudios Culturales en Georgetown University. Es autora de los libros El despertar de los awquis: migración y utopía en la poesía de Boris Espezúa y Gloria Mendoza (2016) y Yeyipún en la ciudad: representación ritual y memoria en la poesía mapuche (en prensa). Co-editó un número de la revista Diálogo (De Paul University) dedicado al cine, la literatura y el arte que denuncia el extractivismo en Latinoamérica (2019) y ha publicado artículos de investigación en revistas que incluyen Bulletin of Latin American Research, Latin American and Caribbean Ethnic Studies, Latin American Research Review y Revista Canadiense de Estudios Hispánicos.


Palabras que Sanan: Aniceto y Célimo Nejedeka

Abuelo Aire Aliento Vida de Centro © Hernan Gomez De castro (chona)
Técnica mixta; Ambil (pasta de Tabaco con sales) y lápices de grafito y color,
sobre papel Canson de 300 gr (grano medio)



Selección e introducción* por Camilo A. Vargas Pardo

En memoria del abuelo Aniceto Nejedeka

Ilustraciones por Hernan Gomez De castro (chona)


En esta temporada de alarma global a causa de la pandemia las sociedades modernas industrializadas se han visto obligadas a cambiar el desaforado ritmo de vida que marca el pulso de las grandes urbes. En este clima de zozobra nos preguntamos sobre la salud y las formas de combatir la enfermedad. La reciente aparición del libro Cultivando la ciencia del árbol de la salud (2019) de Célimo Ramón Nejedeka Jifichíu / Imi Jooi abre la reflexión al indagar ¿cómo cultivar el árbol de la ciencia de la vida para el buen vivir?

Esta publicación se ha facilitado gracias al empeño de los editores y el ilustrador: Micarelli, Ortiz y Gómez, quienes en la Presentación explican varios pormenores del proceso de elaboración y edición; entre ellos, la decisión conjunta de utilizar el término “ciencia” en el título para “volcar la jerarquía establecida entre la ciencia occidental y otros modos de conocer y, de igual manera, suscitar una reflexión sobre los fines últimos del conocimiento” (p.16).

La Gente de Centro es un complejo cultural integrado por diferentes grupos étnicos (múrui, okaina, nonuya, bora, miraña, muinane, resígaro y andoque) cuyo territorio de origen se encuentra en el interfluvio Caquetá – Putumayo. Estos grupos se reconocen como hijos del tabaco, la coca y la yuca dulce. Basándose en las tradiciones de la Gente de Centro, el autor muestra una concepción de la salud que se fundamenta en los relatos de origen. Esto contrasta con la reacción generalizada de los medios masivos de información: noticias insistiendo en estadísticas pavorosas que recalcan un sistema de atención vulnerable basado en tratamientos paliativos para contrarrestar síntomas. Este libro plantea una dirección muy diferente, pues pone de relieve el complejo entretejido de relaciones entre la salud y el lenguaje, el bienestar y la palabra, el buen vivir y las historias de origen.

Célimo R. Nejedeka / Imi Jooi pertenece a la etnia Fééneminaa (muinane),específicamente al linaje Ijimi Négégaimijo (Sombra de Cumare) del clan Cumare. Su madre es la abuela Aurelia Jifichiu, quien viene trabajando en la revitalización de la lengua bora, su grupo étnico, como se ve reflejado en dos publicaciones de su autoría: Iijumujelle akyéjtso uguááboju. Despertando la educación indígena Umijijte -Bora- por una abuela del clan oso hormiguero (2016) y Talleu iijumujelle uuballehi uuballejuune kuguatsojuune majchijuune / La abuela del clan oso hormiguero enseña cuentos, arrullos y cuentos del pueblo Piinemunaa – Bora (2019).

El padre de Célimo, el abuelo Aniceto Nejedeka, obtuvo en 2017 un reconocimiento nacional otorgado por el Ministerio de Cultura por su dedicación al enriquecimiento de la cultura ancestral de los pueblos indígenas de Colombia; como parte de sus esfuerzos por el fortalecimiento de la cultura Fééneminaa (muinane) y sus tradiciones, publicó Historia de los dos hermanos Boa / Taagai Buuamisi jiibegeeji (ICANH, 2012) y La ciencia de vida escrita en las aves, trabajo que se publicó en la Revista Mundo Amazónico 2, 3, 4 y 5  en varias entregas. 

Estas publicaciones están ligadas a una tradición oral que ha sido menoscabada por circunstancias históricas desafortunadas relacionadas con procesos de colonización y extractivismo. Los conocimientos de estos autores se sustentan, no en la erudición bibliográfica de las sociedades letradas, sino en saberes prácticos muy en relación con la tradición oral. Así, estos libros son fruto de una ardua labor en la que convergen sistemas de conocimiento diferentes en un ejercicio de traducción cultural que cifra su valor epistemológico en textos escritos que buscan hacer resonar los ecos de la oralidad. Se trata de una muestra de la capacidad de adaptación y de la búsqueda de alternativas para mantener vivo el acervo cultural de los pueblos representados por estos autores.

La escritura se entreteje así en un “canasto” de conocimiento más amplio en donde se encuentran los saberes de la chagra, los bailes tradicionales, los cantos, las curaciones, en fin, prácticas culturales que siguen vigentes y conocimientos que, para el caso de la familia Nejedeka, se vienen asentando en su maloca de la carrera ritual de Amooka situada a las afueras de Leticia.

* Fragmento de la reseña “Palabras que sanan”, publicada en Mundo Amazónico 11 (2020): 122-125.


El bien y el mal © Hernan Gomez De castro (chona)
Técnica mixta; Ambil (pasta de Tabaco con sales) y lápices de grafito y color,
sobre papel Canson de 300 gr (grano medio)

Evolución del Conocimiento de Vida y su transmisión al linaje Sombra de Cumare del clan Cumare de la etnia muinane


Por Aniceto Ramón Negedeka “Numeyi” (“Pepa Pequeña”) 

y Célimo Ramón Nejedeka JIFICHÍU “IMI JOOI” (“Pájaro Bonito”)


Fragmento del libro Cultivando la ciencia del árbol de la salud: conocimiento tradicional para el buen vivir. Celimo Ramón Nejedeka Jifichíu. Curadoría editorial Giovanna Micarelli, Nelson Ortiz y Hernán Gómez (eds.) Bogotá: Editorial Pontificia Universidad Javeriana, 2019



Al principio está el origen de Nuestro Padre (sobre esto no se sabe). Todo lo demás es creación del aire-aliento de Él.


Él, Nuestro Padre, Aliento de Vida, se convirtió (tiempos después) en Aire-Aliento de Palabra, y así creó al Mundo y a la Humanidad del Principio. A esta última, por intentar destruir la Sabiduría del Padre y por confundir al Mundo de su propio origen, Él la maldijo y la expulsó.


Mucho tiempo después, Nuestro Padre dirigió su sabiduría –utilizando una palabra inaudible– a la creación espiritual y material (dulce, fría y sólida) del Planeta. Luego de crearlo lo purificó, lo consagró, lo bendijo y lo extendió.


Después de esto, ya en este sitio cómodo, puro y seguro, Él –a través de la misma palabra– creó todas las frutas que son abundancia de su creación: las que se siembran (cultivadas) y las que por sí mismas germinan (silvestres). A todas estas, Él las bautizó, las purificó con el Agua de Vida y de Crecimiento que Él creó. Con esta Agua de Vida y de Crecimiento, Él las lavó, las hizo germinar, las hizo crecer, las hizo fructificar.


Luego Él, Nuestro Creador, por medio de esta Agua, les insufló Aliento de Creación, las agitó y así esparció las semillas sobre toda la Tierra.


Él creó todo lo que existe sobre la Tierra, también el día y la noche y, una vez creado, lo bendijo, le dio el poder de multiplicarse y le destinó también un lugar sobre la Tierra.


Más adelante, Él “humanizó su imagen”, creando así al Hijo de Centro. Una vez creado, lo sentó, le dio consejo y le encomendó el cuidado de todo lo que Él había creado sobre esta Tierra.


Luego, Nuestro Padre Abuelo Tabaco Centro de Vida regresó a su mundo, al Mundo de Aliento, en donde se sentó sobre la Banca de Vida (banca fría, dulce y de creación) y allí sentó a Nuestra Madre, para fortalecerse del Aliento de Vida de Ella, para “humanizar su imagen” y de esta manera crear a la Mujer de Centro, quien le vendrá a hacer compañía al Hijo de Centro.

Abuela Cuna de Vida, madre de todas las hierbas frías y los frutos cultivables y silvestres
© Hernan Gomez De castro (chona)
Técnica mixta; Ambil (pasta de Tabaco con sales) y lápices de grafito y color,
sobre papel Canson de 300 gr (grano medio)


Mientras Él, Nuestro Creador, estaba dedicado a la creación de la Mujer de Centro, el Mundo del Principio nuevamente se apoderó de este planeta, lo confundió, lo manchó, lo llenó de toda clase de males, haciendo incluso manchar al Hijo de Centro. Viendo esto, Él, Nuestro Creador, interrumpió su trabajo, y aún sin consagrarla, sin purificarla, sin bendecirla ni bautizarla, hizo descender a la Mujer de Centro sobre esta Tierra, y la sentó en el Centro.


Así, durante mucho tiempo, la Tierra estuvo bajo la responsabilidad de Nuestra Madre Vida de Centro, y Nuestro Abuelo Creador, enojado por el extravío de su creación, trató de acabar al Mundo del Principio, aplastándolo contra este planeta. Pero Ella lo impidió, no dejó que lo aplastara.


Por esta razón tanto el Mundo del Principio como esta Tierra quedaron, durante mucho tiempo, bajo su manejo.


Mucho tiempo después, a través de Ella y con el poder de Ella, Él crea a los insectos y a las aves. Allí Él separa los ciclos del día y de la noche y ubica los puntos cardinales, creando así la temporalidad y la espacialidad en este mundo.


Después Él crea, purifica y consagra la Cuna de Nacimiento de la Mujer de Centro, por medio de las plantas medicinales de cultivo: albahaca, yuca dulce y todas las hierbas buenas y frías (símbolo de Nuestra Madre).


Más adelante, Nuestro Creador hizo bajar al Hijo Vida de Centro, para “humanizar su palabra”. De aquí en adelante, este planeta quedó bajo el manejo del conocimiento y la sabiduría del Hijo Vida de Centro. Aquí, los mitos y las historias se vinieron a terminar.


El Hijo Vida de Centro crea en esta etapa, para reordenar al mundo, a la Verdadera Mata de Tabaco (símbolo de su pensamiento) y a la de Coca (símbolo de su palabra), y a través de esta creación, el Hijo Vida de Centro reforma, rejuvenece y reorganiza al Hombre de Centro.


De aquí parte –para nosotros, los pertenecientes a la etnia muinane, del clan Coco (Cumare) y del linaje Sombra de Cumare– nuestro conocimiento para el aprendizaje y enseñanza del Mito de Origen y Creación del Universo. Este conocimiento se difunde, para su aplicación práctica en el buen pensamiento, la palabra correcta, la correcta acción y el buen vivir, para estar en armonía con la naturaleza, con uno mismo y con el Ser que nos creó, según la enseñanza transmitida por el Hijo Vida de Centro al Nieto Huérfano de Centro. De este último recibió el conocimiento el antepasado de la Gente del Clan Cumare, del linaje Sombra de Cumare. Solo desde allí se vino a conocer la Verdadera Palabra de Vida, y él nos la dio a conocer a nosotros, que somos sus descendientes, a través de nuestros antepasados y abuelos.


Los antepasados de la Gente de Cumare y ancianos que se conocen (o que yo escuché) fueron:


Neje daagui: Perico de Cumare, quien engendró a


Tifai-iji: Boca Roja, quien a su vez engendró a


Atiiba-yi: Pepa Verde, quien engendró a


Neje-deeka: Flor de la Palma de Cumare, y este engendró a


Nume-yi: Pepa Pequeña, quien soy yo y llevo este nombre y actualmente vivo y mi nombre en español es Aniceto Ramón Negedeka. Yo engendré, claro que a varios hijos. Después de la muerte de mi primogénito, el que sigue y está, lleva por nombre


Imi Jooi: “Pájaro Bonito”, quien tiene por nombre en español Célimo Ramón Nejedeka Jifichíu “Imi Jooi”.


¡Somos los que estamos en la actualidad!





Sobre Camilo A. Vargas Pardo

Poeta, investigador de las literaturas y oralituras amazónicas. Doctor en Estudios Romances Españoles (CRIMIC - Université Sorbonne) y en Estudios Amazónicos (UN Sede Amazonia), en modalidad co-tutela internacional. 


Sobre Hernán Gómez De castro (chona)


A la Escuela de Pintura Amazónica “Usko Ayar”, dirigida por el pintor de visiones de Ayahuasca Pablo Amaringo, en Pucallpa, Perú, llegué como parte de un intercambio de prácticas culturales amparadas por el Convenio Andrés Bello. En los dos años que pasé en la escuela alcance a concebir, no sin cierto grado de incertidumbre, el lío de enfrentarse a una hoja en blanco. El espacio vacío es un reto estético y, en muchos casos, una aventura espiritual. Yo enseñaba teatro en la escuela y cuando inicié a Ilustrar… un cuento, una historia, un mito, un paisaje; lo convertí en una de esas formas del arte que me permite plasmar en una imagen, esa madeja de fluctuaciones que surgen del lenguaje. Con Célimo, el autor del libro Cultivando la Ciencia del Árbol de la Salud, hablábamos por horas, o mejor, yo escuchaba y preguntaba. Ese ejercicio que surge del pensar la palabra es un acto creativo emocionante y visionario. Con Amaringo pasaba lo mismo y, el lío de enfrentarse a una hoja en blanco… desaparece.


Más sobre la Gente de Centro:


Cultivando la ciencia del árbol de la salud : conocimiento tradicional para el buen vivir. Nejedeka Jifichíu, Célimo Ramón

“El pueblo Murui lucha por su reconocimiento como grupo étnico del amazonas colombiano, han sobrevivido a través del tiempo marcados con las cicatrices de las caucherias y la imposición de la misión católica a principios del siglo. Este documental no es la visión prístina y exotista de los pueblos indígenas amazónicos, ni de la selva amazónica como el lugar exótico por definición, se trata de la visión de ellos mismos y de la realidad de una comunidad indígena, en un país donde el olvido predomina.” -Murui Jafaiki

Alba Eiragi: Rocío, niebla y agua


Selección y notas de Elisa Taber



Alba Eiragi Duarte Portillo es una líder indígena, maestra y promotora cultural nacida en Curuguaty, Paraguay, en 1960. Es descendiente de Aché, criada en una comunidad Avá-Guaraní en la Colonia Fortuna, Departamento de Canindeyú. Tiene una licenciatura en trabajo social y comunicación, y un diploma en Educación Intercultural. Sus libros incluyen la colección de poesía Ñe’ẽ yvoty: Ñe’ẽ poty, y la colección de cuentos Ayvu tee avá guaraní. En 2017, se convirtió en la primera mujer indígena miembro de la Sociedad de Escritores de Paraguay. En 2018 presentó su obra en el 28 Festival Internacional de Poesía de Medellín, dedicado a las voces y visiones de los pueblos originarios de las Américas. Sus poemas e historias han sido antologados en varias publicaciones nacionales e internacionales.


Ayvu tee avá guaraní es una colección de historias sagradas escritas en avá guaraní, auto-traducidas al yopará y al español, e ilustradas por la misma autora. 


Las piezas de esta colección se pueden dividir en instrucciones sagradas y mitos de origen. Aquí lo que es ordinario se vuelve misterioso y viceversa. Las instrucciones explican cómo preparar alimentos, bebidas, y artefactos tales como joyas, hamacas y maracas. Lo ordinario se convierte en sagrado por el protocolo de actos aparentemente separados y superfluos. Por ejemplo, las instrucciones para preparar kaguyjy, chicha, detallan lo necesario — cereales, verduras y miel fermentada por tres días — y lo “innecesario” —un cuenco de cedro, una casa limpia y canciones de alegría, bendición y generosidad. Los mitos describen el origen de la flora y fauna regionales, así como los tres elementos clásicos Tupí-Guaraní: el rocío, la niebla y el agua. El misterio se hace inteligible a través de la ficción. La génesis del agua, por ejemplo, termina siendo la historia de cómo el sol y la luna crearon un río para ahogar a los espíritus malignos que los perseguían.


Los cuerpos celestes antes mencionados procedieron a nombrar a todos los seres de la mítica Tierra sin mal. El cuidado del lenguaje es intrínseco a la familia Tupí-Guaraní, ya que ñe’ẽ significa al mismo tiempo palabra y alma; por lo tanto, anima mientras nombra. Sin embargo, el vocabulario de Doña Alba es particular porque alterna entre términos abstractos y concretos, una dualidad que refleja formalmente el contenido. Su tema está escindido entre la representación del mundo material y el espiritual. La simplicidad con la que explica conceptos complejos se logra a través de la elección de palabras coloquiales y narraciones sucintas. Estas instrucciones sagradas y mitos de origen se entienden mejor como enseñanzas. Ella describe cómo el pasado moldeó el presente y predice cómo el presente afectará el futuro. Su forma de escribir postula un principio moral: que uno puede aprovechar el potencial del lenguaje hacia la bondad, en vez de la crueldad. La autora deja al lector con una pregunta: ¿Qué es sagrado? Quizás sea una vida llevada de tal manera que fomente la existencia de otros seres en otro espacio y en otro tiempo.



                   Pira pytã ñemongaru
 
Pira re mongarutarõ ype remoῖ vaʼerã irundy avati apesa ypy. Upea ouymarõ, koʼẽ ñavoma rera a vaʼerã emoguaetee aḡua era varaity avi avati kai tata peguare emombo mombo vaʼerã ypy avati rayi iichi.

Aa oguaeymarõ reeja jyyrae vaʼerã peteῖ ary.

Mokõi jyy oguae aapy katu eraa vaʼerã pinda aati yvyrare rejopia vaʼerã aaisa vaʼerã mbokaja ryvigui ỹro katu karaguata ryvigui oiporã ymarõ renoese aarima renoeta. Pira pytã jeʼu reko: ikangue eembiʼukue ndovivaʼerã jagua, tajasuai aa, ype. Uguia oourõ na ñarua moavei. Renoe ypype reʼupi vaʼerã ijarypy rema ata endy vaʼerã.
 

                   Pira pytã ñemongaru

Pira emongarútarõ ýpe emoῖvaʼerã irundy avati apesã ýpe. Upéva hoʼu rire rerahavaʼerã avati mbichy okáiva emoḡuahẽ porã haḡua emombo mombo vaʼerã ýpe avati ra’ỹi michῖva.

Oḡuahẽ rire ehejavaʼerã peteῖ ary oḡuahẽ jey haḡua pe pira ha upéi erahavaʼerã nde pinda isãvaʼerã mbokaja ryvipe térã katu karaguata ryvi vaʼerã.

Pira pytã jeʼu reko: ikangue ndoʼuivaʼerã jagua, kure, ype umía hoʼúrõ nerenohevéima, pira pytã renohẽ rire remyataindyvaʼerã.


                      Pez dorado

Alimentar a los peces bajo del agua, poner espigas de maíz todos los días, llevará a acostumbrarlos primero para que vengan al lugar.

El maíz tiene que ser un poco quemado en fuego, tirar también en el agua algunas semillas de maíz. Cuando vienen los peces al sitio donde pusimos el maíz en el agua, esperar un día o dos. Cuando el agua esté mansa debes tirar tu anzuelo con mucho cuidado, tienes que preparar una masa de maíz, ponerla en la punta de tu anzuelo. La cuerda es de hilo de pindo* o caraguata**, por ahora ya se usa el nailon. Cuando agarran bien tu pinda*** van a notar en cantidad los peces de diferentes tamaños.

Forma de comer pescado dorado - pira pytã: su hueso; los pescados no tienen que comer los perros, chanchos, patos, gallinas. El pez va a desaparecer del agua. Lo que pescaste, primero tienes que ponerlo en el altar, prender una vela de cera de abeja; es para la suerte.


 * Palma reína
 ** Corazón de la bromelia
 *** Anzuelo 


                      Yguasu

Yguasu ae peteῖ y ijapyra yvae oiny. Peva rovaire oῖ avakuery ypyru. Upeare oῖ avá kuery rekoa ayuu kuerenda. 
 
Upegui avá kuery oreko temimbota oikuaa agua mbaemo ko yvyre. Y ae peteῖ mbaʼe ypyru, yry juʼi, yvy y ae kuaray a jasy rembiapokue, tuvy kuery remimbota ae kuery omboery pavete oῖ vaguive ipype.
 
Ayvu ypyru y, yaka, ñu, kaʼaguy. Y ojapo okuapy ojeepy a agua añaykuery gui a opyta agua ae kuery ojovai yre vovore. A upeicha ojukapa añay kuerype, oitypa chupe kuery ypy, upegui osea oery noῖ ikuai, jaguarete a amboae mbaemo ñarovae mboi. Ojapopa rire tembiapo oo jyy tuvy renda py a upepy eichupe kuery Ñande Ru eete peepeota aguyjema peesape ñane rembiejakue etare. A ombo eko chupekuery guembiapora kuery. 
 

                     Y guasu

Y guasu ha y ijapyra’ỹva hína. Upéva rováire oῖ Avakuéra, iñepyrũ oῖ avei hekohakuéra, iñe’ẽkuéra renda, upégui Avakuéra oguereko.

Ñemoarandu oikuaa haḡua mbaʼépa oiko yvýre. Y haʼe peteῖ mbaʼe ñepyrῦ, yryjúi, yvy, y haʼe kuarahy ha jasy rembiapokue, ituvakuéra rupive haʼekuéra omboherapaite oῖva guive ipype. Ñeʼẽ ñepyrũete ha y, yakã, ñu, kaʼaguy. Y ojapo hikuái, añete, hapete ohundipa haḡua añakuérape opyta yrembe’ýre ojovái hikuái.

Ha upéicha ojukapa añakuérape, upégui osẽ, ápe heñói hikuái, ombohéra jaguarete, umi mymba iñarõva, mboi avei.


                  El agua grande

Verdadero, que no tiene fin. Al lado del agua grande está el principio del Hombre Avá.

Por eso en las comunidades del río o del agua grande, utilizamos la letra Y en las muchas palabras y oraciones. 

De ahí vienen los conocimientos de los Avá para entender cómo vamos a conducirnos aquí en la tierra. El agua es el principio del mundo, es como la espuma. El agua, es vida, los mandamientos son parte de la vida. Esto hizo: creó el señor sol y la luna, recibió como orden de parte del Gran Padre Ñande Rueete* de poner nombres a cada uno de los que están dentro de su tierra yvymaray.**

La primera palabra o nombre es Y, yka el agua, arroz, el campo, la selva. 

Los arroyos grandes creó para salvarse de los diablos “aña kueragui” se quedaron unos al lado del río grande entre las orillas. Así iban procurando para eliminar a los diablos, ahogando todos y salió también para el nombre del tigre dentro de la selva y del agua grande del diablo salió el tigre, es muy bravo. Después de terminar el trabajo le da hambre se fueron junto a su padre Ñande Ru Tupa ***. Ahí les dijo su padre a ellas dos: ahora se van para siempre alumbrando a la gente que se quedaron allá en la tierra, quedaron muchos. Hagan con ellos lo que tienen que hacer, guiar para su trabajo.


 * Nuestro Verdadero Padre
 ** La tierra sin mal
 *** Nuestro padre, señor de la lluvia, del trueno y el relámpago.  


                    Kurusu

Tata endy ypegua voity jerokyatypy oῖ vaʼerãity kurusu imboeetepy jera kaeity ñane ramoi oñangareko katu koʼaa ejapyrere ñandevy ko yvypy.
 
Kurusu jary tee oiko kaʼaruare umi mamoraete.
 
Jaikua yaagotyo. Y ary gui oñembokatu Kurusu yvyra imboʼeetepy yary ae ñane ramoi rakaeity oiko ichugui yvyra yary. Iporivete sapyʼa rakaʼe ñane ramoi uguiriro guareity Ñande Ru oguerea mamoraity ichupe. Upeiry oaejy uguitene yvyraroity yary yvyra jary kueryro oae ko yvypy. Koay peve opoo epy agua ipirekue poʼatee oparingua mbaʼasypy guaraity.
 
Kagui ryrura yvyra ñae uusu yvyra ñeʼẽ miri avi tataendyy chugui oñembokatu avi ykarai ryrura avi. Pyrenda mitã mongaraia opy omoῖ guapya iichi aro yaryguigua vaʼerãity pyrenda.


                    Kurusu

Haʼe oῖva Avakuéra oñemboʼehápe, tuicha mbaʼe péva, ñande taita oñangareko hese. Koʼãva ojehejarakaʼe ñandéve ko yvy ári ḡuarã.
 
Kurusu: ijára oῖ kuarahy reikére mombyryeterei ndajaikuaái ñande umíva.
 
Ygarýgui ojejapo kurusu, ygary haʼe yvyrakuéra ruvicha.
 
Haʼe ñande taita oho rakaʼe peichaite yvágape, oraha chupe Ñande Rutee ha omboúje ichupe yvyraro ha ygary oiko ichugui. Ikangýje peteῖ koʼẽme ñande taita ha uperõguare Ñande Ru ogueraha ichupe ha upéi ombou chupe yvyraro ko yvy ári ḡuarã.
 
Koʼáḡa peve omeʼẽ tesãi, ipirekue haʼe pohã porã opa mbaʼépe.
 
Chícha ryrurã avei ojejapo ichugui, vatéa tuicháva ha michῖva, kurusu ykarai ryrurã, avei pyrenda mitã omongaraívape ḡuarã, koʼãva ojejapovaʼerã ygarýgui memete.


                La cruz sagrada
 
La cruz está sobre el altar en donde rezan los Avá. Es muy sagrada, la cuidan los abuelos en la casa espiritual. Este elemento cultural nos dejaron nuestros abuelos del más allá en la tierra.
 
El dueño de la cruz, está en donde entra el sol, muy lejos. La cruz se hace del cedro, que es una madera/árbol sagrado y líder de los demás árboles. 
 
El cedro fue un hombre que fue al más allá, lo llevó el Gran Padre al cielo, para luego volver a enviarlo a la tierra en forma de árbol sagrado.
 
Un día amaneció muy débil nuestro abuelo y se lo llevó nuestro Padre al cielo, y hasta ahora es bueno, le sirve a muchos cuando enferman, se utiliza su caparazón, ya que es un remedio poderoso.
 
Se hace de cedro la batea para la chicha grande y pequeña, la cruz, el recipiente para el agua del bautismo durante el mitã karai, el banco pequeño para que ponga los pies el abuelo durante el rezo y el bautismo. Todo esto se hace del cedro yary. 



Más sobre Alba Eiragi



Sayari Campo: Los tapukus y el origen del agua



En palabras de Sayari Campo Burbano:


“El arte para mí es la capacidad de transformar el miedo en esperanza, es la creatividad innata que tenemos todos los seres para expresar y compartir lo que somos. El movimiento, las palabras, los gestos, los cantos, lo que creamos con nuestro ser es arte.  El arte es lo que nos permite soñar y construir nuestro mundo, es permitirnos ser puentes de memoria y conocimientos compartiendo con los demás nuestra forma de ser, pensar y existir. Para mí, el arte es la expresión del espíritu, es aquello que nos salva del miedo y la destrucción, es sanación en tiempos de oscuridad.”


En el siguiente video que la artista Sayari Campo Burbano (nación Yanakuna Mitmak) ha compartido con Siwar Mayu, la narración y escenografía están a cargo de Sayari, y el texto es una adaptación de “Relatos y pensamiento yanakuna” del poeta Fredy Chikangana / Wiñay Malki. Enseguida del video, incluimos el texto original.


TAPUKU Y EL ORIGEN DEL AGUA Sayari Campo, Fredy Chikangana

El útero ~ Relato Yanakuna. Por Fredy Chicangana / Wiñay Malki  (2012) 


Los primeros seres que poblaron esta tierra vinieron en forma de vapor y así mismo se llamaron Tapukus porque surgían del fondo de la tierra y cuando salían a la superficie algunos hacían el sonido de tapuk…tapuk…tapuk…y otros respondían ku…ku…ku… Así seguían brincando y tratando de volar.


El gran padre Waira que era el viento, los tomaba de la mano y los llevaba a sus dominios y pronto iban emblanqueciendo la tierra, entonces algunos tapuk y otros ku no quisieron seguir al gran padre Waira y se juntaron formando una gran sombra, de aquella sombra surgió una masa la cual fue formando un primer cuerpo que tenía el sonido y la seña de los dos, de Tapuk y ku.


El padre Waira sintiéndose rechazado, sopló fuerte sobre esta masa la cual fue cogiendo forma de una gota grande y después tomó forma de mujer, el padre Waira siguió soplando y la lanzó por el aire, pero la masa ya tenía cuerpo de mujer.


Con la fuerza del viento la sombra iba haciendo los dos sonidos de tapuk  ku, tapuk  ku, entonces el gran padre observando que era una mujer decidió llamarle tapuku y acompañarla en su vuelo para formar con su cuerpo los ombligos de agua, las lagunas, los ríos y las quebradas.


Ella iba cantando, rozando su cuerpo entre la oscuridad, con su sonido y aliento se iban formando las aguas cálidas y las frías, el gran padre Waira soplaba suavemente y así iban brotando las aguas que comenzaron a correr por el universo.


Por ello los abuelos Yanakunas dicen que la madre primigenia es un Tapuku y su territorio es el útero, en donde germina la vida para ser regada por el universo. 


El gran padre Waira los tomaba de la mano; Sayari Campo, Fredy Chikangana

Sayari Campo Burbano es descendiente de la cultura andina Yanakuna. Nació el 4 de septiembre de 1991 en el territorio del Macizo Colombiano. Desde muy temprano se interesó por la danza y el movimiento, algo que la impulsó más adelante a hacer parte de grupos de danza y músicas nativas. El arte siempre la ha acompañado, pues sus padres y familiares le han inculcado desde muy pequeña estos saberes.


Creció en el resguardo indigena de Río blanco (Sotará, Cauca) e hizo sus estudios en la ciudad de Bogotá. Es licenciada en Biología de la universidad Pedagógica Nacional y actualmente es aprendiz de partera, danzante y dinamizadora pedagógica en su territorio.


También es guardiana de la Casa Munayki –Uma en San Agustín (Huila), un espacio dedicado a la investigación y el intercambio de conocimientos ancestrales, donde ha venido desarrollando trabajos desde el arte y la medicina ancestral. Sayari colabora en procesos pedagógicos encaminados al fortalecimiento del arte y el idioma propio de su comunidad.


Es creadora del proyecto Warmi Samay (espíritu de mujer), iniciativa pedagógica en torno a temas que involucran el cuerpo femenino, los ciclos de vida y el cuidado del territorio. 



Más sobre el proyecto Warmi Samay y el territorio Yanakuna


“Sana y cuida tu primer territorio, tu cuerpo.” ©2021 Warmi Samay https://warmisamay.org/
  • Sigue a Warmi Samay en Instagram y Facebook:
Ritual Yanakuna. ‘Así inició movilización “El Río de la Vida”‘ Periódico subregión USCO
Colectivo Sumak Komunikaciones,

Cristian Cayupán: “Somos fuego y todavía tierra”

Introducción y selección Mabel García Barrera

Universidad de La Frontera. Wallmapu. Temuco. Chile



Uno de los poetas con mayor proyección en el ámbito de los estudios de la literatura mapuche e indoamericana es el poeta bilingüe Cristian Cayupán, quien radica en las proximidades de la ciudad de Temuco, al sur de Chile, en la comunidad José Cayupán, del Sector Maquewe. Cayupán ha publicado los poemarios Poemas Prohibidos (2007), Reprimida Ausencia (2009), Usuarios del silencio (2012), Tratado de Piedras (2014), Terruño (2014), El hombre y su piedra (2016), Apología del barro. Fotra ñi llellipun. (2017). Además ha publicado, en coautoría con Ana Ñanculef, el libro de investigación etnográfica KuifikeZugu. Discursos, relatos y oraciones rituales en mapuzugun (2016). 


Es gestor y editor de la Revista Comarcas. Literatura sin Fronteras, que se publica desde el año 2011 ininterrumpidamente. A lo anterior se suma el poemario inédito Piedra Humana, un proyecto de orientación ontológica que continúa la senda de sus obras anteriores, inmersas en una “estética de lo sacralizado”, la cual actualiza el conocimiento y discursos mapuche tradicionales, entre ellos los epew (relatos míticos) y otras formas canónicas ancestrales, que convocan un modo de experiencia sacralizado del mundo, donde el ser es uno con el cosmos disolviéndose o fusionándose en las energías que le habitan. Esta perspectiva forma parte de la literatura y del arte mapuche actual, ya sea como desafío por conservar y representar este modo de habitar el cosmos como experiencia vital, como recuperación cultural y/o como posición política de resistencia cultural.  


A lo largo de sus textos, Cayupán logra configurar un proyecto desafiante y complejo, que adopta como centro de su poesía la inscripción de una narrativa cosmogónica desde el rakizuam mapuche, un modo de pensamiento ancestral tradicional, creando una realidad transformadora que se expande desde el rüme fütra kuifi -tiempo de los orígenes- hasta replegarse sobre sí misma en los acontecimientos del fantepu mew -presente-, manteniendo entre estos ejes un movimiento constante y sin fin. En este irrumpir cósmico la voz poética busca expresar cómo deviene la vida y cómo transita el hombre en el mundo, estableciendo lo inconmensurable como medida y frontera de todo ser. 


La palabra


I

Primero habitó en cavernas 

donde emergió el mito 

fue el fuego de todo cimiento 

calor domesticado 

Sombras enclaustradas 

danzaron silvestres 

ahuyentando tinieblas 


II 

Fue pilar de cada fogata 

rito de todo mortal 

Materia indisoluble 

herramienta primaria 

conjuro natural 

Claridad absoluta 


III 

Desertó del silencio 

Se despojó de antiguos atuendos 

parafraseó en un aliento 

lo primero que dijo: 

-es aquí la levadura 

harina y agua 

(Dicho de otra manera: La Palabra) 


IV 

Luego, la piedra habló con dureza 

Voces filtradas en los vientos 

colaron su designio 

Presagio del devenir 

luz inmortal


¿Fue la palabra, acaso 

continuación del fuego 

y mediadora de la piedra? 

Donde vayas 

hallarás la palabra en ti 

Ceremonia sagrada 

culto divino 


VI 

Somos fuego y todavía tierra 

piedra tallada 

Palabra – Hombre

peregrino de sitios eriazos 

la tierra nuestra habitación 

La noche al fin se hizo día 

transparencia de todo vocablo 

luz del porvenir

Camino de la humanidad.


Las cosas… sus sentidos


El hombre fue un solo puñado de piedras arrojado al suelo

ese misterio de estar siempre en el mundo

buscándole un sentido a las cosas

como si las cosas le dieran sentido a los hombres

Las cuatro estaciones de la vida

le confieren una función determinada a los objetos

y éstos con el tiempo se hacen parte de los seres

ampliando su forma de concebir el universo

Las figuras recién hechas

siempre se parecen a la primera luz

descrita por un profeta

Empezaron a nombrar los objetos de otra forma

nacieron los idiomas y así los oficios

Todas las cosas tuvieron su origen en las sombras

el talabartero por ejemplo, aprendió a escribir cuchillo con su sangre

así el artesano esculpió el corazón triste del bosque

el herrero por su parte, machacó sus puños nobles en la fragua

porque la sombra es el alma de las cosas, la médula de uno

Me sustraigo del tiempo

y empiezo uno nuevo

con mi propia forma de interpretar los objetos

Si el destino fue volver al comienzo

nombrando las cosas con el dedo índice

entonces, el hombre tarda

lo que se demora una vida en la tierra

en brotar sus semillas.


Los hombres son atuendos de antiguos dioses


Las sombras que son empujadas a la tierra

con esa bestialidad que desconocemos

no son presagio de otra creación

sino auspicio de nuestra propia existencia

¿Quién dejamos de ser cuando nacemos

alumbrando esa mano misteriosa?

Los dioses por su parte escondieron sus sombras

en piedras inamovibles

El que logra cambiar de sitio la roca materna

encuentra también los secretos de esa especie

Pero los dioses se extinguieron al emerger los hombres

depositando a sus deidades en tumbas de barro

Surgió entonces la palabra escrita

junto al texto del fruto prohibido

El miedo a las serpientes se desarrolló en la memoria remota

en la primera letra del árbol genealógico

por eso hoy el hombre busca algo que jamás ha perdido

sino lo que le han hecho creer que alguna vez sorteó.


El árbol de la vida


El primer camino fue un manojo de piedras

emergiendo de la tierra

donde el hombre se valió de sí

para endilgar sus pasos

buscando el valle de la vida

Al encontrar el lenguaje

trazó un mapa en el suelo

y en el mismo barro escribió su historia

El árbol de la vida

es un camino tallado en la memoria del hombre

donde su viruta celebra

al juntarse con el recuerdo temprano

Un árbol fundado en la raíz del vocablo

donde su tronco se eleva a la altura del ser

Un árbol fornido irguiéndose al universo

El hombre es un camino sin salida

buscando los días sin fin

En la misma travesía

el camino se alarga y se extingue en su interior

como una mano apagada buscando el origen de la luz paterna

El árbol que buscamos cada día está en nosotros

en lo más íntimo del ser.


La ceremonia de cada día


El niño se traga a su padre como de costumbre

y pareciera que todos los días

el progenitor saliera del fondo de ese crío

para ayudar a amasar el pan que la madre deja en el horno

porque quiere ver comer ese alimento de antaño

puesto en la mesa recién hecha

Esa es la ceremonia más pura del paso de la niñez a hombre

Ser tragado desde las entrañas

y dejar que el padre viva dentro de su propio hijo

para aliviar ese pasado que sigue en su memoria

que es el origen de toda comunión familiar

Cuando uno hace un pacto la sangre se estremece

como se encrudece el conjuro

porque al final cada ceremonia tiene su tiempo

donde el hombre perdura lo que tarda su tronco familiar en la tierra.


No estoy aquí todavía


Soy una palabra herida 

carente de idioma y espacio 

Una palabra indecible 

sin diccionario 

ni terruño 

Una palabra 

que no encontró grupo humano 

para ser pronunciada 

ni fue sospechada por boca alguna 

En qué época dejamos de ser vegetal 

para encarnamos en la palabra 

materia y espíritu 

desnudos, dóciles, humanos.


La casa en la roca


Si hice que esta piedra fuera mi casa

no fue sino para hallar la luz que nace de ella

porque en cada hogar hay una lámpara hecha de palabras

que se enciende con las iniciales de cada estación

Me detuve a contemplar la luz que emerge de la piedra

porque en el atardecer de un hombre

las cosas se valoran de otra forma

La luz se hace más antigua al pronunciarla

porque hay en ella algo que nos hace susceptibles

al observarla a través de los hombres

Me reconozco en la piedra al mirar sus cimientos

porque su luz atraviesa las manos del albañil

y trasciende el esfuerzo de los que la levantaron

con una sola palabra escrita en la tierra

Esta roca es la sombra de otro lugar que no existe

una puerta a medio cerrar que ilumina el peñasco

de un modo anterior a la luz

Cuando uno mira las vigas con los ojos de otro

es para darle firmeza a la casa

porque desde sus raíces la piedra es un techo cobijando la claridad

Camino por sus alrededores buscando una respuesta

esa señal que reconocemos desde antes de nacer

y alguien siente unos pasos dentro suyo

unas huellas tan antiguas en él

que fue como si las conociera de memoria

porque esas pisadas las hicieron sus antepasados

Alguien me llama a través de un espejo

y la voz parece acercarse

pero al moverme se aleja en mi interior

Cuando se triza el espejo que siempre permaneció en la casa

también se rompe el misterio que hay en él

porque es una caverna de cristal que ahora habita adentro del género humano

Quién sino el tiempo reconstruye sus muros

haciéndola cada vez más profunda

El tiempo que apenas deja de pasar, no es otro, que un presente rezagado

y el pasado que allí empieza es otra capa de ceniza en la memoria del hombre

porque la casa se remonta a los orígenes del ser.


Más sobre Cristian Cayupán

“El Proyecto Diálogo es el único banco de imágenes dedicado exclusivamente a registrar y poner en circulación retratos de escritores mapuche contemporáneos presentes en Chile.” © 2018-2020 EscritoresIndigenas.cl

Sobre Mabel García Barrera

Es académica de la Universidad de La Frontera, ubicada en la ciudad de Temuco, territorio Mapuche, Chile. Es profesora de Estado en Castellano, Magíster en Literatura, Diplomada en Ciencias Políticas Aplicadas. Ha investigado, escrito y editado libros y numerosos artículos sobre literatura y arte mapuche en revistas de corriente principal.


Francisco Vargas Huaiquimilla: La insistencia de la denuncia

© The Clinic

Por Mabel García Barrera


El arte visual moderno en la cultura mapuche surge con fuerza a inicios de la década de 1990, vinculado con los procesos de recuperación identitaria y de resistencia cultural, estableciendo una frontera simbólica con la producción cultural y política que se impone desde el Estado chileno. Sin embargo, como todas las artes modernas de este pueblo, estas adoptan los soportes, algunas técnicas y cánones de culturas externas, las que se imbrican con el estadio simbólico de lo ancestral. En este proceso,  Francisco Vargas Huaiquimilla (Calbuco 1989), de seudónimo Kütral (fuego), se manifiesta como un creador multifacético que, con una corta trayectoria, aporta a la escena artística mapuche desde un proyecto sólido y rupturista, problematizando las dimensiones éticas, socioculturales y políticas de la cultura colonial, y de su versión neoliberal, a través de narrativizar poética, visual o performáticamente la violenta contingencia que afecta al pueblo mapuche en su relación con el Estado y la sociedad chilena. 


Destaca en la propuesta de Vargas una búsqueda constante por romper las formas canonizadas e instalarse en las fronteras de los géneros artísticos, generando un puente entre la literatura, lo visual y la perfomance, con el objetivo de recrear múltiples versiones del significado y sentido de la obra, operando desde la insistencia de la denuncia. 


En el ámbito literario cuenta con tres libros: la obra poética “libro objeto” Factory (2016), y el poemario Troya es tu Nombre (2019), además del texto narrativo o “libro-guión-instalación” La Edad de los árboles (2017); mientras en el campo de lo visual, destacan sus instalaciones y las obras fotográficas, mediante las cuales expone la violencia de un Estado que margina y precariza la existencia del pueblo mapuche. Consciente del proceso de invisibilización de los acontecimientos, construye una narrativa visual orientada al espectador, mediante una estrategia textual que ancla detalles del contexto en una composición de imágenes realistas poéticamente hilvanadas. 

Las imágenes que seleccionamos aquí ponen en evidencia el conflicto del pueblo mapuche con el Estado chileno; pueblo originario cuyo territorio fue invadido y despojado, posteriormente privatizado, cercado con alambre, y visto como valor de mercado, mediante una lógica economicista de producción y depredación del suelo; perspectiva que se opone a la visión comunitaria de la cultura mapuche cuyo valor se encuentra en la subsistencia, y una conexión sagrada y de respeto con el medio natural. 

El dispositivo estético de las imágenes de Francisco Vargas enfatiza la impronta neoliberal de la cultura chilena sobre la madre Tierra (Ñuke Mapu) y el mapuche, proceso que el artista acentúa desde la ironía, mediante los recursos de la corporalidad y de la publicidad, dando origen a una estrategia visual que opera por inversión, al reiterar cómo procede la ética superficial. Destaca en su obra la resignificación que realiza de los símbolos de mercancía, como el de la empresa multinacional Nike transformándola en Ñuke (madre tierra), o el de Puma a Pangui (puma, en mapudungun); aludiendo a la invasión del monocultivo del pino radiata y del eucaliptus que realizan las empresas forestales transnacionales instaladas en el territorio, monocultivos que progresivamente hacen retroceder el bosque nativo, secan la tierra, y como consecuencia despojan de su lugar natural a la vida silvestre y a las comunidades mapuche. 

En palabras de Francisco Vargas Huaiquimilla:

“El ejercicio performativo Cosecha es un trabajo de investigación sobre el cuerpo mapuche huilliche y el movimiento en espacios cerrados, las estructuras de los árboles, la madera, las forestales y los sistemas de producción masivos. Un estudio sobre el quiebre del cuerpo, la memoria y sus movimientos” (Notas del Dossier 2020).

Esta obra provocadora impacta el espacio público por su realismo descarnado, en la medida que busca afectar los sentidos y a través de ellos conmocionar a los espectadores, actualizando la memoria de una violencia cotidiana que se consume rápidamente en las noticias, pero no transforma las relaciones culturales. La obra se abre a signos que movilizan lo sinestésico asociado al dolor físico y psicológico de las víctimas, testimoniando esta particular relación histórica. Un ejemplo de esta propuesta artística es la obra La edad de los árboles, texto video-guión donde expone la represión por parte de la policía, aludiendo a un menor de edad mapuche que es reducido  y al que sin embargo se le disparan 180 perdigones a 50 cms de distancia; este acontecimiento es el que el artista imprime como tatuaje en su espalda, como acto de denuncia de un conflicto territorial que se mantiene desde la fundación del Estado chileno.



Sobre Mabel García Barrera

Mabel García Barrera es académica de la Universidad de La Frontera, ubicada en la ciudad de Temuco, territorio Mapuche, Chile. Es profesora de Estado en Castellano, Magíster en Literatura, Diplomada en Ciencias Políticas Aplicadas. Ha investigado, escrito y editado libros y numerosos artículos sobre literatura y arte mapuche en revistas de corriente principal.


Más sobre Francisco Vargas Huaiquimilla

Una entrevista de Francisco Vargas Huaiquimilla, con The Clinic (2019)
EN LOS BOSQUES DEL HAMBRE (2019)

“Chaikonibo”, de Pedro Favaron y Chonon Bensho

  El sueño del mar dietador © Chonon Bensho

Con la asesoría y correcciones de Manuel Gonzales (Menin Bari) 

y del profesor Eli Sánchez (Pakan Meni) 

 Introducción de Juan G. Sánchez Martínez


Inin Niwe (Pedro Favaron) y Chonon Bensho (Astrith Gonzales) son esposos y comuneros empadronados de la Comunidad Nativa de Santa Clara de Yarinacocha, nación shipibo-konibo (Amazonía peruana). En dicha comunidad han fundado la clínica de medicina tradicional Nishi Nete y un jardín etnobotánico. En los últimos años, a partir del trabajo comunitario, Chonon y Pedro han estado compartiendo sus oralituras, documentales, pinturas, bordados y conversaciones, con quienes creemos que la creatividad y la palabra fuerte pueden curar el desequilibrio ambiental y social en la Amazonía y el mundo. Ante la dificultad de hacer inteligible los modos propios shipibo-konibo de estar en el mundo, Pedro y Chonon han optado por un vocabulario mito-poético para fundar un puente intercultural:  “el mundo del Inka”, “los médicos visionarios”, “los dueños de la medicina”, “la sabiduría líquida”, “los diseños kené”, “el pueblo perfumado”. Desde el aprendizaje con los onanya (los médicos de la comunidad), las imágenes de Chonon, y las palabras-canto de Pedro parecen forjarse en el “tiempo vegetal”. 


Hoy, con permiso de los Ibo (dueños de las plantas medicinales), presentamos presentamos el poema Chaikonibo (traducido al inglés por nuestra querida Lorrie Jayne), en donde Chonon y Pedro traducen a un “lenguaje sencillo” una experiencia límite de purga y ensoñación. En tiempos de neo-chamanismos, apropiaciones culturales, y migraciones de las plantas mismas, Pedro y Chonon nos recuerdan el sentido tradicional de las dietas y del vínculo con la selva, así como la responsabilidad de los médicos legítimos con la curación del mundo. En este poema, la raíz no está sembrada sobre identidades raciales, étnicas, nacionales o religiosas, sino sobre la Tierra Madre y la memoria. Quien olvida el territorio, el río, la comunidad, queda en riesgo, pues ¿cómo va a usar el desmemoriado las plantas visionarias? 


Gracias a Chonon Bensho y a Pedro Favaron/Inin Niwe por compartir con Siwar Mayu estos cantos de buen pensamiento. Inin Niwe (Pedro Favaron) ha publicado Caminando sobre el abismo: vida y poesía en César Moro (Lima 2003); la novela Puka Allpa (Lima 2015); los poemarios Movimiento (Buenos Aires 2005), Oeste oriental (Lima 2008) y Manantial transparente (México 2016); y la investigación Las visiones y los mundos: sendas visionarias de la Amazonía occidental (Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica, 2017).



Para leer Chaikonibo como PDF,

Chaikonibo

1.
Moatian jonibo
koshi shinayabo ikana iki,
ani shinayabo,
metsá shinayabo.

Jatibi jaton koshi,
jaton onan shinan,
joa iki Nete Iboibakeax
jainoaxribi rao meranoax.

Jaboan onana iki yoyo iti
ani jiwibobetan, 
niibobetan,
isabobetan, parobetan,
ianbobetan, baribetan.

Jatona iká iki koshi joi.
Tsoabi yoyo ibiresyamakatiai
Moatian ikatikanai yoyo iosmabo,
tsokas shinan-omabo.

Non yosibaon
noa yoikatiai 
nete benatian.
Nai iká iki
mai ochoma;
jonibo yoyo ikatikanai
baribetan, wishtinbetan.

Jatibi ikatikanai jaskara joiyabires.

Yapabo,
maimeabo,
peiyabo,
jiwiboanribi
ninkapaokatikanai noa yoyo ikai.
Jaboribi yoyo ipaonike.

Ani ianmeran
Inka japaonike
noa ochoma.

Jakon Inkan
jonibo axea iki
jakoni jati,
jakon akin shinanax,
jatibi menianani,
yoashitima,
jaton mai oroti,
yoá banati,
yoá aki,
jakon akin chopa saweti,
jawetianbi sinakanantima,
jatikaxbi teti.

Moatian jonibo
ikatikanai yoitibo, 
raro shinayabo.
Jabo japaonike jaon rarokanai
Papa Baribetan,
Inkabobetanribi.

Jaskara iitibi
Ikana iki
yoshina bakebokeska.
Jakon akin shinayamakana iki.
Ikana iki yoitimabo,
jakonmai yoyo iki.

Jaskatax Inka pikota iki,
Kaa iki janbiribi jai 
wetsa neteoribiribi,
jakon netenko,
metsá netenko.

Kakin boa iki
ainboyabi benbobo
jakon shinanyabo,
jakoni jaabo,
jan jato axeakeskati jakanabo.

1.
 
Los antiguos
tenían fuertes pensamientos,
grandes pensamientos,
hermosos pensamientos.
 
La insondable fuerza
de sus sabios pensamientos,
provenía del Gran Espíritu
y del influjo de las plantas medicinales.
 
Ellos sabían conversar
con los grandes árboles
y con el bosque,
con las aves y con el río,
con los lagos y con el sol.
 
Para ellos la palabra era fuerte.
Nadie hablaba solo por hablar.
Los antiguos eran silenciosos
no tenían ansia o inquietud.
 
Nuestros abuelos
nos contaron sobre el tiempo 
cuando el mundo era nuevo.
El cielo no estaba
lejos de la tierra;
los hombres podían hablar
con el sol y las estrellas.
 
Todos tenían la misma lengua.
 
Los peces,
los seres que caminan sobre la tierra,
los seres que vuelan
y los árboles
escuchaban nuestra palabra.
Ellos también hablaban.

En una gran laguna
el Inka vivía
cerca de los seres humanos.
 
El Inka bondadoso
enseñó a los antiguos
a vivir bien,
pensando bien,
compartiéndolo todo,
sin mezquindad,
cultivando la tierra,
sembrando alimentos,
cocinando,
vistiéndose bien
y sin nunca discutir,
trabajando juntos.
 
Los antiguos 
eran obedientes,
con alegres pensamientos.
Ellos vivían agradecidos
con el Padre Sol,
con los Inka también.
 
Pero luego de un tiempo
se comportaron
como niños endemoniados.
No pensaron bien.
Fueron desobedientes
y hablaron de forma impropia.
 
Entonces el Inka se marchó,
se fue a vivir
a un mundo diferente,
a un mundo bueno,
a un mundo hermoso.
 
Se llevó con él
a las mujeres y a los hombres
humildes y generosos,
que vivían bien,
como él les había enseñado.


2.
(Bewá)

Eara bewai yakake
Inka mai masene
nete xaman paniax
nai neten paniax

paniake kainax
nai nete xamanbi
jakon nete kepenkin
inka nete kepenkin.

Ea bewa bewai
mato non ninkakin
nato bewa bewai
nato metsá bewakan

nato jakon bewakan
koshi shinan bitaana
ani shinan bitaana
non Inka netenxon

non bari papaka
koshi Inka meraya
rao ibo meraya
jakon Inka meraya.

Ea riki Onanya
inkakeskaboribi
jakon xawen Onanya
Inka bake Meraya.

Nokon metsá maiti
inkan metsá maiti
nete maitishoko
keneyaki maiti

Jaton neten yakaxon
bewa bewabainkin
metsá bewabano
bewa bewashamani.
2.
(Canto)

Estoy sentado cantando
en la tierra perfecta de los Inka,
en la profundidad del cielo,
en el mundo del cielo,
 
suspendido en lo más alto,
en la hondura del firmamento,
abriendo [con mi palabra]
el mundo perfecto de los Inka.
 
Estoy cantando 
por la salud de los seres sensibles;
entonando un canto profundo,
un canto de hermosura insondable,
 
un canto compasivo y curativo
que transmite la fuerza y el espíritu,
y los pensamientos infinitos
del mundo de los Inka,
 
del alma de nuestro padre sol,
y del gran sabio Inka,
del Dueño espiritual de la medicina,
del Inka sabio y generoso.
 
Soy un gran médico 
como fueron los Inka
un buen y sabio hombre,
un hijo del Inka iluminado.
 
Tengo una hermosa corona,
una hermosa corona Inka,
que contiene el universo entero
en sus hermosos diseños.
 
En ese mundo bueno estoy sentado
mientras mi alma se desplaza
con la fuerza de mi canto hermoso,
con la profundidad de mi canto.
3.
Nato neten
Banekana iki non papabo
kachianakeskabo
noibatitishokobo,
kikini teti
ja jawekiatikopi
jawen awinbo, jawen bakebo 
waiai, xoboai.
 
Jaskatax jatikopi
non papabo
kikini tetaibo ikatikanai.
Jabo oxas oxayamakatikanai
neteamabi,
bari pikotamabi.
 
Moatian ainbobo
tsinkikatikanai karo jan yoa ati aki,
wai oroi,
xobo matsoti,
mapó akí,
yoman timai,
keweai.
 
Moatian jonibaon
akatikanai nonti akin,
yomerakatikanai yoinabo, yapabo.
Paro, niibo
Ikatiai jainoa jawekiatibo
jawebi maxkayamakatikanai.
 
Moatian jonibo
Ikatiai rao jaweki onanbo
chikish raonti onanbo.
Janin bichin
rayatikopi.
 
Benakatikanai janin jiwi
taweneshaman
janbi wenen-ai.
Tsekakatikanai ja bichi
pachikatikanai
nete beamabi.
Ja xeakatikanai
jaixon samakatikanai
bariapan kaman.
Bakeranonbaon xeakatikanai
rayá inoxon.
 
Jainoaxribi 
manxaman kawati
taxbakan xoxoai.
Ininshaman jiwi
chitari ininkeska
jaonmea onantiribi.
Jawen bichi
iki kinanti
janra poró chokai,
yora jishtiai
rayá itikopi,
mecharibi
manxankeska
ja iki nato jiwi ibo
nama meran noa axeai.
 
Jaskarakopi non yosibo
ipaonike mechabo.
Jiwibaon raomepaokanike.
Nii raobo ikatia jan raomekanaibo.
 
Jawetianki ja bichi tsekakanai
wetsa jiwimea
yoyo ikatikanai ja jiwibetan,
jakon akin yoikin
onanmabo ixon:
 
“Ea mecha imawe,
ea rayá imawe,
jakon shinaya ea inon,
koshi shinaya,
nokon kaibobo jawebi mashkatimakopi”
 
Ja jiwi ibon
ninkakatitai,
jawen jointi oinxon;
jakon shinayarin ixon
koshi  meninoxon,
jawen ani onan shinan.
 
Jiwi taponbora
boai maixamaori
jainoaxribi jene xamaori.
Jawen poyanbo aniai
neteori.
Maimeabo,
jenemeabo,
oimeabo,
bari papa neteorikeabo,
naixamaoriabo
jainoaribi ochaoma Nete Ibora
joai jawen jakon raoboya
jawen onan shinani
niimea raobo.
 
Moatian jakatikanai
nii ochoma.
Ikatikanai onanbo.
Westiora yakatibo jakatiai
ochochashokobo
jatonbiri jakoni jaabo.
Jawin kaiboboiba merati
Bokatikanai nontin.
Paro ikatiai moatianbi
jaton bai
jaskatax jaton kaiboboiba merati.
 
Jonibaon shinan,
jaton jointi
ikatiai rarobires 
paro oinax,
wetsa kaibobo shinantaanan.
 
Yoikatikanai non yosibaon
nete benatian
moatian onayamakatikanai
keweti.
Iikinbi westiora ainbaon
meraa iki parokexakea
metsashoko jene ainbo oxaa
iká iki jawen yora
kewekanbi rakota
kikin metsá.
Jainoax ainbo jawen xobon karibaa iki,
nokoxon tanaa iki ja oina kewebo.
Jainxon peokana iki
chopa keweakin.
 
Parokeska iki kené
Ja iki ianki tekitabo
jemaboribi.
Jatiribibo iki mayakené,
mayá mayabaini
parobokeska.
 
Jatibi jawen metsabo,
jawen raobo,
jatibi jakonbo,
jake jawen mestá kenebo.
 
Noa riki paromea jonibo.
Shipibo-konibo
noa jati atipanyamake
paro ochó.
 
Yosiboan yoikatitai
paro xaman
jake wetsa jonibo
ani shinaya.
 
Moatian Merayabo
jeneori bokatikanai
jain jakatikanai
ja paro jonibobetan
jatonmea onani.
3.
 
En este mundo
quedaron nuestros padres
como huérfanos
sufriendo mucho,
trabajando duro
para alimentar
a sus esposas y a sus hijos,
abriendo chacras y levantando sus casas.
 
Para poder vivir
nuestros padres
eran muy trabajadores.
Ellos se despertaban
antes del alba,
cuando no había salido el sol.
 
Las mujeres antiguas
juntaban leña para cocinar,
cultivaban la chacra,
barrían la casa,
modelaban la greda,
tejían su ropa
y la bordaban con diseños.
 
Los hombres antiguos
hacían canoas,
cazaban y pescaban.
El río y los bosques
daban todo lo necesario
y nada les faltaba.
 
Los antiguos 
conocían plantas medicinales
que curaban la pereza.
La corteza del tangarana kaspi
los volvía trabajadores.
 
Buscaban un árbol de tangarana
que estuviera bien cultivado
por las propias hormigas.
Cortaban su corteza
y la remojaban
antes del amanecer.
Eso tomaban
y luego ayunaban
hasta el mediodía.
Los jóvenes tomaban
[la corteza del árbol tangarana]
para ser trabajadores.
 
También conocían
el árbol de sacha garza
que crece a las orillas de los lagos.
Es un árbol aromático
que huele como la canela
y tiene grandes conocimientos.
Con su corteza
se prepara un vomitivo
que limpia el estómago
y despierta el cuerpo
para ser trabajador
y un buen pescador
como la garza
que es el Dueño de ese árbol
y en sueños nos transmite
[sus habilidades y conocimientos].
 
Por esos nuestros abuelos
eran buenos pescadores.
Los árboles los curaban.
Se sanaban con el monte.
 
Cuando sacaban la corteza
de algún árbol medicinal
ellos conversaban con el árbol,
hablaban con respeto
para pedir que les enseñe:
 
“Hazme un buen pescador,
hazme un hombre trabajador,
de buen pensamiento,
con un pensamiento fuerte,
para que nada falte a mi familia”.
 
El Dueño espiritual del árbol
los escuchaba,
miraba sus corazones;
si tenían buen pensamiento
les transmitía su fuerza, 
y su gran sabiduría.
 
Las raíces de los árboles
se hunden en la tierra
y también bajo el agua.
Sus ramas se elevan
hacia el cielo.
 
De la tierra,
del agua,
de las lluvias,
de la luz del padre sol,
de la profundidad del cielo
y del Gran Espíritu
 
vienen las buenas medicinas
y los conocimientos 
de las plantas del bosque.
 
Los antiguos 
no se alejaban del bosque.
Lo conocían a la perfección.
Cada familia vivía
lejos de los demás
una vida tranquila.
Para visitar a sus parientes
navegaban en canoa.
Los ríos eran para los antiguos
los caminos
que unían a las familias.
 
En sus pensamientos,
en sus corazones,
sentían alegría
contemplando el río,
recordando a sus parientes.
 

Contaban nuestros abuelos
que en el principio del mundo 
los antiguos no conocían
los diseños kené.
Hasta que una mujer
encontró en una orilla del río
a una bella sirena dormida
que tenía su cuerpo
bordado con diseños 
de gran hermosura.
 
La mujer volvió a su casa;
y al llegar, dibujó esos diseños.
Desde entonces 
los antiguos comenzaron 
a bordar su ropa con diseños.
 
Los diseños kené son como ríos
que unen las lagunas
y los pueblos.
Algunos son circulares,
avanzan dando vueltas
como los ríos.
 
Todo lo que es hermoso,
todo lo que es medicinal,
todo lo bueno
está cubierto con diseños kené.
 
Nosotros somos gente del río.
Los shipibo konibo
no podemos vivir
lejos de los ríos.
 
Los abuelos contaban
que en la profundidad del río
habitan otros humanos
que son grandes sabios. 
Los antiguos Meraya
se hundían en el agua
y se iban a vivir
con los espíritus del río
para aprender de ellos. 
4.
(Bewá)
 
Paro xaman kanoxon
kanoshaman abano
jene xamankoniax
ani paro xamanbi.
 
Nokon bewa bainkin
jene xaman kanoni.
 
Metsá jene ainbo
jawen yora keweya
metsá yorashamanbi
metsá keweshamanbi.
 
Nonbira yoinon
noabira meninon
jawen ani shinanbo
jawen koshi shinanbo
 
jene nete meninon
jene nete kepenxon
jawen koshi bitaanan
jawen metsá bewakan
 
nonribi onanon
jene metsá netenxon
jawen kewé netenxon
paro xama netenxon.
 
Jawen akoroninbi
kawayonparibano 
jawen koshi biboi
jainbira jonini
 
jene neten jonini
jene koshi jonini
ja jene koiranti
jene nete xamanbi.
 
Jene ibo meraya
merayashama riki
jene rokotorobi
jawen roninbobetan.
 
Jawen noi roninbo
jaton kewé neteo
jaton metsá neteo
jawen paro xamanbi.
4.
(Canto)
 
Vinculándome con la profundidad del río,
haciendo una conexión profunda
con la hondura del agua,
con lo más hondo del gran río,
 
mi canto se va encaminando
hacia la profundidad del agua.
 
Hermosa mujer de las aguas
con un cuerpo bordado con diseños
de indescriptible hermosura,
bellos y profundos.
 
Nosotros le hablamos [a la mujer del agua]
para que nos transmita
sus conocimientos infinitos,
sus fuertes pensamientos
 
y abra para nosotros la sabiduría líquida
del mundo del agua,
para que recibamos su fuerza
y sus hermosos cantos medicinales.
 
Junto a ella aprendemos 
la sabiduría del mundo del agua,
del mundo de los diseños bordados,
la hermosa profundidad de los ríos.
 
Sobre el barco espiritual
[de la mujer del mundo del agua]
estoy caminando
recibiendo la fuerza
del territorio oculto
en el que ella se transformó en ser humano,

[donde nació] el espíritu del mundo de agua,
el fuerte espíritu del agua,
que cuida de los ríos y de las lagunas,
de la profundidad del mundo acuático.
 
La mujer sabia del agua
es un ser iluminado,
con facultades extraordinarias
que domina sobre los dragones.
 
Esas serpientes descomunales
viven en el mundo de los diseños,
en una geografía hermosa,
en lo más profundo del río.

  Jene Ainbo © Chonon Bensho
5. 

Jawetianki moatian jonibo
Onanyakasi
bokatikanai ochó
niimeran  peotashoko akax.
 
Tsekakatikanai jiwi bichibo,
koshi jiwibo,
ani onanyati jiwibo,
inoaxatankeska,
anakeska.
 
Jakoni yoyo ikatikanai
ja rao ibobobetan:
“Ea ani shinan meniwe,
min panati ea meniwe,
maton bewá ea onanmawe,
isinaibo en jato benxoanon,
nokon kaibobo akinon,
Maton neterao ea kepenxonkanwe,
eara raomis ikasai
moatian jonibokeska”.
 
Rao jene xeakatikanai
jainoaxribi peibaon nashikatikanai.
Piamakatikanai
jaweti netebo
jainxon samakatikanai
oxebo winoti
tashioma pii,
bata piamai,
yoranyamai,
jaskati noibatiti
koshi shinaya ikasi
yoitanan:
“Eara ikai ani Onanya joni,
Kikin koshi Onanya,
Jakon Onanya,
Nete Ibon bake”.
 
Jawetianki jawen yoraxama
moa kerasma iketian,
jawen shinan jakon-ira
rao jonibo
jaimashaman
nokokatikanai.
Jawen namameran axeai,
jaton koshi menii,
jaton onan shinan menii.
 
Jaweratoboki Onanya ikasai
iti atipanke jakon shinanya
jato raonkasai
jawen kaibobo
jaton rao bewakan.
Jawetianki samatai
non kayara kai
jatibi netenko:
mai xaman kai
rao taponbomeran;
onanti jawetio chichorin ixon
jawen jene neteoribi;
jainoariibi mananmeran,
shanka neteo,
nai xamao.
 
Ja samataikaya
kai jemabotiibi 
rao nete ibobo,
Chaikonibaon jeman.
Nokokatikanai joni
ja basi samata jonibo,
inin peiraon
nashiabo.
Ja joné jonibo
kenyamai non jakonma  itsa.
Xeteti jake raopei inin
jaskaaraxon chaikonibo 
nokotikopi.
 
Jatonra biai
jakon shinaya jonibo,
jakoni jaa jonibo,
jakon joe Netemeran
jawen jointiabi .
 
Ja joné jonibo
jawetianbi ramianayamakanai.
Kikin raro shinayabo jakanke,
Rao inin poataibo
Nii xamameran
ani jema ochó
weanbotiibi.
Jatibitian raota.
Akanai jatonribi ani xeatiakin
metsonananax ransai,
mashá bewai.
 
Jawetianki westiora Onanya
Chaikoniboiba meratai
aribakanai jaton bake bimakin.
Jabaon jawetianbi potayamai,
akinkanai
isinaibo benxoatikopi .
 
Kikin metsashoko ainbobo
Joxo  tena yorayabo.
 
Jawen rayos Onanya
meniai jawen koshi,
jawen onan shinan,
raonai itikopi
yokakanaibo.
 
5.

Cuando los antiguos
querían ser médicos y sabios
se iban a vivir lejos [de sus familias]
en pequeños refugios en el bosque.

Cortaban las cortezas
de los árboles de gran fuerza espiritual
y de grandes conocimientos
como el ayahuma y la catahua.

Conversaban respetuosamente
con los Dueños de la medicina
[para pedir que les transmitieran
sus conocimientos]:

“Dame un gran pensamiento,
dame tu protección,
enséñame tus cantos
para curar a los enfermos,
para ayudar a mi familia.
Abre tu mundo medicinal,
quiero ser médico,
un sabio como los antiguos”.

Tomaban el agua medicinal
[en la que remojaban las cortezas]
o se bañaban con las hojas.
Entonces ayunaban
por varios días
y luego dietaban
algunos meses
sin comer sal,
sin comer dulce,
sin tener relaciones sexuales,
así sufrían
con un pensamiento fuerte
diciendo:

“Voy a ser un gran médico,
un médico fuerte,
un buen médico,
hijo del Gran Espíritu”.

Cuando la profundidad de su cuerpo
ya estaba limpio
y su pensamiento tranquilo
los espíritus medicinales
de a pocos
se acercaban.
En sueños les enseñaban,
les transmitían su fuerza,
les daban sabiduría.

Quien quería ser médico
debía tener un buen pensamiento
y tener la voluntad de curar
a sus familiares
con los cantos medicinales.
Durante la dieta iniciática
nuestro espíritu se desplaza
por diversos mundos:
se hunde bajo la tierra
con las raíces de las medicinas;
conoce lo más hondo
del mundo de las aguas;
también los cerros,
el mundo de las piedras
y la profundidad del cielo.

El espíritu del dietador
viaja por los territorios espirituales
de los Dueños del mundo medicinal,
y visita el pueblo de los Chaikonibo
[los ancestros perfectos].

Ese territorio solo es alcanzado
por las personas
que han dietado mucho tiempo,
que se han bañado
con hojas perfumadas.

A los espíritus escondidos
no les gusta nuestro mal olor.
Hay que oler a planta perfumada
para acercarse
a los Chaikonibo.

Ellos solo reciben
a las personas que piensan bien,
que viven en armonía
con la luz del Gran Espíritu
en los pensamientos de su corazón.

Los seres escondidos [Chaikonibo]
nunca discuten entre sí.
Ellos viven con mucho contento,
emanando un perfume vegetal,
en lo hondo del bosque
lejos de las ciudades,
en las quebradas.
Siempre usan vestidos adornados.
También hacen sus celebraciones
y danzan tomados de las manos,
cantando mashá.

Cuando un médico
encuentra a los Chaikonibo
le entregan para casarse a sus hijas.
Ellas nunca lo abandonarán
y lo ayudarán
para sanar a los enfermos.

Son hermosas mujeres
de piel muy blanca, que resplandece.

Su sabio suegro
le transmite su fuerza,
le da su conocimiento,
para que cure con compasión
a quienes pidan ayuda.
6.
(Bewá)

Nokon bewashamanbi
bewashaman kanoni
rao bewashamabi
metsá bewabanon
 
Maya maya bainkin
bewá keneabanon
metsá keneshamanbi
metsá keweabanon.
 
Ea riki Onanya
jakon joni Onanya
rai rokotoroshamani
nokon metsá maiti
 
Nokon maitishamanbi
biri biri mabokin
inin bires maiti
metsá keneshamanbi.
 
Nokon metsá tari
metsá tarishamanbi
joxo tarishamanbi
metsá keweshamanbi
nokon pino tari keweya.
 
Eakaya keyanon
nai xaman panixon
rao nete kepenkin
rao neteshamanbi
 
ani nete kepenkin
metsá nete kepenkin
jakon nete kepenkin
inin nete kepenkin.
 
Inin jema kanoni
chaikonibaon jemakaya
metsá jemashamanbi
jaton metsá xobonbi
 
raro inin nomabo
mayá mashá itikaya.
 
Nato metsá netenko
ea riki awinya
soi noma metsashoko
ja riki nete biriai 
 
nokon papashokobo
raro bewashamanxon.
 
Rao nete ibobo
mayá mayashamani
nonra isinbo benxoai
non metsá bewakan.
 
Ea riki Meraya
moatian jonibokeska
nato xawan benxoai
nato noma benxoai
 
nokon rao bewashamaxon
nete bewa shamaxon
Nete Ibo jakon joi
Nete Ibo rao joi.
 
6. 
(Canto)
 
Con la profundidad de mi canto,
con la conexión profundo del canto,
con la profunda medicina 
del canto hermoso 
 
me abro camino cantando, 
y avanzo dando vueltas y espirales
haciendo un canto con diseños,
con hermosos y profundos diseños.
 
Yo soy médico tradicional
un hombre bueno y sanador,
un [curandero] Onanya de gran sabiduría, 
con una hermosa corona. 
 
Tengo una profunda corona
que vibra resplandeciente
perfumada y brillante                 
con diseños de indescriptible hermosura.
 
Y tengo una cushma,
una cushma hermosa,
una cushma blanca,
con bellos diseños bordados.
Es mi cushma bordada 
que me regaló el colibrí.
 
Mi alma se eleva
y se suspende en el insondable cielo
abriendo lo más profundo
del mundo medicinal;
 
abro el mundo ilimitado,
el mundo hermoso, inexpresable,
el mundo sin mal, el mundo bueno,
el mundo del aroma medicinal.
 
Me vinculo con el pueblo perfumado,
con el alma de los Chaikonibo,
con la profundidad de ese pueblo 
en el que tienen hermosas casas;
 
las alegres y aromáticas mujeres
dan vueltas bailando el mashá.
 
En ese mundo hermoso
tengo mi esposa
que es un ave muy hermosa
y todo en ese territorio resplandece.
 
Mis entrañables ancestros
cantan con mucha alegría.               
 
Los espíritus Dueños de la medicina
giran y giran desde lo más hondo
curando las enfermedades
con el alma de nuestros bellos cantos.
 
Tengo el saber de los Meraya
como los antiguos
y a este hombre estoy curando
y a esta mujer estoy curando
 
con la profundidad de mi canto, 
la profundidad del mundo medicinal
y la buena palabra del Gran Espíritu,
con la palabra medicinal de Dios.      
7.
 
Moatian jonibo
ikatikanai koshibo onan jonibo.
Jakatikanai Inkan jato axeakeska.
 
Rama Inka jake
wetsa neteori,
wetsa paroori,
noakeskama netenko,
jakon netenko.
Jabo mawayamai,
keyoisma Inka. 
 
Noa riki bakebo
moatian Merayabo. 
Noa iti atipanke jatokeskaribi.
Non yosibo
jake non jointiainko;
bewakanai
Inkabobetan.
 
Non rao onanketian,
non jakon akin samaketian,
yosibaon noa namameran noa benai.
Noa bokanai
non onanyamaa parobaon;
noa onanmakanai icha jawekibo
jatibi raomeranoabo.

Noa koshi menikanai,
jaton onan shinanbo,
jaton ani shinanbo,
jakon joi
tsonbi noa paketimakopi.
 
Ramara noa jake “moderno” netenko
ikaxbi noa shinabenoti atipayamake
non rekenbo.
Jaskatax jatikopi
jemabotiibi nato ani paron,
jatibitian koshi itikopi,
noa jati iki non rao ochoma,
ani nete namati.
 
Rome koinman
non atipanke yoshinbo ishtomakin
noa ramiakasaitian.
 
Non jakon akin samaketian
Chaikonibaon noa axeati atipanke,
jaton koshi menikin,
jaton jakon shinanbo,
noa jakon jatikopi,
ikonshaman jonibokeska itikopi.
 

 
7.

Los antiguos
eran fuertes y sabios.
Vivían como el Inka enseñó.
 
El Inka vive ahora
en otro mundo,
en otro río,
en un mundo diferente al nuestro,
una tierra sin mal.
Él nunca muere,
es el Inka eterno.
 
Nosotros somos hijos
de los antiguos médicos
y podemos ser como ellos.
Nuestros abuelos
viven en nuestro corazón;
y siguen cantando
junto al Inka iluminado.
 
Si conocemos nuestras plantas,
si dietamos bien,
los abuelos nos visitan en sueños.
 
Nos llevan a viajar
por ríos desconocidos
y nos enseñan las propiedades
de las plantas medicinales.
Nos dan su fuerza,
sus pensamientos sabios,
sus pensamientos infinitos,
y nos donan una buena palabra
para que nadie pueda vencernos.
 
Ahora vivimos en el mundo moderno
pero nunca podemos olvidar
a nuestros antepasados.
Para sobrevivir
como una nación de este gran río
debemos permanecer fuertes,
cerca de nuestras medicinas,
soñando con los mundos ilimitados.
 
Con el humo del tabaco
debemos alejar a los demonios
que quieren destruirnos.
 
Si dietamos bien
los Chaikonibo pueden enseñarnos,
darnos su fuerza,
sus buenos pensamientos, 
para que vivamos bien
como verdaderos seres humanos. 


Más sobre el arte y poesía de Chonon Bensho, Pedro Favaron/Inin Niwe y la nación Shipibo-Konibo


Mira las pinturas y bordados de Chonon Bensho en Siwar Mayu.

Los diseños MAYA KENÉ son símbolo de identidad del pueblo shipibo.

El manifiesto shipibo, Red Antisuyo:

“NON JOI: Nuestra palabra”

Una explicación sobre el uso ancestral del Ayahuasca, Red Antisuyo:

AYAWASKA

La poesía cuir de Manuel Tzoc Bucup

© Fotografía de Fabrizio Quemé

Introducción de Rita Palacios

Manuel Tzoc Bucup es un poeta y artista visual maya k’iche’ de Iximulew (Guatemala). Su trabajo consiste en tratar de metaforizar realidades sociales desde la interseccionalidad identitaria a través del lenguaje poético y de las artes visuales. Los tópicos constantes en su propuesta son: género, identidad, cuerpo, origen, memoria, lenguaje, imagen, objeto, disidencia sexual, y todas las posibles hibridaciones. Autodidacta a través de talleres, diplomados, y lecturas de arte y literatura contemporánea. Cuenta con varios libros publicados por editoriales alternativas y artefactos poéticos en edición de autor. Textos suyos aparecen en revistas y antologías literarias en toda Abya Yala. Ha presentado su trabajo visual en diversas galerías y muestras de arte contemporáneo locales y extranjeras. Tzoc es uno de los fundadores junto a Rodrigo Arenas-Carter de la Maleta ilegal, una editorial alternativa que se dedica a publicar textos de manera limitada e independiente. El poeta es bien conocido por su poesía cuir, erótica y por sus libros-objeto poéticos.

Un ejemplo de “textos sin fronteras” © Maleta Ilegal

Recientemente se vio a cargo de la edición de una las primeras colecciones de poesía cuir en Centroamérica, Antología LGBTIQ+ Guatemala (e/X 2018). En general, Tzoc se preocupa por la edición y publicación de su obra de manera práctica, esto le permite evadir la censura y a la vez asegurar una experiencia sensorial para el lector. Asimismo, esto significa acortar la distancia entre el creador y su público, dándole a sus versos la corporeidad de la cual la palabra impresa generalmente carece. Para el poeta, la textura del papel, el impacto de las imágenes y la interacción con el objeto poético son parte de la experiencia y a la vez una invitación a pensar en la fetichización del libro y, finalmente, de la palabra.

atómica © Manuel Tzoc Bucup

Su artefacto poético más reciente, Wuj (edición de autor, Guatemala, diciembre del 2019), recrea un tipo de experiencia epistolar. El poeta-creador confecciona tan solo cincuenta copias de un objeto poético compuesto de hojas sueltas de rica textura y con una tipografía mecanográfica en un sobre sellado cuya función es de cubierta de libro. Para obtener una copia, es necesario contactarse con Tzoc directamente y su entrega se realiza a través de servicio de mensajería internacional dado que no hay servicio de correos nacional en Guatemala o de manera personal (no está demás considerar el impacto de la crisis global para adquirir una copia de Wuj). Los versos contenidos en esta obra ofrecen una reflexión en torno a nuestra relación con los medios sociales (“Adiós Facebook! Cierro mi cuenta contigo ☹️”) y el internet (“San Google cómo se encuentra tu espíritu cyborg en este momento?”); con la escritura y la lectura (“Ejercicios de escritura”, “A los lectores” y “Wuj” Palabra); con la indumentaria Maya (“Kat Waj” Te quiero); y con la vida urbana (“Memoriales urbanos”). Para esta edición de Siwar Mayu, Tzoc nos brinda versos totalmente inéditos que tratan de la pandemia global y lo que significa estar solo, enfrentarse al miedo, a la enfermedad y, por último, a la muerte.

Wuj © Manuel Tzoc Bucup, 2019
Polen © Manuel Tzoc Bucup, 2014
Polen © Manuel Tzoc Bucup, 2014

5 poemas del libro inédito con nombre tentativo “Fresa y Fracaso”, escrito bajo la pandemia mundial del Covid-19 para la revista electrónica Siwar Mayu, Guatemala 2020.

 Fresa y Fracaso © Manuel Tzoc Bucup


FECALIDAD EN EL OLVIDO 

Observando las cosas de mi baño

me pregunté por las pequeñas fecalidades que quedan en ellas

y ahí están los cuerpos futuros y cínicos 

limpiándose las culpas con jabón gel sin aroma 

Exacto nene

los cuerpos sin futuro

SOMOS NOSOTROS

limpiando y ensuciando el corazón con el deseo

de escribir en medio del abismo 

Reconstruir el crimen de vivir el día a día 

abrazando nuestro libro preferido 

regando cada mañana una planta de amapolas 

observando el mar infestado de petróleo 

abrazando un cuerpo muerto y aún tibio 

acariciando perros callejeros 

en fin y por fin

esto es la fecalidad de los años felices 

La crónica roja del día 

llena de obligaciones domésticas y laborales 

¿estamos solos o nos sentimos solos?

la verdad es singular en cada sujeto 

no puedo a hablar por ti nena

lo siento

aunque me odies 

yo desapareceré en cualquier momento 

reconstruyendo la malvada historia de nuestras vidas 


ESTRELLA DE LA SOLEDAD 

En este momento 

lo único que existe eres tú 

Estrella de la Soledad

serás nuestra compañía 

en estas noches de disparos al aire 

noches de aislamiento colectivo 

de cuerpos perseguidos y olvidados 

de flamencos brillantes y libres 

que nadan en ríos urbanos

 

Noches de espejos solitarios 

DEL YO CONTRA EL YO 

Nota: texto escrito el primer día del toque de queda en Guatemala, 22 de marzo del 2020. 


MASA 

Morder la memoria

devorar 

la mazorca dorada por el fuego 

ceniza viva 


MUCHACHA HERIDA 

El mundo y sus peligros cotidianos 

está afuera muchacha hipocondríaca

(incluso adentro) 

te espera

te llama 

ya no puedes seguir recorriendo el universo 

en esa máquina de correr eléctrica 

los bichos te sonríen en cualquier objeto 

estás horrorizada de abrir la puerta de la calle 

de tocar la piel de tus amigos

de penetrar la carne de tus amantes 

Las esquinas filosas de las cosas te amenazan 

hiciste una cueva de tu corazón herido 

le temes a las esporas que flotan frente a tus ojos insanos 

respira y siente el aire infectado y puro 

respira y siente y pide aumentar tu calma 

Anda  y respira profundo amiga hipocondríaca 

que todo estará bien! 

o talvez será todo lo contrario


AGUA SALADA

Todos saldremos heridos de esta historia 

con un muerto a cuestas 

con un amor en plena pandemia 

restaurados

lesionados

iguales

cerrados 

enfermos 

renovados 

aburridísimos hasta el cansancio 

más solos que nunca

más acompañados que nunca 

sobre explotándonos con teletrabajo 

o con nuestro curriculum esperando eternamente una respuesta

Esta historia 

este camino 

el destino

el azar

la mala y buena suerte 

nuestros pasos del día a día sobre aceras de sangre y pasto verde

filmaciones de recuerdos y olvidos

y el agua salada 

siempre el AGUA SALADA

esperando con ansias 

nuestros cuerpos derrotados

Cuerpo de niño triste, Polen, Wuj, Atómica © Manuel Tzoc Bucup

Para aprender mas de Manuel Tzoc, la poesía cuir y los textos sin fronteras

Latin American Literature Today: 4 Poemas de Manuel Tzoc

Por favor sigue este enlace, y disfruta cuatro poemas más de Tzoc. Cubren una amplia gama de temas, escritos durante muchos años. Hablan de la complejidad de la existencia humana, tocando todo, desde el niño interior hasta las plantas medicinales y lo cuir.


Ediciones la Maleta Ilegal

Explora las galerías de la Maleta Ilegal, aprende de la filosofía detrás de “textos sin fronteras,” y conoce los autores y las artistas. Apoya a los creadores a través de su estilo de publicacion alternativa, permitiendo el contento sin editar y sin censura. Aquí puedes encontrar más sobre De Textos Insanos de Tzoc allí.


Edinson Quiñones: “La intención comienza desde la semilla”

 Por Juan G. Sánchez Martínez

Hace unas semanas, compartimos la palabra con Edinson Quiñones, artista del Cauca, Colombia, de ascendencia Nasa. Edinson se comunicó desde el resguardo Nasa donde actualmente “desaprende” en la Universidad Autónoma Indígena Intercultural (UAIIN), y lidera el proyecto trans-indígena Popayork. Por el auricular de mi celular en Tokiyasdi/Asheville (territorio Cheroqui, Estados Unidos) llegaba el cacarear de las gallinas y el ajetreo del campo andino. Edinson es Maestro en Artes Plásticas de la Universidad del Cauca, y tiene una maestría en Artes Integradas con el ambiente de la misma universidad. Con doce exposiciones individuales, y más de cincuenta exposiciones colectivas, es miembro del Colectivo 83, con quienes han creado y mantenido el Salón Internacional Indígena Manuel Quintín Lame (2014-2020). Ahora mismo, Edinson se encuentra cursando el ciclo “Rehabilitación de la madre tierra” en la UAIIN, en donde su principal objetivo es desaprender las nociones coloniales que aíslan el arte de la comunidad y crean la falsa idea de “un público selecto”. 

Un artista Marginal © Popayork Residencia Artística

Quienes han presenciado sus performances y asistido a sus talleres, saben que desde 2003, Edinson ha estado recordando los pasos de sus mayores a través de un proceso creativo visceral que no incluye solo la identidad sino los rostros de la guerra. “Yo era un espíritu sin guía, hermano”, me dice, “haciendo proyectos rebeldes para sanar”. En 2012, tras múltiples viajes y exposiciones internacionales, su abuela materna, partera y médica tradicional Nasa, muere y, mientras él y su madre procesan el duelo, Edinson comienza un acercamiento más profundo a la hoja de la coca, y a las heridas del narcotráfico en el territorio mismo de sus ancestros. El ombligo y la placenta de Edinson, como es tradición en muchos pueblos ancestrales de Abya-Yala, había sido enterrado por su abuela, pulsadora y sanadora de la comunidad. En la encrucijada entre la coca, la muerte y el territorio, el arte de Edinson florece. 

Si es bayer, es bueno © Edinson Quiñones. Berlin, 2016. Mario Kreuzberg Gallery.

Usar la hoja de coca, su pigmento, su madera, es para Edinson indagar en la poética de lo natural. Pero hacerlo significa también confrontar la desinformación global sobre la planta, y la realidad retorcida del consumo de la cocaína (el 0.5 grms de alcaloide por cada 100 grms. de la hoja), su tráfico, y la violencia que irradia este desequilibrio. Quienes han visitado el Museo de Oro en Bakatá/Bogotá (Colombia) o el Museo Casa del Alabado en Quito (Ecuador), saben que muchas de las piezas, con más de dos mil años de antigüedad, están representando objetos como el poporo y el zócalo (elementos que todavía hoy se usan cuando se consume la coca entre los pueblos de la Sierra Nevada de Santa Marta), y rostros y cuerpos de mayores sentados mambeando (con uno de los cachetes hinchados, embuchado con la hoja). 

 

Región Quimbaya. Colombia.

Región Nariño, Colombia. 

Para Edinson, como para millones de pueblos nativos del sur de Abya-Yala, la coca (ayu, mambe, kintu) ha sido y sigue siendo la llave para recomponerse, para encontrar la palabra justa y compartirla, para analizar y tejer comunitariamente, y para agradecer la abundancia de la tierra madre. Llamar a la coca “droga” es una forma de desorientar, desarraigar, y alejarnos de nosotros mismos. Por eso, la historia de la industria farmacéutica europea y norteamericana en la descontextualización del sentido ancestral de la hoja sagrada, es cuestionada en la instalación Si es bayer, es bueno. Arte pedagógico para regresar a nosotros mismos.

La Herida Sana y la Cicatriz Queda, Escarificación Dios de la Coca © Edinson Quiñones. 

Cuando le pregunto a Edinson, qué proyecto le gustaría que resaltáramos en Siwar Mayu, me dice que curiosamente siempre regresa al año 2006 al VI Festival de Performance de Cali (Colombia), en donde después de tatuarse en el omoplato derecho la imagen de un dios jaguar/espíritu-señor de la coca, su performance consistió en remover la imagen a través de la escarificación. Al parecer, lo que queda del performance es la fotografía de un evento. ¿Pero qué pasa en el cuerpo del artista? ¿Y qué pasa en el cuerpo colectivo? Hablando con Edinson aprendo lo que vino después: nueve meses sanando y dialogando con la madre, un proceso doloroso que obliga a re-aprender cada detalle de lo cotidiano (cómo dormir, cómo bañarse), y después, el recuerdo consciente en el cuerpo mismo de la intención primera. Un recuerdo para toda la vida. Esos trabajos sobre “el dios de la coca” violentan el cuerpo físico para desestabilizar la epistemología de Occidente: “hay que arrancar el pasado para ponerlo al frente”, me dice, y yo pienso en el nayrapacha andino. “Mi madre, que también es sanadora, no entendía por qué me hacía daño”. 

__________________________________________________________________________ Este es el aspecto difícil de procesar para el público incauto: ¿cómo hacer performance con balas? Quitexa es el nombre de esta obra, lo que significa “florecer” en la lengua Nasa yuwe. ¿O cómo hacer un performance con una “coca” o balero que ha sido construido con los huesos de las víctimas de la guerra? Esta obra se llama Juegos violentos. Todo no es un juego. “La comunidad me dice loco”, dice Edinson riendo. “Es un trabajo autobiográfico que pasa por distintas facetas: el trauma, la sanación y la transformación positiva”. 

Juegos violentos. Todo no es un juego © Edinson Quiñones, 2019.

Edinson cree que esta es una estrategia para persistir en una sociedad tan conservadora como Popayán. Tras siglos de racismo internalizado en el Cauca y en todo Colombia, en donde palabras como indio o paez eran usadas para avergonzar a las personas nativas del lugar, hoy es otro tiempo desde el que Edinson dice riendo: “yo estaba indagando por los aires y no por la tierra”. Hoy es el tiempo para construir desde la colectividad, con el permiso de los mayores  y  la ofrenda antes de comenzar, y con el mambeo (de coca) y la toma de remedio (del yajé), para indagar hacia las preguntas profundas desde la ceremonia misma. “Desde la ley de origen hay temas que no se deben sacar de la comunidad, es una lucha para el artista entender cómo se debe compartir”, me explica. 

Aliento y suspiro con Taita Misak Lorenzo © Edinson Quiñones, 2019.  

Por eso, en este puente entre la espiritualidad, el arte, y la academia, hay piezas para no exhibir, y palabras para solo compartir cuando es el momento exacto, ya que “la intención comienza desde la semilla”, me dice. Hoy la riqueza del territorio caucano está en el ojo de la industria extractivista y los intereses privados. Manuel Quintín Lame fue uno de los líderes Nasa que le dio la pelea a los terratenientes de la caña. “Liberar la tierra” –me explica Edinson– “es liberarla del monocultivo de la caña, para recobrar nuestra soberanía alimentaria”. 

Residencias Artísticas Popayork


Por eso Popayork es mi sueño”, dice Edinson, “5 años atrás comenzó esta visión y hoy ya están floreciendo los árboles frutales, hay 30 pollos, ¡y ya nacieron los conejos!”. Más que un espacio para residencias artísticas, Popayork es un proyecto de vida, que se aclaró en las tomas de remedio. Según me cuenta, él tenía la intención de hacer un viaje largo fuera de Colombia, pero en la ceremonia del yajé vio ese espacio donde está hoy como si ya fuera de él, es decir, vio la necesidad de concentrarse en su territorio y continuar con los procesos espirituales que estaba llevando. Edinson me invita a reflexionar sobre las cifras de la realidad colombiana: de 104.2 millones de hectáreas, 48% del territorio hoy está dedicado a la ganadería; ese es uno de los ejemplos claros del desequilibrio socioeconómico ocasionado por los grandes terratenientes y la ausencia de una política agraria que incentive a los campesinos y a las comunidades afrocolombianas e indígenas.

Performances compilation / compilación © Edinson Quiñones.

Después de cinco años tejiendo Popayork, hoy Edinson está en el proceso de levantar la maloca (casa ceremonial) y sembrar la sagrada tulpa (el fogón). “Y hay que atizar el fuego y nunca dejarlo apagar”, me dice. A Popayork llegan los mayores a ofrecer sus medicinas, por allí pasan las comunidades Yanakuna, Misak, Nasa, y todo lo que sale de allí tiene que salir con permiso y guía. Los materiales usados en trabajos como su obra  Juegos violentos han entrado en proceso de purga, ya que las balas y los huesos necesitan limpiarse también. Antes de cerrar nuestra conversación, él desde los Andes (mi tierra también), y yo desde los montes apalaches, le pregunto en qué proyecto está trabajando, y me dice: “ver florecer una huerta es pura magia colectiva, hermano. Va más por ahí…”  A la publicación de este texto, la guardia indígena del Cauca está liderando la Minga nacional en Colombia, exigiéndole al gobierno de Iván Duque que haga presencia de estado y proteja la vida de los líderes sociales, asediados por los grupos armados al margen de la ley. 

¡Jayaya Jayaya Jayaya!

________________________________________________________________________________

Más sobre la obra de Edinson Quiñones

Edinson Quiñones en La ventana invisible

Más sobre el Salón Internacional Manuel Quintín y el Colectivo 83

Colectivo 83– Curaduría Salón Internacional Manuel Quintín Lame (2014-2020)

Curadores, mingadores, filósofos, mayores como el Taita Lorenzo, todos bienvenidos en este salón vivo, portátil, que incluye video, poesía, copia, fotografía, conversación, audio. El salón no es un tema de reconocimiento, sino un diálogo transindígena de cara al territorio. En el 2019, contaron con 67 artistas de 12 comunidades indígenas, y se celebró en la Universidad de los Andes (Bogotá, Colombia).


Mikhu Paul. Tres poemas de “Powwowlandia del siglo 20”

Mikhu Paul (1958-) es una poeta Wolastoq que vive en Portland, Maine, EEUU, donde ejerce también como educadora, artista y activista. De ascendencia multirracial, es una ciudadana del Pueblo indígena de Kingsclear, en Nuevo Brunswick, Canadá. Su antología, 20th Century PowWow Playland fue publicada en 2012 por la editorial Bowman Books y varios de sus poemas han sido publicados en revistas literarias y antologías. Es una artista que usa múltiples técnicas y materiales; sus lienzos han sido expuestos en museos y galerías y han sido subastados para recaudar fondos para obras caritativas.

En sus obras, su arte y su vida, Paul destaca las consecuencias y los abusos del racismo sistémico sobre los modos tradicionales de vivir de los indígenas. Aprendió de las tradiciones ancestrales de su abuelo en la Reserva Indígena de la Isla Penosbscot cerca de Old Town, Maine. Sus reflexiones en palimpsesto sobre el paso del tiempo son sensibles y llamativas, aludiendo a la vez a una asimilación y a una herencia. Los poemas escogidos en esta selección ejemplifican estas características pero el poema más famoso de la colección de 34 poemas de Paul, “Jefferson Street School,” habla de su experiencia personal con la educación de los blancos, la discriminación, la desigualdad social y la diferencia cultural.

Poemas en inglés © Mikhu Paul, 20th Century PowWow Playland (Bowman Books, 2012)

Introducción, selección y traducción al español © Sophie M. Lavoie

Lengua Materna

Niña raptada, extranjera sin nombre.

Su boca ha sido cosida para callarla.

Las canciones, perdidas, en su largo viaje,

años y años, nacimientos y muertes.

Testigo mudo, ¿qué silencio es ese?

Desafortunado deceso, carne y hueso,

lengua con la que convivimos,

esparcida y espolvoreada como polen.

Poseídos, nuestros dientes se aprietan y rechinan,

labios morados chocan y se enrollan, un llanto ahogado:

tuberculosis, disentería, neumonía.

Mil maneras de matar a un ser, y

solo una verdadera manera de salvarlo.

Nuestras palabras, la forma de los sonidos, ya no son conocidas,

enterradas en Carlisle.

Oh, Abuela, ahora estamos errando. 

El mapa ensangrentado, ennegrecido y hecho jirones.

Hablamos una lengua ajena.

Somos fantasmas, espectros persiguiéndonos a nosotros mismos.

Amerindia

Los híbridos erran de México a Montreal, 

bañados en miel, moteados de té.

Sus ojos verdes atraen la luz, brillan,

esquirlas de espejos estrellados.

Ahora tenemos siete años de infortunio, 

primo, siete inviernos de penitencia por lo menos.

Somos, todos nosotros, arrojados al viento fogoso.

Las palabras de la súplica van y vienen,

hojas rojizas caídas de un árbol anciano, 

plumas blancas arrancadas del ala de la paloma.

Ninguna cábala, solo el corazón que late,

acurrucado en esta carne recién hecha, 

latiendo con ritmos ancestrales.

En mil años, ¿de quién será la cara

cautiva que ronda, confinada en el vidrio plateado?

¿Qué nombre le darás, 

a la que tenía tus ojos y, fijamente, te miraba 

mientras el espejo se estrellaba y

el árbol daba luz a esa nueva fruta?

Powwowlandia del siglo 20

En 1920, una celebración del centenario, medidas del tiempo,

conmemorando este momento 

cuando todo cambió.

Una separación, nombrar de nuevo el territorio violentamente amansado.

Repartido y reclamado, colonizado, el estado de Maine.

Dos caras miran fijamente, niños, color sepia, calidad 

de museo, atrapados por las páginas.

El niño y la niña fruncen el ceño frente al ojo de la cámara, 

lente rígido del pasado, arma peligrosa.

Treinta años después de la última gran danza en los Dakotas, 

cuando las balas viajaban más rápido que la luz

que captura a estos dos niños.

Ensamblando fantasmas, los suplicantes sepultaron sus corazones, 

murieron en la tierra helada.

La luz cautiva ciega a estos ojos jóvenes,

expone las sonrisas que son medio muecas.

Ido, el wigwam de abedul,

el tipi hecho con piel de bisonte.

Frente a una tienda de lona, el niño, 

mejillas con hoyuelos untadas de pintura de “guerra,”

está de pie al lado de su hermana, prima.

Una pluma barata cuelga de sus trenzas encintadas.

Los niños posan ahora, 

la pompa reemplaza la guerra.

El lobo es una leyenda, viste

la piel de un perro con correa,

y el ojo frío del guerrero, ahora cerrado, 

mano firme vacía, su grito de guerra

ahora callado en esta foto que se desvanece, 

esta powwowlandia del siglo 20.

Más información sobre Mikhu Paul (en inglés)

Dawnland Voices. Writing of Indigenous New England

Sobre la traductora

Sophie M. Lavoie es profesora del Departamento de Cultura & Estudios mediáticos de la Universidad de Nuevo Brunswick en Fredericton, Canadá (territorio nunca rendido de los Wolastoqiyik o malecitas). Enseña clases de lengua, literatura, cine y cultura. Ha publicado artículos académicos sobre literatura de mujeres centroamericanas y latinocanadienses, entre otros temas, en francés, inglés y en español en varias revistas. Fue cotraductora con Hugh Hazelton de El laberinto vertical de la poeta argentina Nela Rio hacia el inglés, tradujo el libro de poesía Nous sommes les reveurs de la poeta mi’kmaq Rita Joe hacia el francés y acaba de salir Un parcours bispirituel, la traducción al francés de la autobiografía de Ma-Nee Chacaby, una indígena biespiritual cri e ojibwe.


“Con pigmentos y tierra mazatecos”, René Alvarado Martínez

Metamorfosis ©  René Alvarado Martínez, 2019. Mixta / Loneta. 55 x 59 cm.

Por René Alvarado Martínez y Juan G. Sánchez Martínez

René Alvarado Martínez es de San Andrés Hidalgo, Huautla de Jiménez, noreste del estado de Oaxaca, México. Según cuenta René, desde niño creaba sus propios juguetes con arcilla y materiales de la tierra, y reproducía imágenes que veía en los libros de textos gratuitos que llegaban a su pueblo. También recuerda que más o menos a la edad de siete años empezó a ver cómo llegaban visitas a su casa en busca de su padre, médico tradicional, quien guiaba a la comunidad con las candelas y, solo en algunos casos, también con “los niños santos”, los hongos/medicina mazatecos. Por parte de su madre, ella nació en Río Santiago, Huautla de Jiménez, el mismo lugar donde nació la célebre sacerdotisa María Sabina.

Viaje cósmico e interno ©  René Alvarado Martínez, 2020. Mixta / Lienzo, 79 x 97 cm.

Durante miles de años, los pueblos indígenas de todo el mundo han registrado sus experiencias con plantas y hongos visionarios, y han representado su conocimiento espiritual a través de diferentes códigos y materiales. Sin embargo, el uso de estas medicinas ha ingresado recientemente en el imaginario de las “literaturas y artes” en lenguas y estéticas mayoritarias. Las “plantas y hongos visionarios” han sido llamados “drogas” (de la raíz hispano-árabe hatrúka, mentira), “alucinógenos” (del latín alucinari, divagar sin sentido), “psicotrópicos” (del griego psique, mente/espíritu, y topein, estado alterado), “psicodélicas” (del griego psyche, mente/espíritu, y delos, manifestarse), y “enteógenos” (del griego en, adentro, theos, dios, gen, nacer: plantas que permiten que Dios florezca en el interior), esta última expresión propuesta por Gordon Wasson, Jonathan Ott, y Carl Ruck. La obra de René Alvarado Martínez está inspirada en las prácticas mazatecas de la ingesta con “los niños santos”, los hongos/medicina. René emplea la palabra “enteógenos” para nombrarlos. 

René Alvarado Martínez

Ya en la secundaria René incursionó en técnicas como acrílico, pastel y vitral. Luego migró a la ciudad de Tecamachalco, Puebla, en donde desarrolló la pintura al óleo y otras técnicas mixtas. René ha participado en más de 50 exposiciones colectivas e individuales. Su obra (pinturas texturizadas con pigmentos y tierra mazatecos, tallas con obsidiana en arcilla, esculturas rituales, lámparas) se encuentran en colecciones privadas en California, Nueva York, Morristown, Colombia, Argentina, Japón, Australia y en múltiples ciudades de México.

Maíz que resplandece, maíz oro ©  René Alvarado Martínez, 2019. Mixta / Loneta.

En palabras del artista: 

“Durante mi carrera he pintado con colores, acuarelas, acrílicos, pastel, tinta, punta seca, vitral, óleo, técnicas mixtas, grabados, pigmentos naturales de la región mazateca. También vengo haciendo esculturas en arcilla, en ramas, en cartonería. Mediante la pintura voy sembrando la conciencia del “Ser Humano”, en toda la extensión de la palabra. Creo que mediante el arte se puede construir un mundo nuevo. El Arte es una expresión, un sentimiento, un lenguaje, un espíritu del alma hecha materia”.

Fluye en lo sagrado ©  René Alvarado Martínez, 2019. Mixta / Lienzo, 105 x 134 cm.

Una iconografía propia atraviesa las obras de René Alvarado Martínez: bajo la luna, las semillas de maíz se alínean con las esquinas del universo, los “niños santos” y las candelas guían el vuelo y el trance que devela al caracol, esa imagen primordial que René identifica con la unidad y la fluidez; bajo las estrellas, las serpientes, sabiduría y renovación, enlazan al hombre y a la mujer, esta última protectora de “los niños santos”, fuerza creadora, madre cósmica. Como en los cantos y veladas de María Sabina, la iconografía y vocabulario cristianos a veces se superponen a las visiones de los hongos sagrados. Hoy en día, algunos de los mayores de la comunidad admiran y celebran el trabajo de René. 

Vuelo al origen ©  René Alvarado Martínez, 2016. Mixta / Loneta, 80 x 95 cm.

Como en la poesía mística, las obra de René aprehenden el éxtasis del curandero que se asoma al abismo del misterio, y trae de vuelta el origen de la enfermedad, la raíz de la cura. Pero estas obras también reflejan los pilares de las celebraciones mazatecas, relacionadas con el calendario agrícola, los siete maíces, las ofrendas a los cerros, y con los famosos huehuentones, grupos de personajes que se visten para el día de muertos, quienes con cantos y tambores van, casa por casa, llevando consejo y conciencia, saludando como si fueran tus ancestros, tu familia. 

Shonj xi iseén’lee / Ser de luz ©  René Alvarado Martínez, 2020. Mixta / Loneta, 45 x 53 cm.

René explica:

En mis obras plasmo los conocimientos ancestrales y los elementos que se usan dentro de una ceremonia con enteógenos: la vela, el sahumerio o copalero, y los hongos. También los elementos sagrados: ¡la luna, el sol y las estrellas! Inmortalizo y comparto así nuestra cultura, nuestras raíces, nuestra gente, nuestro pueblo, nuestras costumbres y tradiciones, la conexión con el entorno, la naturaleza misma, lo sobrenatural como los chikones o guardianes de las montañas, los ríos, las cuevas, el viento, manifestado dentro y fuera de los rituales, en nuestra historia y la cosmovisión que encierra la sierra mazateca. Rescato la lengua materna, ya que es la red de comunicación entre vivos y muertos, con nuestros ancestros, deidades y guardianes y con los conocimientos que de ella emanan. Arte visionario.

Más sobre “los niños santos” y el arte mazateco

  • Una nota en el diario El UNO de la última exposición de René Alvarado Martínez
  • Filogonio Naxín. La red entre los seres: El arte de Filogonio Naxín es una apuesta por la libertad de las formas. Más allá de galerías, museos y escuelas de arte, Naxín disloca las definiciones de “lo tradicional” y visualiza puentes en óleo, acrílico, o acuarela con los que cruza desde la lengua mazateca a las técnicas de la plástica occidental.
María Sabina. Mujer espíritu © Nicolás Echeverría, 1979.

“En el ojo de mi mente”, Kitaay Bizhikikwe/Amanda Myers

En palabras de la artista:

Kitaay Bizhikikwe ndizhinikaaz, waabizheshi ndodem.  Anishinaabe miinwa Métis ndow, bezho Mide kwe ndow. Mi nombre es Kitaay bizhikikwe, mi nombre en inglés es Amanda Myers. Soy del clan de las martas, Tres Fuegos de la Casa Midewiwin, y del linaje Anishnaabe y Métis que se conectan con comunidades indígenas en el norte de Michigan, Wisconsin y Ontario (Isla Madelaine, Bad River, Sagamok, Garden River e Isla Walpole). Mis antepasados Cadotte/Cadeau y Myers/Mailette vivieron de la tierra, viajando, comerciando y cazando, antes de establecerse aquí en el suroeste de Ontario. La conexión con la tierra y la identidad es lo que inspira mi arte visual. Cuando pienso en nuestra madre, la tierra bajo mis pies, sé que su espíritu está a mi alrededor. Y sé que cuando hablo, toda la creación está escuchando. Cuando tengo conversaciones con la naturaleza y considero quién soy y quiénes fueron mis ancestros, puedo ver cosas en el paisaje, y entonces pinto lo que veo. Mi trabajo representa mis conversaciones con el paisaje que me rodea y la forma cómo lo visualizo.

Kitaay Bizhikikwe/Amanda Myers © “They Know Better” / “Ellos pueden hacerlo mejor”, 2017, acrílico sobre óleo, 24” x 36”

La pintura titulada “They Know Better” surgió de una conversación con el activista por el agua Tom Cull. Él me pidió que colaborara en un performance para el Festival Culture Days.  Mientras paseábamos por el centro de London (Ontario, Canadá), vi a través de los edificios y pensé en ella, Deshkan ziibing (el río Támesis, como se conoce por su nombre colonial). Tom habló sobre su trabajo con el agua, y yo hablé de mi responsabilidad con el agua como Anishinaabekwe. Me vinieron a la mente las bifurcaciones del río y las historias que conocía al respecto. Entonces me di cuenta de la comercialización del espacio, el concreto, el metal y de la forma en que la gente aquí habla de esta hermosa fuerza vital. A menudo comentan lo sucia que está, lo contaminada que está, en lugar de decirle que estamos agradecidos por su trabajo, que la amamos por lo que hace por nosotros. Sin el movimiento de este río, ¿qué pasaría? Fue entonces cuando pude verla, espíritu Midewanakwe. Ella se estaba preguntando: ¿qué está pasando aquí? ¿Por qué ellos no prestan atención a lo que les rodea? Si prestamos atención, nuestras abuelas siempre están aquí recordándonos; eso es lo que pude ver en esta obra, eso es lo que traté de mostrar.

A menudo uso la técnica de superponer imágenes digitalmente para crear la base de mi pintura. Aquí superpuse una imagen histórica del río Támesis en Londres (Inglaterra) con la imagen actual de las bifurcaciones en London (Ontario, Canadá). Quería volver al momento cuando los humanos comenzaron a interferir con este paisaje. Utilizo muchas capas de transparencia en mi trabajo para crear esas imágenes que logro ver en el ojo de mi mente.

Miigwetch, Kitaay bizhikikwe  

Sitio web de Kitaay Bizhikikwe / Amanda Myers


“Equilibrio en el filo de la visión”, Kimberly M. Blaeser

Kimberly M. Blaeser fue la poeta homenajeada de Wisconsin (Poet Laureate) entre 2015-2016. Es autora de cuatro colecciones de poesía (las más recientes: Copper Yearning y Apprenticed to Justice); y editora de la antología Traces in Blood, Bone, and Stone: Contemporary Ojibwe Poetry. Una colección bilingüe de su poesía, Résister en dansee / Dancing Resistance, se publicará en Francia en 2020. Kimberly es  activista Anishinaabe, originaria de la reserva White Earth. Es profesora en la Universidad de Wisconsin-Milwaukee, y miembro de la facultad de Escritura Creativa en el Instituto de Arte Indígena en Santa Fe (Nuevo México). Sus fotografías, picto-poemas y poesía ecfrástica se han presentado en varias exhibiciones, incluyendo “Ancient Light” y “Visualizing Sovereignty”. Ella vive en los bosques y humedales de Lyons Township en Wisconsin y, durante breves periodos cada año, en una cabaña con acceso al agua adyacente al Parque Natural Aguas de la Frontera, donde persigue poemas, fotos y nutrias de río, algunas veces todo a la vez.

© Traducciones de Andrea Echeverría y Juan G. Sánchez Martínez

Declaración de la artista

Veo mi trabajo de escritura y fotografía como un “acto de atención”, como una forma de ver y volver a ver el universo dentro de nosotros y a nuestro alrededor. Mis poemas y fotografías a menudo llaman la atención sobre las heridas de nuestro mundo: la degradación ambiental, las inequidades raciales y de clase, el sufrimiento humano. Pero es igualmente probable que mi trabajo se centre en las complejidades del mundo cotidiano (“las garras translúcidas de los ratones recién nacidos”) o de los diversos caminos que existen para conectarse espiritualmente. El arte, al centrar nuestra atención, puede cambiar la percepción e invitar a reimaginar el significado.

Mi escritura a menudo traza un proceso de devenir, de aprender a estar en el mundo. En Anishinaabemowin, nosotros hablamos de minobimaadiziwin, el buen vivir. Debido a que estoy comprometida con este devenir, mi trabajo en literatura y las otras artes evoca la búsqueda o la sensación de inclinarme hacia la luz. En mi práctica, los lentes a través de los cuales refracto la experiencia involucran a menudo la justicia. Reúnen el volver-a-ver artístico y  la visión del spiritus latino entendido como el aliento para hablar. Para mí, spiritus, el don de la voz, implica no solo la habilidad, sino también la responsabilidad de hablar.

Esta responsabilidad de hablar, sin embargo,  a veces puede manifestarse con reserva. La poesía, en su máxima expresión, deja espacio para lo no dicho o indecible; la fotografía deja espacio para lo invisible o incognoscible. El arte se trata de preguntas y gestos. Invita al lector, al oyente, y al espectador a un proceso dinámico. La poesía, por su propia naturaleza, hace gestos más allá de sí misma; quiere abrir la superficie del lenguaje y llevarnos a la experiencia misma. Del mismo modo, la fotografía puede ofrecer gestos más allá de la mera representación. Ambas se asoman a las fronteras del ser: el equilibrio en el filo de la visión.

Los artistas no representan simplemente al mundo, aunque también hacen ese trabajo; pero en nuestros mejores días, creamos un camino que tarde o temprano se llena de silencio. Llegamos al borde de lo conocido y miramos más allá. En medio de inmensos lugares salvajes como el Parque Natural Aguas de la Frontera, por ejemplo, sabemos, no por razón, sino por instinto, que todo esto es sagrado. Degustamos nuestra propia pequeñez. En esos momentos, nuestra experiencia o “verdad” permanece en cierto nivel inexpresable. ¿Cómo dices “insignificancia humana” en la escritura cuando tratas de expresar  “pertenencia”? El arte, en el mejor de los casos, deja espacio para esta ambigüedad, esta complejidad del sentimiento.

Wellspring: Words from Water, Nibii-wiiyawan Bawaadanan/Dreams of Water Bodies, Poem for a Tattered Planet: If the Measure is Life, “Because We Come From Everything”, The Solace of Forgotten Races, Manoominike-giizis © Kimberly M. Blaeser. Cooper Yearning. Holy Cow Press, 2019. 

A Water Poem for Remembering © Kimberly M. Blaeser. Split This Rock, 2020. 

The Way We Love Something Small © Kimberly M. Blaeser. Unpublished. 

Manantial: Palabras del agua

Una infancia en White Earth rica en agua y pobre en dinero.

Ser vaporoso transformado en ciclos—

las historias aluviales extraídas de los lagos deMinnesota

cosechadas como pescado blanco, como manoomin

como viejas profecías de semillas creciendo sobre el agua.

Leyendas de los seres espirituales Anishinaabeg: 

portador de nubes Pájaro Trueno que nos traes lluvia, 

windigo de invierno como Mujer Hielo, o Mishibizhii 

que ruge con silbidos y escupitajos de río caudaloso 

gran pantera subacuática, tú nos cargas en cobre . . .

a estos tributarios de equilibrio. Arroyos. Una cosmología

de nibi. Creemos que nuestros cuerpos tienen sed. Nuestra tierra.

Un elemento Aniibiishaaboo. Riqueza

de té marrón. Como la savia del maple Ámbar. El ojo líquido de la luna.

Ahora ella voltea la marea, y cada ser unido gira 

hacia el sonido, su cuerpo de río curvándose. 

Nosotras, mujeres de aguas sin edad, perduramos; 

como cada flor bebe de la noche,

sostiene el rocío. Nuestros cuerpos un libreto, 

saturado, un acuífero —pronunciamos palabras 

de agua antigua.

Arte de Kimberly Blaeser

Nibii-wiiyawan Bawaadanan*

Wazhashk

agaashiinyi memiishanowed bagizod

biwak-dakamaadagaayin

mashkawendaman

googiigwaashkwaniyamban

dimii-miinaandeg gagwedweyamban.

Gigoopazomigoog

ninii-chiwaawaabiganoojinh akiing

ogichidaa Anishinaabe

awesiinaajimowinong, aadizookaanag

dash debaajimojig onisaakonanaanaawaa

nengaaj enji-mamaanjiding

gdobikwaakoninjiins

miidash gakina Nibiishinaabeg

debwewendamowaad.

Waabandan negawan

aah sa ongow eta

maaaji-mishiikenh-minis

minwaabandaan aakiing maampii

niigaanigaabawiying

agamigong

Wazhashk waabamang, niikaaninaanig

zhiibaasige zaaga’iganan gaye ziibiinsan

mashkiig zhawendang

mikwendang

waawiindang

ezhi-bagosendamowaad

ezhi-googiiwaad

agaashiinyag memiishanowewaad begizojig

dibiki-miikanong.

Nangodinong enji-nibii-bawaajiganan

gidimagozijig aakiing endaaying

bakadenodang

dash nagamoying

jiibenaakeying

noosone’igeying

bakobiiying.

*Traducción del inglés al Anishinaabemowin de Margaret Noodin.

Soñando con  cuerpos de agua

Wazhashk *

pequeño nadador bigotudo,

tú, esa flecha que fluye cruzando los caminos del agua

con la simple determinación

de alguien que ha buceado

Púrpura profundo en la pregunta primordial

Empequeñecido o despreciado

como una rata de agua en la tierra;

el héroe de nuestro pueblo Anishinaabeg

en los cuentos de animales, en las historias de creación

cuyos contadores  revelan lentamente,

mágicamente como en un sueño,

tu pequeño puño cerrado

Para que todas las tribus del agua

puedan creerlo.

Mira los pequeños granos de arena–

Ah, solo esos poquitos …

pero se convierten en nuestra isla tortuga

esta tierra buena y bien soñada

en donde nos encontramos parados en este momento

A la orilla de tantos cuerpos de agua

y miramos a Wazhashk, nuestro hermano,

deslizarse en piscinas, arroyos y lagos

esta tierra pantanosa santificada por

la memoria

la narración

la esperanza

el sumergirse

de elegantes nadadores bigotudos

que marcan un camino oscuro.

Y a veces en nuestros sueños de agua

nosotros lamentables habitantes de la tierra

anhelantes

recordamos, y cantando

preparamos los espíritus

para seguir sus pasos:

bakobii. **

* wazhashk: rata almizclera (Ondatra zibethicus) en Anishinaabemowin. 

** bakobii: Ve al agua.

Poema para un planeta hecho trizas: si la medida es la vida

Nacido
bajo el alero de la abundancia
        el dulce despliegue
        la temporada de la juventud de un planeta,
en el trance del capitalismo nos llenamos 
satisfechos con el status quo
halando las sombras sobre el colapso invasivo
di algo sobre el Antropoceno,
el trueque de la energía y la fortaleza sagrada de la ciencia.

Pero más allá
de la garganta del comercio, 
debajo del reflejo
           del río celestial,
dentro de la antigua belleza cobriza de pertenecer
estamos cercados
      habita el Ish,
navega por el canto del canto.

Aunque la niebla del dinero se asiente, 
y confunda la mesura
hoy el velo del misterio se transforma 
se levanta en la visión momentá nea.
                Aquí
encuentra el ritmo de un planeta hecho trizas, 
siente en el montículo de la pantera
un pulso.       Escucha —no cuentes.
Siente  un pequeño  tambor  de vida  debajo _______ .

Mi núcleo.      Soy una      antigua luz refractada
o sonido
viajando,
mi frecuencia es constante
mi voz
doblándose en ángulos
para volverse un todo en otra superficie— 
di un poema.

Di un poema
perpendicular al límite
del significado,
hazlo un prisma o posibilidad
canta sobre la tortuga o lanza el lumen mítico 
del Pájaro Trueno         aquí
en la plana    f allida de las         palabras:

Esta página             no un contrato 
sino un pacto.
Donde lo sagrado.
Cuando ni imagen ni voz
se duplicarán,
en la densa y húmeda           nube
de ser
si la medida es la vida
cada extremidad un test ágil       del árbol 
vislumbra no veas           ni calcules.

Esta Mortaja del Comercio amortaja el significado.
En la tecnología del genocidio documental
en la bonanza destructiva de la era industrial—
declara la muerte del planeta
a medida que pasa      a la velocidad del sonido en 
                                          [degradé 
sale                      al otro lado
un eco perdido de la codicia humana 
repitiéndose
repitiéndose
repiti en do

Cada esquirla del lenguaje
doblada       en complicadas fórmulas de inferencia
de posesión
como la niebla olvida     luego recuerda      forma.
Pero nosotros encontramos la medida          en la 
                                          [metáfora 
vibración    tierra    timbre.
En medio de errores métricos interminables
de la ciencia       o de la oración.
di los noventa y nueve nombres de dios: 

Gizhe-manidoo, el Gran Espíritu, o anhelo,
Sabedor de Sutilezas,
álamo tembloroso, los huesos del salmón cantados
hierba dulce trenzada,
los envoltorios de cabello sagrado de las mujeres,
este paisaje comestible—
aki, nabi, ishkode, noodin,
los diez pequeños vientos de nuestras arremolinadas puntas de los dedos,
esta danza circular de las estaciones—

el florecimiento inefable.

Con la mente como un viento sagrado
y articulando la canción nocturna del croar de una rana
llegamos.
Aquí las grullas de arena marcan el cielo.
Si la medida es la vida—
las piernas de su clan la longitud del siempre.
Aquí el espejo del lago un lienzo de creencias. 
Si la medida es la vida—
la refracción el detonante de todo saber.
Solo esto.

Ahora colocamos aseema,
los cuerpos fragantes de tabaco de nuestros parientes.
Un ofrenda cantada. 
Para hacer de las trizas un todo.
Una cuestión de supervivencia.

De correlación.

                             De visión.

La medida es la vida.
Apprenticed to Justice“, University of Wisconsin Milwaukee, 2016.

Un poema de agua para recordar

Sí, es verdad que hablo mal de los vivos
en formas codificadas divorciadas de los muertos.
Por qué Lyla June ayuna en los escalones del capitolio.
Por qué las mujeres nativas desaparecen como conejos
y reaparecen en ríos envueltas en mortajas.
El ligero desaire en la voz de un líder es una desgracia–
antes como por arte de magia nos han llevado a la guerra.
Por qué cantamos mikwendam*, incluso ahora
                 recuérdalo. En el día más frío de enero
reúnanse cerca de las aguas ancestrales, Michigami
(donde los ríos Milwaukee, Menominee,
y Kinnickinnic se reúnen como hermanas)
donde los montículos cónicos todavía se elevan en acantilados
cuento buenos caminos: audaces y azules como nibi.**

* mikwendam: recuerda.
** nibi: agua. 

“Porque venimos de todo”

                                            para Juan Felipe Herrera

Porque cada nación buzoterrestre da volteretas en las aguas primigenias
reclamo la natación sagrada­­ ­– compartimos el oscuro hacernos.
 
Porque todos los engendrados y procreados se separan por secta
limpio con humo cada línea pies bailando a cada lado, borra la división.
 
Porque venimos de todo
de la tierra de cobre y las canciones de aire no traducidas
de fuegos profundos y antiguos que arden ahora en el ojo de cada viajero
de fluidos susurros de agua y de innumerables latidos de silencio
la respiración contenida
entre frontera             y libertad
entre ola                  y orilla
entre barco                y tierra
entre salir                y llegar.
 
Porque venimos de todas partes
de White Earth y Somalia, de Yemen y Cuba y Yucatán
nuestros bolsillos míticos llenos de bendiciones para un paso seguro.
Porque las medidas alfabéticas de entradas y salidas
poder de documentos
porque los documentos: CDIB Pasaporte Visa DACA Green Card,
bloque barricada segrega cerca encierra—
el muro.
 
Porque las prohibiciones
porque las órdenes ejecutivas de las directivas
porque los decretos en papel dicen detener dicen deportar.
¡Mírate en el espejo y di Alto!
Estás bajo arresto. Debe haber una ley.
porque dentro de tus cuerpos migra sangre ilegal
porque el aire se cuela por pasajes estrechos
porque el agua se filtra por cada poro
¡construyan un muro! saquen a los malos, mantengan fuera lo asqueroso.
 
Porque las muñecas codificadas por colores y la mentalidad de las pistolas de juguete le enseñan el imperio
Porque los tuits de hechos alternativos infectan como una plaga
Porque para algunos la grandeza fantaseada es igual a la blancura uniforme
Porque el poder, la codicia y el fascismo viven en la misma cuadra
Porque las buenas cercas son mejores metáforas que los vecinos
Digo mal hecho al "derecho de paso", no al dominio eminente, no al muro.
 
Porque respiro tu aire, tú respiras el mío
Me das tu aliento, yo te doy el mío
Porque compartimos la misma dependencia elemental
pertenecer juntos a este lugar vivo: aki, nabi, noodin, ishkode
tierra agua aire fuego y la bendita llegada y salida de las estaciones
las idas y venidas de cada pariente animal
los cielos adornados ahora con bineshiinyag*, cantos alados de regreso
sin rastro de identidad en papel; solo esto–
la migración esencial de todo ser.
 
Porque venimos de todas partes
Reclamamos esta tierra segura para todos,
en todas las lenguas: anishinaabemowin, árabe, español, braille, dakota,
inglés: decimos proporcionen un amparo, otorguen un refugio
nómbrenme una ciudad santuario.

* bineshiinyag: aves. 

El consuelo de las razas olvidadas

Una vez más ogitchidaa * enciende las pipas:

tinta perfumada serpenteando en la atmósfera,

una marca en el cielo del solsticio, ascendiendo

sonora como signo de ciervo en diciembre.

Mientras la banca sube hoy cae sube,

los camioneros se duermen con los motores en marcha,

un oasis entre turnos de dieciocho horas,

y América acelera su frenesí de biocombustibles

para conjurar desde el sombrero de un político

circunvalación tras circunvalación en la Oficina de Transportes,

esta artimaña, borradura progresiva contraída

de arrozales, pastales de ovejas, ranchos familiares de tabla,

al lado occidental del supermercado Búho Rojo.  

Ahora en la quietud de una luna de archivo,

las tribus perdidas de muchas naciones se reúnen

descifran glifos míticos escondidos

bajo las esquinas dobladas de libros enormes.

Hábilmente levitamos el ocre: antiguas

historias pintadas, cantadas, destinadas a ser quemadas.

Plantas medicinales, escudos, bailes eclipsados,

congregándose aquí en los campos de pasto dulce de los olvidados.

Fuera del alcance del GPS y sus juegos y pitidos,

más allá del anhelo de una economía de consumo rápido desde el carro,

camuflada bajo la “cultura popular” de seudo-intelectuales:

un tambor curativo, el olor del cedro

y el origen que sigue siendo cobre y vida.

* ogitchidaa: guerreros.     

 

La forma en que amamos algo pequeño

Sonidos vocálicos desde una tierra

el lenguaje aún no perdido: 

Mooningwanekaaning-minis. *

Mi lengua también una isla

nadando por donde Miigis ** se yergue.

Este dolor pequeño pero creciente

el lugar donde lo guardo.

* Mooningwanekaaning-minis: Mooningwanekaaning significa “casa del  pájaro carpintero de pecho dorado” y Minis significa “isla”. Este es el nombre en Anishinaabemowin para la Isla Madeline.

** Miigis: Se refiere tanto a la concha cowrie como a la concha usada por la Sociedad Midewiwin. La gran Miigis figura en la historia de la migración de los Ojibwe. Se dice que salió del agua, y apareció proporcionando luz y calor, guiando a las personas en su viaje.

Manoominike-giizis *

Luna del arroz nativo

cuando sus cañas como brazos gimen

igual que los vientos de otoño entre el pino blanco. 

Los viejos ritmos encuentran las manos

doblando y machacando el arroz,

granos de arroz cayendo

cayendo al fondo sobre las costillas de madera

de las canoas que se llenan de recuerdos: 

los mocasines nuevos bailan por el arroz

soplos de viento espíritu levantan 

y llevan la cáscara soplada como historias cansadas

sobre cedazos de abedul.   

Ahora numerado

por libras, estaciones o generaciones

astillas delgadas del grano seco

ahora marrón y con ese sabor

fuerte de los lagos del norte

centenarios.

* Manoominike-giizis: la luna llena (agosto o septiembre) que coincide con la cosecha del arroz nativo en la red de lagos que comprende el territorio Anishinaabe a ambos lados de la frontera US/Canadá. 

Más sobre Kimberly M. Becker

  • Entrevista sobre su proceso creativo, Wisconsin DPI, 2015. 
  • Poemas: “Rosetta Stone, Two”, “The Dignity of Gestures” y Picto-Poem “Eloquence of Aki.About Place Journal: Dignity as an Endangered Species in the 21st Century.  Ed. Pam Uschuk, Cindy Fuhrman, & Maggie Miller.  May 2019.
  • Performance en la Radio Pública de “A Song for Giving Back,” en el marco de “Making Waves: Live in Milwaukee,” To the Best of Our Knowledge, May 05, 2018.

Sobre los traductores

Andrea Echeverría es profesora asistente en Wake Forest University. Es autora de un libro sobre migración e identidad en la poesía de dos escritores peruanos titulado El despertar de los awquis: migración y utopía en la poesía de Boris Espezúa y Gloria Mendoza (Paracaídas Editores & UNMSM, 2016), así como de varios artículos de investigación acerca del papel del ritual y la memoria en la poesía mapuche contemporánea. Actualmente escribe un libro que estudia la poesía y el arte visual de autores y artistas mapuche contemporáneos.

Juan G. Sánchez Martínez nació en Bakatá, en los Andes colombianos. Dedica su escritura creativa y académica a las expresiones culturales de los pueblos indígenas y a sus modos de estar en el mundo. Su libro de poesía, Altamar, fue galardonado en 2016 con el Premio Nacional de la Universidad de Antioquia en Colombia. Teje y traduce para Siwar Mayu. En 2019, co-editó con Fredy A. Roncalla: Muyurina y el presente profundo (Pakarina/Hawansuyo). Es profesor en UNC Asheville.


Aun es primavera. Rosa Maqueda Vicente

Boxhuada © Rosa Maqueda

Mâ y´u̲

Mâ y´u̲, hñähñu. Dí ofo,ga´tho to dí handi ha mâ hai, dra mengu: Nts´o̲tk´ani, mâ hai, mâ b´atha, dí ne ga xia´i ga´tho te ma na rä hñäki rä hñähñu, n´e te ma rä njohya ngetho dí b´u̲hu̲ ko rä zi mäka hai, dí ne ga xia´i te dí handi; rä zäna, rä hyadi, rä ndähi, yä tso̲, n´e ga´tho too b´ u̲hue ko rä zi mäka hai.

Mi raíz

Mi raíz, hñähñu.  Soy de esa tierra donde brota el cardón, el tzik´iä, a través de la palabra, quisiera compartirles,  la mirada de una ñähñu. Soy Ûrosha.
Valle del Mezquital © Rosa Maqueda

Ya hme mâ ´yu̲

Digepu̱,   ho̱nse̲  xini
ha ra hyaznä
ya da  dega ya xi
gí udihu̱ ra ñu ya te
gí nu̱´mi ra huähi
gí handi ra ´bahi
gí numañho ra zi Zänä
gí handi ra mothe
ya hñe dega ra hya´tsi.
Ra te
    ha
         ra te.
Ha ra hño̱mi dega mbonthi
bí ntsaya
ha ya ´ye n´e ya ´yot´i
ra ´bifi dega za
g
   í
    h
       n
          o̱
              ´t
                  s
                    e
Ra ndähi  bi njone
ha ra nt´o̱ts´e ra ya xi
ha ra nt´o̱ts´e ra ya do
ha ra nt´o̱ts´e ra dega ra nespi
g
      í
  o̱
       d
        e
Ra nthuhu ya xi
ra nthuhu mâ hnini
ri noya ntu̱ngi
r´a y´o
bi ja ndunthi
ya mfädi
ha nuna ra xímhai
¿Gí  o̱de?
¿Gí tsa?
¿Gí  ´bu̱i?
¡Ra hña ri ´bu̱i!
 Nubye̲,
 ra ndähi da njone,
ya hme mâ ´yu̲,  ¡ri te!

Los rostros de mi raíz

A veces, sólo a veces
en la claridad de la Luna
los ojos de las hojas
señalan el rumbo de las cosas
mira la milpa,
mira la palma,
mira la Luna,
mira el jagüey,
los espejos cotidianos.
 
El tiempo
            sobre
                     el tiempo.
Por la ladera del monte
menguan su cansancio
entre lluvias y sequías
el humo de la leña.
D
  E
   T
     E
        N
           T
            E
El viento susurra,
al oído de las hojas,
al oído de las piedras,
al oído del fogón.
E
   S
 C
     U
   C
               H
     A
El canto de las hojas,
el canto de mi pueblo
su voz, vuela ligera
dejando
vestigios
en
esta tierra.
 
¿Lo escuchas?
¿Lo sientes?
¿Lo vives?
¡Su idioma aún respira!
Ahora,
el viento ha susurrado,
los rostros de mi raíz, ¡te pertenecen!
Detha © Rosa Maqueda

Haxä tso̱o̱

Hintó pädi tema da ja,
ra te,
pe ga´tho ra jä´i,
bi ma ha
ya nstaya.
Ya hña hindí ne ra nxui
ya nthuhu, embagí ge ra zi du ma da ehe
ha ya hnini mi jo´o ra jä´i…

                    Ha ra mfeni ja ya mfädi,
                             n´e ya hogä te,
                       ha nun´a ra mähets´i,
                    ra hyadi bi u´ti ya ´ñu:
             ya te, ya tsintsu̱ n´e ya ´boza,
                          habu̱ into´ó bi ñä,
                    bi xikägi ya zi mäka te.

              Ya zi mäka te,
       ha nun´a ya zi da ha ya mähets´
          bí tutuab´´i ra ndâhi.
     Nubya ra m´u̱ ra hai, xá nk´ant´i.

Haxä tso̱o̱

En tálamos de incertidumbre, 
el tiempo nos detuvo,  
hicimos rincones.  
Murmullos evadieron la noche  
sonido de sirenas, anunciaban la muerte  
calles desoladas, punzantes ausencias… 

                           La memoria guarda
                   la tibieza en la palabra,
                       en cascadas de cielo,
                     el sol mostró senderos:
                 insectos, pájaros, árboles,
                      tras nuestro silencio,
                      develaron su misterio.

          Fragancias interminables,
          en el ojo de los cielos,
             canta el viento.
             Aún es primavera.
Donikamiñ’o © Rosa Maqueda

Sofo

Ri täki ra de̲thä,
ri häni ra hats´i...
             Ri hnu̲ti
                  ra te.
´Ramba ra ´be̲fi;
            de̲tha,
                   ju̲
               n´e mu.
N´a ra ndähi
degä ñ´ot´i
      bi thogi
ra hoga njut´i
ha ra b´ o̲ts´e
        ri  e̲gi
      pa ri xudi
      ra xi hmutha.

Cosecha

Desgranando maíz
reciben el amanecer…
      En miradas
   se vislumbra,
           esperanza.
En la recolección;
           maíz,
         frijol
    y calabaza.
 
Un aire otoñal
deja traslucir;
                        la semilla
                   del mañana.
Flor de Biznaga © Rosa Maqueda

Nänä Juliana

Ham´u̲
      gi bense̲,
      ya mfeni
      ga tat´i,
xâhmä gi o̲de
ri ndäte
pa gi ja ra njohya.
 
Ngu rä  do̲ nithu̲ ´mnxi,
        ngu rä do̲ ní´bást´ä,
               ngu rä rä do̲ nikamiñ´o, 
ya mfeni bi ja ham´u̲  
ya hneí dega ya tso̲
             ge hingi hueti,
              ngu ya beni
               mâ xuxu.
Nuni bi hoki
ya b´et´e rä  dänjua
njabu̲ mâ xuxu
da hoki
ko ndunthi ya mädi
n´e ko ndunthi ya njohya,
nuni bi hoka
ra b´e̲ fi
ko ya kähäkamiñ´o,
               pa da peni ya dänjua
               ge nuni da b´et´e,
nunä rä  do̲ni 
     da donibye ha mâ b´atha,                                                                                   
        ha mâ B´atha rä B´ot´ähi. 

Nana Juliana

Cuando te abocas
     a la tarea
     de lo sutil
     del pensamiento,
los recuerdos llegan.
Se puede percibir
    el latir
de tu corazón
para ser perfume de alegría.
 
Como una flor de biznaga,
     como una flor de garambullo
          o una flor de cardón
los recuerdos convergen;
en una danza de estrellas,
         que no se apagan
         como el recuerdo
         de mi abuelita Juliana.
 
Tejiendo el ayate,
     tejiendo despacio,
            para impregnarlo de cariño.
 
Ella utilizaba
las tunas de camhiño
             para lavar los ayates
             que solía tejer,
 do̲ni, 
     florece en mi valle,
             en el Valle del Mezquital.
Ma hai © Rosa Maqueda

Di ne ga

¡Oh, xâhmä nuga dra ndähi!
Ko xe̲di n ́e xá te
ha nun ́a râ mahets ́í
nuga ga ja ndunthi ya guí
ha nun ́a  ́yót ́ä haí.
¡Zäge nun ́a ra  ́batha ya ja ndunthi ya te!
¡Di te̲ntho nun ́a mâ zi ja ́í
hinda ma de nuua mâ hnini!

Anhelo

¡Oh, si yo fuera viento!
Fugaz e inasible
         en el hueco del cielo
arrastraría nubes
         a este suelo sediento.
¡Qué fértil sería el valle!
¡Qué lejos estaría entonces
la partida de mi pueblo!

Acteal *

  Veintidós de diciembre, cuarenta y cinco   
                  personas
en una jornada de oración y ayuno por la paz.
   En la selva sonidos de cuerno de chivo.
            La noche palideció.
         La luna no quiso ser testigo.
      Soplo nocturnal, salpicado de sangre.
      Hombres, mujeres y niños masacrados.
¡Chenalhó, Chenalhó, Chenalhó!
Después de la salida del Sol,
“el día que fue día,
era noche”
fase oscura de dolor
de un pueblo.
Oleaje de voces reclamando justicia.
¡Chenalhó, Chenalhó, Chenalhó!
El tiempo las fue apagando.
Chenalhó,
      Chenalhó,
           Chenalhó…
Che,
   nal,
      hó…
                       Che,
                           nal,
                               hó…
¿Voces de justicia, se perderán en el invierno?
        ¡Chenalhó, Chenalhó, Chenalhó!
        ¡Chenalhó, Chenalhó, Chenalhó!

* La masacre de Acteal ocurrió en el Estado de Chiapas el 22 de diciembre de 1997. 

Rosa Maqueda Vicente. Escritora hñähñü, egresada de la Licenciatura en Lengua y Literatura de Hispanoamérica por la Universidad Autónoma de Baja California. Cursó Diplomado en Estudios de la Diversidad Cultural y la Interculturalidad en UNAM (2017), Diplomado Internacional en Lingüística Aplicada en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (2018), Taller de Literacidad en CIESAS (2018) y el Diplomado Diversidad y Políticas lingüísticas en México (2019) a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia, la Dirección de Lingüística, el Centro INAH Yucatán y el Centro Estatal de Capacitación, Investigación y Difusión Humanística de Yucatán. 

Autora de ensayo “Ecos de nuestras lenguas originarias” en Cultura en América Latina. Prácticas, significados, cartografías y discusiones (2017). Narrativa “Ar thuhu ya gigi” / “El canto de los grillos” y “Ar `mui ya deni”/“El origen de las luciérnagas” en Ár nthanduximhai ya ñäñho (2018). Parte de su trabajo en poesía está antologado en: “La Mexicana”, suite para Orquesta de Jazz y Arpa (2019), Aún queda la noche (2019), Ocho entre ocho Hidalgo: Crítica, crónica y comunidad (2019), A donde la luz llegue (2018) entre otras. Obra suya ha sido traducida al hñähñü, holandés e inglés. En el ámbito de Difusión Cultural, ha realizado colaboraciones en la Revista MEUI. Obtuvo el premio “Ra noya ma ya ́bu do̲ni” / “La Palabra Antigua Florece” “Francisco Luna Tavera” (2017). Segundo lugar Premio Nacional al Estudiante Universitario en la categoría Poesía José Emilio Pacheco otorgado por la Universidad Veracruzana (2019). Finalista  del Premio Estatal Orquídea de Plata (2019). Finalista seleccionada por Editorial Elementum, Clan de Letras, temática migración (2019). Ha participado en Foros, Jornadas Literarias, Congresos Nacionales e Internacionales como ponente en Creación Literaria, Fotografía e Investigación Sociolingüística. 

Más sobre Rosa Maqueda Vicente


Lukas Avendaño: Reflexiones desde la muxeidad

© Mario Patiño

Por Rita Palacios

Lukas Avendaño (1977) es un artista y antropólogo muxe del istmo de Tehuantepec en Oaxaca. En su obra explora la idea de identidad sexual, de género y étnica a través de la muxeidad. Avendaño describe la muxeidad como “un hecho social total” llevado a cabo por personas nacidas biológicamente como hombres pero que tienen papeles sociales considerados no masculinos. A pesar de ser fácil hacer una equivalencia entre homosexual y muxe, o transgénero y muxemuxe es un tercer género, único en la sociedad Be’ena’ Za’a (Zapoteca). Los muxes conforman una comunidad de personas indígenas a quienes se les asigna el género masculino al nacer y asumen roles tradicionales femeninos, presentándose como muxes mas no como mujeres. En el trabajo de Avendaño se hace una reflexión sobre la muxeidad, sexualidad, erotismo y las tensiones que surgen. Aunque la muxeidad es entendida y aceptada como parte de la sociedad Be’ena’ Za’a, esta existe dentro de una estructura que privilegia los roles fijos de hombres y mujeres, respectivamente. Es importante notar que el trabajo de Avendaño presenta una reflexión sobre la muxeidaddesde dentro y no desde fuera; es decir el artista explora de manera crítica lo que significa ser muxe siendo muxe él mismo, así presentando una alternativa a los análisis académicos que pueden exotizar.

En Réquiem para un alcaraván, Avendaño reflexiona sobre los roles tradicionales femeninos, en particular en los ritos y tradiciones de la región de Tehuantepec (una boda, un velorio y un funeral), muchos de los cuales les son negados a los muxes. Para la ceremonia matrimonial, el artista prepara el escenario decorándolo y luego, con los ojos vendados, escoge a un miembro del público, un hombre, para casarse con él. Este tipo de unión no es bien vista en la sociedad Be’ena’ Za’a tradicional aun cuando el matrimonio igualitario haya sido aprobado por el congreso de Oaxaca gracias a la iniciativa de la intelectual y activista muxeAmaranta Gómez Regalado, en agosto del 2019. 

El 10 de mayo de 2018, el hermano menor del artista, Bruno Avendaño, desapareció durante sus vacaciones en la Marina. Desde entonces no se sabe nada de él y Lukas ha utilizado su plataforma como artista internacional para visibilizar el problema de la desaparición en México. Otros artistas y activistas lo acompañan cuando viaja alrededor del mundo para mostrar su trabajo y crear espacios donde puede exigir respuestas sobre el paradero de su hermano y del de más de 60,000 individuos que han desaparecido en la última década y media en México. 

© Mario Patiño

Más sobre Lukas Avendaño

© betevé

Sobre Rita Palacios

Rita tiene un doctorado en español con especialización en literatura latinoamericana de la Universidad de Toronto. Es profesora de idiomas en la Escuela de Estudios Liberales de Conestoga College en Kitchener, Ontario. Su investigación examina la literatura maya contemporánea desde una perspectiva de estudios culturales y de género. Es coautora de Unwriting Maya Literature: Ts’íib as Recorded Knowledge (March 2019) con Paul M. Worley, en el que privilegian la categoría maya ts’íib por encima de otras construcciones sobre lo literario, para así revelar cómo los propios pueblos mayas conciben su producción cultural. https://ritampalacios.com


Raquel Antun Tsamaraint. Versos Anent

© Fotografía de Mario Faustos / El Comercio

Raquel Antun Tsamaraint es poeta Shuar, originaria de la Provincia de Morona Santiago (Amazonía ecuatoriana). Es hablante nativa del Shuar Chicham, lengua que protege y difunde a través de la educación y la literatura. Los anent son plegarias/cantos que se hacen acción, palabra fuerte que las abuelas y abuelos Shuar han cultivado desde tiempos inmemoriales. La poeta kichwa Yana Lema, colaboradora de Siwar Mayu y compiladora de la colección Ñawpa pachamanta purik rimaykuna / Antiguas palabras andantes. Poesía de los pueblos y nacionalidades indígenas del Ecuador (2016), nos ha enviado estas palabras para introducir la obra de Raquel Antun Tsamaraint:

“Las formas de relacionamiento entre todos los seres vivos en la selva son tan cercanas y profundas. Y ese convivir entre el ser humano y todo lo que hay en la selva es lo que podemos encontrar en la voz de Raquel. La vida de las plantas y los animales sagrados se entrelazan con la vivencia de los seres humanos, sea hombre o mujer; más aún, esta poeta comparte con nosotros el sentir no solo de los Shuar, su nacionalidad, sino de la mujer Shuar. Podría decirse que sus versos son anent, cantos sagrados; cantos nuevos guiados por los anent ancestrales que han cantado y siguen cantando las mujeres de su pueblo.  Ella habla de las cuevas, de los alimentos, del jaguar, del tabaco, de los sajinos, y en todo está el sentir de la mujer, por eso me alegra presentar la poesía de Raquel Antún: voz locuaz, directa, pero al mismo tiempo profunda y amorosa. 

¡Yuminsajme Raquel!”

Raquel Antun © Poemas publicados en la antología Ñawpa pachamanta purik rimaykuna / Antiguas palabras andantes. Poesía de los pueblos y nacionalidades indígenas del Ecuador, 2016

NATEM

Winchar winchar waintjai

Panki, napi, uunt yawa, churuwia aintsank

Arutam wantinkiamuri

Micha, micha jawai

Nakarkum pujumame

Karar iiame

Kakarmaram surame

Wainkiajme, aintme, amini wekasajai, mejentrusume, miniaktrusume!

Yapir nukartusume, esaintme!

Yampinkia nuwaitjai!

Natem umaruitjai!

NATEM *

Miles de luces encendidas,

Formas diversas: boas, culebras, tigres, águilas,

Era el mundo de los espíritus Arutam,

¡Y yo temblaba: frío, frío!

Estabas esperándome,

Acechando mis sueños,

Tu zarpazo me entregó el poder

Te encontré, te seguí, caminé hacia ti, me oliste, me abrazaste,

Lamiste mi rostro, me diste un mordisco.

¡Era yo la tigresa Yampinkia!

Había ingerido Natem.

* Natem: ayawaska, planta sagrada que se ingiere para tener visiones. 

NUA TSANKRAM

Nantutiniam tsankjai uumpuim nua jawai.

Anentjai Nunkuin, mash takusan tusan séame.

Nawanka tsank umar kanar uunt jastiniun iiawai. 

Atash yawajai iiawai

Nantiar, nantiar iiawai. 

Nunkuin iiawai.

Nua tsankramuiti. 

MUJER TABACO

A la luz de la luna, soplas su vientre y empieza a ser mujer. 

Con tus cantos sagrados pides a Nunkui que la llenen de salud,

prosperidad y riqueza. 

La chica sueña, sueños de grandeza y prosperidad. 

Sueña con gallinas y perros. 

Sueña con montañas y valles.

Sueña con Nunkui la madre tierra. 

¡Es la celebración de la mujer tabaco!

ANENT

Etsa taramtai anentrajai, umar wakeruta jati tusan nampeajai, 

Jikia jikiamu jatrawa, umar wake mesempra pujutrawa, tu

Pujutajai.

Anentrakui panki aintsanak aminin penkan wekaja. Wake

Mesempra pujutrawa. Maru, maru enentaintrawa. 

CANTO SAGRADO

Canto cuando el sol está muriendo,

Esos rayos de muerte inyectan amor a mi melodía y sucede el 

milagro del amor, finas vibraciones llegan al corazón del amado 

e inyectan pasión en el alma.

Mi canto llega a ti y envuelve de colores, como la anaconda 

envuelta en ti caminará mi canto sagrado y no podrás olvidarme, 

siempre me tendrás presente, amado mío. 

YAMPINKIA NAYAIMPINIAM

Yampinkia nayaimpiniam wakaruiti yaa aintsank.

Nayaimpiniam charip chichainiakuinkia nii ainiawai nunkanam

Tarattsa wakeruiniak.

Yampinkiaka yaa yunkunmirin yuiniawai, niinkia winia apachur

Ainiawai, karar wainianiawai. 

JAGUARES DEL CIELO

Y los jaguares subieron al cielo convertidos en estrellas.

Si de pronto el firmamento ruge, son ellos que extrañan el calor

de la tierra. 

Los jaguares comen polvo de estrellas, ellos son mis abuelos

que guían mis sueños. 

UWISHIN

Intiashin enkema entsanan enkemamiayi, Tsunkijai pujustasa.

Entsanmanka Tsunki iwiaku pujuiniawai, itiur namaksha ajuntain,

itiur jaancha tsuarminiat, tusa unuimiarmiayi.

Tsunki nii kakarmari susaru, chichatainiam, usuknumsha. 

Uwishin jaasmiayi. 

SHAMÁN

Y bajo su larga cabellera negra se sumergió y pudo respirar en

el agua. Se fue al reino de los Tsunki a vivir como ellos.

Aprendió que el reino del agua es maravilloso, le enseñaron a 

curar a los enfermos, a sanar sus dolencias.

Recibió de los Tsunki su poder, el poder que está en la palabras 

y en la saliva.

Él se convirtió en shamán. 

PAKI

Tuntui chichakui jea chicham awai timiajai. Uunt paki matnium 

Chicham aujmatkatsar untsummiayi. Kashinkia yurumtsuk 

tsank umartaji, nuaka nijiamanch nawawarti. Ayamtai 

najanatniutji. Paki nakarmainiawai, niisha ijiamaniawai ii jeatin 

asarmatai. 

SAJINOS

Toquecitos del tuntui, indicaban que algo sucedía en la aldea. 

Era el llamado del jefe uunt para discutir sobre la cacería de los 

Sajinos. Mañana ayunaremos y tomaremos tabaco, las mujeres 

prepararán nijiamanch para emprender el viaje, haremos un 

ayamtai en la selva. Los sajinos nos esperan, ellos también han 

preparado una fiesta para recibirnos, les dijo. 

Más sobre Raquel Antun Tsamaraint

Raquel Antun sobre la educación intercultural

Filogonio Naxín. La red entre los seres

Cabeza de Guajolote © Filogonio Naxín

Por Juan G. Sánchez Martínez

El arte de Filogonio Naxín es una apuesta por la libertad de las formas. Más allá de galerías, museos y escuelas de arte, Naxín disloca las definiciones de “lo tradicional” y visualiza puentes en óleo, acrílico, o acuarela con los que cruza desde la lengua mazateca a las técnicas de la plástica occidental.

Filogonio Naxín
Se tragó el mundo © Filogonio Naxín

Filogonio Naxín es de Mazatlán Villa de Flores, Región Cañada, territorio mazateco en el Estado de Oaxaca, México. Es hablante nativo de la lengua mazateca. Estudió Licenciatura de Artes Plásticas y Visuales en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca. Hoy en día ofrece talleres de pintura, dibujo y grabado; y es ilustrador de libros. Cuenta con más de 20 exposiciones individuales entre las que destacan el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca-IAGO, la Galería Torre del Reloj en Polanco, y el Museo Nacional de las Culturas del Mundo del INAH. En 2015 el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas publicó su libro bilingüe (mazateco y español) Minu xi kuatsura chichjána, Kui anima xi bantiya yajura / Qué cosa dice mi tata, Seres que se transforman. https://www.facebook.com/FilogonioNaxin 

© Secretaría de Cultura de México

Las pinturas de Naxín gravitan en torno a personajes y horizontes en los que se funden seres-humanos, seres-animales y seres-nawales. Su apellido mismo, Naxín, es nawal-espíritu-caballo, una presencia en muchos de sus lienzos. En la indefinición de las formas, estas pinturas invitan a imaginar un tejido entre los seres: un perro es un venado es una ballena es un ratón es un dinosaurio es una ciudad. Los “niños santos” (como llamaba María Sabina a los hongos medicinales que crecen en las montañas de Oaxaca) se yerguen coloridos en esta red que ata las formas definidas con el misterio.

Jkin Chuu Ngasundie / Animales de la tierra © Filogonio Naxín
Tuntsin / Colibrí © Filogonio Naxín

En algún punto de su experiencia, el espectador puede preguntarse: ¿son fantasía estas imágenes? ¿Pero cómo distinguir “la fantasía” de “lo real”? ¿O son estas visiones otra forma de representar lo que siempre ha estado allí? En cualquier caso, parece que la única forma de ser en estas obras es “ser-entre”: como en “Ngansudie / Tierra”, en donde el cuerpo de la ciudad es el estómago de un venado en el que se puede ver la vía láctea; o como en “Ién Nima / Lengua mazateca”, en donde el cuerpo de un perro es una escalera erguida como un árbol. Ser-entre planos, ser-entre cuerpos.

Ngansundie / Tierra © Filogonio Naxín
Ién Nima / La palabra del humilde / Lengua mazateca © Filogonio Naxín

De pronto, el espectador transita del asombro hacia la risa, pues el universo estético de Naxín devela la fragilidad de los seres humanos que se creen solamente “individuos”. En “La madre tierra”, la semilla, el maíz, el agua fluyendo son trazos espontáneos de una mano/montaña habitada por la vida. 

La madre tierra © Filogonio Naxín
Ndiya / Camino © Filogonio Naxín

Se ha dicho que el arte de Naxín es “surrealista”, y es famosa la frase de André Breton cuando visitó México en 1938: “México es el país más surrealista del mundo”. Sin embargo, en este contexto, quizás eso que algunos ven como surrealista, prestado del inconsciente o del absurdo, sea todo lo contrario: una mirada antigua/contemporánea/consciente como la que muchos pueblos originarios de Abya-Yala han cultivado por milenia. Aquí en Siwar Mayu hay algunos ejemplos de esta mirada. El arte de Filogonio Naxín es una invitación para las nuevas generaciones a recordar y ensoñar este tejido entre lenguas, estéticas y mundos. 

Voz de la montaña © Filogonio Naxín
Pico © Filogonio Naxín

Más sobre el arte de Filogonio Naxín

“Un pintor del surrealismo mazateco”, por María Álvarez Malvido: https://cultura.nexos.com.mx/?tag=filogonio-velasco-naxin 

Epupillan / Dos-espíritus. Comunidad/lof Catrileo-Carrión

© Daniela Meliang Antilef

En febrero de 2020, Siwar Mayu se encontró con Antonio Calibán Catrileo y Manuel Carrión en UC San Diego, a donde habían sido invitadxs al Simposio de escritores indígenas y sus críticos, organizado por Gloria E. Chacón. Canto, tejido, poesía se juntaron en su presentación. El mensaje de su tejido fue claro: al desestabilizar la estructura colonial, se hace visible su complicidad con el sistema heteropatriarcal. En esta entrega de Siwar Mayu, compartimos algunos video-ensayos de la la Comunidad Catrileo-Carrión, junto con dos textos inéditos de Antonio Calibán Catrileo, traducidos al inglés por el escritor y amigo Felipe Q. Quintanilla. ¡Gracias por su trabajo, hermanxs!

En palabras de la comunidad Catrileo-Carrión:

En mapuzungun, “epu” significa dos y “pillan”, espíritu, respectivamente. El espectro epupillan, es decir, de personas dos espíritus en contexto mapuche, se excede de las categorías LGBTIQ+, ahí recae su radicalidad porque pone en tensión el dimorfismo sexual (…) Lo epupillan tensiona la noción que tenemos del cuerpo separado del espíritu, le ha perdido el miedo a dejar de pensar en binarios para ser una experiencia radical ante la colonialidad del género, tensionando entonces todo el paradigma colonial de las construcciones identitarias sexo-genéricas, es una provocación abierta a explorar lo diverso, a considerarnos parte del itrofilmongen (biodiversidad).

https://vimeo.com/catrileocarrion
© Daniela Meliang Antilef

Truyuwiyu chiwayantü mew / Nos besamos en la niebla

Podíamos percibir las miradas incómodas de los wentru al vernos juntxs. Yo por andar con las uñas pintadas y vestirme con algunos elementos que la tradición nos diría que solo las zomo podrían llevar eso, con un tono categórico, sin una posibilidad de duda. Durante toda la rogativa tuvimos que lidiar con eso: con las miradas burlonas y desconfiadas. Miradas incómodas por no comprender qué era yo, qué éramos nosotrxs. Hasta que las mujeres mayores, las papay, comenzaron a pedir mi nombre para que saliera a bailar con los hombres, los wentru portadores de la tradición. Quise resistirme por temor al rechazo que me hacían saber una y otra vez. Pero ahí estaba yo, llevando en mi cabeza un muñolonko como lo usan mis hermanas, porque siempre fui una más dentro mi comunidad. Nunca me trataron como ajena, desubicada. Por un segundo pensé en restarme, pero luego sentí el llamado de las papay que volvían a decir mi nombre. Una de ellas dijo que no iba a empezar el choyke purrun si no me sumaba. Por un segundo respiré y contemplé la escena: todas las familias heterosexuales reunidas alrededor del rewe, y en una esquina estaba mi comunidad, aquella conformada por Manuel, Patricia, Consuelo y Constanza. Observé que Consuelo por primera vez había tomado mi kultrun, y tímidamente lo comenzó a tocar. Mis ojos se nublaron de una emoción que nunca antes había verbalizado. Miré fijo a Manuel.

Me uní con esos hombres, aunque yo no olía a masculinidad, sino más bien olía a otra cosa inclasificable. Sabía que no me querían ahí porque estropeaba la puesta en escena de hombres viriles emulando el cortejo de un pájaro. Porque yo precisamente no hacía eso, sino para mí el choyke purrun era un espacio y tiempo para darme el placer de bailar y transitar. Volví a ver a mi comunidad. Ahí estaban mirándome. A ellxs les dediqué ese baile y rogativa. A las parias de la identidad, las sin apellido, las sin rostro, las que nadie quiere acercarse por no saber muy bien nuestros géneros. Y giré en torno al rewe. Cerré los ojos y me enfoqué en esos primeros golpes tímidos que Consuelo hizo con mi kultrun. Su pálpito era delicado, sensible. Distinto al de las papay, que sonaban fuerte y claro, porque eran las guardianas de la tradición. Pero cerré los ojos y difuminé el ruido, poco a poco comencé a sentir que mis latidos se sincronizaban con el ritmo de Consuelo, y le pedí a los espíritus que nos estaban visitando en ese momento, que me borraran la humanidad por ese corto tiempo de ceremonia. Le pedí con cada movimiento de mi cuerpo que todxs vieran mi desborde, que me vieran transitar en la energía de Antükuram. Nuestra empatía se daba en cada giro que hacíamos en el rewe, yo bailaba al ritmo de mi comunidad, pese a no poder tocarnos, ni manifestar nuestro amor públicamente. Nuestro baile no era por la diferencia, más bien era una provocación. La niebla cubrió toda la rogativa, solo podíamos escucharnos y ver siluetas espectrales. Aún así sabíamos que estábamos girando. Saqué a Manuel al baile, me atreví a darle la mano, aunque dijeran que hombre con hombre no se podía. Yo sabía que ningunx de lxs dos era realmente un hombre. Éramos una energía compartida que se dejaba tocar por chiwayantü, la niebla. En ese baile poroso nos besamos sin tocarnos: Manuel, la niebla y yo. Fue un gesto de amor epupillan. A lo lejos pudimos escuchar a Consuelo tocar vívidamente el kultrun. Algo en nosotrxs había despertado.

~

Wentru: hombre

Zomo: mujer

Papay: ancianas

Muñolonko: pañuelo que se ata a la cabeza

Choyke purrun: baile del avestruz

Rewe: altar, espacio ceremonial

Kultrun: tambor mapuche

Antükuram: huevo sin embrión

Chiwayantü: niebla

Epupillan: dos espíritus

“Kizungünewün epupillan / auto-determinación dos-espíritus”, un video-ensayo de la Comunidad Catrileo-Carrión

En Kizungünewün epupillan / Auto-determinación dos-espíritus, la comunidad Catrileo-Carrión explora a través de la imagen y la poesía toda la fuerza de su multiplicidad epupillan. La auto-determinación epupillan cuestiona clasificaciones como “Champurria” (mestizo), “warriache” (mapuche urbano), “homo/heterosexual” y “mapuche”, pues la identidad unívoca y fosilazada son armas coloniales de control tanto de los colonos como de la colonización internalizada. En un prólogo y tres partes, Antonio Calibán, Manuel y Constanza auto-reflexionan sobre cómo las expectativas sobre las clasificaciones étnicas obstruyen la posibilidad de ser, marginando a quienes “no son lo suficiente”, o fluyen entre diversas posibilidades. Mientras un huso gira sobre la tierra, leemos sobre la pantalla: 

Nos han hecho el test de la raza, no encontraron el color que esperaban en nuestras pieles, ni los rasgos ni el pelo, tampoco encontraron en nuestros apellidos el origen o el lof correcto, y nuestra relación no-heterosexual simplemente les incomodó. Nuestra mapuchidad no les pareció suficiente. (4:30)

Performance + Poesía + Video + Ceremonia + Liquen de los menokos + Piedras de volcán dormido = Sanación para el cuerpo, el corazón y el espíritu múltiple. 

© Daniela Meliang Antilef

Anembrionario

Este huevo no viene nada bien, decían. 

Porque no traía feto, no iba a reproducir la vida. 

Aún así celebramos su existencia, 

sin proyectarle la obligación 

de un futuro pensado 

para reproducir la especie. 

Este huevo no está vacío, 

es un huevo que nos llama al presente. 

Es la vida sin la pretensión de algo más. 

Las antiguas papay decían 

que muchas veces las aves daban huevos así, 

y que en general la vida 

en sus infinitas posibilidades 

nos ofrecía este regalo: un huevo sin embrión, 

un huevo de sol que solo trae luz 

y abundancia para quienes lo reciban.

Este huevo no viene nada bien, decían. 

Y crecimos creyendo eso, 

que nosotrxs éramos esa no-vida reproductiva 

vista como defectuosa, incompleta, errada. 

Y así viene una lista enorme de adjetivos: 

puto, somodita, pecador nefando, maricón, hueco.

Y esta energía no reproductiva tiene nombre. 

Tiene tiempo y espacio por donde transitar: 

Antükuram es nuestro newen,

nuestra posibilidad de habitar una vida dislocada 

lejos del complemento hombre-mujer, 

alejada de esa tradición que nos impusieron,

una vida que elige su presente y su abundancia. 

Nunca vacía, nunca pecaminosa.

Hay un mundo lleno de seres como nosotrxs,

somos el ángulo que abre y cierra el círculo.

Recibimos fuerza del sol 

para vencer los prejuicios de nuestra gente,

para quemar con rebeldía el lugar que nos han quitado.

Pero estamos brotando con la fuerza de Antükuram

Y pronto volveremos a danzar sobre nuestros rewe

Para abrirle paso a nuestro tránsito desbordado.

~

Papay: anciana

Antükuram: huevo sin embrión

Newen: fuerza

Rewe: altar, espacio ceremonial

Más sobre la comunidad Catrileo-Carrión

Awkan Epupillan Mew. Dos espíritus en divergencia. Antonio Calibán Catrileo Araya. Pehuén Editores, 2019. (adelanto)

Bitácoras de trabajo de arte colaborativo con comunidades:

Ngoymalayiñ / No olvidamos

Corto sobre el asesinato de Matías Valentín Catrileo Quezada en 2008, a manos de un carabinero del estado chileno. Fragmentos de una entrevista a Catalina Catrileo, hermana de Matías, por un periodista que lanza preguntas incisivas: “Catalina, ¿tú te sientes chilena? ¿Quisieras sentirte chilena o preferirías un estado mapuche autónomo?” La respuesta: “El estado es un ente represor”. La lista de nombres de los asesinadxs en “democracia” es un reconocimiento público a la impunidad.

Famew Mvlepan Kaxvlew / Aquí estoy río herido

Video-ensayo-memoria de Antonio Calibán Catrileo y su decisión radical de auto-determinación al cambiar el nombre de su partida de nacimiento. El apellido de la abuela, el río Mapocho fluyendo, y el wixal/telar son testigos de este desblanqueamiento, en el que no hay una sola forma de vivir la mapuchidad.

Cantar las montañas. Craig Santos Perez

Craig Santos Perez es un poeta indígena Chamoru de la isla de Guåhan (Guam) en el Pacífico. Es el autor de cinco libros de poesía, co-editor de cinco antologías, y profesor en la Universidad de Hawái, campus de Manoa.

@craigsperez


“Chanting the Mountains” © Craig Santos Perez

“Cantar las montañas” © Traducción de Sophie M. Lavoie

Declaración del poeta: 

Escribí este poema para el Día internacional de la montaña para crear conciencia sobre el valor ecológico y cultural de las montañas en las islas y las culturas del Pacífico, sobre todo porque no se percibe la zona como una región montañosa. El poema también responde a las amenazas constantes e históricas hacia las montañas en el Pacífico, como la minería, la deforestación, la urbanización, el militarismo y el turismo. Para Hawái en particular, compuse este poema en solidaridad con los pueblos originarios de las islas, quienes están protegiendo su montaña sagrada, Mauna Kea, del desarrollo y de la profanación por la industria astronómica colonialista que quiere construir el telescopio más grande del mundo en la cumbre de Mauna Kea. Los Hawaianos establecieron un campamento en el camino que lleva a la montaña para detener la construcción y han creado una escuela gratis allá con clases diarias, eventos, bailes, cantos y otros rituales. Con mi esposa, que es hawaiana, y nuestra familia fuimos al pie de la montaña el verano pasado para dar un recital de poesía y manifestar nuestra solidaridad. Yo leí “Cantar las montañas” por primera vez en esta ocasión. Las fotos muestran nuestra experiencia.

Para el Día internacional de la montaña, 11 de diciembre

Cantar las montañas

Di: “Las montañas son sagradas”

porque las montañas nacieron de la contracción de las placas tectónicas­—

porque las montañas viven en una cuarta parte de la superficie del planeta—

porque las montañas modelan el clima local y global—

Di: “Las montañas son sagradas”

porque las montañas alimentan árboles, animales y los cultivos de comida—

porque las montañas albergan los pueblos originarios, las minorías y los refugiados—

porque las montañas crean corredores para las especies migratorias—

porque mi familia vive en una montaña sumergida—

Di: “Las montañas son sagradas”

porque las montañas capturan la humedad de la atmósfera—

porque las montañas filtran los acuíferos y los manantiales—

porque las montañas abastecen agua dulce para la mitad de la raza humana—

Di: “Las montañas son sagradas”

porque cómo más vas a llamar a los lugares siempre mancillados 

por corporaciones, ejércitos y naciones—

que talan, estallan, perforan, minan, extraen y contaminan—

que violentamente amputan las montañas—

que violentamente amputan montañas completas

Di: “Las montañas son sagradas”

porque decimos ¡basta!

Este es el centro de nuestra creación — ¡basta!

es donde sepultamos y honramos nuestros difuntos — ¡basta!

es donde hacemos peregrinajes, rituales y ofrendas — ¡basta!

ustedes están dañando a nuestros ancianos de la montaña

Di: “Las montañas son sagradas”

porque una vez hubo aquí una montaña—

porque una vez esta llaga profunda fue un hogar—

Di: “Las montañas son sagradas”

porque cómo más vas a llamar a los lugares que siempre están en peligro de extinción:

derretimiento de los glaciares y del casquete nevado, erosión severa e inundaciones, 

erupciones y terremotos, reducción del rendimiento de la cosecha, del flujo del agua y de la biodiversidad,

guerras de tierra quemada y conflictos en las fronteras

Di: “Las montañas son sagradas”

porque a mi hija le gusta jugar en el parque del valle Mānoa,

rodeado de las montañas Koʻolau—

porque un día ella nos preguntará “¿Cuál es la montaña más alta del mundo?”

le vamos a decir, “Mauna Kea se eleva 30.000 pies desde el fondo del océano,

hogar de Papa y Wakea, Madre Tierra y Padre Cielo,

el lugar de origen de tus ancestros hawaianos”

Di: “Las montañas son sagradas”

porque le vamos a tener que contar de la violenta construcción

de observatorios masivos en la cumbre de Mauna Kea—

tendremos que explicar porque los científicos anhelan ver

a mil millones de años luz de distancia en el espacio pero niegan ver

lo sagrado de este lugar

Di: “Las montañas son sagradas”

porque también le vamos a contar de los protectores aloha ʻāina—

quienes lograron impedir el establecimiento del Telescopio de Treinta Metros—

Quienes se pararon firmes en la carretera de acceso agarrados de la mano, y cantaron:

“ku kiaʻi mauna”––

Di: “Las montañas son sagradas”

porque

Somos Mauna Kea

somos Lamlam

somos Nakauvadra

somos Popomanaseu

somos Taranaki

somos Uluru

somos Lata

somos Silisili

somos Panié

somos Orohena

somos Nemangkawi

somos Terevaka

somos Tabwemasana

somos Kao

somos Enduwa Kombuglu 

somos Ngga Pulu

somos Giluwe

somos Haleakala

Di: “Las montañas son sagradas”

porque les vamos a enseñar a nuestros niños:

cuando sientes una amenaza,

Levanta la palma de tus manos, junta

tus pulgares y tus dedos índice

para formar un triángulo,

         así—

y recuerda: cuando nos alzamos

para defender lo sagrado, somos

tan fuertes como las montañas—

recuerda: cuando nos alzamos

para defender lo sagrado,

nuestras voces ascienden

hasta la cumbre

del cielo—


Sobre la traductora

Sophie M. Lavoie es profesora asociada del Departamento de Cultura & Estudios mediáticos de la Universidad de Nuevo Brunswick en Fredericton, Canadá (en el territorio nunca rendido de los Wolastoqiyik o malecitas). Enseña clases de lengua, literatura, cine y cultura. Ha publicado artículos académicos sobre literatura de mujeres centroamericanas y latinocanadienses, entre otros temas, en francés, inglés y en español en varias revistas. Fue cotraductora con Hugh Hazelton de El laberinto vertical de la poeta argentina Nela Rio hacia el inglés, tradujo el libro de poesía Nous sommes les reveurs de la poeta mi’kmaq Rita Joe hacia el francés, y acaba de salir Un parcours bispirituel, la traducción al francés de la autobiografía de Ma-Nee Chacaby, una indígena biespiritual cree y ojibwe.

Más sobre Craig Santos-Perez

“Praise Song For Oceania,” poem by Craig Santos Perez,
film by Justyn Ah Chong 
YES! Media: “The Pacific Written Tradition,” poem by Craig Santos Perez

http://craigsantosperez.com/

https://www.poetryfoundation.org/poets/craig-santos-perez 

Más sobre Mauna Kea y TMT (Telescopio de Treinta Metros)

“Protect Mauna Kea”, Damian Jr. Gong Marley

Multimedia: “Reclaiming History”

Artículo: “The Fight for Mauna Kea Is a Fight Against Colonial Science,” Keolu Fox and Chanda Prescod-Weinstein

Vibración hip-hop nativo en tiempos de aislamiento

Al trenzar la cultura popular con la defensa de sus territorios y su espiritualidad, los jóvenes indígenas han abrazado géneros como el rap, el punk, el jazz, el graffiti y el heavy metal desde principios de los años noventa. En el caso del hip-hop, no debería sorprendernos que una estética nacida en la encrucijada entre migrantes afroamericanos, caribeños y latinxs (mientras ardía el sur del Bronx en Nueva York) fuera adoptada por artistas que, protectores de sus tierras, han estado recordándonos que las prácticas ancestrales y las lenguas indígenas están en constante movimiento.

Letras rítmicas, tambores, zapateos, danzas, powwows han estado latiendo durante milenios entre los pueblos originarios de Abya-yala (América). Esto sumado a la riqueza fonética de sus lenguas (glotales, tonales) ha facilitado el hip-hop indígena contemporáneo. También el graffiti, que está ocupando y reclamando ciudades, materiales y tecnologías, revitalizando las escrituras no-alfabéticas propias como el arte rupestre, los petroglifos, los geoglifos, los ideogramas y los textiles. Hoy, al activar ritmos, idiomas y códigos ancestrales a través de la estética hip-hop, los artistas invitados este mes a Siwar Mayu desafían los estereotipos y las expectativas sobre “lo indígena” mientras empoderan con sus ritmos/medicina a las mujeres, los ancianos, los niños y los guardianes del agua y de la tierra (Juan G. Sánchez Martínez)

Luanko Minuto Soler (Mapuche)

Gonzalo Luanko es un artista de la nueva Cumbia & Rap Mapuche. Se inició en la cultura hip-hop siendo un adolescente bajo el seudónimo de “Minuto Soler”, que posteriormente cambió al desarrollar su “identidad mapuche”, adoptando su primer apellido como su nombre artístico. Luanko, es profesor de historia y compositor con cinco discos editados. Ha recorrido todo el territorio en Chile y ha llevado su “kimün” (sabiduría mapuche) a otros países como Uruguay, Argentina y los Estados Unidos.

DJ SELTZER

Su discografía, Inche Ta Luanko (2011), A Pies Pelados (2012), Tradición Oral (2015) y Ketrolelán (2017), contiene versos que se alternan entre el español y el mapudungún, reactivando la lengua originaria y entregando un mensaje a las nuevas generaciones para la reconstrucción de la cultura Mapuche. Sus letras hacen una  reflexión de la historia de lucha y cosmovisión de su pueblo. Instrumentos como el trompe, pifilka, trutruka o el kultrún aparecen con frecuencia en sus canciones. Su último disco llamado Ketrolelán / No estoy mudo cuenta con la participación de Movimiento Original, Santa Feria y Portavoz. Este disco fue nominado a los Premios Pulsar 2018, en categoría Pueblos Originarios, y contiene la canción “Witrapaiñ / Estamos de Pie” con Portavoz, cuyo videoclip fue realizada en el Wallmapu / Tierra Mapuche. Su evolución musical lo ha llevado desde el hiphop hacia los ritmos latinoamericanos y hoy está trabajando junto a DJ Seltzer en un nuevo disco de Cumbia-Rap Mapuche.

Liftun / Limpieza © Luanko Minuto Soler

Estrofa I

Newentu amuleiñ / vamos con fuerza 

Cheu pvle miauken / por donde siempre andamos 

Welu tañi mongen mu / pero mi vida 

kiñeke meu norlay / a veces no es correcta 

Zunguyen mu alkvlay / hablar mal, no se escucha 

Mvlele wezake zungu / si hay malos asuntos 

Tañi piuke konlay / mi corazón no entra 

Kvmeche kvme zungukelu / la gente buena que habla bien

Lif piuke lif pulli ngelu / quien es de corazón y espíritu limpio 

Poyentu nvtram nielu / tiene conversación cariñosa 

Tañi pulli konki / mi espíritu siempre entra 

Ñi mongen mu liftun zuamki / mi vida necesita siempre  limpieza 

Liftun mvlele feita rume fali / si hay limpieza eso es muy valioso 

Norche ngelan / no soy persona correcta 

Welu kvmeche ngen / pero soy buena persona 

Rume trani tañi mongen / se cayó mi vida 

Welu newenkvlen / pero estoy con fuerza 

Inche kimche ngelan / no soy persona sabia 

Welu chilkatuken / pero siempre aprendo  

Kelluken ñi pu Che / ayudo siempre a mi gente 

Fei mu kvzaukvlen / por eso estoy trabajando 

Kvpape feyentun tañi kultruntun / que venga la creencia y el toque del kultrun 

Kvpape poyewvn tañi ngvlamtun / que venga el cariño mis consejos 

Lefvlkantun ñi piuke mu / el canto rápido de corazón 

Kom tufachi zungu / todo estos asuntos 

Tañi liftun / es mi limpieza 

Coro 

Kvtrankawvn mvlele / si hay sufrimiento 

Kiñe liftun / una limpieza 

Afi zungu mvlele / si se termina algo

Kiñe liftun/  una limpieza 

Weza zungu mvlele / si hay malos asuntos 

Kiñe liftun/  una limpieza 

 we newen nieam / para tener fuerza nueva 

Estrofa ll

Inche zuamlan tami koila ngvlam  / no necesito tu consejo falso

Inche zuamlan tami vtrir nvtram / no necesito conversación envidiosa 

Fei ta kvmelay kvmelay kvmelay / eso no está bien, no esta bien , no esta bien 

Welu lif newen  nieiñ aflayai / pero tenemos fuerza limpia interna

Kiñeke lelin neyen ayekan / algunas miradas, respiras, alegrías 

Kuifike winkul kiñeke trekan / antiguos cerros, algunas caminadas

Kiñe llellipun mawvn lelfvn kurruf / una ceremonia, lluvia,  campo , viento 

Lifko kuifii kvtral / agua limpia antiguo fuego 

Kom tufachi zungu niey lawen liftual / todos estos asuntos tienen medicina para limpiar 

Kimi tami rakizuam llitual / lo sabe tu pensamiento para comenzar 

Kiñe matetun purrun Datun/  un mate, baile, sanarse 

Kiñe yafutun lefkantun / un fortalecimiento, correr 

Kiñe nampulkan niey liftun / un viaje tiene limpieza 

Akutuy kvme weftun / llegó bien el renacer 

Inkakeiñ  taiñ kewvn mongeli / defendemos nuestra lengua, vive

Taiñ püllü mu weichatuki / nuestro espíritu pelea 

Taiñ Tukulpan akupe / que llegue nuestra memoria 

Cheu pvle traupaiñ wezache konkilpe / por donde nos reunamos que no entre la gente mala 

Taiñ trawvn kvme amupe / que vayan bien nuestros encuentros 

Taiñ liftun afkilpe / que no se acabe la limpieza 

Coro ………

Estrofa III

Kvpape feyentun tañi kultruntun / que venga la creencia y el toque del kultrun 

Kvpape poyewvn tañi ngvlamtun / que venga el cariño mis consejos 

Lefvlkantun ñi piuke mu / el canto rápido de corazón 

Kom tufachi zungu/  todo estos asuntos 

Tañi liftun / son mi limpieza 

Coro …….

~~~

Zara Monrroy (Comca’ac)

Roxana Sarahí Romero Monrroy nació en Hermosillo, Sonora, en 1991. Es originaria de la nación Comca ́ac, México. Es compositora, poeta, traductora y escritora. También es activista y luchadora por los Derechos Humanos y la Equidad de Género. Zara busca conservar y transmitir la tradición lírica Cmiique Iitom, a través del canto y la representación ritual de sus saberes. Con un modo propio de expresar el mensaje de sus ancestros, combina lenguas y tradiciones musicales propias y occidentales. Como danzante tradicional Pascola, Zara recrea el antiguo arte de la pintura facial, resignificándola y otorgándole nuevos elementos simbólicos. Zara practica el arte de cantar y componer en su lengua materna, pero también en español y en inglés.

Bandera Comca’ac

Aunque ella considera que un mensaje bien intencionado no necesita traducción alguna, pues sólo necesita tocar el corazón de aquel que le escucha. Actualmente es fundadora y miembro activo del Club de Ecología AZOJ CANOJ que opera dentro del territorio Comca ́ac, conformado escencialmente por mujeres jóvenes de la comunidad de Punta Chueca, Sonora. Zara coordina las acciones y procedimientos, como talleres de reciclaje y manejo de sólidos.

tcoo quipee aha / Vibración positiva © Zara Monrroy

He ziix quii quipee quih tcooma xiica quiistox ihmaa quih iquii oyequetx, he ziix quii cöimpla quih hanso ihyomactim isoj,tax ziix quih quipe zó ihmáa aha.

/ yo agradezco a mis enemigos, agradezco a todo aquel que critique mal, porque siempre eso se regresa con gran verdad, siempre hay que enviar la buena vibración con la gente.

Me ziix quisax ihmaa quih ihmpoho x, consacaixaaj aha, yooz quih maquiho ha tax, ziix quiipe tcooma tax aha taax, ziix quipee quih taax insactiim aha, hant quipee quih taax insoha, hant ifi xah ihamoc xah, taax ihpoot taax sacaha, ox pahihos, ox spacta aha. 

/ Tú, humano que caminas y respiras, por qué no haces lo mismo, sé agradecido con todo y con todos, envía la buena vibración con los animales, con la gente con la naturaleza, eso es gran calma y felicidad, muy armónico con lo que se desea y se pide y ahí está, eso se da.

Zaah zó tocpop taax isxeen coompácah x, insiyaha, insihoha, ox spacta caha, zó intimooz? Taax quipee aha, me ziix quisaax ihmaaá quih impoho ihaax insayaha, taax sacaha.

/ Algún día lo sabrás que todo es pasajero, pero realmente vale la pena esto, sé agradecido, ¿acaso no eres el ser humano que siente?, la vida es de humanos, emociones y sentimientos, pero esto es real.

Xepe iteel intica impaho ziix ccam hequee quih taax ihmpoho x, hant quiij consacaixaaj aha, hammime com maziim, xepe coil com maziim, tcoo quipee aha.

/ Cuando camines a la orilla del mar, sé tú mismo, entrégate con el corazón para poder ser y experimentar la vida como es, tal cual, todo es bonito, el mar es bonito, el cielo es bonito, la tierra es bonita, envía la buena vibración y conéctate con ello.

Taax sacaha taax ziix quipee caha insocta aha.

Hant quiij consacaixaaj aha.

/ así es esto, todo es bueno cuando sabemos que estamos en el lugar adecuado, sé real y agradece la tierra donde pises

(hablado al final)

~~~

Tall Paul (Anishinaabe / Oneida)

Tall Paul es un artista de hip-hop Anishinaabe y Oneida inscrito en la reserva Leech Lake en Minnesota, USA. Nació y se crió en Minneapolis. Su música refleja su educación en el centro de la ciudad. Desde expresiones personales de sí mismo, hasta pensamientos sobre temas que afectan a las comunidades indígenas en su conjunto, la música de Tall Paul evoca una amplia variedad de sustancia y alma.

Prayers in a song © Tall Paul / Oraciones en una canción © Traducción de Juan G. Sánchez Martínez

Estrofa I

Siento los efectos latentes de la asimilación

En el centro de la ciudad un nativo criado por luces estruendosas, rascacielos

Nacido con pocas oportunidades, poca paz en la vida

Exaltado en la niñez por el hecho de que yo no era salvaje

Como llamaron a mis antepasados, imaginando lo que sería

Vivir de la tierra, nómada y libre

En cambio estaba caliente como un horno, no estaba equipado

Con el lenguaje y las formas tradicionales de mi gente

Sí! Solía sentir que no era realmente indígena

Pero ahora digo miigwech gichi-manidoo

Gracias por mostrarme mis verdaderas raíces, claramente nativas

Por asumir la responsabilidad de ser educado

Mi gente y mis costumbres originarias desde los tiempos primeros 

De la historia, eso es más profundo que el pan de maíz frito [fry bread]

Los concursos en los pow-wows, las lágrimas derramadas en el temazcal

Mis oraciones están con todos aquellos a quienes he hecho daño

Y quien me haya hecho daño lo trataré como familia

Coro

Gichi-manido wiidookawishin ji-mashkawiziyaan / Gran Espíritu, ayúdame a ser fuerte

Mii dash bami’idiziyaan / Para que pueda ayudarme a mí mismo

Miizhishinaam zaagi’iiwewin / Muéstranos amor a todos 

Ganoozh ishinaam, bizindaw ishinaam / Habla con nosotros, escúchanos

Mii-wenji nagamoyaan / Por eso estoy cantando

Nimishomis wiidookawishinaam ji-aabajitooyaang anishinaabe izhitwaawin / Gran padre, ayúdanos a seguir las costumbres Anishinaabe

Mii-ji-bi-gikendamaan keyaa anishinaabe bimaadiziwin / Para que sepamos cómo vivir el bimaadiziwin/buen-vivir

Estrofa II

Tomo conciencia de la fragilidad del latir del corazón

Así que rezo por la voluntad y la humildad del creador

Parece que mi oración es débil. No puedo hablar, no soy lingüista

¿Él escucha mi inglés cuando me desahogo? Temo la respuesta

A esta pregunta, es símbolo de angustia

Me preocupa el lenguaje y la obligación de revitalizarlo

Como algo sagrado, el fracaso de no llevarlo a cabo deshonra a

Una nación, mi primera lengua necesita un rejuvenecimiento pero

Descifrar la conjugación es como tratar de encontrar

Mi camino a través de un laberinto en la matrix, complejo

Es difícil comenzar sin un fin más que hablar como nativo

Tengo que superar el límite si voy a seguir intentándolo

Entonces debo usar la lengua de una manera que se relacione con mi vida y mi dialecto

Es entretenido, lo escupo en un verso

Y lo saco del salón, no puedo permitir que lo que me hace falta

Se convierta en un hábito autodestructivo que me obliga a rendirme

Coro…

Estrofa III

Es descabellado, pero Abuelo, por favor, ayúdame a aprenderlo [el lenguaje Anishinaabe]

Ayúdame a protegerlo para evitar que se queme

No me dejes rendir y abandonar este trabajo que vale la pena

Ilumíname y ayúdame a comprender los efectos de este servicio

Necesito una chispa en mi deseo que venga de algo superior

Antes que memorias negativas atacando mi paso

A veces soy del tipo al que le gusta obtener resultados

De un día para otro, sin sudar ni estresarse durante la noche

Entonces rezo

Creador, dame fuerzas para que pueda seguir adelante

Creador, muéstranos amor, para que éste se pueda esparcir

Comunícate con nosotros, desde arriba, escúchame ahora

Estas oraciones en una canción, las hablo en voz alta

Abuelo, ayúdanos a revitalizar la lengua

Y los modos para caminar por el Camino Rojo

El que tú pavimentaste, comunícate con nosotros desde arriba

Escúchame ahora, estas oraciones en una canción, las hablo en voz alta

~~~

Más sobre hip-hop nativo

“The anticolonial beats of Indigenous Hip Hop”

Sobre el traductor (canción de Tall Paul)

Juan G. Sánchez Martínez dedica su escritura creativa y académica a las expresiones culturales de los pueblos indígenas y a sus modos de estar en el mundo. Es poeta, narrador y ensayista. Co-editor y traductor de la revista multilingüe en línea Siwar Mayu, río de colibríes. Ha publicado los libros de poesía Río (2010), Salvia (2014) y Altamar (2017), galardonado en 2016 con el Premio Nacional de la Universidad de Antioquia en Colombia. Sus libros más recientes: Muyurina y el presente profundo. Poéticas andino-amazónicas (Pakarina/Hawansuyo, 2019); y Cine, literatura y Arte contra el extractivismo en América Latina.Dialogo 22.1 (DePaul University, 2019). Actualmente es profesor en la Universidad de Carolina del Norte Asheville, en el Departamento de Lenguas y Literaturas, y de Estudios Indígenas.

Ita ha’eñoso / Ya no está sola la piedra. Miguelángel Meza

Selección, introducción y traducción

del español al inglés por Elisa Taber

Miguelángel Meza © photo credit: Douglas Diegues

Miguelángel Meza es un poeta y promotor cultural Guaraní nacido en Caacupé en 1955. Ha trabajado en numerosas investigaciones antropológicas y lingüísticas, y asimismo en traducciones. Prestó servicios en la Secretaría Nacional de Cultura de Paraguay. Ha publicado los libros Ita ha’eñoso (1985), Perurima rapykuere (1985 y 2001), Purahéi (2001 y 2011), Chipi Gonzales guahẽrã (2006), Maleõ (2007), Perurima pypore (2010) y Arami mburukujaguýre (2012). Ha creado la editorial cartonera Mburukujarami Kartonéra, con la cual ha publicado numerosos títulos de su autoría y de otros autores.

Ita ha’eñoso es una colección de poemas bilingüe, mbya guaraní y español, de Miguelángel Meza. Mbya guaraní es distinto de jopara, una variante del guaraní con inflexión del español que se habla ampliamente en Paraguay, un país bilingüe, español y jopara. Ita ha’eñoso, su primer libro, publicado más de treinta años atrás, es una colección gemela de Ayvu Rapyta, los mitos sagrados de origen mbya guaraní, transcritos y recopilados por el etnólogo paraguayo León Cadogan. Meza escribe una respuesta autorreflexiva sin volver a contar los mitos; así, aunque sus imágenes, símbolos y metáforas se refieren a una cultura ancestral, también son muy suyos. Las palabras de Meza son significantes sin jerarquía que se muestran literales dentro de la estructura lírica; son las primeras palabras de un autor nuevo, las cuales connotan a su vez cosmologías mbya guaraní. En esencia, palabras y cosmologías son lo mismo como en la palabra “ñe’ë”, que literalmente se traduce como “palabra-alma”. El origen del mundo no se anuncia por la materialización del colibrí, sino por una voz que afirma tristemente: “yo aparezco”.

Desde Ita ha’eñoso (1985), Meza ha publicado seis colecciones de poesía y ficción corta. Sin embargo, Ita ha’eñoso sigue siendo una obra fundamental en la poesía guaraní porque marca la transición de la literatura oral y comunitaria a la literatura alfabética y de autor. Meza hace posible una armonía entre su estilo como autor y su cultura milenaria, mientras que juntos apuntan a otra forma de concebir el mundo. La forma contraintuitiva en que este poeta hace que el individuo sea comunitario es una reminiscencia de la técnica de bordado paraguayo, ñandutí. Ñandutí significa telaraña en guaraní. Los hilos extraídos de una tela, en vez de entrelazados sobre ella, trazan un patrón geométrico. Meza imita esta práctica al reclamar la autoría a través de su síntesis lírica de la narrativa comunitaria. Meza parece decir a través de los que le precedieron: la identidad radica en el borrado, no en las marcas.

Miguelángel Meza © Poemas publicados en Ita ha’eñoso/Ya no está sola la piedra. Asunción: Alcándara Editora, 1985. Edición bilingüe español y mbya guaraní.

MÁS SOBRE MIGUELÁNGEL MEZA

SOBRE ESTA SELECCIÓN Y TRADUCCIÓN

Elisa Taber es una escritora y antropóloga argentina. Explora la poética ontológica de la literatura amerindia. Sus cuentos y traducciones se crean de la aflicción, aún cuando esa aflicción es un tipo de felicidad. Su escritura aparece en medios especializados, tales como 3AM Magazine, Colleex Open Formats y Minor Literature(s). Es la ganadora de dos becas de investigación de la División Hispánica de la Biblioteca del Congreso y una beca de investigación del Janey Program para Estudios Latino Americanos; y tiene un MA en antropología del New School for Social Research. Es la coeditora de Slug, una revista de literatura y etnografía, y editora en Seven Stories Press. Sus libros incluyen 300 and 28 (Oakland: Gauss PDF, 2019) y An Archipelago in a Landlocked Country [Minneapolis:11:11 Press, (próximamente) 2020].

Seis poemas de Kimberly L. Becker

Kimberly L. Becker es autora de las colecciones de poesía Words Facing East; The Dividings (WordTech) y Flight (próxima a publicarse en MadHat Press). Sus poemas han aparecido ampliamente en revistas y antologías como IDK Magazine, Panoply y Tending the Fire: Native Voices and Portraits. Ha tenido subvenciones de MD, NC y NJ y residencias en Hambidge, Weymouth y Wildacres. También ha leído en lugares como el Museo Nacional del Indio Americano en Washington, DC, y en el festival Wordfest. Ha sido mentora para los programas de escritura en las prisiones del PEN America, y “De escritor a escritor” de la AWP. www.kimberlylbecker.com

Para la presentación de estos poemas, Kimberley nos envió esta poderosa declaración sobre su arte, a su vez una invitación para las nuevas generaciones:

Como poeta de raza mixta que se identifica como Cheroqui, no presumo hablar por ninguna nación soberana ni tampoco identificarme con la cultura dominante. Soy indocumentada [sin la cédula indígena] y describo esta experiencia en un ensayo pronto a publicarse en la antología Unpapered, coeditada por Diane Glancy y Linda Rodríguez.

Mi trabajo está influenciado por mis propios intentos de honrar mi herencia a través del estudio del idioma, la cultura y la historia. Sigo a mis mayores y a mis maestros literarios, como la brillante Allison Hedge Coke, que me enseñó a “mantener la puerta abierta” para los demás y, por ello, trato de devolver lo que puedo.

Si, como escribió Tillie Olsen, “toda mujer que escribe es una sobreviviente” y si, como escribió Audre Lorde, “hablamos conscientes de que se suponía que no debíamos sobrevivir”, entonces cada escritora de ascendencia nativa, documentada o indocumentada, no es solo una sobreviviente, sino también una testigo contra el racismo institucionalizado que aún prevalece en este país. El holocausto sucedió aquí también; el rostro de Andrew Jackson está en nuestra moneda y su retrato se cuelga en la Oficina Oval de nuestro actual presidente corrupto.

Afortunadamente tenemos a Joy Harjo como Poeta Laureada, la primera poeta Nativo-Americana en ese rol, una importante reivindicación cultural. Lean el trabajo de ella y de tantos escritores indígenas que son de la tierra y hablan la sabiduría de los antepasados que estuvieron aquí primero. Levántense jóvenes escritores. Mantengan la puerta abierta. Hagan de su escritura una ofrenda. Oren. Celebren lo que puedan. Denuncien la injusticia cuando la vean. Invoquen la fuerza de las generaciones que nunca fueron destinadas a sobrevivir, pero que lo han hecho.

Clases de idioma © Traducción de Paul M. Worley y Xun Betan

Canción matutina, En su morado azul, Cachorro de angustia, El Cheroqui en mí, Ve al agua en tu imaginación, y Cobre © Traducciones de Paul M. Worley

CLASES DE IDIOMA

escrito en Qualla Boundary; para C.M.

1. Aquí la poeta hace referencia “Camino de las lágrimas,” cuando el gobierno estadounidense se apoderó del territorio ancestral Cheroqui, y mandó a los miembros de esta nación al estado actual de Oklahoma en 1831. Según algunos, casi la mitad de los 16,000 cheroqui que intentaron el viaje murieron en el camino.

CANCION MATUTINA

“Canción matutina”: de cara a la salida del sol, esta es una canción de alabanza matutina. Nogwo sunale nigalsda (la mañana ha llegado), Yona (oso), Gvyalielitse Yihowa (Te estoy agradecido, Dios), iyugwu (Tráelo).

EN SU MORADO AZUL

LA CHEROQUI EN MÍ

VE AL AGUA EN TU IMAGINACIÓN

COBRE

SOBRE EL TRADUCTOR

Paul M. Worley es profesor asociado de Literatura Mundial en Western Carolina University. Es autor de Telling and Being Told: Storytelling and Cultural Control in Contemporary Yucatec Maya Literatures (2013; las historias orales grabadas en este proyecto están disponibles en tsikbalichmaya.org y con Rita M. Palacios es coautor del libro Unwriting Maya Literature: Ts’íib as Recorded Knowledge (2019). Es becario Fulbright y ganador del premio Sturgis Leavitt del Southeastern Council on Latin American Studies. Además de su obra académica, Worley ha traducido obras selectas de autores indígenas como Hubert Malina, Adriana López y Ruperta Bautista, como editor para México de la revista de literatura global en traduccion al ingles, Asymptote, y como editor de poesía para North Dakota Quarterly.

Disidente Genético: Una Entrevista con John Henry Gloyne

© Por Trey Adcock

© Traducido al español por Ivan Melchor

 Booger Mask, 2017, acrílico.

John Henry Gloyne, Banda Oriental Cheroqui (EBCI), creció en la comunidad Yellowhill de Qualla Boundary en Cherokee, Carolina del Norte (Estados Unidos). De padre Cheroqui y madre Pawnee/Osage de Tulsa (Oklahoma), John es un artista prolífico que utiliza distintos medios para mezclar imágenes tradicionales indígenas en contextos modernos. Tatuar, pintar, dibujar, y esculpir son sus principales medios de expresión. Los trabajos más conocidos de Henry incluyen su propia versión de las máscaras Cheroqui tradicionales y de las gorgueras inspiradas en el estilo Mississippi. 

Su trabajo ha sido presentado recientemente en la exposición de arte Renewal of the Ancient en el Museo Cheroqui, y en la exposición Appalachia Now en el Museo de Arte de Asheville (Carolina del Norte). 

Puedes ver más de su trabajo AQUÍ, y seguirlo en instagram.

John Henry y yo nos conocimos una mañana soleada en un pequeño café en el barrio artístico junto al río (River Arts District) en Tokiyasdi (El lugar donde corren), ciudad conocida popularmente por su nombre colonial: Asheville. Edificios industriales que fueron convertidos en galerías de arte, cafés, y microcervecerías, las cuales se extienden al lado del río French Broad al noreste de la ciudad. Ambos vivimos y trabajamos dentro o cerca de las áreas urbanas asociadas a Tokiyasdi. Mientras John Henry es dueño de la tienda de tatuajes Serpent and the Rainbow ubicada en la parte occidental de la ciudad, yo soy miembro de la Nación Cheroqui de Oklahoma y dirijo el programa de estudios Nativo-Americanos e Indígenas en la universidad local.

Logo de la tienda

Por años escuché de John Henry a través de amigos con quien jugaba baloncesto y estudiantes que admiraban su trabajo, tanto sus tatuajes como sus pinturas. Por fin nos conocimos en persona cuando él y su compañero estaban tomando clases de la lengua Cheroqui en la universidad local y yo venía a sentarme en la clase de vez en cuando. Su trabajo me cautivó inmediatamente, su amor por el baloncesto y la pasión de su familia por la historia y cultura Cheroqui. En su estudio, para mi cumpleaños 40, me tatué en silabario Tsalagi mi nombre Cheroqui en el antebrazo izquierdo. El sistema de escritura Cheroqui, conocido como silabario, fue inventado por Sequoyah en la década de 1820 y condujo al primer periódico bilingüe de Nativos Americanos en los Estados Unidos: el Cherokee Phoenix.

Adasdelisgo’i “El que continuamente ayuda”

La mañana que nos encontramos, platicamos sobre arte, política, lenguas, y otro de nuestros intereses compartidos: el.baloncesto. Lo que sigue es un breve extracto de nuestra conversación, la cual se enfoca en su trabajo, sus inspiraciones, y como la paternidad ha moldeado su arte.   

Trey: ¿Sientes que hay una influencia Pawnee-Osage en tu arte o sientes que es principalmente Cherokee?

John Henry: Creo que hay una gran influencia Mississippi. Ese es el conjunto de todos nosotros en el suroriente [de los Estados Unidos]. Incluso más allá del suroriente también. Creo que todas las tribus pueden relacionarse con esa iconografía. Yo diría que en el momento es más Cheroqui. Hasta traté de salir un poco de lo Mississippi… no más porque lo estaba usando todo el tiempo. 

   Anikituwaghi, 2018, acrílico                                           Man on Mound, 2018, acrílico

Trey: Cuando estabas creciendo, ¿cuándo fue la primera vez que te consideraste un artista? ¿Siempre dibujastes? 

John Henry: Siempre, sí, tuve una madre que me motivaba. Honestamente no me acuerdo de un momento en que no estaba siendo creativo. De verdad no me acuerdo. Mi mamá guardó todos mis dibujos de cuando tenía cinco o seis años.

John Henry Gloyne. Edad 5, 1988.

Una de las cosas grandes que hice es que siempre estaba dibujando. Mi mama siempre me motivaba a dibujar. Dibujaba en la escuela cuando no debía estado dibujando.

Spudd webb, 1995, pluma y tinta.

Trey: ¿Tienes otros familiares que son artistas también?

John Henry: Sí, mi hermana fue una gran influencia para mí. Ella fue al Instituto de Arte del Indio Americano (IAIA) y por eso yo fui ahí también. Cuando ella creció (me imagino que como mucha gente que es creativa cuando son chicos), la edad adulta la frenó. Solo porque tienes cuentas que pagar y cosas asi. Creo que fui un poco más descuidado con eso: “no me importan las cuentas, voy continuar haciendo esto”. Tiré la precaución al viento y tuve suerte y me funcionó. Ella pintaba, pero también hacía collage. Hacía técnica mixta, collage, pintura, hacía todo tipo de cosas. Fue una gran influencia para mí. A su modo, ella todavía es creativa. Siempre fue única. 

Cherokee and Creek: Indian War. 2016. Acuarela.

Trey: ¿Cómo te influenció? 

John: Ella era metalera. Nunca me interesó eso, pero era como si su estética estuviera siempre alrededor. Ella amaba Jane’s Addiction. Todo eso fue una gran influencia para mí. Las portadas de sus discos y esas cosas. El disco Nothing Shocking tiene dos mujeres de papel maché y son siameses y sus cabezas están en llamas. Ese era el tipo de cosas que le interesaban a mi hermana. Ella me mostraría todas esas cosas y me diría: “mira el arte”, es chido, es impresionante, o lo que sea. Yo tenía nueve años, eso seguro fue una gran influencia.  

Trey: ¿Cómo empezaste  a hacer tatuajes?

John: Empecé a aprender a hacer tatuajes en 2001, todavía estaba en el colegio, hermano. Me acuerdo cuando trabajaba en Peter’s Pancakes en Cherokee, limpiando mesas con mi hermana. El dueño de una tienda local de tatuajes vino a una de las exposiciones de arte en mi secundaria en Cherokee. Había visto mi arte y me preguntó si quería ser su aprendiz. Inmediatamente renuncié a mi trabajo limpiando mesas y me involucré en tatuajes por casi 10 años. No es que no pintara, sino que era estricto como las personas que realmente hacen tatuajes. Mirando hacia atrás, todo lo que quería entonces era despertarme y crear. Es todo lo que tienes que hacer.

Trey: ¿Tienes un estilo particular de tatuar?

John: Soy un tatuador extremadamente versátil. Puedo hacer muchos estilos. Quizás ese es mi estilo.

Trey: Tatuaste en Minneapolis por un rato, ¿no?


John: Sí pues, conseguí un trabajo y me moví y me fui a vivir ahí casi inmediatamente. Tatué en el sur de Minneapolis y en el East Lake Street y apenas entré fue como un viaje porque yo no sabía que tan grande era la comunidad indígena allí hasta que fui. Tatué a Clyde Bettencourt quien ayudó en los comienzos del Movimiento del Indio Americano (AIM). Sí, pude conocer a su hijo Crow. Él tenía un grupo de powwow que se llamaba Midnight Express. Crow conoce mucho de los Cheroqui aficionados a powwows. En fin, fue increíble y, además de la comunidad nativa, las artes en Minneapolis son gigantes. Es una ciudad con mucha hambre por el arte. Fue increíble. La llaman “Concrete Rez” [reservación indígena de concreto], y está ahí nomás en el centro de Minneapolis. Creo que se llama tierra roja. De todos modos, es como una reservación pequeña. Está en el medio de la ciudad. Son residencias de concreto.

Seven Clans, 2018.

Trey: ¿Por qué te fuiste?

John: Estaba muy lejos de casa. Soy muy cercano a mi familia. No quería ser un extraño para mis sobrinos y sobrinas, porque tengo 12 sobrinos y sobrinas. Todos somos cercanos. Amo Minneapolis pero está bien lejos de casa. 

Trey: ¿Pintas más ahora?

John: Todo el tiempo. En realidad pintó más que hago tatuajes, y hago muchos tatuajes. Estoy constantemente haciendo algo.

The process of weeding out, 2018, acrilico.

Trey: ¿Cómo describirías tu estilo de pintura?

John: Sí, como la mayoría de las personas oprimidas, la ira y opresión [de mis pinturas] las hace divertidas. Bromeo mucho. Soy una persona divertida, pero nomás estás escondiendo tu jodida ira. [risas] Siento que: entre más enojado estás, más divertido eres. Entre más oscuro, más divertido eres. Estoy llegando a un punto donde eso tiene mucho que ver con mi arte.

Bernini’s son, 2016, acrílico y gouache.

Trey: ¿Es así?

John: Sí, lo cual es interesante porque en los últimos años solo he estado pintando cosas que son aburridas. Es casi como si quisiera demostrarle a la gente que yo puedo hacer eso. Pero todavía hay algo desolador, yo creo. Un poco de oscuridad. 

Dogdick, 2019, acrilico.

Trey: Tú como un artista, ¿sientes esa presión de que algunos hablan por crear ¨arte nativo”?

John: Mira, estaba tan en contra de eso cuando era joven. Sí, estaba como, “jodete, no voy a pintar un caballo” o como, “no voy a pintar un jodido indio haciendo algo.”

Tattoo Flash, 2019, acrílico y tinta.

Trey: Estabas resistiendo.

John Henry: Estaba resistiendo hasta la madre. Soy un disidente genético. Es como si estuviera en mi sangre eso de ‘no, hombre, no voy hacer lo que tú quieres que haga”… pero en realidad, eso de hacer arte tipo “Indio Americano”, todo eso cambió cuando tuve hijos. Probablemente ya estaba pensando en eso antes de tener hijos, pero cuando los tuve, solo quería que fueran más conscientes de quién son, pero al mismo orgullosos de eso. Para la gente Cherokee también, especialmente para la Banda Oriental, somos el final de la línea aquí…

Más sobre John Henry Gloyne

Serpent and the Rainbow Tattoo

Sobre el traductor

Ivan Melchor nació en Charlotte, North Carolina en 1997. Actualmente es estudiante de historia en la Universidad de Carolina del Norte Asheville. Ha publicado una tesis sobre la migración de Latinoamericanxs a la región occidental de Carolina del Norte. En 2019 fue asistente en un proyecto con el Departamento de Lenguas y Literaturas para traducir una colección de entrevistas de inmigrantes en Asheville.

Tiawanaku. Cuatro poemas de Judith Santopietro

Judith Santopietro © Elena Lehmann

Judith Santopietro nació en Córdoba (Veracruz, México) en 1983, aunque también se crió entre Ixhuatlán del Café y Boca del Monte, pueblos de las Altas Montañas a los que pertenece su familia. Aquí escuchó las primeras historias sobre nahuales, chaneques, mujeres voladoras y otros seres extraordinarios del mundo mesoamericano. Su idioma materno es el español; sin embargo, ha aprendido Nahuatl por decisión política y para honrar a sus ancestras que soñaban y vivían en esta lengua. Judith es maestra por la Universidad de Texas en Austin y ha hecho residencias de investigación en la Sierra de Zongolica y Tecomate (Veracruz), el Instituto de Estudios Latinoamericanos Teresa Lozano Long (Texas), la Universidad de Leiden (Países Bajos), y en Nueva York y Bolivia. 

Ha publicado los libros Palabras de Agua (Instituto Veracruzano de Cultura-Praxis, 2010) y Tiawanaku. Poemas de la Madre Coqa (Hanan Harawi Editores,2017) —primera versión en español—, además del ensayo “Migrantes nahuas celebran a Santiago Apóstol: un ejercicio de comunalidad en Nueva York” (Universidad Autónoma de Chiapas, 2017/ Leiden University Press, 2016). Obtuvo el Premio Nacional de Poesía Lázara Meldiú 2014 y fue finalista en el Premio Literario Internacional “Aura Estrada” 2017.  Ha publicado en el Anuario de Poesía Mexicana 2006 del Fondo de Cultura Económica, Rio Grande Review, La Jornada y The Brooklyn Rail, y también ha participado en numerosos festivales, incluyendo el World Voices Festival del PEN America en Nueva York, 2018.

Sus pasiones son el proyecto Iguanazul: literatura en lenguas originarias, tomar fotografías, participar en rituales y danzas tradicionales, observar aves y hojear su libro de poemas de la Dinastía Tang en papel arroz con ideogramas chinos. En la actualidad, escribe narrativas de migración sobre comunidades indígenas en EE UU.

 Cuatro Poemas de Tiawanaku. Poemas de la Madre Coqa

© Judith Santopietro

© Judith Santopietro
© Judith Santopietro

© Judith Santopietro

© Judith Santopietro

Más sobre Judith Santopietro

Dirección General: Patricio Agusti 

Cinco poemas en Tierra adentro

Pintando lo invisible. Brus Rubio Churay

© Por Juan G. Sánchez Martínez

OUR GRANDFATHER GUIDING THE CHILDREN © Brus Rubio

Brus Rubio Churay es artista plástico murui-bora (Amazonía). Nació en 1984 en la comunidad de Pucaurquillo, ubicada en la cuenca del río Ampiyacu, en Loreto (Perú). En su obra, tintes naturales y acrílico se juntan sobre la tela y la llanchama (la corteza del árbol oje). Aquí los materiales invocan su origen.  En “Nuestro abuelo guiando a los niños”, el viejo territorio/selva carga a los niños guardianes del agua y de la danza. La travesura y la alegría emanan de la tierra en un laberinto de cortezas y de ramas.

 LA RESTINGA DE MIAMI © Brus Rubio
OJO DE LA AMAZONIA DE LA HABANA © Brus Rubio

No importa si en Miami o en La habana o en París, la selva muestra sus ojos de boa. El ojo de Brus Rubio atrapa lo invisible. El mundo de los hombres solo llena un retazo de la tela. A pesar de que el malecón y la playa despliegan toda su fuerza humana, los seres que sostienen la imagen son y no son las mujeres y los hombres; otros seres habitan junto al turista, otros cantos y danzas junto a la salsa.

BUINAIMA SOSTENIENDO A LA CIUDAD © Brus Rubio

Entre la ciudad y la selva, los dioses del universo murui-bora no son episodios míticos de un libro, sino presencia ahora, fuerza creadora de Buinaima ante las estructuras endebles de una ciudad. Pero…, ¿qué tanto hacen los hombres con el árbol de la abundancia? ¿Acaso se reparten el plato del macambo y del petróleo como si no hubiera consecuencias? Los esqueletos de los devoradores se devoran a sí mismos.

EL PLATO DEL MACAMBO © Brus Rubio
EL PLATO DEL PETRÓLEO © Brus Rubio

Rubio explica en su perfil: 

“Mi creación refleja una gran alegría cósmica porque está inspirada en los dioses y personajes míticos, en las fiestas y rituales, en la minga y faena agrícola, en la magia y belleza de los peces y animales, en el canto, la visión y la palabra sagrada de mis ancestros. Todo eso es parte de mi existencia, de mi forma de pensar, de sentir y mirar el mundo.”

Brus Rubio Churay

“ (…) Pero mis pinturas también abordan temas sociales, históricos y políticos que afectan a mi pueblo y a la Amazonía en general, tales como la contaminación ambiental, los crímenes de los caucheros contra mis antepasados, la corrupción y los agentes externos que imponen programas de desarrollo sin conocer la realidad local.”

AMOR MÍSTICO © Brus Rubio

En su conjunto, la obra de Brus Rubio permite largos silencios para la ensoñación; no para el romanticismo y el exotismo. El espectador camina desde la forma conocida (digamos una hoja) a la piel naranja de un jaguar hecho de hojas que caen. De pronto, las mariposas coloridas se posan sobre el río lácteo mientras la madre se baña bajo las estrellas. El erotismo y el amor quedan zumbando sobre las aguas.

AGUA DE ESTRELLAS © Brus Rubio

Más sobre Brus Rubio

Página del artista: https://www.brusrubio.com/

Aliteraciones Ndé. Margo Tamez

Poemas originales del libro en preparación Father | Genocide: New and Selected Work, 2009-2019 © Margo Tamez

Aliteraciones Nde © Traducción al español por Fredy Roncalla

Declaración de la autora © Traducción al español por Fredy Roncalla y Juan G. Sánchez Martínez

Si prefiere leer en PDF, haga clic aquí

Dá’íhééneezį’é
dádn’áo. 
Daádííjí. 
Dádíí
dáá’koh jeekíí dádidlohgoh beeshá’íí’áná

Agradezco

cuando el sol se levanta

Este día

Sólo hoy

Aquella mujer bailó

hasta el crepúsculo

Yénáaałniiná 
 
Ílatsoi 
Yénáałni
 
wos’haaałts’
mit’ii
bits’ísí
 
Ts’ídáshá’íí’áo
nááyiiskáo dáá’koh
t’áji’yé 
ndádaadeezáná
gokíyaa’í bich’í’yégoh

Tiempo después

ella recordó

el colibrí

Ala dislocada

su columna

su cuerpo

Justo al anochecer

del siguiente día

empezó

el movimiento de retorno

a su tierra.

Gokíyaa  
shighah
shighazhááí
 
Sháná’ńgeeh

Esta tierra
es mi hogar
mi pequeña casa

Has que regrese hacia mí.

hángodńnał ? 
 
Dáhichagoh 
ókaanándah 
ghwóch’ííłdéłná 

Me guardarías

un lugar?

Lloraron

e imploraron

pero fueron abandonados.

Papá vuelve a sus funerales en el sueño #28

Publicado en Poets.org. Edición coordinada por Eduardo Corral.

La vergüenza    empuja lo que negamos               hacia el resplandor

Al soñar mi padre me cuenta       que el duelo de mi madre

impide el impulso.

Proyecta pensamientos  en una pantalla   para que los lea

Soy su película personal       de cautiverio

Nos está mirando.    estamos encorvados     descargando vómito de dolor

Papá está frente a mí

momento sin temor      elevado y  aparte

sin miedo de nada sea lo que sea

Cuándo fue que lo cortaron?                                         Quiere saber

Incrustando la idea en el espacio         entre mis ojos

Levantando la pierna del pantalón            donde el sepulturero

suavizó y estiró la piel salvaje        que papá usaba para remar

su amputación debajo de la rodilla

flotando  a pulgadas  del piso       reverbera en sus ojos.

Él no recuerda la amputación

al doblarse.

Papá me muestra toda su pierna.                      Cicatrices

curadas y lisas.

Es de nuevo un cuerpo no mutilado. Igual que antes del lugar donde uno se agacha.

Sólo quedan las corroídas cicatrices de su muslo.

Proyecta: “Margo, siento mi pierna aquí.  Me rasca aun el pie aquí”  Papá

indica: “ en este espacio vacío”     gira sus dedos     un lento  espiral

Asiento con un gesto:    “Lo veo. Voy a recordar esto para ti”

Declaración de la artista

Muy joven sufrí una seria afección auditiva debido a una fuerte fiebre, la pobreza y los efectos intergeneracionales de la colonización. En esos tiempos no se podía saber si la gente estaba interesada en los efectos de la colonización químico-industrial del aire, la tierra, el agua, y las cadenas alimenticias en las cuales me criaron en el sur de Texas y en la frontera entre México y Texas.

Muy temprano hice las conecciones entre el menosprecio generalizado, la guerra de la sociedad colonizadora contra la Tierra y la agresión que experimentábamos como pueblos indígenas no reconocidos del lugar. Entonces yo no tenía el lenguaje para nombrar esto, a pesar de que estaba adquiriendo un conocimiento intuitivo sobre cómo las economías de extracción de aceite-ganado-algodón estaban rebosando la toxicidad en mi cuerpo hasta resultar en enfermedad.

Ser indígena pobre, parte de los pueblos no reconocidos Ndé Dene de Kónitsąąíígokíyaa (más conocidos como Apaches Lipan de los Llanos del Sur, provenientes de la Tierra de Las Grandes Aguas, territorios ancestrales no-cedidos en lo que es actualmente Texas), implicaba que mis experiencias, modos de comprensión y críticas a esas interconexiones estaban ligadas a difíciles historias habladas o expresadas no verbalmente entre los miembros mayores de la familia. La poética de la memoria reprimida, el conocimiento, y la aprehensión en torno a nuestra subyugada e invisible clase (sin)identidad y (sin)reconocimiento jurídico, eran comunes a lo largo del siglo veinte: 

a través de campos de batalla indígenas

desatados en apiladas casas de alquiler

vecindarios pobres, patios de escuela

lugares de trabajo, catequización CCD compulsiva

clases, adoctrinamientos atléticos, Misa

de domingo, y escuela públicas con maestros Blancos

y reglas, y papel con rayas en regla, y miradas reglamentadoras.

a través de Brownie y Girl Scouts obligatorios

reglamentación, viajes en bus escolar amarillo, garitas de control armadas

control de vehículos, papeles de identidad, tareas no terminadas,

castigo después de la escuela, papeles amarillos firmados por los padres desde la casa,

padres sintiéndose enfrascados en la línea de espera regulada

obligados a firmar sin su consentimiento, que Yo

soy una mala persona por contarle a la gente nuestra versión de la historia,

silencio obligado en los salones, órdenes de sentarse 

atrás, con otra Indígena y una Joven Negra,

toques de queda, maíz enlatado, tortillas viejas apiñadas

en papel de cera congelado, estereotipos en Halloween, zapatos de cuero duro

ampollas, atacada por una banda de chiquillos blancos administrando

la arquitectura colonizadora de tiempo y espacio.

Primero de primaria en el territorio ocupado y no cedido de la tierra ancestral de los Lipan Apache,

Texas sur.

Mi trabajo refleja el interés de toda una vida en el lenguaje, la historia, los archivos, y la memoria de la resistencia del pueblo Ndé Dene y su terco rechazo a desaparecer e irse lejos. Mi trabajo también tiene que ver con el dónde y el cómo los Ndé Dene han sido condicionados a la supremacía del colonizador, incluyendo la forma en que estos medios se impregnan en el colonizado. Mi trabajo es un instrumento para hacer aflorar la verdad, y buscar la curación y la revitalización, develando lo oculto para que la verdad emerja. Para potenciar que aquello que ha sido escondido y negado sea un vehículo para recuperar el espíritu, el bienestar, y el sentido del futuro del pueblo Ndé Dene, más allá de la forma como los colonizadores -incluidos pueblos indígenas- nos imaginan como no-personas. El meollo de mi arte, mi pensamiento, y mi desarrollo ha sido un conocimiento problemático así como la construcción de la paz.

“El meollo de mi arte, mi pensamiento, y mi desarrollo ha sido un conocimiento problemático así como la construcción de la paz. “

Al reconocer que el genocidio para los pueblos Ndé Dene ha involucrado intrincadamente a diversos actores y entidades políticas, este evento en el sur de Texas exige que la poesía ascienda a lugares distintos y se oponga firmemente al uso de genocidio como metáfora o como descriptor genérico y abstracto. El genocidio es un área de investigación, desarrollada entre académicos contemporáneos Ndé Dene, y se ubica específicamente dentro de grupos de mi familia y sociedad de parentesco, mis antepasados inmediatos (encarnados en las últimas cuatro generaciones, entre 1872-2019), así como en sitios / lugares de terror, crisis, violencia, atrocidad, brutalidad, indignidad para el cuerpo humano y silenciamiento organizado en Kónitsąąíígokíyaa.

En mi trabajo involucro diferentes modos de conocimiento (epistemología), historización, ética y moral a fin de desarrollar metodologías y prácticas creativas para imaginar y construir una poesía que dé forma y voz a las naciones indígenas no reconocidas. Me refiero a mi investigación sobre el estado-nación, los actores estatales, los espectadores-cómplices, y las organizaciones e instituciones indígenas que han contribuido a obstruir el acceso de los pueblos Ndé Dene a la justicia. La poesía es una forma vital para abordar historias y voces relegadas como desechables y abyectas.

Actualmente, en la sociedad estadounidense, la personalidad cultural, física, social y política de los pueblos de Kónitsąąíígokíyaa es negada. He estado involucrada en tres casos legales (entre 2007 y 2013) que rechazaron firmemente los mitos normativos del estado-nación con respecto a la complicidad de sus habitantes/espectadores que perpetraron los actos de genocidio en las tierras ancestrales no-cedidas de los pueblos de Ndé Dene (Texas) durante el conflicto del muro fronterizo (2007-2009); y por eso considero que la poesía es una herramienta útil y dinámica para estimular las imágenes, animar a decir la verdad, crear espacio para el lenguaje y los sistemas de conocimiento no occidentales, y encender la llama bajo la conciencia adormecida de la sociedad americana.

Como investigadora y académica, soy una creadora de archivos, curadora y administradora de documentos para dos ramas del archivo histórico Ndé Dene, incluidos los objetos culturales. En mi proyecto actual, establezco vínculos cruciales entre la negación de los pueblos Ndé Dene y, tal como se almacena en los archivos sancionados oficialmente, el poder del estado sobre las 400 naciones indígenas no reconocidas por el gobierno federal  (cifras actualizadas), para quienes su personalidad política y sus reclamos de tierras están sujetos a múltiples formas de violaciones de derechos humanos cometidas con la aprobación del gobierno federal, los actores estatales, así como numerosos actores políticos reconocidos federalmente hoy en los Estados Unidos. Esto es insostenible y es una motivación importante en mi producción desde y a través de la poesía, las artes visuales, el activismo lingüístico, la teoría y la defensa de los derechos indígenas.

El tema en estos poemas que comparto con Siwar Mayu es la persistente negación del genocidio y la ofuscación. Estoy interesada en explorar los roles y la memoria de los espectadores-cómplices, beneficiarios y obstructores de las experiencias de los pueblos Ndé Dene. Aquí indago en la memoria histórica Ndé Dene de las complejas emociones que despiertan el ser forzado por el estado y sus instituciones legales a ser testigo impotente del hecho de que los Estados Unidos y otros gobiernos tribales tomen control sobre los territorios ancestrales no-cedidos de los pueblos Ndé Dene. Mi compromiso con la recuperación del idioma Ndé Dene es un acto crucial para honrar a mis antepasados – los sobrevivientes y no sobrevivientes del genocidio – así como un acto amoroso para reclamar la pertenencia política, cultural, espiritual y física de los pueblos Ndé Dene del territorio ancestral Kónitsąąíígokíyaa. Al hacerlo, estos poemas revitalizan la autodeterminación y el ser miembro de la gran Nación Dene. En poesía, los pueblos Ndé Dene logran una identidad más allá de la clasificación legal que los subyuga como “Apache”, sinónimo de la normalización del genocidio como un acto soberano por parte del estado-de-los-colonos con lo que este acto permanece impune e inmune de responsabilidad, reparación o reconocimiento. Estas cosas son articuladas y entrelazadas; no separadas.

“La memoria de los pueblos Ndé Dene permanece dentro de mí a través de mis profundos lazos familiares y conexiones con una sociedad de parentesco amplia que se extiende por Niguusdzán (América del Norte).”

La memoria de los pueblos Ndé Dene permanece dentro de mí a través de mis profundos lazos familiares y conexiones con una sociedad de parentesco amplia que se extiende por Niguusdzán (América del Norte). Al recuperar y descolonizar los archivos legales y re-orientar la revitalización del lenguaje Ndé Dene, (re)visito lugares familiares íntimos de las tierras Lipan Apache (Ndé), en el sur de Texas, el este de Nuevo México y el noreste de México. El tiempo-espacio flexible de mis antepasados ocupa un lenguaje pictórico que me ayuda a descifrar la violencia histórica que sintieron los Ndé Dene de Texas.

Mi poesía reconoce y llama la atención sobre los efectos persistentes del trauma histórico, el cual satura los paisajes Ndé Dene aún oscurecidos por el agresivo silenciamiento colonial. La memoria espiritual como sensibilidad, la tierra-lengua, el desespero —la internalización colectiva del exilio espacial indígena— influyen en mi comprensión de la negativa de mi pueblo a conformarse con la abyección a la que aún estamos expuestos hoy como resultado de las políticas de genocidio por parte de perpetradores y espectadores-cómplices. Estos poemas, haciendo eco de la memoria intergeneracional Ndé de los sobrevivientes del genocidio, exploran cómo la memoria histórica de la violencia perturba las estructuras lineales literarias, históricas y narrativas de los colonos, las cuales han negado a los pueblos Ndé Dene nuestras experiencias vividas, conocimientos y territorios, incluso después de la muerte. Mi poesía, entrelazada a las perspectivas de los pueblos Ndé Dene sobre la historia (herstory) y la ley, posiciona enfáticamente distintas realidades, existencias y resultados que los pueblos Ndé Dene harán presente.

Margo Tamez

MÁS SOBRE MARGO TAMEZ

Poemas de Margo Tamez

MargoTamez: Escritores Nativos Americanos

© Fronteras 810: Lipan Apache Band of Texas – Margo Tamez. New Mexico State University

SOBRE LOS TRADUCTORES

Fredy A Roncalla nació en Chalhuanca, Apurímac, Perú, en 1953.  Tiene estudios de lingüística y literatura, además de una amplia trayectoria en Estudios Andinos, con especial énfasis en sus aspectos estéticos. Es también artesano que trabaja con materiales reciclados. Ha publicado poesía y ensayos en diversos medios impresos y digitales. Es autor de: Canto de pájaro o invocación a la palabra (Buffon Press, 1984); Escritos Mitimaes: hacia una poética andina postmoderna (Barro Editorial Press, 1998); Hawansuyo Ukun words (Hawansuyo/Pakarina Ediciones, 2015); y Revelación en la senda del manzanar: Homenaje a Juan Ramírez Ruiz (Hawansuyo/ Pakarina, 2016). Está preparando Llapan llaqtan: narrativa y poesía trilingüe. Sus proyectos trans-andinos en el ayllu virtual: Hawansuyo Peruvian Bookstore, Churoncalla.com, y Hawansuyo.com

Juan G. Sánchez Martínez nació en Bakatá, en los Andes colombianos. Dedica su escritura creativa y académica a las expresiones culturales de los pueblos indígenas y a sus modos de estar en el mundo. Su libro de poesía, Altamar, fue galardonado en 2016 con el Premio Nacional de la Universidad de Antioquia en Colombia. Altamar es un homenaje a las abuelas y los abuelos, activistas y escritores que han protegido con sus propias vidas el agua pura de sus territorios. Actualmente es profesor asistente en los departamentos de Lenguas y Literaturas, y Estudios Indígenas en la Universidad de Carolina del Norte Asheville.

Chillico: el inquisidor inapelable de la risa

Por Hernán Hurtado Trujillo.

Septiembre de 2019. Abancay, Apurímac, Perú

César Aguilar Peña, conocido popularmente como Chillico, es uno de los humoristas gráficos más importantes del Perú. Es director de la Revista de Humor, Arte e Historieta Ch’illico, la única revista de humor gráfico vigente a nivel nacional por más de 25 años, afrontando dictaduras y abusos del poder. Irrumpió desde su natal Abancay, en los Andes, con un estilo propio y dominio técnico superior en cuanto al manejo plástico del dibujo en sus logrados trabajos, donde el color y el texto escrito se complementan para darles colorido y gran agudeza.  

La risa es una cualidad esencial del ser humano. Según Henry Bergson: “El hombre es el único animal que ríe”; sin el sentido del humor, la vida tendría una atmósfera fúnebre, viviríamos en un mundo de autómatas sin emoción, sin sangre, ni bicho que nos pique y cosquillee. Chillico, a través del humor gráfico seriamente planteado (lo más difícil de lograr) nos libera del caos de la corrupción política y social del país, nos arranca la tristeza, las tensiones, el miedo, la apatía, la amargura, con una inesperada carcajada. Chocando contra el sentido común, contra lo establecido, desmitifica la consagración de la huachafería, la mediocridad y el arribismo; fustiga el temor, el-qué-dirán; devela lo oculto, lo sombrío, lo malévolo, lo perverso y cínico que se disfraza de moralista para engañarnos. Sus caricaturas nos ayudan a reconstruir la realidad, a buscar coherencia en el caos; de su pincel irreverente ni lo divino se escapa, el espíritu se hace carne, hasta lo sublime revela el trasfondo ideológico del poder, representado por el pastor lobo y su rebaño de alienados corderos, resumiendo el concepto de poder pastoral de Foucault. Desde esta perspectiva preguntamos, ¿con qué finalidad un pastor alimenta y cuida a sus corderos? La respuesta nos devela el falso amor del pastor, que cuida, controla y guía el rebaño para comérselo.

Su sensibilidad artística capta lo esencial de la vida, universalizando temas locales y nacionales. Caricaturiza el poder, ironizando las incoherencias y burradas cotidianas de políticos, como es el caso del expresidente “Tolero”, al que una indignada y asqueada llama le lanza un escupitajo. Después de auto-representarse como un cholo o “auténtico indígena” en campaña electoral, al ser elegido presidente, se corrompe y aliena adquiriendo gustos extranjeros. Del mismo modo, Chillico ironiza a Bolsonerón, y a “Tramp” (con esvástica de fondo), “preocupado” por la democracia de América Latina.

Su vasta producción constituye un tribunal de humor donde los lectores son los jueces quienes darán su sentencia final. Su humor no es un humor trivial ni chocarrero, es un humor mayor, de risa seria, es un humor liberador, emancipador, que nos ayuda a buscar una identidad propia y una vida digna. No solo nos libera de las tensiones y desajustes emocionales, nos ayuda a construir un mundo más humano y justo, donde podamos reírnos plenamente sin tarifa alguna y ser felices sin permiso de nadie.  

MÁS SOBRE CHILLICO

Los cuerpos y las mujeres kaqchikeles. Emma Delfina Chirix

© Divergencia Colectiva

© Emma Delfina Chirix García. En Desacatos 30 (2009): 149-160

Apesar del pensamiento biomédico occidental impuesto en la cultura maya, las mujeres kaqchikeles han sabido conservar un pie en la modernidad y otro en sus raíces histórico-culturales para mantener y legitimar creencias y prácticas culturales que les permiten reproducir el principio de cuidado de los cuerpos. Es importante recordar que la construcción del sentido de los cuerpos y de lo sexual no es el mismo en las diversas culturas.

CUERPO Y LENGUAJE

A través del lenguaje y en su idioma, las mujeres kaqchikeles (1) dan cuenta de las percepciones, experiencias y sentimientos que se articulan en torno a la construcción de la sexualidad heterosexual. El vehículo que les permitió hablar abiertamente fue la confianza. A partir de este elemento se logró el diálogo y se establecieron buenas relaciones personales.

1 Es importante emprender un análisis que vaya más allá de la visión de género para mostrar otras identidades y realidades presentes no sólo en Comalapa (municipio donde se realizó la investigación), sino en la sociedad guatemalteca en general.

El lenguaje coloquial plasmado en el texto, conformado por palabras femeninas, es vertido en forma de historias, y da cuenta de particulares formas de expresión a través de metáforas y bromas por medio de las cuales se logra transmitir la experiencia de sentimientos como el amor, el dolor, el sufrimiento o el deseo.

Este lenguaje transmite una diversidad de ideas y de distintos modos de ver la vida y de expresar la sexualidad. La lengua kaqchikel impone otras categorías y, la mayoría de las veces, otro modo de ver el mundo. Implica también un modelo de apropiación por medio de las palabras que denota una concepción de la sexualidad y de la corporeidad humana ligada a la naturaleza y a la cultura. El lenguaje hablado por la comunidad kaqchikel prioriza la colectividad. Asimismo, comunica los saberes sólo si están asociados a la posibilidad de la experiencia. Por ejemplo, los niños y jóvenes adolescentes no deben saber de sexo, porque si llegan a saber sobre este tema seguramente lo practicarán. Por esta misma razón se teme que, al hablar de sexualidad con los jóvenes, éstos vayan a disponer de una información que necesite ponerse a prueba. Por otra parte, en la actualidad las y los comalapenses (2) acostumbran expresar sus ideas en dos idiomas: kaqchikel y castellano. En ambas lenguas son patentes las redes de poder que se plasman en palabras y que corresponden a la ideología dominante, con lo cual se mantienen los discursos, los estereotipos y la normalización de la sexualidad heterosexual. Esta última es identificada como un sistema político que puede ser cuestionado para descolonizar los cuerpos y la sexualidad de las mujeres indígenas y, además, porque el sistema de dominación patriarcal se sostiene precisamente en la sujeción de las mujeres a través de la heterosexualidad obligada.

2 San Juan Comalapa es un pueblo kaqchikel ubicado en el municipio de Chimaltenango, departamento que se encuentra en el centro de Guatemala.

Para transmitir su idea de la corporeidad humana, la lengua kaqchikel cuenta con signos, símbolos y sentimientos específicos, pero ante todo concibe al cuerpo como un todo, cuyas partes están interconectadas. Una de las formas para comprender al ser humano es mediante una trilogía que interrelaciona cuerpo, mente y espíritu. Estos tres elementos forman una unicidad y si se fragmentan provocan un desequilibrio en la vida de la persona. Esta cosmovisión indígena percibe al cuerpo como un ser viviente, con energías y sentimientos, y con necesidades, básicamente las relacionadas con la nutrición y la salud física y mental, y muy poco se habla sobre los deseos del cuerpo. Para algunas mujeres mayas profesionales el significado del cuerpo está vinculado con la autoestima, porque para ellas cuidar su cuerpo “es una forma de recuperar la autoestima, porque sienten la necesidad de quererse y de cuidarse”, que también consiste en “dejar el dolor y el sufrimiento y aprenden a amarse” (Chirix García, 2003: 184).

Al retomar el cuerpo y el lenguaje en Comalapa, encontré que aún existe una abundante terminología para denominar al cuerpo y la sexualidad. Cuando se dice jari ruch’akul, significa “su cuerpo”, y jarirutiyojil se refiere a “la gordura”. En la identificación de las partes íntimas del cuerpo se emplean términos indirectos relacionados con la naturaleza: al órgano genital masculino (pene) se le identifica como tzik’in (pájaro) o rab’aj achin (órgano del hombre). Al órgano genital femenino (vulva) se le llama de varias maneras: rab’aj ixoq, meske’l (gato) o ru tutz’. Existen también expresiones duales sobre algunas partes del cuerpo; por ejemplo, en broma o metafóricamente, la vagina se relaciona con la boca; es posible decir ri jun ixok’ k’o ka’i’ ruchi’, que significa “la mujer tiene dos bocas”.

Uno de los centros importantes del cuerpo humano que se privilegia es el corazón: representa a la persona y se le nombra ranima. Al corazón se le identifica como sede principal de la razón y los sentimientos, por lo que es común escuchar frases como kan k’i nuna’ri wanima (está contento mi corazón), chke’ nubìj awanima (qué dice tu corazón) o noqa’ pa awanma chke xin bij apochawe (recordá en tu corazón lo que te dije esa vez). El dolor de corazón no se localiza físicamente en el lugar en que este órgano se encuentra, sino en la boca del estómago, puesto que se maneja una concepción de la anatomía y de la fisiología distinta a la occidental. En esta concepción, las cosas o las plantas también tienen su alma o su corazón: ruk’u’x kem se traduce como “corazón del tejido, esencia, el nawal”, y ruk’u’x che’ se refiere a “corazón del árbol, la esencia, el centro del árbol”.

© Elisa Lipkau

Generalmente, hablar sobre sexualidad entre mujeres, entre hombres, o en espacios mixtos —mujeres y hombres— provoca risa y nervios, lo cual denota que se suscita placer al tratar el tema. (3) Lo que se ha podido observar es que algunas mujeres sienten placer al hablar sobre este tabú. En grupos de mucha confianza se aborda este tema en las pláticas, los chistes y bromas. Así, entre broma y broma van expresando sus sentimientos, sus emociones y sus experiencias. La broma se construye sobre aquello que se parece al falo o a la vulva. Algunas mujeres y jóvenes bromearon, expresando libertad y deleite, y dieron rienda suelta a su imaginación y al sentimiento de alegría. 

3 La expresión de la risa se puede observar en conversaciones informales entre personas y, especialmente, en el q’ejelonik (reunión colectiva y festiva).

Para referirse en tono jocoso al sexo se usan analogías: mes (gato), saq’ul (banano), ki’ (rico), ik (chile). A lo largo del trabajo registré muchas frases de doble sentido o bromas con connotación sexual. Por ejemplo, cuando las mujeres cocinan el chile algunas dicen: “Ay kan chix wa’ an, tzawi ri ik kan poralgo kan kiäq’ jajaja” (Ay qué feo es, ¡ay, este chile es tan grande y rojo! jajaja), y la frase invita a reír a todas. Ante esta broma, las mujeres con pensamiento conservador reaccionan con cara larga y regaños. Dos de ellas se expresaron así: “¡Ay chix tan asquerosas, ya son grandes y miren lo que están enseñando!” Otra señora anciana agregó: “¡Venimos a trabajar, no a reírnos! ¡Aquí debe haber respeto!”, pero una señora del grupo no conservador le respondió tranquilamente: “Sólo estamos haciendo chistes”.

Las mujeres se ríen y, pasado un momento, alguna retoma el tema y le agrega una expresión jocosa más, vuelven a reírse y continúan la conversación con nuevas bromas, hasta que alguien cambia de tema. Las mujeres más atrevidas, con mayor experiencia y con sentido del humor, son quienes hacen comentarios jocosos y guían la conversación en el grupo, durante la cual ocurre un proceso de retroalimentación de la broma.

Existe una gran riqueza de significados al hablar en kaqchikel sobre el cuerpo vinculado a la sexualidad, lo cual prueba el interés que este tema despierta. Estas expresiones, que se comunican en contextos cotidianos, son muestras de las formas colectivas y culturales que el lenguaje adopta para referirse, en tono informal y festivo, a la sexualidad.

Para ahondar en lo dicho, presento otras frases de esta índole captadas en el trabajo de campo:

  • Sobre el plátano, una mujer invita: “Qa ch’olo’ ri saq’ ulk’a” (pelemos el banano, pues), y otra le contesta: “A saber si este banano aguanta”, mostrando un banano aguado. Una tercera sugiere: “Sería bueno que le pasaras un poco de pom, así se componen”, y sueltan la risa.
  • Con el tamalito, una mujer pide este favor: “Tiba’na’ utzil nib’anta nim rak’än ri suba’n, kan rak’än tzik’in nib’anche’ jaja” (haga el favor de hacer largo el tamalito como el tamaño del pene, ja, ja), y con el movimiento de la mano al hacer el tamalito dice: “Kan na sirisape” (cómo lo redondeás o cómo lo estás boleando); las de- más se sueltan a reír y otra agrega: “Ay rat la’ utz nana’ lo que nib’an chawe” (¡ah!, vos te gusta lo que te hacen), y así continúan riendo.

Los ejemplos anteriores, extraídos del lenguaje coloquial, expresan los gustos, una relación con el cuerpo y el placer de la sexualidad.

Para referirse a la actividad sexual propiamente existen distintas expresiones, algunas son: nab’än achk na’ (algo estás haciendo) y nak’än apo ruwäch jun achin (te estás metiendo con un hombre; esta frase la dice una madre a una hija, o una mujer a otra mujer). La frase xa yiq’ojoman (estoy tocando música) fue dicha por un hombre.

Entre las expresiones que invitan a la actividad sexual están: yatin roqij pa ch’at (te tiro en la cama) y yatin chop (te voy agarrar). Estas expresiones las dice generalmente el hombre. Según las mujeres, cuando las invitan a tener relaciones les dicen jo’ pa awän (vamos a la milpa) o jo’ chuwa xan (vamos a la pared). Esta última frase es utilizada por los jóvenes. Una forma de expresarlo respetuosamente estasipaj jub’a chuwä (regálame un poco). Las mujeres también hablan sobre los ofrecimientos atrevidos de algunos hombres; entre estas frases están ninb’än jub’a chawä (te van hacer un poco). Cuando se refieren a la actitud de las mujeres dicen xb’an kan chre ixoq’ (le hicieron a la mujer); cuando ella tiene deseos, nrajo’ jub’a ri ixoq cha’ (quiere algo la mujer) o tasipaj jub’a chwä (regálame un poco).

CAMBIOS EN EL CUERPO Y CÓMO CUIDARLO

En el caso de las adolescentes, el cuerpo cambia, nacen di- versos sentimientos e inicia la conexión con la sensualidad. Una de las entrevistadas refiere cómo dos situaciones fuertes en su vida —el terremoto y la violencia— apagaron su memoria y los sentimientos acerca de los cambios en su cuerpo. Victoria nos cuenta su situación:

Ay, yo no recuerdo por tantas tensiones que tuvimos, el terremoto, la violencia, yo sólo recuerdo cuando me vino la menstruación y me asusté mucho porque no tenía qué usar, no había ropa interior, casi no usaba. No me di cuenta cuando me crecieron los pechos, no sentía vergüenza porque casi nadie me decía nada, nunca nos prepararon para eso.

Marta, al contrario, fue consciente de sus cambios y esto le permitió hacer comparaciones: “Ah, de todos modos uno dice xinok wa läq ixöq re, xeki’iy pe nutz’um, así es esto, me crecieron mis pechos, ya no soy niña”. El crecimiento de una parte de su cuerpo marcó esa transición de niña a adulta.

En la adolescencia, son las madres quienes socializan la prohibición, el miedo y la negación. ¿Qué hay detrás de lo prohibido y el miedo? ¿Cuáles son las instituciones que crean y reproducen el miedo y lo prohibido? Cuando ya no se puede dar alguna argumentación se opta por el NO, y negar se traduce en rechazo, en exclusión, desestimación, barrera, lo cual produce más ausencias, separa lo que está unido, traza fronteras. En las relaciones de poder la negación es importante porque impide abrir las bases de la libertad tanto para conocer el tema de la sexualidad como para adquirir los conocimientos sobre su práctica.

A esta edad se refuerzan, por parte de la madre, las recomendaciones basadas en el peligro:

Tienes que cuidar de tu cuerpo, que no te vaya a tocar ninguno, es peligroso si te va tocar una vez, peor si ahorita pasa su menstruación. Rápido se queda embarazada. Peor si ahorita se pasa de esa cosa [se queda embarazada]”. Ella me dijo así, si a una mujer le toca, rápido se queda embarazada. Así como uno ahora con experiencia se queda, ya con tres o cuatro se queda con expe- riencia, se aprende.

La madre y algunas prácticas culturales han sido las responsables de la normalización de la conducta de las mujeres, pero a veces en los mensajes que transmiten pueden identificarse posturas contradictorias, por ejemplo, es común escuchar frases como éstas: “Ningún cerote se va aprovechar de mi hija”, y por otro lado: “La mujer tiene que obedecer a su marido, no debe levantarle la voz, él es el que manda”. Estas frases de doble adscripción ilustran las direcciones a seguir en su conducta por las mujeres indígenas: o se convierten en las eternas sirvientas de sus maridos o marcan el paso para revolucionar el dominio patriarcal.

Las madres, la cultura, la Iglesia, socializan pautas de conducta que conducen a la prohibición. Es común escuchar las siguientes frases: “no debés ver”, “no debés tocarte allí”, “no debés beber”, “no debés sentir cosquillas”, “no debés estar sola con un hombre ni con familiares y menos aún con desconocidos”, “no debés hacer caso al ladino porque él nunca se casará con vos”, “tené cuidado con los bolos, se hacen los bolos para manosearte”.

El poder también aplica la ley de prohibición. La Iglesia y las leyes refuerzan la vigencia de las prohibiciones para mantener el status quo porque su establecimiento implica mantener las relaciones de dominación. En el marco de la moralidad, lo prohibido se convierte en sinónimo de temor, de peligro, y se le asocia al pecado, por lo tanto, el principio de cuidado, que impulsa la salud y la vida de la persona, se transforma en un mecanismo de control que congela la libertad y los sentimientos de placer y de amor.

Estela, la más joven de las mujeres entrevistadas, nos comparte su experiencia: cuando empezó a sentir los cambios en su cuerpo, le comenzó a dar importancia al cuidado del pelo, los pies y las uñas porque “le gusta que se miren bien”. Ella es una de las entrevistadas que tiene una alta autoestima y lo demuestra en la valoración hacia su cuerpo:

Me gusta cuidarme toda y como a veces yo molesto con mis amigas y les digo: “yo soy bien bonita”, entonces yo les digo: “yo tengo autoestima”. A mí me gusta cómo soy, porque la mayoría de mujeres dicen: “no me gusta esto, no me gusta lo otro”, pero yo me siento bien, me quiero como soy. Acepto mi cuerpo tal y como es. Yo miraba que mi cuerpo estaba bonito [risas], pero cuando uno es niña es normal que el cuerpo esté recto y yo empecé a notar las curvas, las caderas se ensanchan, sólo eso recuerdo.

La capacidad para apreciar el cuerpo y aceptarlo es una motivación para ser positiva en la vida. Otro elemento que la ayudó a despejar su curiosidad es que no le ocultaron el tema de la sexualidad. La censura en este tema motiva, aún más en la niñez y la adolescencia, a recurrir a otros medios que no forman sino que desinforman. Generalmente, las mujeres que pertenecen a familias pobres y que realizan múltiples actividades para sobrevivir no se dan cuenta de los cambios que experimentan sus hijas, mientras que a otras sus madres les prohiben arreglarse para evitar la mirada de los hombres. Las historias y las experiencias son múltiples, y es necesario visibilizarlas para comprender la realidad de las mujeres indígenas.

MUJERES CUIDADORAS DE LOS CUERPOS

Las comadronas o especialistas del cuerpo femenino siguen siendo reconocidas. En muchas familias su palabra sigue siendo escuchada y, por lo mismo, es reconocida como la autoridad ancestral que da atención especializada para los cuerpos femeninos.

Todas las comadronas rezan antes de iniciar su trabajo en el tuj (temascal) (4) Invocan a la dueña del tuj y también al fuego para que le den salud al cuerpo de la mujer y para evitar complicaciones, como podría ser un desmayo.

 4 Sobre el temascal o baño de vapor en Guatemala véase Virkki,1962.

Para el baño de mujeres se sigue utilizando el “doblador o tusa”, que tiene que ser grande para llamar el vapor, y el tol (5), que sirve para cubrirse la cara y protegerse del calor. Las comadronas siguen usando también el jabón de coche o jabón negro, con el cual no sólo enjabonan el cuerpo, sino que, gracias al efecto del movimiento circular, estimulan la circulación de la sangre en los lugares del cuerpo que están fríos o tensos.

5 Recipiente hecho de morro que tiene varios usos en la cocina y el temascal. Lo utilizan las mujeres.

Victoria cuenta su experiencia:

Yo lo he usado, me he bañado con varias comadronas, por- que recuerdo que me dijeron que me habían bajado la matriz, y como al bajar eso cómo duele, y me recomendaron el temascal, pues, porque alivia un poco el dolor y probé pues, casi como seis o siete comadronas. Todas bañan diferente. Tuve la oportunidad de conocerlas a ellas, por pura necesidad.

Cocina tradicional en Momostenango © Juan G. Sánchez Martínez

Las comadronas detectan la caída de la matriz por los siguientes síntomas: dolor en el vientre, a veces se presenta dolor de espalda y al caminar casi se duerme el pie, además de presentar dificultades para caminar. La caída de la matriz se dice en kaqchikel xq’a apam, o xuya’ vuelta a pam o rob’olqotin ri’ ruk’u’x apam (se te cayó el bajo vientre, se te volteó la matriz).

En los temascales (6) se acostumbra poner bancos largos donde uno puede sentarse o acostarse. La mujer que toma el baño recibirá su tratamiento acostada, posición adecuada para que la comadrona la sobe o le dé masajes. La mujer, al finalizar el baño, puede aprobar o desaprobar el trabajo de la comadrona, pero generalmente la expresión que emite es: “Esta señora sí sabe bañar”.

6 En los últimos años el temascal ha sufrido un proceso de extinción por factores espaciales, económicos y culturales. Las familias no cuentan con espacio para construir un temascal ni con recursos para invertir en su construcción, además de que el personal de salud con ideas “modernizantes” desacreditó el uso del temascal.

El encuentro de los cuerpos femeninos, el cuidado del cuerpo de una mujer por otra es una de las expresiones del principio del cuidado: “Nos bañábamos juntos con ella, para mí no era tan extraño, de vernos como mujer, tal vez porque ya somos maduras”, “no hay vergüenza, no, nada, y lo que hacía ella pues ella sabía bañarse bien, el primer temascal, me cayó bien, me calentó”.

En las entrevistas pude identificar los conocimientos y las técnicas que siguen aplicando las comadronas actualmente:

  • Entrada: rezan a la abuela o nawal del tuj y al fuego.
  • Cuando echan agua las piedras se levanta el vapor; en ese momento la comadrona coloca un trapo mojado o un tol en la cara a la mujer que recibe el cuidado.
  • Momento del masaje: la comadrona da masaje utilizando el jabón de coche. Inicia con los pechos, el estómago, el vientre y las piernas. Eleva las piernas de la mujer y golpea la planta de los pies con el puño o con el jabón. También le da golpes en las manos. Sopla en algunas partes del cuerpo con el objetivo de sacar el aire frío y que entre aire caliente.
  • Salida: se recomienda acostarse, “es importante descansar, acostar y dormir un rato”. En el proceso de relajamiento se comparten bebidas calientes o cerveza.
  • Sensanción: “me siento como una mujer nueva”. 

Las comadronas recomiendan tomar bebidas y té de plantas medicinales. Si la enfermedad es fría es aconseja- ble tomar algún té caliente. A las niñas y los niños que orinan en la noche, si no es un problema psicológico, si tienen frío en el estómago, se les recomienda utilizar el tuj. Se sabe que otro beneficio del tuj es que estimula la producción de leche materna. El masaje en el pecho tiene este objetivo. La más anciana de las entrevistadas refiere que tuvo abundante leche, se le regaba, a veces trataba de sacar para evitar que se le formaran bodoques (bolas duras alrededor de los pechos) y prevenir una mastitis o infección del pecho. Ella se pregunta:

¿Por qué las mujeres ya no tienen suficiente leche y por qué el uso de las pachas [biberones]? Antes las mujeres tenían mucha leche, pero ahora saber por qué ya no tienen, qué hicieron estas mujeres digo yo, están utilizando la pacha. Yo antes de ir al monte le daba leche a mi hijo y cuando regresaba, me dolían mis pechos, un día de trabajo en el monte, yo ayudaba al hombre al trabajo, me sobraba la leche.

Entre las mujeres que eran madres antes se solía regalar leche a algún niño que la necesitara. A veces se ausentaba la madre y otras mujeres se solidarizaban y le daban pecho a la niña o el niño que lloraba por hambre. En las últimas tres décadas, las mujeres indígenas que han optado por un trabajo asalariado se ven obligadas a alimentar a sus bebés con pacha.

También son relevantes los elementos que corresponden a la parte subjetiva de los beneficios del tuj y la relación que mantiene con los cuerpos. La reunión entre una comadrona y una mujer que recibe un cuidado especial es el encuentro entre una sanadora y una mujer que es sujeto de sanación, el encuentro de dos cuerpos femeninos. Los cuerpos desnudos expresan una forma de comunicación. Las mujeres valoran la experiencia de la mujer sanadora, y esconden o entierran la vergüenza, dejándose cobijar por la confianza y la seguridad que inspira la comadrona. Las mujeres que reciben el cuidado de éstas experimentan una sensación de bienestar y de libertad. Las comadronas tienen la capacidad de identificar la geografía del dolor o del bienestar en el cuerpo. Limpian las energías negativas y refuerzan las energías positivas. Por eso al temascal se le considera como el lugar que contribuye a la limpieza espiritual, mental y física de las personas.

Las niñas y los niños que han tenido la oportunidad de experimentar el temascal construyen el sentido del cuerpo y la desnudez sin morbosidad. Adquirir un concepto del cuerpo muy humano a partir del descubrimiento de sí mismo y de la percepción de otros cuerpos constituye una base para la construcción del respeto hacia los cuerpos femeninos o masculinos. El tuj es un espacio donde se puede observar la diferencia humana, en cuanto a cuerpos masculinos y femeninos, y también la diferencia generacional, cuerpos infantiles, adolescentes, jóvenes y ancianos. Captar esta diversidad es comprender que los cuerpos son diferentes en tamaño, color, y también en olor. Este conjunto de elementos constituye la materia básica para la construcción de conceptos y relaciones más humanas y ricas en las sociedades, no sólo en la cultura maya sino en otras culturas que sacralizan el dolor y han sepultado el placer.

Si la percepción de los niños sobre el cuerpo femenino es estimulada en el tuj a temprana edad, éstos podrán desechar los estereotipos y otras ideas falsas que inducen a la objetivación del cuerpo de la mujer. En el tuj, sin mayor discurso, los cuerpos comunican, lo cual permite aclarar dudas y prejuicios, e invita a reflexionar sobre la urgente necesidad de saber quiénes somos, sin ropajes que nos escondan, para fortalecer nuestras identidades. La construcción social del cuerpo suele reflejar la diferencia y cuando éste es percibido desde el modelo dominante, las desigualdades e injusticias sociales quedan plasmadas en el discurso y en las actitudes, por ejemplo, cuando se valora a los cuerpos grandes en detrimento de los cuerpos pequeños, o los cuerpos blancos frente a los cuerpos de color. Bajo este paraguas se ha construido la superioridad de algunas culturas.

La salud del cuerpo de las mujeres mayas comalapenses depende de algunas prácticas sociales humanizantes que promueven la vida y el bienestar de las personas pero, ante todo, del cuidado prodigado por las manos, el conocimiento y la sabiduría de las comadronas. Ellas han sido quienes han fortalecido el principio de cuidado entre las mujeres. El trabajo de las cuidadoras del cuerpo es más una expresión de resistencia que un mantenimiento de la “tradición”, tal como ha sido percibido por los antropólogos modernistas. Esta resistencia reside en la reproducción y vivencia de prácticas ancestrales que promueven la vida.

En relación con el uso del temascal, varias informantes guardan recuerdos positivos acerca de éste. Victoria relata su experiencia al respecto cuando era niña:

Recuerdo cuando nos bañábamos, así de pequeñas. Yo llegaba a espiar allí en el temascal, como sólo ponía un poncho así ve, qué bueno que taparan así todo, sino medio colgado. Llegaba a espiar a los que se estaban bañando. Mi mamá o mi abuelita así eran sus pechos (así de grandes), se colgaban sus pechos y bañándolos a todos ahí, y cuando salían, uno por uno los sacaban.

Generalmente son las mujeres, sobre todo las madres, quienes se encargan de bañar a los pequeños. La temascaleada es otra actividad femenina; las responsables de bañar a las niñas y los niños son las madres. A esa edad las entrevistadas, siendo niñas, vieron como algo normal el baño colectivo femenino. Desde niña Marta ha utilizado siempre el tuj, siempre ha confiado en sus beneficios. Actualmente se temascalea con sus hijos.

Cuando las mujeres tienen vida de pareja, por lo general entran los dos al tuj. En la primera temascaleada hay un poco de vergüenza, pero poco a poco ésta desaparece: “Lo mira el cuerpo de uno y es diferente al otro cuerpo, al principio cuando uno se mete con un hombre no es igual, se siente mal, pero ya después no”. En el tuj aprenden a practicar la reciprocidad, la mujer enjabona y raspa la espalda del hombre y él hace lo mismo con ella: “Porque uno no puede raspar la espalda uno con su propia mano, no se puede”. Esta práctica en kaqchikel se dice ninjos a wij (te rasco la espalda).

El tuj es considerado como un espacio para apreciar los cuerpos, los olores y la desnudez. Respecto a la apreciación de la desnudez los hombres dicen que no sintieron vergüenza: “Casi no siente nada, mirás tu cuerpo, mirás el otro, casi no sentís nada”. Lo mismo refiere la más anciana del grupo de entrevistadas. Jesusa se casó a los 20 años aproximadamente, en 1942, y nos cuenta: “Sí lo bañé pues, ¿qué tiene eso? Como vivimos juntos, le lavo la espalda, lo baño con paxte, le hecho jabón, y él me hacía lo mismo, no teníamos vergüenza. Si entra alguien entonces sí se siente uno mal, como sólo los dos, entonces no”.

El tuj ha sido un lugar donde las personas se bañan, donde aprecian los cuerpos, donde la pareja puede tener relaciones íntimas, donde se puede preguntar sobre el cuerpo y donde las mujeres son atendidas por las comadronas después del parto.

Un punto que deseo ampliar aquí es sobre los beneficios del tuj. Las diversas generaciones han transmitido, a través de la narración oral, conocimientos y prácticas culturales acerca del tuj. Entre las familias kaqchikeles se aconseja el temascal no sólo para la higiene personal, sino como remedio para las enfermedades que tienen un origen frío o cuando a alguien “le ha pegado el aire”. Sirve para calmar contracturas musculares y dolores de cuerpo causados por el estrés emocional o por el frío; corrige problemas en la circulación; previene y corrige várices y presión baja; acelera el proceso de cicatrización de una herida; alivia los problemas respiratorios; es útil durante el embarazo y el posparto. Es un espacio que cura, limpia y purifica el cuerpo y el espíritu, y es propicio para tener relaciones sexuales.

Acercarse a la corporalidad a través del lenguaje implica estar atento a las historias de vida, las percepciones, las vivencias, las relaciones de poder, los signos, los símbolos, las metáforas, las bromas, la desnudez, las transformaciones del cuerpo, la violencia, los placeres; y permite acercarse a los lugares donde otras formas de percibir son posibles y donde el cuerpo es aceptado sin sobresaltos.

La corporalidad expresada en el lenguaje propio, conectada con la naturaleza, con la lógica de la temperatura —frío-caliente— e interrelacionada con la intimidad y el respeto son factores y valores que se expresan cotidianamente, a pesar del sexismo, la violencia y la cosificación de los cuerpos y de los pueblos presentes en las familias.

Entre los kaqchikeles se guardan y se practican ideas, valores y creencias ancestrales que estimulan la asistencia de los cuerpos, y son las mujeres quienes sostienen el mantenimiento de estas ideas y prácticas sociales. Desde la niñez y bajo el principio de cuidado se aprende a velar por el cuerpo y los cuerpos. El tuj o temascal es percibido como un espacio físico y social que contribuye a satisfacer las ne- cesidades corporales. Las mujeres legitiman su utilidad porque éste sigue otorgando vida y bienestar a las personas y los pueblos. Las mujeres, el tuj, el lenguaje, las comadronas y el análisis crítico son elementos que dinamizan la cosmovisión indígena y que constantemente retan el pensamiento modernista del cuerpo.

¿PIEZAS ARQUEOLÓGICAS O HISTORIA DE LOS CUERPOS?

Una forma de acercarse al conocimiento ancestral del cuerpo es a través de las “piezas arqueológicas”, como las denominan la arqueología y la antropología occidental. Estas disciplinas dan cuenta de la concepción que se tenía del cuerpo en la época prehispánica. Las piezas encontradas y salvadas de la destrucción general de que fueron víctimas los libros y documentos indígenas son una muestra objetiva de cómo las culturas prehispánicas miraron la figura humana, pero también son representaciones corporales que nos retrotraen al pasado para comprender el presente. Las antiguas culturas maya, nahua, tolteca, teotihuacana, huasteca nos han legado expresiones artísticas en las que es posible apreciar la figura humana. Lo mismo sucede en el antiguo Perú con las culturas salinar, vicús, virú y mochica. (7) Muchas de estas expresiones no sólo muestran la figura humana, sino signos e imágenes eróticas, sin un sentido negativo ni pecaminoso. Las imágenes y figuras humanas ofrecen distintas lecturas del universo y del cuerpo. Cada una de las partes corporales expresa relaciones y tensiones con el cosmos. A nivel subjetivo, estas figuras humanas invitan a movilizar la conciencia étnica y genérica porque permiten analizar no sólo la historia y la cultura, sino también la identidad individual y colectiva. En mi caso personal, estas figuran reflejan mi estado de pertenencia, y forman parte de mi cultura, pues esos hombres y mujeres representados fueron mi gente. Son mis semejantes, mis antepasados, pues desciendo de ellos, soy una mujer maya. Estas figuras nos llevan a reflexionar y articular el pasado, o nuestro pasado, con el presente, o nuestro presente.

7 Para ilustrar el sentido del cuerpo de las culturas prehispánicas me basé en Elogio del cuerpo mesoamericano, revista-libro número 69 de Artes de México (2004), y en El arte erótico en el antiguo Perú (Larco Herrera, 1998), editado por el Museo Arqueológico de ese país. Muchas de las piezas arqueológicas expuestas en el número mencionado de Artes de México se encuentran actualmente en el Museo Regional de Guadalaja- ra, el Museo Nacional de Nayarit y el Museo Nacional de Antropología de México. El Museo de Antropología de Guatemala guarda también varias piezas de la figura humana de los mayas.
Plaza Oxlajuj Baktun. Chichicastenango © Juan G. Sánchez Martínez

Otra manera de enriquecer el conocimiento sobre el cuerpo es a través de la historia. Es importante anotar cómo algunas historiadoras están aportando en la comprensión acerca del sentido del cuerpo. Elvira Sánchez-Blake (8) analiza la imagen del cuerpo y lo que representa históricamente:

8 Comunicadora social colombiana.

La escena inaugural de Américo Vespucio ante una mujer desnuda que se incorpora de su hamaca es el punto del que parte Michel de Certeau para desarrollar su teoría de la escritura de la historia. Esta imagen prefigura el discurso de la colonización, la representación del Nuevo Mundo, América, como el cuerpo de mujer desnudo —la página en blanco— donde se escribe la historia, y la conformación del estado nación a partir de ese texto-cuerpo. Se establece así la relación entre cuerpo-texto-nación, base del estudio literario e historiográfico. En el caso concreto de Latinoamérica, por su circunstancia histórica y geográfica, y el efecto de la colonización, estos factores jugarán un papel decisivo en su desarrollo político y social (Sánchez- Blake, 2001: 7).

Tz’ib’ de Don Luis Ajtun. Momostenango 2013 © Juan G. Sánchez Martínez

Analizar el cuerpo desde el punto de vista histórico y político permite traer a la memoria la invasión del nuevo mundo. Este hecho impuso un modelo sexual y un modelo de belleza. Al respecto, Miguel Güémez Pineda señala: “Se han impuesto modelos de belleza occidental y sus prototipos masculino y femenino están regidos por los rasgos físicos europeos como la piel blanca, el cabello rubio y los ojos claros” (Güémez Pineda, 2000: 314). Esta influencia occidental, que Güémez Pineda define como “la colo- nización del cuerpo”, implicó para las mujeres indígenas silencio, atropello, su uso como mano de obra barata, y vivir atadas a la servidumbre y al esclavismo, a la monogamia y a la construcción de la ideología del mestizaje, ideología que “se hizo con base en la explotación y violación de las mujeres indígenas y negras. Las mujeres fueron siempre instrumentalizadas para satisfacer el apetito sexual del hombre blanco y así asegurar la mezcla de sangres para mejorar la raza. Política de blanqueamiento alimentada y promovida por los Estados incipientes” (Curiel, 2007: 98) para legitimar la explotación, la servidumbre y el trabajo doméstico.

Sobre la concepción del cuerpo es importante recordar cómo los españoles se escandalizaban por la desnudez de los indígenas, cómo Colón se sintió “escandalizado por la desnudez del otro” (Todorov, 1989: 47). Se establecieron instituciones responsables del adoctrinamiento sobre el cuerpo, que tenían como fin convertir a las personas en un ser social moralizante y que motivaban a racionalizar el dolor, la culpa, el castigo, la explotación, la doble moral y el temor al dolor.

El primer cuestionador de la desnudez de los indios fue el pequeño grupo de españoles que invadió el territorio, pero los más moralistas fueron los curas españoles, que cuestionaron el hecho de que los indios llevaran tan escasa ropa. Colon narra su encuentro con los habitantes de estas tierras: “Esta gente es muy mansa y muy temerosa, desnuda como dicho tengo, sin armas y sin ley”, “los indios se asemejan porque todos están desnudos, privados de características distintivas”, “particularmente los pertenecientes a estratos sociales más bajos” (Todorov, 1989: 44) (pues debe recordarse que el atavío era otro signo de la posición social). El cronista dominico Tomás de la Torre asentaba que en el pueblo tzotzil de Zinacantán, Chiapas, los hombres andaban desnudos, y cuando el frío o la fiesta los forzaban a vestirse, se ponían tan sólo una manta anudada sobre los hombros. Por su parte, su correligionario Ximénez señalaba que en Guatemala, los vestidos “eran tan pocos que casi no pueden llamar tales” (Ruz, 1996).

Ejemplos más recientes de reprobación ante la desnudez e imposición ideológica son el de las mujeres de Cahabón (Guatemala), quienes antes no se cubrían los pechos y ahora la única que se viste así es una abuela; y el de las mujeres poqoman de Palín, quienes solían usar un huipil corto que les cubría únicamente los pechos hasta que el general Ubico ordenó que usaran huipiles largos (9). Frente al dilema que desata la desnudez, en el que por un lado persiste el deseo y la libertad de mostrar el cuerpo, al final, en esta sociedad tan opresora resulta más fácil apagar la libertad con la cosificación del cuerpo de las mujeres, tanto indígenas como mestizas.

9 Esta historia la cuentan actualmente las mujeres poqoman de Palín. Una mujer joven relata cómo ocurrió este cambio. Las mujeres poqo- man solían vender fruta a las camionetas que iban a la costa sur, y al ofrecer sus frutas en canastos sobre la cabeza, se les levantaba el huipil, dejando descubiertos los pechos. En una de sus giras, el general Ubico observó esta expresión de desnudez, no le pareció bien y orde- nó que las mujeres se cubrieran los pechos. 

Para los hombres indígenas la desnudez genera una ambivalencia que fluctúa entre el deseo de ver y a la vez ocultar el cuerpo. En los hombres ladinos provoca una ambivalencia racial que, unida a la ansiedad, es expresada en chistes en los que subyace un fondo burlesco que deja entrever una autotraición que pone en causa su parte india. Según Diana Nelson, los chistes:

[…] ayudan a entender la diversidad de formas complejas en las que se apoyan en el género los cuerpos políticos étnicos y nacionales. El traje tradicional de las mujeres mayas ocupa un lugar destacado en los chistes y parece marcar un espacio de particular ambivalencia o desafío a las nociones de identidad étnico nacional […] por eso el corte (la larga falda envolvente de las mujeres mayas) es tema de interés particular en los chistes, en muchos de ellos con la idea de “desenvolverlo’ (Nelson, 2006: 298). (10)

10 Diana M. Nelson hace un análisis profundo del tema del género en la cuestión étnico-nacional en su libro Man Ch’itïl. Un dedo en la llaga: cuerpos políticos y políticas del cuerpo en Guatemala del Quinto Centenario (2006).

En la ambivalencia racial, continúa Nelson, “permiten que los ladinos satisfagan sus instintos contrarios” (Nelson, idem). Existe el simbolismo de desnudar a las mujeres indígenas con el fin de enviar el siguiente mensaje: “miren, ella no lo ‘tiene’”. Esto también refleja el “miedo ladino”, el miedo a ver lo que no quieres ver. En la ambivalencia racial se conjugan dos ideas, por un lado, el simbolismo de desnudar a las mujeres indígenas para afirmar que tienen un cuerpo deseable, pero qué lástima que ese cuerpo sea el de una india.

El pensamiento opresor, conservador y moralista ha obligado a las mujeres indígenas cristianas a cubrirse y vestirse “como la Virgen María”, pero otras mujeres, sobre todo las más jóvenes, han transgredido esas formas de vestir conservadoras con el objetivo de mostrar un cuerpo asumido con libertad. Algunas mujeres han impuesto la moda de usar huipiles con cuello más escotado, o subir el corte para mostrar los “camotes” o pantorrillas. Las mujeres del pueblo q’eqchi’, que viven en un clima cálido, se quitan el huipil y dejan expuestos sus cuellos y hombros. Otra manera de exponer con libertad el cuerpo es al amamantar mostrando el pecho, pues las mujeres mayas no se cubren ni ocultan a sus criaturas con “mantillas”. (11)

11 Recomiendo leer la Historia del pecho de Marilyn Yalom (1997).

Las y los indígenas aprendieron a verse con ojos moralistas y a someterse. La implantación de esta mirada cambió el concepto del desnudo y de la sexualidad. Se aplicó otra visión, otro sistema de valor, otra forma de vestir. (12) Se los instruyó a vivir la sexualidad como pecado, como sucia e impura, como algo privado y como una actividad vergonzosa: “Así, sobre el deleite sexual se vaciaron los conceptos de transgresión e inmoralidad” (Ruz, 1996: 6). Se consideró que el cuerpo humano es indigno de disfrutar del placer.

12 Esta afirmación no se realiza con el afán de legitimar la versión de la dominación ladina que señala que los trajes indígenas actuales los impusieron los españoles porque este argumento, y parafraseando a Diana Nelson, es para despojar al indígena de su traje y que el cuerpo muestre la igualdad nacional. Es posible que los encomenderos uniformaran a sus indios, pero no crearon los diseños mayas.

Otro elemento de análisis en la percepción de los colonizadores hacia los indígenas es el siguiente: ellos vieron al indio como cosas, “porque después de todo, ellos también forman parte del paisaje” (Ruz, 1996: 26). Este pensamiento sigue vivo y lo reproducen los criollos, algunos mestizos y algunas instituciones del Estado. El Instituto Guatemalteco de Turismo (Inguat) y el Museo Ixchel, específicamente, continúan viendo los trajes de las mujeres mayas y los cuerpos con traje indígena como parte del paisaje. (13) Por eso es importante revelar la historia de la sexualidad, porque revelarla implica desnudar la historia y confrontar una realidad de sometimiento hacia los pue- blos indígenas por parte del Estado, la iniciativa privada y las ONG que trabajan con perspectiva folclórica y tutelar.

13 En la junta directiva del Museo Ixchel no participa ninguna tejedora indígena, todas sus integrantes son mujeres “blancas” que viven del arte maya.

No obstante, pese a la invasión, la evangelización, la vida colonial, la modernidad y el capitalismo, la cosmovisión indígena y la resistencia de las mujeres indígenas cobran vida en la construcción de la autonomía y la autodeterminación de los pueblos y de los cuerpos. El cuerpo humano que hoy se menciona en los idiomas mayas está interrelacionado con la naturaleza y el cosmos, pero no ha sido asociado al territorio, porque el hacerlo implica ver al cuerpo como cuerpo político y al territorio como cuerpo de mujer, pues en las guerras y en el proceso de colonización, la última muestra de invasión ha sido la penetración o la violación sexual de las mujeres, en este caso de las mujeres indígenas. Es preciso recordar cómo “en la cultura patriarcal, las mujeres son vistas como propiedad de los hombres, y, en el contexto de la guerra, como propiedad del enemigo, la cual, como todas las otras propiedades, es expropiada y destruida a fin de debilitar a ese enemigo” (Consorcio Actoras de Cambio, 2006: XIV)

Hasta el momento, el movimiento indígena y las organizaciones de mujeres indígenas no han profundizado en este tema a partir de la invasión en los procesos de asimilación y en la guerra reciente en Guatemala (14), y no hay que olvidar la violencia sexual a la que siguen siendo sometidas cotidianamente las mujeres indígenas por parte de hombres indígenas, mestizos y blancos.

14 Existe un aporte significativo que ha sido escrito por mujeres mestizas guatemaltecas en el libro Rompiendo el silencio. Justicia para las mujeres víctimas de violencia sexual durante el conflicto armado en Guate- mala (Consorcio Actoras de Cambio, 2006).

Rescatar el sentido del cuerpo a través de las figuras humanas desde una mirada crítica permite rescatar la memoria, no para quedarnos en el pasado sino como una forma de engarzar ese pasado con el presente para así comprender la diversidad de las culturas, pero también la diversidad de conocimientos y verdades acerca de los cuerpos. Los grupos sociales, especialmente los indígenas, por medio de su cosmovisión, han definido la corporalidad, y ésta ha sido el lugar privilegiado para expresar la comunicación con el mundo. (15)

15 Sobre este tema véase también García, 2000.

Más sobre Emma Delfina Chirix García

Cuerpo: colonialismo y proyecto civilizatorio”. Una entrevista

Emma Chirix conversa con Ana Cofiño. España: El Librovisor, 2008.

Bibliografía

  • Consorcio Actoras de Cambio, 2006, Rompiendo el silencio. Justicia para las mujeres víctimas de violencia sexual duran- te el conflicto armando en Guatemala, La Lucha de las Mu- jeres por la Justicia, Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales de Guatemala, Guatemala.
  • Curiel, Ochy, 2007, “Crítica poscolonial desde las prácticas políticas del feminismo antirracista”, Nómadas, núm. 26, abril, Universidad Central, Bogotá, pp. 92-101, en línea: <www. ucentral.edu.co/NOMADAS/nunme-ante/26-30/nomadas 26/7-CR%CDTICA%20OCHY.pdf>.
  • Chirix García, Emma Delfina, 2003, Alas y raíces. Afectividad de las mujeres mayas. Rik’in ruxik’ y ruxe’il ronojel kajowab’ al ri mayab’ taq ixoqi’, Nawal Wuj, Guatemala.
  • García, Raúl, 2000, Micropolíticas del cuerpo: de la conquista de América a la última dictadura militar, Biblos, Buenos Aires.
  • GüémezPineda,Miguel,2000,“Laconcepcióndelcuerpohuma- no, la maternidad y el dolor entre mujeres mayas yucatecas”, Mesoamérica, núm. 39, CIRMA, Guatemala, pp. 305-332.
  • Artes de México, 2004, Elogio del cuerpo mesoamericano, núm. 69, Artes de México, México.
  • Larco Herrera, Rafael, 1998, El arte erótico en el antiguo Perú, Australis, Lima.
  • Nelson, Diana M., 2006, Man Ch’itïl. Un dedo en la llaga: cuer- pos políticos y políticas del cuerpo en Guatemala del Quinto Centenario, Cholsamaj, Guatemala.
  • Ruz, Mario Humberto, 1996, “El cuerpo. Miradas etnológicas”, en Ivonne Szanz y Susana Lerner (eds.), Para comprender la subjetividad. Investigación cualitativa en salud reproductiva y sexualidad, El Colegio de México, México, pp. 89-136.
  • Sánchez-Blake, Elvira, 2001, “Cuerpo-patria en la escritura de América”, En otras palabras… Mujeres, cuerpos y prácticas de sí, Grupo Mujer y Sociedad, Programa de Estudios de Gé- nero, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, pp. 7-16.
  • Todorov, Tzvetan, 1989, La conquista de América. El problema del otro, Siglo XXI, México.
  • Virkki, Niilo, 1962, “Comentarios sobre el baño de vapor entre los indígenas de Guatemala”, Guatemala Indígena, vol. II, Instituto Indigenista Nacional, Guatemala
  • Yalom, Marilyn, 1997, Historia del pecho, Tusquets, Barcelona.

Walter Paz Joj. Ilustraciones con tz’ib’ y corazón.

Sib © Walter Paz Joj

Walter Paz Joj es ajtz’ib’ (escriba kaqchikel), diseñador, músico, líder comunitario en Pan Ajache’l (Sololá, Iximulew/Guatemala). Como muchos jóvenes en Iximulew, Paz Joj está revitalizando el tz’ib’ glífico/epigráfico con el que los antiguos pintaron los códices, esculpieron la piedra y registraron los ciclos de los astros y los pueblos. En 1997, el escritor maya q’anjob’al  Gaspar Pedro González explicaba que el tz’ib’ “abarca las distintas maneras de expresar el pensamiento mediante signos, símbolos, colores, tejidos y líneas.” Han pasado décadas desde entonces, y la fuerza del tz’ib’ se ha multiplicado, cuestionando el patriarcado de la escritura alfabética. Hoy la obra tz’ib’ de Paz Joj, es un puente entre el papel de amatle y la pantalla; el ukux (corazón) de sus ilustraciones desafía el tiempo lineal. (Juan G. Sánchez Martínez

Conejo © Walter Paz Joj

En palabras del artista:

Mi trabajo está basado e inspirado en la forma de escritura maya antigua (tz’ib’) y trata de representar en mi forma y estilo propio elementos que expresen ideas, sentimientos y emociones como maya kaqchikel. Soy originario de Pan Ajache’l, Sololá, en el lago de Atitlán, Guatemala. Me dedico a investigar y compartir la escritura maya antigua a través de su funcionamiento y uso, así también en su aplicación artística para que sirva de inspiración para todas y todos los mayas interesados en contribuir a la revitalización y uso de la escritura jeroglífica maya desde sus propios territorios, formas de pensar e idiomas. También le he dedicado el espacio a la música a través de la recreación de instrumentos de cerámica evocando los instrumentos antiguos creados por los ancestros y su forma de expresarse a través de los sonidos.

K’awiil © Walter Paz Joj

Los temas en mis ilustraciones son muy variados y siempre dedicados a algún elemento de la naturaleza, persona, forma de pensar, filosofía, idioma, territorio, entre otros, todos basados desde mi ejercicio en la práctica del pensamiento y vivencia maya.

K’ayo’m Kan Naahb’ © Walter Paz Joj

Considero que cada ilustración/dibujo representado con tz’ib’ posee un corazón, una esencia que permite que lo representado tome vida propia y no solo se observe como algo decorativo, ya que su función, aparte de ser una forma de comunicación, también posee una razón de ser y existir que recuerda y permite ser un eslabón que une a nosotros los mayas actuales con nuestros ancestros, los mayas del pasado, no dejando duda que poseemos un pasado antiguo muy valioso y que a pesar de los intentos de exterminio, aún seguimos vivos y aportando desde nuestros espacios a la vida, a su protección, a su alegría.

Batz © Walter Paz Joj

Como ajtz’ib’ (escriba maya) considero que la escritura maya no debe apartarse de lo espiritual, lo material, lo vivencial, el idioma, la música, el arte, el tejido, la filosofía; todas expresiones que sostienen el legado cultural que nos hacen ser, existir y expresarnos desde nosotros. 

Pescado © Walter Paz Joj

El uso y revitalización de la escritura jeroglífica maya (tz’ib’) también es un acto de manifestación y resistencia para no olvidar nuestra historia, nuestro legado y expresar que somos mayas vivos con mucho que aportar para el bien colectivo.

Renacuajo © Walter Paz Joj

Somos mayas contemporáneos que pintamos/dibujamos con el corazón y nos manifestamos a través de las formas y signos antiguos. Como lo hicieron nuestros ancestros, pintamos/dibujamos para contar nuestra historia.

MÁS SOBRE LA OBRA DE WALTER PAZ JOJ

https://www.facebook.com/ajtzibwinik

MÁS SOBRE EL TZ’IB’ CONTEMPORÁNEO

Roderico Y. Díaz. Fotografía y documental sobre migración forzada y resiliencia

Roderico Y. Díaz © Un paisaje de los bosques de la región Maya Chortí al oriente de Guatemala, Este territorio está siendo recuperado por las propias comunidades Mayas.
Roderico Y Díaz. © Mujeres Maya Q’eqchí’ votan en consulta comunitaria para decidir si un proyecto hidroelectrico se puede instalar en su territorio.

Roderico Y. Díaz es fotoperiodista y documentalista independiente. Practica la fotografía documental, el fotoperiodismo y el cine documental desde hace quince años. Enfoca su trabajo principalmente en documentar el camino que han recorrido las personas y comunidades indígenas, en su búsqueda de justicia y reparación, tras sobrevivir el genocidio en Guatemala (1960-1996).

Este breve documental aborda el histórico juicio por genocidio en contra de los generales retirados José Efraín Ríos Montt y José Mauricio Rodríguez Sánchez realizado en el año 2013, así como la valiente y constante lucha de testigos, testigas y sobrevivientes del genocidio por mantener viva la sentencia en diferentes comunidades del país y el compromiso por seguir trabajando por la justicia.  También muestra el impacto y las reacciones generadas a nivel nacional e internacional producto de la sentencia condenatoria dictada por un tribunal nacional.

En palabras de Roderico, aquí algunos elementos que guían su trabajo:

Primero, soy descendiente de una familia indígena Maya Kaqchikel; mis padres, abuelas y abuelos, fueron mozos colonos (esclavos indígenas) y trabajadores campesinos de fincas de plantaciones de café. Nací en una finca cafetalera, propiedad de familias Holandesas, a finales de los años 1970, y he experimentado directamente los efectos de la colonización, el desplazamiento forzado y la violencia provocada por el genocidio en Guatemala.
Segundo, a pesar de que históricamente los pueblos indígenas han sido sometidos a la colonización, intervención, despojo y desigualdad de sus territorios, bienes y cultura, de manera paralela se han mantenido en lucha para continuar con su modo de vida. Por eso, en la fotografía he encontrado una herramienta para contar (desde nosotros los pueblos indígenas y no desde los otros ni desde la re-victimización) la resistencia y la resiliencia de los pueblos para seguir caminando y para sanar los traumas de la guerra y los efectos posteriores que resultan igual o más violentos que la guerra misma.

Roderico Y. Díaz © Anciano Maya Kaqchikel sostiene en sus manos una mazorca de maíz que se utilizará como semiila para la siguiente siembra,

Roderico ha documentado el posconflicto en Guatemala, denunciando cómo en este periodo se han implementado proyectos extractivos que están impactando la vida y el territorio de las comunidades indígenas. En este contexto, la justicia guatemalteca ha criminalizado a los líderes sociales (ver el corto Bernardo Reyes) y ha generado un continuo desplazamiento forzado.

Los ríos narra la visita del cantante Juan Aguirre a Santa Cruz Barillas – al que le unen lazos familiares- invitado a participar en un festival cultural en solidaridad con los líderes comunitarios que fueron encarcelados como resultado de su lucha en defensa del territorio. 
Roderico Y. Díaz © Tortugas

Roderico ha realizado publicaciones en varios medios de Guatemala, EEUU, Europa y otros países de América Latina. Su trabajo se ha presentado en galerías y universidades en Guatemala y en EEUU (Ver “Defending Truth and Memory. Roderico Y. Díaz.” en New Mexico State University). Algunos de sus documentales han participado en festivales nacionales e internacionales. 

Roderico Y. Díaz © Retrato de mujer Q’eqchí’ en una ocupación de varias fincas en Cahabon.

Actualmente, Roderico sigue la situación de los migrantes en el triángulo norte de Centroamérica: todas personas que están escapando de sus países por la violencia, el crimen organizado y la corrupción. Para Roderico, la situación de los migrantes hoy es semejante a la situación de quienes llegaron a EEUU hace varias décadas escapando de la violencia de las guerras civiles y las dictaduras militares (personas que todavía hoy son refugiadas en iglesias santuarios en Carolina del Norte).

Roderico es co-fundador y colaborador del Centro de medios independientes de Guatemala –CMI-GUATE- www.cmiguate.org  y corresponsal del periódico Qué Pasa News en NC. https://www.quepasamedia.com/ (https://raleigh.quepasanoticias.com/)

Más sobre el genocidio en Guatemala

500 años. Vida en resistencia, de Pamela Yates.

Palabras como amor, de Tanaya Winder

Compilación y traducción de Judith Santopietro y Kim Jensen

© Fotografia de Viki Eagle

Tanaya Winder (1985) es escritora, educadora y poeta. Creció en la reserva Southern Ute en Ignacio, Colorado. Es miembro de la nación Duckwater Shoshone, sus orígenes también incluyen las naciones Southern Ute, Pyramid Lake Paiute, Diné y herencia negra. Tanaya escribe y enseña acerca de las diferentes expresiones del amor: amor propio, amor íntimo, amor social y comunitario, así como del amor universal. Obtuvo su licenciatura en Lengua Inglesa en la Universidad de Stanford, además de una Maestría en Escritura Creativa en la Universidad de Nuevo México. Desde entonces, ha sido cofundadora de As/Us: A Space for Women of the World y fundadora de Dream Warriors, una compañía de artistas indígenas.  Ha sido invitada a conferencias, lecturas, talleres de escritura y charlas en universidades y colegios a nivel internacional. @tanayawinder ~ https://tanayawinder.com/


Poemas del libro Words like Love. West End Press New Series, 2015

Versión PDF

querida luna

consagra mi memoria a un tronco de árbol
transformado en canoa para que pueda navegar lejos del
mar de ti, esperando, lista para estallar
en Vía Láctea. indistinguibles partículas
cada vez que mi boca se abre para rodear
tu nombre pero mis labios no se atreven
a crear la figura.

reflejos de la luna
 
en el principio, la Tierra anhelaba un compañero, el Sol,
alguien con quien compartir los dones: el mundo, el agua y
la vida. aún la luz necesita equilibrio, oscuridad, muerte
 
para entender el estira y afloja, días
resonando sin cesar. así, la Tierra hizo una ofrenda
al cielo, para convertirse en la Luna.
 
desde entonces, el Sol sueña el crecimiento
confiando en que entenderemos – el amor entrelazado
con la pérdida si sólo miramos el cielo cada noche.
 
sólo que sepultamos el sacrificio de la Tierra, absortos
en nuestros vagabundeos errantes.
las estrellas no son las únicas capaces de caer.

la densidad del agua
 
I.
 
Cuando llegué al mundo por primera vez, volé
entre vientos antiguos. Nací en una historia de creación.
 
II.

Hace mucho tiempo, mi trastatarabuela conoció
a su otra mitad. Él voló, también, con los vientos, entonces como uno de
tantos granos de arena – cada uno partido a la mitad en busca
del otro. En aquel tiempo, los humanos eran espíritus
 
buscando algún contacto. Hace tiempo, un solo grano encontró
a otro, mi abuela. Así que ambos pidieron al Creador
que les diera un cuerpo para saber cómo era tocar al otro.
Así fue y vislumbraron que su hija moriría en el parto.
         Así que oraron –Sálvala y cada uno sacrificará
 
algo a cambio. El hombre volvió al mundo de los espíritus
en forma de caballo y la mujer se abrió
desde el centro para darle un pedazo de ella misma
y así mantenerse juntos.
           
III.

En medio del desierto
hay un lago hecho de lágrimas. Hace tiempo
hubo una madre con cuatro hijas:
Norte, Este, Sur y Oeste. Cuando crecieron
cada una se fue en su propia dirección.
 
Triste por esta pérdida, la madre lloró
tan fuerte que los cielos envidiaron su habilidad de crear
tanta humedad. Los días se volvieron meses, los meses
años y las lágrimas se acumulaban en charcos salados que se atraían
entre sí por su densidad. Incapaz de soltar
toda su amargura, la madre se hizo piedra.
   
Hoy, la Madre Pétrea espera.
Vuelvan a mí, hijos míos.
Vuelvan a mí.

tuberías/ rotas
#violenciambiental

si ni siquiera

                podemos amar                                  nuestra tierra

                cómo podremos amarnos            los unos a los otros

                cómo podremos amarnos            a nosotros / mismos


 

Soneto MCLXXXI
a las mujeres indígenas asesinadas y desaparecidas en la Isla Tortuga
 
No cuándo ni dónde sino cómo, las perdimos,
entre el fueron vistas por última vez _____ las palabras se convirtieron en elegía
resonando en las aceras y las calles. Mostramos sus fotos a
los extraños. Las colgamos en los tableros de las oficinas de correos:  Desaparecida
como si fuera un destino, un lugar a donde
desvanecerse en ciudades invisibles. Excepto que aquí no hay héroes como
en las películas. Ni anuncios, ni cobertura mediática o programas de televisión
que cuenten nuestra historia. ¿Somos invisibles si nadie sabe, por qué?
Cuando arrebataron a 1,181 mujeres, ¿los ojos cesaron de mirar,
de prestar atención a un cuerpo engullido?
Aquellos sobrevivientes que las recuerdan continúan su misión,
una interminable búsqueda de las ciudades donde las amamos
(y aún amamos). No olvidaremos. Reclamamos para ustedes
acciones, palabras, aún un poema que termine: sus vidas importan, también.

Sobre las traductoras

© Fotografía de Elena Lehmann

Judith Santopietro nació en Córdoba (Veracruz, México) en 1983, aunque también se crio entre Ixhuatlán del Café y Boca del Monte, pueblos de las Altas Montañas a los que pertenece su familia. Su idioma materno es el español; sin embargo, ha aprendido nahuatl por decisión política y para honrar a sus ancestras. Judith es maestra por la Universidad de Texas en Austin. Ha publicado los libros Palabras de Agua (Praxis, 2010) y Tiawanaku. Poemas de la Madre Coqa (Orca Libros 2019). Obtuvo el Premio Nacional de Poesía Lázara Meldiú 2014 y fue finalista en el Premio Literario Internacional “Aura Estrada” 2017.  Ha publicado en el Anuario de Poesía Mexicana2006 del Fondo de Cultura Económica, Rio Grande Review, La Jornada y The Brooklyn Rail, y también ha participado en numerosos festivales, incluyendo el World VoicesFestival del PEN America en Nueva York, 2018. @judesantopietro

© Fotografía de Elmaz Abinader

Kim Jensen es escritora y educadora en Baltimore, Maryland. Su primera novela experimental, The Woman I Left Behind, fue finalista del libro del año de la revista Foreword. Sus dos colecciones de poemas, Bread Alone y The Only Thing that Matters, fueron publicadas por Syracuse University Press. Su trabajo ha aparecido en revistas y antologías, incluyendo Mondoweiss, Electronic Intifada, Extraordinary Rendition: Writers Speak Out on Palestine, Gaza Unsilenced, The Baltimore Sun, The Oakland Tribune y El Humo. En 2001, ganó el Premio Raymond Carver por ficción corta. Es profesora de inglés y escritura en el Community College de Baltimore County, donde es la fundadora y directora de una iniciativa interdisciplinaria que demuestra la conexión entre el aprendizaje en el aula y la justicia social. 

Más sobre Tanaya Winder


Los colores tejidos del Tenaz

Por Alejandro Padilla a.k.a  Supay Kayampa (Illapa Iriwari)

Ecuador, país de América del Sur atravesado por volcanes, montañas, ríos, lagos y por el EKUATOR, la línea equinoccial, es pequeño en extensión, pero inmensamente variado en lo que lo conforma. Su fauna, su flora, sus colores, su paisaje cultural, su gente, su historia y su memoria, hacen de este pequeño terruño un espacio de mixturas y mestizajes, no ajeno a la globalización propuesta en especial por los medios masivos de comunicación y los nuevos paradigmas socio culturales instaurados por la modernidad contemporánea. Su población indígena ronda el 10% de la totalidad de habitantes. Es importante mencionar que su lucha histórica ha sido siempre una lucha por el territorio, la memoria, la lengua, y el uso tradicional de los recursos como el agua y la tierra. En Otavalo, cantón de la provincia de Imbabura, ubicada al norte del país, se encuentra Peguche. Esta comunidad alberga a indígenas o mejor dicho runas (ser humano en Kichwa), y entre ellos a uno en particular, quien a través de los colores y las manchas en las paredes perfeccionó el grafiti Hip Hop, al punto de realizar obras de hiperrealismo en los muros utilizando pintura spray. Bajo el seudónimo o nombre de calle, Tenaz tatúa la piel citadina y en la actualidad sus murales se pueden encontrar en gran parte del país. 

Álvaro Córdova (Tenaz), quien descubrió sus dotes y gusto por el dibujo a temprana edad, pudo percatarse que el dibujo y los colores eran algo que representaba su vida y un motor para su construcción como runa. En estos contextos, Tenaz fue construyendo su identidad desde el lugar que habita y desde su pertenencia a los pueblos nativos, los cuales históricamente han ocupado los últimos lugares de la jerarquía social y de castas en la conformación del Estado y la ciudadanía. Sin embargo, desde el levantamiento nacional indígena en la década de los años 90, las y los indígenas son considerados como actores sociales activos. El caso de los otavaleños es particular porque gracias al comercio de sus artesanías lograron llevar la cosmovisión runa al mundo entero, así como la globalización y sus tendencias hacia las comunidades de las que partieron.

Paralelamente, influencias como el Hip Hop, movimiento contrahegemónico y cultural que nació en los guetos de Nueva York en la década de los 70, comienza a tener fuerza y aceptación en el mundo, pues es un grito de rebeldía contra lo establecido. Es así que el Hip Hop Norteamericano llega y se posiciona en Ecuador y en todas sus comunidades. El Hip Hop siempre estuvo inmiscuido en la lucha social y dio voz a los que no la tenían. En ese sentido es un lenguaje universal que parte de la musicalidad y de la transmisión de ideas a través de mecanismos “artísticos”. El MC que relata los hechos cantando en rima. El grafitero y escritor que exterioriza sus ideas por medio de la pintura, el color y las letras deformadas. El Dj o arquitecto musical. El bboy y bgirl, códigos de los danzantes del Hip Hop. Y el quinto elemento: el conocimiento que articula todos estos y los contextualiza en un proceso histórico social y de lucha, principalmente racial y de clases. 

Tenaz pudo encontrar el Hip Hop en su búsqueda individual de identidad y de ganar su lugar en la comunidad. El respeto a sus ancestros es visible desde su propia estética al usar la larga trenza en su cabello; para él es la forma de conectarse con la madre tierra recordando y respetando el lugar de donde viene. Ya no utiliza la ropa tradicional otavaleña, como es el uso del sombrero y el pantalón blanco por ejemplo, sino que a cambio utiliza los códigos estéticos del Hip Hop: camiseta larga, pantalones anchos llenos de pintura, auriculares para escuchar música y a veces gorra. El grafiti permitió que este joven de Peguche, pudiera unir dos cosas que para él son estructurales: su pasión por la pintura y el dibujo y su memoria y cosmogonía indígenas. En nuestras conversas menciona: “Nunca te olvides de donde vienes y a dónde vas”, frase que tiene una connotación fuerte por entender las territorialidades y el espacio que se habita y transita. Este rasgo es particular en los murales que realiza y puede ser fácilmente decodificado en su lectura. El hiperrealismo que plasma en los murales proviene casi siempre de personas reales de las distintas comunidades indígenas. Su técnica, muy pulida, permite que las imágenes representadas a través de la línea, el color y lo cosmogónico destaquen y llamen la atención, tanto de la ciudadanía en general, como de los integrantes de la cultura Hip Hop. Para Tenaz, no hay una sensación más hermosa que ver las reacciones de la gente frente a sus murales, en especial las de los adultos mayores de la comunidad, quienes sonríen al ver nuestra cultura Kichwa retratada en las paredes, “esa felicidad contagia y motiva”. Lo que evocan sus miradas, es en parte sorpresivo, pues los adeptos al Hip Hop, por su condición de rebeldía y crítica hacia lo que los rodea, siempre fueron considerados como marginales y asociados a la delincuencia. Pese a esto, Tenaz demuestra todo lo contrario a través de sus composiciones y murales, y ejemplifica cómo puede existir una simbiosis entre lo andino y el Hip Hop.

Es indispensable para él, que el arte que realiza sea en las calles, y sean las paredes del espacio público la plataforma de sus murales. Así todos sin excepción tienen la oportunidad de verlo y generar una respuesta afectiva frente a lo que presencia el ojo del caminante. El muralismo que propone Tenaz es un muralismo popular y accesible para todos.  A pesar de esto, ha recibido propuestas de hacerlo en lienzo y tal vez vender cuadros, sin embargo la experiencia de que cualquiera lo vea se perdería y esto no es algo que Tenaz pretende. 

El Hip Hop y su grito de rebeldía siempre se mimetizará a las circunstancias emergentes y locales. Desde las realidades particulares de cada población, proveerá de los elementos para que los pueblos puedan seguir en la lucha. Casos como el de Otavalo, en donde hacen “Rap Shimi” (Shimi es el vocablo Kichwa para lenguaje) y enuncian sus líricas en su lengua materna, el Kichwa, renuevan al Hip Hop y revelan su función primaria: convertirse en una voz colectiva de los oprimidos, los subalternos, los otros y otras, para que sean escuchados y transformar su realidad impuesta y urbana. También retejer su relación con la naturaleza, los volcanes, las lagunas, las cascadas y el Apu (espíritu) de su montaña tutelar, el Imbabura. Esto se manifiesta con Tenaz y el elemento del grafiti al que se aferró por elección propia y en el que se desenvuelve con gran destreza.

Su actuar como grafitero muralista indígena y parte de la cultura Hip Hop, le hacen reflexionar sobre su miedo más grande: perder la oportunidad de seguir pintando, que la muerte le arrebate la posibilidad de seguir transmitiendo la memoria de su pueblo y el amor de manchar con colores. “Todo lo técnico respecto al grafiti es secundario y se aprende”, reflexiona. Hacer las cosas desde y con el corazón es fundamental para Tenaz y su crew Soberanos (SBRNS), oriunda de Peguche. 

PAZ, UNIDAD, AMOR Y SANO ESPARCIMIENTO

Alejandro Padilla a.k.a  Supay Kayampa (Illapa Iriwari). Militante activo de la cultura Hip Hop, activista e investigador de las ciencias sociales y del mundo cosmogónico andino. Runa equinoccial, que ve en las representaciones, imaginarios y el relato, una necesidad de despertar la memoria, recordar quienes somos y cuál es nuestro rol en este mundo, donde el pasado y el presente coexisten y se retroalimentan. Tenaz fue parte del circuito de invitados al programa radial Nunkeii Zulu, colectivo al que pertenece y que busca proponer e incidir desde el Hip Hop un cambio estructural en la sociedad quiteña.

Más sobre Tenaz y su obra

Tenaz Grafitti – SBRNS runas de Peguche – Otavalo, Ecuador

Adriana Paredes Pinda ~ Colibrí de agua. Selección de poemas

Adriana Paredes Pinda es una poeta indígena mapuche-huilliche de Osorno, Chile. Ha publicado Ül (2005) y Parias Zugun (2014), y muchos de sus poemas también aparecen en antologías de poesía como Hilando en la memoria (2006) y 20 poetas mapuche contemporáneos (2003). Su poesía ha sido galardonada con premios literarios, así como varias becas. También es una académica que enseña en la Universidad Austral de Chile y una machi, una chamán mapuche que sana con remedios, té, oraciones, canciones y bailes.

En su poesía se aprecia su profundo conocimiento ritual. Por ejemplo, su poema “Sanación” se centra en la experiencia de una joven mapuche que está enferma física y espiritualmente porque se ha alejado de su comunidad. Como resultado de esta separación, esta mujer alberga una angustia por su estado de división entre dos culturas: la cultura mapuche y la chilena. La división interna de esta mujer es causada por la pérdida cultural y la asimilación a la cultura wingka o no mapuche. Por lo tanto, debe ser la machi quien va en busca de la mitad faltante de su espíritu a través de un machitún, un ritual de sanación que restaura la salud, y que se realiza en este poema. Ella escribe en español, pero su poesía rebosa de palabras en Mapudungun y conceptos del admapu, las normas y prácticas mapuche tradicionales. En el poema “Sanación” hay muchas palabras en mapudungun intercaladas dentro de un texto escrito en español, como nombres de plantas y hierbas (foye, palke), instrumentos musicales (trutruka, pvfvllka, trompe), entre otros elementos importantes de la cultura mapuche.

“Lenguas secretas”, otro de sus poemas, organiza un ritual realizado en la cima de una montaña que el sujeto poético debe hacer para ponerse en contacto con la “lengua de la tierra”, traducción literal de “mapudungun”. Por lo tanto, el poema describe cómo la ceremonia de la noche es urgente: los espíritus ayudarán a superar las barreras del lenguaje que separan al sujeto que habla desde la comunidad mapuche a la que desea pertenecer. Al final, la voz poética afirma que para unirse plenamente a la comunidad, uno debe ser receptivo al lenguaje de los antepasados, y el ritual hace posible esta unión en el poema.

En su poesía, Paredes Pinda hace énfasis en la lucha histórica mapuche por el reconocimiento de sus tierras y sus derechos en Chile. En los fragmentos seleccionados de Parias Zugun, Paredes Pinda señala la naturaleza cíclica de los eventos en la historia mapuche y la necesidad de restablecer el equilibrio de la tierra para poner fin a las acciones destructivas de las empresas forestales. (ANDREA ECHEVERRÍA)

Sanación
   
Fuchotun
es lo que falta. Laurel limpie estos aires,
aclare los caminos.
La que me guía 
vuelca foye en la penumbra, erupciona 
una luna mordiendo los espíritus. Ella dirá cuándo.
Por ahora tengo los olores,
despierto con la nariz pegada
a la vertientes,
la lamedura del sueño.
Fuchotu fuchotu 
pieyfey tañi ñaña 
amulerkeita pu chollvñ mamvll.
 
Cantará la niña su canto antiguo si conoce
la madre de su raíz, si llena su boca
con yerbas sanadoras. Tusílago 
para la pena que le derrama 
en tos asmática por el pecho, palke
para la cabeza afiebrada sin trarilonco,
matico cicatrizará herida de parturientas 
cuando venga su luz.
Ahora los ojos se les quedan en cementos,
no hay lunas maternales en los edificios,
no entra sol ni aire ni fuego.
La muchacha tendrá que hacer machitún.
Los brotes de las maderas 
pujan en su lengua,
un pewen de aroma en parto.
Se le había ido el espíritu, dicen.
Le hicimos fuegos con luna llena a su ruka,
sus brazos no querían mapuche por eso la pena,
pero se rindió con foye
mientras cantábamos. Trutruka,
pvfvllka, trompe antiguo con raulí
para enamorarla.
Un muchacho pedía por su regreso,
porque la libráramos de los perros negros.
Ya no quería ser secuestrada la muchacha 
en otro mundo, pero su corazón estaba partido 
en dos 
Por eso la pena y piojos blancos.
Pedimos a la mamita le sobara la partidura
allí donde moría. Vinieron entonces buenos olores,
tierra de Treng-Treng llenó sus manos,
volvía espíritu de chiquilla enferma 
porque la madre fue por él.
“Tuve que ir a buscarlo por donde se perdió”.
 
Algo le falta a esta casa – me han dicho.
Habrá pues que habitarla,
la ronda el tigre viejo.
Pu aliwen.
Abran las piezas murmurantes, déjenlo
tomar lo suyo. Enmontañarse
en los pulsos secretos.
Que venga Kvtral, nos consuma en su rescoldo vivo
el humo, las secreciones milenarias.
 
Yo te permito tigre viejo peinarme los cabellos.  

Lenguas secretas 

Lo dijo la machi, no lo repitas.
Entraba en trance. Anda 
a la montaña a esperar que la lengua de la tierra  
también se abra para ti.
 
Iremos al cerro sobre la luna llena,
allá te cantaremos. La única manera:
escuchar los espíritus al amanecer.
 
Si las balsas de la muerte no la llevaron a la muchacha
será por algo. Que el sueño la tomó,
no la suelta más. Tiene que seguir soñando.
 
Aparecen los espíritus, sólo algunos 
pueden entrar a la laguna.
 
Que se cuide la guerrera de alumbrantes trenzas.
La toman de repente. No la vemos más.

Memorias 
 
Yo soy la de cabellos trasnochados 
húmeda y urgente en la lluvia 
de perdidos nguillatunes.
Las cenizas desentierran la lumbre de mi entraña,
soba su encarnadura la tigresa entre los montes 
calientes. Recia me aúllo
para galopar en la última estrella de mi sangre 
sobre la palma del mundo.
 
Arde luna perdida,
me vine a la montaña a sorber tu corazón. No
me iré en la blancura de tu aliento.
Soy la que vuela con tres dedos,
canta fuego por boca de su kona.
Bien me han nombrado 
Kanvkvmu,
la otra raíz.
 
Doce nudos tiene la culebra de los partos,
tiembla wuinkul.
Y fueron doce los sueños para tus doce pezones.
Alumbradores 
los presagios del kultrung en tu cuerpo. Tus piernas 
extendidas hasta los lechos del Bio-Bio,
el de los que saben la resistencia.
Se abandonó de nieve la oscura,
mitad ánima, mitad carnal 
vuelve hacia delante de la muerte 
para tejer el metawe del origen 
que se cantó de azul. La piel 
del mapuche tiene la escritura.
 
Me fueron dadas las palabras 
como volcán que arde y sangra. Memoria 
de alfabetos no aprendidos.
Desovaron los pezones del tiempo,
fértiles fueron las tierras hasta el amanecer 
cuando supe 
que no era mi mano la escritura.    

Te llaman en lenguas raulíes y alerzarias
 
Se está cayendo Treng–Treng
¿Por qué no escuchan a los niños?
 
Planten canelos para el tiempo de los brotes. 
Abuela abuelo,
se cae el wuinkul frente 
a la casa de mi madre.
 
Ellos se van a buscar el poder a la montaña,
los pantanos permiten sólo a algunos.   
 
Los pastos son demasiados finos para ti.
La mujer lleva la música,
aquella cuyo espíritu
fue tomada por el pájaro.
 
Abuela, abuelo,
me voy a Quinquén a ver la nieve,
a empollar su sueño roto,
antes que enmudezca 
me voy sola.
Apochi küyen mew 
Amutuan
 
Kuze fücha 
Ülcha weche 
la nieve es verde.

Tres fragmentos de Parias Zugun
 
…lukutues  foliles srayenes
Ilwen
toda la escritura de la piedra
a la espalda carcomida de Txem-Txem
 
en pálpito aciago
voracidad aquélla de pezones ardientes
pezones
arcaicos
resollando
las letanías usurpadas
 
cuando la gran culebra Txem-Txem
aún reinaba
y abrazaba tibio 
porque rescoldo vivo
era el cuero
del viviente 
 
cantaban las semillas en sus manos
 
Txem-Txem
las besaba
con su aliento de todos los bosques
alerzales foyehuales 
copihuales
lenguas y lenguas todas brotadas
en la primordial caricia del puelche. . . (33-34)


…Si mi lengua Genechen
no tuerce
mi ya raída piel
 
–’Búsquelo y no lo hallé’–
 
la lengua del gran amor
 
lengüeteando 
la espalda lacerada de Txem-Txem
 
la lengua del gran amor
la kallku lengua
la despreciada
 
‘venid a ver las forestales por las sangres’
abiertas
mugiendo
 
–Bosques en brasas ardiendo–
–Iñche ta zugun- (36)


…Árbol lengua
se escucha bramar en las lenguas del mar
 
1960
 
champurria
el latido del lamento acallado
 
                                                                -y en espiral voy cantando-
 
–Kay Kay zugun-
me miró
la culebra
sus ojos
ajenjo miel
dijeron lo infinito
 
-denme lo incierto
denme la flama
solsticia y fatua
 
soy el aroma en que las gentes se pierden
murta y poleo
lengua que engaña. (112)

Glosario

  • Nguillatun: Gran ceremonia mapuche. 
  • Kona: Joven guerrero.
  • Wuinkul: Cerro
  • Kultrung:  Tambor ritual usado por la machi. 
  • Metawe: Pequeña vasija o cántaro.
  • Fuchotun: Hacer un ritual de limpieza quemando plantas medicinales.
  • Foye: Árbol autóctono sagrado, llamado también canelo. 
  • “Fuchotu fuchotu / pieyfey tañi ñaña / amulerkeita pu chollvñ mamvll”: “Sahumerio sahumerio / eso dijo la tía /va caminando/ en busca de plantas nuevas”.
  • Palke o palqui: Arbusto cuyas hojas y cortezas se usan medicinalmente. 
  • Trarilonco: Cinta tejida que se usa como adorno en la cabeza. 
  • Machitún: Rito de sanación oficiado por la machi o chamán mapuche. 
  • Pewen: Fruto de la araucaria.
  • Ruka: Casa mapuche.
  • Txutxuca o trutruka: Instrumento musical de viento. 
  • Püfülka: Instrumento musical de viento. 
  • Trompe: Pequeño instrumento musical metálico. 
  • “Pu aliwen”: “Árbol propio”. 
  • Kvtral o Kütral: El fuego.
  • Treng-Treng (Txem Txem) y Kai Kai (Kay Kay): El relato mítico de la guerra entre Treng-Treng y Kai Kai expone el origen de la sociedad mapuche. Treng-Treng es la serpiente de la tierra que luchó contra Kai Kai, la serpiente del mar.
  • Genechen o ngenechen: Divinidad creadora o Ser Supremo mapuche. 
  • “Apochi küyen mew / amutuan / Kuze Fücha / Ülcha Weche”: “Con luna llena / me voy/ Anciana Anciano / Mujer joven Hombre joven” Kuze, Fücha, Ülcha y Weche forman la familia divina mapuche que sobrevivió a la guerra mítica de Treng-Treng y Kai Kai. 
  • Lukutues: Símbolo antropomorfo mapuche que representa a un hombre arrodillado. Generalmente se incorpora al tejido de la faja femenina (o trariwe). 
  • Foliles: Raíces.
  • Srayenes: Flores.
  • Ilwen: Rocío.
  • Zugun: Lengua.
  • “Inche ta zugun”: “Mi lengua”.
  • Champurria: Mestizo.

Sobre la traductora

Andrea Echeverría es profesora asistente en Wake Forest University. Es autora de un libro sobre migración e identidad en la poesía de dos escritores peruanos titulado El despertar de los awquis: migración y utopía en la poesía de Boris Espezúa y Gloria Mendoza (Paracaídas Editores & UNMSM, 2016), así como de varios artículos de investigación acerca del papel del ritual y la memoria en la poesía mapuche contemporánea. Actualmente escribe un libro que estudia la poesía y el arte visual de autores y artistas mapuche contemporáneos. 

Más sobre Adriana Paredes Pinda

Memoria Audiovisual del Festival Internacional de Poesía de Medellín. 2017. 

Más sobre el negocio forestal en el Walmapu / Chile

Plantar pobreza, Periódico Resumen TV.  

Utshimauat / Los maestros de Joséphine Bacon

Embajadora de las culturas indígenas, Joséphine Bacon es una escritora innu de Pessamit, en la costa del río Saint Laurent, territorio llamado ahora Québec en el este de Canadá. Bacon escribe en su lengua nativa, el innu-aimun y en francés. Desde 2009, ha publicado cuatro libros de poesía bilingüe y colaborado en muchas antologías. También ha escrito guiones para dos películas (Ameshkuatan, Les sorties du castoren 1978 y Tshishe Mishtikuashisht, Le petit grand européen: Johan Beetzen 1997), además de su colaboración en varios programas de televisión. Durante años, ha trabajado con ancianos para conservar las lenguas maternas y las tradiciones ancestrales, y con jóvenes artistas indígenas para fomentar la creación artística. Ha sido premiada a nivel provincial y nacional.

El poema “Los maestros” proviene de su primer libro, Bâtons à message / Tshissinuatshitakana (sin traducción al español) publicado en 2009 con la casa editorial quebequense Mémoire d’Encrier. Los Palos mensajeros del título son palos que los indígenas nómadas de estos grupos dejaban en los caminos para dejar recados a los otros que pasaban por el mismo lugar. En el prefacio del libro, Bacon señala, “Mi gente es escasa, mi gente es invalorable como un poema sin escribir. / Los ancianos se callaron, dejándonos el eco de sus murmullos…” Con palabras precisas y selectas, la poesía de Bacon explicita los vínculos innegables entre los indígenas, la naturaleza, el territorio y el mundo espiritual (Sophie M. Lavoie).

Nimichumat nejanat nuitamakutiat :

“Tshitatshakush puamuishapan
eshkueja inniuin.
Shash petamushapan assinu tshitei.”
 
Los ancestros me dijeron:

“Tu alma soñó mucho antes que tú.
Tu corazón escuchó la tierra.”

Tshitei uitamu
anite uetshin

mamitunenim tshitatshakush
uin an ka minishk
anite tshe ituten,
eshkueka inniuin.


Tu corazón dice
de dónde vienes

piensa en tu alma,
ella te dio la fuente
antes de nacer.

Papakassiku, Atikuapeu
Pakushuenimakan
tshin ka pagushuenimikuin,
nimititen meshkanau anite

etat Missinaku
uin nika ashamiku
kukamessa shiueniani

Uapishtanapeu
nika tshishunak
shikatshiani
tshetshi minukuamuian,

Ushuapeu takushiniti
nipuamunit
uin nica uitamaku

etati Tshishikushkueua
uin ja tshitapamikuiaku
ute tshitassinat.


Papakassiku, Atikuapeu
él que esperamos,
me llevas hacia

Missinaku
quien ofrecerá la trucha gris
de nuestra tierra, y si

tengo frío,
Uapishtanapeu
cálido me calentará
durante mi sueño

Ushuapeu
me llevará hacia

Tshishikushkueu,
la que cuida de
las palpitaciones de la tierra
en mi corazón.

Alanis umenu

Uetakussiti shakassineu pishimu
nuamapamau ukaumau ka mitshetushet
e minat peiku
auassa pakushenitamunnu

innitsheuau mamitshetuait
ishi-uashteshiu
anite shipit
anite ut kuepitak

uin mukutshissenitamu
nete tshe ishi-shatshituaunit
tshetshi uinipekunipekakuiaku
natutuakut kashkanat.

Para Alanis, mi madre

Una noche de luna llena
la madre de tantos hijos
devuelve la esperanza
a un niño

una imagen aporta
un sinnúmero de colores
a un río
desviado de su lugar
de nacimiento

solo él
toma su camino
hacia el mar que nos acuna
en las ondas del sueño.

Utshimauat © Joséphine Bacon (Innu-aimun). De Bacon, Joséphine.  Bâtons à message/Tshissinuatshitakana. Montréal : Mémoire d’Encrier, 2009.

Los maestros © Sophie M. Lavoie (traducción al español del francés)

SOBRE LA TRADUCTORA

Sophie M. Lavoie es profesora asociada del Departamento de Cultura & Estudios mediáticos de la Universidad de Nuevo Brunswick en Fredericton, Canadá (territorio nunca rendido de los Wolastoqiyik o malecitas). Enseña clases de lengua, literatura, cine y cultura. Ha publicado artículos académicos sobre literatura de mujeres centroamericanas y latinocanadienses, entre otros temas, en francés, inglés y en español en varias revistas. Fue cotraductora con Hugh Hazelton de El laberinto vertical de la poeta argentina Nela Rio hacia el inglés, tradujo el libro de poesía Nous sommes les reveurs de la poeta mi’kmaq Rita Joe hacia el francés y acaba de salir Un parcours bispirituel, la traducción al francés de la autobiografía de Ma-Nee Chacaby, una indígena biespiritual cree y ojibwe.

Más sobre Joséphine Bacon

© 24 Festival Internacional de Poesía de Medellín. Colombia. 2014

Paula Maldonado: “dibujar es seguir una conversación pendiente…”

© colibrí. Paula Maldonado. Dibujo en rapidógrafo y acuarela intervenido digitalmente, 2019.

En palabras de la artista:

“Desde hace un tiempo me encuentro viviendo en Leticia, Amazonas, donde he realizado talleres de creación con diversas comunidades y he participado en el desarrollo de espacios y estrategias experimentales para el aprendizaje de la lengua y el pensamiento indígena. Actualmente estoy trabajando, junto con un grupo de investigación que incluye pensadores y artistas nativos, en un juego para android (app) para el aprendizaje de la lengua tikuna.

© Muu. Paula Maldonado. Dibujo digital. 2019.

…Para mí “dibujar’ es seguir una conversación pendiente, una estrategia para poner una trampa al pensamiento, un territorio para ejercer mi derecho a apropiarme y transformar algo en el mundo ¡por pequeño que sea!, un camino siempre abierto e infinito para ir hacia lo desconocido.”


© Mawü. Diálogos con la yuca. Paula Maldonado. Dibujo digital en referencia a la acción realizada con el mismo nombre en el Museo de arte de la Universidad Nacional de Colombia, 2018.

Paula Maldonado estudió filosofía en la Universidad Nacional de Colombia y se graduó de la maestría en Estética e historia del arte de Paris 8 (Saint Denis Université) con la tesis “Clichés de América, la impresión de los imaginarios del poder”. Ha trabajado como profesora, investigadora, curadora y coordinadora de seminarios y talleres en distintos contextos y escenarios. Se interesa particularmente por los múltiples vínculos entre el arte y la cosmopolítica, la investigación sobre el arte en Latinoamérica, la antropología de la imagen y los estudios poscoloniales, la pedagogía y el trabajo con comunidades, y la creación trans-disciplinaria y colectiva.

Proyectos colectivos de revitalización de lenguas – Universidad Nacional de Colombia Sede Amazonía


Cátedra de Lenguas Nativas: La lengua es espíritu. Universidad Nacional de Colombia. Sede Amazonía. Febrero 10 de 2018.

Marga B. Aguilar Montejo: U Juum u T’aan Koolnáal / La voz del campesino

Marga Beatriz Aguilar Montejo es una escritora maya-yucateca de Sotuta, Yucatán, autora de la obra de teatro U wáayilo’ob xLetra (Las brujas de xLetra), publicada en la colección Nuevos cantos de la ceiba. Estudió en la Academia Municipal de la Lengua Maya Itzamná de Mérida y el Centro Estatal de Bellas Artes, donde formó parte del primer grupo de graduados en Técnico en Creación Literaria en Lengua Maya. La voz del campesino es su primer poemario; es inédito y fue escrito en 2017, primero en la lengua maya y luego fue auto-traducido al español. Agradezco a la poeta por permitirme traducir y publicar aquí el primer poema de su libro. (Melanie Walsh)

En palabras de Martha Aracelly Ucán Piña, quien escribe el prólogo de U juum u t’aan kolnáal / La voz del campesino:  

“Las palabras tienen el poder de romper las fronteras del tiempo y el espacio: un poema nos puede transportar en las entrañas del monte, en medio de la milpa, por las veredas y caminos o entre las olas del mar o en la profundidad de las aguas subterráneas. Esto es lo que sucede en U juum u t’aan kolnáal / La voz del campesino, donde Marga Aguilar conjunta una serie de ocho poemas en lengua maya que por medio de un lenguaje rítmico, metafórico, rico en epítetos, imágenes y contexturas sinestésicas nos estimula sensaciones que no podemos dejar de explorar. En este texto, la poeta originaria de Sotuta, va construyendo desde los conocimientos heredados de sus padres y abuelos, un entorno que se representa en imágenes, sabores, olores y sonidos del campo. Más allá de una intención de reminiscencia y nostalgia por los saberes ancestrales sobre el quehacer campesino, la poeta configura una voz que vivifica a los elementos, que se encuentra ansiosa de aprender para revitalizar la tradición y que es reflexiva del sentido cíclico de la vida del campo.”

U JUUM U T’AAN KOLNÁAL

Iik’ ku yáalkab tu jobnel k’áax,

ku báab ich k’áak’náab,

ku xik’nal tu ka’anlil pu’uko’ob,

ku yéemel,

ku xíimbal,

ku síit´ tu ba’paach baatsilo’ob ku k’ayko’ob payalchi’ob ti’ u yuumtsilo’ob,

leti’ u juum u t’aan.

LA VOZ DEL CAMPESINO

Viento que corre en las entrañas del monte,

que nada en el mar,

que vuela sobre los cerros,

que desciende,

que camina,

que salta alrededor de las familias que cantan rezos a sus dioses,

ése, es el sonido de su voz.

ll

Ich k’óoben naj tu suutubaj t’aan,

junjump’íitil yóok’ol xamache’

tu tséentubáa yéetel u tuuch chaanbalo’ob,

kuxkinta’abij,

súut u wíinklal bey waaje’

ka janta’ab tumeen ixi’im wíinik,

tu núupuba’ob juntúulil utia’al u múul tséentuba’ob,

je bix le x-much’koko’ mix bik’in kun kíimik,

u chichmachmubáa ti’ lu’um,

u balmubáa yéetel jay tuunich,

táan u paa’tik yáax nukuch cháako’ob

utia’al u ka’a síijil tu ya’axil le’ob,

tu k’ank’anil nikte’ob, tu chakjole’enil chúuk yéetel tu booxil éek’joch’e’en.

ll

En la cocina se volvió palabra,

poco a poco sobre el comal

se alimentó del ombligo de los bebés,

le dieron vida;

tomó la forma de una tortilla

y la comió el hombre de maíz,

fueron uno para sobrevivir,

cómo la x-muuch’ kook que nunca morirá,

aferrada en la tierra,

protegida con la piedra;

esperando las primeras lluvias ésta,

para renacer en el verde de las hojas,

en el amarillo de las flores,

en el rojo de las brasas y en el negro de la noche.

lll

U juum u t’aane’, u k’aay xk’ook’ jejeláas u juumo’ob,

ku tóop’ol ich kaajo’ob mixbik’in u kíimlo’ob,

tu’ux ku tsikbalta’al k’aajlayo’ob ti’ jko’oko’ xikino’ob

ku cháachko’ob tsikbalo’ob ku xik’nalo’ob ka’an.

lll

Su voz, canto de ruiseñor de distintos tonos,

que brota en los pueblos eternos,

donde se cuentan historias a los oídos traviesos

que atrapan cuentos volando al cielo.

lV

Xíimbal t’aan ku k’uchul tak k’áak’náab,

jit’bil t’aano’ob chi’ichnako’ob u puluba’ob báab,

nu’ukulil chu’ukul kay pu’ul ich ja’;

ts’áanchakbil chakchi’,

tsajbil bu’ul kay, tsaja’an ich ta’ab,

t’aano’ob ku chu’ukul ich k’áaknáab.

IV

Voz viajera que llega hasta el mar,

palabras tejidas ansiosas por nadar;

red de pesca arrojada en el agua;

caldo de chakchi’,

pez frijol frito, frito en sal,

son palabras que se pescan en el mar.

V

Yooxol ja’ ku payalchi’ chúumuk k’iin,

kali’ikil u xíimbal yéetel u xúul,

tun julbe’entik loobita’an t’aano’ob.

V

Agua evaporada que reza al medio día,

mientras camina con su sembrador

resembrando palabras heridas.

Vl

Lu’um ku ka’a ts’iik u yaal ku ka’apúut kuxtal,

ku nojochtal u juum u t’aan,

t’aan-cháak,

táan u ch’áajal yóok’ol le lu’uma’,

ku ka’apúut kuxtala’.

Vl

Tierra fértil que vuelve a germinar,

voz que crece,

palabra-lluvia,

goteando está,

sobre esta tierra,

que vuelve a germinar.

Vll

U juum u t’aane’, loobita’an báalam,

kabalchaja’an báalam,

tusa’an báalam,

kíimsa’an báalam,

ka’a síijnal báalam,

kalaanta’an báalam,

payalchi’ta’an báalam,

kili’ich báalam.

Vll

Su voz, jaguar herido,

jaguar mermado,

jaguar engañado,

jaguar asesinado,

jaguar que renace,

jaguar cuidado,

jaguar rezado,

jaguar sagrado.

Vlll

U juum u t’aan koolnáal

iik’ ku yalkab tu jobnel k’áax,

ku báab ich k’áak’náab,

ku xik’nal tu ka’anlil pu’uko’ob,

ku yéemel,

ku xíimbal,

ku síit’ tu ba’paach baatsilo’ob

ku k’ayko’ob payalchi’ob ti’ u yuumtsilo’ob.

Vlll

La voz del campesino

es viento que corre en las entrañas del monte,

que nada en el mar,

que vuela sobre los cerros,

que desciende,

que camina,

que salta alrededor de las familias que cantan rezos a sus Dioses.

LA TRADUCTORA

Melanie Walsh recibió su licenciatura de la Universidad de Carolina del Norte en Asheville en Español y en Estudios de género y sexualidad. Tradujo La Voz del Campesino como parte de su proyecto final en la carrera de Lenguas y Literaturas. Este proyecto generó en ella un gran interés en la traducción y la interpretación. Actualmente está creando un álbum y un “zine” de poesía.

Fernando Pomalaza: “Por amor al arte”

Fernando Pomalaza estudió dibujo y pintura en la Escuela de Bellas Artes de la UNCP de Huancayo (Perú), en la Escuela Nacional de Bellas Artes de Lima (Perú), en The Arts Students League, New School of Social Research, y en Robert Blackburn Printmaking Workshop en Nueva York (USA). Fernando vive y trabaja en Nueva York desde 1978, y desde entonces ha participado en Ferias Internacionales de Arte y exhibiciones individuales en Perú, Estados Unidos, Europa, Australia, Japón, Singapur, China. En palabras del artista:

“Estoy haciendo collages desde 1981. Siempre experimentando y descubriendo nuevas posibilidades, mezclando diferentes materiales de una manera espontánea. Los colores, las texturas y los valores artísticos de las culturas precolombinas y del arte popular de mi amado Perú tienen una gran influencia en mis collages. El collage me permíteme expresar mi mundo interior, mis experiencias y conocimientos del pasado, del presente y con visión hacia el futuro.”

Así presenta el artista “Por amor al arte”, esta serie de collages:

“Los collages que comparto en esta oportunidad, son un homenaje y reconocimiento a mis maestros que en alguna oportunidad me brindaron su amistad y compartieron sus experiencias y conocimientos desinteresadamente, POR AMOR AL ARTE. Para Ellos que ya no están entre nosotros, pero cuyos espíritus aun viven en mi memoria y corazón. Alejandro González (Apu Rimac, Escuela de Bellas Artes de la UNCP Huancayo, Perú), Carlos Galarza Aguilar (Escuela de Bellas Artes de la UNCP Huancayo, Perú), Hugo Orellana Bonilla (Escuela de Bellas Artes de La UNCP Huancayo, Perú), Miguel Ángel Cuadros (Escuela Nacional Superior de Bellas Artes de Lima), Leo Manso (The New School of Social Research New York), Sidney Simon (The Art Students League of New York), Robert Blackburn (Robert Blackburn Printmaking Workshop New York). POR AMOR AL ARTE es una serie de collages de formato pequeño (técnica mixta), utilizando el acrílico como medio de fusión y preservación, y con materiales encontrados y recolectados en las calles y paredes de la ciudad. Son ensayos plásticos, expresión de una poética visual; un diálogo con los materiales, una búsqueda y reafirmación en el arte y la vida. Tratando de encontrarle sentido a una época de remolino cultural que nos ha tocado vivir”.  

Nueva York, 18 de enero de 2017

Más sobre la obra de Fernando Pomalaza

Galería Ashok Jain, Nueva York

13 poemas de Joy Harjo

La obra de Joy Harjo (Mvskoke, Tulsa, Oklahoma) desafía cualquier intento de presentación: cantante, saxofonista, performer, poeta, dramaturga, contadora de historias, son algunos de sus oficios. Su voz, su canto y su reverencia hacia la naturaleza resuenan en cada uno de sus artes. Entre el Jazz y las flautas ceremoniales, el beat de su sensibilidad irradia de esperanza y gratitud a quien la lee o la escucha. De Harjo aprendimos, por ejemplo, que lo contrario del amor no es el odio, sino el miedo. Libros como How We Became Human, The Woman Who Fell From The Sky, and She Had Some Horses son ya clásicos de la literatura en inglés y de las literaturas indígenas del mundo. Ha grabado cinco álbumes de música original, dentro de los cuales sobresale Winding Through the Milky Way, con el que ganó en el 2009 el Premio de Música Nativo-Americana (NAMMY) como Mejor Artista Femenina del Año. Los primeros 8 poemas de la siguiente selección son de Conflict Resolution From Holy Beings (2015). Los otros 5 poemas son de libros anteriores reconocidos, y no han sido traducidos previamente al español. Agradecemos a la poeta por permitirnos traducir y publicar aquí su obra. (Andrea Echeverría y Juan G. Sánchez Martínez)


Para llamar al espíritu de vuelta
de sus merodeos por la tierra
en pies humanos

Deja esa bolsa de papas fritas, ese pan blanco, esa
botella de gaseosa.

Apaga ese teléfono celular, la computadora y el control remoto.

Abre la puerta, luego ciérrala detrás de ti.

Toma un respiro ofrecido por vientos amigables. Ellos
recorren la tierra recogiendo esencias de plantas que limpian.

Devuelve con gratitud.

Si cantas tu espíritu se elevará para volar hacia los oídos de las estrellas y de vuelta.

Reconoce esta tierra que te ha cuidado desde que eras
un sueño plantándose a sí mismo entre el deseo de tus padres.

Deja que tus pies de mocasín te lleven al campamento de los
guardianes que te han conocido antes del tiempo,
quienes estarán allí después del tiempo.
Ellos sientan ante el fuego que ha estado allí sin tiempo.
Deja que la tierra estabilice tus inseguras inquietudes postcoloniales.

Sé respetuoso con los pequeños insectos, gente-ave y gente-animal que te acompañan.
Pide perdón por el daño que nosotros los humanos
les hemos ocasionado.

No te preocupes.
El corazón sabe el camino, aunque pueda haber rascacielos, carreteras interestatales, puestos de control, soldados armados, masacres, guerras y
aquellos que te despreciarán porque se desprecian a sí mismos.

El viaje puede llevarte algunas horas, un día, un año, algunos años, cien, mil o incluso más.

Cuida tu mente. Sin entrenamiento podría huir y
dejar tu corazón para el inmenso festín humano organizado por los
ladrones del tiempo.

No guardes rencores.

Cuando encuentres tu camino hacia el círculo, hacia el fuego alimentado por los guardianes de tu alma, serás bienvenido.

Debes limpiarte con cedro, salvia u otra planta-medicina.

Corta los lazos al fracaso y a la vergüenza.

Deja ir el dolor que retienes en tu mente, tus hombros, tu corazón, que se extiende hasta llegar a tus pies. Deja ir el dolor de tus antepasados para dar paso a quienes se dirigen en nuestra dirección.

Pide perdón.

Pide ayuda a los que te aman. Estos ayudantes toman muchas formas: animal, elemento, pájaro, ángel, santo, piedra o ancestro.

Llámate a ti mismo de vuelta. Te encontrarás atrapado en rincones y pliegues de vergüenza, juicio y abuso humano.

Debes llamar de un modo en que tu espíritu quiera regresar.
Háblale como lo harías con un niño amado.

Dale la bienvenida a tu espíritu que vuelve de sus merodeos. Volverá en pedazos, en jirones. Reúnelos. Ellos estarán felices de ser hallados después de estar perdidos por tanto tiempo.

Tu espíritu necesitará dormir un poco después de ser bañado y recibir ropa limpia.

Ahora puedes hacer una fiesta. Invita a todos los que sabes que te aman y te apoyan. Guarda un espacio para aquellos que no tienen lugar a donde ir.

Haz un sorteo, y recuerda, mantén breves los discursos.

Luego, debes hacer esto: ayuda a la siguiente persona a encontrar su camino a través de la oscuridad.

© Joy Harjo. Conflict Resolution From Holy Beings. W. W. Norton & Company, 2017.


Conejo está haciendo trucos

En un mundo muy anterior a este, había suficiente para
cada quien.
Hasta que alguien se salió de la norma.
Oímos que fue Conejo, jugando con la arcilla y
el viento.
Todo el mundo estaba cansado de sus trucos y nadie quería
jugar con él;
Estaba solo en este mundo.
Así que Conejo pensó en hacer una persona.
Y cuando sopló en la boca de esa cruda figura para ver
qué pasaría,
el hombre de barro se levantó.
Conejo le mostró al hombre de barro cómo robar una gallina.
El hombre de barro obedeció.
Entonces Conejo le mostró cómo robar maíz.
El hombre de barro obedeció.
Luego le mostró cómo robar la esposa de alguien más.
El hombre de barro obedeció.
Conejo se sintió importante y poderoso.
El hombre de barro se sintió importante y poderoso.
Y una vez que el hombre de barro comenzó no pudo parar.
Una vez que tomó esa gallina quiso todas las gallinas.
Y una vez que tomó ese maíz quiso todo el maíz.
Y una vez que tomó a esa esposa quiso a todas las esposas.
Era insaciable.
Luego probó el oro y quiso todo el oro.
Luego fue la tierra y todo lo que veía.
Su deseo solo lo hacía querer más.
Pronto fueron los países, y luego fue el comercio.
Su deseo infectó a la tierra.
Perdimos la pista del propósito y la razón de la vida.
Empezamos a olvidar nuestras canciones. Olvidamos nuestras historias.
Ya no podíamos ver ni escuchar a nuestros ancestros,
o hablar entre nosotros sentados a la mesa de la cocina.
Los bosques estaban siendo talados en todo el mundo.
Y Conejo no tenía un lugar para jugar.
El truco de Conejo había fracasado.
Conejo intentó llamar devuelta al hombre de barro.
Pero cuando el hombre de barro no le escuchaba
Conejo se dio cuenta de que había hecho un hombre de barro sin orejas.

© Joy Harjo. Conflict Resolution From Holy Beings. W. W. Norton & Company, 2017.


En místico

Mi camino es una cruz de árboles en llamas,
encendidos por cuervos portando fuego en sus picos.
Les pido a los guardianes de estas tierras permiso para entrar.
Soy un visitante de esta historia.
Ya nadie recuerda preguntar, responden.
¿Qué espero en esta ciudad portuaria de Nueva Inglaterra, cerca del
       lugar de nacimiento de la democracia,
donde yo soy un fantasma?
Incluso un casino no puede hacer real al indio.
¿O debería decir “nativo”, “salvaje” o “demonio”?
¿Y con qué lenguaje de intercambio?
Estoy intercambiando una mirada hacia el pasado por un peligro.
Estoy de acuerdo con los antiguos mapas europeos.
Hay monstruos más allá de la imaginación que recorren las aguas.
Los determinados barcos del puritano sí se cayeron por el precipicio del mundo…
Estoy feliz de oler el mar,
de caminar por las calles estrechas y sinuosas de tiendas y restaurantes, de deleitarme en compañía de amigos, árboles y pequeños
     vientos.
Preferiría no hablar con la historia, pero la historia vino a mí.
Estaba oscuro antes del amanecer cuando se encendió el fuego.
Los hombres salieron de cacería desde el pueblo de Pequot donde yo
      estoy parada.
Las mujeres y los niños que quedaron fueron incendiados.
No quiero saber esto, pero mis vísceras conocen el lenguaje
      del derramamiento de sangre.
Más de seiscientos fueron asesinados con el fin de establecer un hogar para el pueblo de Dios, graznaban los líderes puritanos en sus sermones dominicales.
Y luego la historia se esfumó en una traición de humo.
Todavía hay quemas aunque vivamos en una democracia erigida
sobre cementerios.
Esto me fue dado para decir.
Cada poema es un esfuerzo en la ceremonia.
Yo pedí una forma de entrar.

(Para Pam Uschuk) 31 de octubre de 2009
© Joy Harjo. Conflict Resolution From Holy Beings. W. W. Norton & Company, 2017.


Una vez el mundo fue perfecto

Una vez el mundo fue perfecto, y éramos felices en ese mundo.
Luego lo dimos por sentado.
El descontento inició un ligero retumbar en la mente telúrica.
Y la Duda se abrió paso con su punta filosa.
Una vez que la Duda rompió la red,
A través de ella saltaron
Todo tipo de pensamientos malignos —
Destruimos el mundo que nos habían dado
Para inspirarnos, para vivir.
Cada piedra de la envidia, cada piedra
Del miedo, la codicia, los celos y el odio, extinguió la luz.
Nadie estaba sin una piedra en su mano.
Y allí estábamos
De vuelta a donde habíamos empezado.
Chocando unos con otros
En la oscuridad.
Y como no sabíamos cómo convivir,
Ahora no teníamos dónde existir.
Entonces uno de los que tambaleaban se compadeció de otro
Y compartió una manta.
Una chispa de bondad hizo una luz.
La luz hizo una abertura en la oscuridad.
Todos trabajaron juntos para hacer una escalera.
Primero, una persona del Clan del Viento escaló hasta el mundo ulterior,
Y luego los otros clanes, los hijos de esos clanes, sus hijos,
Y sus hijos, todo el camino a través del tiempo —
Hasta este momento, en la luz de esta mañana hacia ti.

© Joy Harjo. Conflict Resolution From Holy Beings. W. W. Norton & Company, 2017.


Hablando con el sol

Yo creo en el sol.
El sol me da claridad entre la maraña de fracasos humanos por el miedo, la codicia y el olvido.
Cuando los exploradores se toparon por primera vez con mi gente, nos llamaron paganos, adoradores del sol.
No entendieron que el sol es nuestro pariente, e
ilumina nuestro camino en esta tierra.

Después de bailar toda la noche en círculo, uno se da cuenta de que somos parte de una experiencia más amplia de planetas y de estrellas bailando con nosotros en lo alto.
Cuando el sol sale en el clímax de la ceremonia, nos renueva.
No hay error en esta conexión, aunque Walmart esté a solo unas cuadras.
Los humanos somos vulnerables y dependemos de las bondades de la tierra y el sol; Existimos juntos en un horizonte sagrado de significado.

Nuestra tierra está cambiando. Todos podemos verlo.
Escucho de mis hermanos Inuit y Yupik en el norte que
todo ha cambiado. Hace tanto calor; no hay suficiente
invierno.
Los animales están confundidos. El hielo se está derritiendo.
Los físicos cuánticos tienen razón; ellos están empezando a pensar como indígenas: en un nivel íntimo todo está conectado dinámicamente.
Cuando tú recuerdas esto, entonces el desequilibrio actual de la tierra tiene sentido. ¿Cuánto más petróleo se puede drenar,
Sin reemplazarlo; sin reciprocidad?

De una habitación de hotel justo al lado de Times Square salí al amanecer en busca del sol.
Era la cuarta mañana desde el nacimiento de mi cuarta nieta.
Esta era la mañana en que debía presentarla al sol, como pariente, como una de nosotras. Todavía estaba oscuro, nublado mientras atravesaba la plaza.
Me paré debajo de ese tótem del siglo veintiuno hecho de símbolos de corporaciones multinacionales, destellos y neón.

El sol se levantó sobre la ciudad, pero no pude verlo en medio de la lluvia.
Aunque no estaba en casa, abrigué a la bebé para llevarla afuera,
Cargué a esta recién nacida entre la cuna de mi corazón.
La levanté y la presenté al sol para que fuera reconocida como familia.
Así ella no olvidará esta conexión, esta promesa, y todos recordaremos lo sagrado de la vida.

© Joy Harjo. Conflict Resolution From Holy Beings. W. W. Norton & Company, 2017.


Reloj suicida

1.
Estaba en un tren que paraba esporádicamente en puestos de control.
¿De qué tribu eres, de qué nación, de qué raza, de qué sexo, de qué alma indigna?

2.
No podía dormir, porque no podía despertarme.
Ningún espejo podía devolverme lo que quería.

3.
Me dieron una droga para ayudarme a dormir.
Luego otra droga para despertar.
Luego me dieron una droga para hacerme feliz.
Todas me pusieron más triste.

4.
La muerte se arriesgará con cualquiera.
Hay muchos tontos aquí abajo que creen que van a ganar.

5.
Ya sabes, dijo mi maestro, puedes continuar revolcándote o
Puedes pararte aquí a mi lado, en este rayo de sol, y ver la batalla.

6.
Me senté frente a una chica cuya enfermedad quería saltar sobre mí.
¡No! Dije, pero no en voz alta.
Me habrían tomado por loca.

7.
Siempre nos convertiremos en aquellos que hemos juzgado o condenado.

8.
Esto no es mío. Pertenece a los soldados que violaron a las jóvenes en el Camino de las Lágrimas. Pertenece a Andrew Jackson. * Pertenece a los misioneros. Pertenece a los ladrones de nuestra lengua. Pertenece a la Oficina de Asuntos Indígenas. Esto ya no me pertenece.

9.
Me fascinó la danza de las libélulas sobre el río.
Me encontré por primera vez allí.

© Joy Harjo. Conflict Resolution From Holy Beings. W. W. Norton & Company, 2017.

* El Camino de las Lágrimas (The Trail of Tears) es la ruta que tomaron las comunidades indígenas del sureste de los Estados Unidos hacia Oklahoma, desplazadas forzadamente en pleno invierno por la avaricia de los gobernantes de ese país durante las décadas de 1830 y 1850, especialmente los presidentes Andrew Jackson y Martin Van Buren. Miles de mujeres, niños y abuelos Cherokee, Muskogee, Seminole, Chicksaw y Choctaw murieron de hambre y frío en este éxodo. Hasta el día de hoy, este camino se recuerda y se venera.



Tú puedes cambiar la historia, me dijo mi espíritu mientras me sentaba cerca al mar

Para Sharon Oard Warner y DG Nanouk Okpik

Estoy en una aldea arriba, al norte, en las tierras conocidas hoy como “Alaska”. Estos lugares tenían sus propios nombres mucho antes que el inglés, el ruso o cualquier otro idioma comercial fuera impuesto políticamente.

Era en los momentos en que las personas soñaban y pensaban juntas como un solo ser. Eso no significa que no hubiera individuos. En esos tiempos, las personas eran más individuales en su personalidad que ahora en su afirmación común de individualidad: una persona mantenía su residencia en la luna incluso mientras vivía en la aldea. Otro era un hombre que se vestía y vivía como una mujer y era conocido como la mejor costurera.

He viajado a este pueblo con un amigo cercano que también es pariente lejano. Nosotros estamos relacionados con casi todo el mundo por matrimonio, clan o sangre.

La primera noche después de nuestra llegada, una mujer es brutalmente asesinada en el pueblo. Un asesinato no es común. La maldad del hecho pone en riesgo a toda la aldea. Debe tratarse de inmediato para que la turbulencia no deje receptivas a las personas receptivas a mayor maldad.

Debido a que mi amigo y yo somos la causa más obvia, se decide que debemos ser asesinados para satisfacer la muerte de la mujer y garantizar que el pueblo continúe de manera armoniosa. Nadie nos dice que vamos a morir. Lo sabemos; mis huesos lo saben. Es desafortunado, pero así es como deben ser las cosas.

A la mañana siguiente, mi amigo y yo hemos caminado desde el pueblo ayudando a reunir a la gente, cuando escuchamos al comité de asesinatos venir por nosotros. Puedo oírlos detrás con sus herramientas y piedras, con el bramido psíquico de su propósito. Sé que nos van a matar. Agradezco al cuerpo que ha sido mi traje en este viaje. Me ha servido bien como protección y gozo. Escucho -sigo escuchando- el crujido de los huesos cuando la mafia, encargada de hacer este trabajo, nos golpea violentamente. No es personal para la mayoría de ellos. Unos pocos obtienen placer.
Siento la confusa y terrible protesta de mi cuerpo, luego mi Espíritu se distancia de la escena y observa brevemente antes de dar la vuelta hacia el mar.

Me demoro sobre el mar, y el ayudante de mi alma, quien ha atravesado conmigo las historias de mi ser, me dice: “Puedes regresar y cambiar la historia”.

Mi primer pensamiento fue: ¿Por qué querría hacer eso? Estoy libre de las necesidades de la existencia terrenal. Puedo moverme como el viento y el agua. Pero entonces, como soy humana, no un pájaro o una ballena, me vi obligada.
¿Qué quieres decir con “cambiar la historia”?
Y ahí estoy de vuelta en el traje de mi cuerpo, afuera del pueblo. Regreso al momento entre el asesinato de la mujer y mi muerte segura por retribución.

“Ahora, ¿qué se supone que debo hacer?”, pregunto a mi Espíritu. No puedo ver otra forma de proceder en esta historia.

Mi Espíritu responde: “Tú sabes qué hacer. Mira y verás la historia”.

Y entonces estoy sola con el mar y el cielo. Entrego mi pensamiento al tiempo y lo dejo irse a jugar.

Es ahí cuando lo veo. Veo a un hombre en el pueblo acosando a una mujer. Ella no está interesada en él, pero él no la dejará ir. La acecha como si acechara a una morsa. Él es el mejor cazador de morsas del pueblo. Él la acecha hasta su casa, y cuando no hay nadie más allí, la ata como si fuera una morsa, la asesina y arrastra su cuerpo desde su casa hasta el mar. Puedo ver el rastro de sangre tras de ellos. Puedo ver sus huellas sangrientas cuando regresa solo al pueblo.

Ahora estoy en la aldea con mi amigo. La gente se está reuniendo y hablan sobre el asesinato. Puedo sentir sus intenciones hacia nosotros. Me pongo de pie con un tambor en la mano. Digo:
“Tengo una historia que quiero contarles”.

Y entonces ahí empiezo a tocar el tambor y a bailar acompañando la historia. Es agradable, y la gente quiere escuchar más.
Ellos quieren escuchar qué clase de historia traigo de mi pueblo.
Canto, bailo y cuento la historia de un cazador de morsas. Él es el mejor cazador de morsas de un pueblo.

Canto sobre su relación con las morsas y cómo ha alimentado a su gente. Y lo hábil que es cuando camina adentro sobre el hielo para llamar a la morsa.

Y luego cuento la historia del asesinato de una morsa que es como una mujer. Hablo de las cualidades de la mujer, a quien el hombre ve como una morsa. En ese punto, la historia tiene su propio espíritu y quiere vivir. Baila y canta y respira. Me sorprende con lo que sabe.

Con el último paso, el último golpe del tambor, el asesino se pone de pie, como si fuera a huir de la reunión. Las personas giran al tiempo y lo ven. Todos ven que él ha matado a la mujer, y es su vida la que debe ser tomada para satisfacer el asesinato.

Cuando regreso al presente del tiempo terrestre, todavía puedo escuchar el canto.
Me levanto de mi cama y bailo y canto la historia.
Todavía está en mi lengua, mi cuerpo, como si hubiera vivido allí desde siempre,
aunque estoy en una ciudad con muchas corrientes de personas provenientes de lejanas partes del mundo.

Hacemos un revoltijo de historias. No soñamos juntos.

© Joy Harjo. Conflict Resolution From Holy Beings. W. W. Norton & Company, 2017.


Oraciones de la mañana

He extrañado al espíritu guardián
de Sangre de Cristos,
esas montañas
contra las cuales me destruí
cada mañana en que estuve enferma
amando y luchando
en esos pequeños años.
Durante esa temporada miré hacia
una concepción azul de la fe
una noción de lo sagrado en
la elegante frontera de cedros
que se convertían en montaña y en cielo.

Así nacimos al mundo:
El cielo se enamoró de la tierra, se engalanó de turquesa,
llegó galopando en un caballo negro.
La tierra se vistió fragante,
tomando en cuenta la estética de un romance sagrado.
Su amor adornó las montañas con el amanecer,
tejió los valles delicados con las aristas del atardecer.

Esta mañana miro hacia el este
y me siento solitaria por esas montañas.
Aunque le he dicho adiós a la niña
con sus urgentes oraciones de redención.

Yo solía ​​creer en una visión
que salvaría a la gente
que nos llevaría a todos a la cima de la montaña
durante la inundación
de la destrucción humana.

Ya no sé nada más
mientras pongo mis pies en el mundo ulterior
excepto esto:
la nada
es vasta e impresionante,
rebosa de detalles
de humeante café negro
cenizas de fogatas
las campanas en los yaks o las ovejas
sirenas que se inclinan a través de un diluvio
de humanos
o de los muertos acarreados a través del fuego,
a través de la bruma del dulce pan
horneado y del respirar.

Así es como dejaremos este mundo:
en caballos de amaneceres y atardeceres
desde la sombra de las montañas
quienes fueron testigos de cada batalla
de cada pequeña lucha.

Esta tierra es un poema

Esta tierra es un poema de arena quemada y ocre que yo nunca podría escribir, a menos que el papel fuera el sacramento del cielo, y la tinta la línea interrumpida de caballos salvajes escalonando el horizonte a varias millas de distancia. Incluso entonces, ¿alguna cosa escrita le ha importado alguna vez a la tierra, al viento y al cielo?

Todo lo que importa

Todo lo que importa está aquí. Cualquier cosa que siga importando
en los próximos miles de años seguirá estando aquí.
Acercándose en la distancia está la niña que eras hace algunos años.
Mírala riendo mientras persigue a una mariposa blanca.

No molestes al espíritu

No molestes a la espíritu guardián de la tierra que vive aquí. Ella está trabajando en una historia. Es la historia más antigua del mundo y es delicada, cambiante. Si te ve mirándola te invitará a tomar un café, te dará pan caliente, y estarás obligado a quedarte y a escuchar. Pero esta no es cualquier historia. Tendrás que soportar terremotos, rayos, la muerte de todos los que amas, la belleza más deslumbrante. Su historia es tan convincente que nunca querrás irte; así es como ella te atrapa. ¿Ves eses dedo de piedra allá? Ese es el único que alguna vez logró escapar.


Fuego

una mujer no puede sobrevivir
por su propio aliento
                   sola
ella debe conocer
las voces de las montañas
ella debe reconocer
la eternidad del cielo azul
ella debe fluir
con los cuerpos
esquivos
de los vientos nocturnos
quienes la llevarán
hacia sí misma

mírame
no soy una mujer aislada
soy una continuación
del cielo azul
soy la garganta
de las montañas
un viento nocturno
que quema
con cada aliento
que toma

© Joy Harjo. What Moon Drove Me to This? 1980


MÁS SOBRE LA OBRA DE JOY HARJO

Sitio oficial

Festival Internacional de Poesía de MedellínV

“Este es mi corazón” (video)

LOS TRADUCTORES

Andrea Echeverría

Andrea Echeverría es profesora asistente en Wake Forest University. Es autora de un libro sobre migración e identidad en la poesía de dos escritores peruanos titulado El despertar de los awquis: migración y utopía en la poesía de Boris Espezúa y Gloria Mendoza (Paracaídas Editores & UNMSM, 2016), así como de varios artículos de investigación acerca del papel del ritual y la memoria en la poesía mapuche contemporánea. Actualmente escribe un libro que estudia la poesía y el arte visual de autores y artistas mapuche contemporáneos.

Juan G. Sánchez Martínez

Juan G. Sánchez Martínez nació en Bakatá, en los Andes colombianos. Dedica su escritura creativa y académica a las expresiones culturales de los pueblos indígenas y a sus modos de estar en el mundo. Su libro de poesía, Altamar, fue galardonado en 2016 con el Premio Nacional de la Universidad de Antioquia en Colombia.

Altamar es un homenaje a las abuelas y los abuelos, activistas y escritores que han protegido con sus propias vidas el agua pura de sus territorios. Actualmente es profesor asistente en los departamentos de Lenguas y Literaturas, y Estudios Indígenas en la Universidad de Carolina del Norte Asheville.

Jeisson Castillo: arte, territorio y espiritualidad

Jeisson Castillo (Maestro en Artes Visuales, Universidad Javeriana, Bogotá) es un joven pintor, fotógrafo y realizador audiovisual cuyo trabajo se centra en las comunidades campesinas e indígenas de Colombia. Como parte de diversos proyectos encargados por el gobierno y organizaciones no gubernamentales, ha viajado extensamente en áreas rurales, incluyendo toda la cuenca amazónica de Colombia, donde se ha sumergido en el conocimiento tradicional y la sabiduría ancestral de muchos pueblos indígenas en riesgo de extinción física y cultural.

Su producción visual ha sido expuesta en Colombia, Cuba, Ecuador, Egipto, Alemania, Francia, Brasil, Noruega y Estados Unidos. En la actualidad Jeisson combina la ilustración, la pintura, el performance, el video y la investigación antropológica en su práctica artística. Su trabajo más reciente explora particularmente el uso de plantas y entidades sagradas para dotar sus imágenes de espíritu.

En palabras del autor: “Mi trabajo es un ejercicio de búsqueda, de viaje y aprendizaje. Primero siempre hay que recorrer el territorio, reconocer y recordar junto a los abuelos y sabedores; es en este momento donde recibo instrucción, tareas, a veces conceptualmente que debo abordar, a veces imágenes concretas para hacer, acciones y ritos. Después viene la elaboración de las obras, esta es siempre una inmersión; mi arte es vivencial, por lo que todo lo que sucede en la cotidianidad tiene un efecto en las piezas en desarrollo.

Formalmente en la pintura procuro mestizar materialidades, de mi herencia occidental los minerales del óleo, la trementina, el lienzo; de mi herencia indígena y africana las plantas sagradas: tabaco, yagé, borrachero…así como el cuarzo, la tierra y los sahumerios. A través de la experimentación he encontrado que estos materiales me permiten ligar las pinturas al espíritu particular de las personas, entidades, plantas y territorios que retrato”.

MÁS SOBRE JEISSON CASTILLO

Los viajes de Junimaré, un video

Página del artista

Yana Lucila Lema: 6 poemas de Tamyawan Shamukupani / Con la lluvia estoy viviendo

La poeta

Yana Lucila Lema (1974) es comunicadora social con especialidad en televisión de la Universidad Central del Ecuador. También estudió Creación Literaria e hizo una Maestría en Ciencias Sociales con mención en Asuntos Indígenas en FLACSO. Obtuvo un diplomado en Periodismo Audiovisual en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí en Cuba. Ha colaborado en organizaciones indígenas como la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE), La Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonia Ecuatoriana (CONFENIAE) y La Confederación de pueblos de la Nacionalidad Kichwa del Ecuador (ECUARUNARI).


En su trabajo con la CONAIE realizó varios vídeos sobre el fortalecimiento de la identidad cultural de los pueblos y nacionalidades indígenas; uno de ellos, referente a la medicina tradicional, el cual fue ganador en el Festival de Cine y Vídeo de la Primeras Naciones de Abya Yala. Fue presentadora del noticiero en lengua kichwa, KICHWAPI, durante seis años y medio, en el canal nacional RTS. Como escritora, ha participado en el encuentro Internacional de Comunicadores Indígenas y de Escritores en Lenguas Indígenas (UNAM), el encuentro de la Asociación de Escritores en Lengua Indígena de México, y los Festivales de Poesía de Medellín y Bogotá (Colombia), entre otros. Su poesía ha sido incluida en el libro Las palabras pueden: Los escritores y la infancia (UNICEF), en la antología poética de los pueblos y las nacionalidades indígenas del Ecuador Ñaupa pachamanta purik rimaykuna / Antiguas palabras andantes (Casa de la Ecuatoriana 2016), y en el número especial de la revista Diálogo, “Los cinco puntos cardinales en la literatura indígena contemporánea” (DePaul University 2016). Actualmente trabaja como profesora en la Universidad de la Artes en Guayaquil.

Tamyawan Shamakupani es la primera colección de poesía quichua por Yana Lucila Lema. Su poesía es íntima, sensual y está conectada con su herencia Otavaleña y con el cosmos en general. Ella escribe con pocas palabras, como si le estuviera hablando a alguien, usualmente a una persona que ama. Su voz es una voz nueva en la poesía quichua, pues va más allá de la retórica común. Los poemas fueron traducidos desde la versión original en quichua, así que la versión en inglés puede ser un poco diferente de la traducción al español por la autora. También dividimos las stanzas para permitir que las líneas fluyan simbólicamente de una forma no lineal. Si el traductor conoce la lengua nativa, esta es la manera acertada de acercarse al texto, de tal forma que los matices no se pierden en la lengua intermedia. Gracias a Robert Roth, director de And Then Magazine, por leer y revisar esta maravillosa obra de poesía. (Por Fredy A. Roncalla)

Tamyawan Shamukupani / Con la lluvia estoy viviendo

1

chay lusiru kimirimukunmi
kintikunapash ña pawanakunmi

pakchata yallik ñuka shunkupash wakakunmi

chay kanpa shimiwan allpata mutyachishami

wayrapash ñukanchikwan pukllachun sakishunlla

-ama manchaychu

nachu urkukunapash kuyarinmi

nishpami ñuka mamaka- nin

1

aquel lucero se aproxima
aletean los colibríes

más que la cascada truena mi corazón

con esos tus labios regaré la tierra

que en nosotros juegue el viento

-no temas

no dice mi madre que hasta los montes se aman-

2

ñawpa mamakunapa makikunapi
katik wawakunapa makikunapi

uchilla ninakunashinami
puka mullukunapash

cuentakunapash punchalla rikurinakun

inti llukshinkakaman
inti washakunkakaman tushunka

shunku kushikuchun
kutinpash pukuchiyta ushankapak

2

en las manos de las mujeres antiguas
en las manos de las mujeres jóvenes

como pequeños soles brillan los mullos rojos
y las cuentas de plata

hasta que el sol salga

hasta que el sol se oculte danzarán

para alegrar los corazones
para hacer florecer otra vez

3

kunanka ñukawan
ñuka ñawi rikuypi tiyakuy

kanpa maki awayta rikukusha
nachu hawapachapi nina puchkakunapash watarinakun

nachu paykunallatak uchilla ninakunata
ñukanchik shunkukunatapash watachishka

3

quédate conmigo hoy
en mis ojos

miraré tus manos enredar los hilos
así como se atan arriba los hilos universales

que han amarrado los pequeños soles
y nuestros caminos

4

kayna puncha
kayna chishi

kayna tuta

ñuka shuti kanpa shimipi
kanpa llakta ñuka ñawipi

ñawpa ñawpa punchakuna purishkami kashka

ñukanchik makikunapi hapirishka munay
ñukanchik llaktakunamanta makanakushpa puriwan paktay

chay puncha
chay chishi

chay tuta

kanpa shuti ñuka shimipi
ñuka llakta kanpa ñawipi

ñawpa punchakuna purishkami kashka

chiri wayra chawpipi ukllariy
aycha ukupi chay tukuy makanakuykunawan paktay

kunan puncha
kunan chishi

kunan tuta charichishkaka

ñuka llaktapi kan chulunlla
kanpa llaktapi ñuka chulunlla

kunan kunan purishkami kan

uchilla ninakunalla tutapi
shuk makanakuykunapash ñukanchikta tarimushkami

kanta ñukata ñukanchikpa chikan llaktakunapi

4

ese día de ayer
esa tarde de ayer

y la noche que nos sostuvo

con mi nombre en tu boca
y tu tierra en mis ojos

tienen una historia antigua

una ternura que se quedó en nuestras manos
junto con las luchas que emprendimos con nuestros pueblos

ese día
esa tarde

y la noche que nos sostuvo ayer

con tu nombre en mi boca
y mi tierra en tus ojos

tiene una historia menos antigua

un abrazo que se quedó en el viento frío
junto a las luchas de todo lo que llevábamos de la piel para adentro

este día
esta tarde

y la noche que nos sostiene aún

con tu silencio en mi tierra
y en tu tierra mi silencio

tiene una historia menos menos antigua

una noche de soles diminutos
que nos vino junto a todas las luchas

que nos esperan a cada uno en su suelo

5

kan ñuka suni akchata llampuchishkata yarinirakmi

ñuka rinripi

kanpa uchilla wankarpash wakakunrakmi

5

tengo tus manos ahogando mis cabellos

y en mis oídos

el canto de tu pequeño tambor

6

suni akchayuk
raymi kushma churakushka mamakulla

chishikunapi kanta shuyanchik

—ñanta mañachiychik yallipasha— nishpa purimuy
—yallipay mama yallipay— nishpa chaskishunmi

wawakunaman kushikuyta
kanpa mishki shimita apamupay

imashina sisakuna pukuchun tamyata shuyanchik

shina kantapash shuyanchikmi

shamuy sumak tullpukunayuk

kawsak rumikunayuk mamakulla

6

señora de larga cabellera
vestida de fiesta

te esperamos al caer la tarde

ven diciendo

—pasando estoy por su camino—
—pase señora pase por este nuestro camino— te diremos

trae tu sonrisa de miel
trae a los guaguas* tu palabra dulce

ven como viene el aguacero a dejarnos las flores

ven dueña de hermosos colores

y de piedras que tienen memoria

*Guaguas es una palabra proveniente del quichua que significa infante.

Más sobre Yana Lucila Lema:

El traductor

Fredy A Roncalla nació en Chalhuanca, Apurímac, Perú, en 1953.  Tiene estudios de lingüística y literatura, además de una amplia trayectoria en Estudios Andinos, con especial énfasis en sus aspectos estéticos. Es también artesano que trabaja con materiales reciclados. Ha publicado poesía y ensayos en diversos medios impresos y digitales.

Es autor de: Canto de pájaro o invocación a la palabra (Buffon Press, 1984); Escritos Mitimaes: hacia una poética andina postmoderna (Barro Editorial Press, 1998); Hawansuyo Ukun words (Hawansuyo/Pakarina Ediciones, 2015); y Revelación en la senda del manzanar: Homenaje a Juan Ramírez Ruiz (Hawansuyo/ Pakarina, 2016). Está preparando Llapan llaqtan: narrativa y poesía trilingüe. Sus proyectos trans-andinos en el ayllu virtual: Hawansuyo Peruvian Bookstore, Churoncalla.com, y Hawansuyo.com

Chonon Bensho, Ucayali, Perú

por Chonon Bensho y Pedro FavaroN

Artista indígena del pueblo shipibo-konibo (Comunidad Nativa de Santa Clara de Yarinacocha, región Ucayali, Perú), descendiente de sabios médicos tradicionales Onanya y de mujeres que han conservado las tradiciones artesanales y artísticas de sus ancestros. Fue criada en un ambiente tradicional, en su propia lengua, y curada con las plantas medicinales que utilizan las personas que quieren llegar a ser maestras de los diseños kené, una expresión artística propia de los pueblos indígenas de la familia lingüística pano. En estos patrones geométricos se expresa la visión filosófica y espiritual de las naciones indígenas que tiende siempre a la búsqueda de la belleza y del equilibrio; el arte del kené da cuenta de la profunda relación de los seres humanos con el territorio ancestral y con los mundos espirituales.

Además de que el conocimiento de estos diseños fue transmitido a Chonon Bensho desde niña, ella realizó una investigación académica sobre estos, la cual presentó como tesis para obtener su licenciatura. Ella estudió en la Escuela de Formación Artística Eduardo Meza Saravia, en el distrito de Yarinacocha, de la que se graduó en diciembre de 2018 con el título de Artista Profesional.

Chonon Bensho desarrolla una obra en la que convergen de manera armónica las técnicas del arte académico con la herencia de los antiguos artistas shipibos. Se trata de un arte indígena moderno e intercultural, vibrante y contemporáneo, pero que al mismo tiempo se eleva a lo trascendente y atemporal mediante un lenguaje simbólico y arquetípico. Sin rechazar los aporte occidentales, la pintura de Chonon se enraíza en los relatos ancestrales del pueblo shipibo-konibo, en las prácticas y plantas de los médicos tradicionales, y en el mundo perfumado de los espíritus Dueños de la medicina.   

Trabajos Bordados

Maya Kené

Los diseños kené son símbolo de identidad del pueblo shipibo. Existen diferentes tipos de kené. Cuando los diseños han sido bordados sobre tela, como en el caso de este trabajo, son llamados kewé. En el centro de este cuadro se ha bordado un diseño maya kené, que significa “diseño circular” o “diseño que avanza girando”. Es semejante a los cantos medicinales, los rao bewá, que según los médicos Onanya siempre avanzan dando vueltas (“maya maya bainkin”, se dice algunas veces en la fórmula poética de los cantos); la medicina circula y el médico es un instrumento mediante el cual la fuerza curativa de las plantas y del mundo espiritual se materializa y se hace efectiva. También el trazado circular del maya kené se asemeja al movimiento de los ríos amazónicos y sus prolongados meandros. Para los antiguos, los ríos eran sus principales vías de comunicación; en sus canoas navegaban para internarse en el monte a conseguir sus medicinas, para pescar en las aguas, para visitar a los parientes. El maya kené, entonces, y al igual que el río, es símbolo de lo que mantiene al pueblo unido entre sí e indesligable del resto de la vida.

El maya kené en este cuadro es trazado con un bordado ancho que se conoce como kano, palabra que puede ser traducida (con cierta libertad poética) como “conexión”, trazo principal que vincula lo diverso. En la arquitectura ancestral del pueblo shipibo, con la palabra kano se designa al armazón de la casa, lo que centra y soporta al resto de la estructura. En el caso de este trabajo, el maya kené es lo que sostiene la composición desde el centro, ya que el centro es fuente de vida y raíz que permite el equilibrio; el ser humano no pude vivir de forma armónica y evitando los excesos, si no conoce su propio centro físico (yora), emocional (shina) y espiritual (kaya), si ignora su lugar en el mundo. El equilibrio, según las concepciones ancestrales heredadas por Chonon, nace de la complementación de los diferentes; por eso en este trabajo la simetría se consigue mediante una suerte de tensión armónica entre opuestos complementarios (el hombre y la mujer, el lago y el terreno de altura en el que viven los seres humanos, entre el movimiento horizontal de los peces y el crecimiento vertical de los árboles, entre el sol y la luna).

Al mismo tiempo, en el trabajo se propone una inclinación ascendente de todo el diseño, que va desde el mundo del agua (jene nete), pasando por nuestro mundo (non nete), hasta alcanzar el mundo superior (nai nete), el mundo del cielo. En el cielo también se da el diálogo complementario entre el sol y la luna. Y en medio de los dos astros, se incorporan tres triángulos equiláteros que sugieren un recorrido visual vertical; este desplazamiento corresponde con las antiguas enseñanzas según las cuales el ser humano se realiza y se vuelve un ser pleno solo si llega a ser un puente entre la tierra y el cielo, como sucede con los médicos Onanya, quienes promueven el vínculo de lo visible con lo invisible, de los sensible con los supra-sensible, de los espíritus Dueños de la medicina con el ser humano.

Es evidente, además, que estos tres triángulos son cercanos a la simbología cristiana de la trinidad del Padre, el Hijo y el Espíritu. Este trío de triángulos como símbolo trata de aproximarnos a la indecible presencia de Dios, del Gran Espíritu, ese centro invisible y trascendente que anima la existencia visible. Para Chonon no hay contradicción en combinar con liberalidad los diseños inspirados en los antiguos shipibos y la simbología cristiana; a diferencia del pensamiento académico moderno, que gusta de las catalogaciones excluyentes, el pensamiento indígena es inclusivo, incorporando sincréticamente distintos elementos sin sentirse amenazado o contradictorio. Pero se trata de un cristianismo indígena, que respeta la vida de las plantas y a los seres invisibles Chaikonibo, que son los antepasados del pueblo indígena y nos enseñan toda sabiduría.

El diseño principal está rodeado por diseños beshe kené, que significan “diseños menores”. Estos diseños van a la orilla o pie del diseño principal, que se conoce en shipibo con el nombre de tae. Estos diseños menores no son meros adornos; además de su función decorativa, se trata de una propuesta estética ancestral que da cuenta de que toda la existencia tiene una vibración y un conocimiento espiritual, el cual se expresa en el kené, símbolo de la espiritualidad que anima a todos los seres.


Koros kené

Aunque la palabra koros parece ser un neologismo en lengua shipiba proveniente del término castellano “cruz”, este símbolo kené en forma de cruz es muy anterior a la llegada de los occidentales al territorio amazónico. Parece ser cercano al símbolo de la chakana, el cual ha estado presente en distintas culturas indígenas de América desde tiempos imprecisables, desde la Patagonia hasta el norte de los Andes e incluso más allá. La interpretación más común del koros kené suele asociarlo a la festividad del ani xeati. Se trataba de una celebración tradicional que se llevaba a cabo, la mayor parte de las veces, cuando una adolescente ya iba quedando lista para casarse y se le practicaba la circuncisión. Llegaban parientes que vivían en lugares lejanos y eran recibidos con abundancia de alimentos y bebidas. En el centro de la explanada en la que se llevaba a cabo la celebración principal, se ponía una cruz shipiba. En la cruz se amarraban animales del monte, los cuales habían sido atrapados con vida para que los asistentes a la celebración les dispararan con arco y flecha durante el evento. Luego esos animales eran ingeridos de forma comunal, reforzando así los vínculos que unían a los parientes.

La simbología de la cruz como centro, como punto de encuentro, permite que también la entendamos como lugar de resolución de conflictos y de la complementación. Los encuentros entre los diferentes algunas veces son amistosos y festivos; otros, en cambio, pueden ser conflictivos, como cuando en la fiesta del ani xeati dos hombres decidían pelear. Sin embargo, no se trataba de destruir al oponente; el conflicto se resolvía cuando uno de los hombres hería al otro. Entonces, todas las ofensas del pasado eran olvidadas, y la paz y la cordialidad volvían a instalarse entre ellos. Se recuperaba así el equilibrio, la convivencia armónica y saludable, para que los conflictos internos no destruyan por completos los vínculos de parentesco y, de esa manera, la convivencia sea posible y alegre. Los pueblos indígenas tenían sus propias maneras de resolver sus conflictos y de salvaguardar la vida en común.

Desde una lectura horizontal y geográfica, el centro de la cruz parece marcar el lugar de convergencia del pueblo, de los familiares, non kaybobo, los cuales visitaban el lugar donde se llevaba el ani xeati desde todos los rincones de la región, desde las cuatro direcciones sagradas o punto cardinales. Desde una lectura vertical, en cambio, la cruz parece señalar la complementación de la izquierda y la derecha, de lo alto con lo bajo. Como la mayoría de diseños kené, el koros kené simboliza la enseñanza antigua acerca de la necesidad de complementarnos y vivir en equilibrio: nuestros dos ojos se complementan, nuestras dos manos se complementan, el hombre y la mujer se complementan, nuestro mundo se complementa con el mundo de los espíritus.

En el caso específico de este trabajo, la cruz es símbolo de la complementación que debe existir entre los seres humanos y los demás seres vivos del territorio. Por eso, la parte inferior del kené simboliza a los peces y habitantes del mundo del agua, jene nete. En el lado izquierdo de la cruz, se ha pintado a un ronsoco, uno de los animales de monte cuya carne ha sido parte de la dieta regular de los pueblos amazónicos, y que pertenece a los seres de cuatro patas que caminan por el bosque. En el lado derecho se ha pintado una garza, pájaro pescador con poblaciones abundantes en los ríos y lagos amazónicos, que pertenece al mundo de las aves o seres alados. En la parte superior de la cruz aparece el hombre navegando en su canoa, la cual le permite entrar en contacto con los diferentes seres de nuestro territorio ancestral. El conjunto de este diseño koros es símbolo de los vínculos indesligables que relacionan a todos los seres vivos y entre los que debe existir siempre un equilibrio. La enseñanza antigua es contraria a la práctica del mundo moderno, que no respeta la vida del resto de seres y piensa que puede extraer del territorio todo aquello que desee. La codicia de la modernidad capitalista rompe con el equilibrio saludable que los antiguos supieron mantener con el territorio.


   

Nane

El fruto del huito recibe el nombre shipibo de nane y se trata de una planta con especial importancia para la etnobotánica indígena. El jugo hervido del fruto produce un tinte que se torna azul oscuro al contacto con la piel y con el oxígeno de la atmósfera. Con este tinte los hombres y mujeres realizaban diseños en sus rostros para asistir a las celebraciones, que daban cuenta de la pertenencia familiar; es decir, el huito era un fruto principal para la construcción simbólica de la identidad y el fortalecimiento de las relaciones. Antiguamente, algunas personas cubrían todo su cuerpo con el tinte del huito para no ser quemados por el sol y en la actualidad sigue siendo usado por los hombres y mujeres para teñir el cabello. Este cuadro de Chonon da cuenta de la importancia del huito para el pueblo shipibo-konibo al ponerlo en el centro de la imagen.

Se ha realizado un trabajo bordado en el que coinciden de forma complementaria los diseños geométricos tradicionales kené con elementos figurativos propios del arte moderno. Las hojas que aparecen en el suelo de la imagen tienen diseños kené en su interior, dando a entender que el kené, antes que creación humana, es una suerte de ordenamiento primigenio de la naturaleza, de la presencia de la vida y de la fuerza espiritual en todos los seres. Los seres humanos crean el kené a partir de una profunda contemplación de la naturaleza y de un diálogo con las plantas. Las hojas de este cuadro bordado son utilizadas por quienes quieren aprender del kené; si las usamos de la manera adecuada y las dietamos con respeto, pueden convertirnos en expertos diseñadores. Además, todo el aire del cuadro está cubierto con diseños, dando a entender que la atmósfera no es un lugar vacío, sino un espacio energético, material y espiritual, que nos envuelve y posibilita la vida, como el abrazo de una madre.  


Pinturas en oleo

Jene ainbo

Nuestros abuelos contaban que al principio de los tiempos, cuando el mundo era nuevo, los antiguos shipibos se vestían pobremente. Su ropa no tenía nada especial, ninguna belleza, ninguna alegría. Hasta que un día una mujer encontró a una sirena en la orilla de un lago; y esa sirena era una joven hermosa que tenía todo el cuerpo cubierto con diseños kené. La mujer regresó a su casa y dibujó en el suelo de tierra los diseños que había contemplado en el cuerpo de la sirena. Desde entonces, los shipibos bordaron esos diseños en su ropa, los pintaron en sus telas y en las cerámicas, los tallaron en los horcones de sus casas y en los remos de sus canoas. Para nuestros abuelos, el diseño kené no fue un invento de los humanos, sino un regalo de los seres invisibles de las aguas, de aquellos que viven en el fondo de los lagos y ríos de nuestro territorio ancestral, en el mundo del agua, jene nete.

En este trabajo, Chonon Bensho ha pintado a la sirena que dio origen al kené. Esta pintura es una forma de conversar con el agua, reconociéndola como fuente de vida para los seres humanos, para los peces y las aves pescadoras, para las plantas medicinales y de sabiduría; pero el agua también es el hogar de los seres invisibles, quienes son los legítimos dueños de ese mundo. El ser humano no puede vivir bien sin agua limpia y no puede depredar sus recursos como si fuera el único dueño, pues los verdaderos dueños del mundo del agua son estos seres extraordinarios, jene jonibo, de gran pensamiento y conocimiento, a quienes se les debe el kené, símbolo inequívoco de la identidad cultural shipibo-konibo. Algunos espíritus del mundo del agua son grandes sabios que donan a los médicos Onanya del pueblo shipibo sus conocimientos medicinales, sus pensamientos elevados y una fuerza espiritual. El ser humano que ve a estos seres del mundo del agua y entabla una relación con ellos, llega a ser un médico visionario. En el cuadro, entre las aguas, aparecen también los rostros de los seres acuáticos que guardan esos grandes conocimientos.

El cuadro da cuenta de la importante presencia de las garzas de los ríos y lagos amazónicos en el imaginario del pueblo shipibo-konibo; estas aves, que reciben el nombre shipibo de manshan, son hábiles pescadoras y por ello los seres humanos observan sus comportamientos para aprender de sus técnicas y volverse también hábiles en la pesca. Existe incluso un árbol de nombre Manshanman kawati, que suele ser llamado, en el castellano regional, “Sacha Garza”, con el cual se prepara un vomitivo que limpia el cuerpo, quita la pereza y transforma a quien lo toma en buen pescador shipibo. La persona que dieta la corteza de este árbol establece un vínculo con el espíritu Dueño de las garzas para aprender de él sus habilidades pescadoras. Asimismo, este cuadro se ha inspirado en la vegetación que rodea los lagos amazónicos y también en las plantas flotantes; tanto el interior de las plantas ribereñas, así como las formas geométricas que vinculan a las plantas flotantes, evidencian que los diseños kené existen en la naturaleza, dando testimonio de las potestades medicinales y de la sabiduría de las plantas. El kené, entonces, proviene tanto de la contemplación de las formas geométricas de la propia naturaleza, como de una revelación brindada desde el mundo espiritual.


Kene rao numa

Con el nombre de rao se conoce a los distintos vegetales medicinales conocidos por la etnobotánica del pueblo shipibo-konibo desde tiempos ancestrales. Entre las plantas bajo la denominación de kené rao están aquellas utilizadas para aprender a hacer diseños kené y convertirse en hábiles artistas. En este cuadro, se han pintado tres diferentes tipos de kené rao: 1) en la parte inferior del cuadro, semejante a una hierba crecida, aparece la planta kené waste, cuya raíz se raspa con agua para producir un líquido que será usado en forma de gotas en los ojos; 2) asimismo, en la parte intermedia del cuadro, con la forma de una soga (nishi) con hojas, se ha pintado la planta ipon bekené, a la que se le extrae la clorofila para aplicarla en los ojos en forma de gotas; 3) la tercera planta pintada, semejante a un crotos, se llama kené samban, y se utiliza para hacer vaporizaciones en las manos. En estos dos últimos tipos de kené rao, las hojas de las plantas tienen bellos diseños semejantes a los kené e indicio de la sabiduría medicinal que guardan. Al utilizar estas plantas, las personas que las dietan sueñan con hombres y mujeres antiguos que les muestran bellos diseños kené.

Según el conocimiento espiritual y la metafísica vegetal del pueblo shipibo-konibo, las distintas plantas rao tiene Dueños espirituales que las regentan, conocidos en shipibo con el nombre de rao ibobo. Aunque estos seres extraordinarios no suelen ser visibles para los seres humanos en un estado ordinario de consciencia, se manifiestan en los sueños del dietador y en las visiones producidas por la ingesta de ayawaska, permitiendo que podamos aprender de ellos y recibir la transmisión de su fuerza y sabiduría. En este caso, la Dueña de las plantas rao ha sido pintada como una mujer antigua pero joven, de una gran belleza que parece atemporal. Aunque en el shipibo cotidiano a la mujer se le conoce con el nombre de ainbo, este cuadro lleva por título la palabra numa, que significa “paloma”, pues es la forma metafórica en la que los cantos poéticos de los antiguos shipibos llaman a la mujer. La Dueña del kené es de piel blanca porque vive en las zonas húmedas del bosque y el sol nunca da contra su cuerpo de forma directa. Tiene una bella corona mayti, collares de semillas y pechera, una blusa cotón y una panpanilla chitonti. Lleva también un tatuaje temporal con forma de kené en las mejillas, hecho con el tinte del fruto del huito. Ella se encuentra entre dos árboles: uno es el árbol de toé blanco, con sus hermosas flores en forma de campanilla, una medicina de gran sabiduría, y que ha sido pintado para señalar la relación del kené con el mundo medicinal y visionario; el otro árbol es el huito, cuyo fruto produce un tinte negro al contacto con la atmósfera y ha sido utilizado desde antiguo en el arte amazónico.   


samatai jonin nama

Para el pueblo shipibo-konibo, como para otras naciones indígenas del continente americano, el alma (kaya) se libera durante los sueños de los límites del cuerpo físico (yora) y puede acceder a otros mundos espirituales, en los que conversa con seres extraordinarios y obtiene todo tipo de conocimientos. Aunque todo ser humano sueña, los médicos Onanya son quienes lo hacen con más frecuencia, con más intensidad y nitidez. No son sueños normales, sino revelaciones trascendentes que provienen de los mundos espirituales. Debido a su preparación iniciática, los Onanya pueden desplazarse en esos mundos con más soltura y obtener en ellos irremplazable sabiduría. Durante su iniciación, los Onanya aprenden a moverse en el mundo espiritual del cual obtienen su fuerza y conocimiento; estos procesos de aprendizaje se conocen en el castellano regional como “dieta”, y en shipibo con el nombre de sama.

En este cuadro, Chonon ha pintado a un dietador dormido, vestido con una cushma tradicional (tari), con bellos diseños kené; la túnica diseñada no es una vestimenta cualquiera, que se utiliza solo por costumbre, sino que, desde una interpretación poética, puede simbolizar el conocimiento espiritual del dietador, así como su protección frente a los ataques enemigos. El dietador duerme rodeado de distintas plantas y árboles medicinales, que son algunos de los vegetales que ha dietado y de los que proviene su capacidad medicinal y sus cantos. Todas esas plantas se presentan en sus sueños con colores brillantes y con formas geométricas, dando cuenta de su sabiduría y fuerza espiritual. El dietador duerme junto a un yana puma, conocido en shipibo como wiso ino, que es un guardián espiritual que lo defiende de cualquier ataque de brujería o mala intención. El Onanya debe dominar la fuerza del felino amazónico para defenderse y proteger a sus pacientes, pero no puede verse controlado por esa fuerza de la naturaleza. Ya que el puma y el jaguar son animales que comen carne cruda, que tienen un gusto por la sangre, trabajar con estos animales es un asunto delicado, ya que pueden kutipar (enfermar) el corazón del médico y contagiarlo con su violencia instintiva; el médico debe saber concentrarse, entrar en un estado de meditación profunda, para controlar a estos seres espirituales con la fuerza de su pensamiento (koshi shinan) y utilizarlos de manera benéfica y generosa, para promover la salud y no la destrucción de la comunidad.


Rao nete

Rao Nete es una expresión shipiba que significa mundo de la medicina. Este mundo de la medicina hace referencia a una dimensión espiritual con la que el médico Onanya entra en contacto para curar. Es un mundo sutil y luminoso de una alta vibración espiritual, del que emana la fuerza curativa de los cantos medicinales y del soplo del médico. Esta fuerza es capaz de regenerar al ser humano y devolverle la salud. Los espíritus Dueños de este mundo se conocen con el nombre Chaikonibo; son antepasados que viven lejos de la ciudad, en pureza, conservando las antiguas sabidurías. Son seres compasivos que brindan salud a quienes piden con humildad y que transmiten sus conocimientos a los Onanya que se inician mediante los rigurosos procesos de dieta enseñados por los antiguos.

Este cuadro da cuenta del vínculo trinitario que se establece entre el alma del paciente, el alma del médico Onanya y el espíritu Dueño del mundo medicinal. El médico solo es un intermediario por el que la medicina del mundo espiritual alcanza a los pacientes y los purifica y cura de sus males. La facultad de curar no le pertenece al médico Onanya, sino a los espíritus Dueños de este conocimiento, el que comparten generosamente con los pacientes que tienen buenos pensamientos, un corazón humilde y que respetan a las plantas.

La mujer en la parte superior del cuadro es un espíritu medicinal, de gran sabiduría, con el que el médico Onanya establece una conexión; ella brinda su sabiduría al médico para que éste pueda tratar a su paciente. La iluminación de los personajes del cuadro y las luces centellantes que aparecen en todo el espacio, es como una catarata lumínica que simboliza la conexión que el médico ha establecido con el mundo espiritual, desde el que desciende esas luces trascendentes que brillan en medio de la noche ceremonial y que despierta la propia luz del espíritu humano. Bendecidos por ese resplandor celeste e interno al mismo tiempo, los Onanya pueden ejercer la práctica medicinal; y el paciente, gracias a su fe y humildad, es liberado de sus males y sufrimientos. Mediante el tabaco de su pipa y con sus cantos medicinales, el médico limpia todas las energías negativas acumuladas en el cuerpo y en la cabeza del paciente. Los rayos que parecen estar saliendo de la cabeza del paciente son los malos aires que le causaban malestar y que el médico empieza a limpiar con la fuerza de su soplido. La fuerza medicinal, que proviene desde los mundos superiores, toma cuerpo en el humo del tabaco, en el soplo del médico Onanya y en las vibraciones del canto.


Inin nete

Inin Nete significa “mundo aromático” y este es uno de los aspectos fundamentales de la medicina tradicional del pueblo shipibo-konibo. El Inin Nete da cuenta de una fuerza perfumada que brota desde el mundo espiritual de la medicina y que es la base de la curación de los pacientes. Los Dueños espirituales de la medicina son siempre seres perfumados que emanan un olor semejante al de las flores y al de las plantas aromáticas; ellos encuentran desagradable el olor de los seres humanos, debido a sus vicios, a sus hábitos nocivos y a su mala alimentación. Para alcanzar el mundo espiritual de los Dueños de la medicina, el médico Onanya debe bañarse con hojas de las plantas noirao, que son hojas perfumadas que cambian el olor del ser humano, purificándolo, impregnándolo de un aroma semejante al olor de las vegetales. La persona que se está preparando, se baña con estas plantas y debe guardar largos periodos de ayunos y abstinencias para transformarse y convertirse en un sabio. El mundo aromático de las plantas noirao purifica todas las impurezas y malos aires del ser humano. Cuando el Onanya logra purificarse, transforma su olor y alcanza este mundo de alta vibración y de belleza impronunciable, aprende lo que se podría denominar, hablando a un nivel arquetípico, los aspectos femeninos de la medicina.

Este cuadro simboliza el encuentro matrimonial de un médico Onanya con un espíritu femenino Chaykoni; ella será desde entonces su esposa en el mundo medicinal y lo ayudará a curar a sus pacientes. Es así como el médico se hace pariente de los espíritus Dueños de las plantas y se vuelve parte de su comunidad espiritual. Desde entonces, los espíritus le enseñarán sus conocimientos y le ayudarán en sus sesiones. Las mujeres Chaykoni son puras, no tienen pensamientos negativos y no tienen menstruación. Todo médico legítimo debe manejar los aspectos femeninos de la medicina: mientras las energías masculinas y activas sirven para combatir la brujería y las instancias más agresivas de la enfermedad, mediante los principios femeninos de la medicina, el Onanya purifica el cuerpo de sus pacientes, limpia los aires pestilentes, tranquiliza sus inquietudes, calma sus corazones, apacigua sus deseos, alegra las almas, bendice los caminos, desliga las ataduras, genera nuevas alianzas y amistades, promueve el amor y las relaciones saludables. La medicina siempre trabaja en la saludable complementación de los aspectos masculinos y femeninos.


Red Antisuyo

La Red Antisuyo de comunicaciones es un grupo de afinidad conformado por Pedro Favaron y Marcio Pérez, dedicado a la producción de materiales audiovisuales pedagógicos, de antropología visual y poéticos, con el fin de difundir los saberes ancestrales, las lenguas indígenas, la investigación intelectual y la producción artística de la región Ucayali, en la Amazonía peruana. Nos moviliza un penetrante amor por nuestra región, por la tierra, por la humanidad y por el Espíritu de Luz que nos guía y fortalece.  

La Red Antisuyo es un proyecto que se autofinancia de forma independiente, sin recibir ningún apoyo económico de instituciones. Produce materiales audivisuales en la región Ucayali y cuenta con el apoyo de editores locales y de personas afines de distintos lugares, así como de profesores shipibos para la traducción del material producido en lengua indígena. Nuestra íntima convicción es que los saberes indígenas de la región amazónica, así como de otros lugares del mundo, tienen un aporte importante que necesita ser escuchado por el mundo moderno para replantearnos nuestros modos de habitar la tierra y de vivenciar nuestras dimensiones espirituales.

Para la presente exposición, la Red Antisuyo propone  una lista de 6 videos dedicados a los saberes ancestrales del pueblo shipibo-konibo, todos hablados en shipibo y subtitulados en español. La lista de video tendrá una duración total de una hora y podrá presentarse en la misma sala de exposiciones rotativamente, de forma que complemente el acercamiento del público a los conocimientos, a las artes y a las prácticas de esta nación indígena de la Amazonía peruana.

Videos:

Danzas y cantos festivos del pueblo shipibo-konibo

Video de 10 minutos, realizado en conjunto con la Asociación de Jóvenes de la Comunidad Nativa de Santa Clara, dedicado a mostrar 3 danzas ancestrales (mashá, shiro bewá y nawari), explicadas y ejecutadas por los propios miembros de la comunidad e interpretadas por el profesor shipibo Elí Sánchez.


Non joi: manifiesto cultural

Video en el que diferentes miembros del pueblo indígena shipibo-konibo, de diversas edades y de ambos sexos, dan su perspectiva del estado espiritual, social y político del pueblo, y acerca de la necesidad de reterritorializarse en sus propias prácticas y saberes ancestrales para responder de forma positiva y saludable a los retos de la modernidad.


Interculturalidad: entrevista al profesor Elí Sánchez

Entrevista al profesor Elí Sánchez, uno de los más reconocidos profesores interculturales del pueblo shipibo-konibo e investigador de su propia lengua, en la que explica la comprensión indígena de la interculturalidad, la necesidad de profundizar en las propias prácticas y conocimientos ancestrales, a la vez que se propone establecer un diálogo saludable y en igualdad de condiciones con los conocimientos occidentales.  


Yoyoikai: conversando

Video en el que Chonon Bensho y Pedro Favaron dan cuenta de su matrimonio, de los desafíos de la interculturalidad y de cómo el amor y el respeto mutuo pueden superar las diferencias y realizar un proceso de complementación equilibrado.


Pedro Favaron Peyón, PhD

(1979 / Lima, Perú)

Investigador académico, poeta, escritor, cineasta y periodista peruano-argentino. Doctor en Literatura, Universidad de Montréal. Se ha especializado en el estudio de los pueblos indígenas andinos, amazónicos y norteamericanos, desarrollando un pensamiento filosófico y ecológico a partir de la sabiduría ancestral de estas naciones y las ceremonias medicinales. Así mismo, se ha especializado en distintos temas de interculturalidad y en la generación de un diálogo respetuoso entre la modernidad y el pensamiento ancestral de los pueblos indígenas.

Posee el grado de magister en Comunicación y Cultura, otorgado por la facultad de Ciencias Sociales, de la Universidad de Buenos Aires. Es licenciado en Comunicación y Periodismo por la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas.

En el 2016 trabajó como docente principal de la Universidad Nacional de Ucayali, a dedicación exclusiva, y ocupó el cargo de Director de la Unidad de Investigación de la Facultad de Educación y Ciencias Sociales.   

Comunicador social, investigador, escritor y poeta. Publicó el libro de periodismo literario Caminando sobre el abismo: vida y poesía en César Moro. También el poemario Movimiento, editado en Buenos Aires, el poemario Oeste Oriental, editado en Lima y el poemario Manantial Transparente, editado en México. Ha publicado también la novela Puka Allpa, viaje hacia la selva invisible, que ya tiene tres ediciones, en Lima, en Argentina y en México. También el ensayo académico Las visiones y los mundos: sendas visionarias de la Amazonía occidental, que ya tiene dos ediciones, una en Lima y la otra en Argentina.

Ha realizado performances, obras de teatro, radio experimental, video-arte y dirección de cortos documentales y de pedagogía intercultural. Fue editor de la revista Distancia Crítica: aportes hacia una nueva conciencia social. Ha participado como director, productor y columnista de tres programas radiales en Buenos Aires. Fue co-productor de Perú en Buenos Aires, Mes cultural, julio 2007, evento organizado por la Embajada del Perú en Argentina. Ha publicado en distintos medios periodísticos en Perú y Argentina, así como en revistas especializadas en literatura e investigación académica de varios países.

Ha dictado conferencias en Argentina, Perú y Canadá; además, el seminario Poesía y Malestar en la ciudad de Caxamarca, en la sierra norte del Perú. Ha sido profesor del curso de Poesie Hispanique Modern en la Universidad de Montréal, Canadá.

De forma paralela a su formación académica, ha trabajado desde 1998 investigando el uso de plantas medicinales y el conocimiento medicinal entre diferentes pueblos indígenas del continente americano, especialmente en Perú y Canadá. Es comunero empadronado de la comunidad nativa de Santa Clara de Yarinacocha, en la que ha fundado la clínica de medicina tradicional y centro de estudios ancestrales Nishi Nete.


Conferencias

1) Las prácticas medicinales del pueblo shipibo-konibo

El pueblo indígena shipibo-conibo tiene una tradición medicinal muy antigua y completa, orientada a devolver la salud a los pacientes y conservar el equilibrio vital. Se concibe que el ser humano está compuesto por tres cuerpos: la anatomía física (llamada yora), la anatomía psíquica-emotiva (llamada shinan) y el cuerpo espiritual (llamado kaya). La medicina shipiba tiene una visión holística de la salud, en la que estos tres cuerpos tienen que estar en cierto grado de equilibrio para vivir el mundo de una manera legítima y saludable. Por eso, el médico tradicional (conocido con el nombre de onanya) debe limpiar y purificar estos tres aspectos de sus pacientes. Para hacerlo, el médico debe tomar una medicina visionaria, que recibe el nombre quechua de ayawaska (en shipibo se conoce como oni); gracias a ella y luego de rigurosos procesos de iniciación, el médico adquiere un estado extraordinario de conciencia, en el que amplía sus capacidades perceptivas. En este estado, puede realizar un diagnóstico de las enfermedades que aquejan al paciente y comenzar a realizar la curación. El médico visionario entra en contacto con un mundo medicinal supra-sensible y esa fuerza le permite curar. La fuerza de la medicina del mundo espiritual toma cuerpo en los cantos del médico y es la vibración de esos cantos la que cura al paciente. Los cantos medicinales son llamados ikaros por los curanderos mestizos y bewa por los shipibos. No cualquier canto bonito tiene el poder de sanar; el canto legítimo no es invento, sino que viene desde el mundo espiritual y el médico es solo un intermediario. Solo un médico que se ha iniciado de la manera correcta puede entrar en contacto con el mundo medicinal y espiritual (rao nete). Estas iniciaciones son conocidas en la región amazónica con el nombre de “dieta” (samati en shipibo) y se trata de arduos procesos que permiten al médico purificarse y desplazarse por el mundo de los espíritus Dueños (ibo) de la medicina.

2) Saberes ecológicos de los pueblos indígenas de América

Esta conferencia parte de la certeza de que la depredación excesiva de la tierra practicada por la civilización moderna y su prepotencia tecnocrática nos está llevando a asfixiarla, a degradarla, en una carrera ciega que amenaza con destruirnos a nosotros mismos, o por lo menos a degenerar nuestras condiciones de vida; en especial, las de aquellos con menos recursos económicos. Es una irracional obsesión con las ganancias materiales sin medir los costos y resulta necesario desacelerar los ritmos de consumo. La economía no puede crecer de forma ilimitada a expensas de los recursos de la tierra. Además, es necesario concebir otras formas de entender el bienestar y la realización humana. Buscar un remedio técnico sin modificar las formas de entender y sentir la existencia, no resolverá los profundos problemas.

Las antiguas narraciones indígenas del continente americano suelen afirmar que en algunas montañas habitan los ancestros o que algunos cerros son los padres protectores de los animales del territorio; que algunos lagos o ríos son habitados por seres subacuáticos o que las especies animales tienen espíritus que los protegen. Hay un parentesco de todos los seres vivos con el ser humano: el sol es como un padre, las estrellas son familiares distantes, las piedras son llamadas abuelos, el ser humano puede conversar con el fuego. Todas estas concepciones son parte de la ecología tradicional, lo que en inglés se conoce como traditional ecological knowledge.

Existe una reciente apertura, incluso desde las propias academias, para reaprender, junto a los sabios indígenas, a conversar con la tierra y con el cielo, para vivir respetando la sacralidad de la existencia. Los pueblos indígenas han dependido de forma unánime de estos conocimientos para sobrevivir; y pueden ahora servir para que la humanidad en su conjunto encuentre alternativas a los modelos del pensamiento moderno. No parecen tratarse de meros mitos supersticiosos, sino de propuestas de raigambre filosófica.

En este espacio de conversación se buscará desentrañar cuáles de estos saberes ancestrales pueden resultar útiles para imaginar alternativas vitales que nos donen respuesta a la crisis espiritual, económica, política, cultural y ecológica de la modernidad.

3) Metodologías interculturales de estudio de los saberes ancestrales indígenas

Detrás de toda metodología de investigación académica, hay una serie de creencias, principios, supuestos, prejuicios y afirmaciones que constituyen lo que se conoce como paradigma cultural; recurrimos siempre, de forma más o menos inconsciente, a una imagen del mundo en la que se respaldan nuestros postulados. No podemos prescindir de nuestro bagaje cultural, por más que muchas veces los investigadores occidentales han pretendido alcanzar una imposible objetividad que niega su propia condición de sujetos; pero el problema reside en que cuando una determinada imagen del mundo quiere erguirse como algo absoluto y único, contradice el espíritu de la ciencia y nos hunde en el dogmatismo, incluso si se trata de la imagen del mundo que sustenta a la propia ciencia.

En las ciencias sociales y a los estudios culturales, el paradigma moderno y eurocéntrico no puede ser tomado como una verdad universal válida para leer e interpretar culturas cuyas bases ontológicas y epistémicas son distintas. La ciencia no es lenguaje cerrado, que se ha cristalizado de una vez y para siempre; se trata, por el contrario, de un espacio de posibilidades epistémicas siempre abiertas. Cada contexto cultural nos propone un modo propio de interpretarlo. Lo que planteamos como necesario, en vinculación con otros pensadores y académicos indígenas del mundo, es que, si se quiere investigar a profundidad a los pueblos indígenas y descubrir sus sabidurías y sus posibles aportes a la humanidad, las metodologías de investigación y la comprensión misma de lo académico tiene que alejarse del paradigma moderno para responder a la epistemología, ética y ontología de los pueblos indígenas. Se trata de lograr que las ciencias sociales puedan responder a las honduras de los pensamientos ancestrales de los pueblos indígenas; y que estos puedan expresarse en términos académicos con libertad, sin una excesiva necesidad de adaptarse a los discursos hegemónicos, sin desnaturalizarse y conservando su propia voz.




“La mola Guna se adelantó al pop art”: Achu Kantule

Por Juan G. Sánchez Martínez

Achu Kantule (Osvaldo De León) nació en 1964 en Ustupu, la nación Gunadule (Panamá). Comenzó a pintar de manera autodidacta en los años ochenta. En 1996, ganó el Concurso Nacional de Pintura del Instituto de Cultura de Panamá. En el año 2001, se graduó con honores (Sigma Landa) obteniendo el título de licenciado en Artes Plásticas y Visuales de la Universidad de Panamá. Ha tenido más de 24 exposiciones individuales en América y Europa, y ha participado en varias exposiciones colectivas. En el año 2004, recibió la prestigiosa beca del Museo del Indio Americano (Instituto Smithsonian).

Recientemente nos encontramos en la Universidad del Magdalena (Santa Marta, Colombia) en el marco del II Congreso SoLEI, donde Achu era uno de los invitados especiales (ver el video de la charla). Allí nos explicó a los asistentes algunos de los principios del arte tradicional Gunadule: la dualidad (“Inclusive en las fiestas tomamos dos tragos, para honrar al hombre y a la mujer”, nos dijo riendo), la repetición, la abstracción, y la multidimensionalidad (“porque pensamos que el mundo está hecho de ocho dimensiones”). Aprendimos que hay un reino para las artes en su cosmología, donde los dioses soñaron los diseños y textiles de las molas, y luego vinieron a enseñarle a las mujeres de la comunidad.

Según Achu (“tigrillo” en Gunadule), la multidimensionalidad de las molas y de sus pinturas tiene su correlato en los cuatro lenguajes que maneja la comunidad: 1) la lengua de todos los días, 2) la lengua cantada de los líderes espirituales, 3) la lengua ritual de los iniciados, es decir, los cantos de curación que se escriben en pictogramas, y 4) la lengua espiritual, la que no se dice, solo se piensa. En efecto, estas pinturas que Achu ha compartido con Siwar Mayu dialogan con la multidimensionalidad: distintas capas de lenguaje están atravesadas por distintas profundidades del mensaje: “Mi trabajo tiene que servir aunque sea para curar. El arte es terapia”. Sus primeros críticos, sin embargo, querían que Achu pintara rostros, “pero el realismo es como la religión, una cosa que fue impuesta”, señaló.

Dualidad, repetición, abstracción y multidimensionalidad se ven en la obra de Achu, y para entenderlo mejor, él mismo lo explica a través de las molas, “documentos históricos”, dice. Las molas son como un “libro ambulante”, porque las mujeres portan la historia de la comunidad en su vestuario.

Mientras compartía la imagen de una mola en la que tres hileras de tenedores amarillos sobre fondos azules, naranjas y fucsias terminan por convertirse en objetos extraños, Achu nos explicó que el arte tradicional Gunadule se adelantó al arte óptico y al pop art occidentales. Una mola en la que cuatro teléfonos están sonando (teléfonos viejos de disco y orificios para girar) le sirvió a Achu para demostrar cómo en la superposición se crean texturas, y cómo un tejido puede producir la sensación del movimiento, la vibración y el ¡ring!  

Achu también nos explicó que los animales que habitan las molas Gunadule y sus propias pinturas tienen ecos en la cosmología de su comunidad: “el cocodrilo transporta espíritus que enferman” porque es un ser anfibio, y hay ciertos tiburones que son aliados de la gente para combatir esos espíritus. También el jaguar es muy importante en esta iconografía, pues “representa el poder y la fuerza”. Hay montañas sagradas, kalus, donde solo los niños inocentes y los videntes, los sabios Neles, pueden ir. “Para cada animal, serpiente, jaguar, águila, hay un sitio sagrado” en el territorio, dijo Achu señalando un libro que se encuentra en el Museo de la Cultura Mundial en Gothenburg.

Ver colección guna en el museo de arte William Benton (Connecticut)

Achu es un contador de historias, y siempre aprovecha para recordarle a la audiencia o a sus amigos, las estrategias de su bisabuelo, Nele Kantule, para vencer en la revolución Guna. La historia va así: la revolución comenzó en 1925 en Panamá. Tras la construcción del Canal, el gobierno panameño optó por una política de “civilización a las tribus salvajes”. Envió policías obligando a la comunidad a no practicar sus medicinas…, “inclusive a cambiar la ropa, la mola fue prohibida, y por eso yo llamo a la mola, el arte de la resistencia, porque de ahí el pueblo Guna se levantó. Mi bisabuelo fue el líder, Nele Kantule”, así narró Achu.

La historia de la revolución en el relato de Achu cuenta que el maestro Nele Kantule, antes de atacar a los policías enviados por el gobierno panameño, decidió enviar a dos jóvenes emisarios con ocho maletas llenas de artefactos Guna (libros, escritos, molas, esculturas), uno hacia Europa, y el otro hacia Estados Unidos. Sigue Achu: “Él decía: ‘cuando acabemos con los enemigos, el mundo va a decir que somos salvajes, pero no somos salvajes porque tenemos nuestra literatura, tenemos arte, tenemos todo.'”. Como el sabio Sequoyah implementando el silabario Cherokee, el sabio Nele Kantule se aseguró de que el mundo se enterara de la riqueza cultural y milenaria de Guna Yala.

Al final de su charla, Achú nos regaló otra historia, la de Iguanigdipipi, un joven que llegó a ser Nele a los 25 años. Maestro, músico, y uno de los primeros pintores contemporáneos Gunadule. Su mapa del territorio ancestral, con viñetas que explican las razones de la revolución, fue compuesto en Canadá en 1924 (donde Achu pasa hoy en día parte de sus días). Achu trabajó en este mapa durante su investigación en 2004 en el Smithsonian. Su abuelo fue el traductor oficial de Iguanigdipipi. Justo en este mapa, Achu comentó una escena en la que llega un misionero y éste debe hablar con un pájaro, el cual desde la cosmología Guna es sikui, el intérprete. “A la gente que habla varios idiomas le llamamos sikui”, explicó. Sí, las pinturas que Achu ha ofrecido para este río de colibríes (Siwar Mayu) están habitadas por sikuis. ¡Siwar Mayu es río multilingüe!

Para terminar, mientras presentaba una vasija precolombina, Achu señaló: “Los estudiosos nos quieren separar, ¿no? Del grupo antes de Colón y el actual. Pero igual tenemos la misma conexión. No sé cuál es la finalidad de separar”. Su obra es la prueba de una resistencia continua desde la mola a la instalación y el arte conceptual. Las 300 islas de Guna Yala están siendo afectadas por el incremento acelerado del nivel del mar, además del plástico y la contaminación que dejan atrás el turismo. La obra de Achu Kantule es una respuesta multidimensional a una urgencia actual, no solo de su comunidad, sino de este planeta azul.

Ver su obra “Centro América Sumergida y Dupu (Isla), la casa de los Gunas que se hunde” en la Bienal Centroamericana (2016) 

Como observadores de esta obra nos asomamos a distintas capas de un mismo tejido. Acrílico sobre lienzo. De una canoa nos internamos en formas geométricas que ondulan en el agua (espirales, cruces, rombos) las cuales nos llevan a otra profundidad, una de cocodrilos y tiburones que se enfrentan, Neles que se transforman, y abuelas vestidas con sus molas y protegidas por tortugas que rescatan la vida del abismo. Tras los colores cálidos, y la vibración óptica que generan las múltiples capas, en la obra de Achu hay también una lucha cósmica en la que el bisnieto de Nele Kantule continúa una revolución por la vida, por el agua, y por lo ancestros de Guna Yala.

Más sobre la obra de Achu Kantule

Poemas de “We Are the Dreamers: Recent and Early Poetry” por Rita Joe

 Rita Joe es una escritora mi’kmaq nacida en We’koqma’q, Cabo Breton, Nueva Escocia, Canadá, en 1932. Joe fue huérfana a muy temprana edad y criada por varias personas de su familia extensa y por familias de acogida hasta que fue llevada al internado indio de Shubenacadie en Nueva Escocia. Desde allí trabajó en las profesiones asistenciales en Halifax y en Boston. Joe se casó, tuvo ocho hijos y adoptó dos más. Empezó a escribir poesía en los años sesenta y publicó su primer libro, Poemas de Rita Joe, en 1978. Por mucho de su vida adulta vivió en Eskisoqnik en la isla del Cabo Breton donde fue maestra, compositora de canciones, artista, poeta y sabia. Junto con varios doctorados honoríficos, Joe es oficial del Orden de Canadá (1989) y ganó un premio nacional al mérito para los indígenas canadienses (1997). Falleció en 2007.

Joe escribía en la lengua mi’kmaq y en inglés, con un lenguaje muy simple. Sus poemas son muy personales, tratando de su vida íntima, de su identidad indígena, de las creencias y las tradiciones mi’kmaq y del racismo en la sociedad canadiense. Cuatro de los poemas traducidos aquí son de su primer libro y fueron republicados en We Are The Dreamers: Recent and Early Poetry (Breton Books, 1999). Todos, excepto el preámbulo, fueron publicados en ambas lenguas. (por Sophie M. Lavoie, traductora)

❁❁❁

yo soy la indígena
y esa carga
me queda para siempre
_______________________

La línea invisible de la carga es la idea central con la que me topo y que no puedo dejar hasta que yo esté satisfecha. La satisfacción no parece concretizarse a través de cada problema que intento conquistar. Esta pequeña autoguerra se ha vuelto montaña, pero no puedo alcanzar la cima. La cima es mi propia conclusión satisfactoria.

Que yo piense es lo que me hace avanzar, solucionar los problemas de todos los días, incluso la búsqueda. Desbarato mi propia poesía, deambulo sin sentido fijo, picoteo algo o solo observo, tantos caminos que se me ofrecen sin poder seguirlos todos. Pero cuando viene el nuevo amanecer, sube otra vez el espíritu para enfrentarse a cualquier causa solo para ver si puede frenarlo, botarlo o conquistarlo. El cuerpo cansado ahora quebrado, el espíritu se aferra solo para ver si puede perseverar, no solo por mí, sino por otros, el camino sin fin hacia otro siglo y, entonces, quizás, quizás…

❁❁❁

Poema 6

Wen net ki’l?
Pipanimit nuji-kina’muet ta’n jipalk.
Netakei, aq i’-naqawey;
Koqoey?

Ktikik nuji-kina’masultite’wk kimelmultijik.
Na epas’si, taqawajitutm,
Aq elui’tmasi
Na na’kwek.

Espi-kjijiteketes,
Ma’jipajita’siw.
Espitutmikewey kina’matneweyiktuk eyk,
Aq kinua’tuates pa’ qlaiwaqnn ni’n nikmaq.

**

¿Quién eres?
Pregunta de una maestra temida.
Enrojeciendo, tartamudeé
¿Qué?

Los otros estudiantes se rieron nerviosamente.
Me senté, desolada, abatida,
Y ese día
Hice un juramento

Ser extraordinaria en todos los aprendizajes,
Nunca más insegura.
Mi amor propio reside en mi educación,
Y les llevaré maravillas a mi gente.

❁❁❁

Poema 10

Ai! Mu knu’kwaqnn,
Mu nuji-wi’kikaqnn,
Mu weskitaqawikasinukul kisna
mikekni-napuikasinukul
Kekinua’tuenukul wlakue’l
pa’qalaiwaqnn.

Ta’n teluji-mtua’lukwi’tij nuji-
kina’mua’tijik a.

Ke’ kwilmi’tij,
Maqamikewe’l wisunn,
Apaqte’l wisunn,
Sipu’l;
Mukk kasa’tu mikuite’tmaqnmk
Ula knu’kwaqnn.

Ki’ welaptimikl
Kmtne’l samqwann nisitk,
Kesikawitkl sipu’l.
Ula na kis-napui’kmu’kl
Mikuite’tmaqanminaq.
Nuji-kina’masultioq,
we’jitutoqsip ta’n kisite’tmekl
Wisunn aq ta’n pa’qi-klu’lk,
Tepqatmi’tij L’nu weja’tekemk
weji-nsituita’timk.

**

¡Ay! Ningún monumento,
Ninguna literatura,
Ningún pergamino ni dibujo sobre lienzo
Conserva las maravillas de nuestro ayer.

Qué frustración para los educadores
en sus indagaciones.

Qué encuentren
Nombres de tierras,
Títulos de mares,
Ríos;
No los borren de la memoria.
Estos son nuestros monumentos.
Vistas asombrosas-
Cascadas en una montaña,
Ríos que fluyen rápido.
Estos son nuestros bocetos
Aprendidos de memoria.
Investigadores, hallarán nuestro arte
En los nombres y el paisaje,
Prometidos al indio
desde el principio del mundo.

❁❁❁

Poema 14

Kiknu na ula maqmikew
Ta’n asoqmisk wju’sn kmtnji’jl
Aq wastewik maqmikew
Aq tekik wju’sn.

Kesatm na telite’tm L’nueymk,
Paqlite’tm, mu kelninukw koqoey;
Aq ankamkik kloqoej
Wejkwakitmui’tij klusuaqn.
Nemitaq ekel na tepknuset tekik wsiskw
Elapekismatl wta’piml samqwan-iktuk.

Teli-ankamkuk
Nkutey nike’ kinu tepknuset
Wej-wskwijnuulti’kw,
Pawikuti’kw,
Tujiw keska’ykw, tujiw apaji-ne’ita’ykw
Kutey nike’ mu pessipketenukek
iapjiweyey.

Mimajuaqnminu siawiaq
Mi’soqo kikisu’a’ti’kw aq nestuo’lti’kw.
Na nuku’ kaqiaq.
Mu na nuku’eimukkw,
Pasik naqtimu’k
L’nu’ qamiksuti ta’n mu nepknukw.

**

Nuestro hogar es ese país
Las colinas barridas por el viento
La nieve en los campos.
El aire frío.

Me gusta pensar en nuestra vida originaria
Curiosa, libre;
Y mirar las estrellas
Que nos mandan mensajes glaciales.
Mis ojos ven la cara fría de la luna
Que vuelca su mirada sobre la bahía.

Parece que
Somos como la luna-
Nacidos,
Creciendo lentamente,
Después desvanecemos para reaparecer
En un círculo eterno.

Nuestras vidas continúan
Hasta estar viejos y sabios.
Y se acaban.
Ya no estamos,
Pero dejamos
Una herencia que nunca muere.

❁❁❁

Poema 19

Klusuaqnn mu nuku’ nuta’nukul
Tetpaqi-nsitasin.
Mimkwatasik koqoey wettaqne’wasik
L’nueyey iktuk ta’n keska’q
Mu a’tukwaqn eytnukw klusuaqney
panaknutk pewatmikewey
Ta’n teli-kjijituekip seyeimik

Espe’k L’nu’qamiksuti,
Kelo’tmuinamitt ajipjitasuti.
Apoqnmui kwilm nsituowey
Ewikasik ntinink,
Apoqnmui kaqma’si;
Pitoqsi aq melkiknay.

Mi’kmaw na ni’n;
Mukk skmatmu piluey koqoey wja’tuin.

**

Las palabras ya no requieren
Sentidos claros.
Cosas escondidas resultan de un legado perdido.
Ningún cuento oral revela nuestro deseo, nuestra hambre,
La libertad que hemos conocido.

Una herencia de honor
Sostiene nuestras esperanzas.
Ayúdame a buscar el sentido
Escrito en mi vida,
Ayúdame a ponerme de pie
Alta y poderosa.

Mi’kmaq soy;
No esperen nada más de mí.

❁❁❁

Wenmajita’si

Kiskuk eksitpu’kek alasutmay
Etawey kisi wi’kiken
Etawey kisi ankita’sin
Etawey kiijka’ mlkikno’ti
Ma’w kitu’-kinua’tekey aq kekina’muey
We’jitutoqsip mu i’muann
Ankite’imuloqop msit
Siaw-lukutikw nutqo’itioq
Kisa’tutoqsip na.

**

Siento tanta pena

Hoy, esta mañana recé
Pedí que me dejara escribir un poco más
Pedí que me dejara pensar
Pedí que me diera algo de fuerza
Todavía quiero mostrar, enseñar.
Verán cuando ya no estaré
Que pensé en todos ustedes
Continúen el trabajo, ustedes, los jóvenes
Lo pueden hacer.

PDF: Rita Joe poemas español/Mi’kmaq

LA TRADUCTORA

                         Sophie M. Lavoie es profesora asociada y directora del Departamento de Cultura & Estudios mediáticos de la Universidad de Nuevo Brunswick en Fredericton,Canadá, donde enseña clases de lengua, literatura, cine y cultura. Ha publicado artículos académicos sobre literatura centroamericana de mujeres, entre otros temas, en francés, inglés y en español en varias revistas. Fue cotraductora con Hugh Hazelton de El laberinto vertical de la poeta argentina Nela Rio hacia el inglés, tradujo el libro de poesía Nous sommes les reveurs de la poeta mi’kmaq Rita Joe hacia el francés y tiene por salir la traducción al francés de la autobiografía de Ma-Nee Chacaby, una indígena biespiritual cri e ojibwe.

 

Ruperta Bautista Vásquez: 6 poemas de Telar Luminario

Ruperta Bautista Vázquez es educadora popular, escritora, antropóloga, traductora, y actriz Maya Tsotsil. Nació en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México. Diplomada en Creación Literaria por la Sociedad General de Escritores de México (SOGEM); Diplomada en Derechos y Cultura Indígenas CIESAS-Sureste; Antropóloga por la Universidad Autónoma de Chiapas; Maestra en Educación y Diversidad Cultural. Ha publicado Xojobal Jalob te’ (Telar Luminario) Pluralia Ediciones y CONACULTA, México D.F, 2013; Xchamel Ch’ul Balamil (Eclipse en la madre tierra) 2008, Primera edición. 2014, 2da edición; Ch’iel k’opojelal (Vivencias) 2003; y Palabra conjurada, cinco Voces cinco Cantos (Coautora) 1999. Algunos de sus escritos han sido traducidos al inglés, francés, italiano, catalán y portugués.

6 poemas de Telar luminario

Esta breve selección de poemas viene del último libro de la poeta Tsotsil Ruperta Bautista Vázquez, Xojobal Jalob Te’/Telar luminario (2013). Es importante saber que esta colección continúa la trayectoria establecida por sus colecciones previas. En éstas la humanidad lucha para sobrevivir en un mundo que todos los días es consumido por la violencia y desesperanza. Como tal, Xojobal Jalob Te’ se aprovecha de la tradición mayense de los libros proféticos para intervenir en esta historia, tanto dentro de la obra de la poeta como en el mundo actual. Como sugiere el nombre, el volumen intenta ser, de igual forma que el libro maya k’iche’ el Popol wuj, un instrumento para entender el mundo. Estos poemas en particular, “Relámpago,” “Sustancia,” “Elipsis,” “Labriegos,” “Herederos de la lluvia,” y “Ofrenda milenaria,” hacen hincapié en la relación que el ser humano y, sobre todo, las comunidades mayas tienen con la naturaleza. En particular se nota la revitalización de prácticas milenarias que sirven para sostener al ser humano, y que la hacen recordar que la relación que tiene con la naturaleza es recíproca, que lo que la da se lo devuelve. Esperamos que estos poemas le gusten, y que le sirvan para iluminar la época contemporánea (Paul Worley).

 

 

 

PDF: 6 poemas de Telar Luminario

Más poemas de Ruperta Bautista

Visite: Cuatro Poemas de Ruperta Bautista en LALT

Sobre el traductor:

Paul M. Worley es profesor asociado de Literatura Mundial en Western Carolina University. Es autor de Telling and Being Told: Storytelling and Cultural Control in Contemporary Yucatec Maya Literatures (2013; las historias orales grabadas en este proyecto están disponibles en tsikbalichmaya.org) y con Rita M. Palacios es coautor del próximo libro Unwriting Maya Literature: Ts’íib as Recorded Knowledge (2019). Es becario Fulbright y ganador del premio Sturgis Leavitt del Southeastern Council on Latin American Studies. Además de su obra académica, Worley ha traducido obras selectas de autores indígenas como Hubert Malina, Adriana López y Ruperta Bautista, como editor para México de la revista de literatura global en traduccion al ingles, Asymptote, y como editor de poesía para North Dakota Quarterly.

css.phpHosted by UNC Asheville and the Diversity Action Council