13 poemas de Joy Harjo

La obra de Joy Harjo (Mvskoke, Tulsa, Oklahoma) desafía cualquier intento de presentación: cantante, saxofonista, performer, poeta, dramaturga, contadora de historias, son algunos de sus oficios. Su voz, su canto y su reverencia hacia la naturaleza resuenan en cada uno de sus artes. Entre el Jazz y las flautas ceremoniales, el beat de su sensibilidad irradia de esperanza y gratitud a quien la lee o la escucha. De Harjo aprendimos, por ejemplo, que lo contrario del amor no es el odio, sino el miedo. Libros como How We Became Human, The Woman Who Fell From The Sky, and She Had Some Horses son ya clásicos de la literatura en inglés y de las literaturas indígenas del mundo. Ha grabado cinco álbumes de música original, dentro de los cuales sobresale Winding Through the Milky Way, con el que ganó en el 2009 el Premio de Música Nativo-Americana (NAMMY) como Mejor Artista Femenina del Año. Los primeros 8 poemas de la siguiente selección son de Conflict Resolution From Holy Beings (2015). Los otros 5 poemas son de libros anteriores reconocidos, y no han sido traducidos previamente al español. Agradecemos a la poeta por permitirnos traducir y publicar aquí su obra. (Andrea Echeverría y Juan G. Sánchez Martínez)


Para llamar al espíritu de vuelta
de sus merodeos por la tierra
en pies humanos

Deja esa bolsa de papas fritas, ese pan blanco, esa
botella de gaseosa.

Apaga ese teléfono celular, la computadora y el control remoto.

Abre la puerta, luego ciérrala detrás de ti.

Toma un respiro ofrecido por vientos amigables. Ellos
recorren la tierra recogiendo esencias de plantas que limpian.

Devuelve con gratitud.

Si cantas tu espíritu se elevará para volar hacia los oídos de las estrellas y de vuelta.

Reconoce esta tierra que te ha cuidado desde que eras
un sueño plantándose a sí mismo entre el deseo de tus padres.

Deja que tus pies de mocasín te lleven al campamento de los
guardianes que te han conocido antes del tiempo,
quienes estarán allí después del tiempo.
Ellos sientan ante el fuego que ha estado allí sin tiempo.
Deja que la tierra estabilice tus inseguras inquietudes postcoloniales.

Sé respetuoso con los pequeños insectos, gente-ave y gente-animal que te acompañan.
Pide perdón por el daño que nosotros los humanos
les hemos ocasionado.

No te preocupes.
El corazón sabe el camino, aunque pueda haber rascacielos, carreteras interestatales, puestos de control, soldados armados, masacres, guerras y
aquellos que te despreciarán porque se desprecian a sí mismos.

El viaje puede llevarte algunas horas, un día, un año, algunos años, cien, mil o incluso más.

Cuida tu mente. Sin entrenamiento podría huir y
dejar tu corazón para el inmenso festín humano organizado por los
ladrones del tiempo.

No guardes rencores.

Cuando encuentres tu camino hacia el círculo, hacia el fuego alimentado por los guardianes de tu alma, serás bienvenido.

Debes limpiarte con cedro, salvia u otra planta-medicina.

Corta los lazos al fracaso y a la vergüenza.

Deja ir el dolor que retienes en tu mente, tus hombros, tu corazón, que se extiende hasta llegar a tus pies. Deja ir el dolor de tus antepasados para dar paso a quienes se dirigen en nuestra dirección.

Pide perdón.

Pide ayuda a los que te aman. Estos ayudantes toman muchas formas: animal, elemento, pájaro, ángel, santo, piedra o ancestro.

Llámate a ti mismo de vuelta. Te encontrarás atrapado en rincones y pliegues de vergüenza, juicio y abuso humano.

Debes llamar de un modo en que tu espíritu quiera regresar.
Háblale como lo harías con un niño amado.

Dale la bienvenida a tu espíritu que vuelve de sus merodeos. Volverá en pedazos, en jirones. Reúnelos. Ellos estarán felices de ser hallados después de estar perdidos por tanto tiempo.

Tu espíritu necesitará dormir un poco después de ser bañado y recibir ropa limpia.

Ahora puedes hacer una fiesta. Invita a todos los que sabes que te aman y te apoyan. Guarda un espacio para aquellos que no tienen lugar a donde ir.

Haz un sorteo, y recuerda, mantén breves los discursos.

Luego, debes hacer esto: ayuda a la siguiente persona a encontrar su camino a través de la oscuridad.

© Joy Harjo. Conflict Resolution From Holy Beings. W. W. Norton & Company, 2017.


Conejo está haciendo trucos

En un mundo muy anterior a este, había suficiente para
cada quien.
Hasta que alguien se salió de la norma.
Oímos que fue Conejo, jugando con la arcilla y
el viento.
Todo el mundo estaba cansado de sus trucos y nadie quería
jugar con él;
Estaba solo en este mundo.
Así que Conejo pensó en hacer una persona.
Y cuando sopló en la boca de esa cruda figura para ver
qué pasaría,
el hombre de barro se levantó.
Conejo le mostró al hombre de barro cómo robar una gallina.
El hombre de barro obedeció.
Entonces Conejo le mostró cómo robar maíz.
El hombre de barro obedeció.
Luego le mostró cómo robar la esposa de alguien más.
El hombre de barro obedeció.
Conejo se sintió importante y poderoso.
El hombre de barro se sintió importante y poderoso.
Y una vez que el hombre de barro comenzó no pudo parar.
Una vez que tomó esa gallina quiso todas las gallinas.
Y una vez que tomó ese maíz quiso todo el maíz.
Y una vez que tomó a esa esposa quiso a todas las esposas.
Era insaciable.
Luego probó el oro y quiso todo el oro.
Luego fue la tierra y todo lo que veía.
Su deseo solo lo hacía querer más.
Pronto fueron los países, y luego fue el comercio.
Su deseo infectó a la tierra.
Perdimos la pista del propósito y la razón de la vida.
Empezamos a olvidar nuestras canciones. Olvidamos nuestras historias.
Ya no podíamos ver ni escuchar a nuestros ancestros,
o hablar entre nosotros sentados a la mesa de la cocina.
Los bosques estaban siendo talados en todo el mundo.
Y Conejo no tenía un lugar para jugar.
El truco de Conejo había fracasado.
Conejo intentó llamar devuelta al hombre de barro.
Pero cuando el hombre de barro no le escuchaba
Conejo se dio cuenta de que había hecho un hombre de barro sin orejas.

© Joy Harjo. Conflict Resolution From Holy Beings. W. W. Norton & Company, 2017.


En místico

Mi camino es una cruz de árboles en llamas,
encendidos por cuervos portando fuego en sus picos.
Les pido a los guardianes de estas tierras permiso para entrar.
Soy un visitante de esta historia.
Ya nadie recuerda preguntar, responden.
¿Qué espero en esta ciudad portuaria de Nueva Inglaterra, cerca del
       lugar de nacimiento de la democracia,
donde yo soy un fantasma?
Incluso un casino no puede hacer real al indio.
¿O debería decir “nativo”, “salvaje” o “demonio”?
¿Y con qué lenguaje de intercambio?
Estoy intercambiando una mirada hacia el pasado por un peligro.
Estoy de acuerdo con los antiguos mapas europeos.
Hay monstruos más allá de la imaginación que recorren las aguas.
Los determinados barcos del puritano sí se cayeron por el precipicio del mundo…
Estoy feliz de oler el mar,
de caminar por las calles estrechas y sinuosas de tiendas y restaurantes, de deleitarme en compañía de amigos, árboles y pequeños
     vientos.
Preferiría no hablar con la historia, pero la historia vino a mí.
Estaba oscuro antes del amanecer cuando se encendió el fuego.
Los hombres salieron de cacería desde el pueblo de Pequot donde yo
      estoy parada.
Las mujeres y los niños que quedaron fueron incendiados.
No quiero saber esto, pero mis vísceras conocen el lenguaje
      del derramamiento de sangre.
Más de seiscientos fueron asesinados con el fin de establecer un hogar para el pueblo de Dios, graznaban los líderes puritanos en sus sermones dominicales.
Y luego la historia se esfumó en una traición de humo.
Todavía hay quemas aunque vivamos en una democracia erigida
sobre cementerios.
Esto me fue dado para decir.
Cada poema es un esfuerzo en la ceremonia.
Yo pedí una forma de entrar.

(Para Pam Uschuk) 31 de octubre de 2009
© Joy Harjo. Conflict Resolution From Holy Beings. W. W. Norton & Company, 2017.


Una vez el mundo fue perfecto

Una vez el mundo fue perfecto, y éramos felices en ese mundo.
Luego lo dimos por sentado.
El descontento inició un ligero retumbar en la mente telúrica.
Y la Duda se abrió paso con su punta filosa.
Una vez que la Duda rompió la red,
A través de ella saltaron
Todo tipo de pensamientos malignos —
Destruimos el mundo que nos habían dado
Para inspirarnos, para vivir.
Cada piedra de la envidia, cada piedra
Del miedo, la codicia, los celos y el odio, extinguió la luz.
Nadie estaba sin una piedra en su mano.
Y allí estábamos
De vuelta a donde habíamos empezado.
Chocando unos con otros
En la oscuridad.
Y como no sabíamos cómo convivir,
Ahora no teníamos dónde existir.
Entonces uno de los que tambaleaban se compadeció de otro
Y compartió una manta.
Una chispa de bondad hizo una luz.
La luz hizo una abertura en la oscuridad.
Todos trabajaron juntos para hacer una escalera.
Primero, una persona del Clan del Viento escaló hasta el mundo ulterior,
Y luego los otros clanes, los hijos de esos clanes, sus hijos,
Y sus hijos, todo el camino a través del tiempo —
Hasta este momento, en la luz de esta mañana hacia ti.

© Joy Harjo. Conflict Resolution From Holy Beings. W. W. Norton & Company, 2017.


Hablando con el sol

Yo creo en el sol.
El sol me da claridad entre la maraña de fracasos humanos por el miedo, la codicia y el olvido.
Cuando los exploradores se toparon por primera vez con mi gente, nos llamaron paganos, adoradores del sol.
No entendieron que el sol es nuestro pariente, e
ilumina nuestro camino en esta tierra.

Después de bailar toda la noche en círculo, uno se da cuenta de que somos parte de una experiencia más amplia de planetas y de estrellas bailando con nosotros en lo alto.
Cuando el sol sale en el clímax de la ceremonia, nos renueva.
No hay error en esta conexión, aunque Walmart esté a solo unas cuadras.
Los humanos somos vulnerables y dependemos de las bondades de la tierra y el sol; Existimos juntos en un horizonte sagrado de significado.

Nuestra tierra está cambiando. Todos podemos verlo.
Escucho de mis hermanos Inuit y Yupik en el norte que
todo ha cambiado. Hace tanto calor; no hay suficiente
invierno.
Los animales están confundidos. El hielo se está derritiendo.
Los físicos cuánticos tienen razón; ellos están empezando a pensar como indígenas: en un nivel íntimo todo está conectado dinámicamente.
Cuando tú recuerdas esto, entonces el desequilibrio actual de la tierra tiene sentido. ¿Cuánto más petróleo se puede drenar,
Sin reemplazarlo; sin reciprocidad?

De una habitación de hotel justo al lado de Times Square salí al amanecer en busca del sol.
Era la cuarta mañana desde el nacimiento de mi cuarta nieta.
Esta era la mañana en que debía presentarla al sol, como pariente, como una de nosotras. Todavía estaba oscuro, nublado mientras atravesaba la plaza.
Me paré debajo de ese tótem del siglo veintiuno hecho de símbolos de corporaciones multinacionales, destellos y neón.

El sol se levantó sobre la ciudad, pero no pude verlo en medio de la lluvia.
Aunque no estaba en casa, abrigué a la bebé para llevarla afuera,
Cargué a esta recién nacida entre la cuna de mi corazón.
La levanté y la presenté al sol para que fuera reconocida como familia.
Así ella no olvidará esta conexión, esta promesa, y todos recordaremos lo sagrado de la vida.

© Joy Harjo. Conflict Resolution From Holy Beings. W. W. Norton & Company, 2017.


Reloj suicida

1.
Estaba en un tren que paraba esporádicamente en puestos de control.
¿De qué tribu eres, de qué nación, de qué raza, de qué sexo, de qué alma indigna?

2.
No podía dormir, porque no podía despertarme.
Ningún espejo podía devolverme lo que quería.

3.
Me dieron una droga para ayudarme a dormir.
Luego otra droga para despertar.
Luego me dieron una droga para hacerme feliz.
Todas me pusieron más triste.

4.
La muerte se arriesgará con cualquiera.
Hay muchos tontos aquí abajo que creen que van a ganar.

5.
Ya sabes, dijo mi maestro, puedes continuar revolcándote o
Puedes pararte aquí a mi lado, en este rayo de sol, y ver la batalla.

6.
Me senté frente a una chica cuya enfermedad quería saltar sobre mí.
¡No! Dije, pero no en voz alta.
Me habrían tomado por loca.

7.
Siempre nos convertiremos en aquellos que hemos juzgado o condenado.

8.
Esto no es mío. Pertenece a los soldados que violaron a las jóvenes en el Camino de las Lágrimas. Pertenece a Andrew Jackson. * Pertenece a los misioneros. Pertenece a los ladrones de nuestra lengua. Pertenece a la Oficina de Asuntos Indígenas. Esto ya no me pertenece.

9.
Me fascinó la danza de las libélulas sobre el río.
Me encontré por primera vez allí.

© Joy Harjo. Conflict Resolution From Holy Beings. W. W. Norton & Company, 2017.

* El Camino de las Lágrimas (The Trail of Tears) es la ruta que tomaron las comunidades indígenas del sureste de los Estados Unidos hacia Oklahoma, desplazadas forzadamente en pleno invierno por la avaricia de los gobernantes de ese país durante las décadas de 1830 y 1850, especialmente los presidentes Andrew Jackson y Martin Van Buren. Miles de mujeres, niños y abuelos Cherokee, Muskogee, Seminole, Chicksaw y Choctaw murieron de hambre y frío en este éxodo. Hasta el día de hoy, este camino se recuerda y se venera.



Tú puedes cambiar la historia, me dijo mi espíritu mientras me sentaba cerca al mar

Para Sharon Oard Warner y DG Nanouk Okpik

Estoy en una aldea arriba, al norte, en las tierras conocidas hoy como “Alaska”. Estos lugares tenían sus propios nombres mucho antes que el inglés, el ruso o cualquier otro idioma comercial fuera impuesto políticamente.

Era en los momentos en que las personas soñaban y pensaban juntas como un solo ser. Eso no significa que no hubiera individuos. En esos tiempos, las personas eran más individuales en su personalidad que ahora en su afirmación común de individualidad: una persona mantenía su residencia en la luna incluso mientras vivía en la aldea. Otro era un hombre que se vestía y vivía como una mujer y era conocido como la mejor costurera.

He viajado a este pueblo con un amigo cercano que también es pariente lejano. Nosotros estamos relacionados con casi todo el mundo por matrimonio, clan o sangre.

La primera noche después de nuestra llegada, una mujer es brutalmente asesinada en el pueblo. Un asesinato no es común. La maldad del hecho pone en riesgo a toda la aldea. Debe tratarse de inmediato para que la turbulencia no deje receptivas a las personas receptivas a mayor maldad.

Debido a que mi amigo y yo somos la causa más obvia, se decide que debemos ser asesinados para satisfacer la muerte de la mujer y garantizar que el pueblo continúe de manera armoniosa. Nadie nos dice que vamos a morir. Lo sabemos; mis huesos lo saben. Es desafortunado, pero así es como deben ser las cosas.

A la mañana siguiente, mi amigo y yo hemos caminado desde el pueblo ayudando a reunir a la gente, cuando escuchamos al comité de asesinatos venir por nosotros. Puedo oírlos detrás con sus herramientas y piedras, con el bramido psíquico de su propósito. Sé que nos van a matar. Agradezco al cuerpo que ha sido mi traje en este viaje. Me ha servido bien como protección y gozo. Escucho -sigo escuchando- el crujido de los huesos cuando la mafia, encargada de hacer este trabajo, nos golpea violentamente. No es personal para la mayoría de ellos. Unos pocos obtienen placer.
Siento la confusa y terrible protesta de mi cuerpo, luego mi Espíritu se distancia de la escena y observa brevemente antes de dar la vuelta hacia el mar.

Me demoro sobre el mar, y el ayudante de mi alma, quien ha atravesado conmigo las historias de mi ser, me dice: “Puedes regresar y cambiar la historia”.

Mi primer pensamiento fue: ¿Por qué querría hacer eso? Estoy libre de las necesidades de la existencia terrenal. Puedo moverme como el viento y el agua. Pero entonces, como soy humana, no un pájaro o una ballena, me vi obligada.
¿Qué quieres decir con “cambiar la historia”?
Y ahí estoy de vuelta en el traje de mi cuerpo, afuera del pueblo. Regreso al momento entre el asesinato de la mujer y mi muerte segura por retribución.

“Ahora, ¿qué se supone que debo hacer?”, pregunto a mi Espíritu. No puedo ver otra forma de proceder en esta historia.

Mi Espíritu responde: “Tú sabes qué hacer. Mira y verás la historia”.

Y entonces estoy sola con el mar y el cielo. Entrego mi pensamiento al tiempo y lo dejo irse a jugar.

Es ahí cuando lo veo. Veo a un hombre en el pueblo acosando a una mujer. Ella no está interesada en él, pero él no la dejará ir. La acecha como si acechara a una morsa. Él es el mejor cazador de morsas del pueblo. Él la acecha hasta su casa, y cuando no hay nadie más allí, la ata como si fuera una morsa, la asesina y arrastra su cuerpo desde su casa hasta el mar. Puedo ver el rastro de sangre tras de ellos. Puedo ver sus huellas sangrientas cuando regresa solo al pueblo.

Ahora estoy en la aldea con mi amigo. La gente se está reuniendo y hablan sobre el asesinato. Puedo sentir sus intenciones hacia nosotros. Me pongo de pie con un tambor en la mano. Digo:
“Tengo una historia que quiero contarles”.

Y entonces ahí empiezo a tocar el tambor y a bailar acompañando la historia. Es agradable, y la gente quiere escuchar más.
Ellos quieren escuchar qué clase de historia traigo de mi pueblo.
Canto, bailo y cuento la historia de un cazador de morsas. Él es el mejor cazador de morsas de un pueblo.

Canto sobre su relación con las morsas y cómo ha alimentado a su gente. Y lo hábil que es cuando camina adentro sobre el hielo para llamar a la morsa.

Y luego cuento la historia del asesinato de una morsa que es como una mujer. Hablo de las cualidades de la mujer, a quien el hombre ve como una morsa. En ese punto, la historia tiene su propio espíritu y quiere vivir. Baila y canta y respira. Me sorprende con lo que sabe.

Con el último paso, el último golpe del tambor, el asesino se pone de pie, como si fuera a huir de la reunión. Las personas giran al tiempo y lo ven. Todos ven que él ha matado a la mujer, y es su vida la que debe ser tomada para satisfacer el asesinato.

Cuando regreso al presente del tiempo terrestre, todavía puedo escuchar el canto.
Me levanto de mi cama y bailo y canto la historia.
Todavía está en mi lengua, mi cuerpo, como si hubiera vivido allí desde siempre,
aunque estoy en una ciudad con muchas corrientes de personas provenientes de lejanas partes del mundo.

Hacemos un revoltijo de historias. No soñamos juntos.

© Joy Harjo. Conflict Resolution From Holy Beings. W. W. Norton & Company, 2017.


Oraciones de la mañana

He extrañado al espíritu guardián
de Sangre de Cristos,
esas montañas
contra las cuales me destruí
cada mañana en que estuve enferma
amando y luchando
en esos pequeños años.
Durante esa temporada miré hacia
una concepción azul de la fe
una noción de lo sagrado en
la elegante frontera de cedros
que se convertían en montaña y en cielo.

Así nacimos al mundo:
El cielo se enamoró de la tierra, se engalanó de turquesa,
llegó galopando en un caballo negro.
La tierra se vistió fragante,
tomando en cuenta la estética de un romance sagrado.
Su amor adornó las montañas con el amanecer,
tejió los valles delicados con las aristas del atardecer.

Esta mañana miro hacia el este
y me siento solitaria por esas montañas.
Aunque le he dicho adiós a la niña
con sus urgentes oraciones de redención.

Yo solía ​​creer en una visión
que salvaría a la gente
que nos llevaría a todos a la cima de la montaña
durante la inundación
de la destrucción humana.

Ya no sé nada más
mientras pongo mis pies en el mundo ulterior
excepto esto:
la nada
es vasta e impresionante,
rebosa de detalles
de humeante café negro
cenizas de fogatas
las campanas en los yaks o las ovejas
sirenas que se inclinan a través de un diluvio
de humanos
o de los muertos acarreados a través del fuego,
a través de la bruma del dulce pan
horneado y del respirar.

Así es como dejaremos este mundo:
en caballos de amaneceres y atardeceres
desde la sombra de las montañas
quienes fueron testigos de cada batalla
de cada pequeña lucha.

Esta tierra es un poema

Esta tierra es un poema de arena quemada y ocre que yo nunca podría escribir, a menos que el papel fuera el sacramento del cielo, y la tinta la línea interrumpida de caballos salvajes escalonando el horizonte a varias millas de distancia. Incluso entonces, ¿alguna cosa escrita le ha importado alguna vez a la tierra, al viento y al cielo?

Todo lo que importa

Todo lo que importa está aquí. Cualquier cosa que siga importando
en los próximos miles de años seguirá estando aquí.
Acercándose en la distancia está la niña que eras hace algunos años.
Mírala riendo mientras persigue a una mariposa blanca.

No molestes al espíritu

No molestes a la espíritu guardián de la tierra que vive aquí. Ella está trabajando en una historia. Es la historia más antigua del mundo y es delicada, cambiante. Si te ve mirándola te invitará a tomar un café, te dará pan caliente, y estarás obligado a quedarte y a escuchar. Pero esta no es cualquier historia. Tendrás que soportar terremotos, rayos, la muerte de todos los que amas, la belleza más deslumbrante. Su historia es tan convincente que nunca querrás irte; así es como ella te atrapa. ¿Ves eses dedo de piedra allá? Ese es el único que alguna vez logró escapar.


Fuego

una mujer no puede sobrevivir
por su propio aliento
                   sola
ella debe conocer
las voces de las montañas
ella debe reconocer
la eternidad del cielo azul
ella debe fluir
con los cuerpos
esquivos
de los vientos nocturnos
quienes la llevarán
hacia sí misma

mírame
no soy una mujer aislada
soy una continuación
del cielo azul
soy la garganta
de las montañas
un viento nocturno
que quema
con cada aliento
que toma

© Joy Harjo. What Moon Drove Me to This? 1980


MÁS SOBRE LA OBRA DE JOY HARJO

Sitio oficial

Festival Internacional de Poesía de MedellínV

“Este es mi corazón” (video)

LOS TRADUCTORES

Andrea Echeverría

Andrea Echeverría es profesora asistente en Wake Forest University. Es autora de un libro sobre migración e identidad en la poesía de dos escritores peruanos titulado El despertar de los awquis: migración y utopía en la poesía de Boris Espezúa y Gloria Mendoza (Paracaídas Editores & UNMSM, 2016), así como de varios artículos de investigación acerca del papel del ritual y la memoria en la poesía mapuche contemporánea. Actualmente escribe un libro que estudia la poesía y el arte visual de autores y artistas mapuche contemporáneos.

Juan G. Sánchez Martínez

Juan G. Sánchez Martínez nació en Bakatá, en los Andes colombianos. Dedica su escritura creativa y académica a las expresiones culturales de los pueblos indígenas y a sus modos de estar en el mundo. Su libro de poesía, Altamar, fue galardonado en 2016 con el Premio Nacional de la Universidad de Antioquia en Colombia.

Altamar es un homenaje a las abuelas y los abuelos, activistas y escritores que han protegido con sus propias vidas el agua pura de sus territorios. Actualmente es profesor asistente en los departamentos de Lenguas y Literaturas, y Estudios Indígenas en la Universidad de Carolina del Norte Asheville.

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