Palabras como amor, de Tanaya Winder

Compilación y traducción de Judith Santopietro y Kim Jensen

© Fotografia de Viki Eagle

Tanaya Winder (1985) es escritora, educadora y poeta. Creció en la reserva Southern Ute en Ignacio, Colorado. Es miembro de la nación Duckwater Shoshone, sus orígenes también incluyen las naciones Southern Ute, Pyramid Lake Paiute, Diné y herencia negra. Tanaya escribe y enseña acerca de las diferentes expresiones del amor: amor propio, amor íntimo, amor social y comunitario, así como del amor universal. Obtuvo su licenciatura en Lengua Inglesa en la Universidad de Stanford, además de una Maestría en Escritura Creativa en la Universidad de Nuevo México. Desde entonces, ha sido cofundadora de As/Us: A Space for Women of the World y fundadora de Dream Warriors, una compañía de artistas indígenas.  Ha sido invitada a conferencias, lecturas, talleres de escritura y charlas en universidades y colegios a nivel internacional. @tanayawinder ~ https://tanayawinder.com/


Poemas del libro Words like Love. West End Press New Series, 2015

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querida luna

consagra mi memoria a un tronco de árbol
transformado en canoa para que pueda navegar lejos del
mar de ti, esperando, lista para estallar
en Vía Láctea. indistinguibles partículas
cada vez que mi boca se abre para rodear
tu nombre pero mis labios no se atreven
a crear la figura.

reflejos de la luna
 
en el principio, la Tierra anhelaba un compañero, el Sol,
alguien con quien compartir los dones: el mundo, el agua y
la vida. aún la luz necesita equilibrio, oscuridad, muerte
 
para entender el estira y afloja, días
resonando sin cesar. así, la Tierra hizo una ofrenda
al cielo, para convertirse en la Luna.
 
desde entonces, el Sol sueña el crecimiento
confiando en que entenderemos – el amor entrelazado
con la pérdida si sólo miramos el cielo cada noche.
 
sólo que sepultamos el sacrificio de la Tierra, absortos
en nuestros vagabundeos errantes.
las estrellas no son las únicas capaces de caer.

la densidad del agua
 
I.
 
Cuando llegué al mundo por primera vez, volé
entre vientos antiguos. Nací en una historia de creación.
 
II.

Hace mucho tiempo, mi trastatarabuela conoció
a su otra mitad. Él voló, también, con los vientos, entonces como uno de
tantos granos de arena – cada uno partido a la mitad en busca
del otro. En aquel tiempo, los humanos eran espíritus
 
buscando algún contacto. Hace tiempo, un solo grano encontró
a otro, mi abuela. Así que ambos pidieron al Creador
que les diera un cuerpo para saber cómo era tocar al otro.
Así fue y vislumbraron que su hija moriría en el parto.
         Así que oraron –Sálvala y cada uno sacrificará
 
algo a cambio. El hombre volvió al mundo de los espíritus
en forma de caballo y la mujer se abrió
desde el centro para darle un pedazo de ella misma
y así mantenerse juntos.
           
III.

En medio del desierto
hay un lago hecho de lágrimas. Hace tiempo
hubo una madre con cuatro hijas:
Norte, Este, Sur y Oeste. Cuando crecieron
cada una se fue en su propia dirección.
 
Triste por esta pérdida, la madre lloró
tan fuerte que los cielos envidiaron su habilidad de crear
tanta humedad. Los días se volvieron meses, los meses
años y las lágrimas se acumulaban en charcos salados que se atraían
entre sí por su densidad. Incapaz de soltar
toda su amargura, la madre se hizo piedra.
   
Hoy, la Madre Pétrea espera.
Vuelvan a mí, hijos míos.
Vuelvan a mí.

tuberías/ rotas
#violenciambiental

si ni siquiera

                podemos amar                                  nuestra tierra

                cómo podremos amarnos            los unos a los otros

                cómo podremos amarnos            a nosotros / mismos


 

Soneto MCLXXXI
a las mujeres indígenas asesinadas y desaparecidas en la Isla Tortuga
 
No cuándo ni dónde sino cómo, las perdimos,
entre el fueron vistas por última vez _____ las palabras se convirtieron en elegía
resonando en las aceras y las calles. Mostramos sus fotos a
los extraños. Las colgamos en los tableros de las oficinas de correos:  Desaparecida
como si fuera un destino, un lugar a donde
desvanecerse en ciudades invisibles. Excepto que aquí no hay héroes como
en las películas. Ni anuncios, ni cobertura mediática o programas de televisión
que cuenten nuestra historia. ¿Somos invisibles si nadie sabe, por qué?
Cuando arrebataron a 1,181 mujeres, ¿los ojos cesaron de mirar,
de prestar atención a un cuerpo engullido?
Aquellos sobrevivientes que las recuerdan continúan su misión,
una interminable búsqueda de las ciudades donde las amamos
(y aún amamos). No olvidaremos. Reclamamos para ustedes
acciones, palabras, aún un poema que termine: sus vidas importan, también.

Sobre las traductoras

© Fotografía de Elena Lehmann

Judith Santopietro nació en Córdoba (Veracruz, México) en 1983, aunque también se crio entre Ixhuatlán del Café y Boca del Monte, pueblos de las Altas Montañas a los que pertenece su familia. Su idioma materno es el español; sin embargo, ha aprendido nahuatl por decisión política y para honrar a sus ancestras. Judith es maestra por la Universidad de Texas en Austin. Ha publicado los libros Palabras de Agua (Praxis, 2010) y Tiawanaku. Poemas de la Madre Coqa (Orca Libros 2019). Obtuvo el Premio Nacional de Poesía Lázara Meldiú 2014 y fue finalista en el Premio Literario Internacional “Aura Estrada” 2017.  Ha publicado en el Anuario de Poesía Mexicana2006 del Fondo de Cultura Económica, Rio Grande Review, La Jornada y The Brooklyn Rail, y también ha participado en numerosos festivales, incluyendo el World VoicesFestival del PEN America en Nueva York, 2018. @judesantopietro

© Fotografía de Elmaz Abinader

Kim Jensen es escritora y educadora en Baltimore, Maryland. Su primera novela experimental, The Woman I Left Behind, fue finalista del libro del año de la revista Foreword. Sus dos colecciones de poemas, Bread Alone y The Only Thing that Matters, fueron publicadas por Syracuse University Press. Su trabajo ha aparecido en revistas y antologías, incluyendo Mondoweiss, Electronic Intifada, Extraordinary Rendition: Writers Speak Out on Palestine, Gaza Unsilenced, The Baltimore Sun, The Oakland Tribune y El Humo. En 2001, ganó el Premio Raymond Carver por ficción corta. Es profesora de inglés y escritura en el Community College de Baltimore County, donde es la fundadora y directora de una iniciativa interdisciplinaria que demuestra la conexión entre el aprendizaje en el aula y la justicia social. 

Más sobre Tanaya Winder


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