Cristian Cayupán: “Somos fuego y todavía tierra”

Introducción y selección Mabel García Barrera

Universidad de La Frontera. Wallmapu. Temuco. Chile



Uno de los poetas con mayor proyección en el ámbito de los estudios de la literatura mapuche e indoamericana es el poeta bilingüe Cristian Cayupán, quien radica en las proximidades de la ciudad de Temuco, al sur de Chile, en la comunidad José Cayupán, del Sector Maquewe. Cayupán ha publicado los poemarios Poemas Prohibidos (2007), Reprimida Ausencia (2009), Usuarios del silencio (2012), Tratado de Piedras (2014), Terruño (2014), El hombre y su piedra (2016), Apología del barro. Fotra ñi llellipun. (2017). Además ha publicado, en coautoría con Ana Ñanculef, el libro de investigación etnográfica KuifikeZugu. Discursos, relatos y oraciones rituales en mapuzugun (2016). 


Es gestor y editor de la Revista Comarcas. Literatura sin Fronteras, que se publica desde el año 2011 ininterrumpidamente. A lo anterior se suma el poemario inédito Piedra Humana, un proyecto de orientación ontológica que continúa la senda de sus obras anteriores, inmersas en una “estética de lo sacralizado”, la cual actualiza el conocimiento y discursos mapuche tradicionales, entre ellos los epew (relatos míticos) y otras formas canónicas ancestrales, que convocan un modo de experiencia sacralizado del mundo, donde el ser es uno con el cosmos disolviéndose o fusionándose en las energías que le habitan. Esta perspectiva forma parte de la literatura y del arte mapuche actual, ya sea como desafío por conservar y representar este modo de habitar el cosmos como experiencia vital, como recuperación cultural y/o como posición política de resistencia cultural.  


A lo largo de sus textos, Cayupán logra configurar un proyecto desafiante y complejo, que adopta como centro de su poesía la inscripción de una narrativa cosmogónica desde el rakizuam mapuche, un modo de pensamiento ancestral tradicional, creando una realidad transformadora que se expande desde el rüme fütra kuifi -tiempo de los orígenes- hasta replegarse sobre sí misma en los acontecimientos del fantepu mew -presente-, manteniendo entre estos ejes un movimiento constante y sin fin. En este irrumpir cósmico la voz poética busca expresar cómo deviene la vida y cómo transita el hombre en el mundo, estableciendo lo inconmensurable como medida y frontera de todo ser. 


La palabra


I

Primero habitó en cavernas 

donde emergió el mito 

fue el fuego de todo cimiento 

calor domesticado 

Sombras enclaustradas 

danzaron silvestres 

ahuyentando tinieblas 


II 

Fue pilar de cada fogata 

rito de todo mortal 

Materia indisoluble 

herramienta primaria 

conjuro natural 

Claridad absoluta 


III 

Desertó del silencio 

Se despojó de antiguos atuendos 

parafraseó en un aliento 

lo primero que dijo: 

-es aquí la levadura 

harina y agua 

(Dicho de otra manera: La Palabra) 


IV 

Luego, la piedra habló con dureza 

Voces filtradas en los vientos 

colaron su designio 

Presagio del devenir 

luz inmortal


¿Fue la palabra, acaso 

continuación del fuego 

y mediadora de la piedra? 

Donde vayas 

hallarás la palabra en ti 

Ceremonia sagrada 

culto divino 


VI 

Somos fuego y todavía tierra 

piedra tallada 

Palabra – Hombre

peregrino de sitios eriazos 

la tierra nuestra habitación 

La noche al fin se hizo día 

transparencia de todo vocablo 

luz del porvenir

Camino de la humanidad.


Las cosas… sus sentidos


El hombre fue un solo puñado de piedras arrojado al suelo

ese misterio de estar siempre en el mundo

buscándole un sentido a las cosas

como si las cosas le dieran sentido a los hombres

Las cuatro estaciones de la vida

le confieren una función determinada a los objetos

y éstos con el tiempo se hacen parte de los seres

ampliando su forma de concebir el universo

Las figuras recién hechas

siempre se parecen a la primera luz

descrita por un profeta

Empezaron a nombrar los objetos de otra forma

nacieron los idiomas y así los oficios

Todas las cosas tuvieron su origen en las sombras

el talabartero por ejemplo, aprendió a escribir cuchillo con su sangre

así el artesano esculpió el corazón triste del bosque

el herrero por su parte, machacó sus puños nobles en la fragua

porque la sombra es el alma de las cosas, la médula de uno

Me sustraigo del tiempo

y empiezo uno nuevo

con mi propia forma de interpretar los objetos

Si el destino fue volver al comienzo

nombrando las cosas con el dedo índice

entonces, el hombre tarda

lo que se demora una vida en la tierra

en brotar sus semillas.


Los hombres son atuendos de antiguos dioses


Las sombras que son empujadas a la tierra

con esa bestialidad que desconocemos

no son presagio de otra creación

sino auspicio de nuestra propia existencia

¿Quién dejamos de ser cuando nacemos

alumbrando esa mano misteriosa?

Los dioses por su parte escondieron sus sombras

en piedras inamovibles

El que logra cambiar de sitio la roca materna

encuentra también los secretos de esa especie

Pero los dioses se extinguieron al emerger los hombres

depositando a sus deidades en tumbas de barro

Surgió entonces la palabra escrita

junto al texto del fruto prohibido

El miedo a las serpientes se desarrolló en la memoria remota

en la primera letra del árbol genealógico

por eso hoy el hombre busca algo que jamás ha perdido

sino lo que le han hecho creer que alguna vez sorteó.


El árbol de la vida


El primer camino fue un manojo de piedras

emergiendo de la tierra

donde el hombre se valió de sí

para endilgar sus pasos

buscando el valle de la vida

Al encontrar el lenguaje

trazó un mapa en el suelo

y en el mismo barro escribió su historia

El árbol de la vida

es un camino tallado en la memoria del hombre

donde su viruta celebra

al juntarse con el recuerdo temprano

Un árbol fundado en la raíz del vocablo

donde su tronco se eleva a la altura del ser

Un árbol fornido irguiéndose al universo

El hombre es un camino sin salida

buscando los días sin fin

En la misma travesía

el camino se alarga y se extingue en su interior

como una mano apagada buscando el origen de la luz paterna

El árbol que buscamos cada día está en nosotros

en lo más íntimo del ser.


La ceremonia de cada día


El niño se traga a su padre como de costumbre

y pareciera que todos los días

el progenitor saliera del fondo de ese crío

para ayudar a amasar el pan que la madre deja en el horno

porque quiere ver comer ese alimento de antaño

puesto en la mesa recién hecha

Esa es la ceremonia más pura del paso de la niñez a hombre

Ser tragado desde las entrañas

y dejar que el padre viva dentro de su propio hijo

para aliviar ese pasado que sigue en su memoria

que es el origen de toda comunión familiar

Cuando uno hace un pacto la sangre se estremece

como se encrudece el conjuro

porque al final cada ceremonia tiene su tiempo

donde el hombre perdura lo que tarda su tronco familiar en la tierra.


No estoy aquí todavía


Soy una palabra herida 

carente de idioma y espacio 

Una palabra indecible 

sin diccionario 

ni terruño 

Una palabra 

que no encontró grupo humano 

para ser pronunciada 

ni fue sospechada por boca alguna 

En qué época dejamos de ser vegetal 

para encarnamos en la palabra 

materia y espíritu 

desnudos, dóciles, humanos.


La casa en la roca


Si hice que esta piedra fuera mi casa

no fue sino para hallar la luz que nace de ella

porque en cada hogar hay una lámpara hecha de palabras

que se enciende con las iniciales de cada estación

Me detuve a contemplar la luz que emerge de la piedra

porque en el atardecer de un hombre

las cosas se valoran de otra forma

La luz se hace más antigua al pronunciarla

porque hay en ella algo que nos hace susceptibles

al observarla a través de los hombres

Me reconozco en la piedra al mirar sus cimientos

porque su luz atraviesa las manos del albañil

y trasciende el esfuerzo de los que la levantaron

con una sola palabra escrita en la tierra

Esta roca es la sombra de otro lugar que no existe

una puerta a medio cerrar que ilumina el peñasco

de un modo anterior a la luz

Cuando uno mira las vigas con los ojos de otro

es para darle firmeza a la casa

porque desde sus raíces la piedra es un techo cobijando la claridad

Camino por sus alrededores buscando una respuesta

esa señal que reconocemos desde antes de nacer

y alguien siente unos pasos dentro suyo

unas huellas tan antiguas en él

que fue como si las conociera de memoria

porque esas pisadas las hicieron sus antepasados

Alguien me llama a través de un espejo

y la voz parece acercarse

pero al moverme se aleja en mi interior

Cuando se triza el espejo que siempre permaneció en la casa

también se rompe el misterio que hay en él

porque es una caverna de cristal que ahora habita adentro del género humano

Quién sino el tiempo reconstruye sus muros

haciéndola cada vez más profunda

El tiempo que apenas deja de pasar, no es otro, que un presente rezagado

y el pasado que allí empieza es otra capa de ceniza en la memoria del hombre

porque la casa se remonta a los orígenes del ser.


Más sobre Cristian Cayupán

“El Proyecto Diálogo es el único banco de imágenes dedicado exclusivamente a registrar y poner en circulación retratos de escritores mapuche contemporáneos presentes en Chile.” © 2018-2020 EscritoresIndigenas.cl

Sobre Mabel García Barrera

Es académica de la Universidad de La Frontera, ubicada en la ciudad de Temuco, territorio Mapuche, Chile. Es profesora de Estado en Castellano, Magíster en Literatura, Diplomada en Ciencias Políticas Aplicadas. Ha investigado, escrito y editado libros y numerosos artículos sobre literatura y arte mapuche en revistas de corriente principal.


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